Batalla en el hielo contra el oso polar [Sbun]

Lv 15 Devastador

El hombre del bañador se giró de golpe hacía mí, gritando enfadado por seguirle. Di un paso hacía atrás, queriendo excusarme rápidamente, pero en un instante se oyó un fuerte rugido. Una bestia blanca de alto tamaño golpea a mi compañero el loco y lo lanza a mi posición, a mis pies. Salto a un lado para esquivarlo y me quedo mirando a la poderosa bestia blanca. Un oso con hielo en la cara, como unido de forma artificial a su cuerpo. Miré con decisión al oso. Estaba asustado, pues era una bestia increíble, pero debía mantener mis formas. Me había informado sobre osos en el pasado, sobre osos pardos al menos, y sabía que huir de ellos era lo peor que se te podía pasar por la cabeza. No sabía si también se debía ese caso a este tipo de osos, pero no quise descubrirlo. Me agaché y ayude al hombre a levantarse, el cual parecía algo atontado por el golpe.

- Corra a buscar ayuda... - Dije con la voz mas baja posible para no alertar al oso aún. - Intentaré distraerlo hasta que llegue.

Ni siquiera esperé a la respuesta del hombre y saqué la guadaña de mi espalda, agarrándola con mi mano derecha y mi otra mano ligeramente alzada, preparada para las maniobras con el arma y ambas manos si era necesario, dispuesto a pelear con la criatura.

El hombre en bañador abre los ojos y empieza a rascarse la cabeza con cara de circunstancia. Se levanta del suelo y empieza a estirar las piernas. - Uno, dos. Uno, dos... - Al parecer el loco ni se ha dado cuenta del oso que hay delante vuestro, y el animal parece que se está empezando a cabrear.

La bestia sale corriendo hacia vosotros y entonces, el tipo del bañador se da cuenta. Suelta un grito agudo y levanta las manos, para poco después ponerse a correr en círculos. - ¡Un oso, un oso! ¡Es un jodido oso!

La bestia sigue avanzando y lanza un puñetazo con todas sus fuerzas hacia ti, directo al pecho. Mientras tanto, el tipo loco del bañador sigue corriendo alrededor vuestro como lo que es, un loco.

El hombre se levantó, rascándose la cabeza sin darse cuenta de la bestia que acababa de tumbarlo de una santa hostia. Lo miré con los ojos abiertos como platos y la boca entreabierta. ¿De qué va este tío? Entonces, un gruñido invade el lugar y la bestia empezó a correr hacía nosotros, gritando al aire. El loco del bañador empezó a correr en círculos.

"Este subnormal va a conseguir que me maten..."

Entonces una zarpa fue directa a mi pecho con el propósito de atacarme en un golpe bruto y primitivo. Salté hacía mi derecha y moví la guadaña hacía atrás. Entonces, dirigí todo su peso hacía arriba utilizando las dos manos. Dibujando un arco en el aire, Zar'roc se movió desde detrás mio hacía delante por encima de mi cabeza dirigiendo su negra hoja al brazo de la criatura con el propósito de inutilizarlo.

A nuestro alrededor, el pirado del bañador seguía dando vueltas cual peonza y mis ganas de dejarlo inconsciente de un golpe aumentaban.

El oso esquiva el guadañazo, pero aún así recibe un pequeño corte en el brazo. Pero no consigues pararle. Al recibir dicho corte lanza otro puñetazo con su otro brazo, directo a tu estómago, con fuerza. Por si fuera poco, al acabar ese puñetazo cargaría con fuerza hacia ti con su cuerpo, con su lado izquierdo.

Mientras tanto el tipo del bañador sigue corriendo alrededor vuestro. Se para de golpe y de señala con la mano derecha. - ¿Tú eres idiota? ¡Hazte el muerto! - Tras esas palabras se lanza al suelo de espaldas, con fuerza, y empieza a dibujar un ángel con sus brazos y piernas.

La hoja de Zar'roc no consiguió mermar la carne del animal, pero si su piel. Tras ello, dirigió otro golpe con el otro brazo hacía mi pecho de nuevo. Haciendo una mueca por la sorpresa, saltó de nuevo hacía el lado contrario al que salté anteriormente, con el propósito de esquivarlo de nuevo y hacer que perdiese el equilibrio al cargar con todo su cuerpo. No quería recibir un golpe directo de tal bestia.

Y después, si mi propósito se cumple y la bestia pierde el equilibrio, me posicioné tras su espalda y dirigí un segundo guadañazo hacía esta, queriendo provocar un gran corte entre la parte trasera del hombro izquierdo hasta el lado derecho de la cintura.

Y a nuestro alrededor, el loco me señaló, gritó y se tiró al suelo. Empezaba a ponerme de los nervios y, en cualquier momento, la guadaña iría a su cabeza.