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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Miér 9 Mar 2022 - 13:50}

Isla: Bloothe

Reglas:

  • Tenéis diez rondas para resolver la situación planteada, negativa o positivamente.
  • Los posts abarcarán como máximo 800 palabras.
  • No habrá moderaciones. Os corresponde a vosotros el rumbo que tomará la resolución de la trama.
  • La coherencia será tenida en cuenta. Una resolución excesivamente fácil para los personajes será castigada.
  • Una vez concluida esta fase, se abrirá una segunda.
  • Todo lo que hagáis tendrá consecuencias en las próximas fases de la trama.
  • El metarrol se paga con hierro.

Situación: Bloothe se ha convertido en el ojo del huracán, metafórica y figuradamente. Una tormenta de proporciones apocalípticas rodea la isla, impidiendo que ningún barco pueda salir de las pocas bahías seguras y puertos que hay. Unos pocos barcos de viajeros han logrado huir de la tormenta y llegar sanos y salvos. No hay escapatoria hasta que la tormenta se calme; todo el mundo está atrapado en su interior, protegido y aprisionado por la zona de clima estable que envuelve cada isla de Grand Line.

Cinco embarcaciones han escapado de la tormenta: el navío de Arny, el de Alice, un galeón de la Marina, un mercante y un barco de pasajeros. Tanto el barco marine como el de pasajeros muestran un aspecto cochambroso; han sufrido lo peor de la tormenta y escapado a duras penas. Por los escasos marines que hay en su cubierta y sus rostros sombríos se puede adivinar que no toda la tripulación ha sobrevivido al viaje.

Hay un problema además de la tormenta. Bloothe no es la clase de isla en que uno querría verse atrapado. En cuanto los barcos se aproximan a la costa, aún sorteando el fuerte oleaje, varias embarcaciones piratas salen al paso. Los tiburones han olido sangre y pretenden morder carne. Podéis ver al menos tres jolly rogers diferentes, dos de ellos repetidos en varios navíos. No son lo peor que esta isla tiene para ofrecer, pero en esta situación, representan un peligro serio. Es hora de luchar por la supervivencia... salvo que pretendáis dejaros saquear y abandonar a su suerte a los marines, a los que matarán sin piedad.
Arny Sanskari
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Miér 9 Mar 2022 - 19:19}

Mientras el barco que la marina le había entregado, y que usó para cruzar al paraíso, surcaba el mar a toda vela, Arny escribía su cuaderno de bitácora. La curiosa profesional, la doctora Mimi, dormía en su camarote, ignorantes, los dos, de la que se les venía encima.

El cielo comenzó a quebrarse, la luz bajó y un viento frio  acarició el barco por estribor, provocando una sacudida en el velamen que el mink ya conocía. Las había estudiado anteriormente, pero nunca lo había visto ni sentido, y un escalofrió recorrió su gaseoso cuerpo mientras guardaba los útiles de escritura y se levantaba de la silla atornillada.
Un segundo escalofrío lo hizo temblar al agarrar el timón, pero su pico mostraba la sonrisa más grande que era capaz de poner.

-YUUUUUUHUUUUUUUUUUUUUUUUUUU- aullaba el ornitorrinco mientras hacía rebotar la cubierta del carguero contra las olas, cada vez más salvajes. Arriba y abajo, arriba y abajo, meciéndose con la marea, acompasando el vaivén con virajes precisos, colocando la proa del barco para abordar las olas de frente. Surfeando las crestas de las crecientes dunas acuáticas.
Pero el navegante no había llegado hasta ahí para morir en una tormenta, sabía que no podría durar mucho bajo la tormenta perfecta con aquel trasto y Mimi estaría vaciando su estomago en la papelera desde hacía un buen rato. Arny estaba seguro de ello.

La única alternativa era entrar en el ojo de la tormenta, si debía fiarse de los viejos escritos de Ohara, y así lo hizo, buscó el horizonte, se dejó mecer con las corrientes y dejó que los gases hablasen. Las presiones que distinguía indicaban una dirección clara y las siguió, como un perro un rastro que tan solo él puede ver, hasta la isla de Bloothe.

El panorama era devastador al otro lado de las olas salvajes y los vientos capaces de arrancar de cuajo el velamen. Varios barcos trataban de acercarse a la costa, al menos eso pensó Arny al ver la escena. Pero pronto se percató de las banderas izadas y comprendió la situación -MALDICIÓN- bramó -Mimi, quédate a salvo, esto se pondrá gaseoso- gritó entonces en dirección al interior del barco, pues sabía que la doctora procuraría por todos los medios alejarse del peligro tras aquellas palabras. Encaró el carguero en dirección al barco de la marina, y cambió el cordaje de las velas para aprovechar hasta la más mínima ráfaga de viento y llegar antes al galeón que los piratas.

Se aproximó por la popa, ocultando su propio barco de la vista de los piratas poniéndolo detrás del enorme galeón y subió a bordo volando, agarrado a una de las gruesas maromas utilizadas para amarrar en puerto. Pero en su lugar amarró su nave a uno de los salientes del castillo de popa y abordó el navío con las manos en alto
-Habéis llegado a mala isla, vienen los piratas y pese a que aquel crucero es una golosina más dulce estoy seguro de que vendrán a mataros. Puedo ayudar- dijo con seguridad en su voz. Pues el ornitorrinco, tras haber pasado por la esclavitud, había perdido el miedo a casi todo. Se nublaba su juicio de cuando en cuando y su carácter compasivo le impedía ignorar estas situaciones -Os hubiera dejado a vuestro aire contra ellos, pero no sería una pelea justa y me vería obligado a actuar de una manera u otra. Vosotros veréis si me queréis con vosotros, pero no puedo permitir que os maten simplemente por el hecho de ser marines- terminó, no movido por la soberbia, ni un sentimiento de superioridad. Sino por la compasión y su propio sentido de la justicia.


montaje mío de regalo:


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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Jue 10 Mar 2022 - 1:52}

Justo estabas terminando de dar cuerda al último reloj cuando te llamaron.

- ¡Alice, te necesitamos aquí! -gritaron desde cubierta.

Con suspicacia te acercaste un poco a la vitrina, queriendo pensar que no era algo tan urgente, y terminaste de darle cuerda.

- ¡Alice, joder! ¡Que se nos viene encima!

Aunque querías restarle importancia diste por hecho que no te engañaba la aparente urgencia de sus gritos y saliste por la puerta del camarote, temiendo un abordaje. Cuando viste el panorama comprendiste que era mucho peor: Habíais entrado de lleno en un huracán y ninguno de tus hombres era capaz de llevar el barco en condiciones.

- ¡Apartad del timón! -ordenaste mientras tus manos se ennegrecían-. ¡Bill, a mesana! ¡Marcus, ayuda a Jeff con las vergas de la mayor! Y por el amor de dios, ¡¿cómo se os ocurre meteros en la boca del lobo?!

Lo primero que buscaste fue romper con el viento. La fuerza de empuje que traía este sumado al oleaje que estaba provocando era un peligro terrible. Si el agua chocaba por proa erais más susceptibles a un accidente grave en el casco, además de dejar gran parte del timón fuera del agua por momentos. Con cierta pericia, un juego coordinado de los chicos subiendo y bajando las velas para aprovechar el empuje y una sopa deliciosa del viejo Cabbage -el cual parecía indiferente a la tormenta- conseguisteis entrar en el ojo. Era una opción terrible, pero mucho más segura que intentar salir una vez dentro del huracán.

Cuando todo terminó te dejaste caer sobre el banco junto a tu puerta, en el puente de mando. Cuando estaba soleado sacabas unos cojines para tirarte ahí a leer o hacer cualquier cosa mientras no era necesario manejar, pero ese día no había tiempo para relajarse; no había hecho más que empezar. Miraste a babor y estribor, dándote cuenta de que algunos otros barcos habían logrado cruzar el muro con bastante menos éxito que vosotros. Sonreíste con cierta tristeza, levantándote al momento para ver cómo al tiempo que os acercabais a la costa un cálido recibimiento os esperaba.

- Ocho barcos... -Suspiraste-. Cinco bandas.

Reconociste las Jolly Roger: La más importante de ellas era la de los piratas Yucatán, cuyo capitán Grant Jiménez se había hecho un nombre como bandolero en Shishano antes de salir al mar. No era una gran banda, en realidad, pero sí lo suficiente para haber robado un galeón bien armado a la Marina, tan grande y bien armado como él, y en mucho mejor estado. Si no hacíais algo... Si no os metíais en la boca del lobo, aquello iba a ser una carnicería.

- Nos superan en número, más que probablemente en potencia de fuego y... -te cerraste el abrigo lentamente-. Voy a ir. ¿Miles?

Saqué una pistola, disparando hacia delante. El riel comenzó a desenrollarse y el gancho se clavó en la bala, lanzándome tras ella. Todavía vestido como tú me dejé llevar, dejando que la oscuridad me envolviese tras un momento. Ya en mi ropa, desplegué las alas del chaquetón y aproveché el propulsor de las alas de la libertad para propulsarme hacia arriba. Volar era... Una experiencia interesante. Ocultarse a simple vista, también.

Desde tierra -mar, en este caso- confundirme con un pájaro era sencillo. Los colores arcoíris de su forro interior lo hacían un objeto difícil de identificar, mientras que la velocidad hacía el resto, sumado quizá a la falta de expectativa.

Aterricé en un puesto de vigía vacío, intentando no ser visto con relativo éxito. Creí que se había fijado en mí alguien del gran galeón mientras volaba, pero si lo hizo no dijo nada. De ese modo corté con un movimiento del sable las jarcias a mi alrededor y salté sobre la cubierta con una gran masa de oscuridad en mis pies, absorbiendo el impacto por completo. Una banda pirata al completo rodeándome, las cuerdas hechas un guiñapo a mi alrededor y una confusión patente en esa gente que me dio tiempo a saludar amablemente.

- Capitán Sebastian Miles Silvercat -dije, con una reverencia, mientras a mi espalda surgían dos enormes cañones de la oscuridad, que cayeron pesadamente a la horizontalidad-. Encantado de conocerles.

Pum. Ambos cañones detonaron, cada uno haciendo daño a un barco. El más central recibió tiro más rasante y el agua comenzó a entrar, mientras que el otro tuvo suerte y el proyectil solo se llevó por delante dos cañones de banda. Suficiente, asumí.

- Ánimo con todo eso -comenté, encogiéndome de hombros, mientras una cuerda salía disparada hacia lo alto del palo mayor. Cuando esta se retrajo las culebrinas volvieron a su lugar y la energía de la caída se liberó de golpe, haciendo crujir ligeramente el suelo.

Con un poco de suerte, había conseguido que iniciase una batalla entre piratas.
Arny Sanskari
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Jue 10 Mar 2022 - 19:37}

La miseria desatada en aquel galeón, la expectativa de enfrentarse a tantos piratas, haber perdido parte de sus efectivos durante la tormenta y que de repente un ornitorrinco aparezca en tu barco. Los entrenados marines se habían visto sobrepasados por la situación, y la autoridad que mostraban las palabras del mink era lo suficientemente fuerte como para que se agarrasen a aquel clavo ardiendo, que había aparecido de la nada para ayudarlos.

Arny se movió rápidamente hasta el timón donde un recluta sin galones se aferraba, temeroso, con las manos blancas por la presión que ejercía contra la madera
-Suéltalo chico- pidió el navegante con un tono que no admitía un no por respuesta. Pero el joven, impresionado, había visto la muerte muy de cerca, la misma que se había llevado al timonel, su maestro, con ella. Y no se dejaría impresionar por el tono de un mink -TIMONEL- dijo en un tono aun más alto, haciéndose oír por encima del oleaje que rompía contra el barco. Intentando que su voz llegase hasta el ultimo hombre en cubierta. -Si continuas agarrando así el timón te partirás las muñecas con el oleaje y no habrá nadie que lleve esta nave a casa cuando yo me vaya, SUELTA EL JODIDO TIMÓN- Esta vez las expresiones de los hombres cambiaron ligeramente. Alguien hablaba en futuro y la esperanza humana funcionaba igual en las minas de azufre, que en el mar tras una tormenta. Eso lo sabía el mink.
Las manos del joven comenzaron a temblar a medida que se aflojaban y en cuanto comenzó a soltar, el timón comenzó a girar. Arny, atento, sujetó la rueda para que no arrastrase las manos del navegante aprendiz. -Ahora quedate ahí y presta atención, te enseñaré un par de cosas- dijo el ornitorrinco antes de sujetar, ahora con las dos manos, el volante de aquel enorme buque de guerra.

En otra situación se hubiera permitido el lujo de estar nervioso, el lujo de disfrutar el viaje. Pero la situación era cada vez más compleja y el tiempo perdido no ayudaba. Por suerte para el mink, aquellos soldados sabían cumplir ordenes y conocían los aparejos, así que el buque estuvo proa a la isla en poco tiempo.
En cuanto las maniobras de viraje terminaron y pudieron encarar la costa, Arny levantó la cabeza y fijó su vista en los barcos que se aproximaban, disparándose entre sí, lanzándose garfios unos a otros. Confundido completamente por la maniobra, Arny viró a estribor para escapar del laberinto de cuerdas que habían formado -¿Nos quieren pescar como bacalaos?- preguntó en alto mientras los piratas continuaban acercándose.

Cuando el caos en las cubiertas piratas, llenas de fogonazos de pólvora, estuvo lo suficientemente cerca como para distinguir qué ocurría. Era demasiado tarde para algunos, que deberían huir o hundirse.
Los ánimos de la marina habían aumentado sustancialmente tras ver la competición entre piratas. Por ver como sus enemigos se mermaban entre ellos. -Escuchad, sois los buenos, ¿no?- preguntó en alto Arny sin respuesta -SOIS LOS BUENOS, ¿NO?- gritó, terminando de espolear la moral de los soldados, creando un momento de adrenalina donde hasta los heridos, tumbados en el suelo gritaron -SIIII-
En aquel momento comenzaron a correr por cubierta como si hubieran recordado su cometido de repente y toda su instrucción moviera sus cuerpos en automático y de manera precisa. Repitiendo una vez más, algo que habían memorizado sus músculos de tantas veces como lo habían repetido a lo largo de su vida de marine.
-Bien, es vuestro momento, ayudad al crucero, los pasajeros son civiles. Yo iré a retenerlos hasta que marchéis... por cierto, mi barquito está detrás amarrado al castillo de popa, dentro va una amiga mía, es científica, cuidadla, por favor- pidió, para acto seguido mirar al aprendiz -Recuerda, no lo agarres, sujétalo, guía este barco- y le pasó los mandos, poco a poco, dejando que se adaptase a la presión que la marea ejercía sobre semejante construcción. Una vez libre para marchar, Arny adoptó su forma elemental y voló directamente hasta los navíos que los perseguían.
Aquello le parecía raro, o el botín era demasiado valioso y lo sabían o alguien había roto algún trato. Y el navegante sabía que eso en el mar se penaba con la muerte.
El campo de batalla marítimo había llegado a su punto álgido cuando los tablones de abordaje se colocaron entre barcos, creando un escenario móvil de muerte, en el que una chica destacaba en el centro de la ira de una banda pirata. -Curioso- Pensó mientras se sentaba en la verga del palo mayor, observando lo que ocurría.


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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Dom 13 Mar 2022 - 1:01}

Los garfios se escuchaban a lo lejos, y las tablas de abordaje muy cerca. Los cañonazos habían sido el pistoletazo de salida a una competencia cruel entre criminales que, a fin de cuentas, eran también rivales entre ellos. Solo había un barco marine a batir, lo cual había sido suficiente para que una formación pirata relativamente organizada zarpase a su encuentro, pero la desconfianza entre capitanes era un mal endémico que muy difícilmente podrían subsanar. Eran, al fin y al cabo, cinco barcos para cinco tripulaciones, pero solamente tres de ellos podían considerarse un premio gordo: El galeón, seguramente repleto de armas y materiales con los que hacer contrabando, y los navíos mercantes. Concretamente uno de ellos, cuya forma delataba mejor aislamiento de una bodega si cabe más amplia, que estaba seguro llevaba alguna clase de tesoro interesante. Nuestro barco y el otro superviviente, sin embargo, no eran gran cosa.

Buena noticia, dadas las circunstancias.

Era como música. Los disparos me seguían mientras la cuerda se replegaba sobre sí misma cada vez a mayor velocidad, llevándome con ella. El impulso era lo bastante fuerte como para que las pistolas llegasen tarde hasta mí, dejando un largo tiempo de recarga suficiente para que muy pronto tuviesen problemas más urgentes a los que dedicarse: Los supervivientes del barco hundido iban a tratar de subir como si la vida les fuese en ello -de hecho, les iba en ello- mientras que del otro lado ya estaban llegando por las tablas los primeros bucaneros dispuestos a clamar venganza por la destrucción de una parte tan delicada del barco. Probablemente, en el proceso, asegurándose la propiedad del barco que acababan de asaltar.

Sonreí. No podían seguirme tampoco por las cuerdas, ya que las había cortado. Quizá fue eso lo que, una vez me posé en la verga con una expresión de superioridad mientras los cañonazos empezaban a tronar y los aceros entrechocaban, ver un animal sentado sobre el palo que me miraba con curiosidad me hizo sobresaltarme. Con el corazón algo acelerado desenfundé la pistola, apuntando a su cabeza antes de plantearme siquiera que estaba frente a un ornitorrinco.

- Espero que vengas con buenas intenciones -amenacé-, ya que mi acero es afilado y mi pólvora está seca.

No estaba momentos atrás. No había estado cuando llegué, y su presencia ahora con las jarcias por los suelos no se explicaba de ninguna forma coherente, al menos teniendo en cuenta que escalar más deprisa que yo el palo implicaba que debiera haberlo visto. Por muy seguro que me sintiese nunca, o casi nunca, ningún detalle escapaba de mi vista. Pocas veces obviaba lo que veía, y el ornitorrinco había logrado sobrepasarme. Era peligroso.

- Capitán Sebastian Miles Silvercat -me presenté, finalmente, sin dejar de apuntarle-. ¿Frente a quién tengo el honor de encontrarme?

La educación seguía siendo, ante todo, fundamental en estos tiempos tan salvajes.
Arny Sanskari
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Lun 14 Mar 2022 - 12:36}

-Holi- exclamó el mink moviendo sus deditos en el aire frente a él a modo de saludo -Arny Sanskari... Capitan Arny Sanskari supongo, lo cierto es que no le doy importancia a esas cosas- se presentó -¿Tu empezaste todo esto, no?- preguntó entonces.
Arny era ciertamente inteligente y conocía el mar y sus leyes lo suficiente como para interpretar la información que sus sentidos le ofrecían. Las miradas y los gritos de odio, los disparos al aire intentando acertar en la chica, y la necesidad palpitante de sangre, eran prueba suficiente para el ornitorrinco. Que tan solo tendría que confirmar una cosa más -Debo agradecerte tu ataque, pues me has dado tiempo para ayudar a gente inocente. Pero no puedo permitiros atacar como hienas a quien acaba de atravesar la tormenta perfecta en alta mar- sentenció pensando que aquella persona vestida de pirata y lo apuntaba con un arma, formaba parte del destacamento de rateros profesionales que se atacaban y maldecían metros más abajo.
-Te devolveré el favor librándote de los que te han visto aquí abajo para que puedas volver con tu banda, pero me gustaría que regresarais a vuestra guarida sin dañar a ningún inocente. Tendré piedad con quienes se retiren- dijo sonriendo, antes de comenzar a ponerse en pie sobre la verga. -Por cierto... ya puedes dejar de apuntarme, de todos modos no me darías- dijo sin atisbo de amenaza en su voz, mientras estiraba perezosamente la espalda con los brazos en alto.

La humedad ambiental en el ojo de la tormenta, rodeados de agua, potenciaba en cierta medida la habilidad del ornitorrinco para detectar fuentes de electricidad, lo que le permitía detectar los cuerpos en cubierta y bajo cubierta.
Un montón de danzarinas formas eléctricas, como pequeñas llamas. Iluminadas por la cúpula eléctrica que representaba la tormenta, aparecieron en la mente del mink. Aquel mundo eléctrico refulgía con fuerza, casi cegándolo, pero tan solo era su manera de interpretar lo que los receptores alojados en su pico detectaban. Podía ver los cuerpos con gran nitidez tan solo centrándose en aquel sentido, y cuando abrió los ojos de nuevo, centrando la vista en su objetivo ya tenía claro su plan.

Abriendo los brazos en cruz, su forma híbrida, a medio camino entre su estado más gaseoso y su forma física, lo cubrió como una capa.
Intensos vapores emergían del peludo cuerpo del mink, creando una extraña ilusión óptica. El aspecto fantasmal, con su cuerpo fundiéndose en la atmósfera, solo para regresar de nuevo segundos después, no estaría completo sin el electro.
Pese a que Arny no era muy teatral, sabía reconocer cuando era el momento de una entrada que llamase la atención, y aquella sin duda lo sería.

El ornitorrinco comenzó a descender suavemente, activando su electro en medio del aire, iluminándose de un blanco puro gracias al dióxido de carbono que expulsaba de su cuerpo, llamando la atención de todos los que estaban cerca, deteniendo la lucha mientras la centella descendía, brillante, hasta unos metros de la cubierta. El mink entonces describió un giro sobre si mismo, comenzando a descender a toda velocidad e impactando su cola sobre las tablas del barco.
La destrucción del impacto, rompió el embrujo de los piratas que comenzaron a correr, asustados, sin saber que los había atacado.
Arny, había atravesado la cubierta con el impacto de su cola, desplegando todo el poder destructivo de su ataque, unido a la electricidad, en la bajo cubierta. Donde los infelices que disparaban los cañones hacían su trabajo.
La pólvora se incendió en los sacos al contacto con las chispas. Comenzando a arder violentamente, llenando todo de humo, ahogando y cegando a quien se quedase en el lugar, que había sido despojado de la capacidad de ataque.

Una columna descontrolada de humo salía por el agujero de entrada creado por el ornitorrinco, haciendo pensar a todos fuera que el barco estaba en llamas.
Columna de humo caliente que Arny aprovechó para salir al exterior, donde unos pocos curiosos valientes aun observaban, con morbo, la escena.
Los limites del cuerpo del mink eran difusos en su forma híbrida. Pero la unión con la columna ascendente, hacía que éste se perdiera en los limites de la capacidad de comprensión humana, atemorizando a todo aquel que tenía oportunidad de observar un brazo por aquí o un pico por allá.

La intención de Arny solo era ganar tiempo hasta que la dotación de marines pusieran a salvo el crucero en la isla, tanto de la tormenta, como de los piratas.


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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Lun 14 Mar 2022 - 15:14}

Parecía ajeno a la situación. Como si no le asustasen los cañonazos y los garfios de abordaje no fueran suficiente para intimidarlo, una pistola frente a su cabeza parecía tener el mismo efecto en él que un saludo no muy educado. En lugar de reaccionar con cierto miedo o siquiera sorpresa agitó la mano frente a mí y saludó con una tranquilidad que solo podía asociar a la locura más absoluta... O al total control de la situación.

- Lo habéis empezado vosotros -contesté por instinto-. Si os hubieseis mantenido en la costa sin molestar esto no os estaría pasando.

Sin embargo sus siguientes palabras me hicieron dudar. ¿Cómo que ayudar a gente inocente? Parecía que de alguna forma él creía que yo formaba parte de alguna tripulación de las que enfrentaban ahora a los supervivientes de la tormenta. Pero era él, o sería él, o... ¿Por qué un pirata que hubiese salido para abordar barcos indefensos iba a preocuparse de la gente en su interior? Es más, estaba deslizando una amenaza velada a los piratas camuflándolo como un acto de caridad. "Retiraos y no moriréis", una declaración que podría parecer audaz e incluso temeraria en boca de cualquiera, pero había llegado hasta ahí sin que me percatase de él y no tenía ningún miedo, por lo que tal vez supusiese un reto. Para la mayoría.

- Deja sus cabezas intactas -dije, bajando el arma-. El Gremio no paga si no puede reconocerlas.

Estaba seguro de que podía hacerle daño, pero también de que no era una amenaza real. Al menos no para mí, o no ahora. Con suma tranquilidad se mantuvo durante unos momentos expectante y luego, abriéndose en cruz, mostró su verdadera naturaleza: gases emanaban de él y su cuerpo adoptaba un aspecto más liviano, translúcido. Como una suerte de fantasma bizarro, un espectro gaseoso que se había gestado por una fruta del diablo, se dejó caer entre relámpagos que recorrían su cuerpo enrarecido contra la cubierta del barco, iniciando su parte del espectáculo.

Miré hacia el Oaxaca, el buque insignia de Jiménez, calculando. Desde ahí arriba las distancias parecían más pequeñas de lo que realmente eran, por lo que ni me molesté en intentar lanzar el gancho. De interceptarlo alguien o engancharse donde no debía quedaría vendido a merced de quien se le acercase. De ese modo, lancé una bala más.

Los proyectiles solían ralentizarse cuando me enganchaba, pero aun así daban un impulso mucho mayor a la simple retracción del cable. Con ellos desplegar las alas era si cabe más sencillo que normalmente, y podía maniobrar en vuelo ascendente con mucha más soltura que a velocidades escasas. La velocidad, al mismo tiempo, permitía que si bien para mí fuese complicado esquivar, para los torpes cañones fuese casi imposible darme a sabiendas. Eso asumiendo que sus disparos me buscasen, que no parecía ser el caso.

Esa vez aterricé sobre el castillo de popa del galeón. Estaba seguro de que en esta ocasión sí me habían visto, también de que muy pronto vendrían a por mí, así que comencé a envolver el techo de una ligera pátina de oscuridad, viscosa y humeante, que se extendió hacia sus muros y terminó por gran parte de la cubierta superior llegando hasta el palo mayor. Llamó la atención de no pocos piratas, que me apuntaron con sus arcabuces y pistolas, pero era demasiado tarde. La oscuridad se había apoderado de su barco.

- Fracture -musité.

Sonó como una explosión. De golpe miles de astillas saltaron por los aires como balas y la oscuridad se disipó. El palo mayor se rompió en su base y la mayor parte de la cubierta principal era ahora un boquete que dejaba ver los camarotes de oficiales y las despensas de la bodega superior. Algunos cadáveres atravesados por estacas de más de medio metro y heridos estaban al alcance de mi vista, por lo que opté por ignorarlos y con suavidad me dejé caer sobre los aposentos del capitán, vacíos en ese momento. El Oaxaca ya no podía navegar, pero eso no significaba que Jiménez no guardase en su dormitorio alguna carta de navegación interesante o un tesoro del que me pudiese hacer cargo. Tenía poco tiempo, pero alguno me quedaba.
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Mar 15 Mar 2022 - 20:10}

Arny ascendió dejándose llevar por el oscuro humo que producía la pólvora ardiendo. Pronto tendrían problemas si no sofocaban el incendio que provocaría, pero eso ya no era problema del ornitorrinco, que pudo observar desde su posición privilegiada, cómo una patina oscura cubría la cubierta de uno de los navíos pirata. Solo para acto seguido estallar en millones de esquirlas y astillas, destrozando todo a su paso -Otro usuario- pensó -Debo acabar con esto antes de tener que enfrentarlo-
Arny se sentía confiado, pero sabía lo que los poderes de las frutas podían conseguir, y acababa de ver una nave abierta como una lata de conservas que guardase petardos en lugar de sardinas -Esta bien, yo también sé llamar la atención- se dijo a si mismo mientras comenzaba a concentrar su poder.

A cierta altura sobre el enjambre de barcos, una ondulación comenzó a doblar el humo en el que viajaba el mink. Hinchándose como una pelota, ampliando su volumen hasta alcanzar un diámetro de quince metros. La esfera ennegrecida comenzaba a almacenar en su interior todo gas cuanto se encontraba a su alrededor, mientras los limites de la esfera se definían contra el cielo lleno de nubes.
El flujo de compuestos quemados se convirtió en lo único que unía la extraña figura voladora con uno de los barcos, como si la esfera se alimentase del caos toxico que se elevaba desde la cubierta agujereada.
Un brillo morado comenzó a surgir en su interior. Bandas moradas, rotas por destellos blanquecinos  surcaban el interior de la llamativa bola, mientras que la columna de humo ahora, describía con su movimiento la violencia que el contacto de aquella figura ejercía sobre lo que tocaba su exterior.
Poco a poco, ondulando su entorno, la esfera comenzó a menguar, y una vez alcanzados los seis metros de diámetro, la esfera se fracturó. Una grieta comenzó a romper la superficie, separando la esfera en seis orbes que permanecieron juntos, sostenidos en el aire, mientras se condensaban en objetos de apenas un puño de grande. Aquellos puntos luminosos desprendían un oscuro aura de peligro, teñida de destellos morados y blancos.

Las esferas se desplazaron hasta rodear al ornitorrinco, que había permanecido tras el espectáculo de luces, pero ahora se veía perfectamente iluminado de un purpura que parecía absorber la propia luz. Orgulloso, realizó un movimiento con su mano y tres esferas comenzaron a descender a toda velocidad hacia las tablas que unían las naves. Arny tenía un propósito claro, su nivel moral le impedía tomar tan fácilmente las vidas de aquellos que se encontraban en peligro, aunque el peligro fuese él mismo.

Un extraño sonido de succión se desató en tres puntos del campo de batalla al mismo tiempo, como si alguien hubiera levantado el tapón de una bañera enorme. Apenas un segundo después, el sonido sordo de una implosión desató el caos.
Los garfios de abordaje y los tablones que unían los barcos, se habían convertido en polvo que se dispersó violentamente en todas direcciones como arena en una tormenta. Las bandas de las naves afectadas, presentaban un dibujo circular casi perfecto que marcaba el limite de destrucción de aquellas extrañas luces purpuras.

Elevando el tono de su voz, iluminado por las tres esferas restantes que se movían rápidamente a su alrededor, rodeándolo, y su propio electro. Seguro de haber llamado la atención de los suficientes piratas, Arny dijo -Ahora sois libres, podéis seguir luchando o terminar con esto y volver a casa a mi me da igual. Pero no permitiré que saqueéis a quienes no pueden luchar-
El reto había sido lanzado, la amenaza estaba en el aire, a la espera de ser respondida o rechazada, pero pese a todo, fue el ornitorrinco quien dio el primer paso.

La tormenta llamo a los piratas, la sangre llamo a los tiburones y los tiburones luchando entre sí por hacerse con el pedazo de pirata más grande, llamaron a algo más peligroso que un escualo.
Desde la posición del mink se podía observar como las aletas delatoras de los tiburones, escapaban del conflicto empujadas por una larga sombra oscura que llegaba desde mar abierto.
La reacción de Arny fue instintiva y prematura, pero desató nuevamente el caos al hacer volar una de sus esferas directamente al mar. La succión y la implosión bajo el agua, levantó una enorme columna de agua marina y meció los barcos cercanos, pero había fallado el tiro y las opciones de paz.
Como espoleados por el espectáculo, los bucaneros continuaron peleando con los miembros de otras bandas que habían quedado encerrados en sus barcos tras el abordaje, y la posterior desaparición de los puentes que unían cada navío.
Mientras la sombra se movía en círculos, rodeando la zona de conflicto. Con la mirada del mink encima, siguiendo cada giro.


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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Miér 16 Mar 2022 - 2:15}

Una vieja tradición del mar decía que, una vez sin velamen, un barco pertenecía por ley de guerra a quien lo hubiese arrancado. Era una forma bonita de invitar a los contendientes, en cierta medida, a pelear como caballeros en busca de tirar abajo el palo de su adversario, aunque en la cruda realidad mientras la batalla tornaba más y más sangrienta solo un necio se preocuparía por hacer un barco innavegable. En su interior habría un sinfín de enemigos, y aun si se entregasen pacíficamente habría que llevar el navío a puerto y hacerse cargo de las reparaciones que este necesitase. Abrir un hueco al ras y hacer que se hundiera era siempre mucho más eficaz, y aunque se perdiesen tesoros y provisiones, resultaba mucho más seguro. Yo de no haberme posado sobre el Oaxaca, de hecho, no habría intentado dejarlo así. Pero las circunstancias habían querido que estuviese aquí, así que... ¿Qué demonios era aquello?

Desde la ventana -o el amasijo de cristales reventados que había en su lugar- pude observar una enorme bola flotando junto a los barcos. Quise no darle demasiada importancia, y aunque asumí que se trataba del ornitorrinco, pensar que estaba más o menos de mi lado resultó extrañamente tranquilizador. No esperaba enfrentarme a él y estaba seguro de que hasta cierto punto podría hacerme cargo si la situación se complicaba, pero nunca me había enfrentado a un usuario tan poderoso. Quizá no era tan fuerte como parecía, en realidad; aun así, de volverse en nuestra contra sería un peligro. Un peligro muy vistoso.

Opté por no prestarle más atención mientras evitaba las estacas de madera que llovían sobre mi cabeza. Si bien había evadido la mayor parte una pequeña proporción había volado muy por encima, cayendo ahora. No eran difíciles de esquivar, y tras unos veinte segundos guarnecido pude asumir que el peligro ya había pasado. Me enfoqué entonces en lo que quedaba del cuarto, examinando con ojo crítico cada detalle: Un cofre a los pies de la cama, un escritorio con pergaminos enrollados en un jarrón y un pequeño armario junto a la ventana, flotando sobre lo que antes debía ser una percha. Estaba atravesado en sus puertas por algunos pedazos de madera, pero no era algo a lo que fuese a darle especial importancia cuando me puse a rebuscar: Nada. Comprobé si había dobles fondos, arranqué una balda por completo y hasta golpeé varias veces a ver si desencajaba algún compartimento oculto, pero todo lo que encontré fue pólvora tirada y un par de brújulas que giraban completamente desorientadas. Como sucedía a todos esos cacharros en Grand Line, en realidad.

Sin pararme mucho agarré los pergaminos del jarrón y me los guardé, justo para escuchar cómo tras de mí se abría la maltrecha puerta. Con la mejor de mis sonrisas volteé la cabeza, observando a un hombre calvo de gran altura -aunque comparado con nosotros casi cualquiera podría ser descrito así- y barba espesa, cana. Su bigote estaba peinado en un cuidado imperial y sus ojos azules clavaban una mirada cruel en mí.

- Hay que ser chingón -dijo, con un deje de apenas molestia en la voz- para desguazar un barco tan nuevo, güey. ¿Tú sabes a cuántos hombres hay que matar para conseguir este barco?

- Solo al adecuado -contesté.

El olor a pólvora me embriagó por un instante. Aún no había terminado mi respuesta y la bala ya estaba saliendo hacia su rostro. Cierto que no era la mejor postura para apuntar, pero me recoloqué enseguida mientras el cañón todavía humeaba, como si esperando su contestación necesitara colocarme de perfil para evitar mejor lo que pretendiera hacer. Solo por si acaso, porque como siempre, mi tiro nunca erraba. Pero eso a Jiménez le dio igual.

Con la misma tranquilidad que yo trataba de demostrar constantemente evitó fácilmente la bala, apenas doblando el cuello. Arqueó una ceja como si pidiese más, acompañado de una media sonrisa llena de seguridad que parecía delatar lo que ya temía: Ese hombre no era como la mayoría de cuatreros que se hacían llamar piratas.

- Elocuentes palabras. -No pareció inmutarse por el disparo-. Pero tengo un argumento mejor.

De golpe se desvaneció, apareciendo a mi espalda sin que apenas me diese cuenta. Casi por instinto salté a un lado evitando que una enorme guitarra negra me hundiese la cabeza en la madera llena de astillas. No sé qué me sorprendía más, si su extraña arma o que resistiese semejante golpe. Sin embargo, cogía cuanta distancia pude y desenvainé mi sable.

- Capitán Sebastian Miles Silvercat -me presenté-. No olvidéis este nombre, pues os lo preguntarán al otro lado.

El pirata, apenas impresionado, enarboló su guitarra con suma parsimonia como si de un bate se tratara. Suspiré. Este no iba a ser fácil.
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Jue 17 Mar 2022 - 19:57}

-La forma de torpedo es típica de los escualos, pero el tamaño es varias veces mayor de lo que cabría esperar- razonaba el mink mientras una lluvia de balas atravesaba el espacio en el que estaba. Incluso una bala de cañón fue disparada sin riesgo para Arny, que simplemente se disipó en una nube gaseosa, antes de regresar a su forma habitual -No puede ser un rey marino, no aquí, ¿Verdad?- preguntó al aire mientras el monstruo, seguro de ser el único predador marino en la zona, comenzó a jugar su propio juego.

La espuma de las olas impedía ver con claridad lo que se ocultaba debajo, pero la silueta y el tamaño estaban claros -Al menos cuarenta metros de largo si no hay más sorpresas- el ornitorrinco seguía volando, con sus dos únicas esferas restantes a la espera de recibir ordenes.
Cuando la bestia se cansó de dar vueltas alrededor de los barcos, y motivada por la separación de estos, atacó.
La bestia, cargada de dientes, mordió desde abajo uno de los barcos que peor estaba. Cosido a cañonazos, en llamas y con ríos de sangre de los piratas muertos o heridos, manando desde cubierta. Mezclándose con la espuma de las olas. Anunciando a los predadores marinos que la cena estaba lista.

Tras varios segundos en los que el mink perdió de vista al animal, este surgió desde el fondo con la boca abierta y lista para tragar -AHORA- gritó Arny, presa de la excitación y la tensión del momento. Era la primera vez que podía observar un ser tan descomunal y le gustaría no perder la oportunidad de estudiarlo más de cerca, pero el momento no era propicio para ello. Pero sí para frustrar su comida y salvar a tantos humanos como pudiera de sus fauces.

Tras la orden gritada, como si le hiciera falta, una de las esferas voló rauda hacia el lugar donde el masivo tiburón se manifestó, masticando maderas y cuerpos por igual tras haber hecho saltar por los aires la quilla, partiendo en dos grandes trozos el navío, llevándolo a pique.
La orden no fue dada con la suficiente antelación como para salvar el barco, pero consiguió golpear a la bestia en el lomo mientras se retorcía en el aire de regreso al mar, en la típica cabriola de los escualos cuando saltan fuera del agua, con solo una diferencia. Este no había llegado a sacar ni la mitad de su enorme cuerpo.
El sonido del orbe rozando el cuerpo de la bestia mientras esta regresaba al mar, erizó el vello de todos aquellos que sufrían dentera ante los sonidos chirriantes. Esta vez Arny decidió no explotar la esfera, tan solo aprovechar su dureza para dañar y testear la piel del animal, quedando muy sorprendido con el resultado.

El enorme escualo emitió un sonido estremecedor presa del dolor, la sorpresa, o cabreado por ser interrumpido mientras come. Era indiferente para quienes había decidido, serían su comida.
El humo levantado por la fricción olía a carne quemada y dejó un buen surco en la piel del tiburón, que si bien no era profundo, abarcaba desde sus agallas hasta las aletas ventrales.

El espectáculo no había pasado inadvertido para los marinos que se encontraban en la zona. Los cañonazos, los trabucazos y las respiraciones pesada por la lucha desaparecieron por completo. Un silencio sepulcral, tan solo roto por las olas rompiendo se apodero de la zona de batalla, hasta que al fin, el primero en reaccionar, grito algo. Un nombre. “Dakuwaqa"
La lucha terminó y cada pirata regresó a su puesto, aunque estuvieran en barco enemigo. Todos trataban de virar y regresar a la isla, donde la profundidad los protegería de la bestia con nombre propio.

La esfera regresó al lado del mink junto con el nombre. Arny desconocía qué podía significar lo que acababa de escuchar, pero no le sonaba a ninguna de las palabras utilizadas habitualmente para pedir paz o consenso -¿Dakuwaqa?- preguntó en voz alta sin esperar respuesta, pero la encontró. Como respondiendo a la llamada, el enorme tiburón con nombre, salió del mar una vez más. Buscando al culpable de su nueva herida.

Dada la altura a la que volaba el ornitorrinco, la bestia salió en todo su esplendor del mar, mostrando el surco reciente y muchas otras cicatrices que cubrían su cuerpo gris oscuro. Aquel guerrero del océano había tenido muchas batallas antes de aquella. Heridas de toda clase cruzaban su poderoso cuerpo desde el hocico hasta la cola. Se detuvo por varios segundos en el aire, que parecieron eternos, antes de caer de regreso al agua sin conseguir su presa en el primer intento -Solo está midiendo- razono Arny, que mostraba una gran sonrisa en su pico pese a haber olido el aliento del dios escualo de cerca.


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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Mar 22 Mar 2022 - 12:00}

A mi alrededor se daban cita una infinidad de sonidos que trataba deliberadamente de ignorar. Los gritos de cada pirata herido y los aullidos de dolor de aquellos con la mala suerte de haber caído al agua se solapaban con el trueno de los cañones, que dejaban una estela de polvo y humo que resonaba de fondo como una pequeña deflagración. Cuando balanceaba mi peso la madera crujía, y Jiménez respiraba con pesadez. Afuera una bestia rugía, explosiones se sucedían, y un acorde a medio tocar de la guitarra marcó el inicio de una danza.

Sus movimientos eran ágiles teniendo en cuenta su tamaño, pero aun así más torpes que los míos. Sus pies parecían flotar sobre la madera en un compás de tres por cuatro siguiendo un patrón hipnótico, dibujando líneas imaginarias que casi por instinto comencé a seguir y, si él se movía a ritmo de negras, mis pasos ávidos encadenaban corcheas totalmente sincronizadas. Él hundió su guitarra sobre mi cabeza, pero un quiebro agachándome fue suficiente para tratar de castigar su pierna con una descarga horizontal de mi sable, si bien reaccionó a tiempo e interpuso el mástil de su arma contra ella, empujándola hacia atrás.

Tal vez soltar el arma no habría sido una mala opción, pero en su lugar dejé que me hiciese rotar sobre una pierna. Le daba tiempo para reponerse, pero también a mí para pensar; pensar deprisa, pero pensar.

Esa vez el golpe llegó con un barrido hacia mi cadera. Lógico, al fin y al cabo, pues en medio de un movimiento aparentemente descontrolado era donde más daño podía hacer. No obstante cuando esta llegó se topó con mi mano en el camino, deteniéndose por completo. Pude ver su cara de incomprensión, también su miedo cuando intentó despegar la guitarra de mí y no era capaz. Con una sonrisa tan homicida como mi mirada empuñé el sable apuntando hacia él y traté de apuñalar su corazón, pero se zafó soltándola y dando un paso hacia atrás.

Retrocedió paso a paso a la par que yo avanzaba, pero se quedaba sin espacio. No quise acorralarlo, era peligroso, pero sí acosarlo. Tiré la guitarra a mi espalda y desenfundé la pistola, disparando casi al momento. Evitó el disparo rodando hacia el arcón, que abrió sin dificultades para sacar un... ¿Una pala? Era como un remo corto o un bate aplanado, lleno de piedras visiblemente afiladas en los costados.

- Ahora sí -dijo Jiménez con una sonrisa triunfal.

No comprendí la gravedad de esas palabras hasta que se lanzó contra mí una vez más. Iba a interponer la mano, pero fintó en el último momento y poco más pude hacer aparte de desear que no me diese. Suspiré aliviado cuando el arma rebotó contra mi piel sin hacerme daño y, cauto, retrocedí cuanto pude. Se movía deprisa y gestionaba sus puntos fuertes con astucia, minimizando sus fallas... ¿Qué hacer?

- ¿Sabes qué? -dije, tranquilamente-. Has visto lo que le ha pasado a tu barco. Si eso es todo lo que puedes ofrecer... Lo siento mucho.

Solté la pistola, haciendo que de mi mano se extendiese un humeante tentáculo negro que atrapó su brazo. Desconcertado emitió un leve gruñido antes de que tirase de él, arrancándoselo de cuajo y agarrando su extraña espada en el proceso. Chillaba de dolor mientras su sangre teñía el suelo, siendo absorbida poco a poco por las astillas. Pateé su brazo, alejándolo de mí, y salí por la puerta del camarote para ver el caos que se había desatado en medio del barco:

El castillo de popa seguía en pie a duras penas. Sus escaleras destrozadas llevaban a ninguna parte y desde las bodegas se lanzaban garfios por los que los supervivientes intentaban llegar hasta las barandas para quién sabe si lanzarse al mar y probar suerte con los tiburones o tratar de alcanzar otro barco.

- Parece que esto está terminando -comenté, desapasionado-. Cuando solo queden dos o tres barcos hasta un galeón maltrecho y las pocas defensas que puedan tener los mercancías bastarán para hacerse cargo del comité de bienvenida.

- Os matarán en cuanto... en cuanto... -Estaba perdiendo demasiada sangre-. En cuanto piséis tierra. Oaxaca no olvida.

- Curioso. ¿Cuántos Oaxaca quedarán cuando pisemos tierra? -pregunté-. ¿Diez, veinte a lo sumo? ¿Qué te hace pensar que al ver vuestra inevitable derrota otros piratas no aprovechen para daros el golpe de gracia?

No hubo respuesta. A los diez segundos escuché un golpe sordo y me di la vuelta hacia él. Me acerqué, recogí mi arma y con la propia pala de Jiménez lo decapité. No podía cobrar sin pruebas, al fin y al cabo. Metí su cabeza entre las sábanas, enrollándolas como un hatillo. Tras eso, examiné las posibilidades: El barco iba a hundirse más pronto que tarde, sobre todo ahora que la quilla no tenía un freno que la mantuviese ligada. Tenía que volar. Y, de paso, dar instrucciones a los muchachos.
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Mar 22 Mar 2022 - 17:14}

El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Tiburz10

Para el segundo ataque, Arny estaba preparado. En verdad no había que ser muy inteligente para prever el salto, esta vez con más fuerza, de aquella bestia titánica.
Las enormes mandíbulas llenas de dientes como velas, se cernieron sobre el mink. Esta vez tratando de tragárselo de un bocado. Pero el ornitorrinco, lejos de asustarse, pensó en el peligro que representaba para el resto si alcanzaba su altura y caía de nuevo. Por lo que lanzó sus dos esferas restantes a las fauces del desmedido tiburón.

Durante unos segundos parecía que no conseguiría nada, pero la presión que las esferas ejercían sobre uno de los enormes colmillos terminó por impedir al escualo tomar la altura necesaria. Aun así, la técnica tan solo consiguió horadar la superficie del diente -Wow- pensó Arny al comprobar la dureza de aquel material, entonces, chasqueó los dedos.
Un sonido, ahora familiar, para quienes hubieran estado atentos anteriormente, comenzó a escucharse en el aire mientras la bestia se retorcía en el aire, de vuelta al mar. La implosión posterior también se reconocería, pero los desperfectos no tendrían punto de comparación por la dureza del animal.
Tras la primera explosión, una segunda acompaño a la primera en la boca del tiburón, al destruirse la segunda esfera por acción de la primera. Un pedazo de diente menos, Dakuwaqa regresó bajo las aguas con un gruñido aterrador.
Un pedazo de diente que Arny no perdió tiempo en recoger cuando salió despedido. Era grande como una tienda de campaña, pero no lo suficientemente pesado para aquel tamaño, lo cual sorprendió al mink, que esperaba ser arrastrado con él y tener que soltarlo. Aun así, poco podría hacer con aquello entre las manos durante la situación que ocurría bajo él.

La sombra se había perdido en la profundidad del océano, pero el ornitorrinco sentía que aquello no había acabado. Los barcos comenzaban a regresar por donde habían venido. Eventos más importantes que el botín a bordo de los barcos arrastrados por la tormenta habían sucedido. La carrera por llegar primero y reclamar el premio había sido truncada, pero el honor de aquellos hombres había sido puesto en juego y los únicos que sabían quien y como había empezado aquello, estaban muertos.

-Bien- exclamó el mink, que comenzaba a acusar el cansancio de mantenerse flotando y usando sus capacidades. Más ahora, cargado con semejante botín, y a sabiendas que no podría hacer mucho en aquel momento, decidió regresar con Mimi y comprobar que todo estuviera correcto. Además de dejar su premio y descansar.

Los agentes de la marina habían conseguido reunirse con los barcos civiles y mantener el orden. Los acontecimientos ocurriendo a lo lejos, facilitaron la tarea de los marines. Pues todos los ánimos estaban conectados en llegar a la costa y recomponerse. Por lo que los navegantes siguieron las instrucciones de las figuras de autoridad que llegaron para salvar el día. Pues es más fácil recibir ordenes en aquellos momentos de pánico, que darlas. Por lo que agradecidos, los civiles siguieron con diligencia las ordenes.

-ESTAS PUTOLOCO, EN QUE CABEZA CABE, ERES UN INCONSCIENTEMEVASAMATARDEUNDISG...- cuando la mirada desencajada de Mimi se quedó totalmente en blanco, mientras sus pulmones se cargaban de nuevo de oxigeno para seguir gritando desaforadamente. Arny se disculpó. El ornitorrinco se pasaba la vida disculpándose con aquella mujer por casi cada cosa que hacía. Pero sabía que lo hacía por que se preocupaba por él, por eso aguantaba los berrinches, que algunas veces terminaban con un abrazo, pero otras, muchas, con un golpe directo al pico que siempre era encajado con entereza.
Pero la buena doctora tenía un punto débil, su curiosidad, y Arny traía algo interesante esta vez -...¿Eso es lo que creo que es?- preguntó tras recobrar el aliento, acariciando con la punta de los dedos el pedazo de diente que el ornitorrinco acababa de dejar en la bodega de carga -Lo investigaremos juntos, ¿vale?- prometió el mink, pero sabía que ya no le escuchaba. La mente de la mujer se había perdido de nuevo en sus cálculos e hipótesis.

Tras tomar agua y comer algo de carne seca observando el horizonte, centró su capacidad para detectar fuentes eléctricas en el océano bajo él. Comprobando que salvo algunos bancos de peces, no existía nada. Y si había bancos, la bestia no andaría por las cercanías.
La costa no quedaba lejos y su pequeño carguero continuaba siendo arrastrado por el galeón de la marina, por lo que se lo tomó con calma hasta el momento del atraque y no apartó su mirada del grupo de navíos pirata.


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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Vie 25 Mar 2022 - 19:21}

Me tomé mi tiempo en cargar el arma. Pólvora, la bala envuelta en papel para asegurarme de atascar bien el cañón y presioné con esmero, pero tomando cierta delicadeza -la justa- para evitar que la pistola sufriese. No iba a tener tiempo de explorar el barco a fondo, pero tampoco me molestaba demasiado, pues un par de mapas y una pala de guerra para coleccionar no estaban nada mal.

Disparé al aire casi en vertical, manteniendo la inclinación justa para que no acabase cayendo sobre mí pero sin preocuparme mucho tampoco de ninguna dirección en particular. En consecuencia me elevé por los aires hasta una gran altura aunque no tan rápido como cuando dejaba la bala apenas unos pocos grados sobre la horizontal, y desplegué las alas. Volar era una sensación única y por la que siempre había envidiado a Surya, y desde que había podido probarlo... Era simple magia. No había otra manera de describirlo.

Tomaste el control del cuerpo cuando el rumbo ya estaba tomado, poco a poco para evitar una disociación violenta que nos hiciese caer, y fuiste controlando el rumbo del planeo hasta que estuviste lo bastante cerca del barco como para lanzar un garfio. En ese momento la oscuridad te envolvió una vez más y donde hacía un momento lucía mi ropa volvía a estar la tuya. Ya no había sable ni pistola, solo seis cuchillos bajo la falda y tu melena rubia al viento, que brillaba como el oro bajo los tímidos rayos de sol que se colaban por entre las nubes. El riel se enganchó en un mástil que habías hecho instalar solo a esos efectos -y que calculabas en un par de años deberías reemplazar- y te dejaste dar un par de vueltas orbitando por la nave hasta que perdiste suficiente velocidad, aterrizando con una voltereta perfecta que te ahorró casi todo el dolor y cualquier hueso delicado susceptible de romperse. Con mirada triunfal te levantaste y, ajustándote bien la falda, alzaste la voz:

- ¡El mar es seguro! -exclamaste. Bueno, era relativamente seguro, pero más que antes-. ¡Y tenemos botín!

Hubo algunos vítores mientras agitabas la sábana ensangrentada, que rápidamente le lanzaste a Bill con órdenes claras. El chico ya estaba acostumbrado a guardar cabezas en un congelador alejado de Cabbage para mantenerlas en buen estado hasta que debíais entregarlas. Estaba junto al calabozo de la bodega, aunque ese lo habíais utilizado menos veces: Si bien era cierto que un pirata también moriría de sabotear el barco en medio del mar, un lobo acorralado era demasiado peligroso. Nada te decía que no tratase de matar a sus captores a sabiendas de que eso lo mataría a él, sobre todo cuando el final de su viaje estaba grabado en una lápida ya.

Tomaste el timón de nuevo sin perder de vista los barcos que aún quedaban y observaste que el galeón formaba de manera más o menos organizada con los civiles, seguramente en un intento de practicar la unión frente a los pocos barcos que ya quedaban. Con un gesto de la mano Mitchells entendió hacia dónde debía orientar las velas y gritó la orden mientras tú virabas ligeramente para acompasarte a la formación. Una vez en ella dejaste el timón a cargo de los chicos y enarbolaste una bandera blanca desde babor, que fue correspondida.

Se mostraron un poco hostiles cuando tu garfio se clavó en el casco, pero no dispararon y pudiste respirar un par de veces antes de que te rodease un grupo de seis reclutas.

- ¡Soy amiga! -exclamaste, levantando las manos-. Solo quiero llegar a tierra; vengo a preguntar por el plan.
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Mar 29 Mar 2022 - 16:36}

Los atacantes partían de regreso a sus bases con más bajas de las que podrían haber imaginado al inicio de su salida de saqueo. Y sin haber podido acercarse a sus objetivos.
Muchas cosas se torcieron para ellos antes siquiera de llegar a estar cerca de los barcos que habían salido maltrechos de la tormenta. Un mal día para las flotas de piratas afincados en Bloothe.

La atención del ornitorrinco cambio entonces a la pequeña flota que navegaba dirección a la isla con el galeón de la marina en cabeza.
El crucero, lleno de miradas asustadas y nerviosas que miraban desde la baranda hacia tierra, estaba casi en las ultimas. Necesitaría alguna reparación antes de salir al mar de nuevo.
El mercante y el carguero de Arny estaban más o menos bien, debido a la robustez con la que se crearon. Además de una pinaza que en contra del resto, no parecía haber sido fabricado en serie. Una construcción particular con un diseño típico, si, pero varias personalizaciones que lo hacían una pieza única. Eso, unido al aspecto más o menos intacto hacían pensar al ornitorrinco que no solo no pertenecía a ninguna compañía, sino que su timonel sabía lo que hacia.

La estilizada nave viró con el viento y comenzó a seguí la estela del galeón, acercándose al barco y al propio carguero del ornitorrinco -Interesante- pensó el mink, que no se había perdido la hazaña voladora de la chica desde el frente de batalla, hasta la pinaza. Por eso, cuando vio salir el garfio con intención de anclarse al galeón, Arny comenzó a flotar hasta la cubierta del barco de la marina, pese a haber visto la bandera blanca.

Desde el castillo de popa el ornitorrinco observó la escena sin llamar la atención, atento a lo que sucedía con aquella chica que, estaba seguro, no muchos sabían que había estado en los barcos pirata.

El marine que parecía haber heredado el cargo de capitán elevó una mano con la palma abierta hacia el frente y los soldados bajaron las armas, pero no relajaron su postura frente a la invasora. Ya habían tenido demasiadas emociones ese día y tenían los nervios a flor de piel -Llevaremos la flota a puerto y trataremos de socorrer a quien lo necesite. Ese es el plan- respondió con marcialidad.

Como un mal presagio, el ambiente se comenzó a teñir de rojo. La proximidad a la isla comenzó a influir en la percepción de los colores y las sensaciones. La salinidad rojiza teñía todo en aquel lugar, donde la temperatura comenzaba a bajar gradualmente cuanto más cerca estaban de la isla.
La respiración de los humanos comenzó a hacerse visible a medida que exhalaban y los más sensibles al frio comenzaban a tiritar tímidamente.

-Te he visto venir desde los barcos pirata- dijo entonces el ornitorrinco que descendió a cubierta de un salto para sorpresa inicial de los marines. Que pasaron a un gesto de reconocimiento y cierto descargo de angustia en sus rostros, por alguna razón, al reconocer al mink -Lo cual tampoco dice mucho, por que yo mismo he vuelto también- dijo rascándose la cabeza con gesto pensativo -Bonito barco- continuó entonces con un gesto de cabeza, señalándolo con el pico -¿Nos conocemos?- preguntó entonces -Tu cara me suena- era la mejor manera que tenía de explicar que reconocía la huella eléctrica de alguien. Si bien los matices eran completamente distintos, la línea general era muy similar a la del capitán Miles. Podría ser su hermana melliza.

Arny no sabía muy bien que pensar, pues conocía los matices grises del mundo, como también sus partes oscura y brillante. Por suerte o por desgracia lo había vivido todo, por eso qué a la hora de tratar con la gente, no haga caso de las apariencias.


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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Vie 1 Abr 2022 - 11:57}

No era una buena idea. Por lo menos era una idea, pero no era una buena idea. Ahora que los piratas se habían visto inmersos en su propia batalla fraticida había vía libre para llegar hasta la isla, ¿pero luego qué? Atestada de piratas y criminales con un barco necesitado de reparaciones y sin poder recibir refuerzos a causa del huracán... Si es que hubiese refuerzos allá afuera. Todos parecían compartir la misma expresión derrotada, enmascarada bajo su rictus estoico de postura de guardia. Ellos también sabían que su lucha no terminaba una vez llegasen a tierra, que mucho menos podían esperar una cálida bienvenida y, sobre todo, que era improbable salir todos de ahí con vida.

- Bajad esa vela -respondiste, señalando hacia arriba.

- ¿Perdón?

- Esa vela está tintada de azul, con una gaviota -continuaste-. Normalmente cuando un barco marine atraca en islas piratas o bien puede defenderse o bien tiene refuerzos. ¿Vosotros podéis? -El silencio fue su única respuesta. Sabían que no podrían-. Eso me parecía. Bajad esa bandera; cosedle una tela por encima, lo que queráis. Pero una vez el barco esté en puerto será mucho más fácil hundirlo, y como parezcáis marines...

- No, no. Continúa.

Te encogiste de hombros.

- Deberíais vestir ropa de civil, al menos mientras estéis por aquí. Ir a una taberna, sobornar a un par de bandas para que os protejan el barco... La verdad, no me gustaría estar en vuestro pellejo.

El oficial no parecía tener ganas de discutir, así que se limitó a dar un par de órdenes para bajar la vela mayor. No tenían forma de cubrirla sin dañarla, pero dejarla oculta hasta el momento de abandonar la isla no era una opción descabellada. Sin embargo, al momento en que todo parecía relajarse el aura rojiza de la isla llegó hasta vosotros mientras el ornitorrinco caía desde lo alto. Tenía cuestiones suspicaces y, la verdad, bastante lógicas, pero la respuesta que le diste no era mentira:

- No creo que me hayas visto a mí -dijiste. Me había visto a mí, al fin y al cabo.

Lo siguiente que hizo fue... Curioso. Claro que tu cara le sonaba, aunque era la primera vez que podía verte ambos ojos y quiero pensar que mi expresión facial era algo distinta a la tuya -si bien no lo bastante como para evitar que nos reconociesen-, pero alabó el barco. ¿Había reconocido el navío de Duvalle? ¿Seguiría pensando que se trataba de una tripulación pirata? Quizá sí, quizá no. Pero sospechaba de ti, creías. Era una lástima que tu sexto sentido solo te advirtiese de las intenciones ocultas tras las palabras, pero no de cuáles. Aun así, estabas segura de que recelaba de ti.

- Es la primera vez que veo un ornitorrinco parlante -repusiste, evadiendo la pregunta-. ¿Mink o experimento?

Sucedía algo curioso. Las minks hembra tendían a ser estilizadas y esbeltas, casi como humanas envueltas en pelaje. Los hombres, por su parte, eran mucho más similares a animales antropomorfos. Lo más probable, claro, era que se tratase de un mink, pero quién sabía. Además, así ponías el foco en otra cosa mientras terminabais de llegar a la costa.
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Lun 4 Abr 2022 - 11:56}

-Un orgulloso miembro de la tribu mink- contestó el ornitorrinco, mirando directamente a los ojos de la chica -Arny- se presentó con una ligera inclinación de cabeza que se hizo evidente gracias a la longitud de su pico dentado.

Los marines habían comenzado a moverse, agradecidos por poder ponerse ropa de abrigo a la par que ocultaban su origen. Las marcas que definían aquel galeón como parte de la autoridad habían sido tapadas o eliminadas de la vista y hasta el timonel vestía ropas de calle.
-Al  menos servirá hasta que se corra la voz de vuestra llegada por los piratas que venían a abordaros. Aunque creo que tendréis un rato de paz. Antes tienen algunas cosas que arreglar... muy seguramente- dijo Arny.

Un simple vistazo al resto de la flota, evidenciaba que los tripulantes habían acudido a sus ropas de abrigo también. La proximidad de la isla dibujaba expresiones esperanzadas en aquellos ansiosos por salir del mar, ignorantes de la posible mala situación que podrían encontrar a su llegada a puerto. Lugar que no tardarían en alcanzar.

-¿Que interés tienes en ayudar a estos marines?-Preguntó de repente el mink a la chica -No pareces el tipo de persona que ayudaría a quien porta la justicia en su espalda y son considerados la ley en algunos lugares- aclaró, expresando sus pensamientos en voz alta -Tienes más aspecto de...- dejó la frase en suspenso mientras inclinaba la cabeza hacia los barcos pirata. Por lo que él sabía, podía ser una banda infiltrada haciendo el teatrillo para quedarse con todo el botín. Lo cual alabaría de ser cierto, pues habrían logrado hacerle todo el lio a sus competidores -Verás, resulta que comprendo algo sobre meteorología y se que prever ciertos fenómenos atmosféricos no es complicado cuando sabes mirar las señales correctas. Y con los contactos adecuados puedes conocer las rutas comerciales e incluso, otras más complejas, como las de los barcos de la marina. La historia esta llena de traiciones... Quiero decir...- Arny tendía a sobrepensar las cosas por deformación profesional, y trataba de ver todas las visiones posibles que el prisma de las posibilidades ofrecía en cada situación. Por supuesto, lo más simple solía ser lo correcto. Pero uno no estudia ciencia sin aprender a pensar fuera de la caja. Al menos eso le gustaba pensar para evitar admitir que tenía un problema -... Quiero decir... todo puede ser posible-

El vaho del aliento comenzaba a hacerse evidente. Las temperaturas habían descendido como cabría esperar en una isla de invierno y el tono rojizo del ambiente lo teñía todo mientras la pequeña flota, liderada por el enorme galeón. Rodeaba la isla y se aproximaba a la construcción de madera que hacía las funciones de puerto, y ultima frontera entre cierto orden y el libertinaje.

Los vellos del mink lo protegían de las bajas temperaturas, pero los poderes de su fruta lo protegerían de los daños provocados por la exposición al frio. Pero estaba seguro de que Mimi seguiría mirando el trozo de diente, temblando y azulada para cuando llegasen a puerto.
-Debo hacerme cargo de mi propio barco- dijo entonces el mink señalando al carguero que iba remolcado detrás -Entraré por mi cuenta y con suerte podré pasar desapercibido del foco de atención principal. Al fin y al cabo mi nave es una cascara de nuez y parece que las cosas aquí ya están bajo control. Luego te veo- se despidió, dando por sentado que más tarde se encontrarían de nuevo. Como Arny sabía que iba a pasar, pues aquella chica, con aquella huella eléctrica, había llamado su atención. Y él sabía hacerse el encontradizo muy bien.

Tras despedirse, el ornitorrinco regresó al carguero que navegaba, no sin antes soltar el cabo amarrado al galeón. Como sospechaba, Mimi continuaba en la bodega haciendo las primeras pruebas con el material recién recolectado -MIRAMIRAMIRA ES INCREIBLE, SOLO EN LA SUPERFICIE HAY CIENTOS DE BACTERIAS QUE SERÍAN LA PESADILLA DE CUALQUIER HERIDA. AHÍ DENTRO HAY NIÑOS MUERTOS DE HACE TRES AÑOS... CASI LITERALMENTEEE- gritó entusiasmada con una placa de petri en sus manos y la herramienta de rascado en la otra. El microscopio que siempre portaba entre sus herramientas, encendido, y casi la totalidad de su maletín de útiles, desperdigado por la mesa.

Con una sonrisa en su pico, Arny puso un abrigo sobre la bata de laboratorio de su amiga. Sabía que podía hacer poco para sacarla de aquel trance hasta que terminase lo que estaba haciendo -Vamos a llegar a puerto, es una isla invernal. Preparate- dijo junto a su oído, mientras sus manos palmeadas aún reposaban sobre los hombros de la doctora tras poner el abrigo encima. La petición fue recibida con una mirada de asentimiento. Le había entendido, suficiente.


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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Miér 20 Abr 2022 - 18:38}

- Tengo moral -contestaste frunciendo el ceño-. Además, si este barco no llega a puerto dudo que los otros dos tengan muchas esperanzas.

Tenías serias dudas de que llegar a la isla te hubiese metido en líos. Habrías atracado sin mayor problema, sobre todo de haber optado por sacar del cajón la bandera negra de Duvalle que guardabas como trofeo. Eran los marines quienes habían despertado a la bestia; quizá la conjunción del galeón y dos buques mercantes, lo que lo hacía parecer un escolta de cargas importantes, era lo que había puesto a los soldados en el ojo del huracán. O al menos tenía sentido pensar que era por eso, ya que la idea de que se hubiesen tomado como un desafío a su hombría que cinco barcos atravesasen la tormenta resultaba, como mínimo, inverosímil.

En cualquier caso seguiste escuchando al ornitorrinco. Tenía cierta lucidez en su paranoia, pero cuando eras un animal parlante esa paranoia podía salvarte la vida. O eso quisiste asumir, porque la otra opción era ofenderte porque el mink era un poco... No sabrías decir si racista o clasista, aunque por otro lado la idea de que alguien te viese como una chica dura, aun si se trataba de confundirte con una pirata tunante, no podías evitar que te hiciese algo de ilusión. Por fin alguien que no te veía con condescendencia. Bueno, en realidad el ornitorrinco cargaba mucha de esa, pero al menos no te veía como una niña chica. Eso estaba bien.

- Técnicamente en un universo infinito con una cantidad ilimitada de energía todo es posible, siempre que no rompa las leyes de la física -respondiste-. Podría llover chocolate si toda su composición química se ligase repentinamente en una nube. Y, pese a ser posible... No pasa. Quizá sea inteligente centrarse en los casos probables, señor Arny.

Con las temperaturas cayendo en picado y la costa cada vez más cerca volviste al barco con cuidado, tomando el timón para desviar tu camino ligeramente. No querías ser la primera en atracar, ni tampoco acabar cerca de algo que muy probablemente acabase en llamas.

- ¿Algo interesante? -preguntó Billy.

- Nada en especial -contestaste-. No tienen nada planeado, así que nosotros atracamos los últimos y en el muelle más lejano que encuentre.

Les explicaste el plan detalladamente. Era sencillo: La mitad de la tripulación debería estar en todo momento sobria y en el barco, por lo que solo podrían emborracharse de dos en dos. Cualquier movimiento sospechoso cerca de la nave deberían hacer lo posible por informarte, como fuese. En principio tenían tu den den mushi, pero la primera tarea para Pete era buscar algún lugar en el que vendiesen bengalas. Pete era el único abstemio del grupo, así que era el más confiable para tareas que implicasen callejear por una tierra llena de posadas y tabernas. No tenías claro que fueses a pasarte el día entero en la calle, pero era una capa de protección más que os poníais por delante. Y respecto a cómo proceder dentro de la isla... Ah, esa era la parte complicada.

- En esta isla no se puede cazar. Ya hemos visto que están muy a la defensiva, sabe Dios por qué. -Aun con tus teorías, tanta agresividad en un sanctasantorum te hacía pensar que los ánimos estaban caldeados en el lugar-. Encontrar un carpintero que pueda comprobar el estado del barco y repararlo debería ser nuestra prioridad; creo que no le ha pasado nada, pero basta que nos despistemos para que suceda. Perfil bajo, no meterse en líos y dejar buenas propinas, pero no demasiado elevadas. No queremos parecer ricos. Ah, y nada de peleas.
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Jue 12 Mayo 2022 - 17:38}

El ornitorrinco disfrutaba de la temperatura invernal con una simple casaca puesta por encima, más para cubrir las apariencias que por una necesidad real. Su gruesa capa de pelo lo protegía de la mayoría de la humedad y el frio.

El viento se cristalizaba en la punta humedecida del pico, creando pequeños chupiteles, a medida que dirigía la embarcación hacía una zona alejada del muelle donde la pequeña flota improvisada había amarrado.
Con un movimiento repentino de cabeza, Arny se deshizo de las cristalizaciones de hielo y resopló, dejando salir vaho de su boca. Hacía verdadero frio.

Las labores de atraque pasaron casi desapercibidas gracias a la capacidad del ornitorrinco al timón, y la gran cantidad de atención que el crucero, el galeón y los cargueros habían reclamado en la zona.
Cuando todo estuvo a punto, las amarras bien fijadas y las velas recogidas y atadas, el mink se permitió el lujo de volver a la sala de navegación y registrar en su bitácora tantos detalles como tenía en mente. La tormenta, el oportunismo y el hostil ambiente de la isla. Y el gran tiburón de nombre Dakuwaqa. Y por ultimo, aquel extraño encuentro con la chica de la huella eléctrica particular.
Cuando terminó, procedió a verificar las cartas de navegación y realizar los ajustes necesarios tras desviarse por la tormenta. Ahí se dio cuenta que gracias al temporal, había dado con la isla o la hubiera pasado de largo tan solo leyendo las cartas antiguas de las que disponía. Lejos de sentir miedo de perderse más adelante sin otro golpe de suerte, tan solo reforzó su deseo de crear la guía de viaje más completa y fiable. Instrucciones precisas y confiables para llegar. Islas que evitar y curiosidades del camino. Sería un trabajo que requeriría toda su paciencia, pero lo consideraba un gran ejercicio mental y de coordinación gracias al cual había desarrollado una gran destreza manual.

Mimi estaría entretenida un buen rato realizando pruebas a la pieza dental que tenía en la bodega, por lo que tenía tiempo “libre”. Al menos eso se dijo el mink, consciente de que tan solo era una excusa que se daba a si mismo para poder satisfacer su curiosidad.
Había algo en el ambiente que hacía vibrar sur receptores eléctricos. El puerto se había llenado de vida y decenas de personas caminaban sobre las viejas tablas de la zona del embarcadero, haciéndolas crujir. Emocionados, tratando de ocultar una energía mal contenida que devolvía a Arny destellos continuos.
Aquella energía era la misma que emanaba de los eruditos de Ohara cuando caminaban hacia una ponencia. Lejos de poder leer las intenciones, el mink tan solo reaccionaba a los impulsos eléctricos y tenía suficiente experiencia leyendo su alrededor como para poder comparar situaciones. Arny sabía que algo iba a pasar, y su curiosidad le impedía marcharse sin averiguarlo.


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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {Dom 12 Jun 2022 - 8:59}

Todos parecieron de acuerdo en no dar propinas demasiado elevadas. Por contra, respecto a lo de no meterse en peleas un silencio incómodo pareció adueñarse del barco. Sentiste la mirada vacía de Cabbage clavarse en ti mientras Billy y George se miraban con complicidad, como si ya se hubiesen metido en líos sin siquiera bajar del barco. No perdiste oportunidad de reprenderlos con el dedo, amenazante, aunque eras consciente del poco impacto que solía tener en la gente. Una vez más pudiste comprobarlo, viendo que tras unos segundos de incertidumbre ambos grumetes se irguieron mientras contenían una risita maliciosa.

- En fin, haced lo que queráis -resoplaste-. Pero no me pienso hacer cargo de vosotros. ¿Habéis revisado ya los daños?

- No hay mucho que decir -dijo Pat, adelantándose un par de pasos-. Ningún daño irreparable, pero va a haber que reemplazar tablones cerca de la línea de flotación y eso igual nos obliga a arrastrar el barco costa adentro. En una situación ideal deberíamos reemplazar los... -Patric era un buen carpintero, al menos para lo que se podía esperar de una persona con escasa experiencia. Tenía trastorno obsesivo compulsivo, lo que tendía a hacerlo inusitadamente observador. Incluso había contado cada una de las tablas del barco y les había asignado un código alfanumérico para identificarlas en caso de rotura-. Los he apuntado, son muchos para enumerar. También vamos a tener que hacer un apaño en el mástil, y cambiarlo en cuanto tengamos oportunidad.

- ¿Cuánto nos va a costar?

- Duvalle casi siempre conseguía las reparaciones gratis -acotó-, pero una similar le salió por varios millones. Tal vez deberías esperar diez, o incluso quince.

- Entonces tenemos que robar un barco.

- Yo no he dicho eso.

Miraste hacia el puerto, examinando detenidamente lo que había.

- ¿Cuál os gusta más? Creo que ese galeón...

- No tenemos gente para tripularlo. Harían falta al menos treinta personas, yendo muy justos.

Miraste a Pat con una sonrisa.

- Entonces habrá que reclutar a treinta grumetes más -respondiste-. Ya sabéis la norma: Sin delitos de sangre ni recompensa por su cabeza.

La conversación fue algo más larga. Reticencias de algunos, más cautos, frente a la emoción de otros. Meter a treinta desconocidos en tu barco implicaba que os superarían y harían más susceptibles a un motín, pero estabas segura de poder controlar a treinta novatos con relativa facilidad. Y si no, simplemente tenías que ser capaz de igualar las tornas antes de echarlos; dudabas que si diez eran derrotados antes de siquiera empezar les quedase moral suficiente para intentar nada. Además, confiar en la gente no siempre estaba mal.

Una vez determinado el plan bajaste del barco. El puerto era sucio y maloliente, obligándote a hacer un par de cabriolas para no pisar restos de pescado o agua ponzoñosa. Incluso tan alejada del centro, o quizá precisamente por eso, parecía que no había ningún respeto por la higiene en ese muelle. Comenzaste a caminar por ahí, cuidadosa de no tropezar, y te internaste en el pueblecillo consciente de que ibas a llamar la atención.
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El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] Empty Re: El pasado al acecho [Trama fase 1] [Arny - Alice] {}

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