Marian Ramaseca

*Freaky: Es amante de los juegos de mesa y de tablero.
*Niño ardilla: Coleccionista de hoja de árboles.0
*Trastorno de polilla: Tiene el gusto de chupar su ropa hasta generarle agujeros.
*Flautista: Le gusta hacer música con flautas dulces.
*Picaflor: Siempre que encuentre una flor, tratará de probar su polen.




*Ansioso: Odia tener que esperar y peor tener que hacer fila.
*Antiflan: Odia tener que ser el encargado en servir el postre.
*Pestillofobia: Nunca abrirá una puerta que tenga pestillos redondos.
*Perenne: Detesta las arrugas.
*Guardián: No usa armas creadas con fines ofensivos bajo ninguna situación o riesgo..

Pequeños flash back
-Otra vez crisantemos, ya sabes que son flores de muerte. - Dedica en una cálida y fresca voz, la madre del pequeño Marian.
Un cachorro de hombre sutil, débil, hogareño, tapado de sueños y fabulas de antaño.
-Son para ti, madre, quiero que me cuentes la historia del gran flautista que se lleva las ratas.
-¿Otra vez mi amor? Es que ya te sabes esa historia de memoria.
– Por favor madre, te traje un presente. – La mujer ríe en un impecable ribete delineado en carmín, intensificando grandes y perfectas piezas dentales.
Le toma la mano a su hijo, dejando ver sus pequeñas y perfectas palmas, capricho de Afrodita. Sin ayuda de un libro en un tono tierno, marcando cada acento y cada pausa, sirve la mesa de un banquete literario. Palmas aparecieron tras la última pausa y sin dejar pasar la oportunidad, disfrazada en arpillera y cartón, regala al pequeño el instrumento de aquel personaje fantástico.
– Toma tontuelo, haz tu propia historia.
Emocionado y dejando la envoltura de lado, toma aquel impecable instrumento. Sin compás, y con alegría, hace chiflar la dulce, desarmonizada y loca.
– Mamá voy a llevarme todas las ratas del pueblo. Papá estará orgulloso de mi.
– Tranquilo, no dejes de sentirlo.
Culmina el recuerdo una frase que se hace ajena en la actualidad…

Aquí se hamaca el grandulón de una década, en el columpio que su padre levantó en el jardín de una humilde construcción de barro y paja de centeno. Construcción que se hace bárbara, luciendo la pata de elefante en piedra caliza. También tiene alerones para evitar las lluvias y una chimenea que brama aromas delicados. El niño se tira del columpio y se acolchona en un pequeño manto de manzanilla, prueba el polen de una de las pequeñas flores, algo que acostumbraba cada vez que obsequiaba alguna flor a su madre. Buscaba la flor mas dulce, esa que lo cure todo. Eso había leído en uno de las bibliotecas locales, “la flor más dulce del mundo es aquella que puede curarlo todo”. Allí en el jardín, sembradas, estaban cada una de las flores que le supo regalar: rosas, tulipanes, magnolias, bailarinas, bocas de sapo, en fin, cientos. No conforme, seguía buscando aquel espécimen superior.
-Marian, a comer, rápido tenemos que estudiar. - Grita su progenitor sin verlo entre la gramilla. El hijo toma un fragmento de césped y comienza a silbar simulando su flauta. – ¿Qué haces ahí hijo? Ya te hablé lo que pienso de tu idea, no tiene fundamentos. – Simón trata de instruir a su hijo en hábitos intelectuales y odia cada vez que sueña, más esa idea de llevarse las ratas con la flauta, eso es imposible. - Para ser el mejor debes abandonar lo espiritual.
Sin prestarle atención, el silbido sigue el camino al umbral de su hogar. La mesa esta servida con un flamante estofado. Dentro, los hábitos son pacíficos, dejan la discusión para otra oportunidad y respetan el momento. Rompiendo la armonía, Marian habla:
-Ya saben que no voy a servir el postre. – Deja escapar complicidad entre una pícara sonrisa, la cual todos acompañan.  

La flauta empolvada, las fábulas ya no se columpian en sus estanterías, en su lugar duermen rígidas, gigantes enciclopedias. Quince inviernos, la voz apagada de los calderos. Ajeno es el hábito de dormir en el jardín, sus estudios son dictatoriales junto a la ausencia de su madre. Aquella maldita enfermedad se llevó el cuerpo angelical, piel y huesos rondaban por la casa el último tiempo, y el primer sol del verano arrebató su luz, sin mediar; ahora era solo carne podrida, agusanada bajo tierra y sin más. Sin más emociones ni sueños, la doctrina de su padre en ciencias exactas no solo le quitó lo dulce del duelo, ahora el adolescente es un literal crónico, con pequeños gustos imperfectos. No solo se inunda en las ciencias, otra parte del día cultiva su magnífico cuerpo en las artes marciales familiares, artes de protección.
El varón cambió la literatura, ya no sueña con limpiar las calles, solo apuesta a la perfección, a lo exacto, fue así que se fascinó en la robótica: la carne hereje de lo infinito, sustituida por la máquina, capricho de genios. La moral absoluta bajo la ley del mundo, fueron otras de sus devociones. Mama el estilo democrático de su padre e hizo absoluta esa moral, con la cual creció. Se muestra ajeno en peleas y disputas, participa como mediador y buen orador. Entiende que el mundo yace en la decadencia, en la violencia, y basa su vida en proteger a los “buenos”, personas corrientes que hacen girar el mundo y su sistema. Sin capa ni insignia, solo su saber y sus doctrinas, algún escudo, alguna ayuda, pero no más. Perfil infinitamente bajo. Un solo escape a esa exactitud lo demuele, la idea de ser ese escudo humano, ese escudo perfecto que no pudo ser con su vieja.




Vapores humanos.
Más máquina que hombre, en sus veinte años no se dio el lugar para sufrir la muerte de su padre. En su lugar aprovechó el taller que aquel heredó por línea de sangre, para poner su negocio de medio tiempo, era el único en ese lugar del East Blue que reparaba calesitas de madera. Junto a ello y un conocimiento tremendo, dedicó sus días a la docencia de jóvenes en el pequeño centro de educación. Todos sus días eran una réplica del anterior, distaban únicamente de los nuevos conocimientos que adquiría de la biblioteca o de los experimentos en su taller. La idea de mecanizar su cuerpo estaba completa, ya tenía conocimientos para sustituir la carne por aceros y tuercas. Se hizo fan de las tabernas locales, bebiendo poco y moderado, sociabilizaba con sus pares y otros civiles. Se mostraba alegre y gran contador de historias, historias de la vida cotidiana.
Algunos días de limpieza municipal le dieron el hobbie de coleccionar hojas de árboles.  

*Silbido ancestral: Es capaz de silbar fuerte utilizando un objeto plano y rectangular: papel, hierba etc.
*Gran besador: Es capaz de conquistar solo besando, cualquier parte del cuerpo.
*Buena oratoria: Facilidad para dar discursos.
*Calesita: Girar y no marease.




*Genética nórdica: Puede comer cualquier cosa, siempre que este en movimiento, y no perderá su complexión física. Cualquier cosa que aporte un mínimo de valor alimenticio.
*Arquitecto imaginario: Podrá dibujar en el aire y hacer un retrato visual exacto.
*RACIAL: Lleva la razón al extremo haciendo cálculos matemáticos y físicos en segundos.
*Planteo :Logra comprender el funcionamiento de un artefacto de ingeniería de su nivel o inferior, logrando hacer ingeniería inversa.

*La del tío: Siempre tiene la mala fortuna de golpear o enganchar su meñique del pie en vértices malvados.
*Literal crónico: Entiende todo literal.
*Antidiestro: Pésima letra, pésimo dibujo, pésimo trazo. Cero motricidades.
*No soy yo: Jamás puede estar en total silencio, siempre hará o emitirá sonidos.




*Hijo de la luna: Por una necesidad biológica solo podrá hacer uso de su conocimiento de ingeniería en el horario de trece a seis horas, en la mañana su cerebro no funciona muy bien.
*Sin espalda: No puede bajo ningún concepto girar la cabeza y mirar hacia atrás.
*Diestro con tendinitis: No puede usar su brazo derecho para fuerza bruta ni mover sus escudos, solo los podrá cargar generándole un gran dolor.

Nombre del estilo de lucha: Guardián de la montaña.
Ejecución: Se basa en adoptar posturas defensivas, guampas, utilizando escudos de diferentes tipos. Como medio de ataque tiene contragolpes o golpes dados por el escudo.
Postura básica: Por lo general toma una postura en cuclillas, cubriendo el cuerpo con el escudo sin perder de vista al rival.






Movimiento brusco en el que el usuario toma su escudo y golpea con este el ataque directo del rival, utilizando su fuerza como defensa.


Categoría: Genuina
Naturaleza: Física
Descripción: El usuario lanza el escudo en el piso y esquía sobre el la superficie solida por la que se encuentra, usando uno de sus pies como impulso. La velocidad se vera afectada por la fuerza del usuario. La velocidad será la mitad de la fuerza, un rango menos en velocidad con respecto a la fuerza.


Categoría: Especial
Naturaleza: Física
Descripción: El usuario gira sobre su eje con el escudo en manos a gran velocidad, ajustada a su agilidad, para bloquear técnicas directas de gran poder. Si se utiliza mas de dos veces el usuario genera mareo.


Categoría: Genuina
Naturaleza: Física/Elemental
Descripción: El objetivo canaliza fuerza por dos segundos en su piernas logrando dar un salto de veinte metros con su escudo hacia adelante. Al aterrizar golpea el suelo con el escudo sin perder la postura. El impacto genera un pequeño temblor, con diámetro de dos metros que hace entorpecer.

Descripción y habilidades: Un escudo pavés de tamaño descomunal y gran grosor, sorprendentemente ligero para su tamaño. Este objeto fue creado para proteger a su portador y a otros, y la voluntad de su artesano pervive en él.
Protector: Gastando tres usos de haki de armadura de al menos nivel desarrollado y apoyando el escudo en el suelo, este se vuelve completamente inamovible durante una ronda. Ninguna clase de poder ni fuerza será capaz de desplazarlo, aunque sigue pudiendo ser dañado y destruido.
Propiedades exóticas: Tenacidad mítica, liviandad mítica y dureza genuina.

*Herramientas básicas en su mochila de cuero (Martillo, llave inglesa, morsa, multi destornillador, pequeña cierra, juego de geometría lápiz de carpintero y una trincheta)



*Casa de barro heredada por su familia.