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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Jue 24 Ago 2017 - 21:25}

Gritos, maldiciones, insultos. Todo ello fruto de mi ira. La espada en ambas manos danzando de un lado a otro cortando los bloques de paja. Los caballos del establo  se alejaban de mí asustados por mi temperamento, y pisar sus excrementos aumentaba el rojo de mi rostro. "Estúpido, estúpido, estúpido" vociferaba.
-Pe-perdone... ¿Ocurre algo?- me preguntó el posadero, que estaba tan asustado como los caballos. Continué con la destrucción del establo sin hacer caso a sus palabras. -Señor Iwazaru.- lo volvió a intentar con un tono mayor.
-¿Señor?- me detuve -Señor era mi padre y supongo que también lo es ahora mi hermano.- guardé la katana y me dirigí al posadero. Este era un hombre mayor, iba siempre encorvado y se aguantaba con la ayuda de un bastón. Todo el pelo que no tenia en la cabeza lo lucía en una blanca barba trenzada. -Necesitaré una mochila con comida y bebida.- apresuré a decirle algo más calmado
-Pero... pero ya me debe una noche- comentó el posadero, temeroso de mi respuesta. Quien sabe lo que pudo interpretar en mi rostro aquel viejo que ante mi mirada respondió con un intento de sobresalto hacia atrás.
-Tranquilo.- me relajé viendo su estado que rozaba el infarto -Apuntelo en mi cuenta y todo será pagado a mi vuelta- dije sin darle tiempo a contestar.
Me costó conseguir que el anciano aceptará fiarme ademas de que me diera la mochila con provisiones para el día, pero tras (sin más remedio) darle mi preciada chaqueta roja como señal de que volvería se mostró menos reacio al trato. Aunque para el posadero fuera un simple karuta, para mi era un símbolo familiar, por lo que ahora si que estaba obligado a saldar mi deuda. Todo esto por culpa de mi estúpido caballo que por cosas como esta me pregunto porque no lo habría dejado en Saruterra.

Lo que iba a ser una mañana de turismo en busca de nuevos conocimientos y, como siempre, algún dinero, se convirtió en el juego de "Encuentra al caballo en una ciudad desconocida e inmensa". Maldiciendo una vez más mi suerte me adentre en la ciudad sabiendo que Fausto era tan curioso como yo, gracias a esto solo tenia que ir a lugares con ambiente y preguntar por un caballo, al menos esa era la idea en un principio. La mañana no era tan calurosa como imaginaba y debido a la abundancia de edificios por la zona se hacia inevitable caminar casi siempre bajo la sombra. La arquitectura del lugar me gustaba bastante e intentaba fijarme bien en todo para no olvidarlo. Al cabo de un rato llegué a una calle estrecha con muchos puestos de mercado muy concurridos, lo que hacía que el paseo fuera lento e incomodo. No podía perder el tiempo en aquella situación y mientras esperaba a que un par de señores, que me bloquearon el paso, se decidían o no a comprar el pescado mas fresco de toda la ciudad, o eso decía el vendedor, yo me fije de nuevo en los edificios que me rodeaban. Viendo los salientes y los huecos en la piedra de los edificios decidir coger un atajo y subiéndome a un puesto de frutas mientras su dueño me gritaba empecé mi ascensión. No era lo mismo que escalar árboles, pero la técnica no se alejaba mucho. Al llegar al tejado me detuve un momento a observar la ciudad que se expandía a mi alrededor, hermosa y bulliciosa. Todo era más grande que en mi tierra: las calles, los mercados, las plazas. Y ahí lo pensé. En las plazas siempre hay más gente y por lo tanto más espectáculo.

Corriendo y saltando de edificio en edificio llegué a la plaza más cercana. Sin bajar del tejado observe el lugar en busca de Fausto, pero fue un chasco al ver que no era el único por la zona con caballo, pero bueno, solo debía que buscar el que no tuviera dueño. La plaza era bastante grande, al rededor había mas puestos de mercado y en el centro de todo una fuente. A su lado un pequeño grupo de músicos alegraban la mañana a todo el que pasaba y la gente iba y venia de todos lados. Aún no me acostumbraba a los lugares tan poblados. Buscando de un lado a otro de la plaza vi, procedente de una de las calles principales, un gran número de personas saliendo de ella y haciendo un gran corro que llegaba hasta la fuente. Por el pasillo formado apareció un grupo de hombres armados y muy alegres que parecían estar de celebración, tras ellos un par de caballos tiraban de un carro sobre el que había algo enorme, con forma rectangular y tapado con una manta. El grupo llegó hasta la plaza montando un gran revuelo. Más y más gente se acercaba a ver que traían, incluso los músicos dejaron de tocar. Todo aquello aumentaba mi curiosidad.

Un par de aquellos hombres se acercaron al carro e mediatamente este empezó a agitarse lo que hizo asustar a los caballo y a los curiosos. Bajé a la plaza y para seguir esquivando a la gente avance por encima de los puestos, teniendo cuidado de no meter el pie por ninguna lona. Llegué a la fuente y desde allí pude ver mejor el espectáculo. Aquellos hombres reían, bromeaban con la gente pero aun no enseñaban lo que traían.
-Lo hemos conseguido-  comento uno muy alegre -Finalmente nosotros hemos capturado uno, y no solo eso, también os lo hemos traído-
Sus palabras hicieron que el público empezara a cuchichear sobre que podría ser y finalmente uno de ellos quito la lona.
-traído desde lo más profundo del bosque. ¡Un minotauro!-
Algunos callaron, otros gritaron, pero todos se asustaron al ver aquel inmenso monstruo sin vida.
¿Yo? No me lo creía. Era imposible. Con mi madre leí sobre la criatura y ya solo con palabras asustaba, no puedo describirlo ya al ver su rostro.


Última edición por Travis Iwazaru el Vie 25 Ago 2017 - 15:56, editado 1 vez
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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Vie 25 Ago 2017 - 10:22}

Era una mañana soleada en Novigrado cuando Thawne llegó a la ciudad. Era su primera visita a la isla de Greenlyn y, para su sorpresa, el país se había recuperado completamente de la guerra. Era como si hubiesen pasado ya varias generaciones desde entonces, y todo lo allí sucedido hubiera caído ya en el olvido.

Novigrado parecía una ciudad activa y bulliciosa, lo que no era muy del agrado del calvo. Sin embargo, era bastante agradable a la vista. Sus señoriales edificios, sus amplias calles y, sobre todo, sus plazas, en las que siempre había árboles. Sobre todo le gustó una plaza, que se encontraba en torno a una enorme e impresionante fuente. Tanto fue así, que decidió pararse allí un rato a leer. Al fin y al cabo, no había venido a la isla por trabajo, por lo que no tenía prisa alguna. Sacó un libro que había comprado hacía poco sobre nuevas técnicas quirúrgicas y se sentó en el borde de la fuente.

Apenas 20 minutos después, la plaza comenzó de repente a llenarse de gente, y el ruido que hacían empezó a volverse bastante molesto. Contrariado, Thawne levantó la vista del libro, buscando el origen de toda aquella algarabía. La gente parecía estar disponiéndose en dos filas, empezando en la misma fuente y adentrándose en una de las calles principales. Por el espacio que dejaban entre las dos filas de gente parecía que alguien (o algo) interesante se dirigía hacia allí.

Apenas unos segundos después, un grupo de hombres armados entraron a la plaza. Sus semblantes eran alegres, aunque algunos de ellos tenían heridas leves perfectamente apreciables a primera vista. Detrás de ellos se aproximaba un carro, tirado por dos caballos, y cuya carga consistía en un bulto enorme tapado por una gran lona blanca. ¿Qué sería aquello y por qué estaba levantando tanta expectación entre las gentes de Novigrado?

Una vez dentro de la plaza, muy cerca de donde yo me encontraba, se detuvieron. Cuando levantaron la manta, descubriendo el cargamento del carro, el bullicio se multiplicó. Y no era para menos. Habían conseguido encontrar, matar y traer a la ciudad un minotauro. ¡Un puto minotauro! Había leído mucho sobre ellos, y sabía lo raros que eran. Debido a esto, y a que no demasiada gente sobrevivía al encontrarse con uno, existía entre la población la extendida creencia de que no eran reales. Tonterías. En muchos libros que leyó de pequeño en su casa familiar estaba perfectamente documentada su existencia, y había bastantes biólogos que los habían estudiado exhaustivamente. Pero claro, nunca había visto uno en persona. En esta situación, su innata curiosidad resultaba incontenible. Así que se acercó a los soldados.

- Vaya, nada menos que un minotauro. Es la primera vez que veo uno en persona. ¿Dónde lo habéis encontrado?

Tras una pequeña pausa, e impulsado tanto por el código deontológico que le había inculcado Reigh como, por qué no reconocerlo, por la posibilidad de hablar un rato con los soldados e indagar más sobre el minotauro, continuó:

- Por cierto, mi nombre es Thawne y soy médico. Si alguno necesita que le cure alguna herida, o un calmante para el dolor solo tiene que decírmelo.

- Gracias, Thawne, eres muy amable. Un par de mis compañeros podrían necesitar de tu ayuda.

Thawne se sentó de nuevo en el borde de la fuente y sacó aguja, hilo, antiséptico y gasas. Mientras desinfectaba y cosía las heridas (bastante superficiales) de los dos hombres que lo necesitaban, preguntó todo lo que pudo sobre el lugar en el que habían hallado al minotauro, cómo llegar allí, y cómo había sido el enfrentamiento con la bestia. Una vez finalizada su labor como galeno, y obtenida la información que buscaba, se dispuso a salir de la plaza. Quería ver a un minotauro vivo. Su desmesurada curiosidad casi le obligaba a ello.
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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Mar 29 Ago 2017 - 16:36}

Los más curiosos y valientes se empezaron a acercar a la jaula donde la bestia yacía muerta. Los soldados triunfantes alardeaban de su aventura y se la narraban de forma épica a los ciudadanos que no querían perder detalle. Matar a semejante criatura merecía alabanzas y canciones. Un ser con inteligencia superior a la de un animal corriente y más grande que un humano medio. Cuanto más lo pensaba más deseaba ir a por una de esas criaturas, verlas de cerca y demostrar que seria capaz de derrotar a una. "Travis Iwazaru, el joven que acabó con un minotauro". Me gustaba aquella idea. Mientras seguía imaginando su gran epopeya se percato que no muy lejos de su posición se encontraba un hombre trajeado y calvo que ayudaba a los heridos de la batalla. Se acercó un poco más intentando no dar el cante para escuchar su conversación. El herido hablaba del enfrentamiento, de como encontraron a un pequeño grupo de aquellas bestias y una feroz lucha provocó alguna muerte del grupo de guerreros y finalmente su victoria.
El medico parecía muy interesado en el tema y tras acabar con su trabajo se levantó y se marchó por donde los guerreros habían venido. Parecía muy interesado sobre los minotauros y como se llevó acabo su captura, ¿puede ser que estuviera pensando en ir solo a por una de aquellas bestias? Podría matar dos pájaros de un tiro: deuda pagada más una gran epopeya.

Corrí entre la gente, esquivándola y con la cabeza alta para no perder de vista al calvo. Me puse a su lado y le toque el hombro para llamar su atención.
-Creo conocer tus intenciones doctor- le dije sonriendo -y te propongo algo: mi espada. Te he visto hablando con esos hombres, de casualidad por supuesto, y se que vas a por un minotauro. Contratame y te ayudaré a cazar a una de esas bestias.- Necesitaba el dinero, desde que salí de Saruterra andaba en la miseria y mendigando trabajos para alimentar dos bocas. Si convencía al medico para que me contratara podría al menos vivir un día más. - Caballero, esta claro que esas bestias no son gallinas de corral, necesitaras un par de manos más. No solo te propongo mi espada, me he criado en un bosque, me siento cómodo en la naturaleza y también se cazar. Tienes ante ti al sujeto idóneo para este trabajo. ¿Qué me dices?- Me vendí lo mejor que pude, saque todas mi armas y aunque no me contratara iría de todas formas. Ya me ocuparía mas tarde de buscar a Fausto, no es la primera vez que se marcha sin avisar. Estará bien, eso espero.
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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Mar 29 Ago 2017 - 17:39}

Cuando Thawne notó que alguien le tocaba el hombro inesperadamente, tuvo que reprimir el impulso de atacar. Por suerte, se dio cuenta a tiempo de que el chico que lo había hecho no tenía intenciones hostiles. Al contrario, quería acompañarle al bosque a ¿matar a un minotauro? En principio, Thawne solo quería ver uno con vida, aunque estaba claro que si la bestia le veía le atacaría. Si se diera esa situación no le vendría nada mal algo de ayuda, aunque desde luego no pensaba pagar por ella. Además no llevaba casi nada de dinero encima, solo lo justo para pasar unos días.

El chico dijo que se había criado en un bosque, lo cual podría venir muy bien a la hora de rastrear al animal y, en caso de batalla, seguramente sería útil. Mientras hablaba, me enseñaba sus armas lo mejor que podía, se notaba que se estaba haciendo publicidad. Le daría una oportunidad de acompañarme si quería, a pesar de no ser el mayor partidario del trabajo en equipo.

- Lo siento, chico, pero la verdad es que matar un minotauro no es mi intención inicial. Soy una persona muy curiosa, y quiero ver uno vivo con mis propios ojos. - dije.

- Pero bueno, sé que si soy descubierto tendré que pelear, ya que el animal me atacará, así que puedes acompañarme si así lo deseas. Eso sí, no llevo dinero encima, y tampoco tengo ninguna intención de pagar por tu compañía. Ven solo si de verdad quieres hacerlo, pero no esperes nada a cambio por mi parte.

Una vez dicho esto, seguí mi camino en dirección al bosque, sin esperar la respuesta del chico.



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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Sáb 9 Sep 2017 - 14:19}

Me quedé parado en medio del camino tras sus palabras, no me gustaron. Nada de pago, nada de pelea; solo quería observar. Me dí la vuelta y volví a la plaza mal humorado, mientras él seguía su camino. Ya había perdido un caballo y la oportunidad de conseguir dinero, por lo menos intentaría recuperar lo primero. Fui preguntando a todo aquel que veía sobre Faustino, algunos fueron amables, otros me miraban extrañados, pero nadie sabía nada. Llegué de nuevo a la fuente donde los cazadores recogían el espectáculo y las gentes seguían con sus rutinas.
Aburrido de buscar me dirigí a donde los cazadores se encontraban, tenía curiosidad de como y con que habían capturado a la bestia. Al llegar, antes de preguntarles nada les escuche hablar, decían que una pieza como esa les podría pagar un buen lecho y comida caliente durante mucho tiempo, decían que el esfuerzo mereció la pena pues la carne y piel del minotauro se pagaba bien. Justo callaron cuando me vieron y  me preguntaron que deseaba, me di la vuelta despidiéndome con un gesto y corrí por donde se marchó el calvo.

No era del tipo de persona que se preocupa por el dinero, no me considero materialista ni nada de eso, pero estaba claro que costaba serlo con una vida acomodada. Desde que me encontraba en la calle y tuve que dormir en ella alguna vez, el dinero se convirtió en una nuevo preocupación, lo cual no me gustaba. Deseaba viajar, ver mundo y conocerlo, pero sin dinero no hacía nada. Saber que un solo animal me ayudaría a sobrevivir un tiempo y moverme sin depender de nadie me alegró bastante y ese calvo podría ayudarme. No se cuanto tiempo perdí ,esperaba que al menos el calvo no hubiera llegado al bosque. Decidí buscarlo de la misma manera e la que llegué a la plaza y avancé calle arriba de tejado en tejado. Adoraba aquello, nada  de gente que entorpecía el paso, nada de esquivar y empujar, solo correr por los anchos tejados y saltar de uno a otro. Mientras avanzaba miraba hacía abajo, calvo y trajeado, sería fácil de encontrar.
Desde arriba se podía ver el bosque y la montaña, todo un mato verde que sobresalía por encima de las casas. Más aun debido a que la densidad de casas disminuía conforme te alejabas del centro y te acercabas al bosque. Lo que hacía más difícil el camino. justo cuando las casas eran más pequeñas y se les veía de menor calidad bajé a la calle. Eché un vistazo calle arriba y observe que desde allí ya se veía el bosque. Dado el atajo y mi carrera pensé que yo habría llegado antes y me senté a un lado de la calle. Poco tiempo después apareció y ande a su lado.
-Te ayudaré a llegar hasta los minotauros, pero pongo dos condiciones: no me impedirás cazar a una de esas bestias y no me vuelvas a llamar "chico".
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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Sáb 9 Sep 2017 - 18:06}

Al ver que el chico decidió no seguirme, no le di importancia. Si no me acompañaba significaba que su único interés era el dinero, y al ver que yo no estaba dispuesto a pagarle había decidido buscarse alguna otra cosa con la que ganar algo. Así que seguí mi camino tranquilamente, paseando por la ciudad de camino hacia el bosque.

Sin embargo, unos 20 minutos después, cuando ya estaba apunto de salir de la capital, lo encontré sentado, esperándome. Se levantó al verme pasar y se puso a mi lado, diciéndome que vendría, pero que solo lo haría si no le impedía cazar un minotauro, y si no volvía a llamarle chico. La verdad es que mi opinión sobre él cambió después de aquello. El moreno tenía agallas, y eso podía respetarlo. Así que le contesté diciendo:

- Está bien, no tengo problema en que me acompañes. Por cierto, si no quieres que te llame chico deberíamos presentarnos. Yo soy Thawne, ¿y tú?

No creía que ese chico fuese capaz de sobrevivir a un combate con un minotauro él solo, por lo que seguramente tendría que acabar ayudándole. Además, si íbamos juntos y él atacaba, el minotauro también me vería e iría a por mí, por lo que tarde o temprano acabaría siendo inevitable el enfrentamiento. Seguimos nuestro camino y salimos de la ciudad, comenzando a internarnos en el bosque. Llegados a ese punto me detuve, y le dije a mi compañero de expedición:

- Bueno, ahora que ya estamos en el bosque me gustaría comentar un poco el plan. Los soldados me dijeron que los pocos minotauros que hay en el bosque viven en las zonas más elevadas de éste. Concretamente duermen en pequeñas cuevas, y durante el día se mueven en el territorio cercano a ellas, cazando lo que necesiten. Y viendo que probablemente el combate será inevitable, como no quiero cargar con tu muerte sobre mi conciencia te ayudaré a cazarlo. Son criaturas de gran tamaño y fuerza, pero no son especialmente ágiles ni inteligentes, cosa que podríamos usar en nuestro favor. Son bastante agresivos cuando alguien entra en su territorio, y atacan a las primeras de cambio. Sin embargo, no pueden trepar árboles ni nadar, así que ya tienes dos ventajas sobre ellos, salvo que seas usuario de Akuma no mi.

Tras esto me quedé callado, esperando la respuesta de mi compañero. Quería ver si el plan que proponía era decente o no, poner a prueba un poco su capacidad estratégica y de pensamiento crítico. Hasta ahora había demostrado orgullo y valentía, pero con eso no sería suficiente si quería salir con vida del enfrentamiento que pretendía buscar.



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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Mar 12 Sep 2017 - 22:38}

Tras mis palabras el hombre trajeado se presento como propuesta a que no siguiéramos con motes. Me parecía justo.
- Mi nombre es Travis del clan Iwazaru, provengo de la isla Saruterra. Un placer Thawne.
Dejando atrás las presentaciones continuamos la marcha y finalmente llegamos al bosque. Miré a mi alrededor, alcé la vista y la fijé en el suelo. Contemplé todo aquel bosque que me rodeaba y que en un instante me transportó a mi hogar. No me adentraba en un bosque desde que abandoné mi tierra y de repente fue como si hubiera vuelto a ella. "¡Basta!" y golpeado mi cabeza con la palma de la mano detuve una avalancha de pensamientos que solo provocarían tristeza y rabia. Me dí la vuelta cuando al ver que Thawne ya no andaba a mi lado. Se detuvo poco antes y propuso un plan. Me explicó lo que le habían contado los soldados sobre los miotauros, como que dormían en cuevas y eran territoriales. Al parecer eran animales normales salvo que mas mortales. Me sorprendió que me dijera que me ayudaría en combate para no cargar con mi muerte, ademas me extraño algo más.
-¿Cargar con mi muerte?- me hizo gracia- ¿Tan empático eres? Me parecería bien que cargaras con mi cadáver pero... Un momento. ¿Insinúas que podría morir? ¡Oye!- me sentí ligeramente ofendido- Soy muy capaz de cazar una de esas bestias- sujeté mi katana y andé. Unos metros y me detuve en seco.- Un momento- y me dirigí a él de nuevo.- Solo una duda: ¿usuario de akuma que? En fin sigamos. La caza.

Empecé a adentrarme en el bosque esperando a que el trajeado me siguiera, adoraba volver a caminar de nuevo por un lugar así y tener la oportunidad de cazar de nuevo. Lo había echado de menos.
-Lo tengo!- y de nuevo me detuve emocionado por la idea de cazar. -Puedo adentrarme en su territorio por los árboles desde arriba sera fácil buscar a una bestia tan grande y en el momento oportuno caer sobre ella con u corte mortal. Acabar con él sin tocar el suelo y sin que me vea. - Empecé a caminar lentamente de un lado a otro pensando en la realización del plan. Me hablaba a mi mismo muy calmado para no perder detalle- Dices que buscan alimento por lo que podría cazar yo a un animal más pequeño, atarlo a un árbol y esperar, esta claro que necesitaría más tiempo, con suerte un día o menos, sin ella... ¡Espera!- miré a Thawne. No me encontraba solo.- Dada tu preocupación por mí yo también pienso en ti. Dime, si tanto dices de ayudar en combate ¿qué sabes hacer? ten en cuenta que esto es un animal, pensará en ti como en comida.- Veía a mi compañero un tipo serio, pero demasiado formal para un lugar así y para dar caza mayor. Aunque no sabía nada, podría ser de gran ayuda.
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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Jue 14 Sep 2017 - 16:58}

Mi compañero de expedición se presentó como Travis del clan Iwazaru. No había oído hablar de ese clan, aunque sí que había leído alguna vez el nombre de su lugar de origen, Saruterra. Sin embargo, no era capaz de recordar ningún dato concreto sobre aquella tierra.

Mientras caminábamos, Travis parecía distraído, casi ausente. Por suerte, mis palabras sobre lo que había averiguado hablando con los soldados, y sobre todo, mi comentario de que no quería cargar con su muerte, le despertaron. Parece ser que estaba convencido de poder cazar un minotauro él solo. O bien era muchísimo más fuerte de lo que aparentaba o bien su confianza en sí mismo era absurdamente desproporcionada.

- No te confíes, podría ser el último error de tu vida. Estamos hablando de una bestia de entre 500 y 1000 kilos, muy agresiva y con unos enormes cuernos capaces de atravesarnos por completo. No se trata de un tigre ni un león, sino de algo fuera del alcance de la inmensa mayoría de la gente. Las Akuma no mi son una especie de frutas mágicas, que al ser ingeridas otorgan poderes increíbles, a costa de perder la facultad de nadar. La mayoría de las personas más poderosas del mundo poseen los poderes de una Akuma no mi.

Cuando Travis continuó adentrándose en la espesura, le seguí. Parecía que decía la verdad en lo referente a su familiaridad con los bosques. Se movía con gran naturalidad, como si este tipo de terreno tuviese pocos secretos para él. Bien, eso podría resultar muy útil.

De repente se detuvo, parecía que se le había ocurrido una idea. Sonaba razonable, la verdad.

- La base de tu plan me parece bien, podemos cazar un animal más pequeño y dejarlo tirado en un claro, de forma que parezca que otro animal lo ha matado, a ver si conseguimos atraerlo. Tu ocúltate entre las ramas de los árboles, y yo lo haré en algún arbusto. Esperaremos a que aparezca y podrás lanzarte sobre él desde arriba, contando con mi apoyo desde abajo en caso necesario.

Estaba claro que sí que iba a precisar mi ayuda si quería salir con vida, así que debía estar listo. Travis parecía un poco mosqueado por recibir tantas indicaciones mías, como si yo fuese su superior, y me preguntó por mis habilidades en combate.

¿Que qué sé hacer? He recibido durante muchos años entrenamiento militar en combate cuerpo a cuerpo, sin necesidad de usar armas. Mis capacidades físicas son bastante superiores a las de una persona normal y soy usario de Haki. Además, soy un gran estratega militar.

Tras esto, seguí caminando, esperando que mi compañero me siguiera. 5 minutos después, llegamos a un claro que parecía idóneo para llevar a cabo nuestro plan. Me detuve allí, volviéndome hacia Travis para decirle:

- Este me parece un buen sitio, ¿tú qué opinas? Si te parece bien, puedes ir subiendo a los árboles a ver si encuentras un animal que cazar. Cuando lo encuentres avísame y yo me encargaré de que no huya, tú solo tendrás que rematarlo después.

Si mi compañero aceptaba y comenzaba a rastrear, yo esperaría su aviso. Cuando me alertara de la cercanía de un animal (ciervo, liebre, lo que sea), yo usaría el Soru para llegar hasta él y le golpearía con el puño en una extremidad trasera, usando la onda de choque del ámbito Hasshoken para destrozarle los huesos de esa pata y evitar que escapara.



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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Vie 29 Sep 2017 - 19:43}

No me sorprendió que dudara de mi, era incluso lógico, aunque no tan lógico lo de aquellas frutas mágicas. Mi madre me leyó y habló de ellas, pero nuca le creí. En cuanto al plan que propuse, a mi compañero no le pareció mala idea, incluso quiso participar. No me convencía mucho la idea, pero la presa principal era el minotauro y cuanto más rápido fuéramos mejor.

Seguimos andando y no tardamos muchos en llegar a un claro que a Thawne le pareció un buen lugar para llevar a cabo nuestro plan.
-Esta bien, confiare en ti y en tus habilidades- tampoco tenía más remedio -.Como dices, tú te ocuparas de que la presa no escape cuando la traiga hacia aquí.- levante la mano como gesto de despedida y me dispuse a adentrarme en el bosque. -Nos vemos en un rato, ¡estate atento eh!

Pronto los árboles me rodearon de nuevo y entonces frené el ritmo. Andaba con paso cuidadoso intentando hacer el menor ruido. Agudice vista y oído, miraba todo el suelo que me rodeaba y escuchaba más allá de lo que veía. A mi alrededor solo el crujir de las hojas bajo mis pies y el balanceo de las ramas más altas de los árboles evitaba el silencio absoluto. Me alegró tanto que todo aquello me recordara tiempos mejores que por un momento olvidé mi misión. Agité la cabeza y continué. Buscaba cualquier signo del paso de algún animal, pero no veía nada, ¿me había oxidado en la caza? La verdad es que hacía mucho que no la practicaba. ¿Ya no sabía identificar huellas? Pensar en todo aquello me enrabietó. Despejé mi mente y volví al plan original y con más ganas que cazar que nunca.

Vuelta a la andanza alcé la vista recordando que el suelo no era el único que me ofrecía pistas. Ahora también iba fijándome en los árboles, en sus troncos y en sus bases buscando los restos más obvios que podría dejar un animal. Obviamente no fue instantáneo, ande bastante, incluso me preocupe por mi compañero, ¿se aburriría? Para mi la situación requería cierta ocupación mental que impedía que me aburriera. Finalmente lo encontré, el primer plato de mi presa, corteza de árbol. Hallé un par de troncos con mucha corteza arrancada, se había pegado un buen atracón. Ha juzgar por las pisadas al píe de uno de los árboles deduje que no fue hace mucho, estas eran pisadas profundas, de un animal pesado. Seguí las pezuñas que se marcaban sobre la tierra, las hojas y las ramas rotas y no tardé en escuchar al animal. A unos cuantos árboles de distancia visualice el cebo, casi tan grande como un caballo, un alce muy tranquilo arrancaba a bocados las ramas de un arbusto.

Suelo ser una persona bastante impulsiva, lo admito, pero cuando cazaba, quien sabe porque, razonaba más mis actos. Me alejé un poco de alce, tienen buen oído y no quería que me detectara. Así que, cuando creí estar a una buena distancia empecé a rodearlo, de tal manera que delante mía estuviera el alce y seguido, en línea recta, el claro donde esperaba el trajeado. Si escapaba de mí iría hacía él. Menos mal. Apenas cinco minutos después me encontré corriendo a toda velocidad esquivando árboles y persiguiendo a un animal de casi media tonelada.
-¡THAWNE! TU PARTE- grité con fuerza cuando vi el claro -.Deja lo que estés haciendo y abatelo.
Al llegar al claro me detuve por el cansancio y confiando plenamente en el trajeado. Miré buscándole para seguir gritándole cuando lo perdí de vista, rápidamente giré la vista hacía el alce y para mi sorpresa Thawne apareció en su lado y de un golpe lo tumbó. El alce gemía dolorido, era muy escandaloso.
-Tanto ruido avisará seguro, sino al minotauro, a una manada de lobos. Esperemos tener suerte, ayúdame.
Cogí al alce de la cornamenta y lo arrastré para acercarlo más a los árboles. yo atacaría desde esa posición.
-Buen trabajo caballero, subiré al árbol y a esperar, quien sabe cuanto.- subí y me coloque en una posición cómoda- Tu eras el que quería observarlo, por lo que no atacaré directamente, esperare a tu orden.
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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Lun 2 Oct 2017 - 10:46}

Tanto Travis como yo cumplimos a la perfección nuestro papel, y pronto tuvimos a un alce tendido en el suelo, con las patas traseras rotas de forma que era incapaz de moverse, haciendo de cebo para el minotauro. Una vez la trampa estaba tendida, Travis se escondió entre las ramas de un árbol justo encima del alce, y yo hice lo propio en un arbusto del borde del claro. Mi escondite estaba lo bastante cerca como para poder observar bien al minotauro cuando apareciese, pero lo bastante lejos como para tener tiempo de reaccionar si me descubría y atacaba.

Mi compañero me dijo que esperaría mi orden para atacar, dado que yo había expresado mi deseo de observar a la bestia viva. Los minutos pasaban, y yo mantenía mi Haki de Observación activo, intentando no perder la concentración en ningún momento. Unos 20 minutos después oímos un fuerte bramido, y mientras veíamos las hojas de un enorme arbusto cercano al alce moverse, comencé a detectar una presencia feroz y bestial. Segundos después, un enorme ser apareció en el claro. Caminaba sobre dos patas, y mediría fácilmente unos 4 metros de alto. Su cuerpo estaba cubierto de pelo de un color pardo, pero a pesar de ello tenía un aspecto humanoide. Su boca poseía unos afilados colmillos, y su cabeza estaba coronada por dos enormes cuernos, cada uno de unos 70-80 centímetros de largo, y que se dirigían casi en horizontal hacia fuera, para después girar hacia delante y terminar en una punta que parecía ser extremadamente peligrosa. Sus extremidades superiores eran humanoides, salvo por su tamaño desproporcionado y la longitud de sus uñas. Las inferiores, sin embargo, terminaban en dos grandes pezuñas. El ser era puro músculo, pesaría probablemente más de 2 toneladas, mucho más de lo que yo había supuesto inicialmente.

Procurando no hacer ni el más mínimo ruido, observé como aquel imponente animal se agachaba ante el alce, olisqueaba un poco, y acababa con él propinándole un pisotón en la cabeza con una de sus enormes pezuñas. Acto seguido, comenzó a devorarlo, poco a poco. Cuando llevaba unos 5 minutos comiendo, la dirección del viento cambió, y comenzó a soplar de forma que yo quedaba situado a favor de viento. En ese momento, el minotauro elevó súbitamente la cabeza, olisqueando en dirección a donde yo me encontraba. Inmediatamente se giró, y echó una pata ligeramente hacia atrás. Comprendí entonces que la bestia iba a atacarme, y grité a mi compañero:

- ¡Travis, ahora!

Esperaba que se lanzara sobre el minotauro con su espada intentando atacarle. Tras darle la señal, yo avanzaría usando el Soru para intentar colocarme en la retaguardia del minotauro, y realizaría un barrido con mi pierna derecha tratando de hacerle una especie de zancadilla. Mi intención sería desequilibrarle y, o bien hacerle caer, o bien facilitar a Travis el encuentro de un punto en el que atacar con su espada.



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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Lun 9 Oct 2017 - 15:25}

Tras diez minutos de espera, pase a una posición más cómoda, o al menos lo más cómodo que pude ponerme sobre aquella rama. El alce gemía débilmente, la herida le había echo perder mucha sangre. Yo desde mi elevada posición y mi compañero desde un arbusto cercano al animal esperamos unos minutos más hasta que, precedido por sus ruidosas pisadas, la bestia apareció por fin. Tan alto que casi le podría haber tocado la cornamenta aquel ser se erguía sobre dos patas y avanzaba con un aspecto feroz y temible hasta su alimento. El alce ya estaba casi en las ultimas, pero el minotauro aceleró su final aplastandole la cabeza con sus pezuñas. Una vez acabado con sus quejidos comenzó a despedazarlo con sus enormes garras y colmillos para saciar su hambre.

Solo me quedaba esperar la señal del trajeado para mi tan deseosa caza, mientras tanto no perdía de vista a un animal que el día anterior lo creía imposible y ahora lo tenía comiendo a apenas unos metros de mí. Supuse que Thawne lo estaría contemplado al igual que yo.
Como si algo llamara su atención el minotauro dejó de alimentarse y se levanto bruscamente, al girarse hacía donde se encontraba el trajeado este me gritó para que atacara.

"Al fin" pensé mientras desenvainaba mi espada y saltaba del árbol. Caí sobre la bestia clavando la katana en su hombro izquierdo y me quedé colgado. Eso frenó a la bestia que se volteó para atraparme; al ver que su enorme mano podría agarrarme y destrozarme sin esfuerzo solté la espada y la deje clavada en su hombro. apoyé las manos y me levanté rápidamente para que no me pillara por sorpresa, aquella situación me hizo sonreír: yo, desarmado, frente a frente con una bestia que me triplicaba la altura y la fuerza. Me resultaba tan emocionante cazar de nuevo y más aun siendo de un modo y a un animal tan distinto...
-¡Aquí estoy, ven!- le dije al minotauro.
Como si me entendiera, la bestia olvidó la espada y se centró en mi. Pensé de repente en todas las posibles, decidí en la que peor acabaría y fui a por él.

Me olvidé de Thawne por un momento hasta que le vi aparecer tras el minotauro con gran velocidad y asestarle un barrido. Yo continué con mi plan y me lancé contra la bestia. Esta hizo ademán de caerse pero consiguió mantener el equilibrio y cuando ya estaba casi encima suya me dio con el revés de su mano derecha y me lanzó por los aires. Choque con el suelo como a cinco metros del minotauro, me coloque de rodillas y con ambas manos sujetaba mi costado derecho. No podía asegurar que me hubiera roto algo pero me dolía endiabladamente.

El gigante cornudo estaba entre Thawne y yo. Se agitaba molesto intentando llegar a la espada para quitársela, pero parecía inútil. Alce la voz para que el trajeado me escuchara "Sin mi arma no podré hacer gran cosa" y me levante aun con una mano en la zona del golpe Me moví un poco, giré el torso para ver si me molestaba y no pude rotarlo como de costumbre sin notar dolor. Mi movilidad se había reducido, pero pensar en ello me dio una idea.
-No suelo pedir esto- me dirigí a Thawne -.Pero necesito que cojas mi espada a mi señal.-
Sin esperar respuesta de mi compañero me dirigí de nuevo hacía el minotauro, acelere el paso intentando no pensar en el dolor hasta que acabé corriendo. Grité a la bestia para que se fijara en mí. Giré un poco hacía mi derecha y apenas estar cara a cara con la bestia me deslicé por el suelo mientras avisaba a Thawne que debía actuar. Tal como pensé, al deslizarme por la izquierda de la bestia esta intentaría atraparme, pero al estirar el brazo para cogerme la herida que le provoqué con la espada le molestó y no pudo llegar hasta mi a tiempo.

Me levante tan rápido como pude alejadome del minotauro y esperé a que mi compañero hubiera conseguido alcanzar mi espada y lanzarmela para así estar listo para un nuevo asalto.
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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Mar 10 Oct 2017 - 9:52}

Observé con atención como Travis, en respuesta a mi señal, se lanzaba sobre el minotauro, consiguiendo clavar su espada en el hombro del enorme animal. Sin embargo, tras esto quedó colgado de ella, y tuvo que soltarla para no quedar a merced de la bestia, que bramaba al sentir el arma incrustada en su cuerpo.

Mi compañero provocó al minotauro, que respondió cargando contra él. En ese momento aproveché para llevar a cabo mi movimiento, llegando hasta la bestia mediante el Soru y lanzándole un barrido con mi pierna intentando hacerle caer. El animal trastabilló, pero logró evitar la caída y aprovechó el intento de ataque de Travis para asestarle un tremendo manotazo. Mi compañero salió volando, pero se recompuso entre evidentes gestos de dolor, y me pidió que consiguiera sacar su arma del minotauro y se la devolviese cuando me diese la señal. Me pareció buena idea, así que hice un gesto de asentimiento con la cabeza. No solo me parecía bien por el hecho de devolver su arma a Travis, sino porque el animal comenzaría a perder mucha más sangre a través de la herida una vez retirada el arma, además de que al sacarla podía incluso causarle nuevas lesiones.

Vi cómo mi compañero corría hacia la bestia y, cuando ésta intentó atraparle, se deslizó hacia un lado por el suelo y me dio la señal. Ahora entendí a la perfección su plan. Había logrado forzar al animal a estirar su hombro perforado, de forma que su movilidad quedaba muy limitada, permitiéndole a él evitarle, y a mí alcanzar la espada. Usé de nuevo el Soru y, con el Haki de Observación activo, me lancé a por el arma. Mi rapidez hizo que el minotauro ni siquiera se diese cuenta de que me acercaba, pudiendo llegar a coger la espada y, usando la tremenda velocidad que proporcionaba mi técnica para impulsarme, sacarla del hombro de la bestia, que bramó de dolor. Pude ver como la sangre comenzaba a manar de la herida abierta. Seguramente con esto conseguiríamos debilitarlo bastante, pero los minotauros son animales decididos y agresivos a la hora de defender su territorio, así que seguramente seguiría luchando hasta la muerte. Tras devolver la espada a Travis, le diría:

- Voy a distraerle, a hacer que se fije en mí para que puedas atacarle. Espero que puedas encontrar el momento preciso.

Dicho esto, cogí varias piedras no demasiado grandes, que cabían perfectamente en mis manos, y usé el Soru de nuevo para colocarme a unos 5 metros a la izquierda del minotauro. Una vez allí lancé una piedra contra él. Seguiría moviéndome en círculos en torno a él y parando a lanzarle piedras de vez en cuando, buscando que centrara su atención en mí y mi compañero pudiese asestarle el golpe de gracia con su espada.



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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Sáb 21 Oct 2017 - 17:23}

El plan salio bastante bien. Una vez más Thawne usó su gran velocidad de movimiento y a mi señal sacó la espada de la bestia y vino a donde yo estaba para dármela. La cogí y sin apartar la mirada de su hoja se lo agradecí, me sentía algo avergonzado por haber dejado la katana y tener que depender de alguien para conseguirla. Alcé la vista y le miré.
-De veras te lo agradezco, veo que puedo confiar en ti- apreté el mango con fuerza y miré al minotauro - ¿Ahora que?

Mi compañero se agachó y recogió unas piedras. El se encargaría de distraerlo para que yo tuviera vía libre de atacar. Empezó a girar a su alrededor mientras le tiraba las piedras, pronto la bestia enfureció y se movía intentando detener al trajeado pero dada la velocidad de este al minotauro le resultaba tedioso e imposible capturar a su presa. No podía tardar mucho en realizar mi ataque o Thawne se quedaría sin piedras, así que en cuanto el minotauro me dio la espalda me abalancé sobre él empuñando el arma con ambas manos. El alarido que emitió confirmó que mi ataque fue acertado, un profundo corte tras la rodilla le hizo plantar la rodilla en el suelo. Recordando la rapidez con la que me atacó la primera vez y temiendo que me pudiera arrear otro golpe le propiné un segundo corte en la otra rodilla.

Al fin tenía a mi presa debilitándose ante mí, apoyaba ambas manos y rodillas en el suelo y su respiración era bastante sonora. El instinto de cazador me invadió enormemente, deseaba su piel. Golpeé la herida del hombro izquierdo que le provoqué y cuando se inclino aproveche para cogerle con una mano de la cornamenta y con la otra cortar su yugular. El minotauro no tardó en caer desangrado al suelo, su respiración se hizo cada vez más suave hasta que finalmente cesó. Yo caí a su lado, ahora que me detenía empecé a sentir de nuevo el golpe que me había dado anteriormente. Dolía bastante.
-Al fin- dije al trajeado mirando al cielo. -.Una pena lo de la herida del hombro pero la piel será suficiente para una capa que me caliente bien, puede que incluso de para la capucha.- pensaba todo aquello recordando que necesitaba ropa, que cuando viajas con lo puesto a veces te falta ropa y la que tienes se gasta antes. -¿No conocerás a un tratador de pieles?- dije sonriendo.

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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {Sáb 28 Oct 2017 - 19:25}

Mi maniobra de distracción funcionó a la perfección, y Travis pudo acercarse a la bestia lo suficiente para hacerla caer por medio de dos espadazos en la rodilla. Con el minotauro arrodillado, castigó su hombro herido y, aprovechando su dolor, consiguió segar su garganta. El animal terminó falleciendo, desangrado y entre jadeos.

El método usado por mi compañero me pareció un tanto sádico, parecía disfrutar mientras remataba a la bestia herida. Aquello me desagradó bastante, no voy a negarlo. Sin embargo, no dije nada. Simplemente hice una mueca de desagrado dirigida hacia Travis, que se encontraba tirado en el suelo al lado de su víctima. Cuando comentó lo de la capa, no pude sino admitir que tenía razón. Aquella piel era de muy buena calidad, y en caso de frío extremo podía resultar de mucha ayuda. Además, posiblemente aquel enorme animal tuviese piel suficiente para confeccionar dos capas, cosa que hice saber a mi compañero:

- No conozco a nadie que se dedique a ello, pero en el pueblo seguro que hay alguien que lo haga. Lo de la capa me parece una gran idea y, además, con el tamaño de esta bestia seguro que hay suficiente para hacer dos. En caso de que no, al haber sido tu idea, quédate tú con ella, pero si hay suficiente quiero hacerme yo también una.

Dicho esto, buscamos la forma de transportar al animal muerto hasta el pueblo, para allí visitar a algún peletero que nos confeccionase un par de buenas capas. Una vez hecho esto, me despediría de Travis y esperaría la llegada de algún barco del Gobierno para dirigirme hacia Ennies Lobby. Aquella aventura no había sido la más desafiante, pero bueno, al menos había tenido algo de acción al final, y había conseguido ver a un minotauro vivo, cosa que me había gustado bastante.



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Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) Empty Re: Un mito tan real como nosotros (Privado: Travis y AEG93) {}

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