Buenas noches y bienvenidos a este experimento. En él vamos a testear, a través de la inestimable ayuda de los voluntarios, un sistema de combate alternativo. Su nombre provisional es Batalla de honor. En ella se desarrolla la confianza entre los jugadores a través de una serie de reglas y requerimientos diferentes a los del resto de combates. Las diferencias a listar son las siguientes:
Dicho de otro modo, el personaje A rolea entre uno y varios asaltos de su combate con el personaje B, decidiendo si lo ve conveniente los daños causados, así como los recibidos. Una vez posteado, su rival ejercerá el mismo derecho. En principio este modelo resultaría en un combate más satisfactorio. No obstante, hay una serie de reglas de obligado cumplimiento para que este sistema pueda llevarse a buen puerto:
Las recomendaciones a la hora de participar en una batalla de honor son las siguientes: Leer detenidamente la ficha rival, hablar con el rival previamente para entender al personaje y preguntarle cómo se desempeña normalmente en combate. Dado que no se puede manejar la psicología del personaje rival, el diálogo debería ser pactado y coherente en todo momento. Lo que lleva a la regla de oro a la que cualquiera puede acudir:
En caso de que el jugador reclamado no edite, el Staff adecuará, si procede y se considera incorrecta la actuación del jugador intervenido, los sucesos debidamente.
Divertíos.
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Escenario: Mock Town.
Par: Inicia Erik.
- Inexistencia de los asaltos: En este combate hay turnos de posteo, pero no asaltos en el sentido clásico. Cada jugador roleará un tramo del combate de la extensión que considere, siendo coherente con su propia ficha y la del oponente.
- Acción cerrada como norma: En este modo de combate, por su propia naturaleza, no existen las acciones cerradas. Cada usuario es responsable de narrar sus ataques y defensas, así como los del oponente y los efectos de estas mismas acciones.
- Se desestima la paráfrasis: En este modelo de combate se establece un relato construido a medias. No es necesario narrar los hechos anteriores si no es para aportar la perspectiva interna del personaje.
Dicho de otro modo, el personaje A rolea entre uno y varios asaltos de su combate con el personaje B, decidiendo si lo ve conveniente los daños causados, así como los recibidos. Una vez posteado, su rival ejercerá el mismo derecho. En principio este modelo resultaría en un combate más satisfactorio. No obstante, hay una serie de reglas de obligado cumplimiento para que este sistema pueda llevarse a buen puerto:
- Prohibidas las incapacitaciones: No se puede realizar como acción cerrada ningún golpe que noquee, mutile o mate al rival. Es decir, estos daños sí o sí los decide siempre el receptor, roleándolos coherentemente. Del mismo modo, no se pueden usar venenos o tóxicos como acción cerrada.
- Prohibido quemar técnicas: Un jugador no puede hacer que su rival utilice técnicas limitadas a un número de veces por combate. Puede activarle las técnicas con recarga de uso, pero ello no impedirá que su rival pueda utilizarlas de nuevo en su turno.
- Ley del shonen: Independientemente de la diferencia de poder entre ambos contendientes, las dos primeras rondas de posteo (los dos primeros mensajes de cada contendiente) deben ser igualadas.
- Realidad pactada: Este tipo de combates solamente existen on rol si, una vez aprobado por la moderación, ambos jugadores están conformes con el rol.
Las recomendaciones a la hora de participar en una batalla de honor son las siguientes: Leer detenidamente la ficha rival, hablar con el rival previamente para entender al personaje y preguntarle cómo se desempeña normalmente en combate. Dado que no se puede manejar la psicología del personaje rival, el diálogo debería ser pactado y coherente en todo momento. Lo que lleva a la regla de oro a la que cualquiera puede acudir:
Si un jugador no está conforme con el desempeño de su personaje en el post rival, puede reclamar que sea editado.
En caso de que el jugador reclamado no edite, el Staff adecuará, si procede y se considera incorrecta la actuación del jugador intervenido, los sucesos debidamente.
Divertíos.
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Escenario: Mock Town.
Par: Inicia Erik.
- Número aleatorio (1,2) : 2
Eric Zor-El
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mock Town, posiblemente la ciudad donde más conflictos diarios surgen entre delincuentes de todo tipo, piratas, criminales, mercenarios…, cualquiera que quiera tangana y una mala jarra de cerveza solo ha de poner un pie ahí. ¿El único inconveniente? Que el gobierno no es bienvenido en ese lugar, pues es una isla para piratas. Y debido a eso, y que la brigada tenía que encontrarse con uno de sus contactos, Eric, el humilde shandiano, tuvo que desembarcar de incógnito. “Eric ve tú, eres el que menos pinta de marine tiene”, repasaba en su cabeza el albino, en su dialecto natal, haciendo que algún que otro transeúnte le observara, y él le devolviera una mirada de odio.
Estando por la gran calle principal, cuyo hedor a sangre, orina y vómito le hacía poner gesto de asco, que Eric se tropezó con un individuo.
—Disculpe —le dijo educadamente.
—Perdona de qué, payaso —le contestó el hombre, empujando a Eric.
El hombre era una persona que apenas llegaba al metro setenta, siendo mucho más bajo que el marine. Era calvo y corpulento, y tenía un tatuaje de un dragón tatuado en su cabeza. ¿Se habría rapado para tatuarse? ¿O por su alopecia decidió hacerse aquel dibujo tan feo?, se preguntó Eric, haciendo caso omiso del hombre, y yéndose del lugar. Sin embargo, el calvo agarró una lata que había en el suelo y la lanzó sobre su preciado poncho, manchándolo de a saber qué.
—No debiste haberle hecho eso a mí poncho —le dijo Eric, girándose e irguiendo el puño, para inmediatamente después abalanzarse sobre el hombre y lanzarle una onda de choque, que lo envió a volar—. Mi poncho no se toca.
Continuó deambulando por allí, y nuevamente se chocó con otra persona, pero esa vez no era alguien normal, sino que era un ser extremadamente grande, casi como un edificio. Eric le miró y emitió un gruñido.
—¿Tú también quieres volar? —le preguntó de forma tosca y antipática.
Estando por la gran calle principal, cuyo hedor a sangre, orina y vómito le hacía poner gesto de asco, que Eric se tropezó con un individuo.
—Disculpe —le dijo educadamente.
—Perdona de qué, payaso —le contestó el hombre, empujando a Eric.
El hombre era una persona que apenas llegaba al metro setenta, siendo mucho más bajo que el marine. Era calvo y corpulento, y tenía un tatuaje de un dragón tatuado en su cabeza. ¿Se habría rapado para tatuarse? ¿O por su alopecia decidió hacerse aquel dibujo tan feo?, se preguntó Eric, haciendo caso omiso del hombre, y yéndose del lugar. Sin embargo, el calvo agarró una lata que había en el suelo y la lanzó sobre su preciado poncho, manchándolo de a saber qué.
—No debiste haberle hecho eso a mí poncho —le dijo Eric, girándose e irguiendo el puño, para inmediatamente después abalanzarse sobre el hombre y lanzarle una onda de choque, que lo envió a volar—. Mi poncho no se toca.
Continuó deambulando por allí, y nuevamente se chocó con otra persona, pero esa vez no era alguien normal, sino que era un ser extremadamente grande, casi como un edificio. Eric le miró y emitió un gruñido.
—¿Tú también quieres volar? —le preguntó de forma tosca y antipática.
Blishard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Blishard había recibido instrucciones de la Revolución para reunirse en Mock Island con un enviado especial, que traía una misión de gran importancia para la organización. El gigante, picado por la curiosidad, aceptó y se dirigió tan rápido como pudo a aquella isla. Estaba claro que si habían contactado con él, era algo relacionado con sus aptitudes especiales, de las que carecían otras razas. Evidentemente no iba a ser una misión de sigilo, pues habría sido absurdo, así que allí estaba, buscando el lugar donde se reuniría con el agente revolucionario. No tenían que preocuparse de la marina; era bien sabido que aquella era isla de piratas, donde había una presencia nula del Gobierno Mundial.
El albino iba caminando tranquilamente por la calle, haciendo temblar el suelo con cada pisada (es lo que tiene medir 14 metros), cuando de repente se tropezó con un bulto. Un poco más y se cae, lo que habría sido desastroso. Mientras recuperaba el equilibrio, escucho una vocecita chillona increpándole por el choque. Bajo la mirada y vio a un ser de no más de dos metros de altura gritándole. El gigante decidió responderle:
"No es culpa mía que estés tan cegato como para no ver un gigante de 14 metros, canijo."
Le había cabreado que aparte de casi provocar una catástrofe, el canijo le eche a él la culpa.
El albino iba caminando tranquilamente por la calle, haciendo temblar el suelo con cada pisada (es lo que tiene medir 14 metros), cuando de repente se tropezó con un bulto. Un poco más y se cae, lo que habría sido desastroso. Mientras recuperaba el equilibrio, escucho una vocecita chillona increpándole por el choque. Bajo la mirada y vio a un ser de no más de dos metros de altura gritándole. El gigante decidió responderle:
"No es culpa mía que estés tan cegato como para no ver un gigante de 14 metros, canijo."
Le había cabreado que aparte de casi provocar una catástrofe, el canijo le eche a él la culpa.
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Fama
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fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
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Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
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