Viejos y nuevos amigos (Presente/ Privado/)

Isla Gyojin un lugar el cual me parecía extremadamente curioso, y aunque podía llegar a ser peligroso no me preocupaba en absoluto, para ser verdad no había muchas cosas que me preocuparan y eso podría ser un problema, siempre había sido un descuidado, pero eso no significaba que todos mis decisiones fueran equivocadas, simplemente me dejaba llevar y la suerte decidiría mi destino.

Paseaba por aquellas calles podía ver todo tipo de Gyojin, y para ser sincero algunos era muy curiosos, mientras seguía observando todo ami alrededor, un pequeño Gyojin se acerco a mi.

-¿Tu no eres de aquí verdad, como es el mundo de  fuera?- me pregunto el pequeño con bastante curiosidad, mire aquel chico y me senté en el suelo junto a el.

-Pues es inmenso, y este lleno de peligro, yo por suerte aun sigo vivo aunque eso se lo debo a todos mis amigos, debido a que soy un Pirata tengo muchos amigos y enemigos, pero bueno, el mundo es un lugar lleno de aventuras donde hay muchos sitios que merecen ser descubiertos, la verdad, es que te aconsejo que si quieres vivir aventuras salgas fuera, no creo que te arrepientas.-

Dije mirando a aquel pequeño Gyojin, la verdad su mirada estaba llena vida y eso me saco una sonrisa, levante mi mano, y la puse ensima de la cabeza  de este.

-Sabes, estoy seguro que si sales fuera, te convertirás en alguien muy fuerte.-

En el rostro de aquel chico apareció un gran sonrisa y seguidamente asintió para luego salir corriendo, mientras tanto yo me quedo observando como se iba, seguidamente mi tripa dio un rugido.

Bueno , es hora de buscar algo de comer. Dije mirando algún lugar donde vendieran comida.

Otra ración de takoyaki. Y ya iban cinco. El cazador no dejaba de comer aquella delicia. Era irónico que el que preparase aquella comida fuese un gyojin calamar. ¿Acaso no se preocupaba de sus primos no inteligentes? Daba igual, aquello era sabroso y delicioso. Klaus, a su lado, también parecía emocionado por comer. Era la primera vez que el camaleón parecía tan animado en mucho tiempo.

Encontrar aquel puesto de takoyaki en aquella calle había salvado el hambriento estómago del cazador. Había llegado allí en un barco donde la comida más sabrosa que había comido era pan con pasas. Mucho pan con pasas. Seguramente su cara ahora estaría arrugada y seca como una pasa, de tanto comerlas.

Se giró para ver un niño gyojin corriendo alegremente. Byakuro sonrió. Luego se hizo una pregunta a sí mismo: había llegado hasta la isla sin muchos problemas... pero cómo iba a salir de allí era un misterio. Bueno, le sobraba tiempo para pensarlo. Mordió otra bolita de pulpo y sonrió a Klaus.

Un hombre se sentó a su lado. Un gyojin grande y corpulento. De color amarillo y el pelo recogido en una coleta. Pidió dos raciones para comer. Byakuro no sabía mucho de especies de gyojin, pero en general le caían un poco gordos. No era odio, no odiaba a los niños gyojin, solo a los grandes gyojin que no sabían que si en un puesto hay ocho asientos libres no hay que sentarse al lado de un cazador comiendo. Aquel odio no era irracional, aunque el origen no tenía que ver con el takoyaki. Venía desde su infancia. Una punzada de dolor le recorrió, mientras se llevó otra bola rebozada.

- ¡Otra, por favor! -pidió con ganas.

Mientras miraba ami alrededor y ver Gyojins y mas Gyojins me percate de un pequeño puesto de Takoyakis y nada mas velo me levante y me acerque hasta el y mientras caminaba empezaba a oler aquella deliciosa comida, la verdad me extrañaba que los Gyojins hicieran ese tipo de comidas yo pensaba que estaría prohibido, pero bueno no me importaba demasiado lo unico que me preocupaba ahora era comer.

-Adoro el olor de los Takoyakis- dije ya sentándome cerca de un Gyojin enorme cuando de repente escuche a alguien pedir una ración y yo seguidamente pedí otra tras eso me percate que aquella voz no parecía la de un Gyojin y cuando mire hacia donde se escucho aquella voz pude ver como detrás de el Gyojin enorme había otro humano esto me sorprendió un poco pero me alegro.

-Vaya, parece que no voy a estar tan solo después de todo- dije observando a aquel tío, la verdad nunca lo había visto y su cara no me sonaba tampoco de ningún cartel, a los pocos segundos me trajeron mi ración y sin perder ni un segundo comencé a comer.

-Me moría de hambre, es una de las mejores comidas que pruebo en tiempo. ¡Esta buenísimo!-

Dije comiéndomelo todo bastante rápido para luego pedir otra ración mas.

Byakuro vio como un hombre se sentaba al otro lado del gyojin corpulento, que se levantó y se fue de allí con sus dos raciones. Ahora lo veía, era un hombre joven, con el pelo oscuro y unos brazos fuertes. Vaya, parecía un tipo duro. Byakuro sonrió, era difícil encontrarse con humanos en la isla. Claro que podía ser un tritón en forma bípeda, pero no lo parecía. Normalmente los tritones iban en burbujas flotantes de un sitio a otro, en lugar de a pie.

- Ohayo, wakai-chan -le dijo con un saludo amistoso. Aquel hombre había pedido takoyaki también. Byakuro no se puso a su lado, siguiendo el código de que dos desconocidos no debían sentarse uno al lado del otro. Sin embargo, el chico parecía majo, así que continuó-. Estas bolitas de pulpo están deliciosas, ¿no crees? -tras eso, se metió una en la boca y le tendió otra a Klaus.

En ese momento, tras ellos dos apareció un enorme gyojin con aspecto de tiburón, que se acercó al puesto y exigió una ración de takoyaki, con unos modales bastante pésimos. Cuando estaba saliendo la segunda ración del chico de pelo oscuro, el gyojin la acaparó toda, y se la comió casi al instante, soltando un sonoro eructo.

- Vaya, tiburón-san. Que desagradable eres. -murmuró Byakuro.
- ¿¡Perdona!? -le gritó el gyojin-. No te he escuchado bien... me pareció oir algo contra mí... -mientras lo decía, colocó una mano tras la cabeza de Byakuro y de un rápido golpe estrelló al cazador contra la barra del puesto, reventándolo. Byakuro apenas tuvo tiempo de cerrar los ojos y activar el haki en su cabeza para recibir menos daño. Sin embargo, un par de astillas se le clavaron en la frente, y se hizo un leve corte en la mejilla.
- Vaya... -dijo, con la cara aún aplastada contra la madera-. Alguien tiene que aprender modales-. Mientras lo decía, el chico se incorporaba, con las astillas cayendo al suelo y los cortes y heridas cerrándose a una velocidad impresionante. El cazador cogió su bastón y apuntó con él al gyojin, con una mirada neutra y una sonrisa infantil que desencajaba en aquella situación.

Había pasado ya casi 1 años desde que salí de casa, y la verdad mi única intención en este momento era encontrar cualquier banda de cazadores o algún grupo de gente en quien poder confiar, aunque siempre me ha costado mucho confiar en los demás, la verdad es que  no se puede confiar en casi nadie...

-Maldito gilipollas, por que siempre que digo estas cosas me acuerdo de el,no entiendo como puede ser tan confiado, es un idiota y se va a llevar muchas sorpresas, ademas si sigue igual que cuando era pequeño seguramente ya estará mas que muerto, eso le pasa por tener ese tipo de personalidad.-

Seguía caminando mientras acariciaba la madera de mi arco y observaba a todas los Gyojins a mi alrededor. -Me pregunto si la raza de los Gyojins sera mas leales que los humanos.-

Debería unirme a una banda de este lugar o quizás debería seguir por mi propia cuenta...

-En realidad, tampoco he probado a estar durante mucho tiempo con una banda, quizás debería esforzarme por encajar en alguna.-

dije mientras seguía caminando por aquella calle mientras observaba a un grupo de niños jugar, cuando de repente escucho un gran golpe al parecer , un Gyojin bastante grande estaba peleándose con alguien,así que me acerque un poco para ver que estaba sucediendo.

Cuando pedí mi ración, al poco tiempo aquel tío me saludo de forma amistosa el chico empezó a hablar conmigo sobre la comida, ambos pensábamos igual las bolitas de pulpo estaban buenísimas, o al menos todas las que he probado, mientras esperaba mi ración observaba a aquel chico como le daba de comer a su mascota la cual creo que era un camaleón.

En ese momento aprecio un Gyojin enorme con aspecto de tiburón y de forma un tanto exigente pidió una ración de Tokayakis y cuando estaba saliendo mi ración, el Gyojin se la comió de una sola vez, me quede parado por unos instante no sabia bien por que había hecho eso, pero una cosa era seguro, no soportaba que alguien desconocido me quitara mi comida.

Mientras el humano y el Gyojin empezaron a discutir yo por mi parte estaba quieto mirando aquel plato vació donde antes estaba mi comida y cuando me di cuenta el Gyojin había estampado al chico contra la mesa, pero el chico no pareció haber recibido casi ningún daño, mi reacción fue inmediata.

Use mi toda mi fuerza sin hacer uso de mi akuma no mi y seguidamente con un veloz giro de cuerpo le di un bestial puñetazo en la boca del estomago a aquel Gyojin, es cual fue estampado contra una pared que estaba frente a nosotros.

-¡¡No vuelvas a tocar mi comida, sin mi permiso!!- dije bastante enfadado...

A continuación mire al otro tío. -Discúlpame, parece que te he metido en problemas sin querer, perdón...-

dije agachando la cabeza en señal de arrepentimiento.

- No te preocupes... -respondió el cazador viendo el lugar en el que el Gyojin se había estrellado. El golpe había agrietado y hundido la pared hacia el interior, y el Gyojin yacía en el suelo, sin moverse. El cazador se dirigió al dueño del local-. Ese tipo pagará por los desperfectos. -sonrió mientras señalaba al Gyojin con el pulgar.

El enorme gyojin se movió levemente. Parecía seguir consciente pese al golpe. Sin duda aquellos bichos eran durillos. Bueno... Byakuro tenía un truco en la manga. Se acercó al gyojin y le golpeó con el pie imbuido en haki en la nuca. El Gyojin, ya de por sí dolorido, cayó fulminado por el golpe. Su respiración se relajó y dejó de moverse.

- Bien... ¿por dónde iba? Ah, sí... -miró al hombre de pelo oscuro-. No pasa nada, creo que este gyojin nos ha invitado amablemente a comer -miró al tipo del establecimiento-. Otras dos raciones a cuenta de nuestro amigo. -sonrió. Ya estaba saboreando aquellas bolitas de pulpo.

Sin llamar mucho la atención observaba lo que sucedía en aquel puesto el Gyojin se había comido la comida de alguien y después estampo a alguien en el mostrador, seguidamente la persona que se quedo sin comida le dio un puñetazo con una fuerza tan descomunal que lo estampo contra la pared dejándola hundida y agrietada. Después ambos se pusieron a hablar tranquilamente Cuando vi el rostro de uno de ellos esto me dejo totalmente de piedra... ¡¡¡Te odio maldita basura!! ¡¡¡Que cojones hace el aquí... por que justamente tu... ¡¡¡Por que sigues vivo!!!.

Por mi mente no paraban de pasar miles de preguntas de mis ojos salieron algunas lagrimas apto seguido fuy hasta el y de un empujón le tire de la silla para comenzar a darle varios puñetazos lo mas fuerte que puedas.

¡¡¡Te odio por que te fuiste de ese modo, deberías de estar muerto!!! dije aun con lagrimas en los ojos y pegándome, cuando de repente me agarro un brazo y al poco tiempo me tranquilice.

Di un suspiro y me levante y sin mirarle a la cara -Quiero que me invites a comer hasta que se te acabe el dinero, no pienso perdonarte gilipollas-

Cuando le di aquel puñetazo parecía haber perdido el conocimiento, pero me equivoque, como era lógico un Gyojin tan grande como ese, podía llegar a aguantarlo, aunque parece que le afecto bastante, este se movió levemente y otro tio se acerco a el y le dio una patada con Haki, estaba seguro que ya no se levantaría en bastante tiempo, luego el tipo le dijo que los desperfectos lo pagaría nuestro amigo el Gyojin y la verdad estaba totalmente de acuerdo con el.

Apto seguido tomo asiento de nuevo y pidió dos raciones mas que amablemente pagaría nuestro amigo , aunque este estuviera dormido, aquel chico me sonrió, y comencé a reírme -Vaya parece que sabes usar haki, ¿eso quiere decir que no eres un simple ciudadano o me equivoco?- pregunte con curiosidad.

A continuación escuche una voz  y antes de que me pueda dar la vuelta, alguien me empujo y me tiro de mi asiento, pude ver el color de su pelo era negro y parecía ser muy largo, seguidamente me percate de que era una chica y esta empezó a darme varios puñetazos mientras no paraba de insultarme y tras recibir tres puñetazos, con mi mano derecha pare uno de ellos y me percate de quien era, esto me dejo totalmente callado durante unos segundos y acto seguido me di cuenta que ella estaba llorando, se trataba de una gran amiga mía, mas bien, mi mejor amiga su nombre es Fituha y la verdad tenia motivos mas que suficientes para pegarme todo lo que quisiera.

Nada mas pasar un rato ella se quito de encima mía y con los ojos aun llorosos me dijo que le invitara a comer hasta que me quedara sin dinero, yo por mi parte sonreí, -No voy a negarme, anda siéntate- dije mientras levantaba mi taburete y volvía a perdón a aquel tío

-Por favor, pongame todas las bolitas de Takoyaki que quiera comer mi amiga.-

Mire al chico de nuevo y llevándome la mano a la cabeza hable de nuevo  -Ella es Fituha, es mi mejor amiga, disculpa lo que acaba de suceder, realmente me lo merezco- dije aunque un poco sorprendido de verla en este lugar.

- Bueno, podría decirse que soy un ciudadano del mundo. Me gano la vida cazando criminales, y mi amigo me ayuda siempre que puede. -sonrió, señalando a Klaus con el dedo. El camaleón soltó un gruñido aburrido.

Aquel chico era abierto, y además sabía lo que era el haki. Tampoco debía ser un tipo cualquiera, si conocía aquella energía. ¿Sería un cazador como él? No era que le importase mucho, la verdad. El chico era simpático. Le dio un mordisco a su bola de takoyaki mientras trataba de averiguar más cosas de aquel hombre. Su forma de vestir, su pelo, su forma de patear a aquel gyojin... aquello denotaba que no era alguien a quien le gustara seguir las normas, pero que podía hacerse valer. No entraba en el arquetipo que el conocía de marine. Claro que tampoco conocía muchos marines. También cabía la posibilidad de que fuera un pirata, al fin y al cabo aquella isla era paso obligado de piratas que se dirigían al nuevo mundo.

El cazador cavilaba todas estas cosas cuando de repente una joven se abalanzó sobre el chico con muy malas formas, golpeándole sin compasión e insultándole. El chico se dejó apalizar vilmente. Byakuro observó que no parecía importarle excesivamente. Tras el ataque, detuvo a la chica y la invitó a comer takoyaki con ellos. La presentó como su mejor amiga. Vaya forma de recibir a su mejor amiga, la verdad. Pero él no podía juzgarlos, él mismo peleaba con Aki cada vez que la veía.

- Bueno... yo estoy lleno ya... -suspiró el cazador llevándose las manos a la tripa. Soltó un soplido de satisfacción y se dirigió al cuerpo del Gyojin. Tras buscar en los bolsillos, encontró una pequeña cartera donde el tipo guardaba su dinero. Agarró un fajo de billetes y los puso sobre la barra-. Mira, resulta que aquí está el dinero con el que te vamos a pagar toda esta comida. -le dijo al encargado.

Cuando comencé a Golpear a Uracha se quedo totalmente callado y sorprendido, era lo normal, llevábamos mas de 10 años sin vernos y so por partes de ambas nos había afectado bastante, y tras dejarme dale varios puñetazo me paro y tras levantarse me sonrió, aun mantenía su típica sonrisa, la verdad no había casi ninguna manera de quitársela de su estúpida cara, después me dijo que me invitaría a comer todo lo que quisiera, así que me senté junto a el y pidió disculpas por lo sucedido al otro chico con el que estaba hablando, sin hacer mucho caso a lo demás me aproveche de la situación

-Quiero que me pongas raciones de Takoyakis por favor- observe como aquel Gyojin se sorprendió pero seguidamente se puso manos a las obra.

Pasaron varios minutos y el otro chico había terminado de comer luego se acerco a Gyojin desmallado en el suelo y saco un fajo de billetes con los dijo que pagaría todo, por mi parte me daba igual quien lo pagara, yo solo quería comer y aunque me costaba admitirlo hablar con Uracha y ya que estaba con el otro chico, que por alguna extraña razón algo me decía que podría ser un cazador.

Seguidamente el Gyojin termino de preparar mis raciones y las metió en varias bolsas y yo pormi parte comencé a comerme varias.

Mientras tanto, tras terminar de comer mi primera ración mire al chico nuevo Disculpa mi falta de educación pero es inútil de Uracha se lo merecía, según escuche -¿Eres cazador de piratas... no? ¿Tienes alguna banda?-

Pregunte con curiosidad mientras observaba como Uracha terminaba de comer y aveces me miraba.

Cuando el chico me hablo de nuevo y Fituha me golpeo y pedir su comida observe como esta comenzó a comer y yo y el otro chico también comencemos a comer nuestras raciones, mientras tanto en mi mente no paraba de surgirme dudas como era posible que ella estuviera aquí, cuanto dinero me haría gastar, aunque realmente me daba igual todo eso, siendo sincero me alegraba muchísimo de verla, incluso no le di ninguna importancia a que aquel chico fuera cazador de Piratas.

-Mi nombre es Uracha y no se si te habrás dado cuenta pero soy un pirata, espero que esto no cause problemas entre nosotros, no quiero causar mas problemas en este lugar-

dije mientras seguía comiendo y aveces observaba a Klaus al chico y a Fituha cuando casi estaba apunto de comer, observe como este se levanto y fue hasta el Gyojin y saco un fajo de billetes con los cual pagaría los desperfectos y las raciones de comida a continuación termine de comer seguidamente Fituha le pregunto si era un cazador de piratas y si tenia alguna banda, esto me hice pensar que quizás ella se había hecho cazadora y eso me saco una gran sonrisa, la verdad era el trabajo perfecto para ella.

-Vaya acaso te vas a unir a su banda, no me digas que eres cazadora, pero si tu no vales para eso.-

dije con intención de picarla y bastante alegre.

La chica le preguntó a Byakuro si era cazador. Vaya, había dado en el clavo. Parecía ser que buscaba una banda a la que unirse. El chico esbozó una sonrisa triste.

- Lo siento, pero no. No tengo una banda, soy un solitario -tras unos segundos de silencio, añadió-. Sin embargo, estoy considerando el montar una pequeña asociación de gente próxima a mí. Es lo más parecido a una banda a lo que aspiro. Nunca me ha gustado el término "banda".

Miró a Uracha. Así que él no era cazador. Un pirata, y no quería problemas. Bueno, no sabía si tenía recompensa siquiera, y no iba a ponerse a ver los carteles en ese momento. Oh, que demonios. El cazador sacó un fajo de carteles de Wanted y empezó a mirar. Allí parecía estar. Uracha, diez millones. No era un mal precio, pero aquel chico le caía bien, le había ayudado a pagar la comida. Guardó el fajo de carteles y sonrió.

- Tranquilo, amigo. No tengo intención de cazarte. Estos takoyakis bien valen diez millones.

En ese momento, un gran ajetreo se formó en apenas un instante. Un gyojin ataviado con un traje oscuro apareció por un lado de la calle. Byakuro lo observó en silencio. Le sonaba de algo. Volvió a sacar el fajo de carteles, y en cuanto lo encontró, sintió como algo dentro de él estallaba. Same D. Shark, miembro de los piratas trilobite. A él no le engañaba aquel nombre. Aquella gente eran los antaño conocidos Piratas Pinza Negra. Los mismos que habían destruido su isla. Una sombra empezó a aparecer en su rostro. Su furia iba a brotar de un momento a otro. Pero no podía permitirse el pelear en ese momento. El Gyojin pasó por delante de los tres, y los miró con superioridad. El cazador vio un brillo rojizo en uno de sus ojos. Aquel gyojin no era del todo natural. Era un cyborg. Same siguió caminando por la calle, y desapareció en una esquina. La calle volvió a estar transitada tras la aparición de aquel tipo.

- ¿Por qué? -el tono de Byakuro mostraba un serio enfado-. ¿Por qué lo temen?
- ¿No lo sabes, chico? -le dijo el vendedor de takoyaki-. Tras la muerte de la yonkou Katrina han habido revueltas en la isla. Y tras algunas disputas, ahora la isla pertenece a los piratas de Kiara, la trilobite. Se dice que quiere devolvérsela al gobierno de algún modo. Lo cierto es que la gente teme a sus piratas -el calamar se detuvo un par de segundos, tras eso, se inclinó sobre la barra y añadió en tono confidencial-. Se dice que están movilizándose para algo grande -se encogió de hombros (de los seis que tenía)-. Rumores, ya sabes. Yo mientras me dejen tranquilo en mi puesto de comida, soy feliz.

Byakuro meditó sobre estas palabras, mientras creaba un vaso de zumo en su mano y lo bebía con lentitud, sin dejar de observar el lugar por donde había desaparecido el gyojin de los Trilobite.