Rainbow662
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Nivel: 40
Nombre: Guvir Radivlos
Apodo: El Casamentero
Raza: Humano
Sexo: Hombre
Edad: 51
Rango/Empleo: Jefe
Isla de origen: Hallstat (North Blue)
Clase:
Maestría extra: Disparo imposible
Estilo de lucha: Guvir emplea como arma unos chakrams forjados por él mismo y a los que llama “xenas”, en honor a su madre. Se asemejan bastante a anillos de boda, solo que matan mucho más rápido. Es un experto arrojándolos desde cualquier postura y en cualquier circunstancia. Combate esencialmente lanzando varios de estos a larga distancia, aunque también puede usarlos en el combate cuerpo a cuerpo. Si el enemigo resulta demasiado escurridizo, cuenta con sus grilletes. Lanza uno de los extremos abierto, unido al otro por una cadena de cinco metros, para que se cierre sobre las extremidades de su rival y luego lo atrae hacia él para matarlo sin que se mueva mucho.
Armas: Una amplia colección de chakrams, auténticas armas mortales capaces de cortar la carne como si fuera mantequilla y aderezados ocasionalmente con algún que otro veneno. Están hechos de una aleación creada por el propio Guvir, un acero tan afilado como elástico, lo cual permite que los discos voladores reboten a la vez que cortan. Posee también unos cuanto grilletes, aparte de su fiel y vieja daga.
Oficios:
Artesano:
Montaraz:
Aspecto: Como buen acosador siniestro, Guvir es un tipo muy algo, flaco y desgarbado. No es el aspecto de alguien muy de fiar, aunque en Hallstat hay mucha gente que comparte su tez clara y casi enfermiza. Tiene unos ojos grandes como huevos, ligeramente saltones, y una pequeña nariz rodeada de lunares destaca en un rostro de rasgos rapaces que luce más de una cicatriz. Camina encorvado habitualmente, hablando ente dientes como si rumiase sus pensamientos para digerirlos mejor.
Le gusta vestir cómodo cuando trabaja: capa, botas de viaje, ropa de cuero, sombrero y cota de malla para las puñaladas inesperadas. Sin embargo, el resto del tiempo intenta mantener una apariencia de decencia y clase, así que tiene un amplio fondo de armario. No es raro que utilice jubones de vivos colores, abrigos de plumas ribeteados de hilo de plata o zapatos con alzas de lo más delicados siempre que va a la ciudad.
Personalidad: La gente consideraba a Guvir como un tipo majo pero raro. Siempre se mostraba amable y servicial cuando trabajaba formando parejas y organizando bodas, delicado y casi romántico hasta cierto punto. Sin embargo, para otros es simplemente raro y ya está. Tiene una personalidad obsesiva e irascible que se cuida muy mucho de controlar, aunque cada vez le cueste más. Es un hombre ansioso que estalla en violentos arrebatos de ira cuando ve que la gente no le entiende, no se comporta como cree que debería o cuando sus planes salen mal.
No son pocas las muchachas a las que ha seguido hasta casa y espiado de noche a través de una rendija de sus paredes. Tiene cierta afición a hacerlo, algo que le parece totalmente inofensivo. Nunca se atrevería a hablar con ellas o hacerles nada, por supuesto. Es demasiado tímido para eso, aunque no tendría problemas en rajar a alguien que le pillara haciéndolo. Vorona es la excepción, claro. A ella sí se atrevió a hablarle, aunque no salió bien y también tuvo que rajar a más de uno. La cuida desde la distancia, matando a cualquier pretendiente, convencido de que algún día su amor ser´correspondido. Tal vez cuando Vorona cumpla doce años decida aceptarle por fin....
Trasfondo: Guvir se ganó cierta reputación como un experto casamentero, capaz de juntar dos medias naranjas y obtener un frutero entero. Tuvo un desengaño amoroso bastante brusco, culpa, tal vez, de su segundo trabajo: asesino a sueldo. También influyó un poco que en ese entonces él tenía como cuarenta años y su enamorada tan solo once. Semejante rechazo le obligó a cambiar de estilo de vida. Su carácter, que nunca había sido muy alegre, se agrió un poco más, y con cada boda que organizaba, con cada pareja que juntaba, su ira y su frustración creían.
Así que dejó las bodas y los amoríos y se dedicó a la parte lucrativa del negocio, la de matar a los amantes de las parejas que él mismo había formado. Se ganó una vida de fugitivo por una puñalada a destiempo y se vio desterrado fuera de la tierra civilizada de la capital. Ahora vive en los bosques, donde tiene un cómodo refugio en lo alto de un árbol, y de vez en cuando va a espiar a la mujer que amaba para ver cómo le va y matar a cualquier hombre que dé signos de cortejarla.
Historia: A Guvir siempre le ha gustado eso de emparejar a la gente. Se le da bien, para qué negarlo. Tiene un gran talento para encontrarle a cada uno su pareja ideal, y lo explotó con su negocio de bodas en las zonas más rurales de Hallstat, donde él mismo nació. Les evitaba a las familias el engorro de tener que buscar un matrimonio adecuado para sus vástagos a cambio de lo que pudieran pagarle. Pero eso no da para mucho, y la pareja que Guvir había elegido para sí mismo requería de él una bolsa bien grande.
Se había enamorado de una mujer de alta cuna, así que decidió hacerse digno de ella. Entrenó para ganar fama y prestigio en la beligerante sociedad de la isla, estudió para volverse culto, y mató por dinero para costearse una vida digna de la nobleza. Cuando su habilidad llegó a un nivel aceptable, se enroló al ejército y sirvió unos años, durante los cuales amasó una pequeña fortuna. Entonces se compró una villa, se procuró un vestuario adecuado y allá que se fue, a la conquista del amor.
A Vorona, la joven de once años a la que un Guvir que superaba los cuarenta intentó seducir, no le hizo mucha gracia su intensa mirada ansiosa y la forma de hablarle a su familia cuando le mencionaron lo de la diferencia de edad, por lo que acabaron echándole encima a la guarnición. Eso obligó a Guvir a huir humillado, dejando atrás dieciséis cadáveres y una buena parte de su amor propio.
Estaba tan enfadado que mató al primer tipo con el que se cruzó, un soldado borracho que salía de una taberna. La justicia de los Markov le dio caza hasta obligarle a huir a los bosques, donde reunió a unos cuantos seres de tan baja calaña como él para formar una banda con la que sentirse importante, aunque mató a la mitad cuando se rieron del hecho de que Guvir estuviera enamorado de una niña. Con el tiempo, el rumor del chalado asesino del bosque se ha extendido por ahí, y ahora Guvir se dedica a beber, viajar por la isla como sicario y acosar a la pobre Vorona, cuyos amantes encuentran, en lugar del amor, una grotesca muerte a manos de Guvir.
Habilidades: Guvir tiene el grandioso don de juntar a la gente. Siempre sabe quién es la pareja perfecta de cada cual. Nunca falla, así que no son pocos los matrimonios de Hallstat que se deben a su talento como casamentero. Además, también es un experto en pensar regalitos y detalles, así como en la decoración. Su escondite en el bosque es de lo más cuco, garantizado. No son talentos muy propios de un asesino como él, pero Guvir es bastante sensible. Sus habilidades abarcan todo lo necesario para conseguir una boda especial: sabe peinar, hacer centros de flores, arreglar vestidos... Es un gran planificador de bodas.
Fortalezas: Como buen casamentero, Guvir conoce a la gente. Sabe qué suele ser deseable y qué repele a los demás, qué regalos hacer y qué frases encandilan a las damas. Es todo un experto en las cartas de amor... Y eso le viene muy bien para acosar o engañar. No podrá personalizar mucho, pero su gran conocimiento en clichés románticos le ha valido hasta ahora para manipular y tender trampas a algunas de sus presas, al menos a las que se dejan seducir por los clásicos. Sabe salir del paso usando frases típicas de novelas románticas.
Torpezas: A pesar de su talento para emparejar a la gente, es socialmente incapaz de encajar. El tío da miedo, la verdad, y ya no solo por su aspecto. Siempre le ha parecido raro y siniestro a los demás, porque lo es, así que le cuesta ganarse la confianza de alguien que no necesite sus servicios. Rara vez sabe qué decir, así que habla poco, y cuando lo hace suele ser para decir algo fuera de lugar. Por eso y porque no le gustan las multitudes, se fue al bosque a vivir.
Debilidades: Guvir se pone nervioso con facilidad. Es dado a los planes, trampas y emboscadas, pero cuando algo sale mal o se desvía de lo previsto, le cuesta pensar cómo solucionarlo. En esos casos tiende a ir a lo loco y olvidarse de precauciones. Esto le ha ganado una fama difícil de ignorar, por lo que es bastante conocido en las zonas rurales de Hallstat. Difícilmente puede moverse por ahí sin que le reconozcan.
Inventario: Aparte de sus armas suele llevar encima un buen surtido de sus venenos caseros.
Pertenencias: -
Nombre: Guvir Radivlos
Apodo: El Casamentero
Raza: Humano
Sexo: Hombre
Edad: 51
Rango/Empleo: Jefe
Isla de origen: Hallstat (North Blue)
Clase:
- Agilidad: Rango 5 [4 por nivel + 1 por raza] - Maestría en Coordinación
- Sigilo: Rango 5 [4 por nivel + 1 por raza] - Maestría en Ocultación
- Precisión: Rango 5 - Maestría en Ojo de Búho
Maestría extra: Disparo imposible
Estilo de lucha: Guvir emplea como arma unos chakrams forjados por él mismo y a los que llama “xenas”, en honor a su madre. Se asemejan bastante a anillos de boda, solo que matan mucho más rápido. Es un experto arrojándolos desde cualquier postura y en cualquier circunstancia. Combate esencialmente lanzando varios de estos a larga distancia, aunque también puede usarlos en el combate cuerpo a cuerpo. Si el enemigo resulta demasiado escurridizo, cuenta con sus grilletes. Lanza uno de los extremos abierto, unido al otro por una cadena de cinco metros, para que se cierre sobre las extremidades de su rival y luego lo atrae hacia él para matarlo sin que se mueva mucho.
- Técnicas:
- Beso de novia: El típico y fiable lanzamiento de chakram con efecto, calculado para que la trayectoria del disco volador lo lleve a alcanzar su objetivo esté donde esté.
Calla para siempre: Guvir arroja al menos una decena de chakrams hacia todas partes. Gracias al material especial del que están hechos, rebotan continuamente sin perder capacidad de corte.
Esposa y esposo: Guvir lanza un extremo de los grilletes para atrapar el tobillo o la muñeca de su adversario. Entonces tira de la cadena que une ambas esposas y lo derriba, desequilibra o atrae hacia él para así apuñalarlo.
Brazales de compromiso: Guvir se cubre los antebrazos con varios chakrams, como si fuesen brazaletes. Sirviendo tanto de protección como para matar, Guvir los emplea para el combate cuerpo a cuerpo.
Beso cortante: Usa un chakram más pequeño, oculto en su boca, que hace girar con su lengua antes de arrojarlo con gran fuerza. Es sorprendentemente preciso, además de contar con cierto elemento sorpresa.
Armas: Una amplia colección de chakrams, auténticas armas mortales capaces de cortar la carne como si fuera mantequilla y aderezados ocasionalmente con algún que otro veneno. Están hechos de una aleación creada por el propio Guvir, un acero tan afilado como elástico, lo cual permite que los discos voladores reboten a la vez que cortan. Posee también unos cuanto grilletes, aparte de su fiel y vieja daga.
Oficios:
Artesano:
- Herrero: Rango 10
Montaraz:
- Cazador: Rango 10
- Venenos:
- Hacha: Una sustancia hecha a partir de raíces de diferentes árboles autóctonos que agarrota los músculos de las piernas y las paraliza. Se administra a través de la sangre.
Pócima de amor: Un brebaje sin sabor ni olor qu eprovoca síntomas muy parecidos a un enamoramiento exagerado, aumentando la presión arterial, la temperatura corporal y el ritmo cardíaco. Puede provocar excitación sexual o infartar corazones débiles.
Inodoro: Un gas oculto en una cápsula con forma de piña que si se inhala elimina el sentido del olfato. Muy útil para despistar a cazadores.
Purgante: Se trata de un potingue amarillo con olor a arenques que provoca una horrible sensación de náuseas. Se absorbe por la piel.
Aspecto: Como buen acosador siniestro, Guvir es un tipo muy algo, flaco y desgarbado. No es el aspecto de alguien muy de fiar, aunque en Hallstat hay mucha gente que comparte su tez clara y casi enfermiza. Tiene unos ojos grandes como huevos, ligeramente saltones, y una pequeña nariz rodeada de lunares destaca en un rostro de rasgos rapaces que luce más de una cicatriz. Camina encorvado habitualmente, hablando ente dientes como si rumiase sus pensamientos para digerirlos mejor.
Le gusta vestir cómodo cuando trabaja: capa, botas de viaje, ropa de cuero, sombrero y cota de malla para las puñaladas inesperadas. Sin embargo, el resto del tiempo intenta mantener una apariencia de decencia y clase, así que tiene un amplio fondo de armario. No es raro que utilice jubones de vivos colores, abrigos de plumas ribeteados de hilo de plata o zapatos con alzas de lo más delicados siempre que va a la ciudad.
Personalidad: La gente consideraba a Guvir como un tipo majo pero raro. Siempre se mostraba amable y servicial cuando trabajaba formando parejas y organizando bodas, delicado y casi romántico hasta cierto punto. Sin embargo, para otros es simplemente raro y ya está. Tiene una personalidad obsesiva e irascible que se cuida muy mucho de controlar, aunque cada vez le cueste más. Es un hombre ansioso que estalla en violentos arrebatos de ira cuando ve que la gente no le entiende, no se comporta como cree que debería o cuando sus planes salen mal.
No son pocas las muchachas a las que ha seguido hasta casa y espiado de noche a través de una rendija de sus paredes. Tiene cierta afición a hacerlo, algo que le parece totalmente inofensivo. Nunca se atrevería a hablar con ellas o hacerles nada, por supuesto. Es demasiado tímido para eso, aunque no tendría problemas en rajar a alguien que le pillara haciéndolo. Vorona es la excepción, claro. A ella sí se atrevió a hablarle, aunque no salió bien y también tuvo que rajar a más de uno. La cuida desde la distancia, matando a cualquier pretendiente, convencido de que algún día su amor ser´correspondido. Tal vez cuando Vorona cumpla doce años decida aceptarle por fin....
Trasfondo: Guvir se ganó cierta reputación como un experto casamentero, capaz de juntar dos medias naranjas y obtener un frutero entero. Tuvo un desengaño amoroso bastante brusco, culpa, tal vez, de su segundo trabajo: asesino a sueldo. También influyó un poco que en ese entonces él tenía como cuarenta años y su enamorada tan solo once. Semejante rechazo le obligó a cambiar de estilo de vida. Su carácter, que nunca había sido muy alegre, se agrió un poco más, y con cada boda que organizaba, con cada pareja que juntaba, su ira y su frustración creían.
Así que dejó las bodas y los amoríos y se dedicó a la parte lucrativa del negocio, la de matar a los amantes de las parejas que él mismo había formado. Se ganó una vida de fugitivo por una puñalada a destiempo y se vio desterrado fuera de la tierra civilizada de la capital. Ahora vive en los bosques, donde tiene un cómodo refugio en lo alto de un árbol, y de vez en cuando va a espiar a la mujer que amaba para ver cómo le va y matar a cualquier hombre que dé signos de cortejarla.
Historia: A Guvir siempre le ha gustado eso de emparejar a la gente. Se le da bien, para qué negarlo. Tiene un gran talento para encontrarle a cada uno su pareja ideal, y lo explotó con su negocio de bodas en las zonas más rurales de Hallstat, donde él mismo nació. Les evitaba a las familias el engorro de tener que buscar un matrimonio adecuado para sus vástagos a cambio de lo que pudieran pagarle. Pero eso no da para mucho, y la pareja que Guvir había elegido para sí mismo requería de él una bolsa bien grande.
Se había enamorado de una mujer de alta cuna, así que decidió hacerse digno de ella. Entrenó para ganar fama y prestigio en la beligerante sociedad de la isla, estudió para volverse culto, y mató por dinero para costearse una vida digna de la nobleza. Cuando su habilidad llegó a un nivel aceptable, se enroló al ejército y sirvió unos años, durante los cuales amasó una pequeña fortuna. Entonces se compró una villa, se procuró un vestuario adecuado y allá que se fue, a la conquista del amor.
A Vorona, la joven de once años a la que un Guvir que superaba los cuarenta intentó seducir, no le hizo mucha gracia su intensa mirada ansiosa y la forma de hablarle a su familia cuando le mencionaron lo de la diferencia de edad, por lo que acabaron echándole encima a la guarnición. Eso obligó a Guvir a huir humillado, dejando atrás dieciséis cadáveres y una buena parte de su amor propio.
Estaba tan enfadado que mató al primer tipo con el que se cruzó, un soldado borracho que salía de una taberna. La justicia de los Markov le dio caza hasta obligarle a huir a los bosques, donde reunió a unos cuantos seres de tan baja calaña como él para formar una banda con la que sentirse importante, aunque mató a la mitad cuando se rieron del hecho de que Guvir estuviera enamorado de una niña. Con el tiempo, el rumor del chalado asesino del bosque se ha extendido por ahí, y ahora Guvir se dedica a beber, viajar por la isla como sicario y acosar a la pobre Vorona, cuyos amantes encuentran, en lugar del amor, una grotesca muerte a manos de Guvir.
Habilidades: Guvir tiene el grandioso don de juntar a la gente. Siempre sabe quién es la pareja perfecta de cada cual. Nunca falla, así que no son pocos los matrimonios de Hallstat que se deben a su talento como casamentero. Además, también es un experto en pensar regalitos y detalles, así como en la decoración. Su escondite en el bosque es de lo más cuco, garantizado. No son talentos muy propios de un asesino como él, pero Guvir es bastante sensible. Sus habilidades abarcan todo lo necesario para conseguir una boda especial: sabe peinar, hacer centros de flores, arreglar vestidos... Es un gran planificador de bodas.
Fortalezas: Como buen casamentero, Guvir conoce a la gente. Sabe qué suele ser deseable y qué repele a los demás, qué regalos hacer y qué frases encandilan a las damas. Es todo un experto en las cartas de amor... Y eso le viene muy bien para acosar o engañar. No podrá personalizar mucho, pero su gran conocimiento en clichés románticos le ha valido hasta ahora para manipular y tender trampas a algunas de sus presas, al menos a las que se dejan seducir por los clásicos. Sabe salir del paso usando frases típicas de novelas románticas.
Torpezas: A pesar de su talento para emparejar a la gente, es socialmente incapaz de encajar. El tío da miedo, la verdad, y ya no solo por su aspecto. Siempre le ha parecido raro y siniestro a los demás, porque lo es, así que le cuesta ganarse la confianza de alguien que no necesite sus servicios. Rara vez sabe qué decir, así que habla poco, y cuando lo hace suele ser para decir algo fuera de lugar. Por eso y porque no le gustan las multitudes, se fue al bosque a vivir.
Debilidades: Guvir se pone nervioso con facilidad. Es dado a los planes, trampas y emboscadas, pero cuando algo sale mal o se desvía de lo previsto, le cuesta pensar cómo solucionarlo. En esos casos tiende a ir a lo loco y olvidarse de precauciones. Esto le ha ganado una fama difícil de ignorar, por lo que es bastante conocido en las zonas rurales de Hallstat. Difícilmente puede moverse por ahí sin que le reconozcan.
Inventario: Aparte de sus armas suele llevar encima un buen surtido de sus venenos caseros.
Pertenencias: -
Deathstroke
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Me temo que tendrás que cambiar el veneno pócima de amor, con ese nivel le sería imposible, sin tener en cuenta el potente efecto que tiene.
Siguiendo con las cosas, las fortalezas son completamente la profesión de psicología y maestría en táctica.
Y eso es todo de momento.
Rainbow662
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Agilidad
Destreza
Precisión
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Agudeza
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Deathstroke
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