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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Miér 28 Mar 2018 - 2:38}

El agente cruzó corriendo bajo la lluvia las maltrechas calles de la capital de Reddo Teikoku. Había cumplido con su parte del plan. Tenía los itinerarios de las patrullas imperiales, el horario de los cambios de guardia e incluso había conseguido comprar la lealtad de uno de los capitanes de la guardia. El joven Búho entró en el Jardín de las Acacias, en un intento por deshacerse de las miradas indiscretas. Se introdujo entre los árboles, caminando entre charcos, por las ondulaciones del parque. Su único ojo sano trabaja por encima de sus posibilidades tratando de ver a través de la lluvia.

“Te infiltraras en una red criminal y les ayudaras a desbalijar a cualquier precio la embajada del Gobierno Mundial de Reddo Teikoku…” – le habían ordenado los superiores de su división, la Karasu. Durante algún tiempo se había preguntado qué interés podría tener el propio Estado en simular una agresión. Sin embargo, sus superiores no le habían dado más detalles al respecto ¿Se trataba de algún tipo de prueba? No sabría decirlo. Pero si sabía algo, si fallaba y se descubría su participación estallaría un conflicto diplomático entre el imperio de Reddo Teikoku y Mariejois.

Bajo los árboles del parque la lluvia era distinta. Eran dos lluvias cayendo sobre él, a las once de la noche. Una la que cubría las calles, la ciudad, el parque; otra la que tamizaban las copas de los árboles.

“¿No serás tú un genio de los atajos?" – se maldijo a sí mismo, molesto por la lluvia.

Por fortuna, el aguacero parecía amainar por momentos. Quizás atravesaba zonas de árboles más frondosos y por eso amainaba. Sentía ya cansancio. Malhumor. Ira. Estaba empapado. No le importaba ya caminar en los charcos. Sus botas y pantalones estaban ya salpicados con una buena capa de barro. No sentía la diferencia entre el terreno firme y lodoso. Y además estaba sudando. Un calor lo mojaba, no como el agua de la lluvia, sino por dentro. Era sudor. Sentía calor, en el frío de la lluvia.

A lo lejos vio dos figuras que se internaban también en el bosque desde otra dirección diferente a la suya. Se detuvo. No tenía ningún arma. Tampoco le quedaba dinero para sobornos. Aguzó la vista y, por pura suerte, logró reconocer a los dos tipos como miembros de los Soles Oscuros, la organización criminal en la que se había infiltrado. Aunque los tres se dirigían hacia la misma casa franca para poner en común sus descubrimientos al resto de la organización, mantuvieron la distancia entre ellos y no hablaron durante el resto del camino. Finalmente comenzaron a salir del parque y, por turnos, comenzaron a cruzar la calle en intervalos de cinco minutos entre unos y otros.

A Dretch no le quedaba más remedio que esperar, sería el último en cruzar. Había sido el último miembro en unirse a la organización y por lo tanto le correspondían las tareas más pesadas y más desagradables. Sin embargo, aquello no le sentaba del todo mal. No era tan distinto a las misiones “extraoficiales” que había realizado junto a Killian Vane en el lejano norte.

- De vuelta a los inicios, casi parece irónico – susurró en voz baja mientras miraba su reloj, un minuto más y seria su turno de cruzar. Se preguntaba quién sería el novato y quien el maestro cuando pusiera a disposición de los Soles Oscuros toda la información que había sido capaz de conseguir en apenas unas horas. Se moría de ganas de ponerse a resguardo de la lluvia y encenderse un cigarrillo, pero dada su ubicación actual no podía darse ese capricho.

"cinco, cuatro, tres, dos, uno..."

Su momento había llegado, salió de la maleza y se dirigió con paso veloz hacia el otro lado de la calle. En concreto hacia un viejo edificio que había visto tiempos mejores. Las ventanas estaban tapiadas con tablones de madera y parecía abandonado desde hacía ya varios años. Un desgastado rotulo de madera colgaba sobre su fachada, si se tenía la suficiente paciencia y atención podía leerse: El Panda Dorado.

El agente se acercó a la puerta y dijo el santo y seña:

- El que teme sufrir, sufre de temor.

La puerta crujió y Dretch desapareció de la calle.
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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Sáb 31 Mar 2018 - 17:05}

El pirata consiguió que el proyector mostrase el mapa en la pared. Para deleite de todos los presentes, sentados en sus respectivas sillas tomando café, el plano general de Reddo Teikoku estaba a la vista de todos ellos. Cada calle, cada plaza, el alcantarillado al completo… maquetado con una perfección envidiable en aquella imagen. El ladrón cogió una especie de bolígrafo de la máquina de proyección y se posó frente a esta. Con él, señaló su objetivo.

–  Según mis fuentes… el objetivo está aquí. – dibujó un círculo en el aire que, extrañamente, se adhirió a la proyección como si lo hubiese dibujado de verdad. – Por lo que he averiguado… los supuestos Soles Oscuros guardan cosas interesantes en su guarida.

 ¿Como qué? –  preguntó uno de sus clientes, apoyando los codos en la mesa para juntar sus dedos y mirando fijamente al pirata.

–  Desde documentos robados importantes para el gobierno, hasta ciertos objetos valiosos. –  contestó con seguridad el pelinegro.

 ¿Se sabe algo de este grupo? Es decir, movimientos recientes, sus objetivos…

–  De lo poco que he conseguido averiguar… es de su odio incondicional hacia el gobierno. Pero… si me pagáis un extra, lograré conseguir la información que necesitéis. –  respondió con una sonrisa a sus clientes.

–  Lo vemos justo. – alegó uno de ellos, tras cruzar sus miradas entre ellos. –  Añadiremos dos millones más si nos traes cierto documento.

–  ¿Y bien? –  juntó las manos el pirata –  ¿Se puede saber qué documento queréis que os traiga?

–  Verás… necesitamos saber los planes que tiene este grupo. Si consigues encontrar pruebas de su próximo movimiento, por poco que sea… nos bastará.

–  Perfecto. –  caminó hacia el proyector –  ¿Algo más, señores?

–  Solo un par de cosas más… nadie debe saber de tu vinculación con nosotros y, lo más importante, no queremos preguntas acerca de nuestros objetivos.

–  ¿Eso último lo decís por mí? –  soltó una pequeña carcajada. –  Tranquilos, tranquilos. No me importa lo que buscan mis clientes. Digamos que… mientras paguen, yo hago mi trabajo y no pregunto. –  apagó el proyector y colocó el bolígrafo en su lugar correspondiente.

–  Espléndido, entonces. –  se levantaron todos y cada uno de ellos. Cinco de ellos se dirigieron a la puerta, mientras que el portavoz se acercó al pirata. –  Esperaremos noticias tuyas. Llama a este número cuando obtengas lo que queremos. –  le hizo entrega de un pequeño papel, con unos dígitos escritos en este. –  Un placer hacer negocios. –  finalizó la charla y se marchó con sus compañeros por la puerta.

Yuu se guardó el pequeño trozo de papel en el bolsillo. Una vez desalojaron la sala, el parcheado apagó la luz de la habitación y salió al pasillo. Uno de sus subordinados le estaba esperando allí, justo al lado de la puerta.

–  Señor, estamos sobre Reddo Teikoku. Todo está listo para su descenso. Cuando quiera, baje al hangar. ¿Quiere que alguien le acompañe? –  se puso firme ante el pirata.

–  No, esto lo haré solo. Voy a pasar por mi habitación antes, que estén preparados.

 ¡Entendido, señor! –  se marchó a paso ligero.

El ladrón emprendió su camino hacia su camarote sin mucha prisa. Los Soles Oscuros no se moverían del lugar, así que podía tomarse su tiempo. Una vez alcanzó su habitación, se dirigió inmediatamente a su armario, lugar donde tenía su propia armería personal. Allí, empezó a prepararse para el descenso. Como era un trabajo de infiltración, ir con la armadura no sería muy conveniente, así que optaría por un traje que se ajustase a la misión. Se colocó un traje completamente negro, compuesto de una camisa de manga larga, unos pantalones de camuflaje negros y unas botas altas. Encima de esto, se puso una sudadera gris sin mangas, con capucha y con un pedazo de tela para cubrirse la parte del rostro inferior. Con el fin de llevar poco peso, solo cogió una de sus espadas, y se la colgó en la espalda haciendo uso de una vaina. Además, se puso uno de sus ganchos en la muñeca derecha, unas píldoras en uno de los compartimentos del pantalón y el anillo de su ex-compañera. Listo para la misión, partió hacia el hangar.

Cuando cruzó el umbral del ascensor, pudo ver como todos sus subordinados se ponían firmes y hacían una fila. Habían demostrado ser muy serviciales, y eso era algo que él tenía en cuenta.

–  Tenga, jefe. –  le hizo entrega de un paracaídas uno de sus hombres.

Mientras se lo colocaba, siguió caminando hacia el hueco del hangar, dispuesto a lanzarse. Sin pensárselo dos veces, una vez lo tuvo puesto, saltó en picado de la nave.

Aclaración:


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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Jue 5 Abr 2018 - 22:36}

El agente atravesó el umbral de la puerta dejando la calle tras de sí y, aunque esperaba encontrarse a uno de los integrantes de los Soles Oscuros, no había nadie en la estancia. Desconocía quien sería el portero de aquella organización y a pesar de haber escuchado una voz que pedía el santo y seña, estaba seguro de que nadie se ocultaba en aquella casa. Ya había tenido esa sensación el primer día, cuando se presentó bajo su falsa identidad que le habían proporcionado en la Karasu, Sven Hagebak. Notó claramente como alguien o algo le observaba… Sin embargo, después de inspeccionar el local, no había encontrado ningún rastro de espías rivales.

Ignorando aquel hecho, Dretch encendió su mechero y caminó por el establecimiento hasta llegar a la trastienda. Una vez allí, se aproximó hacia una pared y comenzó a dar golpecitos. No tardó demasiado en localizar el extremo izquierdo del tabique que sonaba a hueco, como si aquella pared fuese una plancha falsa. Si se acercaba lo suficiente, incluso se podía notar una pequeña corriente de aire. Estaba claro que aquello era una puerta secreta que daba al interior de la guarida, y que algún modo tendría que poder abrirse.

El agente realizó un arco horizontal con su brazo izquierdo, mientras trataba de iluminar el mecanismo de apertura con la escasa luz que le proporcionaba su encendedor. Dio un par de pasos algo confuso, hasta que localizó una modesta estatuilla de un dragón de jade. Bajo el pedestal de la misma aun podía leerse, a pesar del polvo, el lema «Vence al enemigo sin manchar la espada», uno de las consignas de los sublevados que no perdonaban a la dinastía Kasai la anexión del imperio al Gobierno Mundial. Al pulsarlo se escuchó un “clanck” y saltó un resorte que hizo girar una bisagra la cual abría una puerta muy bien disimulada con el color y tono de la pared. Tan bien disimulada que, a simple vista, era imposible distinguir la puerta de la pared. En menos de lo que cantaba un gallo, el agente se adentró en el estrecho túnel que olía a cerrado y humedad, mientras otra puerta se cerraba de nuevo a sus espaldas.

No tardó demasiado en internarse por las laberínticas cloacas de la ciudad. Se había grabado a fuego durante las últimas semanas cada plano de la ciudad. Casi se sentí capaz de recorrer el resto del camina hacia la guarida de aquellos canallas con los ojos cerrados y, teniendo en cuenta lo poco que alumbraba la luz de su mechero, prácticamente ya lo estaba haciendo.

- Has tardado demasiado ¿Ha ido todo bien? – inquirió una voz familiar en la oscuridad.

- Todo marcha según lo planeado, Otto – contestó el agente a Eldritch Grimm, el agente de inteligencia que dirigía la operación – Han mordido el anzuelo, me han dado toda la información sin tan si quiera molestarse en preguntar para qué. Tal y como dijiste, esto de sacarse un sobresueldo es bastante más sencillo de lo que parece.

No hubo ninguna respuesta por parte de su compañero, tan solo se escuchó una risa entrecortada en algún lugar frente a él.

- ¿Qué hay de tu parte? – quiso averiguar el joven Búho – Colar a esos idiotas en la embajada es ridículamente sencillo cuando eres un funcionario, pero ¿qué hay de los documentos? ¿Apareció tu contacto de la Revolución?

El agente escuchó como su compañero se daba un par de leves golpecitos sobre un costado de su gabardina y volvía a dejar escapar una molesta risilla.

- Cada cosa a su tiempo Buerganor, los Soles Oscuros esperan. Tendrás tus respuestas cuando sea el momento adecuado, no seas impaciente.
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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Lun 7 Mayo 2018 - 14:52}

El viento azotaba todo su ser. Ya se había acostumbrado en cierta manera a caer a tal velocidad desde una altura como esa, así que realmente la sensación que le provocaba era hasta satisfactoria para él. Como tenía tiempo para pensar, decidió elaborar un pequeño plan improvisado para cuando llegase a su destino. Tampoco le llevó demasiado tiempo pensarlo, pues básicamente era “Entrar, robarlo, e irme” en su cabeza. Sabía la ubicación de su guarida, pero no sabía exactamente cómo acceder a ella. Realmente, esperaba que la entrada estuviese allá a donde iba.

En menos de un minuto tuvo que abrir el paracaídas, una vez estuvo a una altura correcta para el aterrizaje. Posó sus pies en el tejado de la ubicación designada, e hizo desaparecer el paracaídas. Hizo un reconocimiento de la zona con su ojo, mas no vio nada interesante salvo la entrada a la casa. Se acercó cuidadosamente para abrir la puerta y, antes de abrirla del todo, miró por la pequeña abertura para ver qué había. Había luz, con lo que significaba que allí vivía alguien. ¿Quién? Eso no le incumbía al ladrón. Abrió con cuidado la entrada y empezó a bajar por unas escaleras. Sin querer, pisó donde no debía, y empezó a caer escaleras abajo, rodando cual piedra. Su espalda chocó fuertemente contra la pared, una vez llegó al final de estas. A paso raudo, se acercó el que parecía ser el inquilino de la casa, con una curiosa daga en sus manos. El sujeto era más bien alto, moreno y con ropajes escasos, pues solo llevaba unos pantalones cortos negros. Como el falso tuerto ya había estado en aquel lugar anteriormente, había visto ya a ciudadanos de aquella isla… y el hombre que frente a él se hallaba no era de allí.

–  Hola, compañero. –  dijo mientras se incorporaba de pie, con la espalda dolorida. –  No temas, amigo, he venido desde muy lejos para decirte algo.

–  ¿Quién eres, patán? –  preguntó, en un agresivo tono, el sujeto.

–  Te lo estoy diciendo, joder. Déjame acabar  y lo sabrás, coño. –  tosió. – Verás, soy tu padre.

–   ¿Me estás vacilando, chaval? –  alzó una ceja, sorprendido.

–  Si. Bueno, no. O sea… sí, pero pensaba que te lo tragarías. Esto… ¿quién eres tú?

Te lo he preguntado yo primero.

–  ¡A ver! ¡Si yo te lo diría! Pero es que con esa daga de por medio, joder… es que me das miedo. Bueno, en realidad no, pero… algo de mal rollo si que das.

–  Esto no lleva a ningún sitio. Dime quién eres y yo decidiré si vives.

–  Soy el que te escribió aquella carta de amor. –  mintió, pues le parecía muy graciosa la escena, pese a que le estuviesen amenazando con un cuchillo.

–  Oh… ¿fuiste… tú?

–  ¿Eh? Esto… sí. –  dijo, un tanto sorprendido.

–  Pasa, bribón. Voy a prepararte algo de comer, tenemos cosas que hablar.

Se volteó, y puso rumbo hacia la cocina. Al mismo tiempo, Yuu quería caminar, pero tenía tantas ganas de reírse que solo podía hacer presión en su estómago para que todas aquellas carcajadas no saliesen a la luz. “¿Dónde coño me he metido?”, pensó.


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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Dom 24 Jun 2018 - 14:29}

Todo estaba oscuro pero el agente seguía a Eldritch Grimm, su superior, con paso raudo. Los Soles Oscuros aguardaban en su guarida, en uno de los recovecos olvidados de las laberínticas cloacas de la ciudad. No eran famosos por su sangre fría. Tenían la determinación de actuar y poco o nada les importaba sobre lo que pudieran aportar ambos agentes a su causa. No era ningún secreto, estaban siendo utilizados.

Mientras caminaba no podía evitar pensar en lo que les contaría a aquellos insurrectos. Traidor. Aquella palabra resonaba en su mente una y otra vez. Buernagor se consideraba así mismo un hombre de honor, incorruptible y fiel a sus propios principios. Ni en el peor de los supuestos se habría imaginado trabajando bajo las ordenes de una célula revolucionaria y, sin embargo, ahora se encontraba no solo trabajando para ellos sino a punto de ser el detonante de un conflicto diplomático entre el Imperio Reddo y el Gobierno Mundial.

- Estas muy callado Buerganor ¿va todo bien? – inquirió Aldritch al tiempo que giraba sobre un recodo desapareciendo de la vista del agente. Sin embargo, el eco de sus pisadas continuaba resonando más adelante.

- Esto es… raro. Al menos para mí – susurró – Siempre supe que el Gobierno Mundial estaba podrido, pero nunca me imaginé que tendría que mancharme las manos de este modo.

- Ya sabes lo que dicen, los villanos de hoy serán los héroes del mañana. Bueno, tal vez el refrán no fuera así. Tú siempre quisiste ser un héroe ¿no es así, Búho?

Dretch agachó la cabeza. No tenía tan claro que su función pudiese considerarse un acto heroico precisamente. Pero tampoco tuvo el valor para desmentir las palabras de Eldritch.

El resto del trayecto transcurrió en completo silencio, sin ningún incidente reseñable. Ciertamente no había que ser ningún genio para dar con la guarida de aquellos tipos. A cada intersección que habían dejado atrás había siempre un adoquín estratégicamente marcado con un sol negro que indicaba qué camino tomar, probablemente a carboncillo. Deslizándose, Eldritch y Dretch cruzaron el umbral y penetraron la distancia exacta de tres pasos en la habitación. Sus cuerpos se inclinaron de cintura para arriba para realizar una reverencia en dirección al centro de la estancia. Cada uno de sus gestos eran movimientos terriblemente protocolarios y rigurosamente coreografiados. Pivotaron sobre las puntas de sus botas y se separaron, situándose cada uno a un extremo diferente de la sala. No obstante, ninguno de los Soles Oscuros hizo el mas mínimo ademan de girarse hacia los recién llegados, ni tan siquiera parecieron reconocerlos.

Los demás miembros de la organización estaban cuidadosamente situados en tres grupos diferenciados, cada uno junto a su regente. Situados a la derecha de la mesa se encontraban los adeptos de Sying; un hombre alto, seco y huesudo, con severos ojos y un hablar campanudo que imponía respeto. En el centro, presidiendo la mesa se encontraban los adeptos de Wang; un hombre gordo, de mejillas porcinas, ojos azules y sonrisa afable. En el extremo izquierdo se situaban los adeptos de Mei Ling; una joven de piel pálida, rostro dulce, aspecto delicado y con la mirada erosionante de un asesino.

El barullo era ensordecedor y no parecía muy descabellado que las tres facciones comenzaran una reyerta en cualquier momento. Dretch se llevó la mano izquierda hasta su cajetilla de tabaco y tornando su vista hacia el techo de la estancia se sentó en una de las sillas sin hacer demasiado ruido.
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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Lun 25 Jun 2018 - 6:42}

Aquella situación era de las más peculiares por las que había pasado el mercenario. ¿Quién demonios iba a pensar que aquel tipo había recibido una carta de amor? Sin duda, era algo que no se veía todos los días. Curioso por ver qué ocurría, Yuu decidió adentrarse más en el hogar de aquel extraño hombre. La casa no contaba con grandes habitaciones, mas si que tenía varias plantas. Lo más probable es que la entrada que él buscaba se hallase en las inferiores; no obstante, aquel tipo era un obstáculo que tenía que superar, ya fuese siguiéndole el rollo o matándole.

El ladrón se hallaba en lo que parecía ser el salón de la casa, el cual conectaba directamente con la cocina, sin pared alguna. Aquel tipo no se hallaba ahí, pese a que le había dicho lo contrario. Intentó agudizar el oído para ver si podía escuchar a aquel tipo en algún lugar de la casa pero, antes de que pudiese hacerlo, la puerta de una de las habitaciones pareció abrirse. De ella salió algo, o más bien alguien, que hizo que un fuerte escalofrío recorriese de arriba a abajo a Yuu. No era una mujer… sino más bien un hombre disfrazado de ello. “No, no es posible. Esto no me está pasando.” pensó.

Oh, cariño… pareces sorprendido. No me sentiría cómoda con esa mirada fijada en mí todo el tiempo… —se llevó las manos a la cara y se avergonzó.

Esto… ¿sabes? Yo ya… yo ya me iba.

¡No! ¡Tú no te vas! —se puso las manos en la cintura y avanzó al paso de una modelo hacia el ladrón—. Cariño, me he puesto guapa solo para ti. ¿Acaso me vas a rechazar ahora? ¿Quieres que mi corazón explote en mil pedazos, oh mi querido admirador?

Tiffany… lo nuestro no funcionaría. Es una relación destinada al fracaso… lo siento —dijo el pelinegro, con un tono sobreactuado, mientras se llevaba lentamente su mano a su espada.

¡Es Sofía! ¡Ni siquiera sabes mi nombre! —empezó a gritar, furiosa.

Vale, ya no me hace gracia el rumbo que lleva esto.

Con rapidez, desenvainó su espada y, con una pequeña carrera, realizó un tajo vertical directo a su yugular. El travesti, aunque no se esperase un ataque tan súbito, parecía tener los suficientes reflejos como para dar un paso hacia atrás en el momento adecuado. La única herida que pareció recibir le atravesó por completo el ojo izquierdo. Sin embargo, no pareció dolerle en demasía, pues ni siquiera gritó.

Mi corazón estaba en lo cierto… tú no eres Él. ¡Farsante! ¡Impostor! ¿A qué has venido, además de para romperme el corazón?

A ti te lo voy a decir, travesti de mierda —dijo, mientras realizaba esta vez un tajo diagonal directo a su pecho—. ¡Es hora de palmarla!

El hombre travestido recibió por completo aquel tajo y, aunque eso le hizo caer al suelo para apoyarse con las manos, no pareció dolerle. Sin embargo, aunque no le doliese, si que parecía que su movimientos se veían más entorpecidos que antes. Se levantó con un poco de dificultad e intentó atacar.

Okama Way… ¡Lying lover! —se abalanzó sobre Yuu con un salto, con brazos y piernas extendidos.

¿Pero qué cojo…? —dijo, sin tener tiempo siquiera para anticipar lo que iba a hacer. Los movimientos del travesti eran tan extrañamente rápidos que su ataque surtió efecto. Este se posó detrás del mercenario y le cogió de los brazos, para luego lanzarle hacia la pared a gran velocidad. Ya había chocado más veces en el pasado, incluso a mayores velocidades, por lo que esta la aguantó bastante mejor y se recuperó medianamente rápido—. A la mierda el sigilo… puto travesti.

Cayó al suelo tras estamparse contra la pared de la casa, mas aterrizó perfectamente y se dispuso a combatir en poco tiempo. Seguramente se llevaría a su nave alguna costilla rota, pero eso no le importaba, porque no le dolía. Levantó sus dos brazos lentamente y, acto seguido, creó diez espadas alrededor del sujeto al cual se enfrentaba, las cuales se hallaban levitando en el aire. En realidad… no levitaban, sino que se hallaban conectadas mediante hilos especiales a sus dedos.

Siéntete afortunado… vas a ser el primero en probar esto —llamó su atención, al mismo tiempo que movía sus dedos para que las espadas se moviesen con ellos. Con un rápido movimiento de dedos, las armas se clavaron en el pecho de su oponente, acabando rápidamente con él—. Uno menos. En fin… a otra cosa.

Taimado, se acercó a su espada, que yacía en el lugar desde donde había sido lanzado. La envainó, y posó su mirada en las escaleras que había justo detrás de su posición. A paso ligero, quizás con un poco de prisa debido a los estruendos que había provocado su breve combate, descendió las escaleras en busca de su objetivo. Al parecer, el edificio contaba con dos plantas más, siendo su inferior un sótano sin luz apenas.

Veamos… ¿y ahora qué? —dijo en voz alta para sí mismo, mientras inspeccionaba la habitación. Esta, pese a que era prácticamente enana, se hallaba completamente vacía, a excepción de un farol que yacía al final de esta, encima de una caja—. Pero bueno… ¿y esto? Esto seguro que lleva a donde yo quiero —masculló, a la par que divisaba con su ojo bueno una rejilla de ventilación—. El mejor amigo de un ladrón, sin duda… vamos a abrir esto —acto seguido, creó un destornillador, el cual usaría instantes después para aflojar y quitar los tornillos de la rejilla que cubría los túneles de ventilación. Una vez quitada, se metió dentro y empezó a gatear por estos, en busca de otra rejilla por la cual ver el panorama desde arriba—. Esto siempre funciona, es genial. Aunque… aquí huele a mierda, y encima creo que aquí hay más telarañas que en la entrepierna del travesti de arriba —volvió a hablar en voz baja para sí mismo. Conforme avanzó, encontró varios puntos donde ver lo que había abajo, mas ninguno pareció interesarle, pues no parecían más que habitaciones. Finalmente, llegó a una que parecía ser el centro de mando o algo parecido. Se quitó el flequillo del rostro y activó la visión de rayos X de su parche, con la cual pudo divisar a todos aquellos que se hallaban en la sala. Eran… bastantes, de hecho. Sin duda, tendría que evitar aquella habitación a toda costa. Sin embargo, cuando intentó retomar su rumbo por los túneles, el lugar donde se hallaba pareció temblar—. ¿Pero qué? Oh… no. No. No, no, no, no —su corazón pareció salirse de su órbita. Al parecer, el ladrón tenía razón en cuanto al tiempo que hacía que aquellos túneles no eran siquiera limpiados. El rectángulo donde se hallaba cayó justo en medio de la sala, dándose el mercenario un duro golpe en la cabeza, y reclamando la atención de todos aquellos que en la sala se hallaban—. El mejor momento para cagarla, perfecto —dijo, mientras salía de allí y se quitaba el polvo del traje, mientras todos le miraban—. Esto… yo ya me iba.


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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Sáb 30 Jun 2018 - 0:47}

Del cigarrillo del agente partía, enroscándose a través de su rostro, una tenue columna de niebla; un lado de su cara se contraía al contacto con el humo como una máscara tallada en dos expresiones simultaneas. Dada la intrusión del agente en aquella reunión y teniendo en cuenta la tensión y repugnancia que su presencia producía en los Soles oscuros; no eran de extrañar los gestos de algunos de los insurrectos exasperados, hasta el insulto. Mei Ling apenas podía reprimir sus expresiones de ira y asco. El tranquilo fumar del funcionario y su mirada inquisitiva suponían motivo más que suficiente para comenzar una pelea allí mismo. Dretch observaba desde su silla, con las manos en los bolsillos y su cigarrillo sesgado en la boca, el cual ocultaba en buena parte sus facciones. Con aquella actitud, más similar a la a un gánster que a un agente de la ley, escuchaba con atención el debate interno que ambos líderes tenían que decir.

Por lo que el joven Búho había podido entender, no estaban del todo de acuerdo en los siguientes pasos a seguir. Sying, el más anciano de los tres, apostaba por la prudencia. Según sus palabras, aunque contaran los efectivos necesarios para tomar la embajada por la fuerza, tan solo disponían de un intento. Según sus palabras, una revolución que perdía no podía llamarse así misma revolución. De los tres sin duda parecía el más conservador.

Por otra parte, Wang, el hombre entradito en carnes, apostaba por la sorpresa. Según sus palabras, si ni ellos mismos eran capaces de prever su próximo movimiento, tanto mejor para ellos. Las fuerzas imperiales jamás se esperarían un ataque directo sobre la embajada del Gobierno Mundial a plena luz del día. Aunque alocado, el agente tenía que reconocer que aquel plan tenía algo de sentido, si conseguían que su causa se hiciera internacional puede que la verdadera Armada Revolucionaria tomase el relevo a los Soles Oscuros.

Por último, se encontraba Mei Ling, una mujer sombría y extraña que apostaba por la argucia. Según ella, los Soles Oscuros no necesitaban ningún reconocimiento, ni refuerzos, ni esperar un milagro que nunca sucedería. El futuro del Imperio Reddo dependía de hombres y mujeres comunes, ella por su parte proponía valerse de la astucia en lugar de la fuerza o la fe para infiltrarse en la embajada y, mediante el subterfugio, sabotear las relaciones entre el Imperio y el Gobierno Mundial. Por algún extraño motivo, estaba muy convencida de que en aquella embajada se almacenaban documentos suficientes para escandalizar a la población y, con el pueblo de su parte, no había causa que no pudieran ganar.

Dretch echaba un vistazo de un lado de la mesa al otro con su ojo sano, parecía que aquel debate jamás acabaría. De vez en cuando miraba de soslayo a Aldritch, su compañero parecía tan indispuesto como él. Tanto Aldritch como el aún no habían aportado ninguno de sus hallazgos a la organización. Para Dretch no había sido ningún problema pedir prestados los horarios de los cambios de guardia y recorridos de las patrullas imperiales ¿quién sospecharía de la Cipher Pol? A fin de cuentas, no cooperar con la justicia era de por si un delito. Sin embargo, la información de Aldritch procedía directamente de uno de sus contactos de la Armada Revolucionaria, el hecho de que los Soles Oscuros no hubieran acudido aun su compañero le intrigaba. Pensar que ambos hacían todo aquello por dinero no consoló demasiado al agente.

La reunión prosiguió sin pena ni gloria. No se trataba más que de una lucha de por interna por ver quién de aquellos tres sujetos se hacía con el mando y la iniciativa de la organización. Por culpa de aquella soporífera asamblea sus sentidos comenzaron a embotarse. Parpadeó repetidamente unas cuantas veces, pero las siluetas de aquellos hombres y mujeres comenzaban a difuminarse. Sin embargo, esa sensación duró tan solo hasta que llegó a sus oídos el lejano ruido metálico de pisadas. El agente no le dio mayor importancia, después de todo aquella guarida se encontraba en las cloacas de la ciudad. Probablemente se tratase de una rata o alguna alimaña similar. Se relajó y la somnolencia comenzó a hacer mella en él, pero un ruido sordo de mayor intensidad que el anterior volvió a sobresaltarlo. Inquieto miró a su alrededor, pero a juzgar por las expresiones de los rostros de sus aliados, no parecían ser conscientes de aquellos ruidos. Apenas tuvo el tiempo de reacción necesarios para apartarse de la mesa cual felino asustado y apoyar la espalda contra una de las paredes cuando un hombre cayó del techo de la sala.

De repente se hizo el silencio, nadie sabía que hacer o cómo reaccionar. Dretch dirigió su mirada en primer lugar hacia Aldritch y tras recibir la mirada de complicidad de su compañero se puso manos a la obra.

- ¿Queríais una excusa para actuar? ¡Ahí la tenéis! – exclamó mientras señalaba al intruso con su diestra, mientras que con su siniestra extraía un pequeño cilindro de plástico que contenía los documentos de las patrullas – No sabemos hasta qué punto esto es una casualidad, si no actuamos ya puede que no volvamos a tener otra oportunidad.

Lanzó entonces el cilindro de plástico hacia el extremo de la mesa donde se encontraba Mei Ling, acabando con el equilibrio de poder en la organización de un plumazo. Aquello no sentó demasiado bien entre los rebeldes, ahora que se encontraban en una situación crítica, no podían anteponer sus ideales a la causa. Sin molestarse en ocultar sus expresiones de odio hacia el intruso y ambos agentes, los Soles Oscuros comenzaron a abandonar la guarida. Aldritch, que parecía haber comprendido las intenciones de su compañero, le dirigió una última mirada a Dretch y desapareció como una sombra en la oscuridad de las cloacas.

-  Que agradable coincidencia – concedió cuando se aseguró de que tan solo el intruso permanecía en la sala – De no haber sido por tu interrupción puede que nunca se hubieran puesto en movimiento. No sé qué has visto u oído, pero no puedo dejar que salgas de aquí… No es personal, es solo trabajo.

Dejó caer el cigarrillo de la comisura de sus labios y antes de que este llegara a tocar el suelo, se llevó las manos hacia su espalda. Hacia los dedales de sus Cross Tails. Cuando el cigarrillo impactó contra la superficie de ladrillos labrados, el eco mecánico de las poleas de dispositivo rebotó por la estancia.
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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Vie 6 Jul 2018 - 20:41}

Nada más salir de aquel cubículo de metal, notó como un gran cúmulo de miradas se posaban sobre él. No pudo hacer nada más que suspirar ante su plan principal frustrado. Sin mover siquiera un dedo, observó a todos los sujetos que a su alrededor se hallaban. ¿Por qué no le atacaban? ¿Acaso les había pillado tan de imprevisto que ni siquiera podían moverse? El mercenario no tenía ni idea de porque nadie movía ni un músculo, y el silencio era algo que le ponía muy nervioso. Sin embargo, el momento de calma pareció verse interrumpido por la voz.

¿Queríais una excusa para actuar? ¡Ahí la tenéis! —exclamó una masculina voz, a escasos metros de su persona, apoyado en una pared—. No sabemos hasta qué punto esto es una casualidad, si no actuamos ya puede que no volvamos a tener otra oportunidad —siguió hablando, dirigiéndose a todos los presentes menos al pelinegro, al que parecía ignorar hasta cierto punto. Tras esto, lanzó una especie de cilindro cerca de una mesa, detrás de donde el parcheado se hallaba.

¿Y ese qué coño dice? —masculló en voz baja Yuu, mientras observaba al sujeto en cuestión. Era alguien… pálido. Demasiado pálido. Su ojo izquierdo estaba blanquecino, seguramente porque la visión estaba anulada en él, debido a una horrenda cicatriz que cruzaba su frente hasta la mejilla, pasando por el glóbulo.

Tras su intervención, algo pareció suceder en aquella sala. Un simple cilindro de papel había logrado que toda la gente que se hallaba dentro de la habitación evacuase sin detenerse un segundo. ¿Qué era lo que estaba planeando aquel hombre? En caso de que Yuu intentase matarle, ¿por qué se habría deshecho de todas aquellas posibles ayudas? Muchas fugaces preguntas pasaron rápidamente por la mente del pelinegro, quien parecía no dar crédito a los hechos que estaban aconteciendo. Cuando todos se marcharon, solo quedaban el tuerto y el falso tuerto. Antes de que Yuu dijese nada… el hombre pareció tomar la iniciativa en el asunto.

Qué agradable coincidencia… de no haber sido por tu interrupción puede que nunca se hubieran puesto en movimiento. No sé qué has visto u oído, pero no puedo dejar que salgas de aquí… No es personal, es solo trabajo —advirtió al parcheado, con una voz claramente amenazante, al mismo tiempo que sus manos se dirigían a su espalda y el cigarrillo que permanecía en su boca caía al suelo.

Vale, no sé quién coño eres, ni qué haces aquí… ni lo que te propones. Pero… creo que, en pocas palabras… entiendo por dónde va esto —dijo el pelinegro, al mismo tiempo que llevaba su mano a la empuñadura de una de sus espadas, que en su cinto se hallaba—. Creo que estoy perdiendo facultades… o no, quién sabe. Lo que sí sé es que nadie, absolutamente nadie… me amenaza. ¡Y encima ni siquiera te has presentado! —exclamó, sacando una de sus espadas más preciadas. Del filo negro de su espada empezaron a brotar unas tenues llamas negras, las cuales crecieron hasta cubrir toda la hoja de un fuego intenso con tonos morados y negros—. Apártate de mi camino… o me temo que vamos a jugar a un juego muy divertido —amenazó al sujeto, con su ojo totalmente abierto y con una sonrisa un tanto sádica.

La ofensiva corría por su parte esta vez, dado que el hombre no parecía emprenderla por sí solo… o al menos eso pensaba. Sin pensarlo dos veces, centró su haki totalmente en él y corrió hacia su posición con la espada empuñada únicamente con su diestra. En un movimiento rápido de su ojo, creó una katana dos metros por encima de su oponente, y la mantuvo en el cielo, enlazada con un hilo imperceptible para el ojo humano al dedo índice de su siniestra. Una vez estuviese delante de él, realizaría un tajo horizontal hacia su pecho, dirigido desde la derecha

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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Dom 8 Jul 2018 - 16:09}

Cuando el intruso se dio cuenta de lo que sucedía a su alrededor ya fue demasiado tarde. Los Soles Oscuros habían abandonado su guarida y ahora tan solo contaba con un único interlocutor. Sin embargo, sería complicado saber cuál de los dos sujetos estaba más perplejo por la situación. El individuo parcheado recogió el guante del desafío del agente y, lejos de amedrentarse, tomó la iniciativa del enfrentamiento. Sin previo aviso, unas extrañas llamas surgieron de la nada envolviendo el filo de su espada, tornando a esta de un color azabache casi de aspecto viviente. Poco importaba como hubiera hecho aquella performance, el agente comprendió enseguida que si aquella arma le tocaba no pasaría un buen momento. Fue entonces cuando su rival se abalanzó sobre él.

- Seimei Kikan: Kami-e “yūrei” - musitó casi para sí mismo como medida preventiva.

Tal y como ya había perfeccionado, exhaló lentamente vaciando sus pulmones y comenzó a bajar gradualmente sus pulsaciones. Empezó a sentir náuseas, un sudor frío corría por su frente, sus piernas comenzaron a fallarle y podía notar como el corazón le golpeaba con violencia el pecho. A su alrededor, la voz del intruso e incluso propio sonido del goteo de las cloacas se elevaban hasta resultarle insoportables. Se le desenfocó la vista y comenzó a notar un frío asfixiante que le subía desde las tripas y le cerraba la garganta. Durante un instante se sintió atrapado, congelado dentro de su propio cuerpo. Podía experimentar como algo en él se apagaba y lo abandonaba. En apenas unos instantes, sus limitaciones físicas habían desaparecido su organismo, su cuerpo obedecía su voluntad sin importar las ordenes.

“Esquivar, esquivar, esquivar” – se repetía constantemente el agente casi como un dogma bajo una tremenda presión. Buerganor comenzaba a esquivar a velocidades increíbles mientras se movía de forma impredecible y extraña ¿Cómo era aquello posible? Ni tan siquiera el propio el agente sería capaz de explicarlo. Según el propio funcionario, los ataques del intruso eran tan ridículamente rápidos que otra hora probablemente él mismo no hubiese sido capaz de reaccionar a tiempo. Sin embargo, de alguna manera, Dretch tenía la habilidad o la suerte de encontrar continuamente un lugar vacío y evitar los furiosos ataques, evadiendo y esquivando los ataques.

Debido a la sorpresa y la presión, no había sido capaz de aislar su mente del peligro e instintivamente su subconsciente se había preparado para abandonar su posición y buscar refugio en otra de las galerías en las que pudiera contar con alguna ventaja. Aquel fallo de coordinación entre su forma de pensar y actuar fue el causante de que su Kami-e Yurei no fuese como el habitual. Combinar el Kami-e y el Soru juntos se sentía absolutamente maravilloso. Esta era la primera vez que el agente encontraba la motivación para arriesgarse a fusionar dos de los pilares del Rokushiki y, aunque no era muy consciente de lo que sucedía a su alrededor, mientras continuaba esquivando podía sentir su cuerpo más ágil y ágil. Era rápido e impredecible. Nunca había tenido un dominio sobre su cuerpo como el que ahora tenía y, aunque ignoraba los efectos secundarios de forzarse de aquella manera, no dudaba de aquello suponía un avance decisivo para su formación.

Aprovechando la ventaja temporal que le proporcionaba el kenpo contorsionó ambos brazos hacia su rival y, mediante sutil movimiento con sus dedos, desabrochó los puños de su camisa. Al hacerlo ambas agujas que permanecían escondidas en sus antebrazos salieron disparadas hacia el pecho de aquel joven. El movimiento, a priori un tanto inocente, no era para nada inofensivo. Los brazos del agente restallaron como un látigo debido a la extrema velocidad y flexibilidad de sus extremidades, por lo que ambas agujas salieron despedidas de ambos puños como almas que lleva el diablo. Cancelando entonces su kenpo, Dretch extendió las palmas de sus manos hacia adelante, procurando que estas quedaran rígidas y convenientemente huecas para tratar de realizar un golpe seco sobre el plexo solar del desconocido para vaciar de aire sus pulmones y ganar algo de ventaja en su siguiente envite.


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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Miér 5 Sep 2018 - 2:23}

Aquello no iba a salir mal. Él no lo permitiría. Todo había salido al contrario de cómo lo había planeado… sin embargo, el contrato aún podía ser terminado si de la determinación del mercenario dependía. La espada y él eran uno. Los latidos de su corazón permanecían a un ritmo acelerado pero no descabellado, bloqueando  el estado de adrenalina máximo. Mientras su mente permanecía fija en su oponente, su cuerpo se hallaba realizando una danza con su espada, con el fin de hacer sangrar al enemigo.

Pese a que asestaba tajos con su arma sin parar, ninguno parecía alcanzar su piel. Ni siquiera podía anticipar lo que iba a hacer, puesto que se movía y esquivaba de una forma demasiado errática como para leer sus movimientos. Yuu no sabía qué hacer. ¿Acaso aquella persona superaba con creces las habilidades del ladrón? ¿Acaso no sería capaz siquiera de vencerle? En ese momento parecía completamente imposible ejecutar un ataque certero contra él. El ritmo cardíaco seguía aumentando. Si aquello seguía, entraría en juego la posibilidad de que la adrenalina se apoderarse del cuerpo del parcheado. Sin embargo… quizás fuese lo mejor para la situación.

Cuando la ofensiva del asesino cesó, el momento que parecía estar esperando se volvió realidad. El contrincante iba a lanzar sus cartas, con lo cual era momento de actuar e intentar vislumbrar sus siguientes movimientos. De la forma más rápida que pudo, posicionó su espada en un ademán de defensa con el fin de contraatacar.  Gracias al cambio de posición, pudo anticiparse unos segundos a su rival y bloquear el trayecto de uno de los proyectiles. Sin embargo, el otro siguió su rumbo rozando su mejilla y parte de su oreja derecha. El dolor no era algo que le preocupase, y una herida de ese calibre era algo ínfimo como para preocuparse.

Vuelves rápido a la carga… ¿eh? —dijo en voz baja, al ver que su oponente volvía a la ofensiva. Antes siquiera de que se moviese, el dedo índice de la mano que no sostenía la espada realizó un movimiento, quizás inesperado por su enemigo. La espada que instantes atrás había creado en el aire ahora se dirigía hacia su mano a una velocidad trepidante, otorgando un rápido agarre y facilitando el bloqueo de la nueva ofensiva— Si piensas que con eso vas a poder vencerme… tienes un serio problema, chico — dijo en voz alta, nada más poner las dos armas cruzadas, con el fin de amortiguar el golpe que había realizado el otro. El resultado fue un retroceso de un par de metros, puesto que al parecer el golpe iba con bastante fuerza—. Vaya, pues estás dando más de lo que creía. Oye, parece que no te ha costado nada esquivarme con una espada. Pero, ¿y con dos? —dijo, con una sonrisa un tanto maléfica—. Mi turno, pequeño.

Sin pensárselo dos veces, lanzó la espada que recientemente había agarrado y la lanzó hacia el pecho del sujeto. Aprovechando la confusión que eso supondría, creó una jaula cuadrada de unos tres metros de lado justo encima del hombre. Al no contar con un suelo, la jaula encerraría al muchacho dentro si caía rápidamente. Para asegurarse, utilizó el dedo anular que tenía libre para conectarlo con la jaula, con el fin de que cayese más rápido. Apresase o no a su oponente, Yuu crearía una pequeña granada que lanzaría justo a los pies de su contrincante.

Veamos de lo que estás hecho, cachorrito.


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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Lun 10 Sep 2018 - 20:03}

El adormecido Búho comenzó a sentir como su corazón volvía a acelerarse, como si tuviese una colmena de abejas dentro de su cabeza y como si hubiera dos cuchillos clavados a cada lado de su cabeza. Su visión se volvió de nuevo tan nítida como siempre y de nuevo comenzaron a brotar muchos colores a su alrededor. Experimentó una sensación similar con el resto de sus sentidos en cuanto su cuerpo dejo de usar el peculiar kenpo. El agente realizó una sutil mueca de molestia en sus labios, pero no emitió ningún sonido.

Centró de nuevo su atención en el intruso. No sabía nada sobre él, pero desde luego había quedado claro que interrupción en la guarida de los Soles Oscuros no había sido fortuita. Observó como una de sus agujas era repelida por el acero de su hoja, la otra, tuvo algo más de fortuna. Aunque llegó a impactar de forma parcial en el rostro del fisgón, no causó ni tan siquiera amedrentarlo ni un poquito. Una lástima, porque tendría que buscar y limpiar sus agujas una vez todo aquello acabara. Si podía sacar algo en claro de todo aquel embrollo era que; sin esa espada, al espía no lo quedaría más remedio que negociar una salida pacífica de aquel lugar.

La mente de Dretch era un torbellino de ideas. Sin embargo, ninguna de ellas llegó a culminar en un plan maestro ya que, una nueva espada literalmente surgida de la nada se precipitó hasta la mano libre del hombre que le estaba haciendo sudar la gota gorda. Aquello hizo que finalmente abriera la boca para emitir algo un quejido de lamento ¿Se suponía que ahora tenía que desarmarlo dos veces? Aquello le cayó como un jarro de agua fría. Su rival debió de percatarse de su reacción porque en seguida comenzó a acosarlo con su nueva arma.

- No sé cómo has hecho eso, en otras circunstancias aplaudiría ese truco… Me lo estas poniendo difícil, ladrón – concedió, cruzándose extrañamente de brazos.

El agente también tenía sus trucos bajo la chistera, pero necesitaba tiempo. Un tiempo que nadie le iba a conceder con una sonrisa. Se llevó su mano derecha hacia el interior de su gabardina y, tan rápido como le fue posible, extrajo de su funda su viejo revólver. Abrió el tambor, contó los seis cartuchos metálicos y sacó cinco de ellos. Suponía que no iba a necesitar más de una bala. Sin embargo, antes de que diera por finalizados los últimos detalles, un ensordecedor zumbido rasgó el aire, llevándose parte de esas confusas imágenes consigo. Sin embargo, sus parpados se abrieron de par en par cuando un chorro de sangre voló manchando su querida bufanda y una sensación gélida y punzante se clavó en su hombro hasta dejarle sin aliento. Para más inri, nuevamente salida de la nada, una estructura similar a una jaula descendió sobre su cabeza. Atrapado y herido, cualquiera diría que aquel combate estaba dando sus últimos coletazos.

El brazo de agente se movió. Giró el tambor de su revólver y, llevándoselo hasta su barbilla, apretó el gatillo. El ruido del percutor resonó en la estancia. Sin embargo, no tuvo ninguna bala a la que golpear. Dretch extendió entonces su brazo derecho hacia el intruso, el cual estaba a punto de lanzarle una granada para rematar su trabajo, mientras observaba satisfecho como el tambor giraba por sí mismo hasta posicionarse en el lugar donde se encontraba la única bala.

Alzó una ceja, a la espera de ver lo que hacía con aquel explosivo. Sorprendido, observó como este lo arrojaba sin el más mínimo atisbo temor.

En el interior de la guarida retumbó un disparó. Inmediatamente se escuchó el sonido de cristales rotos. Después, todo era oscuridad. La lámpara de la habitación se había hecho añicos. En la penumbra en la que ahora se había convertido la sala, tan solo resonó una palabra:

- ¡Soru!

Puede que estuviese atrapado, pero aquella prisión no estaba anclada al suelo de ninguna forma. Por lo que, valiéndose de la velocidad de su cuerpo, la empujó para tratar de embestir a su rival contra una de las paredes cercanas.
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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Miér 19 Sep 2018 - 17:40}

Lágrimas de sudor descendían de la frente del mercenario, dejándose notar que realizaban su recorrido por debajo del flequillo. Moviendo su cuerpo a toda velocidad, el muchacho había logrado controlarse en aquel tipo de situaciones. En lugar de concentrarse en el deseo de asesinar a su enemigo, se concentraba en las acciones de este. Mientras sus ojos fijaban el lugar exacto donde lanzar el arma, su cuerpo se movía completamente dispuesto a ejecutar la acción. Si bien la puntería del joven no era la más precisa, logró ensartar el hombro de su oponente al mismo tiempo que detenía las acciones del susodicho. Tras acertar con éxito, su siguiente ofensiva lograría encerrar al sujeto en una jaula que, por desgracia, la fuerza con la que impactó contra el suelo no fue la suficiente como para hacer que lo penetrase.

Con una mano en la granada y la otra en posición para quitarle la anilla de detonación, el muchacho se preparaba para ejecutar el golpe que, supuestamente, debería acabar con aquel hombre. Al mismo tiempo que lo hacía, el extraño enemigo del mercenario parecía tener en sus manos un arma de fuego lista para abrir fuego. Rápidamente, y de cara a intentar esquivar aquel disparo, quitó la anilla y lanzó el arma arrojadiza a los pies de su enemigo. Nada más hacer esto… una bala fue disparada en aquella habitación. Yuu no notó nada atravesar su cuerpo. No obstante… parecía que el objetivo del joven no era herir al ladrón de esa manera. La lámpara que iluminaba aquella habitación fue completamente destruida y decenas de cristales rotos danzaron por el aire, sumiendo la sala en la completa penumbra. ¿Acaso trataba de confundir al asesino? ¿Tanto subestimaba el sujeto al parcheado? Inmediatamente, y sin pensarlo dos veces, Yuu activó la función de visión nocturna de su parche. Sumando este artilugio junto con su capacidad de ver más allá, era como si la lámpara no se hubiera roto.

Como si eso te fuese a servir… imbécil. —vaciló—. Aunque he de decir que eso ha sido muy sucio por tu parte.

Ya que seguramente su contrincante desconociese las capacidades del muchacho, se quedó fijo mirando en la posición de este como si en realidad no viese nada.

¿Dónde demonios estás? ¡Venga! La oscuridad no te podrá salvar, compañero —siguió con el farol, dispuesto a provocar al tipo.

Tras pronunciarse, una palabra resonó en la habitación. Más bien, una exclamación… seguida de un estruendo metálico. Cuando Yuu vio la jaula ir a toda velocidad contra él, viendo como aquel tipo se había librado de la prisión de una forma muy extraña, la hizo desaparecer al instante.

Tic… tac. Tic… —creó un semicírculo de acero justo delante de él, de alrededor de dos metros, para protegerse de lo que venía. La granada, de la cual parecía haberse olvidado su oponente, explotó un segundo después de la última palabra pronunciada por el mercenario— tac. Y boom. ¿Te pitan ya los oídos?

Con la guardia alta, hizo desaparecer el muro para intentar hacer contacto visual con el objetivo.

Venga, cabronazo… sal. Sé que estás ahí —dijo en voz alta, a la par que podía sentir su presencia en aquella sala.

”Esta es la mía” —pensó para sí, nada más elaborar un plan improvisado en su cabeza.

Creó una bomba esférica rellena de pólvora y de clavos. En un rápido movimiento,creó un mechero en la otra mano y encendió la corta mecha, para luego soltar el explosivo para que cayese al suelo. Acto seguido, dirigió su mirada hacia una de las salidas de aquella habitación y a gran velocidad se dirigió hacia ella. Una vez estuviese fuera, si lo conseguía, tapiaría la puerta con un grueso bloque de acero. Tras esto, esperaría a la detonación de la bomba y se alejaría bastante de la puerta.

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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Mar 23 Oct 2018 - 18:01}

Dretch permanecía quieto en la oscuridad, sin saber que hacer o que decir mientras contemplaba como el intruso al que debía dar caza se escapaba frente a sus narices. Pero todo aquello ya daba igual. Observó incrédulo, forzando al límite la vista de su ojo sano, como cientos de pequeños fragmentos de metralla habían impactado indiscriminadamente por cada centímetro de la sala de reuniones de los Soles Oscuros. Cerca de una veintena de clavos y demás objetos metálicos habían ido a parar bajo sus pies y su gabardina estaba perforada por diferentes puntos. Sin embargo, el agente continuaba de una sola pieza en el más absoluto de los silencios.

Finalmente se obligó a moverse y a sentarse en una de las sillas de la habitación, asegurándose de no hacerlo sobre uno de los objetos metálicos. Sacó de uno de los bolsillos interiores de su gabardina su cajetilla de cigarros Grey Tortoise y su mechero Zippo de gasolina. No tardó muchos segundos hasta que se hubo encendido un pitillo y hubiera dejado el mechero encendido sobre la mesa. Aprovechó entonces para examinar la herida de su brazo derecho. Era profunda y sangraba profusamente, pero no parecía nada que un par de puntos no pudieran solventar. Depositó sobre la mesa también su neceser de costura y comenzó a remendarse. Cosiendo con su mano izquierda estaba totalmente convencido de que le quedaría una fea cicatriz.

Le había vuelto a pasar. No era la primera vez que le ocurría algo así y estaba asustado ¿Con que frecuencia podía alguien experimentar su propia muerta? Había sido un sueño lucido que apenas había durado unos segundos. No sabía en qué momento había cerrado los ojos, pero si sabía que, al abrirlos, se encontraba en un peligro inminente. Le habría gustado no perder los nervios, tensar su cuerpo y obligarse a entrar en su estado de Tekkai, pero aquello no era algo que pudiese conseguir tan repentinamente. Tan solo se había aferrado a algo tan primitivo como el propio ser humano, su voluntad de sobrevivir a cualquier precio. Si alguna vez le hubieran dicho que algo tan irrisorio podría salvarle la vida, el agente jamás lo hubiese creído. Aunque puede que se hubiese vuelto completamente loco ¿Qué sino podría explicar esas extrañas visiones?

El agente le dio una última calada al cigarrillo y reclinó hacia atrás en la silla. Odiaba tener que admitirlo, pero aquella misión se le había ido de las manos. Los Soles Oscuros se habían dado a la fuga, seguiría sin tener pruebas de que Eldritch Grimm era en realidad un agente doble, la problemática del espía tuerto y para colmo la reaparición de sus visiones. Nada en aquel día parecía estar saliendo bien por lo que tan solo había algo que podía hacer.

Dretch se levantó de la silla y se dirigió hacia el lugar en el que antes se había encontrado Sying, uno de los líderes de los Soles Oscuros. Sobre su zona de la enorme mesa había varios documentos, una copa y un caparazón naranja con un sol de color negro pintado sobre uno de los laterales. El agente estudió durante unos segundos el estado del caparazón. Al parecer había sido alcanzado por uno de los proyectiles, pero la metralla no había logrado atravesar la coraza.

- Vamos pequeñín, despierta. Es hora de llamar a la caballería – le susurró en voz baja y serena al den den mushi, aunque antes de que este se asomará hacia el exterior, Dretch ya estaba tratando de sintonizar una de las singulares frecuencias que le pusiera en contacto el CP7. Cuando lo logró, le pareció escuchar una respiración al otro lado de la línea, sin embargo, Dretch tampoco habló. Aquella línea solo tenía un uso, no necesitaban decirse nada para transmitirse la información.
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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Miér 28 Nov 2018 - 23:45}

Su mirada permanecía fija en el lugar del que acababa de escapar. Con una leve sonrisa dibujada en su rostro, esperaba pacientemente a que su juguete hiciese su trabajo con aquel
sujeto que había dejado atrás. Si aquello resultaba… no tendría mucho más de qué preocuparse aquella noche, a no ser que hubiese quedado algún rezagado por aquella guarida. En cualquier caso… la espera cesó en el momento justo. Una explosión seguida de diversos estruendos metálicos impactar contra los muros de aquella habitación. Nada más oírla, agarró fuerte la empuñadura de su espada y se volteó con rapidez para adentrarse aún más en aquel sitio.

Aquello era un laberinto, sin duda. El joven empezó a caminar sin demasiada prisa, observando cada una de las salas por las que pasaba. La mayoría estaban vacías, o eran simples almacenes donde aquellos sujetos guardaban todo tipo de mercancías… seguramente robadas. No obstante… aquello no era lo que buscaba. Él buscaba documentos, pruebas, datos sobre su siguiente movimiento… no buscaba un gato de la suerte empaquetado para su exportación a cualquier inhóspita isla. Mas no había absolutamente ni rastro de nada parecido. ¿Sería el lugar donde cayó el indicado para buscar los documentos? La gran cantidad de gente que se hallaba en aquella sala y luego
escapó quizás podría darle alguna pista al mercenario. Ni siquiera podía interrogar a nadie porque todos ellos habían salido por patas nada más verle.

Volver a ese lugar creo que no va a ser lo más inteligente que haga esta noche… —habló en voz baja para sí, mientras se detenía para observar su alrededor— Aunque bueno… será mejor que siga buscando y no me acerque allí. No quiero que resulte que aquel tipo esté vivo y tenga que volver a pelear. A ver… por ahí —se pronunció, justo antes de empezar a moverse hacia delante.

Pasillos, pasillos… y más pasillos. El mercenario no paraba de darle vueltas a la cabeza y, literalmente, a la guarida. Si había un fin, quería encontrarlo sin importar el cómo. Durante su recorrido, se había encontrado con al menos cuatro callejones sin salida que solo hacían que su ira se fuese incrementando con el tiempo que pasaba ahí abajo. Ni tan siquiera sabía cómo entrar allí, mucho menos sabría cómo salir.

A ver… piensa, piensa, piensa —iba diciendo, mientras caminaba por uno de las decenas de pasillos que había. Con la mirada puesta en el suelo, observando sus pasos, acabó pisando algo que despertó su interés—. ¿Y esto? —debajo de sus zapatos se hallaba una especie de documento impreso con muy poco gramaje, además de un tanto húmedo por el ambiente y con diversas huellas de pisadas grabadas en él—. Vale… ahora me gustaría saber qué demonios pone aquí. Esto… Sol… ¿Soles? Vale, y luego no sé qué pone. A ver… ¡joder! ¡No tengo ni la más puta jodida idea de cómo leer esta mierda! —exclamó fuertemente. El grito resonó en los pasillos durante varios segundos— Eh, eh, eh… espera un segundo.  Tiene dibujitos —se le iluminó el ojo por unos instantes—. Pocos, pero tiene dibujitos. Aunque sigo sin saber qué es o a qué se refiere. Parece una especie de esquema. Aquí hay dos símbolos y, bueno, uno lo conozco, pero el otro no sabría decir si sé de dónde es. Este símbolo apunta con una flecha a este otro, el cual tiene dibujado un edificio al lado. ¿Me suena el edif…? No, no me suena. ¡Ah! Pero este símbolo debe de ser el de los hombres que estaban en esta guarida, seguro. Vale, vale, vale… vamos a atar cabos. Ya no hay nadie aquí, así que supongo que se han ido. Si se han marchado a algún lugar, tiene que ser a este sitio que pone aquí. Pero claro… ¿esto dónde está? Creo que tendré que centrarme en buscar una salida y buscar este edificio. Sí, mejor será.

El pelinegro dobló el papel y se lo guardó en uno de sus bolsillos interiores. Inmediatamente, se puso en búsqueda de alguna salida para ver hacia dónde se dirigía toda la gente que había evacuado el lugar, si es que no se habían separado todos y escondido en diversos lugares de la ciudad.


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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Sáb 15 Dic 2018 - 1:53}

El agente aguardó unos segundos frente al den den mushi hasta que, el interlocutor mudo del otro lado de la línea, colgó la llamada. Era una verdadera lástima. Eldritch no siempre había sido un traidor y, al igual que el resto de activos de la agencia, había sacrificado una buena parte de sus años de vida por el Gobierno Mundial. No se merecía todo aquello. Dreth creía que, pillándole con las manos en la masa, Eldritch aceptaría un trato justo. Que el agente cooperaría y que la célula revolucionaria sería extirpada de Reddo Teikoku. Ahora aquello no importaba. La misión se había visto comprometida y aquella llamada había activado el plan de contingencia. Tal y como habían acordado, la captura de Eldritch y los tres líderes de los Soles Oscuros eran los objetivos prioritarios de la operación. Sin embargo, la dirección de la KTV no podía permitirse que, los rumores de que uno de su agente se había cambiado de bando, llegaran al CP7.

Dretch suspiró con cierta resignación. Él era un agente del CP7, especializado en la neutralización de individuos problemáticos. Alguien a quien le encanta lo que hacía y, además, lo hacía muy bien. Por culpa de aquel escurridizo espía, ya no habría futuro para Eldritch, Sying, Wang y Mei. Era el único punto de las operaciones encubiertas, siempre que eliminaras a los testigos, nadie jamás sabría lo que habían hecho en Reddo Teikoku. Además, había cosas que un agente, por muy gente que fuese no podía hacer. Si tirabas las reglas por la ventana, lo más probable es que tú también te cayeses hacia abajo junto a ellas. Una parte de él, quizás la más racional y negativa, sabía que aquel final era inevitable.

Le dio la ultima calada a su cigarrillo y, tras apagarlo en uno de los ceniceros cercanos, colgó el den den mushi. Se apresuró a recoger todas sus pertenencias de la mesa y a depositar sobre su regazo su revólver, el cual comenzó a cargar con suma diligencia. Una vez armado, saco un par de objetos del interior de su gabardina. Los primeros, se trataban de unos guantes de cuero negro que se colocó con cierto cuidado para que no se le abrirán los precarios puntos de su brazo herido. El segundo, se trataba de un extraño objeto amorfo de tonos blanquecinos. Se percató entonces de que el pequeño caracol del den den mushi rebelde había salido de su caparazón y le observaba entre con cierta curiosidad. Se colocó el segundo objeto sobre el rostro. Se trataba de una máscara parcial propia de bailes privados de salón y fiestas de mascarada que intentaba imitar la faz de un búho real albino.

- Tienes suerte de ser un caracol porque es hora de trabajar – se limitó a contestarle, antes de cogerle por el caparazón e introducirlo en otro de sus bolsillos.

Por fortuna para él, conocía como llegar a la embajada desde las alcantarillas. Se levantó como un resorte de la silla y se dirigió hacia el umbral de la sala con paso decidido. Pasará lo que pasará en aquel lugar, el final de aquella partida de locos ya había sido pactado de antemano por los suyos.
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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {Lun 22 Abr 2019 - 20:40}

Le ardían las piernas y los brazos, sobre todo el derecho. Aunque las costuras aguantaban, lo cierto era que le dolía más el orgullo que la propia extremidad. Aquel espía había boicoteado la operación. El norteño no paraba de preguntarse qué probabilidades había de que alguien ajeno a los Soles Oscuros y el CP7 estuviese al tanto de lo que se cocía en el subsuelo de Reddo Teikoku. Fuera como fuese, aquel tipo parcheado había echado por tierra su plan y, no contento con haber sido derrotado, encima debía de encubrir al desgraciado que lo había estropeado.

La noche se había acabado para el agente y, por mucho que se empeñara en avanzar por las laberínticas alcantarillas de Reddo Teikoku ya era demasiado tarde. Pasará lo que pasará en la embajada, la suerte del agente Eldritch Grimm, así como la de los Soles Oscuros, ya no estaba en sus manos. Él, dentro de lo que podía esperarse entre los efectivos de la agencia, era una persona con cierta empatía. A veces le costaba escudarse bajo el manto de frialdad que tanto caracterizaba a la Cipher Pol. De hecho, esperaba que su superior, al ser pillado con las manos en la masa, accediese a entregarse voluntariamente y solventar aquel asunto con un mínimo de dignidad. Pero aquello ya no importaba. Había fallado y en aquellos momentos el equipo de limpieza habría irrumpido en la embajada para dar cuenta de todos los que allí se encontrasen, sin importar su uniforme o ideología.
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Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] Empty Re: Corre, salta y esquiva por tu vida. La ley del más rápido [Dretch & Yuu] {}

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