Luz, fuego, destrucción [Privado]

El tal Kalise por fin había terminado su pelea. Después de encargarse de los soldados que quedaban, le dio por incendiar el barco. Me gustaba su forma de actuar. Era actuar a lo grande. Yo hubiera empalado sus cabezas a modo de recordatorio pero también servía para mandar un mensaje. Me puse a su lado mientras el barco se convertía en una bola de llamas mientras los gritos de los que se habían quedado dentro inundaban el ambiente. Era como estar en la guerra de nuevo. Me acuerdo de cuando mi batallón se coló en un puerto enemigo y quemamos los barcos de la Marina que portaban víveres y armas que iban a la base de la isla. Táctica de guerrillas lo llamaban. Me quedé observando como el barco se volvía nada. El fuego me llamaba la atención era como si me pusieran lo más hermoso del mundo en la cara. Era muy hipnótico. Podía quedarme horas de pie como la madera se volvía ceniza. Pero el dolor de mis heridas y la voz del hombre alado me trajeron de vuelta a la realidad. Al parecer había dejado ir a un joven para que contara lo que había pasado. Je, eso le daría fama al muchacho y podría empezar a hacer realidad poco a poco su sueño.

- Tu tampoco has estado mal para ser un novato. Mi nombre es Blaise Richtofen. No me gusta que me llamen por mi nombre - Eché humo del cigarro por los orificios nasales para después sonreír - Pero creo que contigo haré una excepción, te lo has ganado fortachón -

Me invitó a formar parte de su tripulación pirata si conseguía llegar más allá en el mar. Ja, he viajado a muchas islas debido a mi trabajo. ¿Qué serían un par más de ellas? Además, si en la tripulación de este tío había gente como él a lo mejor no sería tan aburrido. Mejor estar rodeada de gente interesante que andar aburrida esperando a que pase algo que me saque de la tortura de la rutina del día a día.

- Tranquilo Kalise, nos veremos pronto. Y para cuando nos volvamos a encontrar, a lo mejor te ayudo con esa clase de enemigos o te los robo con mi nueva fuerza - Dicho esto, me quedé mirando el incendio hasta que llegó la hora de partir a nuevos horizontes.