Un Paseo Por La Noche (Pasado-Privado Grim y Roy)

Me encontraba en Water 7, en una noche oscura donde no se podía ver ninguna estrella en el cielo, solo la luna alumbraba las calles y algunas farolas, el viento soplaba fuerte, no era como de costumbre, estaba en el techo de una casa, sentado, mirando el ancho mar:

-¿Algún día me lo podre recorrer entero?
Esa frase era la única que se me encontraba en la mente, ese día llevaba mi vestimenta de siempre, mi camiseta roja, la chaqueta de cuero negra a juego con mis pantalones, en mi espalda portaba las armas, mis espadas del caos, mi garra de acero, la escopeta y el bate, mi arma favorita.
Me levante del borde de la casa y me di impulso, salí corriendo y saltando de casa en casa, eso siempre que estaba solo me encantaba hacerlo, desde pequeño lo llevaba practicando, me acuerdo de cuando me caía por los agujeros de casa en casa, las heridas que me hacía, pero no me importaba y lo seguía intentando, para poder ser como una persona que me enseño todo lo que se.
Me dirigía en dirección a mi hotel, cada vez quedaba más poco, cuando vi que me había saltado mi destino, así que decidí ir en pies, se tardaría más pero no me volvería a pasármelo. Una vez llegue solo se encontraba en la entrada la recepcionista y unas personas mayores sentados en unos sillones leyendo el periódico o jugando al ajedrez, yo me limite a bajar unas escaleras de caracol. Al pisar el último escalón el bar que se encontraba no estaba muy habitado, me acerque a la barra y le dije al camarero:

-Una copa de su mejor especialidad

Water 7 era un lugar bastante hermoso. Sus canales y el sistema de transporte eran bastante peculiar. El agua recorría todas las calles y algunas de ellas olían a húmeda y madera vieja. Me había divertido bastante viajando con unos piratas alegres y amigables que me trajeron a aquella isla y fue difícil despedirme de ellos. A pesar de ser tan buenos conmigo, en ningún momento se me pasó por la mente unirme a su banda y ellos tampoco lo propusieron.

Ahora la noche cubría la isla y la ciudad de Water 7 se veía iluminada por la luz clara de la luna. Mis pasos eran suaves y lentos, caminando por algunas calles tranquilas, buscando algo que hacer pero rápidamente me aburrí al no encontrar ninguna taberna que pudiera reconocer a simple vista. De pronto a lo lejos vi un edificio bastante grande. Era un hotel y me acerqué a la entrada para preguntar sobre el lugar. En la recepción había una chica y algunas personas mayores que parecían bastante entretenida entre ellos. Camine hasta donde estaba la recepcionista y le pregunte algunas cosas.

La taberna del hotel estaba un piso más abajo y me podía dirigir allí bajando por una escalera en forma de caracol. Le agradecí a aquella chica tan amable que me había ayudado sonriéndole dulcemente. Camine hasta la escalera y baje hasta llegar a la taberna. Era un lugar bien iluminado pero poco concurrido pero aun así parecía ser un buen ambiente. Me senté en una mesa y quitándome la mochila donde traía algunas cosas de medicina y la colocaba a un lado de mí asiento. Un joven mesero llegó caminando hacia mí para tomar mi orden y le pedí un té helado. Se fue caminando y desapareció tras una puerta a lado de la barra.

Mientras el camarero me traía la copa que le había pedido, la gente empezó a entrar y cada vez el bar se estaba llenando, eran personas mayores que venían a fumar y jugar a las cartas en mesas a parte para despejar la mente un rato, también entraban mujeres jóvenes a hablar sobre sus cosas, estas iban bien vestidas y maquillada, con elegantes vestidos y zapatos de tacón alto.
Al rato el camarero me trajo la copa, tenia un tono amarillo naranja y con un trozo de limón encima y nata por abajo, era tan pequeña la copa que me lo tome de un trago, pero eso si con educación. Cada vez la gente hablaba mas fuerte, pero lo que mas me llamo la antencion fue la entrada de una señorita de pelo anaranjado y que vestía una camiseta blanca, con unos ojos de un color verde, era una mujer preciosa, se sento en una mesa y directamente el camarero fue a tomarle nota, cuando el mesero paso por mi lado le hice un gesto para que se acecase:

-Buenas, tráigame otra de esas copas a aquella mesa- mientras le señalaba una mesa donde se encontraban varios señores jugando a las cartas.

-Enseguida señor

Me levante del asiento y me hacer que a aquel sitio, cogí una silla y les dije:

-¿Podría sentarme aquí?
Todos los señores empezaron a reírse, yo lo tome como un si, me quede mirando el juego al que estaban haciendo, parecía un poco difícil pero poco a poco lo iba entendiendo

Mientras esperaba lo que le había pedido al camarero, me quede mirando una pequeña pintura que se estaba colgada en una pared unos metros frente a mí. Alguien había dibujado un barco en medio del mar en un lienzo y aquel cuadro era bastante bonito, ya que me traía algunos buenos recuerdos. Me crucé de piernas y oí unas risas no muy lejos de donde estaba. Un muchacho se había acercado a una mesa donde unos hombres jugaban a las cartas amenamente. Se sentó con ellos y no le di mucha importancia. Estaba bastante aburrida en aquel lugar, no quería comenzar a acostumbrarme a la falta de ruidos exagerados y peleas que siempre había en las tabernas donde habitualmente iban los piratas a descargar su frustración de días perdidos, pero necesitaba algo que hacer. El camarero llegó con una bandeja de madera y colocó frente a mí un vaso de té helado.
 
-Genial, por fin podré refrescarme – pensé mientras me quitaba la sudadera roja y la colocaba dentro de mi mochila
 
A pesar de ser de noche, me sentía algo acalorada. Agité un poco la parte del cuello de mi camiseta para refrescarme, mientras llevaba mi mano derecha al vaso del té y lo tomaba para beberlo. Estaba bastante frio y delicioso, lo bebí con tranquilidad para disfrutarlo aún más. Una voz chillona llegó a mí mientras estaba concentrada bebiendo mi té. Por las escaleras bajaba un hombre que reía a carcajadas vestido con traje blanco, una camisa azul y corbata negra. Su cabello era rubio y largo. Tenía una argolla en la oreja derecha y detrás de él, estaba una chica con un vestido rojo, bastante provocativo, cabello ensortijado de color negro y tenía un físico bastante envidiable, ya que sus pechos y cinturas volverían locos a cualquiera. Detrás de ellos, cuatro hombres vestidos con trajes negros, camisa blanca y corbatas oscuras, todos con lentes de sol negros, parecían ser su escolta de seguridad, ya que eran inmensos.
 
-Vamos, vamos, es hora de divertirnos – dijo el tipo del cabello rubio a la chica que venía detrás de él.

La chica rio de una forma picara y cuando todos ya estuvieron en la taberna, buscaron una mesa bastante apartada del resto en un rincón para sentarse. Luego de unos minutos un muchacho llegó corriendo con 6 botellas de lo que me pareció cerveza y las dejo en la mesa de aquel tipo.

Las personas mayores seguían jugando a las cartas y era más fácil de entenderlas, estos gritaban y reían, se peleaban amistosamente, al parecer se conocían desde pequeños, serían unos amigos inseparables:

-Camarero por favor traiga 4 botellas de vinos, y lo que quiera el chico- dijo el que se sentaba al lado mía.

-No gracias, ahora no deseo nada- mientras me reía, las risas de ellos era contagiosa.

-¿Chico quieres jugar?- en un tono más serio

-Si no es molestia….- no sabría si lo haría bien, nunca había jugado a este juego.

Al rato había ganado una partida de veinticinco jugadas, creo que me dejaron ganar

-Gracias por hacerme pasar un buen rato- mirando a las escaleras ya que se escuchaban unos pasos, eran unos hombres con una única mujer, esa mujer vestía una ropa atrevida, seguí con los ojos al grupo y me pare una mesa, donde se encontraba sentada una chica, decidí levantarme y acercarme a ella:

-Buenas señorita, ¿nos hemos visto en alguna otra ocasión?- la chica me sonaba un montón pero no me acordaba de su nombre y de que la conocía

Mientras miraba lo que estaba pasando con el grupo recién llegado, algo que no me esperaba sucedió. Oí la voz de alguien muy cerca de mí, lo cual hizo que dirigiera mi vista al frente. Un chico de cabello negro, piel clara, camiseta roja y chaqueta negra estaba mirándome con una expresión peculiar.
 
-No lo creo – dije mientras le daba un sorbo a mi té helado – pero si quieres sentarte conmigo no hay problema – agregué sonriendo
 
No quería parecer atrevida pero sabía que gracias a aquello cualquier pensaría que sí. Lo único que me interesaba era saber por qué aquel chico se me había acercado así sin más ni más. Si intentaba coquetear un rato conmigo no me importaría porque sabía cómo frenar a ese tipo de personas, así que dejaría que llegara hasta donde él quisiera llegar para descubrir sus intenciones.
 
-Y dime, en el supuesto que nos hubiéramos visto antes, ¿Por qué no puedo recordarte?, tal vez hiciste algo malo conmigo y  quiero olvidarte

Reí suavemente para que pudiera entender mi broma y no parecer alguien peligrosa.

Tras hablar con la señorita la gente que acababa de entrar no paraban de gritar y montar escándalo, cosa que no me gustaba, pero ahora debería de centrarme en la chica en la cual no me acordaba de que la había visto, pero ella tampoco se acordaba de mi:

-Muchas gracias señorita por invitarme a pasar un pequeño rato con usted- decía mientras me cogía una silla y me sentaba enfrente suya y cogía mi vaso lleno de una bebida, la chica portaba una blusa Blanca y una falda verde, su pelo naranja que parecía de fuego fue lo que me llamo mas la atención desde lejos.

No sabia que decirle, no me acordaba de ella y no le podía preguntar nada sobre eso o pensaría que estaría mal de la cabeza o algo asi. Ella me dijo algo, que me bloqueo el habla.

-Yo... Yo... no creo que le haya echo algo malo a una señorita tan preciosa como usted, pero si usted cree eso, yo me puedo marchar...- me sorprendido algo que le puedes haber hablado, di un sorbo a mi bebida y continúe hablando- a lo mejor nos vimos de pequeños y jugábamos juntos, ¿tu no serás la que se fue por motivos personales de tu padre? Si se me permite la pregunta..

Me quede mirándola por si pasaba o me respondía, me sonaba de algo y quería saber de que