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La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] Empty La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] {Vie 13 Nov 2015 - 2:31}

Hacía bastante fresco, y el viento soplaba con fuerza. Aquello no era extraño en una isla como Yuki, compuesta en su mayor parte por una gigantesca montaña. El frío de las nieves perpetuas de esta influían en la temperatura de las zonas cercanas, incluyendo las playas de la isla. Si bien no eran tan bajas como para que nevara a tan poca altitud, si refrescaba bastante. No era algo malo para él, el frío no podía hacerle daño hasta los -20º, momento en que comenzaba a ser perjudicial para su cuerpo. Aquella resistencia le venía dada de los poderes demoníacos de su akuma, y le vendría perfecta para el entrenamiento que iban a llevar a cabo.

El joven capitán estaba sentado sobre una roca, mirando al cielo nublado con aire ausente. Vestía en aquel momento con una camisa blanca desabrochada, unos vaqueros azules gastados de los que colgaban sus pistolas y un cuchillo de caza y nada más. Ni siquiera llevaba calzado. ¿Para qué? Iban a estar en una montaña, no le apetecía estropear su ropa buena. Y con su cuerpo, no necesitaba proteger sus pies del frío ni de posibles cortes o golpes. Normalmente lo hacía por pura etiqueta y para vestir bien, pero aquella situación, ¿para qué? Hasta podría moverse con más comodidad de aquella manera. Junto a él había un par de cantimploras y un hacha de leña.

Había pasado mucho tiempo desde su última visita... casi parecía que hubieran pasado siglos desde aquel día en que había renunciado a su vieja vida, en la cima de la montaña. Por supuesto el entrenamiento de Kenneth incluiría subir hasta allí. Iba a gorronearle su torre a Garoon a gusto, y hay de él como se hubiese dejado algo en la despensa. No iba a quedar botella de vino por abrir ni queso por terminar. Se lo debía por desaparecer de aquella manera sin dejarle más instrucciones o pistas.


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La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] Empty Re: La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] {Mar 17 Nov 2015 - 12:16}

El peliazul descendió a tierra de un salto, provocando un ligero temblor en el suelo al caer. Su propio peso sumado al de la colosal espada que cargaba a la espalda tal vez tuvieran algo que ver con ello y con las marcas que habían dejado sus botas sobre la superficie. Hacía frío, bastante de hecho, como si aquel lugar jamás hubiera conocido verano alguno o los rayos del Sol no pudieran llegar hasta allí con la suficiente intensidad. Todo esto se veía empeorado gracias a un desagradable y helador viento que mecía el cabello del bárbaro, el cual estaba ligeramente molesto (de hecho, su tamaño debió de incrementarse unos pocos centímetros por ello).

Protegido del clima con una chaqueta azul grisáceo, capucha y unos guantes que cubrían sus manos al completo, así como una camisa de manga larga bajo la prenda principal, se dispuso a acercarse hasta la posición de su capitán. Lo cierto es que se sentía un tanto extraño al llevar aquel aspecto, pero bien sabía que sus ropajes habituales no habrían sido muy útiles en un lugar como ese. Habría tenido muchas más posibilidades de morir congelado, y eso que en aquel instante seguía teniendo bastantes papeletas. ¿A qué temperatura estarían? Seguro que a unos cuantos grados por debajo de cero. Dejó escapar un suspiro, el cual produjo que se creara vaho por el choque entre su cálido aliento y el frío invernal, dejándose ver como una bocanada de humo blanco como las propias nubes. Piru revoloteaba a su alrededor, y no tardó mucho en posarse sobre su hombro para, segundos después, refugiarse en el interior de su chaqueta.

- Kenneth, estúpido... ¿Por qué hemos venido a un sitio tan frío? Si quieres morir, ve tú solo -le decía en el interior del abrigo, palabras que el Pecado ignoró por completo, simplemente aproximándose hacia el lugar del que procedía la presencia de Émile.

Incluso después de todo el tiempo que había pasado seguía sin acostumbrarse al poder del capitán. Aún no se habían topado con nada que lo superase, y estaba seguro de que si algún día se encontraban con alguien que lo lograra el castaño acabaría con él gracias a sus poderes demoníacos. Sin duda había hecho bien en seguirle. ¿Sería capaz algún día de igualarle? Con este pensamiento en mente comenzó a calmarse un poco, tratando de imaginarse el entrenamiento al que sería sometido en aquella isla. Porque sí, para eso habían ido hasta allí. Émile quería convertirle en una verdadera arma de destrucción, y Kenneth aspiraba a convertirse en el más poderoso de los siete demonios, descontando a Lucifer... Por el momento. Vorhölle había comenzado a hablar, en un dialecto incomprensible para él, aunque por simple intuición creyó entender que se estaba quejando del frío. "¿Acaso las espadas pueden sentirlo?" se preguntó justo en el momento en que se plantó frente a su superior.

- Capitán -dijo en un tono serio, sosegado, algo realmente extraño en él. Tal vez por la curiosidad que sentía en aquel momento. De todos modos, ya habría tiempo para dar rienda suelta a su verdadero yo durante el tiempo que pasaran allí, ¿no?- Estoy listo.
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La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] Empty Re: La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] {Mar 17 Nov 2015 - 20:27}

Escuchó un ruido cercano, y desvió la mirada hacia el recién llegado. Ya sabía de quién se trataba incluso antes de hacerlo... aunque su presencia se hubiera hecho más poderosa y maligna, seguía siendo la de Kenneth. Su oficial iba vestido con ropas de invierno, como esperaba que hiciera. Aun así le miró con un aire de superioridad, mirando despectivamente su abrigo y guantes, dirigiendo a continuación una elocuente mirada a su propia vestimenta. Su intención no era otra que picarlo un poco, para ir molestándolo. Al fin y al cabo, de eso iría el entrenamiento. Obviamente no lo quería en modo "berserker" antes de terminar con las explicaciones, pero que fuese entrando en calor le venía bien. "Entrar en calor... qué comparación más afortunada e irónica" pensó, conteniendo un risa. Se levantó de un salto, cayendo a la arena de la playa. Se acercó al peliazul, dirigiendo una mirada de aprobación a su nueva arma.

- Oh, Amon, al fin has llegado - comentó - Bienvenido a la isla de Yuki, hogar de toda clase de bestias salvajes y de los pinchitos de aventurero congelado. Veo que al fin has cambiado esa cosa que llamabas "arma" por algo decente.

Se alejó unos metros con tranquilidad, quitándose la camisa y tirándola a un lado. Ahora estaba vestido únicamente con los vaqueros, dejando su torso desnudo al aire. A unos cuatro metros de él, se giró mientras se triscaba los dedos de las manos y se colocaba en guardia.

- Como ya sabes, voy a entrenarte. Quiero que mi tripulación sea la más fuerte, pero ahora mismo hasta el doctor Crownhall podría darte una paliza. Y no es precisamente un as del combate. Quiero enseñarte una técnica muy especial con la que encajarás muy bien, pero antes de eso...

Alzó el brazo derecho y apretó el puño con fuerza. Los músculos y las venas comenzaron a marcársele, y de repente todo el antebrazo le brilló y se volvió negro metálico. Era su busoushoku haki. La idea de aquella prueba sería ver si Kenneth era capaz de herirle aunque fuese un poco. No sólo por su busoushoku, si no por su sangre demoníaca, las armas normales no podían herirle con facilidad. Sin hierro frío, plata o agua bendita, golpearle con una espada era como darle con un arma desafilada; a menos que el que la empuñara fuese muy hábil o muy fuerte, el arma le haría poco más que algunos cortes. Eso, combinado con su haki, haría que Kenneth muy probablemente no llegase ni a herirle levemente.

- Demuéstrame hasta qué punto has avanzado en tu entrenamiento. No te esquivaré... me limitaré a bloquearte. Dame un golpe con tu espada tan fuerte como puedas.


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La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] Empty Re: La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] {Mar 19 Ene 2016 - 13:01}

El peliazul frunció el ceño y amagó una mueca de desagrado ante la expresión de su capitán. ¿Por qué le miraba así? ¿Debía disculparse acaso por no ser un demonio capaz de soportar esas temperaturas como si nada? Sus músculos se ensancharon levemente bajo la ropa, algo molesto pese a que tratara de quitarle importancia. Sin embargo, pese a que por un momento pareció burlarse de él, se mostró satisfecho al observar a Vorhölle. Era una buena espada, muy acorde a él y sus habilidades, aunque aún debía buscar las otras dos piezas que la acompañaban. Ya habría tiempo para eso.

- Te aseguro que esta es mucho más eficaz de lo que puedas creer -respondió con una sonrisa feroz, casi mostrando un ligero brillo en sus iris.

Escuchó con atención su explicación, tratando de mostrarse calmado cada vez que comparaba su fuerza con la del resto de miembros de la tripulación. Aquello era realmente molesto, sobre todo por el hecho de que tenía razón. ¿Cómo podía ser aquel tipo más fuerte que él? Al menos no se consideraba el más débil del barco, pero se sentía irritado al pensarlo. Debía volverse mucho más fuerte y demostrarle a Émile que no se había equivocado al escogerle a él. Aunque bueno, para eso estaban allí. El demonio mostró curiosidad ante sus siguientes palabras, preguntándose qué tipo de técnica querría enseñarle. Su cuerpo vibró de emoción por un momento al pensar que tal vez pudiera adquirir alguna de las habilidades del contrario, y aguardó impaciente a que continuara. Pese a ello, lo que hizo a continuación no pudo hacer más que desconcertarle durante los primeros segundos. Se habría desprendido de su prenda superior, aún sin verse afectado por el frío aparentemente. ¿Volvía a intentar burlarse de él o simplemente se estaba poniendo cómodo?

- Oh... ¿En serio? -preguntó con una sonrisa demente en el momento en que el Ángel Negro le pidió que usara su espada para demostrarle cuánto había mejorado desde la última vez- Está bien.

Con calma llevó la mano hacia la espalda, tomando su colosal espada por la empuñadura y desenvainándola, tras lo cual todos los ojos de Vorhölle se abrieron a la vez, mostrándose aún más grotesca que al principio. Podía sentir la rabia que inundaba al mandoble, escuchar sus súplicas de sangre, sus ansias de matar inundando su propia mente. Un leve destello recorrió su oscuro filo al imbuírlo en haki de armadura. Su fuerza se había visto incrementada un poco gracias a las aparentes burlas de Émile, e incluso se vio perfectamente capacitado para llegar a herirle... Aunque fuera solo un poco. Usando también la otra mano, cargó contra él mientras rugía, trazando un amplio arco con su arma con la intención de partirle en dos a la altura del torso. "Toma mi ira, capitán" pensó mientras sonreía de forma feroz, sin preocuparse realmente por si podría causarle verdaderos daños.
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La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] Empty Re: La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] {Lun 7 Mar 2016 - 14:34}

Émile observó la carga de Amon con curiosidad. Lo que estaba a punto de hacer era muy temerario, y sólo se atrevía porque su cuerpo era mucho más resistente que el de un humano, y las armas que no eran de plata o estaban bañadas en agua bendita era más difícil que le hirieran. Sin embargo Kenneth no era moco de pavo. Podía percibir su poder creciendo junto con su ira, y era consciente de que si fuese otra persona el bloqueo que estaba punto de hacer podía dejarlo muy mal parado. "Esto probará si ha dominado su haki. Si lo ha hecho, podrá herirme a pesar de que yo emplee el mío. Si no, su ataque no logrará causarme ni un rasguño." Con una mueca feroz, se encaró al ataque e interpuso su brazo derecho entre el mandoble y su torso, al tiempo que su piel se volvía de un tono negro metálico. Notó un lacerante dolor al tiempo que su sangre manchaba la hoja y la arena. El arma, si bien no había logrado cortarle el brazo como hubiese cabido esperar, le había causado una fea herida.

- Desde luego tienes un buen acero...

Apartó el brazo herido, ignorando el dolor que le causó moverlo, y retrocedió de un salto. Entonces acercó su mano izquierda a la herida y una luz dorada la iluminó. Poco a poco comenzó a cerrarse, mientras Émile pensaba qué hacer a continuación. "Definitivamente ha mejorado. Creo que no será necesario que le ayude a mejorar su haki... es hora de enseñarle a dominar la Fiamma di Collera." Estaba seguro de que a Kenneth no le costaría hacerlo, dado que la ira era algo inherente a él. La parte complicada, sin embargo, era que comprendiese el concepto para que pudiese aplicarlo él mismo.

- Tu entrenamiento ha dado frutos. Definitivamente no me equivoqué contigo... tienes talento para destrozar cosas - terminó de cerrar la herida y movió el brazo, comprobando que había sanado bien - Es hora de enseñarte pues esa técnica. Estate atento.

Alzó la mano derecha y se concentró en esta, liberando su propia rabia. Una llama de color rojo intenso brotó de su palma, ardiendo sobre esta sin causarle daño.

- Esta es la Fiamma di Collera, una llama alimentada por mi propia energía, y por mi rabia e ira. El concepto es sencillo, sólo tienes que imaginarte una llama al tiempo que te concentras en tu ira, y canalizas energía hacia tu mano. Ahora que lo pienso... ¿has empleado alguna vez una técnica de energía?


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La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] Empty Re: La llama de la Ira [Rol maestro-alumno] [Kenneth y Émile] {}

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