¿Aliados o enemigos? - [Pasado-Privado] Ikaruga D. Kraken

Bastante tiempo había pasados desde la última vez que el navío de Valieri y Kiyoshi hubiese anclado, por lo que estando aún en el South Blue decidieron tomar un rumbo directo hacía la Isla Domica, anteriormente vista por Kiyoshi en el mapa de navegación. El viento ayudaba mucho a que el navío sin nombre aún, se transportase más rápido. Las velas desplegadas y a toda velocidad siendo timoneada por el mismo Valieri con un pedazo de carne en su mano dándole un mordisco y hablando con la boca parcialmente llena - ¡Kiyoshi! ¡Veo tierra firme! ¡Creo que es la isla en la que me dijiste que íbamos a parar! - con un movimiento brusco en el timón hacia la derecha el barco tomo una ruta diferente ya que estaban de lado a la isla. Debían anclar el barco en una zona donde no estuviesen muchas personas para evitar ser vistos también por la marine del poblado, había que evitar más problemas, buscar recursos para las reservas del barco era sumamente importante. - Por favor... que no pase lo de la última vez... esa vez tuve que detenerte porque casi haces que nos arreste la Marine - dijo Kiyoshi preocupado - ¡Tranquilo, lo último que puede pasar es que nos maten! - dijo con una amplia sonrisa y dándole un último mordisco al pedazo de carne que llevaba en una de sus manos.

En cuanto llego el barco a la costa de la isla Kiyoshi lanzo el ancla con todas sus fuerzas al mar mientras daba un rápido salto hacia la arena. Valieri al mismo tiempo apoyaba sus manos en la madera del barco específicamente en la parte estribor dando un salto hacia la arena también. En la selva cercana a sus pasos cada vez mas cerca hacían verse fácilmente las sombras o siluetas de criaturas moviéndose muy rápido. Posiblemente eran los animales del mismo, Valieri penso inmediatamente en la cantidad de comida que podía obtener con ellos. En cambio Kiyoshi se encontraba más bien preocupado pero con Valieri porque era bastante problabe que hiciese una tontería que ponga en riesgo todo. Bajo la cabeza mientras cerraba los ojos el acompañante de Ix como si estuviese ya harto de todo - Maldita sea Ix, esta vez no podemos cometer errores... - cuando la alzo nuevamente Ix ya estaba junto a un mono tres veces más grande que él golpeandose el pecho y respirando en el rostro de un Ix saludando amablemente el animal. - ¡EHHHHHH! - ya casi los ojos salían de sus cuencas cuando vio este gesto tan tonto por parte de su amigo. - No... te muevas... Ix... - dijo un Kiyoshi dando pasos lentos hacía atrás y colocando sus manos en frente como si quisiera que el animal se calmara. - Que sucede ahora Kiyo, no seas cobarde. No vez que estoy tratando de comunicarme con el mono a ver si me dice la ruta para llegar al pueblo lo más rápido posible - frunció el seño mientras el mono comenzaba a aullar fuertemente detrás de él. Estaba a punto de abalanzarse encima de él cuando Ix de un movimiento rápido pudo eludirlo dando un salto hacía atrás.

A decir verdad no eran los únicos allí, porque gracias al aullido del animal se aproximaban muchos más que comenzaban a rodear a ambos. Estaban en problemas, pero no tan indefensos porque inmediatamente desenvainaron sus katanas y se colocaron en una posición defensiva espalda con espalda mirando a su al rededor. - ¡¡Bien!! ¡¡Muéstrenme todo lo que tengan idiotas! - grito de forma provocativa y muy fuerte que hasta podía dejar un eco en la zona para las personas que se encontrasen cerca, en cambio los orangutanes respondieron con dar varios pasos hacia adelante y en totalidad eran unos cuatro.

OFF: Lo he hecho para que llegues en ese momento ya sea para ayudar o lo que se te venga en gana.

Espalda con espalda se encontraban los espadachines que ahora unos cuatro primates rodeaban al acecho de algún movimiento en falso. Pero, los gritos de alguna forma por parte del ''Capitán'' logro atraer la atención de un hombre, una silueta que se postro por detrás de los monos de más de dos metros en altura. Cuando Valieri lo vio achino inmediatamente los ojos como pensando "¿y este quien es?" pero por fortuna de alguna forma logro que los animales huyesen de la escena sin mucha complicación por su parte. Llevaba un hacha y lucía bastante temeroso. Se podía sentir ese aura de muerte y deseos del caos, y que por esa presencia mostrada hizo que los animales huyesen los más pronto posible. De alguna forma había que agradecerle, pensó el compañero de Valieri, el más cuerdo de entre los dos. - ¡Hey! Gracias enserio, pensé que nos iban a hacer pedazos. - soltó una sonrisa amplia de oreja a oreja mientras envainaba su katana al mismo tiempo que Valieri lo hacía con las suyas. - Oye, oye... no me importa quien seas y no se quien rayos es Nageke... pero estaba a punto de destruirlos. No necesitaba ayuda - dijo negando con su cabeza varias veces y luego se acomodó las mangas para movilizarse a pasos temblorosos en la tierra hasta llegar al frente del muchacho.

Cuando se coloco en frente de él, le miro arqueando una ceja de arriba hacia abajo sobre todo a la hacha que llevaba en una de sus manos. Cuando le escucho hablar sobre su tenacidad y capacidades de navegación de cierta manera se cohibió Valieri, sonriendo ampliamente y moviendo una de sus palmas de arriba hacia abajo como si estuviese abanicando - ¡Eh, no es para tanto! Pero.. eh... - después recordó que él había espantado a las bestias con las que iba a luchar - Pero, eso no cambia el hecho de que te pateare el trasero por hacer que huyan mis presas - su rostro cambio completamente a uno más serio y tenebroso, mirándole como si tuviese más autoridad que él. - ¡Disculpa a mi compañero, es algo tonto para hablar, no se le da muy bien agradecerle a alguien que nos ha salvado! - chasqueo los dientes Valieri, se dio la vuelta y dio varios pasos para llegar a la misma posición de un principio. - Bueno, bueno, bueno... ¿sabes al menos como llegar al poblado? no funciono con los animales y eso que soy muy bueno en la diplomacia ¡hiehiehie! - sonrío hasta mostrar todos sus dientes ante el chico con el hacha, esperaba que lo llevase al poblado más cercano, pues, la carabela necesitaba abastecerse de provisiones.

El espadachín se dio medio vuelta cuando escucho al tipo pidiendo perdón por sus anteriores actos. Resulto algo incomodo pero al parecer necesario para él, puesto que arrebato aquel momento glorioso que se iba a convertir para su delirio en una verdadera hazaña. Casualmente escucho el nombre de ''Nagakeiboros'' lo que volvió una incógnita para Valieri sobre quien era ese extraño o lo que fuese nombrado por el chico del hacha. - ¿Naga... que...? - dijo con un tono bajo, que sólo podía escuchar su compañero Kiyoshi. Logro encontrar ese lado maligno que llevaba aquel sujeto, sus palabras estaban imbuidas de odio, se le podía notar por la manera en la que hablaba acerca de su dios y también por como se expresaba sobre la vida pirata. - Eh, yo no le debo nada a tu Dios para que yo pueda seguir viviendo. Solo le debo la vida a aquellos que deje en esa maldita isla - Valieri bajo su rostro por un momento pensando sobre aquellos niños que llevaban en otros navíos para utilizarlos como mano de obra. Valieri no era un tipo que pensase y reflexionase mucho sobre sus actos, pero aquel tipo le hizo recordar en un momento como ese aquello de hace dos años atrás.

Cuando el chico cambio su mirada a uno más tranquilo y relajado, supo inmediatamente Ix que no iba a ver lucha después de todo ya que era algo que esperaba después de perder a sus presas. Resultaba ser educado y respetuoso el hombre, tanto que llevaba ese aura de misterio que podía reflejarse con sus actos. Cuando el muchacho se dio la vuelta para seguir su camino Ix le siguió junto a Kiyoshi por detrás a pasos lentos y cuidadosos en cada pisada pues se estaban adentrando a lo que era la mismísima selva. - Oye, oye... ¿confías en este tipo tanto que haz decidido seguir? Aunque haya hecho huir a los carnívoros esos no significa que seamos amigos - dijo Kiyoshi en tono para Valieri. - Que más podemos hacer, me agrada de cierta forma el tipo. Espero que haya buen sake y comida a donde vamos o de lo contrario me enojare - su sonrisa era de oreja a oreja tras decir eso. Con una de sus manos alejaba algunas hojas que se interponían en su camino, escuchaban claramente como si de unos susurros se tratasen entre las sombras de los árboles y arbustos. Kiyoshi claramente se estaba cagando los pantalones tras verlos y escucharlos.

Durante mucho tiempo el tipo del hacha no paraba de hablar. Valieri no prestaba atención en casi ninguna de sus palabras pues estaba mas ocupado alucinando sobre el lugar donde estaba pisando ymirando a todas partes como si tuviese años sin salir de una prisión o visitando un lugar prestigioso. Para Ix casi todo era nuevo, los colores, los movimientos de las hojas y hasta los animales exótico que podía probar y saborear de sólo pensarlo. Algo de lo poco que pudo oír fue que le iban a invitar una copa de sake, sus ojos brillaron instantáneamente, no era un intercambio malo pues, él se había ocupado de los monos y Valieri iba a conceder su perdón con su oferta. Movió su cabeza de arriba hacía abajo como un niño, asintiendo varias veces. Anhelaba tener el sake en su mano ya. El resto no lo escucho muy bien por andar distrayéndose con la aves y los sonidos que se pronunciaban en el ambiente. - Sí, acepto. - dijo sin preocupación, sin mirar a su acompañante y sin tomar mucha importancia a lo que aceptaba, ya que su objetivo primordial era llegar rápido a su destino para tomar lo que se le invito anteriormente y por ahí mismo obtener los suplementos del barco - ¡Oh, este lugar esta lleno de carne... lo puedo ver en... ti... - señalo inmediatamente una silueta que al ser señalado se movió para no ser visto. - Y... en ti! - por último otra silueta en forma de animal que se movilizaba rápidamente para esquivar su señal, así se mantuvo casi todo el camino disimuladamente para que el tipo del hacha no se diese cuenta. Kiyoshi se quería ahorcar, no quería seguir viendo a su ''Capitán'' haciendo tonterías. - ¡Oye, por cierto! ¡Mi nombre es Ix D. Valieri! ¿El tuyo? - dijo sonriendo como si fuese un gato, estrechando sus mejillas a los lados y mostrando sus dientes con los ojos cerrados.

La caminata lucia eterna ante mis pies, el tiempo en la selva era muy duradera y no veía ninguna señal de vida cerca a parte de los animales que se mantenían a distancia de nosotros. El tipo nos había prometido llevarnos hasta el poblado más cercano, no prestaba mucha atención a sus palabras, pero confiaba en que me llevaría al lugar dicho. Kiyoshi caminaba a mi costado, estábamos detrás de Ikaruga, no paraba de hablar pero luego de escuchar algo sobre "El próximo Rey de las Bestias" no pude evitar soltar una pequeña risa que podía escuchar el mismo Ikaruga. No me detuve para seguir riéndome, más bien preferí seguir caminando en vez de detener la escaramuza.

Cuando apartamos varias hojas de nuestro camino en frente, la luz que tapaba el bosque se adentro en un segundo, impactando en mis ojos junto a Kiyoshi, que al mismo tiempo tuvimos que subir a la altura de nuestro rostro un brazo. - ¡Wow! Parece cómo si hubiese estado una eternidad dentro! - sonreí de oreja a oreja tras decir eso. Kiyoshi en cambio le resulto algo doloroso, pues no se esperaba que le impactasen de lleno en la cara.

- Ya era hora. Es mejor que estar allá adentro con millones de ojos mirándonos. - menciono mi compañero con un rostro que dejaba ver lo asustado que estaba durante el trayecto. Solte una pequeña risa y le golpee en la espalda. - ¡Vamos, no seas cobarde, sabes que yo te protegeré no dejaría que te hicieran daño, amigo! - Habían muchas personas caminando de un lado a otro, el lugar era bastante colorido y se sentía el aroma de pescado, puesto que justo alli se encontraba el puerto con varios barcos anclados e incluso algunos guardias de la marine patrullando el pueblo. Pero no importaba porque nos dirigiamos a lo que fuese un bar. El hambre en mi era tanta que ya pensaba en la carne que me iban a dar dentro.

El lugar se llamaba "el cielo y el infierno" cómo bien dicho estaba afuera en un letrero con las palabras en mayúscula. Al adentrarnos unas muchachas se nos acercaron, mire de arriba hacía abajo sus apariencias, sin mostrar un gesto en el rostro por ahora. Pero luego me acerque al oído de Kiyoshi, el cual si que estaba sonrojado por la situación. - Oye... yo seguiré al otro, si quieres diviértete. Esta no es la carne que tenía en mente. - dije luego de pegarle en un hombro a mi amigo, mientras me alejaba para situarme al fondo con Ikaruga. Que estaba esperando la carne. Las muchachas al yo irme, rodearon a Kiyoshi y desde entonces, no lo vi más dentro del establecimiento.

- Muy bien, muy bien... ahora... mi carne dónde esta. - proseguí a sentarme y a ver la reacción que ponía Ikaruga luego de lo sucedido anteriormente. Al instante llego lo que fuese un banquete, el olor que emanaba la carne era tanta que hasta mi estómago rugía por consumirla de una vez.