Reto - Joan vs Rocket

Límite de tiempo : Sin fecha límite.

Escenario : Pancu Island, habitada por un solo pueblo que se autodenominan “Asichi” que en un lenguaje antiguo significa “Moradores del bambú”, la entrada a cualquier persona ajena a esta tribu [que no comparta lazo sanguíneo] esta prohibida a menos que alguien de la misma tribu les extienda una invitación formal.



Turnos : 

Número aleatorio (1,2) : 2

1 - Empieza Rocket.
2 - Empieza Joan.

Condiciones :
-Ni muertes ni amputaciones.
-Es un reto amistoso.
-Se ganará por K.O o rendición.
-Saltos de turno cada 36 h.
-Exp normal, según las normas.

Para mí, Poncu Island era un lugar ideal: plantas y pocas personas. Desembarqué en una pequeña playa de arena y dejé el bote en ésta. Iba vestido con una camiseta azul de maga larga y unos pantalones grises largos. En mi espalda llevaba una mochila que contenía mi armadura y mi katana. Me adentré en el bosque de bambú, que se extendía hasta el infinito. Caminaba apartando bambús de mi cara y cortando algunos con mi katana que acababa de desenvainar para pasar mejor. Había oído que en aquella isla habitaban unos seres que se ponían muy agrsesivos si invadías sus territorios, así que decidí evitar perturbar su paz y tranquilidad. Cuando llevaba quince minutos caminando oí el suave sonido de un riachuelo, así que me acerqué a él. Era un torrente pequeño, no muy ancho. Me senté enn una de sus orillas y empecé a meditar. Medité durante unos 45 minutos, y seguí caminando. Tras caminar un cuarto de hora ,más, llegué a un claro de unos 20 metros de diámetro, decidí practicar el corte con bambú, una práctica bastante importante. Me acerqué a uno e los lados del claro y me puse en posición de montar a caballo. Rápidamente, lancé un corte inicial que rebanó dos bambús. Seguidamente, lancé un corte vertical a una planta, que se cortó con la misma forma. Continué con unos cortes verticales que partieron limpiamente tres brotes. Después de practicar durante casi una hora, me seguí adentrando en las profundidades del bosque.

Después de tres horas moviendo cacharros en este pequeño claro del bosque de bambú, de aquí para allá, juntándolos sin parar intentando sacar algo en claro, me doy cuenta de algo:

- No tengo ni idea de lo que estoy haciendo...

Me pongo de pie y doy una patada a los cacharros, que me provoca un pequeño dolor en la zarpa. Dolorido y gimiendo, empiezo a patear un bambú seco que hay tirado en el suelo, agarrándome los pelos de las mejillas por la frustración. Me tranquilizo enseguida, cogiéndome de las orejas y suspirando fuertemente. Agito la cabeza y, poniéndome las pistolas en las correas de mi espalda, pues estaban en el suelo, empiezo a alejarme del montón de chatarra, moviéndome a cuatro patas, para aumentar mi velocidad y disminuir el tiempo que tarde en recorrer distancias. No tardo en escuchar los pasos de otra persona en el bosque de bambú. Trepó a lo alto de la caña mas cercana y empiezo a utilizar mi agilidad para moverme entre ellas, siguiendo los pasos.

Allí esta. Un ser humano, practicando con su espada, partiendo cañas de bambú. En las cañas de detrás de el, sigo subido en lo alto, observando sus movimientos. Y lo primero que se me pasa por la cabeza es:

"Vamos a robarle todo lo que tiene en la mochila..."

El ser humano sigue caminando, hacía el centro del bosque de bambú. Decido seguirle hasta que decida pararse a descansar y deje su mochila desatendida y yo, como todo buen mapache, llevármela en un momento de distracción. Pero eso no ocurre, así que me decido por lo difícil. Bajo de la caña de bambú, que era de una altura considerable, y me pongo frente al ser humano. Saco las dos pistolas y le apunto directo a la cara.

- ¡Hola! Lamento decirte que has entrado en un territorio privado. Concretamente, el territorio de una tribu de hombres-mapache bastante territorial con su territorio de territorios. Yo soy el guerrero personal de la tribu, y como castigo por tu ofensa hacía nuestro territorio territorial, te ordeno que dejes tu mochila en el suelo y te largues de aquí cagando leches.

Después de caminar durante un buen rato, una figura con forma de animal se me apareció de entre la nada. Pude ver que llevaba dos pistolas colgadas de unas correas y me dijo que había entrado en el territorio de una tribu de mapaches-asesinos, y que como le había ofendido, tendría que darle la mochila.

Mapache, se los seres que habitan en esta isla, y no hay ninguna tribu de mapaches.

Como estaba armado saqué dos de mis trabucos de la mochila y le apunté.

Si intentas algo raro, te disparo

No me fiaba ni un pelo de aquel animal que me miraba fijamente, así que decidí acabar con el para evitar males mayores.

Me levanté rápidamente y empecé al correr en zigzag hacia el animal. La adrenalina me aumentó rápidamente. El corazón me latía con fuerza en el pecho, y el sudor se me resbalaba por la cara.

Cuando estuve lo suficienetamente cerca, más o menos así un metro, le intenté lanzar una patada al su pequeña cabeza, con la fuerza suficiente para dejarlo inconsciente.

- Patada al la cabeza (AB)

La patada impactó de pleno en la cabeza del mapache parlante, haciéndole salir disparado unos siete metros hacia atrás. Me puse en guardia observando al mi rival por si se levantaba pero no fue el caso.

Fui hacia mi bolsa,la recogí y me marche de aquel lugar.