Ficha - Siegfried Dubhe D Alfa

La vida de este individuo fue bastante normal, por así llamarlo, nacido en la calles, durante su infancia deambulo junto a su madre Shyvana Dubhe como mendigos, las artimañas, el robo y el saqueo eran algo cotidiano para él, si no robaban estos dos no comían, y quizás por este es que desde pequeño soñaba con convertirse en un pirata. Cuando Siegfried tenia 6 años y unos meses de edad, un grupo de dueños de basares le tendieron una trampa a su madre y a él. Ambos dos cayeron completamente en esta y terminaron siendo arrestados por las autoridades locales, Aunque el pequeño no tenia edad para ser apresado, los marines hicieron una excepción. Tanto su madre como Siegfried pasaron los siguientes tres años tras las rejas de una cárcel de la isla Tequila Wolf, es por esto que cuando le pregunta donde nació el responde en Tequila Wolf, aunque ciertamente nunca supo donde nació.

Al cumplir 8 años de edad, y con un poco mas de razonamiento en su cabeza, Siegfried ya estaba decidido a convertirse en pirata. Durante los meses siguientes aprovecho su estadía tras las rejas y se fue nutriendo de historias, hazañas conocimientos de otros ladrones que rellenaban la cárcel, si bien a su madre no le gustaba para nada estas amistades, nuestro joven individuo no desaprovechaba ninguna ocasión para informarse de sus compañeros.

Pero esto debía acabar, el tiempo en prisión había terminado y a hora nuevamente un hijo junto a su madre deberían volver a las calles, aunque esta vez, Siegfried tenía un objetivo en mente, conocer a su padre. Tras meses de insistir Shyvana soltó un nombre Marco D Alfa

En aquel entonces Shyvana le comento a Siegfried que Marco era un revolucionario, que combatía en contra del gobierno y era por este motivo que tanto hijo como madre se vieron obligados a alejarse de Marco. Ya que de haber permanecido juntos la vida del pequeñín hubiera estado en peligro.

Poco tiempo paso para que nuevamente Shyvana aceptara las insistencias de un niño que lo único que quería era conocer a su padre. Y luego de unos meses Shyvana descubrió la ubicación de Marco, ambos dos partieron rumbo a esta isla del Easth Blue.

Al llegar al la Isla Dawn, la familia se reencontró, y en poco tiempo el pasado quedo atrás, Marco a hora era un revolucionario retirado el cual trabajaba como herrero para los barcos de la marina, este empleo dejaba grandes fortunas a los D. Alfa. Esta fortuna de la cual a hora era heredero Siegfried se debia a la astucia y el espíritu de su padre.

Con el correr del tiempo Siegfried y Shyvana descubrieron el motivo por el cual Marco había abandonado la revolución. Este les explico que tras una batalla sangrienta que hubo en el pasado, la marina se pudo hacer con una gran lista de nombres, en la cual figuraban Marco y luego de una gran investigación las autoridades descubrieron que el revolucionario tenía una familia. El plan de la marina fue apresar a Siegfried y Shyvana en la carcel de Tequia Wolf, y al lograrlo  obligaron a Marco al retiro, el día que su familia cayo presa Marco se vio obligado a renunciar a sus ideales por el bien de su familia, pero no sin antes hacer un pacto con la marina, el cual consistía en abandonar todo su pasado y no volver a tocar un arma, a cambio de paz. Si bien a la marina no le agradaba dejar a Marco en libertar, la propuesta era bastante favorecedora, si el padre de Siegfried tocaba siquiera un marine, podrían esclavizar a todos sus protegidos. Al enterarse de todo lo sucedido el niño, comenzó a pedirle día y noche a su padre que lo entrenara. Aunque  sus peticiones nunca fueron escuchadas

Durante los años venideros, Siegfried aprendía el oficio de la familia, los D Alfa eran grandes herreros, y su empresa obtenía ganancias importantes en el East Blue restaurando el armamento de la marina y todo aquel que lo pidiese, la marina realizaba las peticiones para mantener vigilado a Marco.

Con el correr de los años Siegfired fue olvidando su pasado vagabundo y comenzó a aprender modales ser educada como un noble, fue mejorando sus habilidades como herrero y su padre no dudo en llevarlo a trabajar con él, el niño tenia una facilidad innata para trabajar la forja, parecía “escuchar” las peticiones de la misma y como prefería ser trabajada; además su padre nunca quiso que su hijo siguiera sus pasos y por esto mismo fue que por mas que el niño le insistiese nunca le enseño a manejar armas de combate y ni siquiera técnicas de puño.

Cuando Siegfried tenía 14 años, recibió la visita de su tío el cual en escasas ocasiones había visto, Edward D Alfa era un hombre con un temperamento fuerte, en sus antiguas visitas Siegfried en mas de una ocasión lo había visto discutiendo con su padre a tal punto de siempre marcharse sin despedirse de su sobrino. En los días en que su tío convivió con los D Alfa la alegría llenaba el hogar, era muy lindo ver a ambos hermanos juntos, el joven Siegfried siempre estaba cerca escuchando los concejos de ambos. Pero la paz no duraría para siempre:

“El día había comenzado como cualquier otro, todos nos levantamos de buen humor, durante el desayuno las sonrisas albergaban la meza. Al terminar este mi padre mi tío y yo nos dirigimos hacia un  astillero para empezar la jornada laboral la cual consistia en reparar los cañones de un barco. Yo sabia que mi tío en pocos días se marcharía y era por esto que quería disfrutar de su presencia. Al llegar al astillero, como era de costumbre mi padre me dio las herramientas que todo herrero debía utilizar antes de comenzar a trabajar “Hijo acá tienes la escoba y la pala limpia el desorden” en tanto yo ponía cara de pocos amigos, mi tío pasaba por alado mió y sonriendo respondía “nuestro padre también nos hacia lo mismo…hahaha… ya se lo podrás hacer a tus hijos” su respuesta un tanto burlona me alegraba, mas adelante yo le podría hacer lo mismo a mis hijos que mi padre me hacia todos los días, limpiar.

Luego de una hora de barrer por todos lados, mi limpieza casi llegaba a su fin, yo conocía a mi padre y este parecía algo intranquilo, como si supiera que el día se volvería agitado.
Para cuando se hicieron las doce del mediodía un hombre de unos dos metros de alto llego al muelle diciendo “D Alfa… quiero que repares este acorazado” el sujeto era un suboficial de la marina, era normal verlos aunque hacia ya unos días que ninguno venia; mi padre sin demorar le respondió “acompáñeme ” mientras apoyaba la mano en el hombro del suboficial y le señalaba con su mano libre la dirección “Siegfried avísame si viene tu tío” dijo antes de marcharse. Tras unos cinco minutos de platicar con el suboficial mi padre salio hasta la puerta de su oficina y casi como bloqueándola me pregunto mientras miraba a lo lejos “Hijo ¿tu tio?... ¿donde esta?... ¿sigue trabajando en el fondo del astillero? Yo mirándolo a los ojos le respondí “supongo que si papá”. Mi padre dejo de bloquear la puerta y la abrió del todo diciéndole al suboficial “en una semana tendré listo el trabajo” pero en ese momento mi tío aparecido delante de el como si de un fantasma se tratase, “sigues con esa estupida promesa… si no te mueves te matare a ti también Marco” la situación se volvía tensa  mi tío tenia los ojos de un tigre cuando esta acechando a su presa y el único obstáculo que se le interponía era su propio hermano. “Edward no me obligues a hacer algo que no quiero…por favor aléjate” dijo mi padre mirándolo fijo a los ojos, en la mirada de ambos se podía apreciar que ninguno de los dos cedería ante las peticiones del otro, en tanto el suboficial y los empleados que mi padre tenia se habían quedado congelados mirando la situación.

Algunas personas dicen que un año es muy poco tiempo pero yo recuerdo que esos no más de cinco segundos durante los que mi padre y mi tío se estuvieron observando parecieron décadas enteras. Lo ultimo que recuerdo de aquella situación fue que mi padre grito “EEDDWARDDD...”  y luego me desmaye.  Cuando desperté me encontraba acostado en el suelo, y mi padre me sostenía la cabeza mientras me decía con una sonrisa en su cara y sangre que le caía de su ceja derecha “Siegfried despídete de tu tío...” al mirar a mi tío pude apreciar que su cara estaba muy maltrecha tenia el tabique roto, sangraba de su nariz y de una sus cejar pero en su rostro se dibujaba una gran sonrisa. “hahahaha… mi sobrino” dijo mientras ambos tres nos levantábamos del suelo, “papá ¿que paso?... el suboficial donde esta” pregunte mirándolo, pero como era de costumbre este no me respondió, “¿estas bien hijo?... si es así utiliza tus herramientas” dándome nuevamente la pala y la escoba “despídete de tu tío y después limpia este desorden” el astillero el cual hacia unos momento había terminado de limpiar estaba completamente destruido. No sabía que había pasado y si preguntaba no me respondería nadie, mi única opción era hacer caso; rápidamente me acerque a mi tío y lo abrace fuertemente, en ese entonces este dijo algo a mi oído y luego abrazo a mi padre y se marcho como si nada silbando bajito.

Al llegar la noche volvimos a mi hogar mi madre había preparado la cena favorita de mi padre, y luego de una larga sobremesa mi padre como era de costumbre me dijo “Siegfried tráeme un vaso de ron”. Yo camine hacia la bodega, tome el ron e hice todo lo que mi tío me había dicho horas atrás… “Siegfried te dejo en el bolsillo de tu pantalón esto, es un somnífero para que duermas a tu padre,  te estaré esperando en el astillero  a las doce de la noche, tienes un gran futuro por delante

Y fue así que Siegfried durmió a su padre y espero hasta la hora pactada para aparecerse en el astillero donde lo estaba esperando su tío, junto a este emprenderían un viaje en el cual seria entrenado para convertirse en un gran samurai.

Tras 5 años de arduo entrenamiento un dia Edward dijo “toma te doy mi espada, recuerda cuidarla, su filo es noble como los dioses y muy calido, el problema de esta espada es su vaina la cual tiene una sed asesina y es oscura como el mas profundo de los abismos, tiene un compartimiento donde hay almacenado veneno de la serpiente mamba negra, con esta perilla…” dijo mientras señalaba una palanca situada en el inicio de la vaina la cual era de no mas de un centímetro “descubres un filo alrededor de la vaina este filo contiene el veneno”. Edward agrego “Creo que es todo muchacho, ya no tengo nada que enseñarte, el resto lo tienes que aprender solo…. Hahahahah…. espero haber hecho lo correcto” mientras se dibujaba una sonrisa en el rostro de ambos. Fue así que Siegfried dio inicio a su aventura. Con las enseñanzas de su tío y los concejos e su padre hoy este muchacho se vuelve un pirata y su sueño flamea en el horizonte