[Pasado. Natsu Sakagami] Confusión y Secuestro

Estaba en las inmediaciones de la Marina, mirando hacia todos lados un tanto alarmado, alborotado y un poco bastante nervioso, mientras esperaba a que la patrulla interna pasase por donde yo estaba, ya que la había visto muy cercano a donde estaba mi posición. Antes que pasasen oculté algo tras de mi, haciendo el saludo militar típico cuando estos pasaron justo a mi lado, intentando mantener la compostura y no parecer sospechoso ni nervioso.

Nada más pasaron, tomé lo que anteriormente había ocultado, se trataba de un cuerpo el cual iba con una bolsa con un par de agujeros en la cabeza, este estaba aparentemente inconsciente, al menos yo esperaba que así fuese, para que las cosas no se complicasen más de lo que por si ya estaba. Mirando a todos lados, para asegurarme de que nadie me importunase, empecé a correr por los pasillos, llevando a cuestas este cuerpo.

Tras correr durante un minuto o quizás dos, llegué por fin a mi destino, abriendo rápidamente la puerta y cerrándola con la misma velocidad tras de mi, estando por fin en mi pequeña habitación, dejando el cuerpo en mi cama, mientras empecé a dar vueltas por todos lados, verdaderamente nervioso y enfadado, hacía muchísimo tiempo que no me sentía así y la verdad es que no me gustaba para nada, incluso un par de lágrimas brotaron de mis ojos, sin embargo intenté calmarme como pude.

Cuando noté como el cuerpo se movía, solo quería decir que por fin había explicado y que podía darme explicaciones sobre lo que había pasado, aunque no lo necesitaba, estaba más que claro lo que había sucedido. Me dirigí hacia el y le quité la capucha para que se diese cuenta de su situación y le desaté las manos, tomando mis esposas, mientras me sentaba de manera muy seria y en silencio a varios metros de el, mientras movía rápidamente sus piernas, a la par que mi respiración se aceleraba.

Seguía en total silencio, sin decir absolutamente nada, mirando de una manera muy fija al chico, mientras respiraba de una manera entrecortada y cerraba de vez en cuando de manera fuerte los ojos, para evitar que alguna lágrima se derramase por mi rostro, aunque ya más que enfadado me sentía frustrado y rabioso conmigo mismo, sentía que por algún motivo era absolutamente todo culpa mía y seguramente, que ese sentimiento se reflejaba en mi al exterior, cosa que no quería.

Escuchaba lo que el castaño me decía, aunque hubiese preferido que no, por que lo único que hizo fue herirme más aun, poner la sal en la herida. Al notar como me abrazaba, miré hacia otro lado, pero finalmente, cedí correspondiendo al abrazo y rompiendo a llorar, la pena que tenía era muy poderosa, todo aquello me hacía recordar todo lo sufrido anteriormente lo que hacía que mis lagrimas no paraban de brotar.

Cuando por fin pude calmarme un poco, vi al menor de ambos acostado en la cama de aquella manera, la verdad es que estaba provocativo, pero por ahora no me encontraba con fuerzas para eso, sin embargo, me levanté y acaricié suavemente su espalda, aun totalmente en silencio, hasta que este comentó lo de convertirse en marine y preferí no saber a que cosas se trataba, ya que podía decir e imaginar cualquier burrada.

No hace falta... es todo mi culpa...y el collar está en mi mesita... en cuanto a lo otro... decide lo que quieras, no quiero obligarte a nada

Comenté con una forzada sonrisa en mi rostro con una voz suave y temblorosa mientras acariciaba más y más su cuerpo con la palma de mi mano, a la par que me sentaba en el borde de la cama, por suerte estaba en un cuarto pequeño pero privado y no debía compartirlo con ningún compañero de la armada.

En la mesita estaba un collar de perro de cuero negro con pinchos, como el me había pedido, en cuanto a la chapa identificadora tenía una forma entre corazón y pincho, en la parte trasera había mi nombre y la parte delantera estaba aun vacía, a la espera de saber el verdadero nombre de este para grabarlo o que grabase el lo que quisiese.

Seguía con suaves caricias en su cuerpo a la par que aun tenía tristeza en mi interior, viendo que por lo menos, al pequeño le había gustado el presente y asentí con la cabeza cuando dijo el nombre que quería que le pusiese, por lo menos ahora ya tenía una manera de llamarle, algo bueno al final pude sacar de todo aquello, aunque no fuese precisamente el momento más alegre de mi vida debía animarme y olvidar por el momento lo sucedido y aunque pudiese perdonar sería algo que de manera muy difícil podría olvidar.

Tomé la correa y tire de ella hacia mi, dándole un fuerte y posesivo beso al menor, mientras una lagrima brotaba de mi ojo, sonriendo de manera tenue al escucharle eso, aunque me costase le creería y pensaba que de verdad era totalmente sincero en cuanto a ello, aunque más le valía, otra decepción así seguramente acabaría con lo nuestro, fuese lo que fuese que había entre los dos.

Suspiro sonrojado por los besos y caricias de Natty, estando encima del menor, aún en posesión de su correa, ya un poco más animado, escuchando lo que esté me decía, quedándome un momento pensativo, recordando ese nombre y por fin sabiendo de donde venía, recordando algo de aquella mujer, la conocía y había coincidido más e una vez con ella.

ummm?....si, me suena mucho...¿lleva unas marionetas por casualidad? en ese caso si que la conozco, la primera vez que la vi fui cuando coincidí con ella en un viaje a Enies Lobby

Comenté recordado aquello mientras me sonrojaba mucho por el piropo que me dijo, mirando orgulloso a otro lado para que no viese mi sonrojo, a la par que le ataba las manos y los brazos conforme el pedía, mientras acariciaba de manera muy suave su trasero, a la par que se me ocurrió una especie de maldad y perversión.

Has sido muy malo, deberé castigarte por eso

Dije sentándome en el borde de la cama, situandolo encima de sus piernas de espaldas a mi, desnudando su cuerpo de cintura para abajo en su totalidad, acariciando su trasero al desnudo, empezando a dar unos azotes con una fuerza baja, más enfocados al erotismo que a un castigo físico más propiamente dicho, a la par que soltaba una perversa risa, ya más animado de lo anterior.

Escuchaba con atención el como aquella marine resultó tener un hermano pirata, menuda curiosidad de la vida resultó ser de que alguien que defendía a la ley y el orden tuviese a alguien tan cercano de sangre en el bando totalmente contrario, aunque últimamente parecía que eso estaba de moda, ya que no era el único caso de familiares en bandos distintos que había escuchado y la verdad es que me gustaba que no estuviese en esa situación.

En ese momento, recordé que no había respondido a que tal le quedaría el uniforme de marine y ahora me sentía más en ganas de poder hablar y responder, me encontraba un poco más animado para ello, no mucho pero debía ser educado aun cuando estaba así, por lo que, aun azotando su trasero de la misma manera, reí lamiendo una de sus nalgas.

podemos comprobarlo después

Comenté con una pícara risa, notando como el menor se intentaba levantarse pero le era imposible, a lo que no pude evitar soltar una divertida risa, levantando al menor de manera leve, lo suficiente como para poder tirar de la correa y que nuestros labios se uniesen en un gran apasionado beso para luego suspirar resignado.

Natty.... no es tan fácil eso... te prometo que no les haré nada si nos lo encontramos, pero si vas a ser marine, deberás detenerles si les ves infringiendo la ley ya que son criminales, es nuestra obligación, nuestra responsabilidad... nuestra condena

Comenté lleno de orgullo marine, aunque tenía por claro que a no ser que me obligasen no les haría nada por Natty, solamente por el único hecho de ser quien era. Mientras lo volví a poner en la misma posición, dándole los mismos azotes de una manera aun más provocativa y placentera que antes, mientras me relamo de manera sensual.

Mientras proseguía con los azotes, pude escuchar lo que Natty pudo decir de mi discurso de orgullo y gracia marine no pude evitar reír por ello, pese aunque aún no conocía muy profundamente al chico ya estaba más que claro de que era una persona que era incapaz de dañar a sus amigos, aunque eso fuese rechazar los principios básicos de quien servías, eso me hacía recordar a mi, era alguien que más que una justicia general buscaba la moral, lo que a mi me parecía que estaba bien lo defendía y atacaba a lo que me parecía que estaba mal.

Te lo agradezco... pero puede acarrearte muchos problemas, se de lo que hablo y en cuanto a la chica está actualmente aquí aunque en breve se irá a Marineford

Contesté a su pregunta aparte de que contestaba lo que el anteriormente me decía mientras acariciaba de manera muy suave la parte que anteriormente azotaba, la cual ya empezaba a enrojecerse a causa de mis constantes manotazos repetidos hacia dicha zona, pese a que no eran muy fuertes, era normal que se viesen así al ser algo constante y repetitivo.

Cuando escuché su proposición, arqueé picaramente una ceja,mientras me relamía pensando en eso, dando un par de azotes más para luego dar un manoseo, mientras fingía como si me lo pensaba un poco, haciéndome de rogar como si no acabase de agradarme la idea aquella, aunque la verdad era que ya había aceptado cuando me lo propuso.

Bueeno, por que no jeje, será interesante

Dije levantando de nuevo su cuerpo para darle un muy apasionado beso pegando mi cuerpo al suyo, levantándome posteriormente y sentándole en una silla mirándole de manera perversa, apunto para iniciar nuestro juego particular intentando ponerme en situación primero para que fuese lo más creíble posible.

Así que tenemos aquí un peligroso criminal, dime ¿vas a decirme l oque quiero o tengo que obligarte a ello?

Comenté tomando el mentón del pequeño mirándole desafiante a los ojos, mientras mordisqueaba su cuello y le dejaba una marca para luego acariciar suavemente su rostro y mirarle fijamente a los ojos tomándole de nuevo de su rostro, con una sonrisa de medio lado para luego levantarle de la silla y tumbarlo en la cama, situándome yo encima con una muy sospechosa sonrisa.

Tras mucho rato ambos en la cama, estaba tapado con mis sabanas mientras sonreía de medio lado y le desataba manos y pies, acariciando su pelo y jugando con el, haciendo remolinos con estos, mientras le miraba de manera un tanto altiva y un par de gotas de sudor se derramaban por mis cabellos las cuales secaba con mi mano al notarlas.