La nieve también quema. Moderado de Rango 3 (Kenta)

Despiertas sobre una capa de nieve, debe hacer poco que te han dejado aquí ya que todavía no has empezado a sentir el intenso frio. No sabes cómo ni por qué, aunque por el tiempo que ha pasado no has debido salir del mar del norte, y con este frio es muy probable que estés bastante al norte del mismo. Tu ropa no te protegerá mucho más tiempo del frio si no haces algo, como por ejemplo andar, aunque es tu decisión que hacer en estos momentos.

Si decides levantarte veras un bosque totalmente nevado, de árboles altos y fuertes, el suelo totalmente cubierto de nieve y sin huellas que te digan desde donde viniste o te trajeron. Delante de ti hay una gran pared de roca, en la que no ves aberturas y detrás y a los lados el bosque hasta donde te alcanza la vista.

Al despertarme pude notar como estaba sobre algo blando, no sabía lo que era hasta que a los pocos segundo empecé a notar frío en mi cuerpo. Era nieve. No sabía como había llegado a parar en esta isla.

Me levanté y delante de mi pude divisar una gran pared de roca y detrás, un frondoso bosque. Al incorporarme decidí ir hacia el bosque para explorarlo y ya de paso para intentar saber porque estaba en esta isla nevada.

Mientras andaba por el bosque me fijé en los árboles y en los animales que había en esta isla.

- Está isla es muy curiosa. Tiene una vasta vegetación de árboles de hoja perenne y bastantes ejemplares de animales. Cada uno distinto del otro. Espero que hagan mi estancia aquí, al menos, un poco agradable. También tiene un clima exageradamente frío y no permitiría la vida de cualquiera. - Pensé para mí, mientras divisaba todo aquél páramo blanco y frío.

Iría hacia el centro de la isla, allí quizás encontraría algún signo de civilización y cobijo. No conocía esta isla y debía explorarla más a fondo.

Mientras te empiezas a adentrar en el bosque notas como la capa de nieve va aumentando, y varios copos empiezan a caer desde el cielo, por suerte no hay ventisca. Si continúas caminando encuentras lo que parece un sendero en el que la nieve esta aplanada, convertida en una mezcla de agua, hielo y nieve. Si lo tomas iras hacía lo que se supone al centro de la isla, o hacia el mar dependiendo de tu suerte (Tira un dado en este tema, pares centro de la isla e impares a la costa). Cuando avanzas por el camino ves a un grupo de animales se queda mirando en tu dirección, no parecen más que ciervos normales, pero parecen no quitarte la vista de encima, o puede que hayan notado algo más en esa dirección, no sé, yo me fiaría del instinto animal.

Mientras me adentraba en el bosque, noté como la capa de nieve aumentaba y como caían copos de nieve. Afortunadamente no era una ventisca pero quizás hubiera alguna después. Es lo que pasaba en estas islas invernales que no te esperabas cuando venía la ventisca. Al poco rato, encontré un sendero. Me paré unos instantes pensando que hacer, si tomar el sendero o no. Tras unos breves instantes parado, me decidí a tomar el sendero. No sabía donde me conduciría pero lo que me intrigaba es porque unos animales se quedaron mirando en mi dirección. ¿Solo me estaban mirando o es que habrían visto algo que no les gustó en mi dirección?

Lo mejor sería fiarse de los animales ya que el instinto de los animales era implacable y cuando ellos notaban el peligro era casi con total seguridad peligro.

- "¿Puede que no esté solo en este sendero?" -Pensé mientras andaba y estaba alerta con mis cinco sentidos por si acaso había peligro.

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Sigues el camino a través del bosque, no escuchas nada, ni ves nada sospechoso durante todo el camino, pero sí que notas que las temperaturas están bajando y aun no has encontrado refugio ni nada con que abrigarte, aunque es raro pues parece que aún queda mucho para que anochezca. Cuando llegas a la costa ves una playa de barro oscuro, y a unos cientos de metros niebla que no deja ver más allá.

Los arboles llegas en ocasiones hasta la misma orilla del agua, entrando incluso en la misma, ¿Habías visto alguna vez árboles en el mar?

Seguía a través del bosque. La temperatura estaba bajando, lo podía notar por la sensación térmica de mi cuerpo y no había ningún refugio ni nada con lo que abrigarme de este frío invernal. Al llegar a la costa pude ver una playa de barro oscuro y niebla a unos cuantos metros de ella y no podía ver más allá de ella. También vi que llegaban árboles hacia la misma orilla de la playa entrando en el mismo agua. ¿Qué cojones era aquello? Jamás en mi vida había visto árboles en la orilla de una playa. ¿Desde cuándo había árboles en el mar?

Decidí acercarme e investigar cerca de allí para ver si encontraba algo, todo aquello ya me resultaba extraño. Que habría niebla no me extrañaba ya que yo era climatólogo pero, lo de los árboles, ¿que significado tendría?.

- Tendré que averiguar algo como sea. Esto es muy extraño. - Pensé mientras me acercaba a un árbol y lo miraba de arriba a abajo.

Te acercas a uno de esos árboles para descubrir que no tienen nada raro, son como el resto que ves por toda la isla. Puede que quieras ver los que están dentro del agua, aunque esta tiene pinta de estar muy fría y no tienes nada para secarte luego. Cada vez tienes algo más frio, deberías ocuparte de eso cuanto antes, pero ¿Cómo hacerlo rodeado de árboles? Por el rabillo del ojo ves pasar algo a toda velocidad mientras miras el árbol, escuchas unos chapoteos y cuando te giras no hay nada, tienes que hacer algo ya.

Off-Rol :

Mientras preparas la carne escuchas el sonido de muchas patas corriendo al unísono, y a continuación como unos chasquidos que no sabrías identificar. Parece que van hacía el lago y no pasaran muy cerca de ti. Es posible que debas ir a investigar, aunque claro si es una manada salvaje de animales y resulta que les gusta la carne puede que seas su cena. La otra opción es quedarse en tu fuego cocinando y calentándote, aunque ves como la nieve bajo el fuego se empieza a derretir mojando la madera antes seca.

Si has decidido ir hacia el lago veras que la niebla ahora es algo más densa y llega hasta la orilla, pero se escuchan ligeros chapoteos en el agua y lo que parecen ladridos, ¿Serán lobos o perros?

Mientras estaba tan tranquilo haciendo la carne y calentándome para no pasar frío, escuché el pisadas como si estuvieran corriendo y unos instantes después como unos chasquidos. Sonaban en dirección hacia el lago. Tenía que ir a investigar a ver que era aquello así que fui otra vez hacia el lago. Había dejado la hoguera encendida por si tenía que volver.

Nada más llegar al lago, observé como la niebla era mas densa y ahora llegaba justo hasta la orilla. Escuché chapoteos en el agua y unos ladridos. Lo que no podía saber a ciencia cierta era si esos ladridos pertenecían a perros o a lobos. Me quedé mirando en dirección hacia donde escuché esos ladridos y tras eso pronuncié unas palabras por si era alguna persona con perros.

- Seas quien seas muéstrate. El jueguecito este del escondite al principio tiene gracia pero ya no. Solo soy un simple turista que ha venido a visitar esta isla. No he venido a causar problemas ni nada por el estilo. También he venido a entrenar en la soledad y clima frío de esta isla. No soy ninguna amenaza. - Tras pronunciar esas palabras no solo miraba hacia donde había escuchado el chapoteo y los ladridos si no también estaba alerta por si se acercaban por los lados o por detrás algún intruso que quisiera acabar conmigo.

Los ladridos aumentan, y escuchas como varios animales se acercan por lo que parece el agua chapoteando y olisqueando. Aunque de repente se escucha un silbido y los ladridos paran y los animales se callan. Escuchas más chapoteos, pero estos son diferentes, y un poco después un hombre vestido con pieles y un calzado muy extraño aparece entre la niebla.

-¿Quién eres, y que haces en nuestra zona de pesca? Bueno creo que da igual, vete por donde hayas venido extranjero, esta zona es nuestra busca otra al norte del lago y no nos molestes.

Parece que el hombre no va a escuchar replicas, pero igual puedes probar y si eres lo bastante inteligente conseguir que te lleve a su casa, aunque si lo enfadas puede que estés en problemas.

Los ladridos aumentaron tanto que a los pocos instantes vi a animales dirigirse hacia mi posición. Pero de pronto se pararon y dejaron de ladrar por un silbido que se oyó. Luego se vio a un tipo vestido con pieles y con un calzado extraño.

-¿Quién eres, y que haces en nuestra zona de pesca? Bueno creo que da igual, vete por donde hayas venido extranjero, esta zona es nuestra busca otra al norte del lago y no nos molestes.

Me dijo como si estuviera molestado de que yo estuviera aquí.

Tras eso y mirarle fijamente le contesté:

- No he venido a causar problemas. Solo he venido a entrenarme. Me gusta entrenar en soledad, pero no he venido a causar problemas, así que no hace falta que me digas que molesto. Además mi entrenamiento será derrotar a ese famoso dragón de Hielo tan famoso, si es que existe claro está. Ese será un buen entrenamiento si, derrotar a ese temible dragón. Si me dices dónde puedo encontrarlo, me iré de este lago y os dejaré pescar tranquilos. Lo prometo.

Tras eso, me crucé de brazos y esperé su respuesta firmemente sin mover ni un músculo y mirándolo a los ojos fijamente, sin ninguna gesto de temor o miedo.

La risa del tipo se puede escuchar por todos los alrededores, cuando por fin consigue parar de reírse te dice:

-Muchacho, eso son cuentos para asustar a los niños ahora vete y deja de molestar, tengo mucho trabajo aún y niños que alimentar.

Se da vuelta y se prepara para adentrarse otra vez en la niebla por donde vino, ahora que escuchas el sonido de los perros y el hombre por el agua no lo reconoces como el que tu escuchaste nada más llegar, que piensas hacer, te marcharas como te dice el hombre, volverás a tu hoguera investigaras, tienes mil opciones.

- Bah, solo es un viejo amargado. Cuando cace al dragón seguro que no dice lo mismo. Comencemos con la búsqueda de información. Iré a ver si veo alguna ciudad en esta isla. Allí es donde seguramente pueda obtener información más detallada sobre el dragón de hielo que habita en esta isla.

Tras eso, volví a la hoguera, cogí mis pertenencias y tras echármelas a la espalda, emprendí mi búsqueda de una ciudad. Si quería reunir información acerca de aquel ser de hielo tenía dos opciones o preguntar a los ciudadanos de allí o ir a una biblioteca por si había algo en los libros. La primera opción estaba descartada pues ya sabía como se las gastaban los habitantes de esta isla y que no eran nada amables con los forasteros.

Así que solo me quedaba la segunda opción, encontrar una biblioteca y ojear los libros a ver si ahí decía algo sobre el dragón de hielo. Quería vencerlo a toda costa y, porqué no, darme un buen festín con su carne, si podía ser. Aunque igual, la mejor opción era dárselo a los habitantes de esta isla para que vieran que yo no era una mala persona  que no me tratasen como un simple forastero que solo viene a causar estragos no, yo venía a entrenar, no venía a matar a nadie.

Ya no era así, ya no mataba por puro placer. Ahora solo lo hacía si la ocasión lo requería.

En tus andanzas por la nieve buscando la ciudad vuelves a escuchar detrás de ti lo que parece alguien, o algo pasando a gran velocidad. Si te giras los árboles no parecen haberse movido, al igual que sus ramas por lo que puedes estar casi seguro que no es un dragón de hielo, al menos no uno muy grande. Este suceso se repite otro par de veces en tu camino hacia lo que parece una colina desde la cual llegas a ver una ciudad amurallada abajo en el valle, mejor dicho una ciudad con una empalizada de madera rodeándola y por lo que parece muy bien iluminada. Puedes distinguir varios edificios más altos que el resto, quizás alguno de ellos sea la biblioteca, aunque si hay guardias en la puerta como piensas pasar.