Kaito vs Rebeka [Reto]

Condiciones:

Baterilla

Baterilla es una isla en el South Blue. Portgas D. Rouge huyó a esta isla para ocultarse del Gobierno Mundial, para más tarde dar a luz en secreto a Portgas D. Ace. Poco más se sabe acerca de esta isla.

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Un joven muchacho de unos veinte años caminaba por la pradera de Baterilla. Era una noche estrellada, con la luna iluminando el rostro del chico. Llevaba el cabello desordenado, una camisa azul y unos pantalones del mismo color, a parte de unos zapatos negros. En su mano derecha sujetaba una rosa que acababa de recoger, mientras su aroma profundizaba en las fosas nasales del chico. "Este olor me recuerda al jardín de mi madre..." Pensaba.

Hacía poco que había salido a la aventura, en busca del sueño de su padre que ahora, era el suyo. Quería encontrar los secretos de la joya para poder encontrarla, pero sus pistas no hacían más que volver al inicio. Estaba frustrado, sin saber que hacer, cada vez veía más lejos la joya, pero no se iba a rendir.

Hacía relativamente poco descubrió que en Baterilla podría haber una pista, ya que su padre pasó por allí en sus primeras veces, y necesitaba buscar información. Pero a pesar de eso, no encontró nada. Nadie se acordaba de su padre, un pirata poco conocido, aunque también era normal ya que habían pasado unos veintitrés años desde su partida. ¿Quién se podría acordar? Nadie.

Dejó caer la rosa de su mano y se sentó en el suelo, mirando la luna a través de una joya que acababa de aparecer por arte de magia en su mano. "Esta tampoco es." Se dijo a sí mismo.

Baterilla... Qué pueblo más aburrido. Ni siquiera la noche y las estrellas son capaces de hacerla más entretenida, y hasta Lu se está muriendo del asco. No entiendo qué hago aquí, ni por qué el idiota de Derek no está intentando vengar a nuestro padre, lo cual es patético en la misma medida que gracioso. Intenta derrotar a Legan Legim y no se da cuenta de que tiene los mismos estúpidos errores que él. No fijarse en mi potencial el más importante de ellos, claro.

Aunque podría pasearme por aquí en ropa interior he optado por algo un poco más discreto, "ropa de niña buena" como decía mi padre: Un vestido amarillo con escote sutil y con una sola tira al hombro, falda plegada y cinturón negro cerrando mi cintura, dando un aspecto más sensual. Una niña buena que sabe comportarse mal, o una niña mala que disimula... ¿Qué pensará la gente? Seguramente, con el largo de la falda, pensarán que soy una niña mala que no sabe disimular. Hasta yo me doy cuenta de que casi se ven mis perfectos y afrodisíacos glúteos cada vez que doy un paso, y de que mi pecho bambolea casi constantemente carente de sostén. La verdad es que no he disimulado una mierda, podría haber venido en ropa interior y no pasaría nada. En fin, qué más dará.

Camino por la calle a paso relajado hasta que me encuentro a un muchacho sentado, observando una joya a la luz de la luna y con una rosa en el suelo. No puedo evitar pensar que este tipo tendrá algún tipo de visión del futuro y lleva toda su vida esperándome. Míralo, si hasta va arreglado y todo. No parece muy atractivo, pero sí que se esfuerza. ¿Será así siempre? Quién sabe, pero me muero por descubrirlo.

-¿Cómo sabes que me encantan las joyas a la luz del ocaso?- digo con tono dulce, intentando captar su atención. Con algo de suerte, ya he encontrado algo entretenido que hacer esta noche.

¿Cuántos años llevaría su padre buscando la joya? Si aún seguía buscándola, quería decir que no la encontraría tan fácilmente, era obvio que aquella joya no sería la que él buscaba. Aunque si algo sentía, era que si su padre seguía vivo… Cada vez estaba más cerca de él. ¿Realmente su sueño por encontrar la joya era más que nada por encontrar a su padre? Varias preguntas invadían su mente, hasta que una chica invadió su espacio.

”Mierda, me han pillado.” Pensó al escuchar a la rubia. Rápidamente, sin ni siquiera girarse, hizo desaparecer la joya de su mano, pasando la otra por encima. Entonces dirigió la mirada hacia aquella voz dulce, y vio a una muchacha de cabello rubio y un vestido sugerente de color amarillo.

Debía hacer algo, pero no se le ocurría nada. - ¿Joya? ¿Qué joya? – Le preguntó. Como todo buen mago, siempre hay que tener un truco en la manga por si algo falla, pero él era un despistado y no tenía nada.

Pero, como buen mago, otro más mejor dicho, debía pensar rápido. Y eso hizo. Sacó un pañuelo azul con su mano izquierda y lo enseñó, mostrando que era un simple pañuelo. Cerró su mano derecha y lo rodeó con la tela azul, para al sacarla, hacer aparecer una rosa de color roja. – Tal vez hablabas de esta hermosa rosa. – Dijo, intentando desviar la atención.

Justo después no esperaría ni un segundo más, debía ser rápido, pero esta vez rápido de piernas. Lanzó la rosa a la cara de la chica y salió corriendo hacia la dirección contraria. Si no podía cambiar la memoria de la chica, debía huir.

Pero justo cuando empezó a correr, tropezó con su propio pie para caer al suelo de boca. Por suerte le dio tiempo a apoyar las manos, de esa forma no se rompería ningún diente. ”Mierda. Hoy no es mi día.”