[Libre] Un pequeño descanso

Siempre había oido hablar sobre la Isla Kyuuka, una isla pariadisiaca donde cualquier persona caeria a sus pies por su gran comodidad. Pues así era, desde el primer momento que puse un pie entre la calidad arena de la costa supe que sería dificil volver a la rutina del trabajo. Perseguir piratas era bastante divertido, sobre todo si se trataba de gente de un nivel tan estupido como para permitirte jugar previamente con ellos de darle el golpe final, pero esto superaba todo lo visto, la brisa marítima, el sol bronceando mi piel, el agua ni muy fria, ni muy caliente, era perfecto, lo único que faltaba era algo de compañía, bueno no, si, bueno da igual. Me acerque hacia la parte en la que empezaba toda la vegetación y recogí una pequeña fruta, parecida a una Naranja, me senté en la costa y mientras el oleaje entraba en contacto con mis pies comía con delicadeza aquella fruta.

- Esto si que es vida. - Susurré mientras miraba a mi alrededor.

Estaba todo desertico, no se si justamente en esta época del año hay pocas personas o que estaban en la otra parte de la Isla, la cuestión es que no se veia ningun alma y era algo bastante extraño sabiendo de antemano que este lugar era tan perfecto. Sin más cerré los ojos, me tiré a la arena y dormí, mientras el oleaje y la brisa rozaban mi cuerpo.

Ya llevaba bastante tiempo en el Grand Line, cazando todos los piratas posibles buscando no enfrentarse a toda la tripulación, cosa bastante complicada porque siempre van todos juntos, también había capturado algún revolucionario que no sabía ocultarse lo suficiente, ganándose el odio de muchos de estos. No era un tipo con muchas amistades, de hecho ser cazador le suponía ganarse bastantes enemigos.

Después de capturar al último revolucionario y de ser perseguido por muchos de ellos, teniendo que huir de multitud de revolucionarios, jodiéndole así la entrega. Al final optó por descansar un pequeño tiempo, todavía le quedaban algunas quemaduras, que no le dejaría cicatrices, de su batalla con un compañero del gremio, Kaleth.

Este descanso lo haría en la Isla Kyuuka, famosa isla por sus grandes hoteles y lugares para el descanso y la relajación. Llegando a a isla buscaría primero algún sitio donde poder descansar sin gastar demasiado dinero.

Cada vez el piar de toda las aves que me rodeban iban transformandose en la perfección maxima, todo mi entorno parecía haberse puesto de acuerdo para hacer de ese momento, lo más perfecto. Pero entonces, cuando parecía que llegaba al Nirvana, un sujeto se adentró en la parte de la playa en la que yo estaba, por lo solo que estaba, el tipo de armas y ropa, seguro que era un cazador como yo. No tenía nada de lo que preocuparme e incluso si hubiese sido un pirata lo hubiese dejado estar, no tenía ganas de nada más excepto de hacer lo más largo posible este momento. Me puse sentado para poder observar mejor al nuevo sujeto, aunque fuera cazado debía de estar atento, había cazadores con fama de querer crear batallas y problemas en cualquier parte que iban, ser cazadores les parecía el pretexto perfecto para la lucha.

Ese concepto de la lucha por la propia belleza de esta, siempre me había parecido un concepto inutil, de hecho siempre he pensado que es una creación social el hecho de que el varón deba de demostrar quien es mediante la fuerza y no su propia valía interior, eso de la fuerza quedó muy atrás, allá por los años de los monos. El desconocido iba acercandose cada vez más, hasta que llegamos a contactar con la mirada y me vi obligado a saludar.

- Buenos días - Dije esperando una respuesta, no sabía realmente de que tipo, pero una respuesta al fin y al cabo.

Le seguí mirando, esperando poder averiguar si se trataba de alguien hostil o de buena compañia, aunque ya sabeis que las compañías no eran lo mio.