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Todo poco a poco, empezaba a completarse como era debido, la base estaba siendo arreglada por los carpinteros de la isla los cuales ya habían terminado, quedaban algunos retoques pero eso ya era trabajo de nuestro carpintero personal junto con nuestro arquitecto que también andaba por ahí. Nuestro Cheff estaba en cocinas preparando la comida para nosotros, el médico, el navegante y el timonel (manejo) estaban en el barco... ¡ah! sí, se me olvidaba, tenemos barco propio, hicimos un trabajo de maravilla. Lo único que nos quedó pendientes era los campos y la fábrica para conseguir más dinero para poder seguir invirtiendo y expandir nuestra influencia, pero todo estaba llegando muy rápido, mejor tomarlo con calma a tener fallos que luego no podamos arreglar. También habían cuatro personas más que nos ayudaban con las cosas más banales, como servir la comida, limpiar y sobre todo informarnos de las ofertas en los campos de cultivo. -¿Sabéis donde está Angus?- Pregunté al npc irrelevante que tenía en frente -No señor, hace un par de horas lo vi yendo al pueblo creo... ¿O era en el barco?- Bueno, no podía esperar más de él... -Le buscaré, gracias- Miré en su habitación personal. En todo el edificio habían dos habitaciones personales y privadas, las demás eran compartidas... Entré en la habitación pero no había nadie, por lo que lentamente salí y cerré, me sentí como si invadiera su espacio personal... Que vergüenza...
Salí por la puerta principal y silbé lo más fuerte que pude -¡Malvavisco, Trufa, buscar a Angus!- Le ordené a mis perros los cuales estaban tumbados a la sombra, rápidamente se levantaron y empezaron a correr por todas partes... Dudaba que me hubieran entendido pero me daba igual, era graciosos verles moverse de lado a lado. El rey marino estaba en el agua, bajo el edificio, se cubría entre las columnas de posibles amenazas pero ya estaba en su salsa, no iba tan pegado a mí -Hana, has visto a Angus- Pregunté a nuestro carpintero -No señor- ¿Donde se había metido? Espera... ¿Tenía que hacer algo? ¿Hablar con alguien? Mierda, seguramente me habría dicho que teníamos una reunión y la había olvidado... ¿U hoy no había nada que hacer? ¡Seguro he metido la pata! Mejor me escondo...
Fui directo al barco saltando desde el puente de la base, cayendo en cubierta donde estaba el timonel y el navegante -Hola chicos- Saludé -¿Huyendo de Angus?- Preguntaron... -¿eh? ¿como? no hombre no, simplemente estoy... De paseo...- Me justifiqué...
-Seguro se ha olvidado de otra reunión- Cuchicheó el Navegante al Timonel
Salí por la puerta principal y silbé lo más fuerte que pude -¡Malvavisco, Trufa, buscar a Angus!- Le ordené a mis perros los cuales estaban tumbados a la sombra, rápidamente se levantaron y empezaron a correr por todas partes... Dudaba que me hubieran entendido pero me daba igual, era graciosos verles moverse de lado a lado. El rey marino estaba en el agua, bajo el edificio, se cubría entre las columnas de posibles amenazas pero ya estaba en su salsa, no iba tan pegado a mí -Hana, has visto a Angus- Pregunté a nuestro carpintero -No señor- ¿Donde se había metido? Espera... ¿Tenía que hacer algo? ¿Hablar con alguien? Mierda, seguramente me habría dicho que teníamos una reunión y la había olvidado... ¿U hoy no había nada que hacer? ¡Seguro he metido la pata! Mejor me escondo...
Fui directo al barco saltando desde el puente de la base, cayendo en cubierta donde estaba el timonel y el navegante -Hola chicos- Saludé -¿Huyendo de Angus?- Preguntaron... -¿eh? ¿como? no hombre no, simplemente estoy... De paseo...- Me justifiqué...
-Seguro se ha olvidado de otra reunión- Cuchicheó el Navegante al Timonel
Angus Dogwise
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Angus había estado organizando todo durante los siguientes días, su cuarto más que una habitación era una suerte de despacho qué separado por un biombo grande diferenciaba su lugar de trabajo de la habitación. Todo en la habitación estaba impoluto y organizado hasta el punto de pensar que quien lo había puesto así tenía un problema con el orden, y claramente con Angus tenía razón.
Había madrugado mucho, había partido en la mañana a hablar con los proveedores, era su trabajo el encargarse de estas cosas, a Momojiro le baja la producción de chocolate que ya era bastante. Regresó un par de horas después de haber aclarado todo, para a mitad del camino ser asaltado por un par de perros, se agachó para saludarlos y rascarles la tripa - Buenos chicos ¿Me buscabais? - En respuesta los perros se pusieron en marcha hacía el puerto mientras Angus los acompañaba.
Llegó a puerto, mucho más lleno de vida que la primera vez que llegamos. Desde el atracadero del Gremio escuchó las voces del barco, animadas.
Pegó un salto, golpeó contra la cáscara del barco y subió a bordo - Eh chicos ¿Está todo bien? - De pronto todos giraron su cuerpo de forma cómica hacía él, su respuesta fué girar el cuello como un perro cuando no termina de entender del todo lo que pasa.
Vió a Momojiro - Ah Momo, he estado hablando con los proveedores está todo pagado hasta siguiente aviso - Camino por el barco, sin duda era una buena compra - ¿Está todo en orden? no se ha roto nada ¿Verdad? - Insistió de nuevo, preocupado.
Recorrió el barco hacía Momojiro, esperando una respuesta cuando de pronto saltó desde abajo una voz chillona. Un joven de unos 12 años al que le estaba cambiando la voz gritaba - ¡Eh! eh! Se ha visto un barco con una bandera pirata aproximándose a la costa - Angus se giró hacía Momojiro, esperando una orden.
El se encargaba de ayudar, de que todo el tema del papeleo, cuentas y demás estuvieran en el orden necesario, pero el centro de todo esto giraba en torno a Momojiro, su liderazgo y su fruta, también tendría la decisión sobre ir a encargarse de unos piratas. Lo que sí era cierto era una cosa, nunca se habían visto en acción, pero Angus estaba deseando ver ese poder tan magnífico en movimiento, convirtiendo a los piratas en monigotes de chocolate, obligando a tragarlo y que después saliera de su estómago como un pequeño alien…
Bueno, quizás no tanto, pero entendéis la idea.
Había madrugado mucho, había partido en la mañana a hablar con los proveedores, era su trabajo el encargarse de estas cosas, a Momojiro le baja la producción de chocolate que ya era bastante. Regresó un par de horas después de haber aclarado todo, para a mitad del camino ser asaltado por un par de perros, se agachó para saludarlos y rascarles la tripa - Buenos chicos ¿Me buscabais? - En respuesta los perros se pusieron en marcha hacía el puerto mientras Angus los acompañaba.
Llegó a puerto, mucho más lleno de vida que la primera vez que llegamos. Desde el atracadero del Gremio escuchó las voces del barco, animadas.
Pegó un salto, golpeó contra la cáscara del barco y subió a bordo - Eh chicos ¿Está todo bien? - De pronto todos giraron su cuerpo de forma cómica hacía él, su respuesta fué girar el cuello como un perro cuando no termina de entender del todo lo que pasa.
Vió a Momojiro - Ah Momo, he estado hablando con los proveedores está todo pagado hasta siguiente aviso - Camino por el barco, sin duda era una buena compra - ¿Está todo en orden? no se ha roto nada ¿Verdad? - Insistió de nuevo, preocupado.
Recorrió el barco hacía Momojiro, esperando una respuesta cuando de pronto saltó desde abajo una voz chillona. Un joven de unos 12 años al que le estaba cambiando la voz gritaba - ¡Eh! eh! Se ha visto un barco con una bandera pirata aproximándose a la costa - Angus se giró hacía Momojiro, esperando una orden.
El se encargaba de ayudar, de que todo el tema del papeleo, cuentas y demás estuvieran en el orden necesario, pero el centro de todo esto giraba en torno a Momojiro, su liderazgo y su fruta, también tendría la decisión sobre ir a encargarse de unos piratas. Lo que sí era cierto era una cosa, nunca se habían visto en acción, pero Angus estaba deseando ver ese poder tan magnífico en movimiento, convirtiendo a los piratas en monigotes de chocolate, obligando a tragarlo y que después saliera de su estómago como un pequeño alien…
Bueno, quizás no tanto, pero entendéis la idea.
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De pronto la voz de Angus apareció tras un golpe, había bajado a cubierta y ahora estaba sudando a mares, nervioso por que seguramente me había olvidado una reunión... Maldita cabeza olvidadiza, necesito una secretaria para llevar los temas de Angus. Por suerte un crío de la ciudad vino a avisarnos de que una bandera negra ondeaba sobre el mástil de un barco desconocido, solo podía significar una cosa... Piratas. -¡Señores! Proteger mis propiedades, yo protejo el resto, es hora de cumplir la parte del trato del alcalde... o una de las clausulas... Angus, te dejo al cargo- Rápidamente y para cambiar de tema, salté del barco y toqué tierra evitando el agua. No quería pedir disculpas a Angus, no por orgullo, no... Si no por vergüenza por que esta sería la vigesimocuarta vez que se me olvida una reunión y no llevamos tantos días como para que sea un número muy esparcido...
Empecé a seguir al chico junto con mis dos perros acompañando el paso, seguramente pensarían que ibamos a jugar, pero no era el momento, en seguida notarían el cambio de tensión en el ambiente. Llegué a puerto y observé como el barco supuestamente pirata viraba... ¿Iban a abrir fuego contra el puerto? Dicho y hecho, una andanada de doce cañones salió disparada hacia puerto, supuse que apuntarían a los barcos para evitar combate naval o que se escape alguien. No podía proteger los barcos, edificios o gente de cañonazos, pero sí a la gente que estaba expectante en los adoquines del paseo marítimo de puerto, a esos navíos que se mecían por el oleaje y la arquitectura de la isla si tocaban tierra...
Rápidamente la andanada empezó a caer sobre puerto, tres cañonazos sobre los dos barcos que habían, cinco se perdieron entre el agua y la arena de la playa, cuatro de ellos impactaron contra los edificios, por suerte no hubo nadie herido. No apuntaban a puerto, si no a la gente... -¡Resguardaros, no se andan con tonterías, apuntan a matar!- Eso fue bastante cruel, querían una entrada impactante, la cual no iban a tener... Por detrás aparecieron la milicia de la ciudad a la cual frené -Proteger a los civiles, si pasan por encima de mí entonces sí, actuar...- Había estado en Gran Line, unos piratas como estos no tendrían ninguna ventaja sobre mi, al contrario, seguro que no están acostumbrados a combatir contra una fruta del diablo. El barco poco a poco salía del rango del puerto y empecé a seguirlo hasta la playa... Si seguían se encontrarían con mi base... ¡Que no me la toquen! Con lo bonita que nos ha quedado... Tras unos instantes cargaron de nuevo los cañones, ya no habían objetivos, parecía apuntar a mí directamente... Doce balas de cañón impactaron contra la arena de la playa levantando polvareda pero entre esa niebla marrón aparecí yo sin ningún rasguño... -¡¿Solo sabéis hacer eso?!- Grité para provocar un fondeo y su posterior ataque...
Empecé a seguir al chico junto con mis dos perros acompañando el paso, seguramente pensarían que ibamos a jugar, pero no era el momento, en seguida notarían el cambio de tensión en el ambiente. Llegué a puerto y observé como el barco supuestamente pirata viraba... ¿Iban a abrir fuego contra el puerto? Dicho y hecho, una andanada de doce cañones salió disparada hacia puerto, supuse que apuntarían a los barcos para evitar combate naval o que se escape alguien. No podía proteger los barcos, edificios o gente de cañonazos, pero sí a la gente que estaba expectante en los adoquines del paseo marítimo de puerto, a esos navíos que se mecían por el oleaje y la arquitectura de la isla si tocaban tierra...
Rápidamente la andanada empezó a caer sobre puerto, tres cañonazos sobre los dos barcos que habían, cinco se perdieron entre el agua y la arena de la playa, cuatro de ellos impactaron contra los edificios, por suerte no hubo nadie herido. No apuntaban a puerto, si no a la gente... -¡Resguardaros, no se andan con tonterías, apuntan a matar!- Eso fue bastante cruel, querían una entrada impactante, la cual no iban a tener... Por detrás aparecieron la milicia de la ciudad a la cual frené -Proteger a los civiles, si pasan por encima de mí entonces sí, actuar...- Había estado en Gran Line, unos piratas como estos no tendrían ninguna ventaja sobre mi, al contrario, seguro que no están acostumbrados a combatir contra una fruta del diablo. El barco poco a poco salía del rango del puerto y empecé a seguirlo hasta la playa... Si seguían se encontrarían con mi base... ¡Que no me la toquen! Con lo bonita que nos ha quedado... Tras unos instantes cargaron de nuevo los cañones, ya no habían objetivos, parecía apuntar a mí directamente... Doce balas de cañón impactaron contra la arena de la playa levantando polvareda pero entre esa niebla marrón aparecí yo sin ningún rasguño... -¡¿Solo sabéis hacer eso?!- Grité para provocar un fondeo y su posterior ataque...
Angus Dogwise
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Puff! se había esfumado de la nada de nuevo ¿Se supone que tenía que poner una recompensa para hablar con él? En fin, ahora había otras cosas que hacer ¿Le había dicho que se quedará manejando todo en el puerto? No, él también quería patear algún culo y era el momento perfecto para mostrar que también era capaz de defenderse, si bien era más un cazarrecompensas que recopila información primero y luego actuaba, podía repartir un par de golpes.
¡Los rodearemos! Subid el ancla y que todo el que no quiera ayudar que baje - Dice señalando aquí y allá para dar las órdenes - ¿Escucháis eso? han bombardeado el puerto, tenemos que darnos prisa y ayudar a Momojiro - Por suerte solo abandonaron el barco unos jóvenes adolescentes que estaban ayudando a sus padres, pues a pesar de la insistencia de los jóvenes los padres ganaron la discusión.
No fue en nada de tiempo qué el barco fondeado en el atracadero privado salía en dirección del barco pirata, el mismo no estaba preparado del todo, no tenía la tripulación adecuada, pero serviría. Cuando su grupo llegó el barco ya estaba atracando en la playa - Poneros detrás, lo más cerca posible para que yo pueda saltar y sabotear el barco, ¡Rápido, van por Momo! - A sus ojos su compañero estaba solo y no sabía el límite de su fuerza.
Dicho y hecho, nuestro barco se colocó detrás bloqueando cualquier salida y Angus abordó el barco pirata, justo a tiempo para empezar a escuchar las quejas de los que se enfrentaban a Momojiro en la playa, casi seguro. En la borda había un grupo de piratas apuntando desde la baranda hacía Momo con fusiles, de modo que con rapidez se aproximó a ellos por la espalda, acortando distancia con largas zancadas los pateó hacía arriba y después en picado hacía la playa.
Se aproximó al Timón y lo arrancó de cuajo con una patada lateral - Bueno, con ésto si que no podrán salir a ningún lado - Dijo para sí mismo, mientras pensaba si quedaba alguno más en la parte de las bodegas y los cuartos. Se sacudió eso de la cabeza y fué a asomarse para ver a Momojiro ¿Estaría bien? seguramente que sí pero Angus no podía evitar sentir cierta preocupación por alguien que no había visto combatir, a parte de la curiosidad que tenía encima por verlo en acción.
Mientras tanto, los ciudadanos convertidos en una fuerza marina improvisada jaleaban a ambos desde su barco, sin duda serviría para esparcir el rumor de que la compañía de Momojiro cumple sus promesas.
¡Los rodearemos! Subid el ancla y que todo el que no quiera ayudar que baje - Dice señalando aquí y allá para dar las órdenes - ¿Escucháis eso? han bombardeado el puerto, tenemos que darnos prisa y ayudar a Momojiro - Por suerte solo abandonaron el barco unos jóvenes adolescentes que estaban ayudando a sus padres, pues a pesar de la insistencia de los jóvenes los padres ganaron la discusión.
No fue en nada de tiempo qué el barco fondeado en el atracadero privado salía en dirección del barco pirata, el mismo no estaba preparado del todo, no tenía la tripulación adecuada, pero serviría. Cuando su grupo llegó el barco ya estaba atracando en la playa - Poneros detrás, lo más cerca posible para que yo pueda saltar y sabotear el barco, ¡Rápido, van por Momo! - A sus ojos su compañero estaba solo y no sabía el límite de su fuerza.
Dicho y hecho, nuestro barco se colocó detrás bloqueando cualquier salida y Angus abordó el barco pirata, justo a tiempo para empezar a escuchar las quejas de los que se enfrentaban a Momojiro en la playa, casi seguro. En la borda había un grupo de piratas apuntando desde la baranda hacía Momo con fusiles, de modo que con rapidez se aproximó a ellos por la espalda, acortando distancia con largas zancadas los pateó hacía arriba y después en picado hacía la playa.
Se aproximó al Timón y lo arrancó de cuajo con una patada lateral - Bueno, con ésto si que no podrán salir a ningún lado - Dijo para sí mismo, mientras pensaba si quedaba alguno más en la parte de las bodegas y los cuartos. Se sacudió eso de la cabeza y fué a asomarse para ver a Momojiro ¿Estaría bien? seguramente que sí pero Angus no podía evitar sentir cierta preocupación por alguien que no había visto combatir, a parte de la curiosidad que tenía encima por verlo en acción.
Mientras tanto, los ciudadanos convertidos en una fuerza marina improvisada jaleaban a ambos desde su barco, sin duda serviría para esparcir el rumor de que la compañía de Momojiro cumple sus promesas.
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El barco enemigo volvió a lanzar otra andanada esta vez con más puntería pues las balas de cañón se centraron más en mi posición, las grandes bolas de hierro volvieron a impactar contra la arena excepto una, que pude desviar elegantemente desenvainando mi arma, las chispas fueron visibles y el proyectil se desvió hasta impactar como los demás contra la fina arena de la playa, creando una escena bastante épica... Segundos después el barco enemigo se encaró contra la costa, parecía que iban a desembarcar, pero por lo visto no tenían otra forma pues por detrás apareció... ¿¡Ese es mi barco!? ¿¡Mi tripulación!? ¡Les dije que se quedaran en el barco! Bueno... En el barco se han quedado eso sí...
Rápidamente con el arma en mano me planté delante del barco para ser el primer objetivo de los piratruchos esos y recordé lo que pasó en Gran Line... -Momento de entrenar...- Comenté sonriendo, en esa isla putrefacta conseguí activar esa habilidad que no sabía si venía del poder de la fruta o de donde fuera pero antes de que desembarcaran mi espada ya empezaba a producir un chisporroteo como aquella noche... El barco encalló en la playa y bajaron unos cuantos, por otro lado el barco sin nombre (Todavía) abordó el navío pirata... No pude ver quien lo había abordado pero de todo el listado podría poner un nombre en la lista. Angus...
Hacia mi se dirigieron los primeros en "avanzadilla". Cuatro piratas atacaron de frente, su posición era uno detrás de otro, de un impulso rápido y zigzagueando entre ellos recibieron cortes algo profundos en sus cuádriceps sin riesgo in situ de muerte, podrían llegar al hospital, ¿Lo malo? Que con esos cortes ponerse de pie sería difícil y si a eso le agregas la pequeña descarga eléctrica que acababan de recibir, sus músculos no estaban para ejercer fuerza... Cuatro vinieron, cuatro cayeron.
Tras eso, sus compañeros se quedaron algo parados frente a mi presencia pero como siempre en el mundo en el que viven, quien grita más fuerte gana el combate, menos mal que esa regla no se impone en mi vida... Un hombre con lanza se lanzó sobre mi gritando a pleno pulmón, intentando perforarme con la punta de su arma, lanzaba punzadas rápidas y apuntando al torso, pero de forma ágil pude esquivar todos y cada uno de esos ataques. Cuando apuntó a la cabeza me agaché, lancé un corte a su estomago y girando mi arma le golpeé con la parte sin filo de ella, noqueando al lancero al momento... -Me ahorraríais energía si os rindierais ya... Os ofrecería huir, pero mi compañero parece haber cancelado esa opción...- Comenté con sonrisa burlona ante los enemigos...
Rápidamente con el arma en mano me planté delante del barco para ser el primer objetivo de los piratruchos esos y recordé lo que pasó en Gran Line... -Momento de entrenar...- Comenté sonriendo, en esa isla putrefacta conseguí activar esa habilidad que no sabía si venía del poder de la fruta o de donde fuera pero antes de que desembarcaran mi espada ya empezaba a producir un chisporroteo como aquella noche... El barco encalló en la playa y bajaron unos cuantos, por otro lado el barco sin nombre (Todavía) abordó el navío pirata... No pude ver quien lo había abordado pero de todo el listado podría poner un nombre en la lista. Angus...
Hacia mi se dirigieron los primeros en "avanzadilla". Cuatro piratas atacaron de frente, su posición era uno detrás de otro, de un impulso rápido y zigzagueando entre ellos recibieron cortes algo profundos en sus cuádriceps sin riesgo in situ de muerte, podrían llegar al hospital, ¿Lo malo? Que con esos cortes ponerse de pie sería difícil y si a eso le agregas la pequeña descarga eléctrica que acababan de recibir, sus músculos no estaban para ejercer fuerza... Cuatro vinieron, cuatro cayeron.
Tras eso, sus compañeros se quedaron algo parados frente a mi presencia pero como siempre en el mundo en el que viven, quien grita más fuerte gana el combate, menos mal que esa regla no se impone en mi vida... Un hombre con lanza se lanzó sobre mi gritando a pleno pulmón, intentando perforarme con la punta de su arma, lanzaba punzadas rápidas y apuntando al torso, pero de forma ágil pude esquivar todos y cada uno de esos ataques. Cuando apuntó a la cabeza me agaché, lancé un corte a su estomago y girando mi arma le golpeé con la parte sin filo de ella, noqueando al lancero al momento... -Me ahorraríais energía si os rindierais ya... Os ofrecería huir, pero mi compañero parece haber cancelado esa opción...- Comenté con sonrisa burlona ante los enemigos...
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Verle despachar a los piratas era un espectáculo, a pesar de qué el barco cubría sus movimientos ni se molestó en usar el poder de su fruta. Mientras desde arriba Angus afirma - Si, me lo he cargado por completo, de aquí no salís - Dijo desde ahí para luego darse la vuelta.
Unos metros más lejos, debajo del castillo de popa donde había todo el Timón se había abierto la puerta y salían cuatro tipos de ella.
El contable suspiró y se giró hacía ellos, metió sus manos en los bolsillos de la chaqueta, con un paso largo acortó la distancia y puso su pie contra la cara del primer hombre, un tipo que ha dejado de lado el cuidado de su cuerpo, escuálido, con un rostro que ni una madre puede amar, de sonrisa descompuesta y con el pelo lacio enmarcando su cara pero con una frente que se extendía hasta la coronilla. Pues la cabeza de este tipo atravesó la puerta que había abierto, su cuerpo quedó colgando de la cabeza.
No estaba muerto, pero tendría un dolor de cabeza horrible cuando recuperara la conciencia, aunque quizás eso fuera lo que menos le preocupara.
Giró su rostro a los hombres que estaban a su espalda y caminó hacía ellos - Rendiros, vuestros compañeros ahí abajo están pasando un mal rato con mi jefe - Sacó su mano del bolsillo para señalar por la barandilla por si querían ver el espectáculo, quizás ver a Momojiro repartiendo ostias con chocolate les hacía entrar en razón.
Mientras en nuestro barco sin nombre los ciudadanos alegaban desde la cubierta, tan interesados que habían dejado de lado su propia seguridad, no podían ver a Momojiro desde ahí atrás, pero las quejas de los piratas los animaban.
Por suerte estos piratas no eran fuertes, dudaba que hubiera una recompensa por ninguno de los de por aquí, quizás por el líder ¿Pero cual de estos matados era? Seguramente Momojiro se había encargado de él ya, con un poco de suerte su recompensa serviría para reparar los daños del puerto.
No, estaban empezando y unos pequeños piratas eran suficiente para ellos, darían que hablar en el puerto y con un poco de suerte hablarían bien del par de cazarrecompensas. Los grandes ya vendrían más tarde, con un poco de suerte no darían guerra hasta que todo estuviera bien asentado, entonces sería cuando la isla empezaría a brillar y los maleantes vendrían por ella como atraídos por la mierda.
Unos metros más lejos, debajo del castillo de popa donde había todo el Timón se había abierto la puerta y salían cuatro tipos de ella.
El contable suspiró y se giró hacía ellos, metió sus manos en los bolsillos de la chaqueta, con un paso largo acortó la distancia y puso su pie contra la cara del primer hombre, un tipo que ha dejado de lado el cuidado de su cuerpo, escuálido, con un rostro que ni una madre puede amar, de sonrisa descompuesta y con el pelo lacio enmarcando su cara pero con una frente que se extendía hasta la coronilla. Pues la cabeza de este tipo atravesó la puerta que había abierto, su cuerpo quedó colgando de la cabeza.
No estaba muerto, pero tendría un dolor de cabeza horrible cuando recuperara la conciencia, aunque quizás eso fuera lo que menos le preocupara.
Giró su rostro a los hombres que estaban a su espalda y caminó hacía ellos - Rendiros, vuestros compañeros ahí abajo están pasando un mal rato con mi jefe - Sacó su mano del bolsillo para señalar por la barandilla por si querían ver el espectáculo, quizás ver a Momojiro repartiendo ostias con chocolate les hacía entrar en razón.
Mientras en nuestro barco sin nombre los ciudadanos alegaban desde la cubierta, tan interesados que habían dejado de lado su propia seguridad, no podían ver a Momojiro desde ahí atrás, pero las quejas de los piratas los animaban.
Por suerte estos piratas no eran fuertes, dudaba que hubiera una recompensa por ninguno de los de por aquí, quizás por el líder ¿Pero cual de estos matados era? Seguramente Momojiro se había encargado de él ya, con un poco de suerte su recompensa serviría para reparar los daños del puerto.
No, estaban empezando y unos pequeños piratas eran suficiente para ellos, darían que hablar en el puerto y con un poco de suerte hablarían bien del par de cazarrecompensas. Los grandes ya vendrían más tarde, con un poco de suerte no darían guerra hasta que todo estuviera bien asentado, entonces sería cuando la isla empezaría a brillar y los maleantes vendrían por ella como atraídos por la mierda.
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Unos pocos dieron un paso atrás, otros simplemente se quedaron mirando sin saber bien, bien que hacer, pero esa duda era la que necesitaba -¿Os retiráis? ¿Dudáis? Os daré una lección de vida, quien duda... Muere...- Y no era broma, si llego a ser otra persona, de las cuales conocía a unas cuantas, habrían matado de forma fácil y burlona a estos pobres condenados. Me lancé hacia ellos sin dejarles reaccionar, pasando velozmente entre ellos, recibieron cortes no letales en pecho, otros en espalda, piernas hasta dejar solo a cinco de ellos, los que se quedaron quietos -Bien, ¿Dudáis, huís o atacáis?- Comenté con una sonrisa, era claramente una forma de provocarlos, pero necesitaba que atacaran, quería saber hasta donde llegaría con la electricidad que cubre mi espada. Al final uno de ellos se llenó de valor y atacó, bloqueé su arma con la mía, haciendo que el pobre piratrucho recibiera una buena descarga y soltara la espada. ¿También servía para desarmar? Cada vez me gustaba más pelear... Para dejarlo fuera de combate clavé la punta de mi espada en su hombro derecho evitando así que agarrase la espada con la mano diestra y supusiera un problema para los de la ciudad, luego se llevó con la parte sin filo de mi espada un buen guantazo... Los otros cuatro no duraron nada, pero me ayudaron a probar el "electro" de mis ataques, era efectivo, era útil y producía espasmos, quizás parálisis podría decirse, muy útil cuando no quieres matara a nadie...
Llamé a la milicia de la ciudad, quienes arrestaron a los que había en la playa, después de maniatarlos, vino un medico a atenderlos. Alcé mi mirada hacia la cubierta del barco pirata -¿Se han rendido ya o les hace falta un poco más de motivación?- Comenté enfundando mi arma y cruzando los brazos, poniendo una mueca de desagrado, como diciendo... "No me hagáis trabajar" -Vosotros decidís, si ir a prisión con tratamiento médico o por vuestro propio pie- No tenían el nivel suficiente para ser un problema, tras haber estado en Gran Line me dí cuenta que hay gente verdaderamente peligrosa y en este mar solo podría encontrar futuras promesas, pero mejor, así mi vida no estaría en juego en ningún momento y menos la de mi tripulación
Llamé a la milicia de la ciudad, quienes arrestaron a los que había en la playa, después de maniatarlos, vino un medico a atenderlos. Alcé mi mirada hacia la cubierta del barco pirata -¿Se han rendido ya o les hace falta un poco más de motivación?- Comenté enfundando mi arma y cruzando los brazos, poniendo una mueca de desagrado, como diciendo... "No me hagáis trabajar" -Vosotros decidís, si ir a prisión con tratamiento médico o por vuestro propio pie- No tenían el nivel suficiente para ser un problema, tras haber estado en Gran Line me dí cuenta que hay gente verdaderamente peligrosa y en este mar solo podría encontrar futuras promesas, pero mejor, así mi vida no estaría en juego en ningún momento y menos la de mi tripulación
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