Hana Omoe
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Shellstown, un lugar para los mas románticos, pero, sobretodo el lugar que todo marine habrá visitado una vez en su vida seguro si no vive en la Grand Line o el nuevo mundo.
Presidido por una enorme base marine en el centro, gran parte de su comercio y abundancia se basa en apoyar a todos los marines, reclutas o veteranos que vienen periódicamente a esta pequeña ciudad a descansar mientras se encuentran en reserva o sus barcos se encuentran abasteciéndose de bebida y víveres que los locales proporcionan por un módico precio a la marina a cambio de probablemente mas de un tratado especial con ellos.
Por la calle principal, que para aquellos menos atléticos es una trampa mortal hecha pasar por cuesta, decenas de comercios se amontonan especialmente en las zonas mas cercanas al puerto, tenderetes por las calles y mercantes animados y sonrientes prueban de arrancar algo de los salarios de los recién llegados a la isla. A pesar de sus esfuerzos, todo el mundo sabe que donde mas dinero se gastan los defensores de los mares es en alcohol, un par de grandes bares coronan la llamada 'corona del licor', una pequeña manzana dedicada exclusivamente al servicio de bebidas con contenido alcohólico y la diversión de la Marina, el lugar donde vayas depende puramente del dinero que te quieras gastar.
Pasado el atareado puerto y el ruidoso mercado, en las calles interiores puedes encontrar la verdadera vida del lugar, edificios altos cercanos uno a otros genera angostos callejones con algún patio interior de vez en cuando donde los niños juegan y los locales viven su vida tranquila. Por las zonas altas de los callejones ropas tendidas en cuerdas que van de edificio a edificio crean un techo artificial generando aun mas una sensación de cerrado dentro de estas zonas.
A pesar de ello, en estos callejones es donde realmente puedes encontrar las tiendas 'locales', pequeñas tiendas de alimentación, ultramarinos, tiendas de costura y muchos otros pequeños comercios se ubican aquí, apartados de los ruidosos mercantes que traen mercancías mas baratas y de peor calidad que fácilmente podrían arruinar el negocio de una vida llevándose a todos los clientes con la magia de los bajos precios.
Solamente aquellos que saben lo que buscan se meten en estas calles, este es el caso de Hana, una marine con unos escasos meses de experiencia en la Marina, en los cuales mas que tocar espadas y pistolas, su principal arma han sido la cuchara de palo para remover caldo, el pelador de patatas y finalmente, pero no menos importante, la aguja y el sedal.
Vestido con su uniforme de la marina que le queda ligeramente grande pero arreglado con maña, le genera aun mas la sensación de Marine 'Inofensivo', con una gorra esta vez ajustada, ya que es en realidad del uniforme femenino, su melena blanca le cubre completamente el cuello y desde atrás parece una chica. Normalmente los marines se visten de civiles para tomarse sus tiempos de descanso, algunos siguen vistiendo sus ropas de trabajo para poder abusar un poco de su 'autoridad', este no es el caso de Hana, el tiene un problema algo mas grave.
"Donde debe estar la tienda de telas...?" Por desgracia el no tienen ninguna otra ropa que no sea uniforme, debido a sus circunstancias inusuales, todas sus posesiones quedaron atrás en una isla convertida en cenizas y tras ver la calidad de lo que se vende en el puerto, decidió que le salia mas rentable coserse el mismo un par de prendas con calma en los tiempos libres del barco, pero para ello iba a necesitar un material que no disponía.
Tras preguntar a un par de abuelitas y niños, parecía que los callejones eran mas laberínticos de lo que había esperado en un principio, tras rondar un buen rato sin encontrar lo que buscaba, finalmente había conseguido regresar a la calle principal, ya algo agotado decidido buscar algun sitio donde tomarse un pequeño descanso, estando cerca de la 'Corona del licor', era posible ir alli pero beber no era precisamente su fuerte, asi que decidido tomar la ruta mas sencilla, preguntar a una persona de la calle, pero resulto que esa persona no iba a ser un local.
"Perdona" Dira Hana dirigiéndose educadamente a una chica, que en realidad había sido la primera persona en cruzarse en su vida "Sabes de alguna cafetería por la zona?";
Alice J. Payne
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Apoyada en la baranda del barco, la cabeza descansaba sobre los brazos cruzados, una expresión verdaderamente aburrida ocupaba por completo su rostro, ya que no le importaba mostrar que no quería estar ahí. ¿Por qué no salía al pueblo? Esa pregunta tiene fácil respuesta, y es que le habían mandado quedarse por allí por si se necesitaba de manos extra, Alice no tenía mucha fuerza, pero si requerían de velocidad era la mujer indicada.
Un suspiro escapó de sus labios, estaba tan aburrida que ya se había acabado los pockys, algo impensable pero por desgracia bastante probable. “Voy a morir... Quiero morir, prefiero eso a seguir aburrida…” pensaba sin perder de vista el horizonte, podía salir volando de allí en cualquier momento, pero eso no era lo correcto, tenía que obedecer las órdenes de sus superiores.
En medio de un bostezo, una fuerte voz sonó tras ella, llamándola por su nombre y apellido, podía reconocer a su superior con los ojos cerrados, llevaban mucho tiempo trabajando juntos que incluso había cierta confianza. La joven se giró, mirándolo fijamente, cualquiera se lo habría tomado como que estaba molesta, pero tan solo era su forma de ser– Tienes el día libre, puedes irte ya –Sin necesidad de ocultarlo, los dorados ojos se llenaron de vida y brillo, acababan de darle vía libre para marcharse.
Podrías esperarte que abandonara el barco de inmediato, pero no fue así, se tomó su tiempo para ir hasta su camarote y cambiarse. Para ese día pensaba utilizar su conjunto preferido, unos pantalones de cuero negro largos con unas botas del mismo material y color con varias correas de decoración, por arriba y gracias al buen tiempo, un top rojo con escote generoso, acompañado de una chaqueta sin mangas y que no era más larga que el top, también de cuero negro con el cuello levantado. Sin olvidarse de ponerse unos guantes que dejaban los dedos al descubierto y recogerse el pelo con una coleta alta, dio por terminado el cambio de look, totalmente lista para pasarlo bien tras días de estar sin apenas hacer nada entretenido.
A paso rápido se encaminó hacia el pueblo, había recibido ya el sueldo y pensaba gastarlo casi todo en bebidas y alguna que otra agradable compañía de buena delantera. Pero lo primero era visitar la tan aclamada zona llamada 'Corona del licor', si hacía falta se recorrería todas las tabernas de allí en busca de una que le agradase lo suficiente como para quedarse.
Esa era la idea inicial, pero cosas del destino que quiso hacer que alguien la parase por la calle. Con las manos en los bolsillos se giró para enfrentar a esa persona, dándole una visión que encendió su peor lado, aquel donde las bromas comenzaban a formarse, queriendo salir "Esto promete ser divertido". La persona delante de la pelirroja se trataba de una niña, una chiquilla bastante joven de pelo plateado y facciones delicadas, la habría dejado atrás sin siquiera hablarle de no ser por el llamativo uniforme de la marina que llevaba puesto. Con eso tenía suficiente, daba las gracias al cielo o al infierno, quien la hubiese llevado a eso, por lo que disfrutaría con lo siguiente.
– Hola –Una amplia y agradable sonrisa se formó en su rostro, ahora mismo era esa chica amable y risueña que tanto le agradaba aparentar– Pues hay una por aquí, puedo llevarte si quieres, pensaba ir de todas formas –Aparentando ser una habitante de la isla, se tomó la libertad de comenzar con su plan.
Pasando el brazo por encima de los hombros de la más baja, acercó su cuerpo al contrario para así poder pasar mejor entre la gente, y para que mentir, ponerla nerviosa por tanto contacto físico que estaba creando a propósito.
– Me llamo Alice Jason Payne, pero puedes llamarme solo Alice o como más te guste, preciosa –Presentándose primera, se aseguraba que por cortesía la chica hiciera lo mismo, puede que hubiese dado su nombre real, pero poco le importaba ya que si llegaba a encontrarlo entre los registros de la marina tras separarse, se daría cuenta de que la habían engañado, siendo que la “broma” se alargaría todo ese tiempo, explotando cuando ya no le afectaría a la que había maquinado ese plan.
Un suspiro escapó de sus labios, estaba tan aburrida que ya se había acabado los pockys, algo impensable pero por desgracia bastante probable. “Voy a morir... Quiero morir, prefiero eso a seguir aburrida…” pensaba sin perder de vista el horizonte, podía salir volando de allí en cualquier momento, pero eso no era lo correcto, tenía que obedecer las órdenes de sus superiores.
En medio de un bostezo, una fuerte voz sonó tras ella, llamándola por su nombre y apellido, podía reconocer a su superior con los ojos cerrados, llevaban mucho tiempo trabajando juntos que incluso había cierta confianza. La joven se giró, mirándolo fijamente, cualquiera se lo habría tomado como que estaba molesta, pero tan solo era su forma de ser– Tienes el día libre, puedes irte ya –Sin necesidad de ocultarlo, los dorados ojos se llenaron de vida y brillo, acababan de darle vía libre para marcharse.
Podrías esperarte que abandonara el barco de inmediato, pero no fue así, se tomó su tiempo para ir hasta su camarote y cambiarse. Para ese día pensaba utilizar su conjunto preferido, unos pantalones de cuero negro largos con unas botas del mismo material y color con varias correas de decoración, por arriba y gracias al buen tiempo, un top rojo con escote generoso, acompañado de una chaqueta sin mangas y que no era más larga que el top, también de cuero negro con el cuello levantado. Sin olvidarse de ponerse unos guantes que dejaban los dedos al descubierto y recogerse el pelo con una coleta alta, dio por terminado el cambio de look, totalmente lista para pasarlo bien tras días de estar sin apenas hacer nada entretenido.
A paso rápido se encaminó hacia el pueblo, había recibido ya el sueldo y pensaba gastarlo casi todo en bebidas y alguna que otra agradable compañía de buena delantera. Pero lo primero era visitar la tan aclamada zona llamada 'Corona del licor', si hacía falta se recorrería todas las tabernas de allí en busca de una que le agradase lo suficiente como para quedarse.
Esa era la idea inicial, pero cosas del destino que quiso hacer que alguien la parase por la calle. Con las manos en los bolsillos se giró para enfrentar a esa persona, dándole una visión que encendió su peor lado, aquel donde las bromas comenzaban a formarse, queriendo salir "Esto promete ser divertido". La persona delante de la pelirroja se trataba de una niña, una chiquilla bastante joven de pelo plateado y facciones delicadas, la habría dejado atrás sin siquiera hablarle de no ser por el llamativo uniforme de la marina que llevaba puesto. Con eso tenía suficiente, daba las gracias al cielo o al infierno, quien la hubiese llevado a eso, por lo que disfrutaría con lo siguiente.
– Hola –Una amplia y agradable sonrisa se formó en su rostro, ahora mismo era esa chica amable y risueña que tanto le agradaba aparentar– Pues hay una por aquí, puedo llevarte si quieres, pensaba ir de todas formas –Aparentando ser una habitante de la isla, se tomó la libertad de comenzar con su plan.
Pasando el brazo por encima de los hombros de la más baja, acercó su cuerpo al contrario para así poder pasar mejor entre la gente, y para que mentir, ponerla nerviosa por tanto contacto físico que estaba creando a propósito.
– Me llamo Alice Jason Payne, pero puedes llamarme solo Alice o como más te guste, preciosa –Presentándose primera, se aseguraba que por cortesía la chica hiciera lo mismo, puede que hubiese dado su nombre real, pero poco le importaba ya que si llegaba a encontrarlo entre los registros de la marina tras separarse, se daría cuenta de que la habían engañado, siendo que la “broma” se alargaría todo ese tiempo, explotando cuando ya no le afectaría a la que había maquinado ese plan.
Hana Omoe
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fuerza
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Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
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(Que simpática es) Censo el inocente Hana en un momento es, cuando le respondió con una sonrisa y le saludo sin parecer molesta al menos en un principio. No todo el mundo tenia vidas poco atareadas en aquellos momentos y que alguien vestido de marine viniera a preguntar algo así seguramente habría molestado a mas de uno, suspiro aliviado al ver que no le había molestado cuando de repente el contacto físico inesperado acabo con su calma original.
Instantes después Hana se encontraba cruzando la calle siendo 'abrazado' por llamarlo de alguna forma, aun que mas precisamente se podría decir 'pegado' de forma coloquial a una chica, como había llegado rápidamente a una situación así, la gente local de allí era siempre tan atrevida, y lo mas importante de todo ¿Seguro que no estaba tocando nada que no debía sin querer debido al decidido agarre de la joven que tal vez era incluso mas joven que el a pesar de su físico?
Instantes despues la chica se presento, Alice era un bonito nombre, pero la ultima palabra de la guia que había encontrado se le clavo como un puñal ardiendo en el corazón.
(Preciosa) Resonaba en la mente de Hana, sabia perfectamente que no había una mala voluntad en sus palabras ni tampoco tenia derecho a recriminarle nada, no seria ni la primera ni la ultima persona que usaba ese adjetivo, así que simplemente hizo como si no hubiera escuchado nada, tras unos instantes movió ligeramente la cabeza para intentar mirarle a la cara a pesar de la situación, sin duda estaba demasiado cerca de ella...
"Hana Omoe..." Dijo un poco vergonzoso o mas bien aturullado por la situación, estaba algo ruborizado por el contacto físico pero en el fondo sabia que era ella quien se habia aproximado tanto por lo que a pesar de que probablemente fuera un mal entendido, no debía sentirse mal por la cercanía "Puedes llamarme Hana o Omoe, como te sea mas cómodo" La voz de Hana no era del todo la de una chica, era una voz blanca, mas la de un chico que nunca había llegado a cambiar la voz, por combinado con su aspecto, perfectamente podía pasar por la voz algo grave de una chica.
"Vives por esta zona...?" Articulo poco después como pregunta.
Instantes después Hana se encontraba cruzando la calle siendo 'abrazado' por llamarlo de alguna forma, aun que mas precisamente se podría decir 'pegado' de forma coloquial a una chica, como había llegado rápidamente a una situación así, la gente local de allí era siempre tan atrevida, y lo mas importante de todo ¿Seguro que no estaba tocando nada que no debía sin querer debido al decidido agarre de la joven que tal vez era incluso mas joven que el a pesar de su físico?
Instantes despues la chica se presento, Alice era un bonito nombre, pero la ultima palabra de la guia que había encontrado se le clavo como un puñal ardiendo en el corazón.
(Preciosa) Resonaba en la mente de Hana, sabia perfectamente que no había una mala voluntad en sus palabras ni tampoco tenia derecho a recriminarle nada, no seria ni la primera ni la ultima persona que usaba ese adjetivo, así que simplemente hizo como si no hubiera escuchado nada, tras unos instantes movió ligeramente la cabeza para intentar mirarle a la cara a pesar de la situación, sin duda estaba demasiado cerca de ella...
"Hana Omoe..." Dijo un poco vergonzoso o mas bien aturullado por la situación, estaba algo ruborizado por el contacto físico pero en el fondo sabia que era ella quien se habia aproximado tanto por lo que a pesar de que probablemente fuera un mal entendido, no debía sentirse mal por la cercanía "Puedes llamarme Hana o Omoe, como te sea mas cómodo" La voz de Hana no era del todo la de una chica, era una voz blanca, mas la de un chico que nunca había llegado a cambiar la voz, por combinado con su aspecto, perfectamente podía pasar por la voz algo grave de una chica.
"Vives por esta zona...?" Articulo poco después como pregunta.
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