[pasado]Apatrullando por Marineford, Apatru...[Rozzen D Cromwell-Sir Francis Drake]

Llegué a Marineford,cuando salí de ese buque de guerra que olía a cuadra,no sé muy bien por que... pero el cocinero del buque era bueno, me paso barios barriles de ron con los que pude llenar mis calabazas de licor. Después de haberme encontrado con ese extraño hombre vestido de negro... así púes tenía el indulto y una nueva vida, de mujeres, pereza y lo mas importante... ron!. Era un día soleado, con pocas nubes había muchos reclutas, hablando entre sí, cortejando a otras marines cuando entonces decidí seguir una silueta negra muy parecida a la del hombre que anteriormente había visto, pero era diferente por algún motivo... cuando por megáfonos anunciaron un evento, iban a ejecutar a un pirata llamado Booker D Constock con bastante recompensa, anunciaban que tenía 50.000.000 B de recompensa y yo aún siendo un recluta, decidí seguir a esa silueta de negro, debido a que no tenía nada mejor que hacer.

OFF: Lamento que sea, tan corto, ando falto de inspiración y tengo que ayudar en casa, lo siento.

-¿Que dicen Marines? ¿A que no es un gran día para la ejecución de un pirata? - dijo con tal alegría que no parecía que estuviera hablando del principal evento del día. Pero era imposible para Rozzen no mostrarse alegre cuando una de esas escorias abandonaba este mundo.

La joven estaba sentada en una ventana que daba al mar, dándole la espalda a unos marines que comían su almuerzo antes de regresar a las labores normales. Rozzen llevaba un traje negro, típico de los Cypher Pol: camisa negra, corbata blanca, saco negro y una falda en vez de pantalón por encima de unas calzas cortas y unos botines negros y altos por ultimo. La formalidad de su vestimenta era por el mismo evento, estando en servicio no podía andar así como así. La joven estaba ansiosa por acumular méritos y poder llegar a lo mas alto, volverse mas fuerte, aprender mas... Nada para Rozzen era suficiente.

Había investigado bien los crímenes del pirata a ejecutar... Realmente era un maleante que nadie extrañaría pues había asesinado tanta gente que, si realmente hay una vida después de esta, tendría muchos "amiguitos" esperándolo luego de que las espadas cayeran pesadamente sobre su cuello. Si fuera por ella, ejecutarlo con sus propias manos seria el placer mas grande que podría tener ese día. Ese intento de piara solo ensuciaba el verdadero significado de ese titulo. Fue así que recordó a su vieja tripulación y a su padre... Mientras estaba sentada mirando hacia el mar y comiendo un pastelito como postre de su almuerzo, pensaba que ellos pudieron haber estado en esa situación y morir con la misma estúpida sonrisa que se veía en sus cadáveres regados por la cubierta del barco. Una suave brusca agito su pelo una vez mas y termino su postre antes de salir de la habitación.

Tenia que estar en su respectiva posición cuando se diera la ceremonia y resolver unos cuantos asuntos mas, pero como era de perderse tan fácil era preferiblemente empezar con los deberes desde temprano antes de encontrarse recorriendo los pasillos del Cuartel esperando a que por suerte alguien apareciera. De repente se sintió extraña... Como si la estuvieran siguiendo.

Y allí estaba, yo siguiendo a una extraña figura negra, cuando me puse a recordar... cuando Beckett me mandó a transportar todos esos esclavos por nuevo mundo a una isla llamada Frigus, esos días fueron duraderos y bastante entretenidos la verdad, recuerdo uno de ellos... si... cuando era... hace mucho tiempo, estaba supervisando, como siempre, mientras que el capitán, bebía Ron a base de bien, no tenía nada en contra de que bebiera, es más, compartíamos ese gusto, por ello hablamos tanto, el ron... sinceramente, no bebía mucho al comienzo, pero el ron, calmó mis ansias, hasta que llegábamos a puerto, entonces disfrutaba de las mejores compañías de las que dispusiera el lugar, las mujeres... en verdad me agradan lo difícil es aguantar sin estar ebrio, durante el tiempo en el que tienes compañía, pero aún así me encantaba, era lo único divertido que podía hacer en la travesía, por eso siempre ansiaba llegar a puerto.

Ese día se complicaron las cosas, paramos en otro puerto del nuevo mundo, este llamado Shima no Tsumi donde se reunían piratas de todo tipo, buscados, no buscados, famosos, no famosos de todo tipo, era un lugar donde siempre había altercados entre personas, rara era la noche que no había ningún altercado, podía deberse a muchas cosas... como por ejemplo cuando llegaba un señor pirata a la zona, entonces todo estaba controlado por él, hasta que desaparecía entonces todo volvía a ser como siempre, por desgracia llegamos en mala temporada, un señor pirata estaba alojado en ese puerto, no me hacía mucha gracia la verdad, podría traernos problemas, aún así mi capitán ordeno que desembarcáramos, necesitábamos provisiones para el camino, argumentando que nos iríamos pronto, con eso y su gran carisma consiguió calmarnos a todos y así desembarcamos.

Yo como siempre me fui libre, por mi cuenta a buscar alguna señorita con ganas de pasar un buen rato, no me importaba pagar, llevaba dinero de sobra así que estaría bien, me despedí de mi capitán haciendo una ebria reverencia, así púes me devolvió el saludo sonriente. Me metí por unos calles, estrechas y oscuros en la noche, cuales eran apestosas, se olía el olor de la mugre que había en la isla, pero había un ligero aroma a licor, eso me gustó hasta que llegué a una taberna a la que gustosamente decidí entrar, en lo primero que me fijé es en la señorita que estaba en la barra, menuda preciosidad pensé, así que fui a hablar con ella, pero tuve la mala suerte de estar junto al señor pirata que estaba en esa isla era Booker D Constock, así que uno de sus lacayos cogió a la damisela y la llevó ante el señor pirata, nadie hacía nada, todos estaban asustados, cuando el señor pirata, le estaba quitando la ropa, no llego a hacerlo antes de que le dí una patada en la cara, que quedó en un simple cosquilleo por parte del pirata, este entonces me dio un fuerte golpe que me dejó con la vista borrosa cuando empezaron a disparar para celebrar la fuerza de su líder.

Entonces la dama se acerco a mí a rastras, pidiéndome que no hiciera nada, pero tenía la vista demasiado nublada como para responderla, así púes el temible pirata cogió a la joven dama y le dio una paliza, hasta dejarla casi muerta, mutilada por todos los lados, sangrando, con moratones. Intenté levantarme, pero solo pude tenerme en pie en el mismo sitio donde estaba, estaba muy aturdido, cuando entonces comenzaron a gritar y a reír a carcajadas, esos malditos monstruos, disfrutaban con el sufrimiento de una joven, eso era algo que no podía permitir, pero entonces se oyó una explosión en la puerta.

Esa pólvora... sin duda... era la de mi navío, toda la tripulación gritaba mi nombre preocupada, incluso los esclavos habían venido a salvarme, encabezados por el capitán, por supuesto, y este encabezó combate con el pirata, así dejando a este, malherido, con una gran cicatriz en el pecho, este huyó, no sin antes disparar a la dama que estaba tendida, en el suelo, me acerqué corriendo y esta me tendió la mano diciendo, que no pasaba nada, que se iba al reino de dios y me tendió una moneda que le daba suerte, según decía, enfurecido, intenté perseguir al pirata, pero el capitán me retuvo me dijo:
-¡Chico! déjalo, no merece la pena, está herido, dentro de poco morirá o será capturado por la marina
Entonces, simplemente bajé la cabeza y seguí al capitán, después de ejecutar a todos los grumetes del pirata restantes, cogimos todas las provisiones que pudimos y pusimos rumbo hacia otra isla, esa noche muchos lo celebraban, pero estuve un tiempo decaído, no tenía gana alguna de beber ron, hasta que el capitán vino a hablar conmigo:
-¿Estas bien chico?
-Eso creo
-Oye.. mira, se que te afecta lo de esa chica, pero no tiene ningún sentido, preocuparte por esas cosas
-Entonces... ¿simplemente me hago el débil como si no hubiera pasado nada?
-No, hijo, solo debes mejorar, con el tiempo, podrás vencer a quien sea, yo no nací luchando ¿sabes? mira ten, medicina para el cuerpo y el alma, es ron, bebe y vente a la fiesta, Ja, Ja, Ja
Entonces cogí la bebida, me tendió y me la bebí a pecho, quería olvidar y en poco tiempo ya estaba riendo con los demás, por eso, creo que le cogí gusto a la bebida, llevaba conmigo siempre que necesitaba olvidar y así pusimos rumbo a la siguiente isla o puerto.

Cuando volví en mí, había recordado el nombre y un profundo deseo de venganza invadió mi cuerpo, pero... esa figura negra... ¡la estaba perdiendo! así que corrí y le puse una mano en el hombro, antes de darme cuenta que lucia una gran melena lacia, canosa y... resaltaban unas orejas.

Aquel día tenia que comportarse como una seria e imponente agente del Cypher Pol, una organización al servicio del Gobierno Mundial reconocida por sus miembros entrenados en el Rokushiki.

Muchas veces se preguntaba que pensaría su padre al respecto, un piara respetado y temido, ferviente protector de sus nakamas hasta el final y orgulloso de que su hija heredaría el legado pirata. Rozzen lo llevaba en la sangre pero solo Claus, su querido tutor, era el único que lo sabia. No era noticia para nadie que ser hijo de un pirata era un crimen ante el Gobierno...

Pensaba e esto antes de percatarse que no estaba sola. Gracias a sus sentidos ganados por el arduo entrenamiento como asesina escuchar al hombre que la seguía no le costo, aunque realmente no pensó que la estuviera siguiendo. Rozzen es así de distraída y confiada así que no le dio importancia hasta que se dio cuenta de la mano en su hombro. Se dio vuelta rápidamente como acto reflejo, encontrándose con un hombre de rastas, mas parecido a un pirata que a un marine. Ella parpadeo unos momentos antes de sonreír con naturalidad, como siempre lo hacia. -¿Puedo ayudarlo en algo, Señor?-