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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Jue 2 Abr 2020 - 22:26}

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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Vie 3 Abr 2020 - 12:08}

Lysbeth revisó una última vez su equipo antes de dirigirse al tercer combate. Había salido del segundo sin un solo rasguño, pero indignada por la condescendencia de su oponente. Pese a todo, le habían dado la victoria. Suponía que el nudismo espontáneo no había jugado a favor del pobre chalado. De todas formas, esta vez había preferido adentrarse en la pelea sin mirar primero el nombre de su contrario. Que fuera una sorpresa y ya cuando le tuviera en frente buscaría la manera de enfrentarlo.

Se apartó un mechón de pelo rebelde de la cara y entró en el estadio que le habían indicado. El público ya estaba sentado, comiendo sus aperitivos y siendo igual de ruidoso que siempre. Sonrió para la audiencia, antes de olvidarse de ellos por completo. Su contrincante todavía no había aparecido, pero tenía otro problema entre manos.

¿Le habían dado un estadio de segunda mano? Le habían dado un estadio de segunda mano. Parecía quemado, olía a quemado y… -pasó el dedo por el árbol más cercano, manchándose de hollín y poniendo cara de incredulidad cuando cedió y se cayó cual largo era- estaba quemado. Quien fuera que hubiera luchado allí primero había dejado el lugar hecho unos zorros. El señor que había organizado el torneo se había tomado muchas molestias para que acudieran 'los mejores' y ¿no era capaz de proveerles escenarios resistentes? Bufó, menuda broma.

Avanzó hasta el centro y esperó con paciencia al hombre contra el que iba a combatir. No iba a negar que tenía cierta curiosidad por ver contra quién le tocaba esta vez, pero también había cautela en su mirada. Cualquier cosa podía suceder.


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Vie 3 Abr 2020 - 16:59}

- ¿Por qué demonios necesitas ponerte guantes de jardinería?

Dexter no respondió. ¿Acaso la respuesta no era obvia? A veces le irritaba que la gente no comprendiese que, para cualquier clase de tarea, siempre había que intentar ir lo mejor preparado posible dado que aquel día debía enfrentar a Lysbeth Ardian, y hasta la rosa más delicada tenía espinas. Y, a decir verdad, por lo que había visto en repeticiones de los combates previos la mujer había puesto en serios apuros a Arthur Silverwing, el enano iracundo que había hecho trampas para sacar su espada de la roca.

De todos modos los guantes solamente completaban el conjunto que había decidido ponerse aquel día: Delantal de cuero tintado de verde con un mensaje de "Kiss the cook" en el que parte de la segunda "o" se había borrado y parecía una "c", generando un mensaje tal vez algo inapropiado pero jocoso de todas formas; pantalones sintéticos antipinchazos; un jersey hortera que parecía parte del uniforme de cualquier jardinero y un sombrero de paja al más puro estilo de ama de casa sin nada mejor que hacer más que cuidar las gardenias de la tía Claudia. Y hablando de gardenias, tenía un carro lleno de flores, semillas, algunos esquejes y bastantes pimpollos. Además se había agenciado, para gozo y algarabía de todos, un pino de casi veinte metros de altura. El motivo de esto estaba, cómo no, en el puto pollo. Zane era incapaz de hacer nada sin terminar incendiando el escenario, y aunque parecía que iba madurando con el tiempo todavía era un cretino incapaz de entender que el fuego era peligroso. Arthur había intentado chamuscarlo, pero al menos solo a él. Y era algo que, en cierto modo, lo honraba. Aunque la mano todavía le escocía un poco.

Le costó encontrar la puerta. Aunque ya había combatido dos veces, en ambas había hecho su aparición por el aire de forma más o menos planificada. En esa ocasión, sin embargo, el hecho de ir cargado hasta los topes de organismos vivos delicados le hacía plantearse si la mejor opción era llegar en medio de un peligroso salto base. Pero afortunadamente logró entrar y se encontró con lo que esperaba: Un público ruidoso, en su mayoría haciendo comentarios entre bocado y bocado sobre el físico de su contrincante. Ella era morena y, a decir verdad, bastante atractiva, pero estaba allí por dos cosas: La primera, replantar un poco aquel escenario, y la segunda subir en la tabla de puntuaciones para poder, cuanto antes, hacer que Zane limpiase ese estropicio con la lengua.

- ¡Buenas! -saludó amistosamente agitando el pino con la mano-. En cinco minutos estoy contigo, pero si me ayudas terminaremos antes.

En el carro había un par de palas y tierra con sustrato, pero lo primero que hizo fue dar una potente patada al suelo para vaciarlo de ceniza y, con fuerza, clavó el árbol contra el suelo.

- ¡Uno menos!



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Vie 3 Abr 2020 - 18:50}

No tenía claro qué esperaba, pero desde luego no era eso. Al principio no le reconoció, sus ojos se quedaron clavados en el enorme sombrero de paja decorado con una cinta verde… a juego con el delantal. ¿Esa o se había borrado por su cuenta o por hacer la broma? Más importante, ¿por qué un delantal de cocinero? Por qué todo el conjunto, en realidad. Demonios, ¿le había tocado otro rarito? Ni siquiera había entrado solo, venía arrastrando un puñetero carro lleno de tierra y… palas. Dos, para ser exactos. ¿Tendría algún fetiche con la jardinería? Eso explicaría el delantal…

Su saludo le hizo salir por fin de la espiral de sospechas y desconfianza en la que se había caído de lleno. Primero se fijó en el pino que había agitado al saludarle. Después, en el resto de árboles que cargaba consigo como si nada. Por último, sus ojos se posaron en su cara y una terrible certeza se apoderó de ella en un segundo.

-¡Tú eres Dexter Black!

Enseguida apartó el dedo acusatorio con el que no había podido evitar señarlarle, un tanto avergonzada. Había oído rumores de que estaba vivo aquí y allá, pero no se esperaba encontrárselo cara a cara… en un torneo. Dio una patada al suelo y toda la ceniza, seguida de Lys, dieron un pequeño bote. La ceniza no osó volver, pero la pirata aterrizó sin mayores problemas que su incredulidad. Demonios, sí que le quedaba mal el modelito de jardinero. Quizá si no hubiera llevado ese sombrero se habría fijado en su cara al principio, en lugar de… bueno, de en todo lo demás. Era raro. Era muy raro. Por otro lado, al mirar a su alrededor entendió lo que pretendía. ¿Quizá él había luchado antes aquí? Tal vez por eso quería remediarlo, o tal vez había llegado antes que ella y decidido que no era un escenario lo bastante bueno. De cualquier manera, algo le decía que no iba a convencerle de dejarlo para después, así que se acercó a él. Tan solo esperaba que los árboles sobrevivieran al combate.

-Perdona, me has sorprendido. No he estado muy atenta a la tabla de concursantes. Pásame uno, por favor.

Nunca había levantado un pino a pulso antes, pero no podía ser tan difícil. Pescó al vuelo el que le lanzó y lo movió unos segundos sintiendo su peso, todavía un poco confusa. Se alejó un poco para que no molestase al primer pino; no tenía mucha mano con la jardinería, pero sabía lo justo como para entender que necesitaban su espacio para que las raíces pudieran crecer. En lugar de clavarlo como había hecho él, dio una patada al suelo haciendo un agujero perfecto para la planta. Lo colocó con cuidado y con ayuda de la pala y la tierra remató la faena.

-Sabes, monté un espectáculo de fuegos artificiales en tu ejecución – funeral. Creo que no te dio tiempo a verlos, pero fue bastante espectacular. Había mucha gente.

No tenía claro qué le había llevado a decir eso, pero supuso que era la persona idónea a quien contárselo. Al fin y al cabo, habían sido en su honor. Con todo, era probable que él no se acordase de ella; de todas formas, no sabía qué esperarse de un hombre con un delantal de jardinero. Repitió el proceso con un par de pinos más, hasta que no quedaron. Había incluido también un par de plantas diferentes, aunque no conocía sus nombres. Quedaban bonitas, en todo caso. Casi distraían de las quemaduras en las paredes. Casi. Aunque por suerte el público tenía algo más interesante en que fijarse. Lys clavó la pala en el suelo y se apoyó en ella, mirándole.

-¿Mejor así? No es que tenga prisa, pero ese sombrero te queda horrible y lo primero que voy a hacer es quitártelo.

No había nada de malo con un poquito de sinceridad.


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Vie 3 Abr 2020 - 21:24}

- ¿Lo soy? -preguntó de vuelta, lanzándole uno de los pimpollos. No debía pesar más de unos cincuenta o sesenta kilos, pero poder cazarlo en el aire sin dificultad demostraba una fuerza cuanto menos imponente. Además tenía una suerte de delicadeza impropia en una simple combatiente y un aroma que le resultaba extrañamente familiar, aunque no podía identificar de qué.

Ayudado por Lysbeth la tarea se hizo muy sencilla e incluso agradable. Ella le mencionó acerca de fuegos artificiales durante la ejecución, y aunque no los recordaba con claridad no disimuló su sonrisa al sentirse importante. Había muchas razones por las que uno podía haber querido estar en su "último suspiro", aunque no entendía por qué ella podría haber estado interesada. Desde luego no parecía marine, y si no había visto su ficha estaba claro que no se había alistado en la armada, lo que terminaba de despertar su interés. ¿Tal vez una admiradora de mucho tiempo atrás? ¿Una historia que no había terminado exactamente como debía? Quizá se estaba precipitando, pero no era tan reconocible a simple vista. Bueno, sí que lo era, pero con aquellas pintas no esperaba ser tan cantoso. O sí.

Porque Dexter no era precisamente una persona discreta. Podría, tal vez, haber pasado como un simple jardinero, de no ser porque llevaba el chaquetón del H.A.D.A. a la espalda, su armamento habitual al cinturón y Nadia a la espalda, creando una escena muy bizarra. Aunque por suerte a esa chiquilla lo único que le molestaba era el sombrero, lo cual, aprovechando que estaban -o eso se suponía- allí con el único fin de partirse la madre... ¿Era más caballeroso golpearla con todo o ser un poco más suave? Y, más importante, ¿debía ponérselo a ella? Demasiadas preguntas que no pensaba responder de ninguna otra forma que no fuese con sus golpes. O poniéndole el sombrero. No había muchas formas de poner eficientemente un sombrero a golpes, al fin y al cabo.

- Dame solo un momento -pidió-. Pronto estoy para ti.

Con el mismo movimiento que había inaugurado en la Aguja se arrancó los pantalones, emulándolo para deshacerse del jersey. La única diferencia entre el Ocaso del North Blue y aquel día era que, por lo menos, había tenido la decencia de llevar otro pantalón por debajo. Su torso, sin embargo, había quedado completamente al desnudo.

Llevó la mano a su espalda y tomó a Nadia lentamente, inclinando la cabeza para hacer saber a su rival que por él podían comenzar a luchar. Sin embargo, no se había quitado el delantal de jardinero -no quería romperlo-, aunque se preguntaba si estaba en un outlet no por ser mala calidad del estampado sino por estar mal estampado. Al fin y al cabo, el jardín no era una cocina. Bueno, en realidad todo era cocina, baño y cama mientras hubiese suficientes ganas o no los bastantes escrúpulos. Pero no quería pensar en las propiedades combustibles de una boñiga, así que giró el bastón sobre si mismo para tratar de levantar una nube de ceniza y se abalanzó en una carga no particularmente rápida cuya finalidad era golpear la cabeza de Lysbeth. No iba con demasiada fuerza, o por lo menos no con una fuerza que creyese la iba a tumbar de un golpe; quería saber cuánto podía aguantar, y a partir de ahí todo era cosa de sobrepasar ligeramente ese límite. Pero por el momento un sencillo golpe, al más puro estilo de Arribor Neus, era todo lo que necesitaba.

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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Vie 3 Abr 2020 - 22:17}

-Sabes, conozco un par de locales en Dark Dome en los que serías muy popular. Necesitarías otro tipo de cuero, por supuesto, pero creo que vas bien encaminado.

Al fin y al cabo, su técnica a la hora de quitarse la ropa no tenía nada que envidiar a la de algunos de sus conocidos por allí. Incluso había conseguido deshacerse de ese jersey tan cutre sin quitarse el delantal, pese a que no terminaba de entender el motivo. Ese cuero barato no iba a protegerle mucho, aunque por las historias que contaban tampoco lo necesitaba.

La verdad es que no estaba muy segura de poder ganar ese combate, al menos no en el sentido más puro de la frase. A nivel físico, era muy superior a ella. Cuánto exactamente, no lo tenía claro. Lo que sí sabía es que si con Arthur había necesitado quedarse a su espalda y cortarle maniobrabilidad, con Dexter ponerse cuerpo a cuerpo parecía una mala idea. Necesitaría alguna treta, porque con fuerza bruta no iba a conseguir nada. Pero estaba bien, tenían tiempo. Asintió a su vez, correspondiendo a su inclinación. Siempre apreciaba la buena educación.

Él inició el combate. Sacó de su espalda un precioso bastón de metal, con una cabeza de dragón en el extremo. A esa distancia no podía verlo con todo el detalle que le habría gustado, pero parecía una pieza exquisita, bien trabajada. La hizo girar sobre su cabeza y toda la ceniza que antes había levantado se convirtió en una nube alrededor de ambos. No le impedía ver del todo, pero desde luego le dificultaba la visión. Cogió aire, intentando respirar lo menos posible. No creía que fuera a tardar mucho en asentarse de nuevo, pero no tenía ganas de empezar a toser.

Se planteó echar a volar, pero parecía demasiado pronto como para tomar una medida así. Acababan de empezar y dado que todavía no estaba en el suelo intuía que él quería tantearla. Echó mano de sus sai y aunque a su alrededor todo era polvo vio la sombra que cargaba contra ella. Aguardó sin moverse del sitio, plantando firmemente sus pies en la tierra. No iba a darle el gusto de retroceder ni un solo paso a la primera. Interpuso sus armas sobre su cabeza quizá algo más tarde de lo que habría sido óptimo. El bastón le golpeó y los sai resbalaron por la falta de un filo al que aferrarse, pero haciendo fuerza hacia arriba había conseguido reducir el impacto. Quizá le saliera un chichón a la mañana siguiente, eso sí. Hizo una mueca, sin embargo, seguida de una pequeña sonrisa.

-Auch.

Acto seguido, con un movimiento de manos bastante calculado, traspasó un sai a la otra mano, manteniendo ambos contra el bastón para agarrar un cuchillo de su liga derecha y lanzárselo directamente al sombrero. A no ser que lo interceptara, atravesaría la paja y se lo llevaría consigo hasta clavarse en uno de los árboles que todavía estaban allí cuando ellos habían llegado.

-Te dije que no te quedaba bien.- Le diría, de conseguirlo.

Se dio cuenta de que tenía otro árbol justo a su espalda. Todavía con una pequeña sonrisa en los labios, daría una patada en el suelo para impulsarse hacia arriba y hacia atrás, acabando en una rama de un salto. Este era de los que acababan de plantar, por desgracia. Otro salto y otra patada, sin embargo, lograrían hacer caer el pino derechito a la cabeza de Dexter, con ella montada tranquilamente en el tronco.

-¡Prometo replantarlo luego!


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Sáb 4 Abr 2020 - 2:51}

¿Sais? ¿Quién utilizaba sais para combatir? Eran poco prácticos, poco más que un picahielos con ínfulas de grandeza y la habilidad que requerían era mucha en comparación al servicio que daban. Dexter no era experto en armas, aunque sí había aprendido a utilizar un par durante años de entrenamiento en su isla natal y los mini tridentes eran su sexta arma más odiada detrás de los nunchakus, tonfas, bidentes, patitos de goma y cadenas armadas; y era a raíz de ese entrenamiento que sabía el mérito que tenía, aunque fuese de manera ineficiente, frenar un bastón de combate con aquello. "Nada mal".

Lo que no había esperado era que la señora se sacase cuchillos de la liga y le lanzase uno a la cabeza, pero lejos de apuntar a su frente se encargó de robarle el sombrero. ¿De verdad iba a desperdiciar su oportunidad en eso? Y más importante, ¿iba él a intentar recuperarlo? Bueno, la duda ofendía. La cuestión fue que calculó algo mal y en lugar de acabar con el mango del cuchillo entre los dedos acabó con la punta clavada en la yema de su dedo índice. No era que le doliese más que la picadura de un mosquito, y en cuanto se lo quitó la herida comenzó a cerrarse rápidamente en lo que se ponía de vuelta el sombrero. Lo que, sin embargo, lo distrajo de lo que estaba a punto de pasar. Y pasó.

Hay quien dice que un traumatismo craneoencefálico es peligroso, y en aquella ocasión letal. Allí yacía, tirado en medio de la arena, muerto sobre las cenizas que otros habían dejado, totalmente derrotado. Y en el medio del árbol estaba Dexter, todavía intentando colocarse el sombrero.

Debía reconocerlo, aquello le había dolido. No tanto por el impacto como por el ruido explosivo y lacerante que provocó su rotura instantánea. De hecho su oído sangraba levemente, aunque no le prestó demasiada atención a eso. Lo que más le molestaba... ¡No! Lo que más le dolía de todo era que Lysbeth se hubiese tomado tantas molestias junto a él de plantar todo aquello para, al final, tirárselo encima sin ningún tipo de vergüenza. ¿Es que no pensaba en lo delicados que eran aquellos árboles? La falta de respeto por la naturaleza y, sobre todo, por el trabajo que acababan de hacer era insultante. Y lo iba a pagar.

- ¿A ti esto te parece bien? -le preguntó. O más bien la increpó. ¿Cómo demonios se le ocurría? ¿En qué estaba pensando?-. ¿Tienes idea de cuántos años tenía este árbol?

Desde luego él tampoco, pero tenía bastante claro que no crecían precisamente deprisa. De hecho, se suponía que contando los anillos podría saberlo; sin embargo la rotura irregular hacía casi imposible esa lectura. En cualquier caso, lo que acababa de hacer Lysbeth podía casi ser comparado con un asesinato... Bueno, no exactamente con un asesinato, pero no había motivo para hacer eso. ¡Era esa actitud irresponsable la que le achacaba a Zane! Los jóvenes -y era consciente de que a lo sumo les sacaba diez años- no parecían tener nada en la cabeza.

Golpeó con fuerza el suelo, quebrándolo con tanta fuerza que se redujo a poco más que polvo. Ceniza y grava, algunas astillas que habían restallado con el colapso del suelo... Todo ello proyectiles que empezaban a volar en una corriente de viento que poco a poco aceleraba hasta que, con un fuerte movimiento del brazo, le lanzó aquella marea a ella. No era un ataque muy elaborado, pero el de verdad estaba por llegar. Simplemente, todavía no.

- Por cierto, ahora el cuchillo es mío.

Efectivamente, no había retirado el cuchillo del sombrero. La punta le rascaba un poco en la nuca, pero era en parte un cosquilleo agradable. Bueno, todo lo agradable que era un cuchillo en la nuca, claro. Pero al menos era gracioso. Más o menos.



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Sáb 4 Abr 2020 - 13:34}

De entre todas las posibilidades, que su cabeza fuera más dura que el árbol era una que ni siquiera había considerado. Y, sin embargo, allí yacía el pobre pino, agujereado en el medio con un Dexter bastante cabreado sobresaliendo de la madera. Pensándolo bien, quizá deberían haber combatido antes de ponerse a plantar. Si tanto le importaban, al fin y al cabo quizá no había escogido el mejor de los momentos para recolocarlos. Si no eran ellos, estaba segura de que la siguiente pareja de combatientes los echaría a perder.

-No te preocupes, cuando gane este torneo colocaré un precioso jardín lleno de pinos, flores y hierba justo aquí.

Un poco de bravuconería, dicha con confianza pero sin verdadera intención más allá de tomarle el pelo. Si de verdad ganaba se tomaría la molestia de cumplir su palabra, pero de momento… tenía otros problemas. Su broma no parecía haberle gustado y de un golpe se había cargado el suelo. Lys saltó en el aire, subiéndose de nuevo al árbol roto. Frente a ella, todos los escombros, restos y partículas que había estaban girando en una corriente de viento que decididamente no era natural. La estaba creando él, por supuesto, y había decidido que lanzársela a la cara era una buena idea.

Ni corta ni perezosa, creó un muro de energía para interceptar la nube de proyectiles voladores. Solo eran astillas y cachos de suelo, pero no tenía por qué lidiar con ello. Y… todavía llevaba ese horrible sombrero. Demonios. Sonriendo, se subió un poco la falda ante sus palabras, lo justo para enseñarle que seguía yendo bien armada sin mostrarle nada innecesario.

-Tranquilo, hay más de dónde ha salido ese. De momento, tienes razón. Este árbol se merece algo mejor, un final apropiado. Un funeral guerrero irá a pedir de boca.

Agachándose, cogió una astilla y la pasó a lo largo de su brazo, prendiéndole fuego. La lanzó al tronco, a sabiendas de que no era suficiente para hacer que se cubriera de llamas de un momento a otro. Sin embargo… el fuego infernal sí lo era. Invocó la llama tan pronto la astilla incendiada tocó la madera, haciendo que pareciera que era la causa. Todavía estaba sobre él, pero empezaba a ser hora de subir el nivel. Saltó en el aire, pasando a su forma completa. De una patada, lanzó el árbol en llamas al estómago de Dexter.

-Así podremos decir que falleció en acto de servicio.

Aguardó aleteando calmadamente a un par de metros por encima de él, todavía cara a cara. No creía que el árbol fuera a hacerle perder el equilibro, pero igual prendía su propia mecha y empezaba a motivarlo.





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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Sáb 4 Abr 2020 - 14:43}

Si Dexter se había caracterizado siempre por algo era por ser inamovible. Su voluntad, inquebrantable, y su cuerpo, ingobernable, siempre se habían negado a retroceder si con ello no ganaba algo. Cada nuevo golpe del destino era una oportunidad para contraatacar, cada nuevo intento de su rival de tomarlo por sorpresa un simple traspiés con el que no resultaba extremadamente difícil batallar. A veces sentía ganas de rendirse, de dejarlo todo atrás, claro que sí; pero ahí seguía, al pie del cañón, replantando unos árboles para embellecer un páramo aun conociendo el demasiado real peligro que iban a correr. Su inocencia, muchas veces, podía resultar un error fatal.

La lluvia de astillas no pareció ser un problema. La ceniza, la grava y la escoria tampoco debieron serlo. Lysbeth parecía ágil, pero del mismo modo demostraba tener una serie de trucos bajo la manga que resultaban casi adorables. Un muro de energía, el sutil juego de seducción pretendiendo hacerle mirar -o intentarlo- bajo su falda, un fuego antinatural que prendió de inmediato la corteza del tronco... Tenía esa suerte de locura que solía atraerlo irrefrenablemente, aunque no iba a contenerse solo porque fuese una niña mala. De hecho, lo más lógico sería castigarla por aquella actitud irresponsable más propia de Zane que de un adulto. Aunque, tal vez, cuando todo terminase y la obligase a replantar uno a uno todos los árboles que faltaban en esa arena -después, lógicamente, de hacer barrer a Zane con la lengua toda esa ceniza- podría invitarla a tomar algo. Otra vez.

Porque si bien había logrado ocultarse de su vista y Dexter no había reparado tanto como debía en detalles como su olor o su presencia en la ejecución, hubo algo que hizo a todas las piezas encajar de la forma más natural posible. El aroma embriagador de su cuerpo lo había conocido bien años atrás, y aunque casi perdido en su memoria allí seguía, intenso. Había enviado una carta a alguien que no había aparecido, pero en su lugar una poderosa mujer-demonio había detonado fuegos artificiales para él. No llevaba la espada encima, claro, pero había sentido aquella cola puntiaguda recorrer su espalda y entrelazarse con la suya; delgada y estilizada, rodeando sus escamas... "Te he encontrado".

No dijo nada, tampoco tuvo mucho tiempo. Había presenciado aquella cola durante apenas unas milésimas de segundo antes de que, de una patada, la desaparecida y presuntamente finada Aki D. Arlia patease un tronco contra él. Reaccionó deprisay se cubrió con el brazo izquierdo mientras desplegaba las alas perpendiculares a sus hombros y la guja oculta en Rubí se interponía entre le tronco y él.

Las irregularidades de la madera le hicieron algún que otro raspón en la piel, quizá una herida que sangraba más de lo que debía, pero en general la fuerza imprimada en aquel golpe había hecho que el árbol se partiese en dos como como una hoja de papel, abriéndose en v y pasando por sus lados. Podría simplemente haberlo dejado pasar, haber consentido que ambas partes siguiesen su ruta, pero cuando calculó habían recorrido suficiente distancia clavó la garra de sus alas en el tronco y las cerró frente a él para atrapar a Lysbeth en una pinza de madera tan fuerte que hizo implosionar el tronco según chocó consigo mismo. Las llamas probablemente, igual que a Arthur, no le hiciesen nada, pero saber quién era le daba una idea aproximada de qué podía esperar de ella. Por lo que, en realidad, su ofensiva no iba a terminar ahí.

Saltó con suma fuerza contra ella, batiendo las alas para ganar mayor velocidad, tratando de alcanzarla para, de un poderoso cañonazo con la mano derecha -porque hasta donde sabía Aki no se curaba tan deprisa, así que lo ideal era no arruinar sus próximos combates- pero, dado que sería una falta de respeto no darle lo mejor liberó toda la energía eléctrica de Zafiro contra ella, pretendiendo dejarla total y completamente paralizada, tal vez inconsciente. Él también quería ganar, al fin y al cabo, pero no eran monstruos, ¿verdad?

Si resistía el impacto tenía la sensación de que le daba una cierta ventaja por... Bueno, sus alas eran pequeñas, lo que implicaba una mayor maniobrabilidad. Pero en cualquier caso no iba a estar matando árboles para darle caza a la pelirroja, y si bien ella podía moverse mejor seguramente él tuviese una velocidad explosiva mayor. Trato justo.



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Sáb 4 Abr 2020 - 20:49}

Vaya, no era la única que tenía alas. Por supuesto, conocía su akuma, pero que ella recordara nunca le había visto de otra forma que no fuera humano. Eran bastante más grandes que las suyas y de un azul simplemente precioso. Quizá un combate aéreo fuera más adecuado para ambos. Estarían lejos de los árboles, para empezar, y el conteo de víctimas se quedaría en el pobre pino que le había lanzado.

Nuevamente, el tronco no aguantó su tet a tet con Dexter. Definitivamente tenía que dejar de lanzarle cosas tan frágiles. ¿Tendría su casa hecha a prueba de bombas o algo? Que si este señor tropezaba se rompía la pared en vez de él. Más le valía no ser torpe, aunque algo le decía que eso no era un problema. Había partido el árbol llameante en dos con total facilidad, pero en cuanto se fijó vio que llevaba una hoja oculta en el brazo. Joyería de utilidad, qué elegancia. Soltó un pequeño silbido de admiración, pero en seguida se vio interrumpida.

Había quedado atrapada con su propio tronco. Apretaba más y más, hasta que se vio obligada a alargar el filo de sus sai con energía para poder cortar la madera y apartarse antes de que terminara de aplastarla. Jadeaba un poco, pero seguía alerta. Y menos mal, porque saltó a por ella. Apenas le dio tiempo a interceptar uno de sus sai, creyendo que iba a intentar pegarle o darle con la aguja. Sin embargo, no ocurrió ninguna de esas cosas. El brazalete que llevaba brilló por un instante y al siguiente, una cantidad absurda de electricidad se dirigía hacia ella. Otra joya práctica. Eso confirmaba su teoría de que no podías fiarte de los hombres con buen gusto. Siempre tenían un as bajo la manga de impecable corte.

Sus ojos se abrieron con sorpresa, pero su arma actuó sin perder el ritmo, atrayéndola toda para sí. Apretó los dientes, recomponiéndose. No creía haber manejado nunca una cantidad tal de electricidad. Cruzó un sai con otro, para paliar la carga en sus muñecas y recobrar el equilibrio. Bien. Estaba aguantando. Mirándole a los ojos se reposicionó, volviendo a colocarse recta. Aguantó, apretando los mangos de los sai todo lo que podía, hasta que la corriente cesó. Las chispas volaban.

Dio un solo aleteo hacia atrás y elevó los sai, apuntándole al pecho, a su lado derecho. Dejó ir la corriente, sin poder aguantarla más. Salió disparada hacia él desde la punta de ambos sai. Cuando acabó, humeaban. Los guardó en su funda y aprovechó la distancia que había entre ellos para hacerse una coleta, quitándose los mechones rebeldes de la cara.

-Lo siento, pero… no te lo voy a poner fácil.

Sonrió y regresó a tierra firme. Ni corta ni perezosa, comenzó a bailar en medio del estadio, sin perderle de vista. No había música, pero no era necesaria. Todo el público la miraba a ella, se había asegurado. Y en cuanto sus ojos se encontraron con los de Dexter, le tiró un beso al aire. En el acto, una columna de fuego nació justo debajo de donde él se encontraba, elevándose hasta a 8 metros de altura. Ningún árbol había sufrido en el proceso, por descontado. No había necesidad de provocarle más… de momento.


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Dom 5 Abr 2020 - 2:50}

En cierto modo no podía enfadarse con ella sabiendo quién era. Compartían un pasado, y aunque efímero, en cierto modo lo había marcado. Horas, tal vez días en los que solo habían existido ellos, ambos plenamente conscientes de que aquello no duraría, pero los dos deseando que el momento se extendiese por más tiempo. Pensar en ello lo ponía un poco ñoño, aunque no sabía si realmente lo había sentido así o era el poder de Aki jugándole una mala pasada; al fin y al cabo, conocerla implicaba que le había cogido cariño, pero también sabía que tenía unas habilidades cuanto menos inquietantes. Afortunadamente era capaz de enfrentarla, así que asumió que todavía no estaba haciendo nada contra él. Al menos, nada muy grave.

Aunque sí que se sentía un poco atontado de pronto por reconocerla. Su corazón latía con fuerza, casi violentamente, como si de repente no supiese qué hacer frente a ella; jamás había esperado volver a verla, mucho menos tan cambiada. Seguía poseyendo aquella antinatural aura de misterio que lo había atraído; la misma sonrisa pícara, los mismos ojos de mala. Había cosas que nunca cambiarían, por mucho que el fuego de su cabellera se hubiese apagado hasta ser hierro negro. La misma chica que le había pedido un favor y había entrado en su cueva... ¿No empezaba a hacer un poco de calor allí?

Apenas sí se fijó, obnubilado como estaba, en que su rayo había sido prácticamente disipado por los sais de Aki. ¿Todo el mundo era capaz de disipar sus rayos? De pronto se sentía mal por no haber hecho lo mismo con Arthur, el pequeñín podría haber sido la única persona a la que potencialmente le haría algo con Zafiro. Pero no importaba, porque tras tanto tiempo sin verla incluso cruzársela era agradable... De verdad, ¿qué estaba pasando?

- Oye, cuando te recuperes de la paliza podría invitarte a cen... -Necesitó interrumpirse. No había cambiado nada, aunque pretendiera haberlo hecho. Ya se habían enfrentado hacía años en Dressrosa y utilizaba... Ah, no, que eso había sido Byakuro. ¿Por qué utilizaba técnicas propias de Byakuro?

En cualquier caso no quería pensar en el ilusionista. Los años pasaban, sí, pero su muerte a manos de Derian seguían doliendo. Concentró ese dolor en una descarga de su Haki del rey, tan potente que frenó casi por completo la columna de fuego que Aki había invocado bajo él. Casi, porque como era habitual, toda su ropa prendió en llamas y acabó, como siempre, en ropa interior. Como de costumbre, y pese a que había comprado ropa ignífuga, lo único no ignífugo de su ropa -sí, el delantal- era lo poco que había resistido junto a su cinturón.

- Ahora sí que estoy para uno de tus locales en Dark Dome, cariño. -Le guiñó un ojo mientras alzaba ambas manos en un gesto ligeramente... ¿Heroico? ¿Estúpido? La verdad es que aquella clase de espectáculo vanidoso no era lo suyo, aunque el largo bastón de combate terminaba de enunciar una alegoría que no sabía si quería proclamar a los cuatro vientos. No obstante, parecía que tras él el público, por la extraña ovación que le dedicó, había visto la corona del príncipe.

Bueno, el fuego evidentemente no le haría nada y que resistiera el rayo había sido una sorpresa, pero había una clase de energía mágica a la que nadie era inmune por mucho que pudiera soñarlo, un poder más allá de toda lógica y discusión: Un puñetazo en el estómago.

Sin embargo no era eso lo que iba a hacer. No del todo, por lo menos. Comenzó a agarrar mechones de viento que hiló por un momento. Podía hacerlo de formas más sencillas, pero asegurarse de hacerlo así le permitía parecer un cretino y hacerlo de forma prácticamente indetectable. Sobre todo lo segundo, esperaba. Hiló unos veinte, lo suficientemente tensos como para cortar cosas no muy duras -como ropa, por ejemplo- que ondeó con fuerza para intentar atrapar al demonio entre ellos -puede que con cierta aviesa intención- y se abalanzó sobre ella recogiendo la guja. El objetivo era claro, apresar su cuello para dejarla inconsciente sin incidentes más allá de tal vez hacer que se le viese un poco más de escote. Pero eso no hacía daño a nadie, ¿verdad?



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Dom 5 Abr 2020 - 20:35}

-Primero dame esa paliza, si puedes, y discutiremos lo de la cena.

Quizá no fuera la mejor de las ideas a corto plazo, pero con un chasquido de dedos alteró su aura para que sus poderes de súcubo dejasen de actuar sobre él. Tenía dos motivos para esto. El primero, que si estando completamente fresco se animaba a terminar esa frase tendría una cena gratis. Podía inducirle a ello, claro, pero por experiencia sabía que esas cenas artificiales solían ser incómodas. La segunda… ganarse su confianza, por supuesto. No era rival para él físicamente, así que tendría que jugar a ser la miel más dulce. Y cuanto más le cayera de golpe… más efecto haría.

De momento era un juego de paciencia. Un toma y daka que se iba acelerando por momentos. Se rio por lo bajo al ver la pose que ponía mientras su ropa era completamente incinerada. Le decepcionaba un poco ver que su fuego no le hacía nada, pero tampoco se lo había hecho a Arthur. No era el fin del mundo, continuaría acotando el cerco.

-No son míos, pero si prometes subirte yo te compro una barra encantada.

Menuda imagen. Solo el delantal había quedado entero, y no del todo. Las letras de delante salido corriendo por patas, casi todas al menos. Lo peor es que las pocas que quedaban deletreaban de forma algo chamuscada pero bastante clara: 'The cock'. ¿Adecuado? Quién sabe. Por lo visto el grupo de abuelitas de la tercera fila, que estaban gritando ellas solas más que el resto de las gradas. Habían contemplado la cola del dragón, no había duda. Seguro que era la mejor excursión que habían tenido en meses.

Se puso en guardia cuando le vio mover las manos, pero no fue capaz de prever lo que hizo. De un momento a otro se vio atrapada entre algo invisible, pero para nada inofensivo. Podía mover las manos, pero no los brazos, ni el torso. Su torso… ¿cómo le había cortado la camiseta? Dios mío, le había dejado un escote feísimo. Deshilachado, encima. Fuera lo que fuera que había usado, necesitaba un repaso.

Vio cómo se abalanzaba hacia ella y lo único que se le ocurrió fue levantar las piernas de inmediato, todo lo que pudo. Enseguida, su tobillo quedó apresado entre los dedos de Dexter, a la altura de su cuello. Tragó saliva y bajó el otro pie con toda la fuerza posible para darle en la cabeza.

-La próxima vez que vayas a cortar tela usa unas tijeras, pervertido.- le susurró medio en broma medio en serio.- Ahora voy a tener que tirarla en cuanto me sueltes.

En realidad, no le molestaba lo más mínimo. Si había que pelear en ropa interior se peleaba, pero no iba a ir por ahí con ese escote mal cortado. Se tomaba en serio su aspecto, muchas gracias. De todas formas, había prioridades. No tenía mucho margen de actuación y seguía sin estar segura de qué la estaba reteniendo, pero él estaba lo bastante cerca como para que no necesitase demasiada puntería.

Con la mano derecha, generó un rayo algo ancho de energía demoníaca, con suficiente potencia como para atravesar una pequeña casita de campo y lo dirigió con firmeza a la muñeca de la mano que la estaba sujetando.

-¿Ves? Te dije que te daría una barra.


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Lun 6 Abr 2020 - 0:35}

- ¿Me lo prometes?

Vale, repasando los hechos, tal vez lanzarse contra ella completamente desnudo y agarrarla del cuello podía parecer algo malinterpretable, aunque no le terminaba de parecer bien que el público abucheara de aquella manera. ¡No iba a acostarse con ella allí! Mucho menos en contra de su voluntad, no era un monstruo. No es que le hubiese importado hacerlo ahí y en ese mismo instante, pero había unas reglas de decoro que, si bien no comprendía del todo, prefería no estirar demasiado; podían echarle del torneo. Además, por algún motivo agarrar su cuello había hecho que el calentón se le pasase. El príncipe tardaría en darse cuenta, pero podía lidiar con ello.

Aunque el mayor problema, quizás, de sufrir una erección delante de una chica cuya lengua estaba, si cabe, más afilada que sus cuchillos, era que no sabía si su comentario iba por el rayo de energía violácea que le lanzaba o por... Bueno, por su erección. Lo único que estaba claro era que podía soportar el dolor y mantener el agarre, pero su piel estaba empezando a sufrir los daños y no le apetecía acabar con una extremidad mutilada tan pronto. Aun pudiendo más o menos con facilidad recuperarla en un tiempo relativamente corto podía llegar a necesitarla como para, por ejemplo, asfixiarla más. Así que apartó la mano tan rápido como pudo, aunque su mano había quedado algo macilenta y con un aspecto algo asqueroso.

- Estoy servido, gracias. -Giró en su mano libre el bastón, pero le guiñó un ojo con cierta picardía, la picardía que recordaba de su mirada traviesa.

Dio un salto hacia atrás, lo bastante fuerte como para exigir más riego en sus piernas y menos en su... Bueno, ahí. La visión, dado que el delantal voló un poco, fue efímera pero bastante instructiva, y Dexter cayó en que tal vez debería haberse tomado la molestia de crear ropa ilusoria para seguir el combate. No obstante, ¿para qué? No sacaba ninguna rentabilidad de ello, y si bien vacilar a Arthur con la censura de su miembro había sido divertido, una vez mostrado al mundo que definitivamente estaba de vuelta -algunos dirían que más vivo que nunca- no tenía sentido ocultarse más.

- Entonces, repasemos -dijo, llevándose un dedo negro a la cara, tapando su nariz. La verdad es que escocía a horrores, pero no lo dejó entrever-. Fuego, un rayo de la muerte, alas y una cola sospechosa. ¿Algo más que deba saber? Porque nunca he pasado la noche con un demonio y no me gustaría despertar sin cejas.

En realidad sí había pasado la noche con un demonio. Con ese demonio. Pero ya no era el mismo, al menos que ella supiese. Y si ella no sabía quién era, Aki no existía. Sin embargo, seguro que podían repetir una noche como la de hacía dos años y hacerla igual de única. Aunque esa vez, sinceramente, se negaba en rotundo a cocinar él.

Muy lentamente fue batiendo el brazo en remolinos, al principio con suaves giros de muñeca y luego casi dando fuertes latigazos hasta que se envolvió en un tornado de ceniza que, cuando fue lo bastante intenso, liberó. No contra ella, claro, pero sí alrededor de ambos para formar un círculo perfecto en el que Lysbeth era el centro.

Como si se tratase de un reloj y Dexter las doce, once ilusiones exactas a sí mismo como si las doce horas fuesen. Todos comenzaron a imitar sus movimientos y en todos se formó el brazo adamantino, una fuerte cobertura de joyas alrededor de sus brazos derechos, aún en la cara. También todos apuntaron con su propia Nadia hacia Aki, sabiendo una cosa en la que antes, por estar tal vez demasiado caliente, no había caído.

- Son tus sais, ¿verdad? -preguntó, casi más para sí mismo, desde todas y cada una de sus ilusiones-. Necesitas interponerlos entre el rayo y tú para que hagan efecto, ¿no? Sería una pena que fuese desde todas partes ahora... ¿Qué elegirás?

Los doce descargaron un rayo tan potente que podría haber acabado casi con las propias puertas de la justicia, pero todas eran una ilusión. Una brillante luz cegadora, un estruendo, y de uno en uno como en un reloj los once cargaron con el puño en alto, a una velocidad absurda -pero no mucho- buscando golpear en distintos puntos de su cuerpo: hombros, espalda, estómago, brazos, riñones... Pero las doce seguía siendo Dexter, y Dexter sí cargó a una velocidad muy absurda, tanto que sus ilusiones parecían lentas a su lado, buscando de nuevo el cuello. Aquella vez no para agarrarla, sino para atraparla con la parte interior del codo y tirarse con ella, dándole muy fuerte contra el muro más cercano. Pero no de forma sexual, solo extremadamente dolorosa y violenta. Era un combate, ¿qué se podía esperar si no?



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Lun 6 Abr 2020 - 15:24}

-¿Qué si ceno contigo o que si me quito la camiseta?

El súcubo sonrió, clavando su mirada en Dexter sin desviar el rayo de su muñeca. Se volvía más negra por segundos y al final reculó, apartándola y dejándola libre como un pajarillo. Se apresuró a revolotear fuera de su alcance, todavía con una sonrisa de oreja a oreja. Él tenía más fuerza, pero ella era más escurridiza y eso no tenía pinta de ir a cambiar.

Sus ojos se desviaron mientras le seguía con la mirada, clavándose por un instante en aquello que reclamaba testarudo atención por parte de su dueño. La sonrisa de Lys se afiló, pero no dio más muestra de haberlo visto. Sin embargo, como siempre, esas cosas le alimentaban el ego. En cuanto a su pregunta… cosas. Muchas cosas. Unas cuantas, al menos. Tenía todavía varias cartas sin mostrar, ases que se agazapaban tras sus mangas. Mangas que, ahora que reparaba, tenía que quitarse urgentemente. Ni corta ni perezosa, se deshizo de su parte de arriba con un fluido movimiento, ignorando con una pequeña sonrisa la ovación del público que le siguió. Se colocó la tela al hombro y avisó a su rival con una mano en la cadera:

-No deberías darme ideas, seguro que estarías desternillante si te quito una ceja.

Atendió en silencio, bastante impresionada, a cómo formaba un remolino con la ceniza que les rodeaba. Si lo hubiera lanzado contra ella le habría pillado desprevenida, pero para su sorpresa tan solo les rodeó. Sin embargo, no era más que el principio. Una a una, once copias de Dexter fueron surgiendo a su alrededor. Lys los siguió con la mirada, sin perder nota de dónde estaba el original. En silencio, dio un paso adelante a la vez que le imitaba, haciendo aparecer 4 clones de ella, uno a cada lado de sí misma, uno delante y uno detrás. La ropa que vestían y que ahora también ella llevaba puesta… había hecho que surgiera a raíz de los gustos de Dexter y se tomó un momento para examinarla. Los clones imitaron sus movimientos en perfecta sincronía, dedicando un pequeño silbido de admiración al corsé y las correas de cuero que les recorrían, una pequeña y deliciosa lencería inspirada en el movimiento steampunk.

-Vaya, este es nuevo. Creo que me esperaba una marine, pero me gusta tu estilo. Mucho más elegante.

Asintió cuando preguntó por los sai, confirmándoselo. Se apresuró a sacarlos… y agacharse nada más oír la última parte. No podía defenderse de todos, pero sí interponer su arma en el punto en el que se cruzaban. Aguardó, vio la luz y se preparó para soportar el impacto… que nunca llegó. Instantes después, la primera de las copias descargó un puñetazo en el estómago de Lys… o más bien de su clon, que estaba en el medio. Como una estampida, uno tras otro todos se abalanzaron sobre ella. La peor parte se la llevaron las copias y aunque se había apresurado a protegerse con haki de armadura, eso no amortiguó del todo el impacto. Como si fuera una pelota de ping pong se vio arrastrada de una copia a otra, chocándose contra todas sin poder detenerse. Apretó los dientes, pero cuando el último Dexter – el único real - cargó contra ella, no pudo evitar un jadeo de dolor. Se había llevado por delante a las tres Lys que estaban en fila recta, ahora pegadas una contra otra sin remedio. Atravesaron varios metros por el campo hasta aterrizar contra el muro más cercano. La verdadera Lys gruñó desde debajo de su copia, completamente magullada de arriba abajo. Hizo desaparecer a la que tenía debajo de ella, para conseguir un poco de espacio y escabullirse de tan escabrosa situación. Tenía varios moratones de color azulado que contrastaban con su piel blanca y la primera vez que se puso en pie trastabilló hacia atrás, pero en cuanto pudo ponerse en pie pareció recuperar el control de sí misma.

Se tomó un momento antes de apartarse para volver a encontrarse con los ojos azules de Dexter, sonriéndole esta vez con total naturalidad, sin ningún rastro de bravuconería u orgullo. Era francamente bonita.

-De acuerdo. Sea pues.

Casi con solemnidad, hizo aparecer dos orbes oscuros que lanzó al suelo justo delante de Dexter, creando una enorme polvareda de ceniza.

Mientras el polvo se asentaba, hizo desaparecer a sus magullados clones, dejándole los brazos vacíos, y los sustituyó por tres más. Esta vez fueron las copias las que imitaron su atuendo y no al revés. Disfrazó su aura hábilmente para pasar desapercibida como si fuera una de las chicas en el público y se apresuró a correr junto al resto de Lys, cada una ocultándose en un árbol diferente. Tras el tronco, en una rama, todas se escondieron. Ella misma había escogido uno de los pobres robles chamuscados que ya había cuando ambos llegaron y el hollín le estaba manchando la espalda. Se soltó caer la coleta, consciente de lo que venía a continuación. Se lo había ganado, al fin y al cabo. Iba a tener que hacerle comer de su mano.

-Ven y encuéntrame, si te atreves.

Todas las Lys hablaron a la una, preparadas. Escogiera a la que escogiera, en cuanto le tuviera cara a cara aumentaría su deseo por ella todo lo que podía y caminaría hacia él con total tranquilidad.


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Lun 6 Abr 2020 - 21:14}

- ¿Por qué no ambas? -preguntó, divertido. Lys podía tener el don de la palabra, pero él siempre sabía con qué pregunta responder. Lo que no sabía, o más bien no entendía del todo bien, era cómo o por qué... Ah, claro. Fetiches.

Dexter nunca se lo había confesado a nadie, pero como a cualquier ingeniero con un mínimo interés sexual el steampunk le atraía. No le gustaban en general los uniformes de policía, enfermera o asistenta que se vendían en tiendas especializadas, pero el descaro sucinto de la moda victoriana y el metal aunaban grandes pasiones que el dragón profesaba: Ciencia, erotismo y, por supuesto, un poco de misterio porque, a fin de cuentas, ¿qué misterios podían ocultar todas aquellas prótesis de bronce y acero? Aunque por suerte o por desgracia los clones de Lys eran -o parecían- completamente orgánicos. Lo cual, a su forma de ver una vez se estampó contra el muro, había sido una gran suerte. Aquellos pechos le habían evitado un golpe que podría haber sido mortal.

No como él, que se había estampado a una velocidad estúpida contra un muro lo bastante fuerte como para contener el impacto. La grada entera retumbó, Dexter se hundió unos diez centímetros en el hormigón y pudo escuchar cómo una vieja gritaba, a lo lejos, un vibrante "ni mi Marshall me dejaba así". Se preguntó si todas las mujeres del público habían pasado por lo mismo, aunque el olor almibarado y salado que inundó sus oídos le hizo entender que no solo las mujeres habían disfrutado con aquella acometida. O Aki había hecho algo muy poderoso y él no se había dado cuenta o debía dar las gracias a su propio Haki de seguir con vida. Aunque notaba una contractura en el cuello.

Aki se escabulló desvaneciendo a sus clones y para distraerlo -algo innecesario dado que su brazo estaba atascado, aunque entendía la precaución- lanzó dos esferas de la misma energía que había dejado su mano herida contra el suelo, levantando una nube de polvo. Cerró los ojos mientras golpeaba con cortos y poderosos puñetazos la grada, haciendo de nuevo vibrar si no toda el cuarto frente al que se encontraba, tal vez para goce de muchos, pero a él lo único que le interesaba era hacer más grande ese agujero para, por fin, ser capaz de salir con un clamoroso tirón que agrietó totalmente el frontal del muro. Sabía, por sus conocimientos del tema, que estaba a una meada demasiado potente de caerse con todo.

Hizo gestos al público tratando de avisarles para que evacuasen la zona; no podía garantizar su seguridad y tampoco estaba seguro de que Aki fuese a ser consciente del peligro en que ponían a toda esa gente. Pero, a fin de cuentas, mejor prevenir que curar. Se dio la vuelta.

- Buena idea -reconoció, al ver cuatro Lysbeths en sujetador huir hacia el bosque quemado. Obviamente eso era una trampa, pero le seguiría el juego-, pero se te ha pasado por alto un detalle...

Aki había sufrido golpes. No solo eso, la ceniza y el polvo de los escombros la habían manchado. No mucho, pero lo suficiente como para hacerla fácil de distinguir del resto. Su olor, además... Inspiró profundamente. Adrenalina, calor en las partes más amoratadas, una respiración levemente más irregular y aunque su movimiento no había empezado a verse afectado, estaba seguro de que estaba cansada. En cierto modo lo sabía porque él, aunque tenía fondo suficiente para aguantar una lucha larga y al desgaste no estaba acostumbrado al combate acrobático que casi le estaba forzando el pequeño demonio. Pero aun así, a ambos les quedaba todavía mucho fuelle, y en cualquier caso, la tenía detectada.

Una vez centrado en una la localizó con su Haki. Todas sus presencias eran iguales, no en vano eran el mismo ser, pero Dexter había aprendido mucho tiempo atrás a mantener la atención sobre una concreta, como quien intenta seguir los vasos en un "atrapa la bola". Se acercó tomándose todo el tiempo del mundo, caminando y dibujando con Nadia sobre el maltratado campo los mismos trazos que tiempo atrás había delineado sobre la espalda de Aki. Poco a poco su sonrisa se iba ensanchando más y más mientras se acercaba, bastón en mano, y le dio un toquecito. Al ojo experto podría verse que simplemente había acelerado enormemente el bastón en un tramo de apenas cinco milímetros, lo suficiente como para que el frágil tronco cayese sobre el suelo, desvelando a Lys.

Supo lo que estaba pasando en cuanto la vio. Pulso acelerado, un nudo en el estómago, la circulación poco a poco volviendo al príncipe... Y un ardiente deseo de tomarla para él. Siguió hacia ella, igual que ella hacia él, mirada fija en sus ojos dorados sin siquiera parpadear. Bufaba cada cierto tiempo, excitado, enardecido, casi enajenado. Casi.

Dio un poderosísimo golpe con Nadia sobre el suelo, haciéndolo colapsar, y trató de aprovechar ese momento para agarrar del cuello a Lys. No muy fuerte, solo que no pudiese escapar; lo justo para acercarla a él. Sus alas batían con fuerza, levantando más polvo del que esperaba, pero él ya esperaba el colapso y estaba preparado.

- Si te besase ahora -susurraría, de haberla tenido a poco menos de un centímetro nariz con nariz-. ¿Qué pasaría?

Sabía que ante un demonio con poderes sexuales lo último que debía hacer era dejarle acercarse, mucho menos a la boca o a su miembro. En general ya era una mala idea, pero tenerla delante se convertía, dentro del top cinco en, como mínimo, la tercera más loca.

- ¿Vas a absorberme el alma? ¿Vas a hacerme tu esclavo?

Apretaría un poco más fuerte su cuello, intentando dejarla un poco sin respiración, justo antes de lanzarla contra el suelo de espaldas con la mayor parte de sus fuerzas, soltando su cuello con el tiempo justo para que no se liberara pero impidiendo que la tensión muscular se cerniese sobre su cuello a modo de guillotina.

- ¿A qué hora te recojo? -le preguntaría, independientemente de haber logrado aferrarla. Definitivamente tenía muchas ganas de conocer a la nueva Aki.



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Lun 6 Abr 2020 - 22:19}

Mirándolo en retrospectiva, dejarse atrapar no había sido la mejor de sus ideas. El árbol quemado había caído al suelo haciendo menos ruido del que había imaginado y en ese instante quedó claro para ambos que no tenía sitio al que escapar. Podría seguir revoloteando a su alrededor, tratando de quemarle y herirle y continuarían con ese juego hasta que sonara la campana. Si iba a tratar de atraparle no podía ir de frente… tenía que atacar desde dentro. Y eso, hasta cierto punto, implicaba confiar en él. Seguían peleando, no podía esperar acercarse sin sufrir un poco a cambio. No había banderas blancas, pero tampoco las quería. Incluso dentro del juego más sucio podía ser justa. ¿Acaso no era esa su propia naturaleza?

Sonreía desde antes de darse la vuelta. ¿Había crecido la grieta del muro contra el que se habían estampado antes? Demonios. Calmó su respiración en lo que dura un parpadeo y acudió a su contrincante con paso firme. Bufaba, exaltado. Su magia sería invisible, pero se manifestaba por todo él desde la locura en sus ojos hasta la forma en que se luchaba por controlarse a sí mismo. Envidiable.

Cuando el suelo colapsó, lejos de intentar apartarse plegó sus alas y aguardó una de sus preciadas migajas de paciencia lo que pudiera suceder. No tenía muchas, pero en ese momento la paciencia era la clave. Tic, toc. El compás era sagrado a la hora de la seducción. Ni un solo golpe fuera de tiempo, fuera de ritmo. Una sola respiración fuera de lugar podía romper el hechizo y aunque sus poderes siguieran actuando, ya no sería lo mismo. Por suerte, era una experta a la hora de moverse al compás.

Exhaló cuando él le agarró del cuello, dejándose llevar centímetro a centímetro hasta su rostro.  Respondió a sus palabras con susurros tranquilos, apasionados. No tenía ni idea de lo cerca que estaba con esas palabras. Podría hacerle ambas. Podía robarle la vida con un beso, siempre que durase lo suficiente. Con su permiso, con su ofrecimiento, podía atarle a la vida mientras ella continuara caminando por la tierra. Podría forzarle sobre sus rodillas y alimentarse solo de él, con que tan solo dijera una sílaba… pero no era eso lo que quería. Esto era un combate y era así como combatía, pero una vez sonara el timbre del final todas sus armas se retirarían de vuelta a su arsenal privado.

-Solo un loco te encadenaría.

Sin embargo… estaba ahí por una razón. De un movimiento ágil, pero no tanto como para parecer apresurado, se hizo con uno de sus cuchillos. Sabía que estaba lo suficientemente afilado como para cortarle, porque el primero que le había lanzado había logrado hacerle sangre en el dedo. No gracias a ella, pero había retenido el dato. Que se hubiera curado al instante en realidad no era más que un beneficio ahora. Apoyó la punta en el pecho, sin desviar la mirada de sus ojos. Sintió que el agarre de su cuello se afianzaba y notó como la tensión alrededor de ambos aumentaba.

-Podría haberte esquivado. ¿Quieres saber lo que sucedería? Suéltame.

Sin que nada lo mostrara, volvió su mundo del revés. Del dolor, solo placer acudiría a su mente. Y el placer… tan solo sería más placentero que nunca, suficiente como para embotar la cabeza de cualquiera. Arrastró la punta del cuchillo por su pecho, formando medio corazón. Tuvo que empujar con fuerza, pero consiguió mantener el rostro sereno y hacer que la sangre manara. Cuando empezó la segunda mitad la primera comenzaba a curarse, pero por más que se curaba, suponía que lo había sentido. Al menos, eso esperaba. En ese momento, el placer era su moneda de cambio por la libertad.

Le soltó. En lugar de alejarse, se acercó. Flotaba a la altura de su rostro, aleteando suavemente. Agarró su barbilla con una mano, mientras que con la otra paseó el cuchillo por su mejilla, repitiendo el proceso de su pecho. Si le dejaba, depositaría el beso más liviano y ardiente sobre sus labios, antes de recorrerle el cuello con las manos y tirarle ligeramente del brazo, sin dejar de rozarle en ningún momento.

El suelo a sus pies era un desastre, pero todavía quedaba suficiente escenario para ambos. En cuanto llegaran a tierra firme, se posaría en el suelo y, en silencio, comenzaría a bailar a su alrededor. Sus manos continuarían recorriéndole, alternando entre cortes y caricias, tratando de desquiciarle. Tras un par de vueltas, sin dejar de bailar, detuvo su avance frente a él, rozando su mano con la palma.

-¿Me concedes este baile?

Lys sabía bien lo que hacía. Atraía a su presa a su terreno, del que era dueña y señora. Envolvía a los incautos que le daban una oportunidad como la más peligrosa de las drogas y salir del sueño que inducía requería una clase de voluntad muy peculiar y poderosa. ¿Dexter la tenía? No lo sabía. Pero iba a tejer para él la mejor de sus redes, porque así era como ella reconocía la maestría de aquellos a los que se enfrentaba.

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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Mar 7 Abr 2020 - 1:38}

En lugar de lanzarla contra el suelo la dejó ir, más guiado por la curiosidad que por la excitación. Estaba caliente, no enajenado, pero deseaba conocer los límites del poder a los que se enfrentaba si Aki se ponía a pelear en serio. A fin de cuentas, sobrevivir el tiempo suficiente sin que sus poderes hubiesen trascendido solo podía significar una cosa: Ocultaba su fuerza. Bueno, la ocultaba o había sido lo suficientemente inteligente como para no dejar testigos de sus actuaciones, lo cual, teniendo en cuenta su fruta del diablo, no parecía muy complicado. No obstante, el control sobre sus poderes era casi tan bueno como el suyo propio, y si bien él todavía permanecía en su forma humana y ella necesitaba pelear en lo que debía ser... ¿Su forma híbrida? ¿Tal vez una transformación parcial? En cierto modo se negaba a creer que pudiese gozar de una forma completa tan... Incompleta. Sin embargo, ¿y qué si lo era? Estaba haciendo lo que muchos otros habían sido incapaces; estaba aguantando un combate contra él.

En cualquier caso sus reflexiones se vieron interrumpidas por la contra de Aki. Estaba semidesnuda, aunque él le llevaba ventaja, y al soltarse se puso a flotar con gracilidad en un elegante y seductor aleteo. Supo que en parte estaba jodido por ver sensual un puñetero aleteo, pero dejó que continuase con aquel show; por ver hasta dónde llegaba, y un poco... Bueno, porque quizá sí estaba un poco enajenado.

El demonio inició su danza, una sutil forma de cortar su piel que sanaba casi al instante, apenas dejando rastros de sangre en donde el cuchillo había estado. Lo que le hizo fruncir el ceño fue, no obstante, no el dejarle hacerle daño a sabiendas de que lo haría, sino el extraño placer que estaba obteniendo de aquel extraño ritual. Sus tajos eran placenteros y sus caricias mucho más, casi extasiantes. Algo no iba bien, y aunque dejó que continuase dócilmente, en cuanto se separó juntó fuerzas para no dejar que volviese a apresarlo.

- Está bien... No me has robado el alma -admitió, encogiéndose de hombros-. De todos modos, me hago una idea.

Estaba cansado. No mucho, y tampoco físicamente. El combate no estaba siendo tan exigente como seguro ambos podían hacerlo, pero notaba una antinatural sensación de agotamiento. No sabía si terminaría por perjudicarle, pero desde luego era consciente de que no podía exponerse a aquella influencia más. ¿Era el beso? ¿Los cortes? ¿Sus caricias? Quizá una mezcla de todo, o un factor común, pero de alguna manera le estaba sorbiendo la energía y no pensaba consentirlo. Interpuso a Nadia entre ambos.

- Te lo concedería, pero quiero hacerlo. Así que es la peor idea en este momento.

Contrajo casi todos sus músculos a la vez. Tensó los bíceps y antebrazos, los gemelos, cuádriceps, pectorales e incluso dorsales. También obligó a bombear sangre hasta su cuello y hombros, retrayendo las clavículas más de lo habitual. Para cualquiera podría parecer el inicio de una transformación, pero lo único que intentaba era bajarse la erección.

Dejó la mente en blanco por un momento, solo visualizando a Lysbeth. Delante de él, extraordinariamente atractiva, invitándolo a bailar y con una carita de ángel que escondía bajo ojos de oro un negro corazón de demonio. Caprichosa, juguetona, un poco mala, era como una niña traviesa que le invitaba al delirio. Solo había un problema, y es que él no iba a caer en esos juegos con ella. No ahora que entendía el riesgo que entrañaban. Sin embargo, bajó al suelo manteniendo una cierta distancia de seguridad, disponiéndose para un reconocimiento al poder de su adversaria.

- Tú me has mostrado tu poder, es hora de que yo sea justo y te muestre el mío...

Alargó esa sílaba mientras la luz iba poco a poco apagándose. Alrededor de ellos dos, y aunque él no era inmune a aquello, creó una zona de oscuridad ilusoria que los envolvió. Él no podía camuflar su presencia como ella pero podía olerla, detectar su calor y hacerla sentir pequeña y débil.

Dejó de contener su voluntad, que embargó todo el terreno apropiándose de hasta el último palmo de tierra. Claro que era más intenso donde él se encontraba, ¿pero habría suficiente distancia como para que su férreo Haki del rey, que carcomía hasta los metales, se viese claramente empujado a un centro? No creía. En cualquier caso surgieron de nuevo unos Dexters falsos, solo dos en ese momento, formando un triángulo, y giraron durante un par de segundos con la única intención de desorientarla más. Sus ilusiones engañaban incluso al olfato, por lo que aquellos invisibles hombres desnudos eran clave en su estrategia.

Lo que ella no podía ver, aunque él sabía que allí estaba, era la negra nube de tormenta que se estaba gestando sobre ellos. El poder del rayo, dirigido exclusivamente por él hasta que, donde no podía, el propio magnetismo fuese quien lo hiciese. Ella no lo veía, pero su cuerpo estaba recubierto por escamas en su forma Indra Dekrit, apuntando hacia ella y a punto de lanzar su técnica de rayo más poderosa: El Mech Mahna. De nuevo, una ilusión, pero cuando los tres Dexters brillaron en la oscuridad uno de los rayos sí fue cierto. Más débil que la espada magna del señor del trueno, pero acompasada con un relámpago desde las alturas que esperaba golpease completamente a Lys. Al fin y al cabo, si creía que de nuevo todo eran ilusiones tenía un poco ganado. Y ella una maravillosa parálisis transitoria.

- Por cierto, aún no me has dicho a qué hora te recojo del hospital.



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Mar 7 Abr 2020 - 15:04}

Estaba sorprendida, no tenía sentido tratar de ocultarlo. Era la primera persona que lograba resistirse a su invitación mientras estaba bajo su total influjo y de que lo estaba no tenía ninguna duda. Pero parecía ser consciente de cada una de sus reacciones, por lo que actuaba acorde. Impresionante, sin duda. A regañadientes, apartó la mano cuando interpuso el bastón entre ambos. Le molestaba mucho tener que retirarse un poco después de haber puesto tanto empeño en cazarlo, pero tenía que reconocer cuándo la batalla estaba perdida. La batalla, que no la guerra. Encontraría otra forma de penetrar sus defensas, de distraerle, de hacerle tropezar. No estaba al cien por cien y llevaban ya un buen rato combatiendo, pero todavía tenía fuelle para mucho más. Incluso si él no terminaba mordiendo el polvo, se aseguraría de tampoco hacerlo ella. Pasara lo que pasara, estaría en pie cuando la campana sonase.

Asintió cuando dijo que le mostraría su poder y en respuesta bajó al suelo, preparada para lo que pudiera suceder. Previsora, agarró sus sai mientras el mundo se apagaba a su alrededor. De repente todo se volvió negro, pero Lys no temía a la oscuridad. A un toque de su dedo, ambos sai prendieron en llamas infernales, iluminando un pequeño cerco en torno a ella. A Dexter no le veía, pero no lo necesitaba. Podía sentir su deseo y distinguirlo de cualquiera, aunque por algún motivo estaba rivalizando con el de cierta fila en las gradas. Había intentado obligar a su cuerpo a que le hiciera caso y la sangre había huido de la parte más peligrosa, pero eso a Lys le daba igual. Giró la cabeza como si estuviera tratando de oír el murmullo que su deseo le susurraba y volvió a aumentarlo sin tapujos. Lo repetiría las veces que hiciera falta, hasta que asumiera que tendría que luchar desconcentrado. Era el precio a pagar por enfrentarse a ella.

En ese instante, sintió su voluntad. Majestuosa, indeciblemente majestuosa, atravesó el lugar rápida como el rayo, dejándole entrever que si iba demasiado lejos acabaría con su preciosa cabecita completamente aplastada. Tragó saliva, mientras un escalofrío le recorría la espalda. No. Esto no era un combate a muerte. Tenía que mantener el tipo y, sin embargo, sus pies no le respondían. Respiró hondo y activó su propio haki del rey. De acuerdo. Estaba atada en su sitio, de momento. De momento, se repitió.

Dos Dexter aparecieron  delante de ella, moviéndose un poco. Trató de manipular su deseo, pero no tenían de eso. Ninguno era el Dexter real; a él seguía teniéndolo localizado. De repente los cuatro brillaron. ¿Cuatro? Solo había tres Dexter ¿Serían todos ataques reales? Los puñetazos de antes lo habían sido… pero no así el rayo. Todo lo rápidamente que pudo, interpuso un sai en el camino del rayo del verdadero Dexter y otro en el de la fuente desconocida.

Sucedió muy rápido, en décimas de segundo, pero Lys lo vivió a cámara lenta. Al principio, le pareció que todo iría bien. ¡Sus sai podían aguantar un rayo, no importaba de dónde viniera! Pero a continuación sintió la diferencia. No la estaban protegiendo. Habían almacenado todo lo que podían y la electricidad continuaba fluyendo. Llegó hasta ella, reptando por su cuerpo y obligándola a arrodillarse como si fuera a pedirle en matrimonio, cuando en realidad sus piernas habían cedido. Dejó salir un grito de verdadero dolor al notar la magnitud del ataque y, guiada por puro instinto, se llevó su brazo a la boca. No quería apagar el sonido. Sus colmillos traspasaron la carne y al saborear la sangre sus ojos relucieron en la oscuridad. Se incorporó, agrietando el cristal que se había formado en la arena bajo ella al volver a plantar su tacón en el terreno. Devolvió la electricidad a su dueño, apuntándole al pecho y jadeó al sentir cómo abandonaba su cuerpo. Debería estar temblando. No. Debería estar en el suelo, sin moverse y sin embargo, no lo estaba. Seguía en pie.

-Eso es porque podré acompañarte a la salida en cuanto terminemos este asunto.

Sonreía, pero notaba el gusto de la sangre todavía en su boca y sabía que más pronto que tarde pagaría el precio de lo que acababa de hacer. Le costaba un poco respirar y se preguntó qué clase de daños tenía en el pecho. Tendría que tener mucho cuidado para no mover nada de su sitio, pero ahora mismo eso le daba igual. Seguía en la oscuridad y tenía que salir de ahí. Inspeccionó rápidamente los sai, pero no parecían rotos. Simplemente no habían sido capaces de protegerla de la descarga. No les culpaba. Tras respirar hondo una última vez, echó a correr.

Creía recordar dónde se encontraba el muro que casi se habían cargado, así que se dirigió allí. Tuvo éxito y parpadeó a la luz del sol. Algo en su pecho le pedía que se diera la vuelta, volase hasta ese hombre y le obligase a tirarse al suelo a base de golpes, pero trató de calmar su instinto. No era buena idea y además, tenía una mejor. Se montó en el muro agrietado y dedicó una impecable sonrisa a la grada y al público.

-Señoras, caballeros, si me conceden el honor de apartarse un momento, tengo un regalito para ustedes.

Se apresuraron a hacerle caso y de una patadita, terminó de arruinar el muro del recinto. Una pequeña avalancha de piedra se formó, dejando una forma bastante intuitiva de bajar al terreno de juego. Todavía sonriendo inocentemente, chasqueó los dedos y aumentó el deseo de toda esa gente… por Dexter. Las abuelitas fueron las primeras en salir corriendo al ring, adelantando sorprendentemente a un hombre negro y joven, de aspecto bastante atlético.

Lys  creó tres de sus clones y se colaron en la estampida para regresar. Por el camino, cerró los ojos un instante y adoptó la apariencia de quien Dexter más deseaba. No sabía quién sería, pero eso no era relevante. No le conocía mucho, pero sí lo suficiente como para saber que tendría cuidado ahora que el lugar estaba lleno de gente inocente. Era un golpe sucio, pero se había visto obligada. Sus clones le distraerían mientras ella se calmaba y pensaba una nueva estrategia.


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Mar 7 Abr 2020 - 18:12}

Aquello había sido un error. Aki -Lysbeth- no lo sabía, pero si bien el corazón de Dexter palpitaba con tanta fuerza que seguro podría escucharlo, no era el deseo sino la furia quien hacía circular hasta la última gota de sangre por todas y cada una de sus venas. Bum, bum. Podía escucharlo, como si el mundo de pronto se hubiese ralentizado; le dolía. No esperaba volver a enfrentar aquello, no esperaba volver a verla... "Seguro que no lo sabe", intentó tranquilizarse, intentó decirse. Intentó que no saliesen rayos por su cuerpo mientras trataba de controlar su respiración. "Pero estuvo allí", respondía otra voz, iracunda, incitándolo al ataque. Bum, bum. Todo su cuerpo se calentaba rápidamente. Sus pupilas se dilataron, su gesto se tensaba, cada músculo de su cuerpo se contraía en una sinfonía arrítmica. Desde luego, había cometido un error.

Intentó articular palabra, pero no fue capaz. Había hecho desvanecerse las ilusiones cuando escuchó el muro colapsar, y pudo ver la marea de gente que corría hacia él. No fue difícil encontrar a Lys dado que salvo cuatro personas cada una de las que bajaba a la arena acababa desmayada en medio de un chillido aterrorizado. De hecho, había encontrado a Lys tres veces, pero lo que le terminaba por enfadar, lo que estaba llevándolo a la furia más inmensa era la cuarta: Alice.

Un truco sucio; mucho. La ceniza, apenas reactiva, empezaba flotar a causa de la electricidad estática que embargaba el ambiente. La escoria, debido al calor, se agrietaba más y más hasta hacerse arena, y la capa más superficial empezaba a cristalizarse en una suerte de vidrio opaco. Iba a matarla. Podía seguir adelante sin ella, podía no pensar en sus ojos color avellana o su cabello de ébano. Podía vivir casi sin recordarla aunque la herida se cerrase lentamente. Pero que esa mujer llegase de pronto y tomase su cuerpo prestado para jugarle una mala pasada, que hiciese de una mala broma una burda treta solo por intentar conseguir aquella estúpida victoria...

No habló. No podía. De haberlo intentado habría rugido en una suerte de colérica agonía. Pero su cuerpo empezó a brillar; emanaba una especie de luz dorada, tenue al principio pero que poco a poco ondeó hacia el aire formando un aura a su alrededor. El boost limit se había activado. Su corazón bombeaba sangre por todo su cuerpo, la adrenalina iba poco a poco recobrando las energías que había perdido y borrando hasta el más mínimo rastro de dolor que habitaba en él -aunque, en realidad, Lys se había encargado de hacerlo desaparecer también-. Su uerpo, humeante, no cambió, pero sí que se sentía mejor: Más fuerte, más ágil, y por supuesto más rápido.

Mucha gente solía pensar que desestabilizar emocionalmente a una persona era buena forma de garantizar un combate. La gente enfadada normalmente cometía errores, dejaba huecos abiertos y era en general más fácil de atrapar en un renuncio. Dexter no. A Dexter la ira lo centraba en un único objetivo, lo abstraía del resto del mundo, le fijaba el blanco. Dexter era inteligente, probablemente la persona viva más inteligente, pero del mismo modo era despistado; si bien podía entrever un sinfín de estrategias para derrotar a su enemigo en un instante, solía olvidarlas con la misma facilidad. Enfadado, no. Enfadado iba usándolas una tras otra, aunque nunca había tenido hasta la fecha que usar más de una.

¿Cómo se atrevía a utilizar a Alice de esa manera? ¡Había estado allí, presente! ¡Lo había visto todo! ¿Acaso no entendía su dolor? ¿Su pena? Le estaba devolviendo por unos segundos la visión catastrófica de la mujer a la que había perdido, el único tesoro que nunca, nunca, podría poseer.

Se quitó el cinturón. El Filo del destino pesaba demasiado, y aunque no sentía demasiado su inferencia a la hora de coger carrerilla se notaba demasiado; además, le desestabilizaba. También soltó a Nadia, que cayó de pie y se hundió ligeramente en la arena. Flexionó las piernas y fue moviendo los brazos lentamente hasta que su derecho, ascendente, cubrió su pecho, y su izquierdo, palma arriba, descendía. Los dedos de sus manos formaban tres bloques, una suerte de garra de dragón. Iba a por ella.

El primer acelerón lo llevó directo a ella, pero sus reflejos eran suficientemente altos como para que no representase un problema la velocidad que había alcanzado. Evitó a las Lysbeths, y con la misma maestría que había usado para quitarse parte de la ropa momentos antes intentó, de un movimiento envolvente, desnudar por completo a aquella falsa Alice. Si sus sais eran de kairoseki, un material fácil de reconocer por aquel brillo característico para un herrero que convivía con ocho toneladas de él, no habrían desaparecido con la ilusión. De poder verlos, su segunda carga sería aprovechada para eso: Robar las armas de Lysbeth, aquellos picahielos que por algún motivo desafiaban al poder del rayo. Su velocidad era tan inconmensurable que dejaba estelas de sí mismo detrás, aunque solo uno era verdaderamente peligroso: El que intentaba robárselo todo.

Su tercera carga iba a ser la definitiva, de haber conseguido robarle las armas. Era fácil hacerlo si podía acceder a ellas, dado que resultaba mucho más sencillo que meter la mano en un simple bolsillo. Sin embargo, de tenerlos en la mano los arrojaría al suelo. Podía ver el futuro, y si la golpeaba con ellos terminaría por hacerle mucho más daño del que una imagen de muerte podía hacerle a él. Veía su cabello pelirrojo de nuevo mientras Aki caía debilitada al suelo, tal vez sucumbiendo a la locura. Y si debían reencontrarse algún día, desde luego no iba a ser él quien la forzase a ello. Por mucho que a él le doliese, por muchas ganas de hacerla sufrir que tuviese, él no era así. Por eso, si los tenía, los arrojaría al suelo.

- A veces -consiguió decir, aunque le temblaba la voz- no todo vale.

Y entonces sí, cargó contra ella. Normalmente habría golpeado una única vez, intentando propagar toda su fuerza en un único golpe devastador, pero en aquel momento simplemente intentó picar su piel con las garras una, dos, tres, diez, quince veces con toda la fuerza que podía reunir sin perder velocidad, sin dejar de girar a su alrededor. Si no hubiera sabido que Alice estaba en una tumba de cristal desde hacía seis años se habría roto, pero sabiéndolo simplemente tuvo que cerrar los ojos para no ver cómo se enfrentaba al más poderoso fantasma de su pasado.



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Mar 7 Abr 2020 - 23:41}

En cuanto vio que la gente empezaba a caer desmayada a su alrededor supo que había cometido un error. Y era cierto, lo había cometido. Solo que no era el que creía.

Hacía calor, la ceniza flotaba y el suelo a sus pies comenzaba a hacerse vidrio. Se dio la vuelta, sabiéndose observada, y entonces le vio. Vio su expresión y la luz que emanaba de él y tragó saliva, arrepentida. Se miró brevemente, brazos, piernas y ropa, intentando entender sin llegar a reconocerse. Siguió con la mirada lentamente cómo las armas de Dexter caían al suelo y no necesitó que nadie le dijera el por qué. Él era su mejor arma, no las necesitaba para lo que fuera que iba a hacerle.

Aceleró hasta llegar junto a ella y aunque hubiera podido moverse del sitio, no lo hizo. No habría servido de nada, lo sabía. Un segundo antes, un segundo después, habría terminado entre sus garras de cualquier manera. Intentó prepararse, defenderse de alguna manera, pero antes de que pudiera hacer nada estaba desnuda frente a él. Sorprendida y recelosa, se apresuró a conjurar un pequeño vestido ilusorio, lo más sencillo que le vino a la cabeza. No le frenaría, pero se negaba a creer que sus intenciones fueran por ese camino. A su alrededor, Dexter era un remolino imparable y lo siguiente en lo que se fijó confirmó sus sospechas. Sus sai yacían tirados sobre la ceniza. Eso era tras lo que iba.

Escuchó su voz temblorosa y algo dentro de ella se agarrotó. ¿Qué demonios había hecho? Tenía que ser la chica en la que se había convertido. ¿Le habría dejado? Quizás ya no estaba viva. En ese momento, se acordó del discurso que había escuchado en su ejecución. Claro que no estaba viva. Debía de ser la misma chica de la que hablaba. Algo avergonzada de sí misma, regresó a su propio cuerpo. De haberlo recordado antes, no estaba segura de que hubiera probado ese truco. El deseo tenía memoria y ella podía materializarlo, pero no podía leerle la mente. Había posibilidades de que la persona a la que más desease su cuerpo fuera otra… pero por lo visto mente, cuerpo y corazón se habían puesto de acuerdo en este caso.  Un horrible error por su parte. Por más que se tratara de un combate, era un golpe más cruel que sucio. Se había vuelto en su contra pero aunque hubiera funcionado, no era así como quería ganar.

Se habría apresurado a decírselo, pero no tuvo tiempo. Cuando se abalanzó sobre ella todo lo que pudo hacer fue cubrirse con su haki de armadura y hacer un muro de energía entre ambos. No aguantó más allá del primer… ¿golpe? No eran golpes, reconocía la sensación. Uno, dos, tres… estaba cortándola, haciéndola sangrar en cada ápice de piel que había dejado antes al descubierto.
Empezó y acabó en cuestión de segundos. Cuando terminó, Lys yacía en el suelo de vidrio, sentada sobre sus tobillos, temblando. Aún no debería estar acusando el dolor, pero comenzaba a sentir un ardiente cosquilleo por todas partes que desde luego no auguraba nada nuevo. Siendo optimista, seguro que estaba mejor de lo que parecía, cubierta de cortes de la cabeza a los pies. El más ostentoso cruzaba una mejilla de arriba abajo, pero en cuanto hizo recuento vio que ninguna vena o arteria había sido segada de cuajo. Sangraría, pero no moriría por ello. Casi le asombraba seguir consciente.

Alzó el rostro al sentir que se apartaba y vio que había cerrado los ojos. Intentó ponerse en pie, pero le falló el equilibrio por un momento. Soltando un pequeño bufido de frustración, aleteó para incorporarse. Arrastraba las piernas pero ey, ya estaba derecha. Ya se ocuparía de hacerlas funcionar… en cuanto se disculpara. Pensó en rozarle la cara, pero tan pronto cruzó su cabeza le pareció que era mala idea. Apartó de él todos sus poderes de súcubo, ya que de todas formas dudaba que en ese momento preciso fueran a ser útiles. Con toda la delicadeza que pudo, le dijo en voz baja:

-Ya puedes mirar. Lo siento. No lo sabía.

Esperó a que le mirase. Estaba verdaderamente arrepentida y quería que lo supiera. Luego, se alejaría lo justo para recuperar sus armas, aprovechando el brevísimo paseo para forzar a sus piernas a reaccionar a base de golpecitos y patadas al suelo. Demonios, tan solo le quedaban los tacones. Menos mal que sus ilusiones no tenían fecha de caducidad, porque aún había varias gradas a las que no quería dar un espectáculo gratis.

Cuando se colocó los sai a la cadera, vaciló. ¿Qué hacía ahora? No podía negar que volver de cabeza contra él le daba bastante respeto y aún así… No quería rendirse, pero atacarle inmediatamente después de eso desestimaba su disculpa, a sus ojos al menos. Suspirando, se giró para encararle.

-Si lo prefieres, me rendiré en este instante. No me gustaría, pero lo entenderé.

Al fin y al cabo, lo mejor que podía hacer era darle a él la decisión.


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Miér 8 Abr 2020 - 13:52}

Dexter aterrizó junto a la ropa de Lys, lejos de donde ella había caído. Seguía furioso, pero de alguna forma con cada nuevo golpe se había calmado un poco más. Su corazón todavía palpitaba con fuerza, casi doliéndole, pero el ritmo poco a poco había ido bajando hasta ser poco menos que normal. Agitado, excitado, pero normal. Por un momento se quedó pensando en si no debería haberlo hecho, haberle clavado los sais y terminar con aquella farsa. ¿Dos muertos el uno contra el otro? Ambos habían sido ejecutados, pero ahí seguían. En cierto modo tenía gracia, y aunque solo uno de los dos entendería el chiste... No, era una tontería. Ella había tomado su decisión.

Tomó las prendas entre sus manos, resistiendo la tentación de olerlas. No sentía un placer particular de hundir la cabeza en ropa usada, pero por mucho que cambiara de aspecto Aki seguía oliendo a Aki, y todavía recordaba aquella noche en que había podido dormir gracias a su abrazo. De alguna forma la ropa que le había quitado seguía pareciendo la que Alice llevaría -un abrigo, una bufanda y aquella tal vez demasiado holgada camiseta beis-, pero pronto retornó a la normalidad cuando, asumió, Lys dejó de ser Alice. También ella misma lo confirmó. Ya podía mirar.

- Lo único que nunca pude poseer -respondió mientras se daba la vuelta. No de forma muy clara, pero era capaz de entrever sus pensamientos más superficiales y desde luego sentir tanto el arrepentimiento como la sorpresa y, cómo no, la duda-. Alice tal vez no era la chica más guapa, aunque era preciosa. -Tenía rasgos que ella misma definía como vulgares, pero él seguía soñando con perderse en sus ojos almendra, con besar la cicatriz de su rostro, con abrazarla hasta que no pudiesen más-. Tal vez ha pasado mucho tiempo y debería haberlo superado, olvidar el día que la conocí y cómo se marchó porque me precipité demasiado. Quizá ya debería haber olvidado su olor, su calor o su sonrisa. Pero te contaré un secreto, Lysbeth -pronunció el nombre muy despacio, no queriendo decir Aki por error-: Róbale a un dragón su tesoro y pasará su vida intentando recuperarlo. Destrúyelo, y pasará el tiempo que le quede pensando en él.

Ella volvía a estar vestida, pero igualmente se acercó y le tendió la suya, la de verdad. También se quitó el delantal, creando una ilusión de traje tres botones con corbata azul y camisa blanca, como aquel día en el Ojo, y se lo tendió. Cabía la posibilidad de que le hubiera estirado ligeramente la ropa al quitársela con tanta prisa, así que lo mejor sería tener un gesto de buena voluntad con ella. Al final, se había disculpado. Y no podía juzgar con la misma severidad a una inconsciente arrepentida que a una persona cruel. Además, con tanta adrenalina recorriendo su torrente sanguíneo era muy difícil poder mantener el enfado mucho tiempo.

- No estoy aquí para que me regalen nada. -Estaba hecha unos zorros, llena de cortes que aún sangraban y sus piernas apenas parecían responderle, no sabía si por sus golpes o por la avalancha de emociones que se le acababa de venir encima-. Estoy aquí para pelear.

Tal vez la opción de "lo que surja" debía ser descartada después de haber reaccionado de esa forma, aunque no dejaba de ser una buena forma de pedirle disculpas ofrecerle esa opción. En cualquier caso dudaba que ella volviese a intentar hacerle aquello, por el bien que les traía a ambos. Lo que también, no debía olvidar que estaban en medio de un combate y, aunque confiaba en que la visión de su cuerpo desnudo hubiese hecho al juez decidirse por darle una amplia victoria, eso significaba luchar.

No tenía tanta fuerza en las piernas como en los brazos, pero eso era justo lo que quería en aquel momento. Se alejó de un salto a unos veinte metros y esperó pacientemente su señal. Las garras del dragón podían ser utilizadas con los pies, aunque siempre le había parecido incómodo y, como mínimo, poco práctico.

- Sigo queriendo esa cena -confirmó, como si no pasara nada. Poco a poco el enfado tornaba euforia, y el olor de la sangre era casi excitante-. Pero la vas a pagar tú.

Tenía motivos para estar enfadado, sí. ¿Pero de qué valdría? Dexter no era una persona particularmente impulsiva, ni se dejaba llevar tanto por sus instintos como la gente creía. Simplemente había algunas cosas que en el momento lo hacían explotar, pero aun cuando el enfado perduraba, entender el motivo y sobre todo desterrar las culpas vacías o no dar más crédito del que alguien merecía hacía que pensase con la cabeza más fría. Lysbeth había demostrado antes ser una irresponsable con el árbol, y sus emociones terminaban de delatar a una persona que seguía sus impulsos. Podía responsabilizarla, pero no culparla.

Y por eso cargó contra ella intentando encajarle una única patada devastadora sobre el pecho izquierdo. A una persona normal podría matarla con aquel derroche, pero no esperaba mucho más de Aki que tal vez una dislocación de su hombro. Eso, si lograba acertar, pues aunque sabía en la teoría matematizar y predecir casi cualquier recorrido, los pequeños cambios una vez el movimiento iniciaba quedaban más allá de su control. Con suerte el hombro le impediría seguir luchando.



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Miér 8 Abr 2020 - 15:20}

Le gustaba la forma en que hablaba de esa chica. Alice. Acariciaba su nombre con los labios como si fuera el tesoro más delicado del mundo. Claramente le había querido muchísimo y aunque no terminaba de entender su dolor, sí sentía que hubiera tenido que pasar por eso.  Ella no recordaba haberse enamorado nunca. Si lo había hecho, no lo echaba de menos, lo que probablemente fuera bueno. ¿Habría dejado a alguien atrás, igual de herido que Dexter? No. Ella no hacía eso. Le llamó la atención la forma en que decía su propio nombre. Si el de Alice lo acunaba, el suyo lo decía con cautela. Le intrigaba, pero prefirió no preguntarle. Fuera lo que fuera que pensaba de ella, ahora mismo no estaba segura de querer saberlo. Mejor que guardara su opinión.

Le tendió su ropa de vuelta, pero en lugar de ponérsela se la guardó. La tela no iba a protegerla mucho de los golpes y la ilusión se encargaría de los ojos. Prefería estar desnuda un rato que ponerse ropa ya utilizada. Le gustaba el olor a ropa fresca y esto simplemente no era lo mismo. Apreciaba el gesto, sin embargo. Estaba intentando ser respetuosa porque la situación todavía era algo tensa, pero en cuanto le tendió el delantal no pudo evitar soltar una carcajada. Intentó disimularla tapándose la boca con una mano, pero no lo consiguió del todo. De acuerdo. Eso tenía que aceptarlo. Con una solemnidad completamente payasa, se lo pasó por encima y lo anudó a la espalda. Él, por su parte, llevaba un traje que seguramente era tan real como su vestido. Aún así…

-Te sienta muy bien ese traje. Sin embargo, ahora que me has dado tu delantal creo que podemos afirmar que soy la más atractiva de los dos.

Movió el pecho seductoramente por un instante, atrayendo su atención a la famosa inscripción, 'The cock'. A esas alturas, el delantal era el verdadero ganador del combate solo por seguir de una pieza. Pero… su reinado no duraría. Dexter había confirmado que quería seguir peleando y Lys estaba más que dispuesta. Se alejó de ella, pero aguardó a su señal. Aprovechó para dar un par de patadas al suelo, estirando cada músculo. La sangre volvió a fluir y las piernas respondieron a sus demandas. Agarró un sai en cada mano y se puso en posición de guardia. Los cortes le escocían y comenzaba a dolerle el pecho, pero se sentía incluso más viva que antes. Sonrió ante la mención de la cena; eso no iba a ser así.

-Estoy lista.

Cargó contra ella de frente y no tuvo que pensar demasiado lo que quería hacer, solo calcular el momento adecuado. Por suerte, eso se le daba bien. Con agilidad, saltó en el momento preciso y se montó en la pierna que intentaba golpearla, agachándose y quedando a centímetros del rostro de Dexter. Le apuntó con un sai a la cara, mientras sonreía.

-Te invito al postre. La cena la pagará el primero que caiga al suelo.

Saltó de nuevo, echando a volar por encima de él. Era bastante justo; no necesitaba ganar para tener una cena gratis, solo encontrar el modo de tumbarle en la arena. Quizá la parte más complicada de eso sería encontrar una superficie que siguiera en pie y no tuviera a un pobre viandante desmayado ocupándola. Demonios, sí que había sido una pésima idea. Por otro lado…

Chasqueó los dedos, creando un pequeño círculo de llamas de dos metros de alto alrededor de Dexter. De acuerdo, el fuego no le hacía nada, pero con un poco de suerte lo mantendría quieto el tiempo suficiente. Se apresuró a juntar las manos, lanzándole otro rayo de energía demoníaca directo al pecho. Había ajustado la potencia y si el objetivo hubiese sido un edificio lo habría traspasado de cabo a rabo. A él, sin embargo, aspiraba a tirarlo sobre su culo o, al menos, a dejarle una marca bien visible en el pecho.

En realidad, se sentía bastante aliviada de que la tensión se hubiera desvanecido. No estaba particularmente orgullosa de lo que había hecho y aunque no era demasiado cercana con ese hombre, le caía bien. Se estaba divirtiendo y habría odiado dejar el combate en aquellas circunstancias. Acabara como acabara, prefería que todo siguiera como estaba ahora. Se sentía muy cómoda peleando contra él.


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Jue 9 Abr 2020 - 0:10}

¿Por qué todo el mundo había tomado esa mala costumbre? Arthur se había subido a su bastón, ahora Aki a su pierna... No evitó sonreír con maldad cuando ella le apuntó con su arma. Ella invitaba al postre, al parecer, pero parecía más bien una mala excusa de quien sabía que sería el postre. En cualquier caso, ella iba a besar primero el suelo, allí o donde fuese.

Podría haberla agarrado por la pantorrilla cuando saltó sobre él, pero las normas eran claras y si la hubiese tirado técnicamente no habría caído. Además, aunque no pensaba reconocérselo, verla pasar sobre él le evocaba recuerdos que no estaba fuera de lugar recuperar de vez en cuando. Aunque, técnicamente, todos sus recuerdos eran con Aki y no con Lys, por lo que podrían tener una segunda primera vez.

Porque, tras ese tiempo de combate, era momento de reconocer una realidad: Esa química seguía existiendo. Ese toma y daca en el que habían entrado hacía años, lo que hacía a la situación calentarse en segundos; aunque en esa ocasión resultó ser bastante más literal de lo que habría querido. ¡Muros de fuego! Una magia tan oscura como ancestral, propia de leyendas chamánicas y otras gilipolleces que se le ocurrían cada vez que Akagami hacía el mismo numerito absurdo. Si había algo que la experiencia le había enseñado era que el fuego se utilizaba para que un malvado mago extraordinariamente poderoso se transformase en serpiente ante las provocaciones de un ladronzuelo o como distracción. Y teniendo en cuenta que Lys no parecía un mago solo podía ser una distracción.

- ¡Oh, no! ¡Cómo brilla! -exclamó, fingiendo incredulidad de forma no demasiado convincente-. ¡¿Qué haré ahora para salir de aquí?! ¡No es como si tuviese a...!

No completó la frase. Y aunque podría haberse plantado totalmente si algo le había enseñado el rayo destructor de la muerte de Lys era que cuanto menos tiempo en contacto mejor. Salió volando en trompos, despedido hacia atrás, pero pronto se estabilizó y voló hacia el cielo, pero con una particularidad: Aunque Aki lo vería estabilizarse frente a ella él estaba al lado de su rayo, mirando la línea enrojecida que recorría su cuerpo entre el hombro y la ingle, a unos diez metros, y apagando su pelo con la mano. ¿Que cómo lo había hecho? Sencillo: Superposición de ilusiones. Había encerrado a Lysbeth en un cubo de cinco metros de arista, una ilusión a la que no estaba acostumbrado, pero muy útil.

Se trataba de una ilusión de profundidad, en la que Lys veía de forma aparentemente natural un entorno irreal que emulaba el estadio de forma casi perfecta. Solo faltaba un Dexter, que estaba allí arriba en el interior del cubo, como la perfecta ilusión que había construido.

- Lo que no sabías es que... ¡Puedo hacerme invisible! -gritó el falso Dexter, desapareciendo, aunque en realidad solo había encogido el espacio ilusorio hasta ser poco más grande que ella-. ¿Dónde estaré ahora? ¿Dónde?

Él se giró hacia el público con un dedo sobre los labios, indicándoles que se callase, y muy despacio se acercó a ella. Para camuflar sus pasos dejó que brillos eléctricos fuesen apareciendo a distintas profundidades del espacio, tronando sin llegar a impactarla. Solo debía acercarse lo suficiente, y cuando lo hizo... Zancadilla.

Con todas sus fuerzas hizo un barrido con la pierna derecha buscando la parte de atrás de su rodilla, para acto seguido terminar de empujarla con sus brazos contra el suelo, agarrándola por los hombres.

- ¡Bu! -diría, anulando la ilusión, si lo lograba-. Pagas la cena.



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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Jue 9 Abr 2020 - 13:07}

Esta vez no intentó disimularlo y se rió en voz alta al escuchar como hacia el tonto hablando de su muro de fuego. De todas formas, poco le duró la tontería y la sonrisa de la súcubo se afiló al ver cómo salía despedido hacia atrás. Se estabilizó en seguida, pero no esperaba menos. Lo que desde luego no esperaba era que desapareciera. Se giró hacia todas partes, buscándole. Seguía sonriendo al escuchar cómo bromeaba, estuviera donde estuviera.

De repente, notó algo sólido detrás de ella y su mundo se invirtió mientras él la empujaba al suelo. Tras un instante de sorpresa, se apresuró a echar los brazos hacia atrás para parar su caída. El resultado fue que terminó en el suelo, sí, pero haciendo una especie de pino, por lo que sus pies no tocaban la tierra. De hecho, intentó darle en la cabeza con uno de ellos, si seguía junto a ella. Levantando la cabeza entre los brazos, le sacó la lengua. No entendía de todo cómo había conseguido moverse tan rápido, pero lo importante era que no le había funcionado.

-No tan rápido, lagarto.

Empujó hacia abajo y de un salto volvió a estar derecha. Sonriendo con absoluta maldad, le señaló con un dedo. Volvió a apropiarse de su deseo, aumentándolo gradualmente hasta el tope y redirigiéndolo hacia… el suelo. En cuestión de segundos tendría ganas de hacerle el amor a la arena cristalizada y la ceniza que todavía quedaban en el lugar.

Sin embargo, no estaba convencida de que eso fuera a ser suficiente. El dragón había probado antes que era perfectamente capaz de resistirse a sus impulsos más potentes. Sin embargo, este en concreto suponía que como mínimo le provocaría confusión. Aprovecharía para situarse a su espalda y le lanzaría dos orbes oscuros para desestabilizarlo, seguidos de una patada en la baja espalda para empujarle hasta el objeto de sus deseos y hacerle morder el polvo de una vez por todas.

-¡Ve pensando dónde te apetece pagar la cena!- Añadiría con una traviesa sonrisa.


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[Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black Empty Re: [Tercera Ronda] Lysbeth Ardian vs. Dexter Black {Jue 9 Abr 2020 - 16:45}

Podía sentirlo. De pronto no era un combate, era algo más. Sus pupilas poco a poco se ajustaban las luces y sombras, al constante movimiento, a los quiebros veloces de Lysbeth que, como una liebre, huía del zorro. Pero allí estaba él, preparado para abalanzarse contra ella a la menor muestra de debilidad, al primer descuido que tuviese. Un error y se cerniría en torno a ella como el destino; infalible, inevitable, inmisericorde. Y aunque la furia había terminado de disiparse por completo, la lucha que mantenían atrapaba sus sentidos como un baile único.

Porque aquel combate, al contrario que la lucha con Arthur, estaba siendo ni más ni menos que una danza. Pasos acompasados y un tempo desenfrenado en tanto que con el pequeño pelirrojo habían pasado por etapas de golpes devastadores y descansos continuos. Distintos adversarios, distintas estrategias, nada que decir al respecto. El marine, pese a su tamaño, había desenvuelto una fuerza arrolladora, mientras que Lysbeth se había terminado decantando por un cuidado y meditado estilo de combate basado en el engaño y el hostigamiento. Afortunadamente para él, estaba hecho al hostigamiento.

Sintió la patada en su cabeza y ella se le fue de entre las manos, desapareciendo tras ello no sin antes regalarle un severo calentón contra el suelo.

- ¡Ya habrá tiempo de juegos más tarde, princesa! -gritó, girando sobre sí mismo en su busca.

La localizó a su espalda, o más bien donde antes estaba su espalda. Estaba sudando de deseo, pero si ella esperaba que se dejase distraer antes de que ella estuviese sobre él iba dada. Aunque, a decir verdad, era un suelo tan sensual... ¿Para qué la necesitaba a ella teniendo ese suelo? Menudo suelo, la verdad es que había hecho un buen trabajo -aunque improvisado- cristalizándolo de forma majestuosa... Joder, se follaría a ese suelo si pudiese. Aunque aquello significase...

No significó nada, porque dos orbes de oscuridad se lanzaron contra él. Los evitó como bien pudo y casi sonrió cuando el suelo se rompió tras él. ¡Era libre del poder de Aki! De lo que no era libre, no obstante, era de su patada. Esa llegó con fuerza y si no se hubiese colocado adecuadamente seguro que habría trastabillado, pero por suerte pudo frenar el pie con su mano... Y eso ahora la convertía a ella en su esclava.

Trató de, sin dejarle tiempo a reaccionar, aferrar su pie con ella y tiró contra sí para acabar pecho contra pecho, hasta poder sentir el ritmo de su pulso, hasta escuchar hasta la más débil bocanada de su respiración. Con un gesto raudo, su otra mano sería conducida por debajo de su axila hasta aferrar la contraria por encima del pecho, evitando tocar nada inapropiado. Quería dejarla aprisionada contra él y con una sola pierna y sin brazos era justo lo que lograba. Pero su ataque aún no había empezado, no. Eso solo era el calentamiento.

- Yo no pienso pagar -le susurraría dulcemente al oído antes de dejar que la electricidad de su cuerpo comenzase a extenderse por todo su cuerpo, con la potencia suficiente para entumecer su menudo cuerpo por completo.

Avanzaría una rodilla contra su entrepierna, evitando cualquier roce de su miembro, que estaba extraordinariamente duro, contra el centro de su poder, y sin dejar de liberar el rayo por su cuerpo daría un pequeño salto hacia arriba, cayendo en plancha contra el lecho de cenizas que tenían debajo, con Aki enganchada y su espalda acariciando la suave ceniza. Tras eso, e ignorando el accidental roce de su miembro contra la pierna levantada de Lysbeth a causa de un repentino temblor en la arena, la intentaría retener hasta que el árbitro dictase un ganador.



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