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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Mar 29 Nov 2016 - 16:19}

Para llegar a la isla me había unido a un pequeño barco mercante que iba hacía allí y no le resultaba ninguna molestia llevarme. Realmente habría sido más sencillo si hubiese ido con mi propio bote pero lamentablemente había quedado dañado en una misión anterior e iban a tardar un poco en arreglarlo así que tuve que buscarme la vida para llegar a Down.
Al principio se cruzó por mi cabeza la idea de simplemente ir volando pero al comprobar lo lejos que estaba de la isla más cercana decidí descartarlo, podría haberlo hecho igualmente pero era demasiado costoso. Así que finalmente me había plantado en el puerto y tras una hora de preguntar a absolutamente todo el mundo me encontré con aquellos bonachones mercaderes que me llevaron hasta donde quería, es más iban directamente al pueblo de Goa así que no tuve que dar ningún rodeo realmente tuve bastante suerte, esperaba que mi compañero lo hubiese tenido más fácil que yo.

Salí del puerto despidiéndome con la mano de los alegres mercaderes y me adentré en las calles de la ciudad. Había quedado con Bizvan en la plaza principal, era un sitio céntrico lleno de gente pero muy fácil de encontrar para alguien que no conociese muy bien la ciudad. Nos había llegado la misión a los crimson hacía unos pocos días y como era bastante fácil y no muy complicada finalmente se decidió que fuésemos los dos, realmente no tenía mucho que objetar no conocía muy bien a Bizvan pero me caía bien y realmente me hacía ilusión hacer una misión con él, aunque hubiese preferido que fuese en una isla más cercana y con menos problemas para llegar hasta ella.

Llegué pronto a la plaza, había un pequeño mercado en el medio, en él los artesanos de la ciudad y de todas las partes de la isla se dedicaban a vender multitud de cosas que parecían bastante interesantes aunque no tenía tiempo para ponerme a curiosear. Parecía que el chico todavía no había llegado o al menos no le alcanzaba a ver desde donde estaba. Decidí alejarme del mercado y refugiarme en el edificio que supuse que era el ayuntamiento de la ciudad, estaba en uno de los extremos de la plaza y desde allí podía observar perfectamente todo el panorama, si el muchacho no se había metido en el mercado seguramente le vería en cuanto entrar a aquel lugar.
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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Miér 30 Nov 2016 - 6:55}

-Ahh, me alegra por fin pisar tierra de nuevo… Cierto... Gracias por el viaje chicos –expresé al mismo tiempo que caminaba por el puerto. A mis espaldas se encontraba un grupo de marines organizando el equipaje que trajeron con ellos. No había necesidad de esperarlos, pues ellos no tenían nada que ver con la razón de mí llegada a la isla de Dawn, solo fueron bastante amables en brindarme transporte.  

La razón de viajar hasta una isla tan alejada solo podía deberse a trabajo. Esta vez mi compañera sería Jocelyn, aunque ella prefería ser llamada Yoshi.- Muh… ¿Dónde se supone que debería encontrarme con ella. –para ser honesto hubiese preferido viajar junto a la joven, pero antes de darme cuenta, ella se había marchado por su cuenta.- Supongo que estará acostumbrada a viajar sola. –hasta donde sabía, mi compañera antes era una cazadora, por ende asumí que tendría la costumbre de solo dirigirse hacia su objetivo por sus propios medios.

Sin percatarme terminé llegando hasta la plaza de la ciudad. Miré en todas direcciones tratando de encontrar a la rubia.* ¿Estará en el mercado? *no conocía muy bien a la chica, por tanto no tenía idea de cómo era su personalidad.

Decidí no adentrarme en este, en el peor de los caso terminaría perdiéndome. Me dirigí a una fuente en el centro del lugar, gracias al mercado no habían tantas personas en ese sitio, haciendo que mi presencia fuera fácil de notar, ya que era el único marine de pie en ese lugar y al encontrarme equipado con todas mis armas (las 2 espadas bastardas colgando del lado derecho de mi espalda y la pistola en su funda a mi costado izquierdo) provocaban recibir la mirada de unos pocos curiosos.

Un grupo de 3 niños se acercó hasta donde me encontraba y tras presionar a uno de los integrantes, este señaló una de mis espadas y me pidió que se las mostrara. Para ser específico se refería a Lanka, una espada relativamente nueva y por ende más llamativa. Ya que no tenía idea de donde se encontraba Yoshi opté por matar el tiempo con esos niños.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Vie 2 Dic 2016 - 16:36}

Había pasado bastante tiempo esperando a mi compañero y ya me estaba aburriendo de estar allí sin hacer nada por lo que decidí darme una vuelta por el mercado. No pensaba entretenerme mucho allí, simplemente hasta que viera aparecer a mi compañero y pudiésemos poner rumbo a la misión.

En aquel mercado había de todo: pequeñas cestas hechas artesanalmente, alfombras, tapices, figuras de porcelana, cristal y miles de materiales más. Incluso había algún que otro puesto con distintos dulces, frutas y verduras. Estaba resistiendo la tentación de gastarme berries cuando me fijé en un pequeño y rústico puesto lleno de dulces de todos los colores, formas y sabores, aquello era casi el paraíso. El puesto estaba dirigido por una señora bastante mayor y con una sonrisa afable, al verme tan entusiasmada me ofreció una pequeña galleta por si quería probarla, la acepté con gusto y no pude si no maravillarme con su saber.

Finalmente salí del mercado con cuatro magdalenas con un aspecto simplemente increíble, llenas de crema y nata por encima aunque resistí la tentación de comérmelas para hacerlo junto con mi compañero, tras ofrecerle alguna por supuesto. Salí del mercado y pude ver a un Marine en la plaza al lado de la fuente central, aunque yo también llevaba mis ropa de marine parecía que a él se la notaba más, tal vez porque yo no llevaba ni los zapatos ni la gorra y llevaba mi abrigo por encima del uniforme, era una vestimenta bastante rara pero siempre se me había dado muy mal eso de seguir un código de vestimenta. Me acerqué a él, estaba rodeado por unos niños curiosos que le preguntaban sobre sus armas y sentían curiosidad por él, no pude sonreír ante aquella tierna escena.

-Buenos días Bizvan, Buenas niños.- Les saludé alegremente, los niños se me quedaron mirando y tímidos me saludaron. Los niños en seguida se fijaron en la pequeña bolsita con las magdalenas que llevaba en la mano, me agaché para estar a su altura, realmente tampoco es que tuviese que agacharme mucho puesto que no destacaba por mi altura. -Tened pequeños disfrutadlos.- Les di dos magdalenas quedando otras dos para el marine y para mí, esperaba que con eso les fuera suficiente.
Los niños me dieron las gracias y empezaron a comer golosamente, después un grupo de adultos que debían ser sus padres les llamaron y se marcharon.
-Esto es para nosotros.- Le dije a mi compañero teniéndole una de las magdalenas a él y quedándome yo la otra. -Y ahora ¡En marcha, tenemos una misión que hacer!- Dije muy decidida y comencé a andar prácticamente sin esperarle.

Teníamos que dirigirnos al museo cercano al ayuntamiento, estaba a pocas calles de allí y es donde tendríamos que hacer nuestra misión, era bastante sencilla simplemente consistía en escoltar unas tablillas y un antiguo y valioso tesoro al pueblo de al lado para que se pudiese exponer allí. Aunque era algo muy sencillo el director de la marina tenía miedo de que resultaran dañadas o algo peor puesto que últimamente se habían registrado más robos de lo habitual así que había pedido ayuda a la marina y, aquí entrabamos nosotros los elegidos para el pequeño trabajo. Realmente no me quejaba en absoluto, tenía pinta de ser sencillo, fácil y rápido además con un poco de suerte me permitirían ver de cerca esas tablillas y eso sí que era un buen aliciente para hacer perfecta una misión.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Dom 4 Dic 2016 - 7:18}

Uno de los niños se había colocado mi guantelete derecho, obviamente su pequeña mano no era capaz de llenarlo, pero parecía estar imaginando algo extraño pues no dejaba de lanzar golpes al aire con ese brazo. Los otros 2 intentaban empuñar a Lanka al mismo tiempo, aun así no conseguían levantarla demasiado del suelo. ¿Era raro dejar que unos niños jugaran con un arma? No lo sé, mi infancia siempre se vio rodeada por todo tipo de armas, al menos yo no le veía nada de extraño.

Al escuchar una voz familiar giré mi cabeza.- Buen día Joc… Yoshi. –los pequeños fijaron su atención en la rubia (los 2 que sostenían el arma la dejaron caer de golpe) o eso creía yo.

Yoshi les ofreció algo de comida y sin dudarlo un segundo la aceptaron y comenzaron a comer. Al poco tiempo los padres aparecieron y se llevaron a sus hijos (no sin antes recuperar mi guantelete).

Levanté mi espada del piso y la coloqué en su vaina, para luego tomar la magdalena ofrecida por la chica. Antes de siquiera poder agradecerle, ella expresó llena de entusiasmo que era hora de trabajar y de manera inmediata comenzó a caminar.

Me encogí de hombros al mismo tiempo que mordía mi golosina.

La seguí de cerca mirando su espalda. No recordaba muy bien el objetivo de la misión, creo que era algo relacionado con una escolta de algo o alguien.* Debería comenzar a apuntar todo ese tipo de cosas en alguna libreta. *un día esa memoria mía me causaría problemas.

Sin contratiempos llegamos hasta un museo. Las puertas de este se encontraban cerradas y un letrero podía verse colgado con la palabra “Cerrado” en letras grandes.

No le di importancia e intenté girar la perilla de la puerta. Sin ninguna dificultad esta se abrió.- Después de ti. –dejé pasar a mi compañera primero, para luego entrar yo y cerrar la puerta.

- Esto es inaceptable. ¿Qué clase de personas llegan tarde a una cita. –un hombre de baja estatura, gordo y con un peluquín de baja calidad se quejaba mientras miraba un reloj de bolsillo.- Ya pasaron 3 minutos. ¿Estás segura de haber dado la hora correcta?

- Solo son 3 minutos, por favor trate de calmarse, el doctor le indicó que debía relajarse o podría desmayarse de nuevo. –quien habló fue una mujer joven de aspecto sencillo. Su vestimenta eran las típicas de una asistente.

- Pero, pero la puntualidad es una… -al percatarse de la llegada de ambos, su atención se centró en mi compañera y yo. -¡Ah! Finalmente aparecen. –comenzó a caminar hacia nuestra dirección, con la mujer detrás suyo. Por alguna razón su manera de moverse me recordó a la de un pingüino.- Por un momento creía que me desmayaría a causa de… Un momento, ¿dónde están el resto de los marines? –antes de permitirnos hablar, el hombre se giró para ver a la mujer y continuó hablando.- María, te dije que solicitaras a un mínimo de 5 escoltas no solo a 2 tristes marines. –comenzó a agitar sus manos con desesperación.

La mujer parecía no poder articular palabras para defenderse al sin fin de quejas que salían de la boca de su jefe.

Suspiré cansado ante la escena que se desenvolvía delante de mis ojos, para luego comenzar a hablar con la seriedad que utilizaba para trabajar como marine.

- El reporte que llegó a la base solicitaba a 5 reclutas para realizar un pedido de protección. –mi voz llamó la atención del pingüino.- No obstante los altos cargos se percataron de la importancia de esta misión y en su lugar decidieron enviar a 2 sargentos para tan importante tarea. –nada de lo que dije era cierto, solo quería que el sujeto se callara de una vez.

Estaba al tanto del rango de mi camarada, pero el hombre no tenía forma de conocer la verdad. A demás, Yoshi solo tenía ese rango a causa de las normas, su habilidad como combatiente debería compararse al mío.
 
- Sargentos… Ya veo. Sus jefes no son tan idiotas como suponía. -el hombre suspiró aliviado.- Bien,  en ese caso espero que los 2 sean capaces de cumplir con el objetivo eficientemente.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Vie 9 Dic 2016 - 21:11}

El museo era un gran edificio que sobresalía de los edificios que tenía al lado. Estaba rodeado por una verja de hierro que se encontraba abierta de par en par, la construcción disponía de múltiples ventanas esparcidas por aquí y por allí como si las hubiesen puesto aleatoriamente en uno y otro sitio, la fachada era completamente blanca aunque con bordes en los frisos y las ventanas dorados además contaba con pequeños relieves que mostraban formas geométricas e incluso alguna que otra escena de lo que supuse que eran antiguas leyendas de la isla pues no pude averiguar de que trataban de contar. Imaginé que en otros tiempos aquel museo había estado muy cuidado, posiblemente había sido un pequeño tesoro para la arquitectura de la época pero ahora estaba casi en ruinas, un montón de grietas se veían por todos lados, el jardín estaba salvaje y daba un aire de lo más dejado como si estuviese abandonado.

En la puerta de roble oscuro había un cartel que ponía "Cerrado" Mi compañero simplemente lo ignoró, abrió la puerta y me dejó pasar a mi primero. El interior iba muy acorde con toda la estructura exterior con esa ambiente majestuoso que había quedado atrás ya hacía mucho.
En cuanto entramos empecé a oír varias voces una sonaba como de una mujer joven y la otra la de un hombre mayor, no tardaron en hacerse ver. Era un hombre viejo con peluquín bastante gracioso se quejaba a la mujer de al lado de lo impuntuales que habíamos sido aunque según especificó solo nos habíamos retrasado tres minutos, aquello era lo más pronto que había llegado a una cita en toda mi vida no creía que fuese para tanto.

Antes de que pudiese disculparme por aquel "retraso" el hombre comenzó a quejarse y a gritar de que había pedido una escolta de cinco marines y solo nos habíamos presentado dos, realmente comprendía el valor de aquello pero me parecía excesivo tanto marine dado que aquella isla era muy tranquila. No me dio tiempo a explicarle todo esto al viejo del peluquín pues mostrando grandes dotes para calmar a ese tipo de personas Bizvan intervino. Le explicó que la marina había decidido enviar a dos sargentos en vez de cinco marines por la importancia de aquella misión, le miré de reojo pero no dije nada dado que aunque todo en aquella frase estaba mal (puesto que nadie había pensado eso y yo ni siquiera era sargento) el que era el director de aquel museo pareció contento así que simplemente lo dejamos estar.

-Por supuesto comprendemos la importancia de esta misión, si no le importa deberíamos ponernos ya en camino.- Le dije adoptando la aptitud más sería que sabía, aquella que debía adoptar para las misiones oficiales. Realmente tenía muchas ganas de ver aquello pero tampoco me apetecía que se nos hiciese de noche en medio del camino.
El viejo pareció contento con nuestra diligencia y su secretaria nos indicó un camino a una de las salas contiguas, la sala estaba recubierta con mármol y parecía bastante mejor cuidada que las demás, en el centro de la sala circular había una vitrina muy bien cuidada. -Tened mucho cuidado al cogerla por favor.- Nos dijo la asistenta mientras nos acercábamos a ella. La examiné durante unos segundos, no tenía ni idea de que idioma era pero di gracias al cristal que había entre la tablilla y yo puesto que si no la habría babeado entera de lo emocionada que estaba.

-Déjamelo a mi-
Le dije a mi compañero mientras la recogía con cuidado, luego pensé que dado lo torpe que era aquella no había sido mi mejor idea pero bueno ya estaba hecho. Tras oír una gran retahíla de consejos sobre seguridad, de amenazas si dejábamos que le pasara algo a aquel objeto y demás improperios que saltó el director del museo salimos de allí y nos dirigimos a las afueras de la ciudad para iniciar nuestro recorrido.
-¿Crees que podré hacer una copia en mi libreta de los símbolos de la tablilla?- pregunté a Biz sin dejar de mirar la tablilla aunque sabía que no iba a conseguir nunca descifrarla. Iba tan pendiente de mirar el objeto que no reparé en la roca en medio del camino y me precipite hacia el suelo con el objeto en brazos, aun así la protegí con todo mi cuerpo rezando por que estuviese intacta.
Pegué un pequeño chillido y después me levanté del suelo, alcé la tablilla en el aire feliz. -¡Está bien!- Dije entusiasmada.

Una mano sujetó la tablilla que yo había alzado y tiró de ella hacía atrás, al no esperarme aquel movimiento la solté y caía de nuevo hacía el suelo. -Muchas gracias por hacernos el trabajo sucio bonita- La voz procedía del hombre que tenía ahora el objeto en su poder. Era un hombre joven, con el cabello negro y ojos verdes, llevaba una cota de malla que parecía bastante pesado pero eso no le impedía tener una gran velocidad y agilidad pues tras esas palabras nos sonrió y salió corriendo hacía el bosque de las afueras de la ciudad.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Miér 14 Dic 2016 - 7:47}

*Al menos no prestó atención a mi uniforme. *no estaba seguro si existía alguna prenda que distinguiera mi rango (ya que solo era un sargento) y si la existía, nunca la había solicitado, por tanto solo podía esperar que las personas me creyeran cuando mencionaba mi rango.

La secretaria nos guío hasta una sala con una vitrina en el centro. Esta habitación contaba con una temperatura diferente al resto del museo. La iluminación era especial, ya que el sol nunca tocaría ese lugar. Si uno se fijaba con detenimiento podía notar que todo se encontraba perfectamente limpio, ni una sola marca de polvo podría ser vista.* Muh… ¿Son tan valiosa esas cosas? *no tenía el conocimiento para determinar si el valor de esos objetos era alto o solo tenían importancia histórica.

Con un poco de curiosidad me acerqué para poder ver las dichosas tablas. Obviamente no podía entender nada de lo escrito en ellas.* ¿Debería inventar un lenguaje propio? *miré mi compañera y esta parecía muy emocionada con tan solo ver esos objetos. Hasta cierto punto comprendía ese tipo de reacción, quiero decir, si en lugar de tablillas fueran armas antiguas yo tendría esa misma expresión… Aunque… En mi caso, creo que sería un poco tétrico si realizara la misma expresión que mi compañera.

Tras recibir una enorme cantidad de consejos sobre el cuidado y transporte de las tablillas por parte de la mujer, además de un par de advertencias y amenazas por parte del pingüino, se nos permitió dar por comenzada la misión.

Salimos del museo y sin perder tiempo nos dirigimos a las afueras de la ciudad. Tendríamos que atravesar un sendero para llegar de forma más rápida a nuestro destino.

- No creo que exista problemas por realizar unas cuantas anotaciones. –Respondí a la pregunta de la rubia. Mientras ella no despegaba su mirada de los extraños signos.

Por mi parte enfocaba mi atención en el camino y los laterales.* Este lugar se presta para una emboscada. *moví un poco mi cabeza. *No, estoy siendo demasiado pesimista, quizás esta sea una misión sin complicaciones. *el sonido de un grito acompañado de algo golpeando el suelo de manera brusca me devolvió a la realidad. La joven se levantó del suelo, mientras afirmaba que la tablilla se encontraba bien.

- Ten más cuidado con esa cosa. El pingüino dijo que se encargaría de… -alguien salió de entre la espesura del bosque y tomó la tablilla, para luego soltar unas pocas palabras. De manera inmediata reaccioné y desenvainé a Lanka lanzándome directo para atacar. El extraño no perdió tiempo y de nuevo se adentró en el bosque intentando huir.

Si decir una solo palabra comencé a correr en un intento por alcanzar al ladrón.

Por fortuna me encontraba acostumbrado a moverme por terrenos como este, lleno de obstáculos como los árboles, raíces, hoyos y demás molestias. Dentro de poco debería ser capaz de atrapar a este bastardo.

Repentinamente el hombre se detuvo. Pensé en embestirlo, pero al considerar el daño que podría causarle a la tablilla solo me detuve.

- Deja la tablilla en el suelo y prometo no matarte. –hablé de manera seria.

El sujeto solo comenzó a reír ligeramente sin darse vuelta para mirarme.- Eres un idiota, ¿en verdad crees que me encuentro solo? -3 hombres aparecieron de entre los arboles.- Encárguense de él. Una chica lo acompaña, pueden hacer  lo que quieran con ella.

Los 3 nuevos enemigos desenvainaron los sables que colgaban de sus cinturas, no parecían ser armas especiales. En cuanto a los dueños, parecían ser ladrones comunes y corrientes. Uno de ellos reconoció mi vestimenta de cabo y comentó esto con sus compañeros, quienes soltaron fuertes carcajadas y realizaban comentarios sobre lo fácil que sería matarme, para luego poder divertirse con la chica.

El hombre con la tablilla comenzó a alejarse, aunque esta vez caminaba de manera confiada al creer que había solucionado el problema de sus perseguidores.

En cuanto pudiera le sugeriría a Yoshi que se encargara del ladrón, mientras yo terminaba con esos estorbos. No podíamos permitir que el pelinegro escapara.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Vie 23 Dic 2016 - 17:23}

Sin darme tiempo a reaccionar el ladrón huyó hacia el bosque y Bizvan demostrando grandes reflejos le siguió adentrándose el también en la espesura. Yo tardé un poco más en reaccionar pero cuando me di cuenta de lo que había pasado comencé a perseguir yo también a los dos hombres, no podía permitir que algo tan valioso como aquella tablilla cayera en malas manos o peor, se rompiera o sufriera algún daño ya no por que la misión fracasaría si no porque era una pieza de un valor inestimable.

Agradecí profundamente que estuviera acostumbrada a correr y andar por el bosque pues eso facilito mucho mi tarea aunque al haber salido después llegué donde estaba mi compañero un poco tarde. El marine estaba rodeado por tres hombres, desenvaine mi arco para protegerle las espaldas pero el chico no me dejó, me dijo que siguiera al tipo de la tablilla que él se ocuparía de ellos. ¿Tres contra uno? Era un poco injusto pero no podíamos hacer otra cosa lo mejor era que le hiciese caso puesto que si les perdíamos de vista no volveríamos a ver la tablilla.

Pasé de largo de donde se encontraban Bizvan y los otros ladrones, estos últimos intentaron ir hacía a mí pero mi compañero se encargó de que me dejaran en paz para que pudiera seguir mi camino. Aceleré todo lo que pude corriendo a la máxima velocidad que me permitían mis piernas, pensé en transformarme pero había demasiada vegetación y no sabía hasta qué punto podía esquivarla toda volando a gran velocidad. Por fin cuando ya estaba totalmente sin aliento vi aparecer al tipo entre la maleza y con un último esfuerzo me abalancé hacia él, intente saltarle encima y tirarle al suelo pero en el último segundo se giró y me propinó un codazo en la nariz tan fuerte que fui yo quien acabo tirada en la tierra.

Mi arco cayó al suelo y el tipo aprovechando que estaba desarmada se difirió a por mí con una sonrisa siniestra en la boca. - Hoy me llevo un objeto muy valioso y una muchacha, es mi día de suerte.- Reaccioné rápido y antes de que pudiera agarrarme una de las ramas que estaba cerca nuestro envolvió la muñeca del ladrón inmovilizándola y haciéndole chillar de terror como un niño pequeño. -Tu día de suerte no será si has cometido el error de meterte en mi territorio.- Otra rama le inmovilizó la mano donde tenía la tabilla, la cual soltó de la impresión. Me lancé hacia la tablilla cogiéndola justo a tiempo para que no se estrellara contra el suelo y me levanté con una sonrisa, me había hecho un par de raspones y la nariz me sangraba fuertemente pero había recuperado la tablilla y el hombre tenía las manos atrapadas, ordené a las plantitas que le subieran un poco de tal manera que no tocara el suelo con los pies. Ver tal cara de horror en una escoria como aquella no tenía precio.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Vie 30 Dic 2016 - 2:58}

Los 3 sujetos trataron de seguir a la joven, pero se detuvieron al colocarme delante de ellos con ambas espadas desenvainadas.

- Ustedes tendrán que jugar un poco conmigo. –aunque mi tono de voz parecía calmado, en realidad me encontraba sumamente enfadado. El motivo de mi enfado fueron las claras intenciones de dañar a mi compañera.

Uno de los hombres expresó lo sencillo que resultaría vencerme y  por tanto ellos (sus compañeros) deberían ir tras la chica.

Una onda cortante en posición vertical lo cortó a la mitad. La expresión en el rostro de los hombres cambió al ver a su amigo partido en 2, y de inmediato se colocaron en guardia. Por mi parte solo esbocé mi sonrisa fingida, mientras me lanzaba directo a ellos.

Mi espada chocó contra el sable de uno de ellos, no obstante la diferencia de fuerza causó que él perdiera el equilibrio, utilizando a Lanka penetré su pecho terminando así con su asquerosa vida.

Su compañero realizó corte horizontal, obligándome a soltar a Lanka y bloquear su ataque con mi antigua espada. Durante el forcejeo lancé una fuerte patada directa a su entrepierna, para después decapitarlo.

Solté un pequeño suspiro al ver los cadáveres.- Realmente odio esto. –tomé a Lanka y comencé a correr por el mismo camino tomado por Yoshi.

Para cuando llegué, mi compañera tenía todo bajo control… O por lo menos el ladrón se encontraba retenido por las plantas de un árbol.

- ¿Cómo? –pregunté sin percatarme de haber hecho esto. Me acerqué un poco para ver mejor a las plantas.- Sorprendente, es como si pensaran por sí mismas. –ignoré por completo al ladrón que se encontraba presa del miedo.- ¿Esto es cosa tuya? –le pregunté a la rubia.

Al verla sangrar por la nariz me acerqué hasta donde se encontraba ella para darle un vistazo y determinar si era necesario realizar algo de primeros auxilios, además de limpiar los raspones que se causó.

Tras terminar con eso me acerqué de nuevo a al ladrón.

- Quiero saber quién te contrató.

- ¡Bájame antes de nada! –gritó desesperado mientras se retorcía intentando liberarse.

Mi puño comenzó a cubrirse por electricidad y sin previo aviso lo golpeé en el estómago. El puñetazo lo hizo toser un poco y la electricidad causó que todo su cuerpo se retorciera.

- ¿Quién te contrató? –pregunté sin emoción alguna en mi voz.

- ¡Nadie, yo planeé esto!

Esta vez recibió 2 golpes con la misma intensidad de electricidad. Continué realizando la misma pregunta una y otra vez, cambiando el tipo de “incentivo” para hacerlo hablar. En ocasiones colocaba una de mis manos en su pecho y comenzaba a liberar electricidad. En otras perforaba lentamente una de sus piernas con mi espada, para luego comenzar a moverla de manera lateral.

Al cabo de unos minutos de gritos y suplicas, terminó por contarnos todo lo que él sabía.

Cage era el nombre de su cliente, aunque era probable que fuera solo un seudónimo. Después de robar la tablilla debería encontrarlo en una taberna del pueblo.

No parecía estar mintiendo, por lo cual me encargué de sus heridas.

- ¿Qué opinas compañera, deberíamos ir a visitar a Cage o nos enfocamos en terminar la misión?

Prefería que Yoshi decidiera cual sería nuestro siguiente paso.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Lun 2 Ene 2017 - 16:54}

Me agaché a por el arco que había quedado abandonado a unos metros de mí, lo recogí con delicadeza y comprobé con alivio que no le había pasado nada, aquel había sido un regalo de los Shandias debía dejar de descuidarlo así o al final iba a haber muchos lamentos.
Una voz familiar resonó en mis oídos me incorporé ya con el arco otra vez en mi posesión, Bizvan había vuelto y observaba perplejo la curiosa escena comentando que parecía que las plantas pensasen por sí mismas y de alguna manera así era, aunque yo pudiese comunicarme con ellas y darlas instrucciones para mis propios beneficios a veces pensaba que todo era cosa suya, yo simplemente tenía la suerte de que me hicieran caso. -Si, es mala idea enfrentarse a mí en un bosque.- Le guiñé un ojo mientras las plantas que tenían retenido al tipo se balanceaban de un lado a otro como si saludaran al marine.

El chico se acercó un poco a mí para examinar mis heridas, no pude notar que él se encontraba casi ileso parecía que se había librado con tremenda facilidad de aquellos hombres, sin duda era un fuerte adversario si hablábamos de lucha cuerpo a cuerpo. Tras determinar que no tenía nada grave y limpiarme un poco la herida de la nariz su atención reparó en el hombre que aún seguía colgado y con cara de pocos amigos, supuse que debido a estar atrapado de aquella forma y la humillación que había recibido.
Era hora de que nos contara todo lo que sabía, en otras palabras era otra de interrogarlo o más bien de torturarlo pues era la única forma de que dijera algo. Bizvan le asestó un gran golpe en el estómago que hicieron retroceder a mis plantas a las cuales tuve que ordenar que aguantaran un poco más, no podía permitir que le soltasen ahora.
Odiaba aquellas cosas, sabía que era algo muy usual y utilizado pero aun así no podía resistir sentir bastante asco cada vez que veía a alguien hacerlo o incluso cuando yo misma me veía obligada a utilizar esos métodos cosa que desde que pertenecía en la marina pasaba bastante poco pues eran mis compañeros quien se solían encargar y yo por mi parte se lo agradecía infinitamente.

Mientras mi compañero se encargaba de golpear y hacerle todo tipo de preguntas al ladrón yo me encontraba sentada en el suelo, había sacado mi inseparable libreta y estaba copiando todos y cada uno de los símbolos de la tablilla con rapidez, así hacia una especie de copia de seguridad y podía servirme para más adelante, si tanto querían aquello a saber qué clase de poder encerraban esas antiguas escrituras.
Pasaron unos cuantos minutos, yo ya había terminado de copiar todos los caracteres de la tablilla y nuestro prisionero comenzó a hablar, aprovechando que aún tenía la libreta de la mano apunté deprisa todo lo que decía así si algo se nos olvidaba o se nos escapaba podía recordarlo las veces que quisiera.
Resultó que Bizvan tenía razón y no eran más que simples peones contratados por un tal Cage con el que debían reunirse en una taberna del pueblo después de robar la tablilla. En lo que curaba sus heridas el chico me preguntó que creía que era lo mejor para la misión, si ir a ver a ese tal Cage u olvidarnos de él y seguir con nuestro camino hasta el lugar donde debíamos entregar el objeto que nos habían encargado.

-Lo mejor será que hagamos una visita a Cage, si no recibe su encargo posiblemente mandará a más gente o incluso vendrá el mismo a por la tablilla y no me apetece tener más interrupciones-
Era cierto que aquello podía ser peligroso, es más de alguna forma llevando con nosotros la tablilla a ver a aquel personaje estábamos entregándosela, pero era mejor plan que seguir a lo nuestro exponiéndonos a más ataques e intentos de robo como aquel que acabábamos de presenciar, el chico se mostró conforme así que decidimos que aquel sería nuestro siguiente paso. Bajé a nuestro prisionero y aún sin que mis plantas le soltaran le dejé cao de un golpe en la cabeza para después soltarlo e inmovilizarlo con unas cuerdas que siempre llevaba encima, dejaría que mi compañero tomara la decisión de qué hacer con él si matarlo, dejarlo ahí o pedir refuerzos para que se lo llevaran.
Me quité mi abrigo y envolví la tablilla con él para después meterla en mi pequeña mochila, así quería evitar que sufriese más daños y que pudiese ser detectada a primera vista, una vez hecho todo esto decidí que ya estaba preparada para nuestro pequeño rumbo suicida y salimos del bosque con dirección a la taberna que nos habían indicado.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Miér 4 Ene 2017 - 6:13}

La joven se encargó del ladrón. Matarlo sería lo más seguro, no obstante era poco probable que representara un peligro cuando despertara.- Más tarde me aseguraré de que alguien se encargue de él. –dije en voz baja mientras miraba su cuerpo en el suelo.

Cuando mi compañera terminó de prepararse salimos del bosque. Sugerí tomar otra ruta, principalmente para no ver los 3 cadáveres que había dejado atrás.

Durante el trayecto me pareció buena idea hablar con Yoshi de mis habilidades en combate, sobre mi ámbito eléctrico, la capacidad de endurecimiento de mi haki, mi habilidad como espadachín e incluso sobre los diales con los que contaba en ese momento. Mi intención no era presumir (y mi tono de voz serio debió indicarle eso), sino darle a conocer mis habilidades para que la chica hiciera uso de ellas como creyera necesario en caso de tener un plan.

Las calles poco a poco comenzaban a verse menos cuidadas y las personas en ese lugar no parecían ser muy amigables… En especial con 2 marines.

Por suerte para nosotros no se presentaron inconvenientes y llegamos hasta una taberna de aspecto lúgubre. En un letrero bastante maltratado podía leerse “El gato gordo”.

Un hombre salió del interior del lugar, dio unos cuantos pasos y después cayó al suelo dormido. Un fuerte olor a alcohol provenía de él, además de un aroma más desagradable parecido al del estiércol.

Miré a mis alrededores para cerciorarme de que nadie sospechoso nos vigilara

- Muh… -ignoré al hombre y me acerqué un poco a la joven para poder hablar en voz baja.- ¿Qué opinas compañera, deberíamos entrar ahora o quizás realizar una pequeña inspección en los alrededores en búsqueda de rutas de escape? –sólo eran pequeñas sugerencias disfrazadas de preguntas. Sí la marine tenía algún otro plan estaría dispuesto a seguirlo paso por paso.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Dom 29 Ene 2017 - 0:08}

Durante el camino estuve escuchando hablar a Bizvan sobre sus armas, su estilo de combate, su haki y prácticamente todas las habilidades de combate que poseía y solía utilizar. Nunca habría dicho que aquel hombre fuese muy hablador pero al parecer me equivocaba aunque toda su charla se basara en formas de combate y demás en ese momento lo agradecí, me iba a resultar muy útil conocer las habilidades bélicas de mi compañero en caso de que nos tocara volver a luchar juntos y teniendo en cuenta a donde nos dirijiamos esto era lo más probable.

Las calles fueron cambiando de aspecto a medida que nos acercábamos a nuestro objetivo, dejamos las calles llenas de gente y bien cuidadas para adentrarnos en la parte más descuidada, fea y posiblemente peligrosa de aquella ciudad. Mientras tanto yo también le conté un poco sobre mis habilidades de combate, sobre mi manejo del arco, la pistola que llevaba, mi control sobre las plantas debido a mi ámbito y sobre todo le hablé de mi akuma y de las capacidades que esta me confería. De esta forma el también me conocía mejor a mi y a mis técnicas de combate, aunque se me había olvidado decirle muchas cosas, pues cuando me quise dar cuenta ya estábamos en la taberna de "El gato gordo"

Aunque el nombre del sitio me parecía hasta bonito no podía decir lo mismo con el aspecto de aquel establecimiento, ni con la fachada así ni con el olor putrefacto que desprendía, era la perfecta taberna descuidada típica de cualquier sitio para piratas, ladrones y todas las demás personas de mala calaña. Nos detuvimos enfrente de la puerta donde se encontraba un hombre tirado en el suelo, estaba inconsciente o al menos eso parecía, esperaba que no estuviese muerto.
Me propuso distintas opciones uno de ellas era la precaución de un plan B, una salida de emergencia o algo sí peor aquellas cosas no iban de mi estilo.  -Entremos.- Y sin esperar su respuesta crucé el umbral de la puerta saltando al tipo inconsciente.

Había sido buena idea quitarme mi uniforme de la marina antes de entrar a aquel lugar pero lo había pensado muy tarde, no había vuelta atrás. Todo el mundo se fijo en nuestra presencia y sobre todo en nuestra apariencia, era evidente que los marines como nosotros no eran bien recibidos allí. Obvié todas las miradas y me dirijí hacia delante parándome enfrente de un tipo que coincidía con la descripción que nos había lado el ladrón. -¿Tu eres Cage?- Me apoyé en la barra esperando su respuesta, esperaba que Bizvan me hubiese seguido en aquella misión suicida aunque no sabía muy bien que estaba haciendo esperaba que si todavía estaba a mi lado fuera él quien interrogara a aquel hombre, yo no imponía y además no me gustaba ni torturar ni interrogar a nadie.


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Dom 12 Feb 2017 - 19:47}

MI expresión denotaba asombro por la decisión de entrar como si nada en aquel lugar.* Supongo que no debería sorprenderme demasiado, el hecho de que se marchara sin esperarme fue un indicio de su personalidad. *Una ligera sonrisa se formó en mi rostro al ver a la pequeña entrar en la taberna con paso decidido.* Tengo que agradecer que tenga ese aspecto, si fuera un poco más grande… Me daría miedo…

Seguí a la joven. Tomar la iniciativa era bueno, no obstante detenerse y pensar un poco también era aconsejable en algunas ocasiones. Ahora mismo las miradas de todos se encontraban sobre nosotros a causa de los uniformes de la marina. Mi expresión seria no cambió en ningún momento, sería problemático si estos sujetos llegaban a la conclusión de sentirnos intimidados por su presencia.

Yoshi se acercó a la barra y sin perder tiempo le preguntó a un hombre si era Cage. A juzgar por la descripción era el tipo que buscábamos.

El hombre giró un poco su cabeza para mirar a la rubia, fijó su atención en una parte específica de la joven para luego soltar una ligera risa.- Lo siento pero no estoy interesado en las niñas. –sin darle mayor importancia a la presencia de mi compañera realizó un movimiento con su mano, a la cual respondieron 2 sujetos colocándose de pie.- No quiero verla más.

Estaba seguro que esos 2 no serían capaces de siquiera tocarla, sin embargo no sería bueno darles oportunidad de preparar sus armas.

Cuando los 2 hombres se colocaron a ambos lados de Yoshi para “escoltarla” a la salida. Yo coloqué mis manos en sus espaldas y liberé una cantidad de electricidad de 400V, la cual recorrió todo el cuerpo de ambos. Los 2 cuerpos cayeron al suelo.

- Eso no será necesario, en cuanto respondas unas cuantas preguntas nosotros nos marcharemos.

Cage miró a sus hombres en el suelo, terminó con su bebida y se colocó de pie. No parecía sorprendido, al contrario, su expresión denotaba desinterés.

- Que fastidio, debo suponer que mi pedido fue interrumpido. ¡Escuchen todos, estoy dispuesto a pagar 10 millones por la cabeza de cada uno de ellos a quien sea que me las entregue!

Gran parte de los presentes se levantaron de sus asientos al instante que escucharon la oferta de Cage y tomaron sus armas.

Pensando que todo terminaría si conseguía acabar con el líder desenvainé mi espada e intenté atacarlo, no obstante esquivó mi ataque fácilmente y un grupo de hombres armados se colocó entre ambos.

La situación… Nos encontrábamos rodeados por hombres dispuestos a matarnos y puede que Cage escape si no conseguimos darnos prisa… ¿O puede que consigamos captar su atención con algo?


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Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] Empty Re: Oye... ¡Vámonos de Misión! [Priv Bizvan] {Dom 18 Jun 2017 - 16:25}

El hombre me respondió de malas maneras, diciendo que no le interesaban niñas y haciendo una señal a dos hombre para que me sacaran de allí. Aquello la verdad es que me sentó mal no, lo siguiente, ¿Aquel hombre se creía que era una prostituta? y peor aún ¿Creía que era una niña? Me habría gustado golpearle allí mismo pero seguramente habría arruinado todo ya que empezar una pelea en aquel lugar donde todos se podían poner en nuestra contra no parecía ser el plan más inteligente del mundo.

Pero parecía ser que los planes no inteligentes nos iban mucho a mi y a mi compañero, la primera prueba había sido que yo me había metido allí sin pensarlo dos veces, en la boca del lobo. la segunda cuando mi compañero frió a los dos tipos que se acercaban a mi y los dejaba inconscientes en el suelo. Me quede mirando tanto a Cage como a mi compañero sin saber muy bien como reaccionar y que es lo que pasaría a continuación.
Bizvan le pidió que nos respondiera a unas preguntas. El hombre se terminó lo que estaba bebiendo sin entrar en pánico, no dió señales de que aquellos actos le habían turbado un poco, más bien incluso parecía divertido, nunca entendería que a alguien le pudiese divertir aquello.

Después anunció a los cuatro vientos que daría una recompensa a cualquiera de aquel antro que nos capturara, en seguida desenfundé mi arco y lo cargué, dispuesta a luchar contra todo aquel antro si hacía falta. Mi compañero tomando la iniciativa atacó directamente a Cage pero este esquivó el golpe con facilidad y un montón de hombres se echaron encima de nosotros.

Podíamos luchar contra ellos, contra todo el bar, a lo mejor incluso lográbamos salir airosos de aquello pero entonces Cage tendría vía libre para huir, podría volver a atacarnos de nuevo y aquello no serviría de nada, solo vi una alternativa, era casi un suicidio, era casi vender nuestra misión pero en mi cabeza un plan apareció gritando que podía funcionar, aunque era demasiado arriesgado.

Me deshice de los hombres armados ignorandoles completamente, si me atacaban simplemente esquivaba sus ataques y me subí a la barra
-Cage- Grité todo lo fuerte que pude para captar la atención de todos. -Creo que sería una pena que esto se rompiera.- Saqué de mi mochila la vieja tablilla y la suspendí sobre el aire, metros debajo de mi y de la barra se encontraba el suelo y un montón de hombres armados. -¿A ninguno nos interesa que se rompa verdad? Si la quieres, es tuya, podemos hacer un trato, solo queremos hablar contigo... en privado. A mi esto no me interesa para nada, si das una sola señal de que nos atrapen, se estrellara contra el suelo y se hará mil pedazos.

El hombre se me quedo mirado, su cara divertida se ensombreció de pronto, esperaba que mis palabras al menos nos hiciesen ganar tiempo y en el mejor de los casos nos permitieran salir de ese embrollo.


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