¡10 años en activo! Hace ya 10 años que esta comunidad, todavía más antigua, encontró su lugar en OPD. Los tiempos han cambiado y los usuarios más antiguos han dado paso a las nuevas generaciones que hoy rolean, pero siempre con el mismo espíritu que nos vio nacer: Construir juntos la historia más grande jamás contada. Da igual si acabas de llegar o llevas una vida; si te quedas o te vas: Gracias por hacer de este foro un lugar mejor.
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El ocaso del North Blue Empty El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 1:52}

Normas del Capítulo:

  • Si no respetas el rol, el rol no te respetará a ti.
  • No repitas mis palabras, ya sé lo que he escrito.
  • Se sancionará cualquier acción perniciosa.
  • Se recompensará la estrategia, así como la valentía y el respeto a la psicología.
  • Sons of Anarchy no podrá perder su barco por capricho del moderador.
  • El moderador puede saltarse la norma anterior.
  • La estupidez no se considera desventaja.
  • Sólo se muere si yo lo digo.
  • Los retos resueltos en desventaja se valoran más.
  • No se valorará la extensión, sólo la originalidad, intensidad y calidad.
  • El máximo de experiencia repartida será de 20.000 puntos de experiencia.
  • Postearé cada 36-48 horas, y no garantizo la seguridad de nadie a quien salte el turno.
  • No hay orden de posteo. Sólo se permite un post por moderación, salvo casos muy concretos que se avisarán al implicado.
  • Hay libertad plena si no se indica lo contrario.

Peticiones desde la moderación:

  • Se ruega a los niveles altos no abusen de otros jugadores.
  • Se ruega a los que buscan un premio elevado demuestren aptitudes elevadas.
  • Se ruega a Midorima que no pierda extremidades en esta ocasión.
  • Se ruega a todos que busquen, ante todo, disfrutar.


Situación general:



Barcos de casco negro se ven en la londananza de casi todas las islas del North Blue. El Gobierno, reducido a un pequeño enclave formado por las tres últimas islas de cierta importancia que controla, planea cómo hacer frente a la invasión del North Blue que el Rey Vampiro ha organizado. Hay muy pocas esperanzas de éxito para los pocos valientes que osan enfrentar al megalómano Tirano, pero unas pocas luces se encienden en esta noche oscura. Atrincherados en Darmer, gran parte de la Marina se reúne en estos momentos con el Ouka Shichibukai y da las últimas órdenes antes de la batalla que se aproxima, mientras el rumor de que algunos revolucionarios planean negociar una alianza con Derian se esparce por las islas como una rápida mecha hacia un barril de pólvora. ¿Tal vez la Marina haya perdido a su aliado circunstancial más poderoso? Es difícil saberlo de momento, pero las cosas están muy feas en el mar.

Cualquiera que mire al cielo puede ver una gran masa negra en el cielo, una especie de noche que afecta a una isla, sólo una isla. Hallstat, capital del autoproclamado Imperio Markov vive en la oscuridad permanente para gozo de sus inhumanos habitantes. Sólo los más valientes (o locos) pueden aventurarse en la isla para comprobar los horrores que ha creado, y los poderes oscuros que ha esclavizado el Rey Nigromante en las profundidades de su reino.

¿Estáis listos para cambiar la historia una vez más?
Mapa general:

Akashi:
Aki:
Alex Cooper:
Anglesey:
Alwyn:
Amy:
Aria:
Arribor:
Arthur:
Baozar:
Barbazul:
Beliar:
Bleyd:
Byakuro:
Chrome:
CK:
Caddie:
Deathstroke:
Deivid:
Derek:
Drako:
Edward:
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Elki:
Emile:
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Kazumi:
Kazuo:
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Keth-Selim:
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Kuroi:
Kusanagi:
Maki:
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Melchiah:
Midorima:
Murasaki:
Nemo:
Noc:
Nolan:
Onox:
Rocket:
Xanxus:
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Rose:
Roy:
Ryuta:
Sawn:
Shun:
Starus:
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Teovaldo:
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Trinidad:
Worgulv:
Sinclair:


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El ocaso del North Blue 5rJAbZo
Siempre en el corazón:
Waiting for next admiral:

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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 3:33}

Aquí estaba otra vez. Mi tercera gran guerra y yo era un participante apoyando al gran Rey Derian Markov. En cierta manera, lo que pasara o no me daba igual, yo solo lo hacía porque estaba en deuda con él y aunque lo ayudé en su conquista de su isla natal, aun me sentía endeudado con él. Aparte, nunca dejaría escapar la chance de poder enfrentarme a tipos fuertes. ¿Acaso nunca cambiaría? Ahora mismo lo dudaba, aunque ni siquiera me importaba. Me giré para ver a los tipos que estaban a mi mando… Los vi a todos, esperando mis órdenes, suspiré de forma pesada mientras me ganaba en un sitio más elevado. Era hora de empezar con la acción.
 
– ¡Cabrones! – grité para llamar su atención. No tenía idea si me escuchaban y poco me importaba si lo hacían o no. – Si están aquí es para dar sus vidas por la victoria. Los cobardes no son admitidos. Si alguien quiere largarse y vivir una vida pacífica… Es el momento. – al menos era buen improvisando cosas y discursos para motivar al resto… O eso creía. No recordaba alguna vez en que mis palabras no hubieran surtido efecto en alguien. – Los que se queden, deberán entender dos grandes cosas. – una larga pausa. Eleve un poco mi más mi voz y también agrave mi tono. – La primera, nadie asegura su vida. Tampoco que logren seguir viviendo el día de mañana. ¡Nadie promete que el futuro que venga es seguro! – una última pausa mientras me movía por la pequeña roca, elevando mi brazo derecho en pose de victoria. – La segunda cosa es que… ¡Nadie recuerda a los perdedores! Los que escriben la historia son los vencedores, los que caen en batalla son borrados y nadie los recuerdas. ¡Yo no planeo perder! Escribiré mi nombre en los libros de historia y hablarán mil años de mí. Inventarán canciones sobre mi persona. – bajé mi brazo y me puse un poco más serio. – ¿Ustedes quieren lo mismo? Entonces ¡Solo hay que vencer y aplastar a nuestros enemigos! – bajé de la roca y empecé a caminar rumbo a los futuros guerreros. A los que lleven a Derian a una victoria. – La única orden que daré, defiendan este sitio a muerte. Nadie debe pasar por ustedes. Demuestren de qué están hechos. – finalicé con fuerza mientras rompía las filas. Había dos cosas que no encajaban bien. La primera que no había visto a nadie vivo, aparte de nosotros, y que todas las fábricas estaban sin puertas ¿Qué estaba  pasando? No era normal que se dieran esas dos coincidencias. Definitivamente… Tenía que investigar. Podría haber un tesoro de muchos ceros encerrado en esta isla o alguna arma legendaria… Sea como sea… Solo lo sabría si investigaba.
 
Activé mi mantra mientras emprendía carrera. Con un par de vueltas por los alrededores cercanos bastaría, luego regresaría al frente de batalla y apoyaría con mi fuerza a las tropas en la defensa de este lugar. Y luego… Luego… Ya pensaría que hacer. ”Solo no cometas idioteces. Y por tu bien que Dexter ni se entere que estás aquí… Y… Vivo” – ¡Demonios! Era verdad… No había caído en cuenta que para muchos de mis estaba muerto… Si el dragón se enteraba… Si se enteraba… Seguro se molestaba por estar apoyando a Derian y no a la justicia. Suspiré con pesadez, nunca me había gustado mucho su sentido de justicia, era demasiado bueno en un mundo lleno de caos ¿No era yo parecido? Sí, quizás me había ablandado con el tiempo… Solo un poco…. ”Bueno, entre tanto caos no creo que me lo encuentre. Las posibilidades son una entre millones. No lograría encontrarme… Creo…” – pensaba sin darle mucha importancia al tema. Si me lo encontraba improvisaría, aunque entre la sorpresa que estaba vivo luego de recibir un rayo y la confusión de la guerra, podría manejarlo… En parte.... O era un idiota o era demasiado positivo... Fijo era lo primero.
 
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 4:48}

¿Qué me impulsaba a participar en esta masacre? ¿Por qué tenía que ayudar a los idiotas que no me agradaban? Dos razones: Primera, odiaba que un tipo salido de la nada se proclamara rey porque sí. Segunda, como él se hiciera con el poder, nada me aseguraba que mis nakamas estuvieran a salvo. Sí, no estaba ahí metido, en medio de una guerra y, posiblemente, una de las pocas que tendría el privilegio de vivir en primera persona, no eran motivos egoístas. O en parte si… También quería ganar un poco de fama y también quitarme a los bastardos de la Marina y del Gobierno de mis espaldas un tiempo. ¿Funcionaría? Solo lo sabría una vez atracara en la primera isla que vi. Llegué sin dificultades a un muelle de maneras nobles y de color oscuro. Ni siquiera quise asegurar el barco, nadie ni nada me aseguraba que me iría de este sitio con la misma embarcación con la que llegué. Tampoco había nadie para cuidarlo. ¿Razón? Estaba en esta guerra solo ni siquiera dejé que Hayate, mi mascota, me siguiera. Me giré y… Solo vi caos. No, no solo eso… La guerra ya había estallado. ¡Ni un minuto de paz!
 
Avancé un par de metros para ver todo mejor. Y… No lograba entender, un pequeño grupo de opositores al “Gran Rey Derian Markov III” peleaba contra… ¿Humanos? Dudaba de qué mierda eran. Eran en apariencia, pero con una musculatura sobredesarrollada ¿Ojos rojos? Y sus movimientos eran bestiales, parecidos a los animales y carecían de inteligencia. ¿En serio eran personas? Suspiré mientras me quedaba tranquilo, al parecer, nadie se había percatado de mi llegada. La pelea se iba a decantar, a ese ritmo, para el bando de las cosas raras y eso significaría que todos los pueblerinos iban a morir pero ¿Debía gastar mis energías en ellos? Y ¿Si llegaba alguien mucho más problemático? ¿En serio necesitaban de mi ayuda? A pesar de todo lo que había experimentado, en esta situación, solo debía velar por mi propia seguridad. Había mucha gente esperándome y no las iba a defraudar. Tendría que dejarlos a su suerte, aparte solo sobrevivirían aquellos que merecían la vida. ”Decidido, entonces” – pensé mientras activaba mi mantra y caminaba con “tranquilidad” hacia otro lado.
 
– En estas situaciones se ve la verdadera forma de los humanos. – decía en un susurro mientras caminaba. Mirando de lado a lado, sin perder de vista nada que podría ser llamativo. – Es aquí donde se mide la delicada línea entre el bien y el mal. Desde otro de punto de vista lo que hace el Shichibukai no es malo... – coloqué mis manos en los bolsillos de mi abrigo rojo, a juego con mi pantalón verde. – Para otros es ver la resurrección del diablo en persona. Aunque a para mí esto es indiferente… – una breve pausa en mis palabras y en mi andar. Miré sobre el hombro como se iban desarrollando las cosas a mis espaldas. No es que estuvieran tan mal, aguantarían un rato… Aunque me causaba curiosidad saber qué mierda eran esos tipos de ojos rojos y con nada de humano salvo la apariencia. – Esto que hacen los humanos es cíclico. Nunca aprenden de sus propios errores. Giran en círculos y tropiezan con las mismas piedras. – seguí mi andar con paso tranquilo y calmado. No me inmutaba todo lo que estaba pasando, no estaba nervioso y ni siquiera intranquilo por las cosas que estaba viendo. – Solo participo por asegurar un buen futuro a mis nakamas. El resto no me interesa, velo por ellos y por ellos es que lucharé. Si es necesario derrotar a ese imbécil de Derian, lo haré. – finalicé con fuerza y apreté mi puño derecho con fuerza. No debía y no podía olvidar mi eje de acción, el motor de mis músculos eran esas personas que confiaban en mi regreso. Era todo. Todo lo que realmente importaba.
 
Caminaba sin un rumbo fijo, mi idea era encontrar alguna tienda y robar algunas cosas, ¿Qué? Lo primero que encontrara y fuera de utilidad. Había perdido el collar que le iba a regalar a Asuna, lo cual me “condicionaba” a encontrar otro. También podía encontrar un buen tesoro o algo más interesante, algún secreto que me revelara información sobre los “D.” o el Siglo Vacío. A pesar de un tiempo aun no encontraba nada referente a ese tema y quizás la clave estaba aquí, solo debía saber buscar.
 

Resumen chachi:
Aki D. Arlia
Terror de los siete mares
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 11:40}

-Oh dios mío.- Dije mientras apretaba mi cara contra la blanca superficie y me encogía para estar más a gusto. Las sábanas se deslizaron, acompañándome en el movimiento y arrancándome un suspiro de satisfacción. De haber sabido que la cama de Derian era así habría venido mucho antes solo por ella. La almohada enorme y blandita, además de que el tamaño del colchón y la calidad de las sábanas invitaban a no abandonarla jamás. Jamás. Pero en algún momento debería hacerlo, pues con una guerra a medio hacer dudaba que Derian volviera pronto, y no sabía si buscaba algo más de mi. ¿Tendría algún trabajo o podría quedarme en la cama por horas? Hmm, lo segundo sonaba tan tentador... el problema era que si me levantaba a averiguarlo no tendría tanta gracia volver a tumbarme. Nada como la primera impresión, ¿Cierto? Aunque dado que me iba a quedar un tiempo, seguramente volvería a disfrutarla. Hora de levantarse, pues.

Desperezándome me incorporé y dejé que las sábanas rojas como la sangre me abandonaran. Estaba desnuda, pero no hacía frío, así que no me preocupaba. No veía mis ropas, pero mis pertenencias estaban en una silla al pie de la cama. ¿Pretendería que saliera desnuda? Eso no podía ser, en este castillo enorme habría mucha gente y es sabido lo posesivo que es Derian con sus pertenencias. Me encogí de hombros y abrí la puerta que había al fondo a la derecha. Daba a un lujoso baño y sin entretenerme me metí a la ducha. El agua caliente lavó el sudor de mi cuerpo y trajo la melancolía a mi cabeza. ¿Cómo había acabado aquí? Ah, cierto... al entrar a aquella taberna de Samirn y oír lo ocurrido en Mariejoa había salido corriendo. Mandando una breve nota a Akon y escondiéndome en una isla en mitad de la nada. -¿Por qué?- Me lo pregunté entonces y me lo preguntaba ahora. ¿Por qué todos aquellos a los que amaba morían? No fue una, ni dos veces, sino tres. Incluso Byakuro había muerto antes de volver. La vibre-card había ardido... Y sin embargo, yo seguía viva. Había intentado seguir la justicia, vivir sin hacer demasiado daño a nadie, y el destino me había devuelto al barro una y otra vez. La semana que había pasado en aquella isla oscura... solo recordaba momentos sueltos, y ninguno bueno. Desquiciada, cabreada con el mundo, descontrolada, ni siquiera Cetus había querido estar cerca. Ah, pero ahora era diferente, yo había cambiado. Ya no iba a intentar evitarle el mal a nadie. ¿Qué importaba, si la muerte no podía eludirse? No había razón para que yo siguiera aquí, pero aquí estaba. Y el mundo en general lo iba a lamentar, yo me encargaría. No era justo que Karl, y Katrina estuvieran muertos, y el resto del mundo siguiera vivo. ¿Habían hecho algo para merecerlo siquiera? Oh, pero daba igual... al destino no le importa quién muere y quien vive... pero a mi si, y si me ponen a prueba seré peor que la propia muerte... pues ya todo me da igual.

¡Cuán apropiado fue el discurso del rey Derian! Retransmitido por todos los rincones del mundo, enseguida me hizo recordar aquella noche de borrachera. ¿Una guerra en ciernes? Oh, yo sabía bien de qué lado debía estar. Así que volví a llamar a Cetus a mi lado y allá que me fui. Y sin duda, había sido una buena decisión.

Abri los ojos, seguía bajo la ducha y el agua ya salía fría. Meneé la cabeza y cerré el grifo. ¿Dónde estaría mi dragoncito ahora? Me escurrí el pelo y me envolví en una enorme toalla negra antes de volver a la habitación. Anduve curioseando y rebuscando entre los cajones hasta que encontré un par de vestidos, suponía que dejados para mí. Escogí uno negro y ajustado, de enorme escote pero manga larga y falda corta. Era de buen corte y exquisita manufacturación, se notaba que el rey Derian solo buscaba lo mejor. Mi pelo rojo destacaba sobre el negro, y me sentaba perfecto. Sonriendo, rebusqué una vez más entre los cajones. Agarré algunas joyas y me las coloqué, tenían pinta de ser muy caras. No podía robarle dinero porque si, pues seguro que lo descubría y aún no me convenía enfadarle, pero las joyas...Si me arreglaba para el rey, nadie podría echarme nada en cara.  Me calé mis botas negras y até la bolsita con mis pertenencias a la cintura, además de coger mis armas. Abrí la puerta del cuarto y enfilé el pasillo con la intención de buscar a Derian y a Cetus y tal vez comer algo. Tanta actividad da hambre.

Resumencito:


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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 12:12}

Estaba en una isla llena de humo, me dolía la cabeza y estaba junto a un deposito con agua con una llave de paso que parecía muy delicada.

De pronto, un tipo me dijo que me moviera si no quería que me pasara lo mismo que a la hierba por culpa de los gólems. Y que me atente a las consecuencias.

- Maldito seas, ojala pudiera ensartarte la cabeza en una estaca. -Pensé

Me empecé a mover al mismo ritmo que las figuras humanoides que habían salido del brazo de aquel tipo. La guerra ya ha comenzado y había que asegurar la victoria de Derian, su conquista del North Blue y de matar a cualquier opositor que se atreviera a meterse conmigo o con los ideales de Derian.

El tipo que me había gritado y había creado las figuras humanoides era de lo más interesante. Seguramente tendría el poder de alguna Akuma no mi. Tenga poder o no, la verdad es que me la traía floja. Yo solo estaba aquí por que yo quería, porque me gustaba ver el sufrimiento ajeno y ver como la Marina va decayendo poco a poco, mientras se oyen los gritos de sus rangos más bajos cuando les hacías sufrir y su vida se extinguía lenta, pero dolorosamente.
Derian debía cumplir su objetivo yo estaba aquí por que quería que lo lograse. Seguramente luego haría como "si te he visto no me acuerdo". Prefería ver el North Blue, conquistado por alguien como Derian que por el Gobierno Mundial.
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 13:13}

“Necesitamos que abras una brecha en la zona norte del imperio del Tirano, puedes pedirnos recursos y hombres pero recuerda que estamos en guerra y no los tenemos ilimitados.  Así mismo te proporcionaremos un Den Den Mushi para que contactes con el mando cuando hayas terminado tu misión y podamos darte la siguiente, e incluso llegado el caso algunos refuerzos”

Iba recordando lo que la nota de mis superiores me decía mientras navegaba en aquella barca. Una barca pintada de camuflaje con tonos oscuros, como los informes indicaban que eran las de la flota del Tirano, pues así nos sería más fácil la infiltración. Me acompañaban los pocos valientes, locos o temerarios que habían aceptado la misión. La verdad es que tampoco había pedido mucho pues un equipo reducido y sigiloso siempre puede dar mejor resultado que un ejército entero. El único requisito que había incluido para ellos es que fueran expertos en sigilo. Lo poco que pude hablar con ellos me desveló que la mayoría eran tiradores, quitando algún asesino y un espadachín. Todos habían pedido ser voluntarios para el grupo pues provenían de este mar. Pertenecían al CP2 y alguno a al CP3, lo que me daba cierta confianza en ellos pues no eran reclutas. No me gustaban los que provienen de familias pobres, pues no los consideró aptos, pero el que se ofrecieran voluntarios para algo así y que hubieran llegado casi a mi rango les daba cierto margen.  Además como aprendí en otra ocasión conocer a tus hombres puede resultar útil llegado un momento de necesidad. Y si estos confían en mí y me ven como su líder harán cosas que no harían en otros momentos.

El viaje desde la isla principal estaba siendo muy tranquilo, de momento no nos habíamos encontrado con nadie en el mar, habíamos dejado atrás ya una pequeña isla. No paramos por que tenía en mente una algo más grande. Cuando estábamos pasando cerca de una mayor, la reconocí como mi objetivo gracias al mapa que había visto antes de partir y mi memoria fotográfica. En sus costas se veía la forma de algo, daba bastante repelús, y no conseguí adivinar que era. Decidí que diéramos un pequeño rodeo en busca de algún lugar por el que desembarcar y esconder nuestro transporte, además esperaba que lo que fuera aquello no estuviera por toda la costa. La oscuridad que había desde que entramos en los dominios del tirano no ayudaría a nosotros también. Usar sus métodos contra él podría ser arriesgado pero a la vez podría resultar muy efectivo, quien sabe lo mismo no se lo espera.
Melchiah
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 13:27}

Apenas hacía unas semanas que me había unido a las filas de la Armada Revolucionaria y ya me encontraba metido de cabeza en lo que parecía ser una guerra a gran escala, así que debía ir con sumo cuidado, era consciente de mis propias limitaciones y de la existencia de personas no sólo más fuertes que yo, sino a las que no podría ni hacerles un rasguño antes de que me destrozasen, así que una mezcla entre tensión y nerviosismo anidaban en mi interior, haciéndome prácticamente imposible mostrarme alegre.

Al desembarcar la estampa no podía ser más desoladora, aquel lugar parecía estar completamente desierto y en el ambiente había un fuerte olor a humo procedente seguramente de unas ruinas todavía llameantes que se observaban al frente.

Según tenía entendido estábamos allí para luchar contra un tal Delian o Dorian, nunca he sido muy bueno acordándome de los nombres de la gente, bueno, un rey loco que había hecho cosas malas, debería poner más atención en las reuniones cuando nos cuentan estas cosas. Pero no parecía que fuésemos a encontrarle en aquel lugar. Si todavía se encontraba en la isla, estaría bastante por delante de nosotros ya que a primera vista no se veía ni un mínimo de actividad en el horizonte.

En el lugar nos encontrábamos varios revolucionarios, al mando había una chica bonita, no recuerdo el nombre, de haber estado en otras circunstancias seguramente le habría invitado a tomar una copa, pero no tenía el cuerpo para ligoteos superfluos, de hecho ni tan siquiera podía fumar y no paraba de golpetear con los dedos de la mano en mi pierna.

Avancé lentamente hasta la estructura humeante que había frente a mí para contemplarla, tuve que meter mi mano derecha en el bolsillo del pantalón para poder dejar de moverla nerviosamente. Parecía un cuartel de la Marina, pero estaba completamente destrozado, como si lo hubiesen atacado ferozmente durante horas, el lugar donde debería haber estado la puerta era un enorme agujero rodeado de escombros. Mientras me acercaba miraba fijamente hacia la estructura intentando distinguir algo entre las montañas de cascotes que la componían.

En algún lugar a mi derecha escuché un sonido, como si algo o alguien viniese a toda velocidad a algún lugar no lejano a donde me encontraba. Noté una descarga de adrenalina y toda la tensión que llevaba en los músculos se desató, di un salto a un lado y corrí rápidamente hacia la pared más cercana que se mantenía en pie, apoyando mi espalda en ella poniéndome en posición lo más defensiva que pude mientras miraba a un lado y a otro para intentar determinar el origen del ruido mientras el corazón retumbaba en mi pecho y cabeza como si intentase escapar. Hasta que descubrí el origen de mi sufrimiento.

- ¡Mierda de escombro que susto me ha dado! –Grité señalando el trozo de escoria ardiente que paró unos metros más allá.

Dejé escurrir mi espalda por la pared hasta que acabé sentado en el suelo y comencé a reírme de mí mismo y mi reacción.  Este tremendo susto me hizo replantearme como había sido mi comportamiento desde que puse el primer pie en la isla, todo el rato había estado asustado, no era bueno andar con tantos nervios. Es cierto que era mi primera guerra y que sería peligroso y debía andar con pies de plomo, sí, pero estar tan asustado me podría llevar a dar un paso en falso que podría tener fatales consecuencias. Me mantuve así un par de minutos respirando profundamente para intentar tranquilizarme y pensar con claridad. Estaba en una zona destruida y no había signos de vida, quizá nos estuviesen tendiendo una emboscada y por ello había que ir con cuidado, pero también había que reunir información sobre lo que ha ocurrido y a lo que nos enfrentábamos.

Lentamente me levanté, saqué de mi bolsillo el paquete de cigarrillos marca Red Apple y mi mechero y colocando un pitillo en mis labios, lo encendí. Di una larga bocanada que me inundó los pulmones de humo obligándome a disimular una tos y comencé a caminar hacia los escombros de lo que hacía no mucho era un enorme cuartel de la Marina sin perder de vista a mis compañeros. Empecé a levantar trozos de muro y madera aquí y allá con la esperanza de encontrar alguna pista o a alguien que me pudiese contar algo de lo que había pasado allí y si había algo de suerte, algún objeto valioso no estaría de más tampoco.

Así en cortico:
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 14:02}

Mi primera misión desde hace mucho tiempo y, seguramente, la más complicada a la que me he enfrentado hasta ahora. Infiltrarme entre las tropas de Derian y recabar datos en batalla de ambos bandos, si era posible, interferir en la batalla a favor del bando que estimase necesario para recabar más datos. Esa era la misión, lo malo era que… la posición que me habían asignado era, con diferencia de la que menos información podía sacar, ejecutar prisioneros, el equivalente en una guerra a “sacar la basura”.

Para poner las cosas peor, el que debería ser mi superior, no hace más que meterme prisa para que ponga fin a la vida del pobre diablo que tengo en frente. No soporto que una forma de vida tan primitiva me dé órdenes, y mucho menos de esa forma, pero tengo que calmarme, no puedo estropear mi tapadera ahora. Hablando de humanos, todos los soldados que he visto hasta ahora parecían ser muy humanos, no he visto ninguno de los monstruos de los que hablan los rumores.

Miro al prisionero con cierta indiferencia, es un humano de avanzada edad, el cual parece estar aterrado ante la situación. No entiendo la razón por la que debería tener miedo a la muerte, en esta situación sus posibilidades de sobrevivir son prácticamente del 0%, incluso si lo intento salvar se convertiría en una carga por lo que acabaríamos muertos los dos. No tiene sentido pensar en estas cosas, acabaré el trabajo y miraré la forma de que me asignen a otro puesto más útil.

-Patético.- Digo por lo bajo al mirar esa débil criatura mientras desenvaino mi espada –Ha llegado el final de tu vida útil, considérate afortunado de que sea un ser superior como yo quien te ejecute de forma rápida.- Dije mientras miraba a sus aterrados ojos.

Acto seguido tomé posición y descargué un preciso tajo contra su cuello, decapitándolo en el acto. Sin pestañear, sacudí la sangre de la hoja de la espada y la envainé de nuevo mientras me daba la vuelta, antes de que la cabeza de ese humano llegase a tocar el suelo. Con paso lento pero firme caminé hasta mi “superior”.

-Si no tengo nada más que hacer me gustaría que me asignasen otro puesto. No quiero estar encargándome de la basura todo el día, además, estoy segura de que alguien se ofrecerá voluntario para limpiar este desastre.- Dije de forma fría, casi inexpresiva mientras me concentraba para usar mi telequinesis sobre el tercer soldado a mi derecha para darle un empujoncito en la espalda y que saliera de la fila.

Con un poco de suerte lograría que me asignasen a un puesto donde poder desempeñar mi labor con más eficiencia.
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 15:16}

La luz del sol de la mañana golpeó el rostro de la chica que, como ya era costumbre, se había quedado dormida subida en la vigía del barco junto a Eagle y Owl, quienes se desertaron casi al mismo tiempo que su dueña. Un largo bostezo salió de su garganta mientras se incorporaba, estirándose  y quedando apoyada con la espalda en la barandilla de madera que evitaba que cayera al vacío mientras dormía. Tardó un poco más en desperezarse, frotando sus parpados enérgicamente. Tras eso se puso en pie y tomó aire fresco antes de bajar a la cubierta, tenía que aprovechar el aire limpio mientras podía pues, una vez abajo, su olfato se vería inundado del olor a tabaco, el ron y la comida cocinándose, aunque eso último no le parecía tan malo.  

Sin embargo, algo alteró a la pelinaranja al tocar el suelo de cubierta (tras haber hecho un salto con tres mortales y caer de pie como sí nada). -No está...¡No hay nada! ¿¡Dónde está!?- Exclamó la chica mirando a uno y otro lado del barco, mientras su cola de felino se movía de un lado a otro con nerviosismo y mantenía sus orejas en alto. Bueno, esa reacción era bastante normal, al no poder captar ninguno de los olores que solían invadir a esas horas el barco. Alarmada, se dispuso a entrar para buscar a sus compañeros, aunque segundos antes de llegar a tirar de la trampilla por la que se baja a los camarotes, un movimiento brusco del barco  provocado al encallar, hizo que la chica cayera rodando varios metros hacia atrás. -Ugh....maldita lagartija...esa no es forma de amarrar un barco...- Se quejó, pensando que quizá habían avistado tierra por la noche y echado malamente el ancla cerca  de la isla en la que se encontraba ella en aquel momento. Eso explicaría que no hubiera ningún olor o ruido en el barco, aunque eso no quitó el hecho de que se asegurara de estar en lo cierto empleando su Haki de observación. -Ni un alma...Bueno, entonces deberé ir a buscarles yo...-

Tras haberse encaminado previamente a el cuarto "compartido" en el que en teoría dormía, para coger sus armas y sus guantes, la chica de ojos violáceos tomó carredilla para  bajar del barco empleando el mismo método de antes, esta vez cayendo sobre sus cuatro patas felinas. Antes de marcharse, se aseguró de dejar a cargo del barco a Sumire y a Owl. Consigo solo iría Eagle para agilizar la búsqueda de sus compañeros. Si se habían ido solo porque les apetecía salir de juerga sin dejar siquiera una nota les iba a caer una buena.

Al tocar el suelo, Mura se percató en que la isla apenas medía unos pocos kilómetros cuadrados. El suelo que pisaba era suave y blando, aunque esté podría causarle problemas para moverse en su forma humana, sus pies sin duda se hundirían en la fina y blanca arena. -Bueno, no pasará nada si voy en mí forma animal hasta llegar a alguna zona poblada...- Se dijo a sí misma antes de comenzar a andar, divisando al poco de comenzar su camino, un pequeño pueblo entre las palmeras que poblaban el lugar. -Tal vez estén ahí.-  
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 16:59}

"¿Discreta? ¿Cómo iba yo a atacar de forma discreta? ¡Por el amor de dios, que me dejen disparar a algo de una vez!"

Bostecé sentado en el hombro de Onox, donde siempre estaba. Abrazaba a mi arma como reconfortándola, diciéndole que pronto podríamos matar cosas. Desde que vinimos Xanxus, Onox y yo a este lugar, con el propósito de unirnos al monarca loco, estaba nervioso y con ganas de seguir la avanzadilla. Y, conociendo a Onox, el lo estaría mucho más. Suspiré y me puse de pie sobre el hombro del semi-gigante y observé a un lado, buscando la mirada de Xanxus.

- ¿Qué haremos? ¿Obedecemos órdenes o hacemos como siempre?

Me quedé quieto esperando a su respuesta, si es que siquiera respondían. Finalmente, entramos en el submarino. Todo el mundo parecía tener la rabia clavada en el rostro y algunos me miraban fijamente debido a mi aspecto animal. Les respondía simplemente con un ligero gruñido enseñando los dientes. Entonces, me dirigí de nuevo a Onox y Xanxus.

- Si morís, me quedo con vuestras cosas. Les pondré un láser o algo.



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Now you're trying to run, and it's making me laugh
Ha ha ha
Where ya gonna go to?
Tryin' to hide, but you know that I'll find you
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I'm Rocket, do I have to remind you?


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~I started a joke. But I didn't see... that the joke was on me~
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 17:32}

Un cielo soleado y azul sobre su cabeza, una jarra de cerveza bien fría, el movimiento constante de las olas bajo la madera del bote... ¿qué pirata no soñaría con algo así? Sin embargo la realidad no siempre es como uno se la imagina y en el caso de Arribor, la culpa de eso suele tenerla una única cosa: Franklin. Todo iba bien hasta que apareció. En ese momento se le cayó la cerveza y se percató del enorme manchurrón negro que flotaba a mucha distancia. Era como si hubiese atraído la mala suerte. -"¿Será una nube?" -pensó el pirata sin darle mucha importancia. Había visto cosas más raras y, en cualquier caso, tenía otras cosas de las que preocuparse.

La guerra se avecinaba de nuevo, esta vez en el North Blue. ¿Quién luchaba en ella? ¿A quién le importa? ¿Cuál es el motivo por el que pelean? Ese es su problema. ¿Porqué Arribor estaba allí? Bueno, esa respuesta era tan simple como las anteriores: estaba allí para cazar vampiros. Aquel día, cuando despertó resacoso rodeado por un muro de ladrillo de tres metros, construido mientras dormía por los aldeanos para mantenerlo lejos de sus bares, fue cuando recibió la noticia. O más bien la oyó de casualidad.

No era la primera vez que oía hablar de Derian Markov. Elegante, educado, fuerte... Un noble de algún lugar lejano y lluvioso cuyo nombre no recordaba,pero que era tan frío como su mirada y tan imponente como su poder. Estaba deseando acabar con él. Aquel era su deporte. Surcaba los mares en busca de lo que le apeteciera y nada le tentaba más que la idea de derrotar a alguien tan siniestro como el conde vampiro. De hecho, cruzó medio mundo solo para meterse en medio del conflicto que tenía con la Marina por alguna razón que en realidad no le importaba. Se desharía de todos aquellos que se metieran en medio y luego terminaría aquel combate inconcluso que ya empezaron en su día. Ese era su capricho.

Pero para fastidiarle la fiesta allí estaba su mascota. No entendía por qué no lo había ya metido en un saco y ahogado en un río. Probablemente porque le hacía compañía o porque le gustaba ser el guapo de la pareja. Se acercaba ya a una isla cuando la morsa apareció. El ya tenía pensado desembarcar allí pero su compañero estaba bastante más entusiasmado. -¿Qué haces? ¿Para que diablos has salido? -le preguntó el pirata al ver como se le quedaba mirando con su babeante y diminuto rostro. La morsa aplaudió con las aletas y emitió un extraño sonido antes de señalar con la cabeza hacia la costa. -Si, si. Ya llegamos. Ten paciencia, no me apetece remar.

Fue entonces cuando, bien porque hubiera olido algo o porque su estúpido cerebro no daba para más, se colocó en la proa del bote y echó a remar. Arribor se sobresaltó al ver como el bote se inclinaba peligrosamente hacia delante. Si caía al agua estaba perdido. Se planteó patear lejos al animal pero seguramente caería también al agua. -¡Franklin! ¡Para ya, maldita cosa! -El violento pirata acompañó sus palabras con un puñetazo directo a la cabeza, pero el animal estaba tan acostumbrado a su violencia que se transformó en concha y el golpe atravesó la madera del barco.

El agua empezó a entrar cuando la morsa volvió a aparecer para agarrarse a Arribor. Este se sujetó a la parte de popa, algo más elevada que el resto, como si fuese un gato subido en una rama, mientras la morsa le arañaba la cara con los colmillos. Arribor vio su muerte reflejada en el agua. La suya y la de su molesta mascota, aunque de eso se encargaría él. Sin pensárselo mucho, agarró los remos intentando no tocar el agua y comenzó a remar con todas sus fuerzas hasta la isla mientras la embarcación se sumergía lentamente. No supo cuanto tiempo llevaba remando, ni siquiera se dio cuenta de que había llegado ya. Estaba tan concentrado en no ahogarse que pasó de largo el muelle y adentró la barca varios metros tierra adentro remando sin parar y gritando a todo pulmón para darse ánimos, dejando a su paso los trozos destrozados del bote.
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 17:44}

Me aburría. Demasiado. Bya estaba ocupado en su reunión con los demás Shichibukai, por lo que decidí dar una vuelta por los alrededores del lugar. Tampoco pensaba que pudiese haber un peligro demasiado grande en aquel lugar.

A veces, durante el paseo, me preguntaba que demonios hacía allí. Podría haberle dicho que no a Bya y haberme librado de una buena cantidad de trabajo, pero no. Le dije que si. A saber en que lío me metería si seguía por allí. Suspiré y caminé, observando los alrededores. No había nada que llamara demasiado la atención a parte de tres tipos con rostro bastante enfadado. Solté una pequeña risa y me di media vuelta, alejándome de ellos.

No tenía ningún motivo para acercarme a ellos o escuchar su conversación siquiera, por tanto empecé a caminar de vuelta al lugar en el que Bya estaba reunido, para seguir esperándolo. Durante el camino no dejaba de pensar en el aburrimiento que había en la situación. Ya podría pasar algo que rompiese la monotonía o... Lo que fuese. Bostecé y seguí caminando, total... No había nada que hacer.


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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 18:05}

Sus sueños siempre eran inquietos. Recuerdos borrosos de un pasado lejano, marcado más por el fuego y la sangre que por el bosque en el que siempre se soñaba. En los últimos días habían ido a peor. Probablemente debido a que sabía lo que se avecinaba: una nueva guerra en la que tendrían que enfrentar a otro monstruo. ¿Era esa la vida que los humanos tanto amaban? Lucha, tras lucha, tras lucha. En aquellos tiempos, cuando acababa de echar a andar por primera vez, ansiaba más que nada vivir como ellos, ser uno de ellos. Ver y proteger el mundo tal como era, hermoso y puro. "Parecen felices."- se decía. Pero ahora comprendía que los humanos había dejado de amar esa vida, y por eso estaban allí otra vez.

El Comodoro Kodama permanecía impasible en su puesto, preguntándose porqué nadie se acordaba nunca de que había dejado atrás el rango de Capitán. No era que "capitán" no sonase mejor que "comodoro", pero de cara a sus subordinados y compañeros tenía que hacerse valer. En la batalla, sus vidas estaban en juego y debían ser capaces de confiar plenamente los unos en los otros, teniendo una relación perfecta entre ellos. No podía permitir que los otros marines le perdieran el respeto. "-Espera, ¿eso es una hamaca?"

Desde la elevada posición que le otorgaba su forma de roble pudo ver como un par de marines colocaban una hamaca en su tronco. ¿Tanto tiempo llevaba dormido que le habían confundido con un árbol? Bueno, con un árbol de verdad. Rápidamente volvió a su forma humana y se plantó ante ellos. Se trataban de Suzume y Puño Rojo. El azúcar y el fuego. Eso le dio una idea. -¿Qué diablos estáis haciendo? -exigió saber el hombre árbol con su cara más aterradora. -Estamos en mitad de una guerra. -Miró durante unos segundos a ambos marines y luego fue a por varios vasos de agua. Cuando volvió, clavó de nuevo su mirada en ellos... y se sentó en una mesa con los tres vasos. Luego cogió varias de sus hojas y las dejó caer en los vasos. Arrancó una de las orejas de azúcar de Suzume, la cual se regeneraría gracias a su habilidad logia, y esparció el polvo blanco por los tres vasos. Luego se los tendió a Kai.

-Enciende esto, joven de fuego. -le pidió amablemente. -Disfrutemos de un té antes de que la tormenta nos engulla. Pero enciéndelo de lejos, no quiero chamuscarme.

JACK Y KAI, LEED MI BONITA FIESTA DEL TÉ

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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 18:27}

Yo, por esas calles sombrías y apagadas, caminaba atento a mi alrededor. Estaba en territorio hostil, si había un sitio en el que me necesitaran era ese. Sin embargo, no pude evitar sentir como el frío reposo de la guerra me acobardara por las entrañas. Esas calles, moribundas conexiones de este agónico pueblo, antes albergarían a las gente que paseaban o corrían, incluso jugaban. Ahora no son mas que adoquines arropados por el polvo y la pena. Es el final para esta vía por la que sólo yo me atrevía a caminar.

Me di cuenta de que tan equivocado estaba cuando noté como algo tiró de mi con fuerza. Bajé la guardia entre tanta desolación y me sentido se embotaron en la melancolía. No me percaté de que había alguien más. Ese individuo me metió dentro de un edificio. No pude descubrir a mi agresor hasta que ya estaba dentro de la construcción. "¿Quién eres y por qué no debería matarte ahora mismo?", dijo ella. Me sorprendió ver a una chica que podría tener mi edad. Parecía férrea y tenaz, seguro a causa de este conflicto.

-Tan solo soy un aventurero que ha venido a ayudar al que lo necesite. Si estás en pos del dolor y la muerte, adelante acaba conmigo-respondí, mientras llevaba discretamente mi mano derecha a unos de los cuchillos que tenía escondidos entre la ropa, a la altura de la cintura. No podía arriesgarme a un ataque real sin tener posibilidades de responder.


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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 18:45}

-¡Y la primera Miss Ghoul camiseta mojada es Miiiiiiiissssss Teriosoooo! - el público estalló en aplausos y silbidos. Era como si se hubiera desatado una fiesta de repente. Maki aplaudió también mientras le ponían una banda y una corona sobre la húmeda camiseta. Luego le hicieron un par de fotos con un Den Den Mushi y empezaron a pedirle autógrafos. Los extraños seres a su alrededor le alzaron en volandas mientras exclamaban su nombre. El gyojin se llevó la corona a la boca para ver a qué sabía pero no estaba muy buena. Aun así, era como si estuviese dentro de un arcoirís. La sinestesia, el curioso trastorno que le afectaba, le hacía ver los sonidos como si fuesen colores. Los repetidos gritos de su nombre eran como chorros de luz luminosa. Por suerte no aparecía el color rosa, de lo contrario le habría dado un ataque de pánico.

Lo cierto era que el día se había vuelto algo raro. Todo empezó cuando cayó del barco. Varios días atrás se encontraba tranquilamente en un barco de la Armada Revolucionaria, navegando hacia una especie de guerra contra horribles monstruos. Él simplemente se paró a mirar algo interesante en el horizonte y cuando quiso darse cuenta estaba en el fondo del mar. Nadó y nadó hasta que llegó a una isla donde paró a comer algo. Estaba casi vacía, manchada de algo rojo en algunas partes. Caminó por allí un rato hasta que se encontró con una tienda cerrada. Arrancó la puerta y dejó una bonita y perfectamente redonda piedra como pago por la comida que se llevó para el camino.

Por suerte no tardó en encontrar a alguien. Era un tipo grandote, con cara de loco y los ojos rojos. Tenía la boca manchada de sangre y estaba lleno de tierra y otras manchas rojas. Inmediatamente se dijo que parecía un tipo de fiar. El hombre se presentó con un nombre que no llegó a entender. Algo como Tiranosaurio o parecido. Antes de que Maki llegara a presentarse, el tipo le habló de nuevo:

-Guau, ¿tú eres un ghoul? Vaya, Lord Derian debe haber invertido una gran cantidad de poder para crearte.

-Emm... si. -contestó el pez gota.

-Llevas la ropa mojada. ¿Participas en el concurso?

-Emm... si.

-Ohhh, ¿quieres ser una futura Miss eh?

-Emm... si.

-Bueno, una vez que Lord Derian nos transforma da igual que parezcas masculino. Nosotros somos ghouls. Trascendemos los géneros y servimos a Lord Derian. Eso somos. ¿Cómo te llamas?

-¿Miss? -preguntó el gyojin confundido. ¿Qué era Miss? A lo mejor era un código secreto para matarle. Sí, tenía que ser eso. En ese momento decidió que no debía decirle quien era.

-¿Te llamas Miss? -El ghoul parecía desconcertado. Por suerte era bastante cortito. Por desgracia ambos lo eran.

-Emm... si. Soy Miss... Terioso. Miss Terioso es mi nombre.

Tal y como supuso, el ghoul se tragó su pequeña mentira. Pero la cosa se descontroló cuando acabó metido en el famoso concurso. Le echaron más agua y lo colocaron junto a otras mujeres, o al menos lo que él suponía que eran mujeres. Tenían la misma cara que Tiranosaurio y el mismo brillo carmesí en la mirada. Una a una fueron pasando por una pasarela muy elegante y repleta de focos mientras el resto de los presentes aplaudía o abucheaba. Pero a pesar del atractivo que desprendían, Maki... bueno, Miss Terioso logró ganar el concurso gracias a uno de sus guiños de ojos. Ahora que tenía la banda, la corona y una buena cantidad de nuevos amigos, se preguntaba a qué diablos harían con él y porqué no lo soltaban ya. Solo esperaba que no se lo comieran.

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Última edición por Maki el Vie 18 Sep 2015 - 18:02, editado 1 vez


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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 19:10}

"¿Por qué me han mandado a mi a intentar animar a los ciudadanos? Casi parece como si... quisieran librarse de mi presencia. ¿Me verían débil?"

El ratón suspiró. Mondo, el perro que siempre acompañaba a Caddie, pasó la cabeza por el brazo del ratón, soltando un pequeño lamento, como intentando consolarle por su preocupación. Caddie suspiró y, mientras caminaba, acarició la cabeza del perro. Caminaba con el perro a un lado, no veía caso montarlo aquella vez pues el recorrido era corto y no convenía cansar demasiado al pobre husky. Llegó al pueblo y pudo ver el caos y el miedo creados por el rey loco. Madres agarraban a sus hijos y huían y la mayoría de hombres afilaban sus herramientas para ser usadas como armas. ¿Pero será eso suficiente?

Al entrar al pueblo el ratón atrajo varias miradas. Aquello estaba bien, pues es lo que tenía que hacer. Atraer las miradas de la gente. ¿Pero cómo podría convencer a nadie siendo tan sólo un ratón?

Llegó hasta el centro de una plaza. La gente se movía a toda prisa, cargando con herramientas y algunas armas, las mujeres corrían con sus hijos. El ratón buscó una caja de madera por el lugar. La encontró abandonada a un lado y la llevó hasta el centro de la plaza. Suspiró debido al ridículo que debía estar haciendo, pero aún así siguió adelante. Se puso de pie sobre la caja y gritó.

- ¡Escuchad! -La voz del ratón fue ignorada. Suspiró. - ¡¡LA REVOLUCIÓN HA LLEGADO!! -El ratón deseaba que aquello hubiese llamado su atención. Suspiró y habló con la mayor firmeza que su sangre real le otorgaba. - Soy Sir Cadogan, Agente Revolucionario. Se avecinan tiempos tormentosos, no podemos mantenernos quietos y esperar a que vengan. ¡Debemos alzarnos en armas! ¡Ayudad a la revolución contra el mal mayor!



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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 20:37}

El cabreo que el teniente estaba sintiendo era inversamente proporcional a la cantidad de dolor que estaban logrando producirle a aquel.... Sujeto, la cual era nula. ¿Por qué no funcionaba absolutamente nada de lo que intentaban? Le habían arrancado las uñas y cortado los dedos en manos y pies uno por uno, convirtiendo la taberna en un macabro escenario bañado en rojo carmesí. Infinidad de cortes a lo largo de todo el cuerpo de su víctima, los cuales fueron inmediatamente cauterizados tras calentar el filo de una espada al rojo vivo y ponerla sobre estos, con la intención de evitar el desangramiento y poder extender mucho más aquella actividad que, si bien en un principio había resultado divertida, ahora no era más que un motivo más por el que despreciar al subordinado del Rey. Ni siquiera cuando le arrancaron la piel de todo el cuerpo soltó alarido alguno... Y cuando digo "de todo el cuerpo", es literal. De hecho, en aquel momento su cautivo acababa de convertirse en un verdadero conguito, aunque mucho más feo, desde luego, tras perder su última extremidad.

- Eres muy aburrido -le dijo el azabache con un deje de asco y odio en su tono, serio. ¿A quién en su sano juicio se le ocurriría privar del dolor a alguien? ¿Acaso Derian era algún tipo de psicópata o algo por el estilo? Qué crueldad... Casi sentía lástima por aquel sujeto... Reitero, casi.

No hacía nada más que vociferar estúpidas amenazas y advertencias, tales como "Lord Derian os matará a todos", o "Nuestro amo hará que deseéis la muerte", "El Rey clavará vuestras cabezas en estacas" y un "Os meterá una pica por el culo". Toda esa parafernalia no le importaba a Kuro más allá de lo molesta que era para sus oídos. ¿No podía morirse en silencio? Ya que no iba a soltar prenda, que por lo menos cerrase la boca. De hecho estuvo a punto en más de una ocasión de ceder a sus impulsos y cortarle la lengua para que dejara de hablar. Tan solo se contuvo por el interés que tenían en él... Aunque visto lo visto podría haberse desquitado completamente.

- Esto es una pérdida de tiempo, Heaten -le dijo a su compañera, que había estado ayudándole a torturar al muñón con ojos durante todo ese tiempo. explicándole mientras tanto qué métodos eran más eficaces para provocar dolor, así como los puntos más sensibles del cuerpo. No era algo que la chica no supiera, estaba seguro, pero él podía profundizar en el tema más que nadie- Siento que no hayas podido escuchar sus gritos de la forma que habría deseado, pero tranquila. Estoy seguro de que podremos capturar a alguien más apto para ser nuestro informador.

Tras esto recogió todos sus utensilios; bisturís, agujas, algunos frascos y jeringuillas, así como sus armas para dirigirse inmediatamente después hacia la puerta de la taberna. Tan solo se lamentaba por no haber conseguido almacenar algo de dolor de aquel tipo. Una lástima, podría haberle sido bastante útil en el siguiente interrogatorio. Una vez llegó a la entrada corrió ligeramente la puerta para ver si todo iba bien en el exterior. No estaba de más ser cauteloso, al fin y al cabo, se encontraban en plena guerra. Tras comprobar que no hubiera moros en la costa, terminó de abrir y se dispuso a salir.

- Deshazte de él -le ordenó a su compañera antes de dar el primer paso.

En resumen:
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 21:22}

Al oír la pregunta me despoje de mi capucha dejando a relucir no solo mi azulada cabellera si no además mi rostro carente de cualquier maquillaje, no consideré necesario ni prudente ocultar mi identidad en esta ocasión, miré fijamente a los ojos al grandulón que me interrogaba, por alguna razón sus palabras me causaron recelo, como si me estuviera ofendiendo, tal vez fue su tono de voz de “dime quien eres o te parto la….” O toda este escenario trastocado de incoherencia y turbiedad estaban afectando en mi juicio, sin embargo mi mirada no fue de molestia o desagrado, le miraba fijamente sin revelar expresión alguna…

Mi nombre es Leonel y vengo en representación de la armada revolucionaria, en busca de una reunión con Lord Derian, quisiera discutir con él la posibilidad de una alianza que beneficiara a ambas partes en la ambiciosa cruzada que está llevando a cabo su rey.

Expresé con mucho protocolo y sin titubear, lo último que quisiera recibir en este momento sería una bienvenida hostil, la mayoría de mis compañeros revolucionarios se hayan en este instante repartidos por todo este mar intentando detener los movimientos de las tropas de Derian, y con este hecho irrefutable nacía la posibilidad que descargara su descontento con un servidor, pero ya estoy aquí tocando a su puerta y todo lo que queda es apelar a su diplomacia.
Mientras el fornido portero consultaba como responder ante mi presencia a la entidad correspondiente, fuese cual fuese, yo aproveché para mirar a mi alrededor, las fabricas aunque imponentes eran un chiste en términos de seguridad, por el simple hecho de no tener la clásica puerta de acero macizo que resguarda esta clase de lugares ya era bastante sospechoso. Las cosechas que albergaban también me llenaban de intriga, mi instinto me invitaba a gritos a tomar muestras de lo que ahí crecía, sin embargo era apostar mis pocas fichas antes del primer flop. Y aun no estoy totalmente seguro de como seré recibido como para además correr esa clase de riesgos, así que por ahora jugaría a lo seguro… suspiré levemente como si me invadiera la impaciencia y me paré de diferente forma, apoyándome sobre el otro pie como cuando uno se empieza a sentir cansado y de paso llevé mi mano derecha por detrás de mi espalda por sobre mi capa para rascarme la espalda sin llamar demasiado la atención, claramente era solo la máscara que cubriría mi discreto movimiento, el cual simplemente consistía en aprovechar que mi mano salió de su campo de visión para dejar caer desde mis mangas un par de naipes translúcidos, un 4 de pica y un 7 de trébol, el 4 albergaba una muy eficiente bomba de humo, mientras que el 7 se hallaba completamente vacío. Una vez conforme con esto esperé a la respuesta del guardia sin siquiera pensar en la existencia de los naipes que acababa de dejar caer, yo mismo los diseñé así que aun antes de soltarlos sabía bien que al caer al piso serían indetectables a la vista, por lo que voltearme a verlos sería insensato por no mencionar inmaduro y arriesgado.



Tirador [francotirador] ♠️ espía [Agente especial] ♠️ bufón[arlequín], Científico[Físico experimental]

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El ocaso del North Blue Q04YsxT

 
♣️ NARRO ♦️ DIGO ♠️ PIENSO ♥️
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 22:03}

Alex suspiró, mientras se llevaba la mano a la frente, intentando no tocar los restos sanguinolientos de bazo que había en la punta del bisturí. Sinceramente, no le apetecía nada de nada acabar con una deshidratación que provocara que sus heces se convirtieran en consomé de pato. La verdad, es que usar un veneno deshidratante era una forma bastante horrible de matar a una persona. No por la víctima, que no podía quejarse (por algo era la víctima, vamos...) sino porque con aquella diarrea de caballo que le estaba provocando, estaba dejando la sala hecha un desastre. Por suerte, a posteriori le había inyectado una sustancia astringente, y ahora el hombre parecía estar mejor. Medio muerto y con el aspecto poco saludable de un estropajo reseco, pero mejor al fin y al cabo.

El médico desvió su mirada del hombre un instante, y observó de cerca todos los instrumentos para autopsia que había en la mesa de operaciones. Además del bisturí, se había hecho con unas pinzas, unos alicates, una sierra, un martillo de pequeñas dimensiones y un par de jeringuillas para inyectar venenos en el cuerpo del hombre. Sin embargo, seguía sin entender qué clase de "iluminación divina" le había hecho traer a la mesa un sacacorchos. Bueno, ya le daría alguna utilidad.

- Bueno, amigo... ya casi hemos acabado -hizo un rápido movimiento con el bisturí, cortando otro órgano-. En serio, sería mucho más fácil que te estuvieras quieto y me dejaras hacer mi trabajo. Confía en mí, soy médico -el demente doctor se llevó a la boca una botella de zumo de arándanos, para después ofrecerle al paciente-. ¿Quieres? -el hombre soltó un grito que fue perdiendo fuerza hasta convertirse en un gemido lastimero-. Tú te lo pierdes.

El segundo veneno, el neurotóxico, terminó por actuar, y el doctor suspiró. Había tardado demasiado tiempo: casi cinco minutos. Estaba claro que tenía que seguir mejorando en aquel campo. Miró a Derian, Drake y a Nat. Luego echó una ojeada rápida a Amy, que parecía completamente fuera de lugar. La joven estaba nerviosa, y el doctor suponía que sería por la presencia de Derian. Admitiéndolo para sí mismo, la verdad es que el hecho de compartir sala con el vampiro también le ponía algo nervioso. Es decir, olía raro y bebía sangre. Y además quería conquistar el mundo. Para que luego dijeran que el loco psicópata era el pobre médico incomprendido.

- ¡Natsakar! ¡Aún tienes que decirme que has hecho para aparecer de la nada ahora! -el doctor recordó momentáneamente cómo había abrazado unas horas atrás a su compañero que creía muerto ¿Habían sido horas? Da igual, el tiempo vuela cuando uno se divierte, tal vez hubieran sido días o meses. Luego, había llegado el primer paciente y Alex se había puesto manos a la obra. No habían intercambiado muchas palabras desde aquel momento.


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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 22:08}


Sinceramente estaba algo nervioso, no quería perderme ninguna oportunidad para conseguir lo que sea que el destino tenga preparado para mí, aunque en realidad más que nervioso, estaba emocionado. Poder tener una “aventura” era una de las cosas que más me gustaba para despejar mi mente de todo lo malo y de cosas las cuales no entiendo, y también sirve mucho para volverse más fuerte. Cambiando de tema a la realidad, me molestaba realmente el hecho de que supiera tan poco de aquella isla en la que me encontraba, claro, era algo normal ya que nunca estuve allí y solo habían libros que la describían de una forma bastante complicada en cierto modo. Pero de lo que si estaba seguro y sabia, era que el destino quiso que estuviera allí con mi compañero Teovaldo. Un chico bastante amigable y buena onda, una de las típicas personas a las que me encariñaba rápido, más aun si compartíamos una aventura riesgosa juntos.

Me encontraba pisando terreno totalmente desconocido, no sabía que me encontraría pero si me daba a la idea de algo bastante impresionante, aunque también estaba la posibilidad de no encontrar nada en lo absoluto, y de ser ese el caso entonces me decepcionaría bastante. Al fin y al cabo lo que me mantenía en aquel lugar, era puro interés personal, estar en un lugar increíblemente antiguo era algo genial para mi, tanto que hacía que me sacara un sonrisa involuntaria. Con nosotros, Teo y yo, se encontraba mi fiel amigo “Kuroten”, un lobo de color blanco con una cicatriz en su nariz y parte de la frente cuya raza aun desconocía, aunque no era algo que me importaba en su momento. El se encontraba comiendo lo que parecía… ¿Un pescado?  Decidí no molestarlo por ahora, solamente me limitaba a ver el lugar y de las cosas que podría encontrar a simple vista, aunque eran muy pocas.

Una vez que el adorable lobo termino de comer le pedí que aumentara su tamaño, no quería caminar y no era por flojo si no más bien porque no quería malgastar energía sin sentido, sin quitar el hecho de que era divertido y muy cómodo estar allí arriba. Gracias al ADN mutado que tenía en su interior, el animal era capaz de cambiar su tamaño en dos formas distintas, llamemos le la “normal” con la apariencia de un lobo adulto un poco más grande que el promedio, y la “anormal” cuyo tamaño incrementa a unos aproximados 2,60 metros de altura. En este último estado se vuelve posible “montarlo” como aun caballo, y gracias a su gran pelaje blanco no es necesaria una montura para sostenerse.

-Tengo ganas de saber que me depara el destino en este lugar. (Dije en voz alta para mi mismo con una sonrisa)

Después de subirme a la espalda del adorable lobo pude notar algo en el cielo a una distancia no muy lejana, pero aun así no lograba saber que era. Algo enorme y de color negro se encontraba en el cielo… ¿Una nube gigante tal vez? Me daba mucha curiosidad saber que era, pero lo que importaba allí era encontrar algo “interesante” en aquella isla junto a mi amigo Kuroten y con mi compañero Teovaldo el cual no sabia que estaba haciendo con exactitud.







Ficha
Nivel: 51
Exp: 55,540
Berries: 51,260,000
Nombre: Max D Dexer
Bando: Pirata
Akuma no mi: -
Profesiones: Espadachín (Sendero de la espada-Duelista [40]), Guardabosques (Curandero), Navegante (Astrónomo), Historiador (Arqueólogo).
Excelencia: Señor de la Navegación
Kenichi
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 22:11}

Había sido llamado a la zona en la que todos sus aliados se encontraban, preparándose para el conflicto que les esperaba. Una combinación entre curiosidad y miedo desembocaron en un Kenichi que sólo se dedicaba a dibujar toda la fauna y vegetación que quedaban presentes en la zona con un pequeño cuaderno que había tomado "prestado" de uno de los soldados. Los dibujos eran lo suficientemente bueno como para poder distinguir qué tipo de animal era por parte de cualquiera que tuviera la más mínima idea, además de una pequeña descripción a pie de dibujo. Ensimismado en la naturaleza, otro de los soldados le hizo llamar, ordenando al joven luchador una vez más que se preparara. Ésto le hizo salir de sus pensamientos pacíficos para volver a la cruda realidad. Sabía a lo que se enfrentaba y sabía aún mejor que no daría la talla, pero estaba ahí... ¿Por qué?

Sus ideales se basaban en entrenar y buscarse la vida de la forma más sencilla y pacífica posible. ¿Qué le había traído a una de las mayores batallas de la era? No tenía ni idea, y mucho menos suponía lo que esta experiencia significaría para él. Sujetando el collar que con tanto ahínco protegía en cualquier tipo de disputa, se dirigió a la zona en la que supuéstamente debía estar. Sabía que se encontraban bajo mínimos, pero de una forma o de otra la moral de los combatientes parecía no disminuir en lo absoluto, más bien todo lo contrario. Sólo con ver los rostros de algunas personas que se encontraban en la isla entendía el por qué los demás se sentían animados. Aún había esperanza.

Al parecer el conflicto había estallado en unas islas al sur de la posición en la que se encontraban, y las cosas no pintaban demasiado bien por ahí. La isla en la que se encontraban era el único punto seguro, al menos hasta el momento. Le asignaron, debido a su inexperiencia ya sea en conflictos bélicos directos como en estrategia, ofrecer apoyo a los soldados de la isla y, en caso de emergencia, servir como última línea de defensa. Sólo de pensar lo que podía suceder e IBA a suceder... Paralizaba completamente a Kenichi.
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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 22:45}

Se había quedado sentada en uno de los taburetes del bar, con sus ojos fijos en la escena de tortura con la que Kuro la estaba deleitando, o ese sería el caso si no fuera porque el sujeto que estaban usando para entretenerse no mostraba ningunas señal de estar sintiendo dolor. Al igual que ella, aunque lo suyo era un caso especial. ¿Acaso el ex Sichibukai había estado experimentando como lo hicieron con ella en aquel laboratorio? Sí ese fuera el caso, aquello acababa de perder su interés. Si esa persona no sentía dolor, ella no podía recoger datos sobre aquello, aunque al menos había recibido algunas clases de Kuro sobre la mejor forma de causar dolor a base de amputaciones. "Esto se está volviendo una perdida de tiempo...no puedo obtener más datos...." Se dijo a sí misma antes de soltar un largo suspiro, sosteniendo su rostro entre las palmas de las manos, mientras apoyaba sus codos en las piernas. Su expresión sin duda mostraba aburrimiento. Además, por si fuera poco, el lugar en el que se encontraban tenía una temperatura "demasiado alta" para su gusto.

Bueno, al menos podía distraerse observando las expresiones del su compañero desesperándose al no lograr sacar ni un gemido de dolor de aquella cosa, pues ya no podía considerarse que aquello siguiera siendo humano, si en un principio lo fue, cosa que no tenía tan segura. -Parece que esta misión va a ser aburrida para todos...-Dijo pensando tanto en Kuro como en su propia persona, la cual tenía dos personalidades con intereses distintos: Conocimiento y dolor. Si no podía obtener datos nuevos ni ver agonizar a alguien, ¿Qué razones tenía para estar en aquel lugar?

El Azabache pareció estar de acuerdo con ella ya que al cansarse de aguantar las frases que "el rehén" decía repitiendo una y otra vez el nombre de su señor a modo de amenazas, se alejó de él y se dirigió a ella para disculparse y encargarle que le diera al condenado el golpe de gracia, a lo que ella respondió con un movimiento de cabeza. Se impulsó desde la silla dando un salto de poca altura para acercarse a donde había dejado apoyada la doble funda de sus espadas. Desenvainó con un rápido movimiento su Katana normal y se dirigió al cuerpo desmembrado de aquel sujeto, el cual miró durante unos segundos con un semblante inexpresivo y unos ojos que se tornaron rojos carmesí durante unos instantes. De está forma podría comunicar a Kuro si había algo fuera de lo común en aquella persona, o solo era un intentó de plagiar a su propio ser. Una vez obtuvo los datos que necesitaba, el filo de su Katana descendió con rapidez y precisión sobre el cuello de aquella cosa, decapitandolo y manchando parte de la ropa y el rostro de la chica de sangre.

Al acabar, limpió el filo de su arma lanzando un tajo al aire para poder guardarla en la funda antes de colocarse esta en la espalda, no solo porque le resultara más cómodo así, sino porque Nepu, se encontraba haciendo en aquel momento de cinturón para ella. Aprovechando su increíble elasticidad. Una vez lista, se dirigió hacia  Kuro y le comentó lo que había creído descubrir y, de paso para esperar más ordenes por su parte. -Esperemos que haya algo de diversión más adelante...- Comentó al tiempo que bajaba la cremallera de su sudadera, dejando a la vista su torso al descubierto, sobre el cual llevaba únicamente un bikini negro para tapar su pecho.


Última edición por Heaten el Jue 17 Sep 2015 - 22:54, editado 1 vez



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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 22:54}

Otro día tranquilo... demasiado para el mar que había escogido para navegar. El pirata se recostó en su trono y observó el mar frente a él. Lo más llamativo en el horizonte era la negra nube que cubría el reino de Hallstat, la isla medieval en la que había pasado un par de años entrenando con Jack Silvers hacía tiempo. Recordó con cierta melancolía esos años, y la gran cantidad de juergas y matanzas que había llevado a cabo. En aquel momento, cegado por una concepción errónea del mundo, se había arrepentido de sus actos y culpado a la influencia maligna de su akuma por los horrendos actos que había llevado a cabo. Ahora no podía si no sonreír ante su ignorancia. El mal y el bien no eran más que conceptos que limitaban las capacidades de los hombres. Excusas de los débiles y los cobardes para evitar que los fuertes reclamen su legítimo lugar como señores del mundo. Apoyando el brazo en el cómodo asiento, dejó su cabeza reposar sobre su puño mientras observaba con cierto aburrimiento la actividad en su barco. La mayoría de sus oficiales estaban de permiso o en misiones, así que en aquel momento estaba solo con los marineros rasos, la Guardia Demoníaca y cuatro de los Diez: Ivana, Crownhall, Oodamui y su fiel Primer Oficial y mano derecha, Diego de Mendoza. El silencioso duelista se hallaba a un par de metros a su derecha, apoyado sobre la baranda del castillo de popa y observando vigilante las aguas.

El Ángel Negro bostezó y pidió a voces que le subieran una botella de vino. Conocedores de la ira fácil de su capitán, sus hombres se apresuraron en atender a sus deseos. Al cabo de apenas un minuto, uno de sus piratas ya estaba arrodillado frente a él tendiéndole la botella descorchada. Con un gesto desganado, la agarró y le dio un trago, ofreciéndosela a continuación a Diego. El espadachín sonrió enigmáticamente y la aceptó, dándole también un buen sorbo. Émile conocía bien a aquel hombre, es decir, todo lo bien que alguien podía llegar a conocer a Diego de Mendoza. No era hablador y no le gustaba hablar de él mismo. Pero su gran debilidad eran pequeños placeres como un buen tinto, las mujeres elegantes y ver caer la sangre de sus enemigos. Aquel hombre encajaba bien al lado del violento corsario.

De repente comenzó a sonar el den den mushi. Émile arqueó una ceja, extrañado. ¿Quién podría ser? Casi nadie conocía su número, y sus oficiales no necesitaban emplearlo. Al fin y al cabo tenía conexión telepática con todos por su Pacto. Le bastó con un rápido mensaje para confirmar que no era ninguno de ellos. "Informad de vuestro estado" dijo mentalmente. Todas las respuestas demostraron que ninguno estaba en peligro ni le llamaban por nada. Si no era alguien de su tripulación... ¿sería el amigo de su padre, Garoon? "No creo, no emplearía un medio tan simple de interceptar como un den den mushi. No es su estilo." Así pues... sabiendo que una guerra estaba en marcha en aquel mar, era posible que alguno de los bandos hubiese decidido contactar con él. Con una sonrisa maquiavélica, descolgó y se acercó el micrófono a la boca:

- Aquí Lion D. Émile, capitán del Corazón del Diablo. ¿Quién llama?

Mencionó su nave con orgullo. Al fin y al cabo, si tienes algo digno de alardes, ¿por qué no hacerlos?


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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {Jue 17 Sep 2015 - 23:30}

Al principio Kai se había emocionado bastante cuando le comunicaron que participaría en la guerra del North Blue. Al fin tendría ocasión de destacar y tendría acción de sobra. Pero claro, eso había sido hasta saber que lo habían destinado al único punto seguro de todo el North Blue, la isla natal del Shichibukai Dexter Black. Y ni siquiera formaría parte de las defensas de la isla, debía mantenerse inactivo hasta que Al dejase de dormitar en la reunión de altos cargos y los llevase a la batalla. Mientras tanto, se había dedicado a hacer tiempo chinchando a Arthur robándole cosas y sosteniéndolas en lo alto para que tuviese que saltar para recogerlas. Sin embargo, cuando el retaco marine había empezado a recurrir a la violencia, su solución había sido simple: esconder su colgante-arma tras un arbusto y largarse por piernas. Ahora mientras Arthur no lo encontrase, tendría un rato de calma.

A falta de algo mejor que hacer, Jack y él habían decidido colgar una hamaca entre dos árboles. Uno de ellos desentonaba un poco allí (un imponente roble), pero el marine no le dio demasiada importancia. Tenían suficiente espacio para tenderse a dormir la siesta los dos, y aun les sobraría. Don azucarillo ya estaba tirado en la red, y justo cuando iba a seguir su ejemplo, se fijó en una de las ramas del roble: era grande y tenía pinta de ser muy resistente. Bueno, no iba a dejar una oportunidad tan buena de entrenarse un poco si se la regalaban de aquella manera. Dio un salto y se agarró al árbol, comenzando a hacer dominadas. "Una, dos, tres, cuatro..." contó, mientras subía y bajaba. Se fijó en que la corteza del árbol era un tanto... particular. Casi parecía como si se estuviera moviendo, ¿o era cosa suya? De hecho casi parecía que tuviese cara y ojos...

- ¡HOSTIA PUTA! - gritó.

Cayó de culo al suelo y comenzó a retroceder señalando la cara:

- ¡DERIAN PUEDE CONVERTIR A LA GENTE EN ARBOLES! ¡SALVESE QUIEN PUEDA!

Aterrorizado, el marine se levantó y comenzó a correr en direcciones aleatorias mientras daba gritos y agitaba sus brazos, hasta que se dio de bruces contra el otro árbol y cayó al suelo. Atontado, miró a su alrededor y se fijó en que el árbol no era un árbol. De hecho era el capitán Kodama. Avergonzado, Kai se arrodilló ante él y juntó las manos:

- ¡Lo siento, capitán Kodama-senpai! ¡No volverá a suceder! ¡Ha... ha sido un lamentable malentendido!

La aterradora cara del capitán hizo que diese un grito mientras lágrimas de terror bajaban por su rostro. ¡Un árbol que andaba! Kai prefería enfrentarse a Derian y toda su guardia personal a la vez que sufrir la ira de tan terrible enemigo. ¡No era natural! Los árboles eran para colgar hamacas, no para aterrorizar los campos de batalla con su... su... ¿estoicidad? ¿altura? Qué más daría, el caso es que aquello no era normal. Cuando el hombre árbol regresó de su breve ausencia (de la que el aterrorizado Comodoro apenas fue consciente) lo hizo con tres vasos, con los que empezó a preparar té usando la oreja de su compañero como edulcorante, ante lo que Kai arrugó la nariz. Entonces le pidió que calentase los recipientes.

- ¡S-sí, Kodama-senpai!

El marine tomó las tazas y las dejó en el suelo. Tras eso le bastó con agarrarlas una a una durante un rato corto mientras hacía brotar su fuego de sus manos. Tras calentar las infusiones, tendió al árbol y a Jack las tazas que había calentado primero (que ahora estarían algo menos calientes, así que no se quemarían) y se quedó la que acababa de calentar. Dio un trago, para de repente escupir todo el contenido y comenzar a gritar echando la lengua fuera:

- ¡QUEMAAAA, QUEMAA...! Ah, espera, si soy de fuego. No quema.


Recuerdos:

Raghorne worshipper
Rage for the Rage God, flames for his flaming throne


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El ocaso del North Blue Empty Diplomacia Markovita {Jue 17 Sep 2015 - 23:50}

El rey toma con su mano la copa que su siervo le ofrece, y sin inmutarse, tras ver el brillo a la luz de los candiles reflejado en la copa, la tira al suelo sin inmutarse.

-Mi señor, no veo a bien que hagáis este tipo de barrabasadas en mi presencia. La plata es... Molesta-hace una pausa, observando a Amy con sus ojos fríos como témpanos-. Señorita Hacke, por favor. No os sintáis violenta de participar en nuestra amena velada. El Doctor puede necesitar ayuda para su próximo experimento, y vuestra sangre azul puede ser de mucha utilidad. Aunque, según tengo entendido, demuestra habilidades más allá de un simple sujeto de experimentos. ¿Me hallo equivocado?

El Den Den Mushi del rey es descolgado, y una voz que afirma ser Lion D. Émile responde. Su Majestad sonríe, sin dejar de mirar a Amy...

-Tengo un trato que proponeros, mi buen amigo. Vos queréis las almas de los vivos y yo los cuerpos de los caídos. Haced que luchen por mí y yo os concederé cuanta riqueza y poder alcancéis a desear. Si gustáis de mi propuesta venid a visitarme. Sé que no os resultará difícil, si vuestra fama no os precede, y acordaremos un pacto beneficioso para ambos. Brindo por vos.

Tras unos segundos en que no dice nada, esperando una breve respuesta, cuelga.

Émile:


Datos de interés:

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El ocaso del North Blue Empty Re: El ocaso del North Blue {}

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