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El tigre y el dragón (Madara c:) Empty El tigre y el dragón (Madara c:) {Vie 6 Ene 2017 - 17:04}

El astro rey se asoma alzándose a lo alto de las montañas de Galuna. Él, prodigioso, tan orgulloso, tan ufano, tan campante en sí al tener la seguridad de ser el mayor pilar para toda esa construcción a la que llamamos vida y por ende se lo respeta, admira y venera como lo que es; Indudablemente, la existencia más importante entre las existencias, el cimiento con el que se construye las fortalezas de todo ser vivo, aquel que da sin pedir nada a cambio pese a la relación simbiótica que se tiene con él, un rey entre reyes. Lillie jamás lo ha visto, su ceguera la vuelve incapaz de siquiera imaginar aproximadamente cómo es pero lo admira profundamente. Así como un creyente adora a su respectiva deidad bajo creencias incuestionables -o dogmáticas para ser exactos – indiferente a jamás haberlo visto o presenciado de su existencia, así como un niño cree en la invulnerabilidad de sus referentes, así como nace toda esperanza desde el amor, así admira la joven al susodicho astro. Sabe perfectamente de su utilidad, sabe que es el que brinda la capacidad de observar a los otros seres vivos a través de su luz, es de las pocas cosas en la tierra que le gustaría ver pero siempre creyó que es mejor así: Los demás que portan la capacidad de poder ver, al no saber la sensación incomprensible e inefable de que la calidez del sol abrigue tu piel a cada mañana sin poder corresponderle, no valoran lo que realmente tienen y sabe que de poder ver tampoco valoraría esas hermosas virtudes que posee la vida… No podría perdonárselo jamás.

Ante ello suele viajar con frecuencia a lugares altos para entrenar. La inspiración que le brinda el sol, su calidez, su fuerza, la vehemencia y parcialidad con la que reparte el calor a todo lo que la tierra presta es inconmensurable e incomparable. La sincronía con la naturaleza, la armonía en cada sonido que emite la misma, el hecho de saber que incluso hasta el más inesperado final de la vida es parte de un ciclo alimenta mucho la filosofía de un artemarcialista. En ésta ocasión se encuentra en Galuna, famosa por su vegetación y sus altos relieves que hoy serían el lugar de entrenamiento ya que no es la primera vez que lo visita. Incursionar en un sitio nuevo es una acción bastante peligrosa para alguien incapacitada de la vista, el hecho de haber recorrido el terreno al menos 4 veces por visita le permite orientarse con mucha naturalidad aunque obviamente para un vidente le sería infinitamente más sencillo gracias a las referencias que puede tomar del ambiente.  

El clima se presenta bastante tibio, inclinándose levemente a los climas fríos gracias a unas discontinuadas olas de viento fresco que poco a poco van tomando frecuencia en el lugar. Claro está que esto no es una sorpresa ya que es un factor característico de los climas forestales, aunque si bien está presente en esa parte de la isla (sur) el clima poco a poco es más cálido conforme se va avanzando hacia al norte Ya que en teoría debería ser así, el aspecto de la parte norte es más tropical según la información de la isla. El campo dentro de su extensión presenta en su mayoría espesos bosques de árboles de troncos duros y altos que aprovechan un máximo de los nutrientes de los frutos que caen a la tierra, de los animales que yacen, la humedad del ambiente y lo directo de los rayos del sol al golpear con las hojas de los especímenes más altos. En su mayoría estos troncos lucen un color café oscuro, roble, hasta un beige en los árboles más delgados en cuanto a volumen en su tronco pero más alto en cuanto a dimensiones, se nota a leguas que aquella madera es bastante suave, impermeable, liviana pero notablemente resistente.  Para la suerte de la chica, existen senderos creados artificialmente por los oriundos de la isla para facilitarles el trasladarse de un punto a otro a quienes no estén familiarizados con el lugar, aquel suelo está principalmente conformado por madera, una mezcla de arena y sedimentos que formaron un sólido a lo largo de los años gracias a las innumerables lluvias, y revestimientos de piedra a los bordes. A diferencia de la tierra negra, húmeda, que viste raíces, animales, frutos y vegetaciones de todo tipo, éste suelo es muchísimo más seguro de pisar ya que tampoco cuenta con altibajos pronunciados.


El medio día se acerca en esa parte del mundo, son aproximadamente las 11 de la mañana y la estrella padre aún no se encuentra en su punto más alto. Abriga igualmente a todo el ecosistema dotándolo de un brillo inigualable, los verdes de las hojas se tornan de un color más puro y lumínico, la calidez aviva el ímpetu de las aves al volar, los rayos indiscriminadamente acaricia a los seres vivos e inertes con su calor haciendo todo un poco más agradable demostrando por qué los lugares ajenos a la sociedad son mejores; No preocupaciones, todo sigue un curso armónico y perfectamente natural.

Disfrutando del pasaje pese a no poder verlo, estuvo Lillie intrépida como siempre. Con la punta de su bastón fue tanteando el suelo para no alejarse demasiado de los senderos,  la textura de la que están conformadas es notablemente sencilla de reconocer así que de principios no debería haber demasiados problemas. El sol también fue bastante fortuito para la ocasión, el firmamento es poseedor de un color cerúleo en su estado más bello, el cielo está completamente despejado permitiéndole al astro rey bañar con su luz a Lillie siendo su mayor punto de calidez el éste (estimadamente por las horas) y tras la transición del día tendría un referente para volver hacia el puerto o el lugar donde se hospedaba.
Con el paso de las horas que le tomó llegar desde el puerto hasta la ubicación que buscaba, porque sí; le tomó más de 3 horas llegar desde un punto a otro considerando de que su navío  tocó tierra desde las 6 de la mañana aproximadamente. Su condición no ayudaba, pero sin duda lo estaba disfrutando. Llegado a un punto se adentró directamente en el bosque, el caminar se le vio muy dificultado consecuente con las diversas y enormes ramificaciones de los imponentes y longevos árboles que ya se habían establecido allí. Los sonidos emitidos por los animales tampoco ayudaban, la distrajeron y/o confundieron en más de una ocasión, pero más allá de eso pocos eran los peligros para ella que con la ayuda de su bastón y conocimientos sobre vegetaciones no caería en ningún tipo de arbusto venenoso o algo por el estilo, tampoco contra serpientes u otros reptiles ya que no suelen ser hostiles ante criaturas de tal tamaño, ante la duda sus enormes botas de cuero que cubren casi todas sus medias de lencería ayudan ya que aquel cuerpo no es fácil de perforar.  Con esfuerzo, llegó a una pequeña cascada cuya envergadura no sobrepasaría los 5-6 metros, un tanto pequeña, pero su existencia se debe a una ramificación fluvial de un caudal bastante tranquilo cuya violencia no sería suficiente como para meter en una situación peligrosa a la ciega.

Horas de caminar, un tortuoso viaje y un más tortuoso camino de llegada hacían mérito de asearse antes de comenzar con cualquier tipo de entrenamiento. No querría ella que su higiene fuese un factor que la distraiga de lo que es esencial pese a que probablemente se relaje demasiado y termine haciendo prácticamente nada. Con cuidado se retiró las prendas, dejándolas cerca de donde estaría para tenerlas a mano cuando quisiese salir, conservó mucho cuidado sobre su vestido negro que es la pieza más difícil de recrear entre sus pertenencias.
Como se sabe de esos cuerpos de agua son pocos profundos, recientes (relativamente) y siempre son la creación del acumularse agua antes de finalmente emerger como otro subafluente, el intermedio entre la cascada y el subafluente es una especie de laguna pequeña cuya temperatura también es agradable ante la presencia del sol y el movimiento del agua misma que la templa un poco.  

Progresivamente y con cuidado fue metiéndose en el agua, su piel sensible percibía un cosquilleo conforme los pies –primera pieza en entrar al agua- se sumergían poco a poco. Quizá un chapuzón hubiese borrado ésta sensación, pero querría disfrutarlo. Poco a poco se sumergía ella en la cercanía a la orilla para no perderse, tuvo que sentarse en el agua para que ésta sobrepasara apenas su cuello y allí se quedó durante unos minutos, pensativa, disfrutando de la libertad de no vestir nada, disfrutando del afecto maternal con la que el agua acaricia su piel desnuda, disfrutando de la calidez de la misma, de su esencia, del aroma que emana la naturaleza en ese punto, disfrutando del sonido característico del agua cayendo sobre sí, sin duda algo que no todos los días tiene el placer de disfrutar. Simplemente se dejó llevar y comenzó a pensar en que el entrenamiento puede esperar, además, esa es de las pocas situaciones en la que no viste el pañuelo en sus ojos y éstos están libres. Quizá sean inútiles, pero eran libres, cual ave en cautiverio es liberada la sensación del simple viento rosando la húmeda superficie de los párpados era incomparable. Es una pena que algo tan bello esté permanentemente oculto, para cuando los abrió permitió que se pudiesen ver, esos preciosos ojos cuyo iris grisáceo brillaban inigualablemente reflejando los rayos del sol.
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El tigre y el dragón (Madara c:) Empty Re: El tigre y el dragón (Madara c:) {Vie 6 Ene 2017 - 23:09}

Los rojizos ojos del dragón se abrieron lentamente. Los rayos de Sol le estaban impidiendo dormir como era debido y eso era bastante raro. En su cueva no había semejante putada y eso le hizo pensar que había tenido que pasar algo. Se dio cuenta de que estaba tumbado en el bosque y para su sorpresa, estaba en calzoncillos rosas. No entendía el motivo de eso, pero entonces pudo ver el resto de su ropa tirada a un lado. También había una camiseta que olía a perfume de mujer. Entonces se hizo una idea de lo que pudo pasar. Se tocó el trasero con cuidado y pudo comprobar que todo estaba correcto. Soltó un suspiro y se sintió aliviado al comprobar que no le habían hecho nada por detrás. No tardó mucho en colocarse en pie, mostrando su altura de dos metros y medio. El musculoso shichibukai se colocó el pantalón y la camiseta. Después se puso la armadura de placas y se colocó sus armas alrededor. Todo estaba listo para continuar su camino, aunque tenía que pensar en la situación. Entonces pudo ver en la camiseta de la chica, unos números escritos con rotulador. Un número al parecer y eso le hizo sonreír de lado.

Esa noche quizás había bebido un poco más de la cuenta y alguna hembra se iría con él al bosque para jugar. Por suerte, Madara nunca llevaba su cartera encima. Decidió dirigirse a su base y después echarse un rato en la oscuridad. Después se levantaría tarde e iría al bar a pasárselo bien con sus colegas. De paso llamaría a esa monada sin rostro o iría gustosamente a otro sitio. Mientras avanzaba tuvo que pasar por la cascada que había cerca de su base. Se dio cuenta de que una chica se estaba bañando y la ropa no parecía acompañarla. Una sonrisa ladeada se formó en el rostro del dragón y entonces se sentó en una enorme piedra, colocando su espalda pegada a la base de un árbol. Quizás iba a entretenerse un poco en aquel sitio antes de volver tan rápido a su cueva. No sabía si ella se había dado cuenta de la presencia del mercenario. Entonces fue cuando Madara alzó la voz para que ella pudiera escucharle sin muchos problemas.

- No deberías andar así por mi bosque. Suele haber violadores o asesinos cuando yo no estoy. Con lo cómodas que son las aguas termales del Este.

Dijo refiriéndose a un pequeño edificio de la isla donde permitían distintos tipos de baños. El dragón no mintió cuando dijo que aquel bosque era suyo. Él lo cuidado y protegía y a la gente no le importaba. El moreno entonces mostró una sonrisa ladeada y dejó la palma de su mano derecha en la mejilla, esperando una contestación por parte de aquella hermosa joven. Esperaba que no se pusiera agresiva, pues ese día no le apetecía mover mucho los dedos. Últimamente peleaba con ellos y eso le resultaba agotador y aburrido. Soltó un enorme bostezo y usó su mantra para medir su capacidad de pelea. Se desilusionó cuando vio que se trataba de una persona normal. Bostezó con fuerza y después colocó las manos detrás de su nuca, esperando a ver la respuesta de aquella chica.

- Encima no tienes un aura fuerte, eres un objetivo fácil, pequeña.
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