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Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] Empty Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] {Miér 28 Mayo 2014 - 20:26}

Era una mañana relajada en el North Blue. El sol dominaba el horizonte, y el cielo despejado sin una sola nube invitaba a pasear, sacando a las mascotas a recibir un poco de factor. Sin embargo, Caspio se acercaba a una elegante taberna cercana al palacio. Los rumores decían que allí iban los nobles a beber después de una buena jornada yéndose de putas. También era famoso el local por ser el único conocido con bidé en un lavabo de caballeros.

Abrió la puerta, empujando lentamente, y encontró un panorama vacío, cargado de caros mobiliarios y elegantes vajillas en armarios de cristal. Era un sitio elegante, pero Nat hubiera deseado que en vez de tanta pomposidad tuvieran alcohol. Quizás tuvieran. Se sentó en un sillón de cuero negro, junto a un sofá de las mismas características, presidiendo una mesa de café de más de un metro de longitud. Era increíble lo cómodo que se sentía uno recostado allí, cobijado por un techo recibiendo luz de las ventanas, pero sin recibir los ataques del sol en la frente.

Sólo faltaba que llegara ella. Aquella muchacha con fama de beber como un cosaco y tumbar al más osado. Una mujer con resistencia de un gigante y el saque de un titán. Algunos decían que era un mito, y otros que era el terror de las barras libres, pero lo cierto era que Nat deseaba conocerla. La erótica de una mujer empapada en alcohol, no como algo sexual, sino metafísico, era algo que le podía. Necesitaba verla, olerla, beber junto a ella y vencerla en una competición de beber. Tal vez así se divirtiera un rato.

De repente, la puerta se abrió, y aunque quedó cubierta por ella, Caspio esperaba que la persona que entraba por la puerta fuera aquella mujer.


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Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] Empty Re: Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] {Jue 29 Mayo 2014 - 17:18}

El día estaba despejado y el sol brillaba lo suficiente para proporcionar un agradable calor mientras una refrescante y suave brisa mecía las hojas de los arbolillos.
Una joven caminaba por la calle con aire distraído. Vestía unos shorts baqueros cortos y un top deportivo negro. Cruzado en la espalda y con una correa bajo el pecho se sujetaba un arnés de cuero con cartucheras donde colgaban sus inseparables pistolas gemelas. Dos sig sauer P216 9mm. Su cabello rojizo estaba recogido en una coleta y dos mechones sueltos enmarcaban su rostro destacando unos grandes ojos dorados. En sus labios humeaba un cigarrillo a medio consumir y caminando junto a ella, tan cerca que casi se enredaba en sus pasos, un pequeño tigre blanco correteaba felizmente, alzando la cabeza de vez en cuando a la espera de un mimo.

La joven estaba aburrida, hacía varios días que permanecía en la isla sin ninguna misión o aventura para sacarla de su tedio. Había decidido salir a dar un paseo con Haku, su pequeña mascota felina y Hawi, su cascarrabias halcón.
El ave permanecía cómodamente posada en su hombro, con los ojos cerrados, en aparente descanso. Sin embargo ella sabía perfectamente que solo estaba actuando, estaba tan despierto como ella.

Unos metros más adelante divisó aquella taberna tan lujosa y repipi que ya había visitado con anterioridad y sonrió ante la posibilidad de refrescarse el gaznate con una buena botellita de ron o dos.

Con el sonido de sus botas de combate resonando en el piso con sus fuertes pasos llegó a la taberna abriendo la puerta de un empujón.

El interior era lujoso, con muebles caros y cómodos aunque ella habría preferido una cosa más discreta, con menos pomposidad y mas familiaridad, como esas abarrotadas y ruidosas tabernillas tan comunes en todas las islas de su natal mar del este, en donde solía tomarse unas copas mientras jugaba unas partidistas de póquer con cualquiera dispuesto a jugarse parte del sueldo. Pero no podía quejarse al menos, aunque caro, el alcohol era de buena calidad.

Por un momento, pensó que estaba vacío, sin embargo pudo divisar un tipo sentado en soledad. Saludando con la cabeza, tiró fuera el cigarrillo apagándolo con el talón de la bota. Tomó en brazos a Haku y se sentó en una silla de la barra acariciándole entre las orejas y sonriendo ante sus ronroneos mientras el cachorro frotaba su cabeza contra la palma de la mano como si no fuera más que un gatito común.

Un hombre de mediana edad permanecía detrás de la barra limpiando vasos con una bayeta, al verla se acercó con una sonrisa, ya la conocía de las veces anteriores y se dejaba un buen dinerito ahí dentro, por no hablar de la gente que atraía cuando estaba de humor como para una pequeña competición.

-buenas tardes señorita. ¿Qué le sirvo?


-póngame una botella de Ron y un vaso-
pidió con una sonrisa mientras dejaba una de sus sig sobre la mesa por si las moscas.
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Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] Empty Re: Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] {Jue 29 Mayo 2014 - 22:09}

Musica de la fiesta:


Un barco marine se encontraba en la orilla de aquella isla, en cubierta parecía haber varios hombres riendo y hablando. Tenían la música puesta a toda pastilla mientras bailaban, gritaban y comían en una mesa llena de distintos aperitivos. En la cubierta se estaba organizando una competición de flexiones, en ese momento estaban en la ronda final, un tipo de pelo rojo corto y el mismísimo Krauser. Ambos iban muy igualados y había otro tipo con un chisme cronometrando. Al cabo de unos cinco minutos el pelirrojo cayó al suelo y diez segundos después cayó el Contra-almirante mientras sonreía de lado. –Krauser es el ganador por catorce flexiones más. –Tras las palabras del juez, el marine se levantó estrechando la mano del pelirrojo y ayudándole a levantar, le felicitó por el esfuerzo y tras eso se dirigió a la mesa de la comida sonriendo de lado al estar fuera de servicio. –Ya os vale, casi os cargáis las gambas, que son del North Blue, un poco de consideración –Dijo este entre risas demostrando que estaba de broma, a continuación apartó sus vendas hacia abajo mientras cogía un trozo de carne y se lo llevaba a la boca directamente para masticarlo y tragarlo justo después.
 
Todos reían y parecían satisfechos, el alto rango estaba contento de que sus hombres por fin tuvieran un descanso después de tanto tiempo. Tenía informes de que en esa isla se encontraba la recluta Minako, era una lástima que no estuviera allí divirtiéndose pero seguro que mal no lo estaría pasándolo. La música aumentaba la moral de los marines que estaban contentos y calmados, estaba claro que aquel día, todos estaban pasándolo bien. Todos los marines al mando del contra-almirante eran legales y buenas personas seleccionadas personalmente por él. Rápidamente notó como el Den Den Mushi de dentro sonaba, este se apresuró a entrar y una vez llegó empezó a escuchar el mensaje. –Alerta demonio de la niebla, tenemos noticias que un tipo conocido como el criminal roukoski ha construido una bomba. Sabemos que la ha colocado en el reino de lvneel. Sus órdenes son claras, debe localizar la bomba y pararla. Krauser frunció el ceño al oír aquello, otra vez le jodían en su día libre. No pensaba dejar la fiesta, sus hombres se merecían el descanso, pero tampoco iba a dejar que la bomba acabara con la vida de los ciudadanos de aquella isla.
 
Muy bien, me ocupare de la bomba, no se preocupen, el demonio de la niebla se pone a jugar ahora mismo. –Tras decir aquello se quitó su chaqueta blanca de contra-almirante y la dejó sobre la mesa. Quedó sin camiseta y con su pantalón negro, no llevaba sus armas, tan solo su enorme espadón en la espalda. Sin pensárselo corrió a cubierta observando a sus hombres mientras les hacía un gesto de despedida. –Volveré en un par de horas chicos, no quiero que la lieis mucho, cuidad del barco y no os emborrachéis mucho, prohibido seguirme. –Una vez dijo aquellas palabras, salió corriendo a la borda y pegó un salto cayendo sobre la arena haciendo un rodamiento bastante bueno para después empezar a caminar hacia el pueblo activando su haki de observación y con la mirada fija en todas partes. No iba a permitir que sus soldados no tuvieran su día libre y mucho menos que la ciudad explotara, debía localizar aquel tipo cuanto antes. El mejor sitio debía ser un lugar alto y con buenas vistas, no se lo pensó dos veces y empezó a correr hacia una torre mientras el viento ondeaba sus pelos y mientras se colocaba sus vendajes en el rostro, el demonio de la niebla había comenzado la caza.
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Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] Empty Re: Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] {Dom 1 Jun 2014 - 3:06}

El frío de la mañana entraba por la puerta abierta, y el humo de un cigarro no tardó en llegarle a la cabeza. "¿Qué mierda es este olor?". Tras el olor llegó el colapso. Se cerró la puerta, dejando a una bella mujer de cabello rojizo y ojos ambarinos en el interior. Parecía contenta de estar de nuevo allí, aunque parecía sentir que aquel no era su lugar. Caspio no pudo evitar mirar aquella gigantesca bola de pelo que tenía entre las piernas; un revoltoso minino blanco, gigantesco, ronroneaba bajo ella, pidiendo cariño. Ella lo cogió en brazos y se sentó en la barra, no sin juguetear con él. No tardó mucho en darse cuenta de que el felino era un tigre albino, un raro ejemplar, casi indomable. Pero parecía muy cariñoso y juguetón. Quizá no fuera un peligro, aunque con  un animal salvaje nunca se sabía. La muchacha pidió un ron, bueno, no un ron, una botella de ron. Era una petición un poco exagerada para la hermosa criatura que segundos antes posó su mirada en él. Tal vez necesitara compañía, y él sacaría un par de copas gratis.

Se levantó del sillón, sin mucha prisa. Era un sitio cómodo, y no le agradaba tener que dejarlo a merced del culo obeso de algún maloliente noble empapado en perfume. Acercó sus cosas a la barra y se situó junto a la joven, sentado sobre la banqueta contigua, a unos metros del doctor Cooper, que tomaba empanadillas bañadas en café como desayuno. Aquel tipo tenía una obsesión malsana con las empanadillas, las metía en todas partes. Sin querer golpeó al animal en el trasero y éste le bufó, tal vez atrayendo la atención de su dueña. Bebió de un trago su bourbon y pidió otro. Era un día perfecto para tomar un trago, y dos, y tres, y cuatro, y cinco, y hasta terminar con el hígado hecho jirones también. La vida era para disfrutarla, y las mujeres bellas para observar en silencio, aunque a Caspio no le agradaba mantenerse callado, ni a Nat estar sobrio. Las dos mentes que regían su cabeza llegaron a un punto común, concluyendo en que beberían con la muchacha.

-Señorita, si le dijera que no tengo ninguna intención aviesa sobre su sensual cuerpo, ¿me creería?- hizo una pausa, mientras apartaba la pistola de la barra, poniéndosela cuan cerca pudo a la marine-. Sólo busco un compañero de fatigas, alguien con quien beber un par de botellas y cantar canciones de borrachos.

No llevaba ropa de marine, pero Caspio sabía que lo era. Se notaba en sus andares, su pose, su expresión. Aquella que tenía alguien que creía en la justicia por encima de todo. Probablemente le esperase un buen futuro en la Marina, pues aquella mirada la había visto en otro hombre, y aquel demonio y buen amigo era ya contraalmirante. Aún recordaba su encuentro en Dome, y cómo el hombre se negaba a tomar una copa de vino, aunque finalmente resultó ser un buen pieza, alegre a pesar de su aspecto serio y estoico. Hizo un gesto y el hombre de la barra le sirvió el vaso y puso un nuevo cubito de hielo. Lo alzó a modo de brindis.

-Por las nuevas amistades, mamá del Tigre.

Bebió un profundo trago, aunque no tanto como el anterior. Notó el suave correr del alcohol por su cuerpo hasta que se desvaneció en su interior. Era una bella sensación. Tal vez aquello era lo que lo llevaba a beber, y no la necesidad de olvidar cada cara, cada gesto de la gente con la que acababa.


Última edición por Señor Nat el Miér 30 Jul 2014 - 11:13, editado 1 vez


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Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] Empty Re: Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] {Lun 2 Jun 2014 - 16:38}

Minako esperaba pacientemente a que el tabernero le sirviera su botella de Ron cuando percibió por el rabillo del ojo como el tipo que había visto en el sillón del rincón se levantaba y caminaba con calma hacia ella. Echó un vistazo a su sig sobre la barra por si acaso, pero no vio motivos para cogerla, el tipo era bastante extraño, pero Hawi permanecía en su hombro mirándole con curiosidad pero tranquilo, eso significaba que no tenía malas intenciones. Su querido halcón era un pajarito muy intuitivo y sobre protector, y parecía oler a los ligones manos largas a distancia.

Sintió a Haku bufar ligeramente, molesto. Miró a su lado  para ver como el hombre se apartaba ligeramente y se sentaba en el taburete contiguo. Sin dudo había debido rozar o tocar a su pequeño sin querer. Haku era un felino muy sibarita, odiaba que le molestaran mientras disfrutaba de una relajante sesión de mimos.

Calmó al minino reiniciando las caricias por detrás de sus orejas con una mano mientras con la otra tomaba la botella de Ron importado que el tabernero le tendía con una sonrisa.

-Muchas gracias, ¿podría traerme un bol con un poco de leche si no es molestia?


El hombre la miro confundido pero asintió adentrándose en la pequeña cocina en busca del cuenco.
Mientras esperaba, el hombre sentado a su lado se giró para mirarla y le habló, empujando su siglo sobre la barra acercándola más a ella.

La joven supuso que era un gesto " de buena voluntad" una forma de reiterar que no trataba de molestarla ni nada por el estilo, se río para sus adentros ante su extraña forma de hablar y cogió la botella de ron al tiempo que el hombre bebía un buen trago de su Bourbon.

-En realidad no, no te creería si me lo dijeras, pero le creo a él y no pareces molestarle
-dijo señalando con un movimiento de cabeza al halcón, que molesto por el gesto que me importunaba e su descanso, aleteó bajando de su hombro y posándose en la barra cerrando los ojos de nuevo.

Mikki sirvió un poco de ron en el vaso hasta llenarlo a la mitad y lo dejo en la barra llevándose la botella a los labios y dando un trago, sintiendo como el líquido quemaba en su garganta ligeramente, saboreo el licor y sonrió, era bueno sin duda.


En ese momento, el tabernero llego apresurado con el cuenco lleno de leche y se lo tendió.


-Muy amable
-dijo recogiéndolo con una sonrisa y dejándolo a sus pies posando también al tigre que refunfuñó un poco, pero al ver el blanco líquido a su alcance se olvidó de la interrupción y bebió felizmente.


Mikki volvió a sentarse, mirando al hombre  con una sonrisa.

-No creo haberte visto por aquí antes. ¿Estás de paso por vacaciones o por trabajo?
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Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] Empty Re: Tres borrachos y una botella (y las que surjan) [Privado, Nat, Krauser, Minako] {Miér 30 Jul 2014 - 7:49}

Krauser por fin había llegado a la torre más alta de la zona, sus ojos observaban todo a su alrededor, las personas paseando por la calle y algunos carruajes de nobles pasando por el lugar. Aquello no le interesaba, sus objetivos eran otros y ahora observaba atentamente tratando de poder localizar su maldito objetivo. El cielo comenzó a nublarse levemente, cosa que le dio igual al chico de los vendajes. Empezó a bajar lentamente para centrar su vista en otro punto y de mejor forma, pudo ver una taberna y de repente algo que le alegró el día. Tres hombres, dos de ellos eran tipos de dos metros con gafas de sol y trajeados. El otro parecía ser un tipo de pelo gris con un traje pero negro, el de los dos gorilas era blanco. En su mano portaba una maleta, el demonio de la niebla bajó de la torre y se dirigió a la taberna. Aquellos tipos estaban parados a tres metros de la puerta. El Gran espada se escondió en una esquina hasta empezar a leerles los labios con su buena habilidad de espía. Mencionaron claramente algo de una bomba, esos idiotas tenían la solución. El marine caminó saliendo de la esquina y poniéndose frente a ellos frunciendo el ceño.

- Habladme de esa bomba a mí también.

Su tono era serio como de costumbre, de repente el tipo de pelo gris salió corriendo por una calle y uno de los gorilas tras él. Sin embargo el más musculoso de los dos se quedó allí mientras sonreía de lado y se iba crujiendo los huesos de los nudillos poco a poco. Al parecer iba a tener que pelear con aquel tipo si quería pasar. No quería usar su espada si no era necesario, por lo que salió corriendo hasta su posición lanzándole un puñetazo en el pecho, sin embargo notó como sus nudillos recibían algo de daño y aquel tipo sonreía como si nada. Ahora el maldito gorila echó el puño hacia atrás. “Qué viaje me voy a dar” Pensó el marine con una gotita anime cayéndole por la frente. De repente el puño del mastodonte le pegó en el pecho y salió disparado atravesando la ventana del bar con fuerza. El sonido de los cristales rompiéndose llamó la atención de mucho, a continuación el cuerpo del marine atravesó la barra tirando varias bebidas y llevándose consigo dos o tres tapas de algunos hombres. Quedó en el suelo con los ojos cerrados unos segundos mientras se dolía del pecho y de la espalda.

Aquel maldito manatí le había lanzado por los aires como si se tratase de una pelota de futbol, este frunció el ceño mientras se levantaba apartándose algunos cristales de los hombros y escuchaba las quejas del camarero y varios hombres. A continuación saltó de nuevo la barra suspirando y se dio cuenta de dos personas que estaban allí. Se trataban de la recluta Minako y de Caspio, no esperaba verlos allí juntos bebiendo, por ese momento al marine se le pasó por la cabeza que tal vez era una quedada de borrachos o algo por el estilo. Simplemente alzó la mano saludando y después sacó una placa mientras la levantaba y miraba a todos los del mar con una mirada muy tranquila, como si estuviera paseando por su barco en pijama y un cacao calentito. Habló en un tono también muy tranquilo mientras ahora caminaba a la salida.

- Contra-Almirante Krauser, no pasa nada, sigan bebiendo, un problemilla con los barrenderos del barrio. Camarero invite a todo el bar, yo asumo los gastos de todo, ahora recuerden, ustedes no han visto nada. Un saludo del Tito Krau.

Tras aquello metió la mano en el bolsillo sacando su cartera y lanzándola al camarero, tras aquello por la noticia del alcohol gratis para todos, el bar entero empezó a gritar de forma feliz mientras coreaban al aire aquellas palabras “! Tito Krau! ¡Tito Krau! ¡Tito Krau!”. El marine salió y pudo ver como el mastodonte le esperaba, ese capullo iba a pagar. Salió corriendo a su posición y lanzó un gancho en su barbilla elevándolo unos centímetros, después lanzó un rodillazo a su estomago dejándolo de rodillas sin respiración. Aquello no acababa allí y tras un total de siete golpes en el rostro y haberle roto la nariz y las gafas de sol, saltó lanzándole una patada descendente en la nuca y dejándolo allí inconsciente. El marine le registró rápidamente encontrando una cartera en su bolsillo, se asomó por la ventana del bar lanzando aquella cartera también al camarero que la cogió confuso.

- ¡Otra ronda más!

Tras aquellas palabras, el alto cargo volvió a correr persiguiendo a los otros dos, mientras tanto a sus oídos llegaron unas palabras que procedían del bar “¡Sí! ¡Tito Krau! ¡Tito Krau! ¡Tito Krau!”. Krauser ahora continuaba corriendo usando su haki en todo momento hasta que al final de la calle vio a aquellos dos tipos metiéndose en una alcantarilla, el demonio tras unos segundos saltó también por la alcantarilla, tras ellos dispuesto a cogerles ante todo.

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