¡10 años en activo! Hace ya 10 años que esta comunidad, todavía más antigua, encontró su lugar en OPD. Los tiempos han cambiado y los usuarios más antiguos han dado paso a las nuevas generaciones que hoy rolean, pero siempre con el mismo espíritu que nos vio nacer: Construir juntos la historia más grande jamás contada. Da igual si acabas de llegar o llevas una vida; si te quedas o te vas: Gracias por hacer de este foro un lugar mejor.
27/02La actualización ha terminado con éxito casi completo. Quedan cosas por pulir, pero en breves se solventarán.
27/02Hemos tenido un pequeño problema con las afiliaciones al cambiar de skin. Rogamos comprensión y un poco de paciencia.
27/02La lotería ha terminado. Ya no se pueden intercambiar más premios por este evento; gracias a todos por participar.
Búsquedas
Últimos Temas
Últimos temas
Más allá del mar [Alice-Rokuro]Hoy a las 0:34Alice Wanderlust
Ame MasayukiHoy a las 0:21El Gremio OPD
CensosHoy a las 0:16Ame
A night at the Opera [Alice - Hikari]Hoy a las 0:11Alice Wanderlust
GrimmAyer a las 23:52El Gremio OPD
Ficha de Jaldabaoth D. CaprinoAyer a las 23:49El Gremio OPD
Say hello to my little friend [Alice-Vanko]Ayer a las 23:40Alice Wanderlust
Apostando alto, cazando más alto [Maxi - John]Ayer a las 22:30Aurelius Maximus
Siguiente ronda


Ir abajo
Byakuro Kyoya
Byakuro Kyoya
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] Empty Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] {Vie 29 Ago 2014 - 0:13}

Tras la estancia en Jaya, Byakuro había llegado a la conclusión de que salir del Grand Line iba a ser bastante complicado. Había acabado cogiendo un barco que hacía parada en la Isla Banaro. Era una isla en la mitad del Paraíso, la primera mitad del Grand Line. Era una isla cercana al lugar donde había nacido. Un sentimiento de soledad lo invadió durante un instante. Pero enseguida Klaus hizo un gruñido en su oreja, y sonrió al animal.

- Tranquilo, Klaus-kun. Veamos que nos espera en esta isla. Hemos conocido a gente interesante en las anteriores. Esto será divertido. -su sonrisa se ensanchó. Le dio un pequeño malvavisco al animal y oteó la isla desde el barco. Había un montón de formas rocosas de aspecto extraño, similares a bananas gigantes de roca. El barco llegó al puerto, y unos marineros bajaron unas pasarelas para que los pasajeros pudieran alcanzar el muelle.

Byakuro se abrió paso entre un grupo de hombres uniformados, tal vez hombres de negocios que hacían escala en aquella isla. También había un grupo de jóvenes y un par de familias. El cazador empezó a caminar, observando la superficie del agua transparente al lado del rompeolas. Las ondulaciones del agua deformaban el fondo, y los rayos del sol hacían un espectáculo de luces y sombras en el fondo del agua. Un banco de pececillos se movía en una especie de formación fluida, como si  hubieran practicado la maniobra al milímetro antes de ejecutarla. El cazador avanzó hasta el pueblo. Había una calle principal que llevaba a una plaza donde se encontraba el ayuntamiento del pueblo. Tenía unas horas antes de que el barco continuase hacia Water Seven. Se puso a pasear un rato, observando las tiendas y lugares de interés del pueblo. Se detuvo ante una estatua, que rememoraba en intenso combate que hacía más de un siglo habían tenido Portgas D. Ace y Marshall D. Teach. Un combate, que por otra parte había acabado con el pueblo en aquel momento. A Byakuro le habría gustado ver aquel poder desatado, sin duda. Pero se conformaba con observar aquella estatua. El diseño delicado de Ace en comparación con la burdez de Teach, era bastante interesante para él, que aún sin saber de arte, notaba que la estima que le tenía el pueblo al pirata Barbanegra había sido más bien nula.
Ariadna Wood
Ariadna Wood
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] Empty Re: Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] {Sáb 30 Ago 2014 - 0:28}

No llevaba mucho viajando por  los cuatro océanos conocidos cuando al fin decidieron hacer parada en una isla, se encontraba en la mitad del Paraíso, la primera mitad del Grand Line. No habían podido hacer ninguna otra parada con anterioridad, apenas conocían el mundo que comenzaban a explorar y no se atrevían a hacer paradas que pusiesen en peligro su integridad física, no podían permitirse perderse el uno al otro, Skyper y Ariadna estaban solos, y aún menos podían permitirse quedarse sin aquel pequeño barco que su padre le había regalado para que comenzase su aventura. De esta manera, bien aprovisionados habían conseguido sobrevivir hasta aquel instante. Aquella isla en mitad de ninguna parte no parecía ser muy peligrosa, había oído hablar de ella a algún que otro transeúnte cuyo destino era aquel “paraíso”, no les vendría nada mal parar, descansar, reponer víveres y quien sabe, conocer a alguien interesante.

 No les fue difícil llegar al puerto y amarrar su barco allí, nadie les pidió nada, ni les miraron lo cual resultó un alivio. El muelle no estaba muy concurrido con lo cual llegar a la plaza no les fue tan ardua tarea. Era un pueblo como otro cualquiera, con el ir y venir de sus gentes,los negocios abiertos, las risas, las conversaciones, el olor a salitre y comida casera...en cierta parte le hacía recordar su antigua vida, tranquila y sosegada en su pueblo, con Félix, papá y Skyper pero no se arrepentía de haberse ido. Viajar por el mar de manera independiente era lo mejor que le había podido pasar. Ella y Skyper, los dos solos en busca de aventuras, en busca de una banda que quisiera tener a una novata y un castor que más bien parecía un perro. Eran un extraño dúo pero sabía que nunca estaba de más contratar a una cocinera en una tripulación de piratas. No perdía la esperanza en encontrar a alguien, quería mejorar y ser fuerte, poder ayudar y no ser tan inútil. De nada le servía tener Akuma si no era capaz de usarlo como correspondía.

 Suspiró sumida en sus pensamientos, Skyper caminaba entre sus piernas, sorteando las piernas de Ariadna a cada paso que daban. Cualquiera que los viera diría que tarde o temprano tropezarían pero no sería así. El cielo aquel día lucía limpio y azul, el sol relucía con fuerza como astro mayor que era en aquella inmensidad de bóveda, hacía calor y a Ariadna eso no le gustaba, buscaba la sombra desesperadamente. Aquel calor era asfixiante, no daba tregua. Desabrochó los primeros botones de su camisa y remangó las mangas de esta misma, no es que diese mucho resultado pero se encontraba menos agobiada de aquella manera. Skyper parecía estar bien, estaba más acostumbrado que ella al calor además de que Ariadna era un ser de invierno, no de verano.... aunque era innegable que el verano hacía lucir los parajes de una manera brillante. Quería ya el invierno y el frío y el sentir el viento gélido cortar su blanca tez. Vuelve a suspirar y rodea la plaza, ni una mísera sombra. Deseaba sentarse y esperar a  que algo interesante pasase, así haría tiempo hasta la hora de comer, pero en aquel lugar era imposible. Le parecía que se asaría. Mejor sería buscar una callejuela en la que refugiarse o quizás un local en el que quedarse por unas horas hasta que aquellas horas de calor insoportable pasasen.

Ya había decidido hacia donde dirigir sus pasos cuando al mirar abajo descubrió que Skyper ya no estaba. Su mirada grisácea lo buscó desesperadamente. Había salido corriendo tras un hombre que cargaba sobre sus brazos dos cajas con peces, parecía que las llevaría al mercado o a algún local. Sabía que el pequeñajo tenía hambre, al igual que ella pero no podía salir corriendo así. Podría pasarle algo. Corrió tras el, sorteando a los pocos habitantes que tansitaban la plaza. La suerte quiso que, ella torpe como era, tropezase al pisarse su propia bota justo cuando ya tenía a Skyper al alcance de sus manos, golpeó su costado contra aquella enorme estatua que decoraba la plaza y no había visto hasta aquel preciso y precioso instante y tras dar una dramática vuelta de campana calló al suelo de panza, tuvo la suerte de reaccionar a tiempo y colocar las manos antes que la cara pues se la habría arreglado para todo lo arreglado con aquel golpe . Al oírla caer Skyper detuvo su huida y comenzó a regresar a regañadientes con las orejas caídas hacia su dueña. La joven peliplata maldijo por lo bajo y elevó la mirada para poder situarse y levantarse, notaba las rodillas arder al igual que sus mejillas pero estas por vergüenza. Enseguida sus ojos se toparon con una figura masculina, maldijo por lo bajo y se sentó en el suelo, dándole la espalda a aquella enorme estatua que rememoraba una épica batalla entre dos famosos piratas, cuyo final acabó por destrozar el pueblo y casi la isla, tenía las rodillas y las palmas de las manos raspadas pero no había sangre, por lo menos estaba entera.

  El hombre de cabellos azulados y figura esbelta parecía contemplarla con gran interés. Se sentía avergonzada por aquel numerito de circo. Suspiró y elevó la mirada hacia él con una simpática sonrisa en su rostro, que menos sería pedirle perdón.

- Discúlpeme, siento mucho todo esto...no era mi intención molestarle.

 Su voz sonó como solía hacerlo, viváz y sin malas intenciones. Realmente lo pasaba mal molestando a los demás, no le gustaba importunar a gente que no conocía pues seguro tenían mejores cosas que hacer. Al sentir a Skyper cerca dirigió la mirada al castor y le frunció el ceño enfadada. El pobre animal decidió que sería mejor mantener las distancias con Ariadna por el momento. La señorita se puso en pie, notó como los raspones de las rodillas tiraban de su piel pero no se quejó. Se despidió con la mano de aquel desconocido que seguro ahora tendría una divertida anécdota que contar de una joven de cabellos plateados corriendo tras un castor. Le hecho un último vistazo a la estatua y siguió hacia delante, dirección a la calle que había decidido minutos antes tomar para buscar algún lugar en el que refugiarse del calor...pero entonces algo le hizo girarse y volver a dirigirse al hombre de cabellos azules.

    - Caballero, esos dos hombres de ahí de la estatua son Portgas D. Ace y Marshall D. teach ¿No es así? Casi destrozan la isla en una batalla más que épica. Me habría encantado presenciarla...


Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] Cie_zps1ae3b146
Byakuro Kyoya
Byakuro Kyoya
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] Empty Re: Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] {Sáb 30 Ago 2014 - 9:52}

Byakuro estaba ensimismado viendo la estatua, cuando una chica pasó a su lado. Logró ver por el rabillo del ojo cómo perseguía a un pequeño animalillo. Cuando estaba a punto de alcanzarlo, la muchacha tropezó y, tras una espectacular pirueta, acabó dándose de bruces contra el suelo. Byakuro sonrió un poco por la cómica situación. La chica lo miró y murmuró algo sobre disculparse por haberle molestado:

- No es ninguna molestia, imoto-chan. ¿Estás bien? -preguntó el chico mientras observaba como la chica se levantaba. No parecía tener nada a excepción de algunos raspones, pese a la espectacularidad de la caída. Ella se empezó a alejar de allí seguida del animal, que resultaba ser un castor. De pronto, se giró y dijo:

- Caballero, esos dos hombres de ahí de la estatua son Portgas D. Ace y Marshall D. Teach ¿No es así? Casi destrozan la isla en una batalla más que épica. Me habría encantado presenciarla... -así que estaba interesada en aquellos dos. Bueno, aquella chica parecía simpática, y aunque Byakuro no fuera un historiador, le sonaba todo aquel asunto. Su sonrisa se ensanchó.
- Sí, eso parece. Ellos dos entablaron un combate en esta isla hace unos ciento cincuenta años, más o menos, en esta isla. Parece que estás bien informada, imoto-chan -la observó analíticamente, era bonita, de tez pálida y pelo plateado, para nada el típico estereotipo de persona a la que le gustaran las peleas-. A mí también me habría gustado verlos combatir. Por cierto, ¿qué te trae por esta isla? No creo que sólo el hecho de venir a ver una estatua... ¿o sí? -rió con un sonido cantarín y alegre. Mientras lo hacía, Klaus se subió a su hombro. El camaleón estaba mimetizado con la chaqueta negra del chico, siendo su piel de un color oscuro como el carbón-. Vaya, mi amigo quiere presentarse. Éste es Klaus, mi camaleón y compañero de viajes. Yo me llamo Byakuran, pero puedes llamarme Bya... y tu eres... -dijo, esperando a que ella continuase la frase, mientras la observaba con sus profundos ojos violetas.


Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] Khr___chibi_byakuran_by_naru_kii-d4d0udc

Ya que Nat se ha cambiado de avatar:


Perona y Cindry:
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] Empty Re: Ariadna y Byakuro en Banaro [Privado] {}

Volver arriba
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.