Encuentro en el Archipiélago Boin [Diogo "El Faraón" - Shun Hiroyuki]

Había estado cantando ebrio toda la noche sin parar: Diogo! Diogo! Será el rey de los piratas!, y hasta los reyes marinos me pedían que me callara. Mi último recuerdo era haber soñado despierto con la isla de las plantas carnívoras: El Archipiélago Boin.
Comenzé a mirar a mi alrrededor y a lo lejos noté un pedazo de tierra. Me encontraba muy agradecido ya que llevaba aproximadamente 1 semana y media arriba de mi bote, sin ningun lugar al que ir. Mi tripulación se mantiene de 1 integrante, su ebrio Capitán, Diogo "El Faraón".
A medida que comenzé a acercarme, empezé a pensar que me encontraba en un sueño, ya que la isla a la que me acercaba era muy parecida al archipiélago al que yo deseaba ir. Al poco tiempo me di cuenta que realmente era el archipiélago Boin y que no se trataba de un sueño.

Diogo: Porfin!!! mi sueño!, llegar a la tierra de las plantas carnívoras!, porfin podré estudiar algo sobre la herbolárea de esta zona!.

No aguanté las ganas de llegar asique comenzé a remar rapidísimo con mis propios brazos, casi parecía un Gyojin. A duras penas llegué a la costa, tomé todo lo que necesitaba de mi bote y me fuí directo a un bar por una botella de ron, debía abastecerme antes de ir a estudiar la flora.
Me puse en la barra del bar, dejé mi katana sobre la mesa y ordené 3 botellas del ron más barato, ya que me estaba quedando corto de berries.
Una vez conseguí el alcohol salí del bar, trepé por una planta al costado del esdificio y me recosté en el techo a botar el alcohol del día anterior, todo para poder meterle este nuevo a mi cuerpo.

Comenzaba a tener ya bastante hambre. Un hambre horrible y una sed que le debilitaban. Pero ya veía tierra en el horizonte. Gracias a su fruta, Shun había avanzado volando por el Grand Line a gran velocidad. Sin embargo había elegido la ruta incorrecta y llevaba ya dos días sin ver tierra. El ver ahora una isla fue un alivio tremendo. El ronin suspiró y aumentó su velocidad. En cuanto estuvo lo suficientemente cerca, vio que eran varias, y con una forma extraña. Había oído hablar del lugar: era el archipiélago Boing. Aquellas islas eran plantas carnívoras gigantes, en las que sin embargo se habían instalado algunas pocas personas hacía unos años. Las casas estaban especialmente preparadas para cuando las plantas se cerraban. Tardó poco en llegar y descender entre la espesa jungla en un claro. En este había una taberna. Entró rápidamente, dejó un puñado de berries sobre la mesa y le dijo al tabernero:

- Quiero algo de comer, lo que tengáis. Me sirve cualquier cosa, pero démelo de inmediato, tabernero-san. Llevo más de dos días sin probar bocado. También una jarra de agua.

El hombre, viendo el estado del espadachín, entró rápidamente en la cocina y volvió con un plato lleno de deliciosas frutas de la isla. Shun le hizo una respetuosa inclinación de cabeza y le dio las gracias. Cogió todo y salió al exterior, donde se sentó recostado contra un árbol (tras comprobar que no era una planta carnívora) y comenzó a devorar con avidez todo lo del plato, mientras daba enormes tragos a la jarra. En cuanto acabó, dio un suspiro de placer. Entonces se fijó en el hombre que bebía en el techo de la taberna. Estaba tomando bastante alcohol, más del que debería. El ex-samurai lo miró con desaprobación y severidad. Se levantó, caminó hacia la taberna y dio un salto volviéndose ligero como el viento con el poder de su akuma, de tal manera que llegó al tejado con facilidad.

- Si perturbas la paz del lugar por tus malos hábitos, tendré que expulsarte del lugar. Es un aviso - observó su katana, con cierta sorpresa - ¿Eres un guerrero que bebe? Es increíble hasta qué punto puede degenerar un hombre. Esa costumbre un día te llevará a la tumba.

A Shun le gustaba beber. Sin embargo nunca llegaba hasta el extremo de la ebriedad. Eso era para escoria. Un guerrero debía mantenerse siempre listo para empuñar su katana y combatir.

El sol que calentaba el techo era muy agradable, sin dudas sería una gran día. Pensaba en si porfin sería esta la isla que me trajera a mi primera nakama, pero no me quería adelantar a los hechos. Ya me estaba comenzando a emborrachar, cuando vi a un hombre que parecía algo cansado entrando a la taberna.

A los pocos minutos salió con una jarra de agua y algo de comida, que le duró bastante poco. Comenzó a mirarme y a balbucear alguna cosas sobre mi ebriedad. La verdad no me importaba mucho, pero me agradaba su actitud de rectitud. Era cierto, un guerrero no debiese estar ebrio, pero la verdad es que no esperaba tener que pelear con alguien en este día. El tipo desapareció de mi vista y de un momento a otro se encontró junto a mi en el techo.

Shun: ¿Eres un guerrero que bebe? Es increíble hasta qué punto puede degenerar un hombre. Esa costumbre un día te llevará a la tumba.

Diogo: La verdad es que bebo porque no pensé que molestaría a alguien. Tampoco quiero ser expulsado por alguien como tú de esta isla, sin duda eres un usuario tipo Logia... mi nombre es Diogo, capitán de los piratas de tutankamón, que actualmente tiene sólo un tripulante.

Decidí hacerle caso a su advertencia y dejé de beber. Quizás sería lo mejor tras haber pasado todo el día anterior ebrio. Un guerrero siempre debe estar listo para empuñar su katana, aunque algunos me han dicho que soy bastante bueno peleando ebrio.

Off: por esta vez da igual, pero me ha parecido fozado que adivinases mi fruta sin verme utilizarla más que para volar. Hay más tipos de frutas y poderes a parte de las logia que permiten hacerlo. De hecho si ves a alguien volando, es más probable que sea por otra cosa diferente a una logia, dado que son frutas muy raras de ver.

La razón del hombre le honraba, pero no justificaba su comportamiento. Beber para hacer entrar en calor el cuerpo, levantar los ánimos o para pasar un buen rato era aceptable. Beber por beber, o bajo cualquier excusa hacerlo en grandes cantidades no. Sin embargo en cuanto siguió hablando, sus palabras le hicieron olvidarse de lo que había dicho. ¿Cómo sabía que era un usuario de logia? Había utilizado sus poderes únicamente para potenciar su salto... desde el punto de vista de otra persona bien podría haber sido por ser una persona con cualidades físicas superiores o con otra clase de poderes. Ni siquiera se había vuelto de su elemento. Además de eso, parece que se había encontrado con un pirata. Con una mueca de asco, puso su mano derecha sobre Kaze no Ryoshu (su katana) y se preparó para atacar.

- No se cómo has adivinado mi poder, pero... ¿un pirata? Ya puedes ir desenvainando. No tolero la presencia de asesinos y criminales.

El ex-samurai odiaba profundamente a los bandidos, y por extensión dado que eran la versión "marina" de estos, a los piratas. Una horda de bandidos había saqueado y quemado su ciudad natal hacía tiempo, asesinando a su familia en el proceso. Por ello le asqueaban las personas que vivían fuera de la ley, y se dedicaba a la caza de criminales de todo tipo y a trabajar como mercenario. Por ello, la declaración de Diogo de ser un pirata había despertado su ira.

- Levántate y defiéndete. No ataco a hombres desarmados - declaró con rotundidad.

Mi tranquilidad comenzó a verse totalmente interrumpida cuando el hombre me demostró su odio hacia los piratas bandidos. No sabía como decirte que mis intenciones de pirata son honestas, nunca había destrozado ni dominado ciudades, simplemente mi vida pirata se limitaba a navegar por el mar buscando nakamas que quieran acompañarme en el viaje.

No tengo intenciones de pelear contigo, es más, me gusta tu actitud. Aceptaré tu petición de desenvainar mi katana, pero simplemente la dejaré en el suelo, no quiero causar revuelo en la gente.

Me quedé sentado esperando a la respuesta del hombre, no quería enfrentarme a él; si mis predicciones son ciertas, es un usuario tipo logia, lo que podría ser una real complicación para mi ya que aún no uso haki.

Eres un cazador entonces? Se ve que eres fuerte. Tienes mis respetos.

Shun suspiró, empezando a estar molesto y cansado. Nadie denegaba uno de sus retos. Entrecerró los ojos, enfadado, y sacó levemente la katana sin desenvainarla, enseñando el filo. Sus ojos relampagueaban con un brillo peligroso.

- Agarra esa katana y ponte en guardia. ¿Es que no tienes valía u honor? Si tanto te asusta morir, será un duelo a primera sangre. El primero en herir a su rival será el ganador.

Retrocedió un par de pasos, pensando en la estrategia adecuada. No tenía muy claro cual sería el estilo de su rival, aunque empleaba katana como él.

- Sólo los hombres honorables merecen mi respeto. Si lo quieres, enfréntate a mi. Prometo no usar mi akuma.

Ni su akuma ni su katana me daban miedo, simplemente no me gusta pelear por que sí... aunque, tal como el decía, el orgullo estaba en juego.

Acepto tu reto, el primero en sangrar pierde.

Me levanté del piso y tomé mi katana. No sabía cuales eran las habilidades de este tipo, pero sin dudas lo quería en mi tripulación... Kidah y Roy me estaban esperando para recibir un nuevo nakama, no iba a perder esta oportunidad.

Bien, empezemos.

Corrí hacia donde se encontraba él y le lanzé una fuerte patada al pecho.

-Diogo: (Pensando) Él dijo que no utilizaría su akuma, por lo que mi patada debiese desestabilizarlo.

Brilliant Leg!! [AMF]

Tras lanzarle mi patada, tomé mi katana, la empuñé fuerte y le lanzé un corte diagonal, esperando que lo bloqueara con su katana. Este duelo sería interesante.

[Perdona, he estado desaparecido del foro]

Al fin aceptó su reto. Algo más calmado en apariencia, el ronin se puso en guardia. Respiró hondo y se relajó, cerrando los ojos por un instante. Cuando los abrió, su mirada era de calma absoluta. Era una de sus técnicas, Mushin, que le permitía alcanzar un grado de concentración en el combate digno de un espadachín experto y verlo a dos tercios de su velocidad normal, a cámara lenta. Se concentró en tratar de predecir el ataque de su rival por sus movimientos, y al darse cuenta de que iba a jugar sucio y darle una patada, agarró su katana por la vaina y bloqueó su pierna con esta. El impacto fue fuerte, pero el ex-samurai tenía una fuerza física envidiable.

- Típico de los piratas. ¡Pelea sin trucos sucios! Un hombre de verdad pelea de manera honorable.

Se echó hacia atrás un paso bloqueando el siguiente espadazo con la vaine también. Su rival iba a tener que recurrir a movimientos más complejos y estratagemas si iba a querer darle. Decidió ponerle a prueba. Se inclinó ligeramente y colocó la mano derecha sobre el mango del arma.

- Iai...

De repente se desplazó a una velocidad de vértigo y apareció a la espalda de Diogo, envainando a Kaze no Ryoshu lentamente. Cuando terminó de envainar, susurró al tiempo que se escuchaba un sonido de corte:

- ...Sasayaku no Ken [AF]

El golpe había consistido en un veloz tajo al costado al tiempo que desenvainaba, para terminar el movimiento envainando de nuevo. Todo eso mientras se desplazaba a gran velocidad a su lado.