[Pasado] Sé mi Nakama [Privado - Kibito y Nox]

Capitulo 1: Sé mi Nakama

Había pasado ya tiempo desde que abandoné mi antigua isla, éste era mi primer destino la Isla de Dawn. La verdad era que había sido mucha suerte haber sobrevivido hasta aquí con una barcaza pequeña que solo cabía yo y mis posesiones, pero había llegado a una isla, era lo importante.

Cuando había visto la costa, no me lo esperaba, me puse bastante feliz al encontrar la primera isla donde iba a vivir mi primera aventura después de mucho tiempo. Estaba bastante cansado al llegar, escondí la barcaza detrás de unas rocas y me adentré al bosque, para ver si encontraba algún lugar habitable, no sabía que isla era aquella ciertamente, pero si mis cálculos no fallaban era la de Dawn.

-Sí, sí... ahora el problema es a dónde voy... - Dije mirando a ambos lados.

Parecía que la única forma de saber dónde estaba la villa de la isla era atravesando el bosque hasta encontrar un camino. Así que me adentré en el bosque, llevaba mis pocas posesiones, aunque dejé algo de comida en la barcaza, una manzana y dos barras de pan. No era gran cosa, pero había que intentar no malgastar la comida y más en mi primer viaje de aventura.

Mis pasos cada vez se hacían más seguros, estaba perdido en medio de un puñetero bosque, pero con ganas de ver dónde me encontraba me estaba subiendo los nervios y no podía parar. Llevaba ya media hora andando sin parar. Al menos, con esos árboles no daba el sol y no tenía calor.

Al cabo de un rato, encontré lo que parecía un camino de tierra y justo al lado un árbol en mitad del camino, como el que no quiere la cosa.

"¿Qué, amiguito, te has puesto ahí para que te vean?"

La verdad no tenía ganas de andar más estaba cansado y estaba seguro de que si seguía, perdería la ubicación de mi barcaza y mi comida. Solo llevaba mi KatanaReaver encima. Era algo que no iba a dejar de lado y, más aún, si me adentraba en una isla que no conocía del todo.

-Bueno, este parece un buen sitio, si no encuentro nada... pues que me encuentren, jeje - Dije sonriendo.

Así que me dispuse a tumbarme en el árbol en mitad del camino e intenté cerrar los ojos a la espera de que alguien me encontrará. Así de paso, descansaba un poco, llevaba día sin poder dormir nada por culpa de las tormentas.

"Y así comienza mi primera aventura... zzzz..zzzz"

Después semanas malviviendo de lo que pillaba en aquel gran buque de la marina, por fin, escuché que iba a parar en una isla, un isla conocida como "Dawn". Lo cual me sorprendió, ya que no había escuchado de esa isla en la Grand Line. Así que me puse a escuchar a los marines hablar y fue así como descubrí que, en lugar de seguir por la Grand Line, había retrocedido y me encontraba en un mar llamado "East Blue". Aquello me alarmó tanto que salí de mi escondite y grité:
- ¡¿QUÉ?! ¡¿CÓMO QUE EAST BLUE?! ¡YO TENÍA QUE SEGUIR POR LA GRAND LINE! - Grave error. Los marines y yo nos quedamos mirándonos sorprendidos por lo ocurrido hasta que nos dimos cuenta de la situación y... huí. Corrí y corrí con los marines detrás de mí. Conseguí llegar a cubierta sin que me cogieran para, nada más y nada menos, que encontrarme con más marines. Pensé en saltar al mar y huir nadando, luego recordé que no podía nadar y me aferré a un marine que estaba detrás de mí lanzándole por la borda. - ¡Lo siento! - Le dije con una sonrisa en mi rostro y seguí mi camino. Tumbé a algún que otro marine y, con alguna que otra artimaña, conseguí que no de los botes cayera al mar, cogí unos remos y me lancé. Algunos marines también lo hicieron, sin embargo, los aparté a remazos. Logré llegar apartarme los suficiente y desembarqué en otro punto de la isla, aunque sabía que era cuestión de tiempo que me encontraran...
Me topé con una pequeña barcaza la cual llevaba algo de comida. "Oh, comida. Tengo taaaanta hambre...", pensé mientras escuchaba los rugidos de mi estómago. - Bueno, si la han dejado aquí, no debe importarle mucho. Shishishi. - Dije sonriente mientras la devoraba. Una vez me llené la panza, seguí mi camino por aquel extenso bosque. Caminando y caminando me encontré con un tipo tumbado en bajo el árbol. "¿Mmm? ¿Qué hace alguien en un sitio como ese? Bueno, seguro que es de por aquí y puede ayudarme a ocultarme o algo", pensé.
- Eh, despierta. - Dije mientras lo zarandeaba ligeramente. - Despierta. - Probé otra vez. - Despierta, despierta, despierta, despierta, despieeeeeeerta. - Dije mientras le estiraba la cara haciendo muecas raras y no paré hasta que me pareció que empezaba a moverse. - ¡Hey! ¡Hooooola, soy Natsu! ¿Eres de aquí? ¿Puedes ayudar con una cosa? - Le dije muy sonriente.

Comida, cerveza... dios que paraíso tan perfecto. De repente un hipopótamo con brazos se me acercó y me empezó a gritar y a sacudir la cara.

- Despierta, despierta, despierta, despierta, despieeeeeeerta - Decía el hipopótamo.

De repente desperté, me había quedado durmiendo y era todo un sueño, aunque el hipopótamo era en realidad un chaval joven que me estaba sacudiendo.

"Quien coño, es este chico"

Me quede observándole aún con los ojos abiertos por el susto, el chaval parecía un poco más joven que yo, me fije en su espalda, parecía un ángel de Skypiea, me habían hablado de eso pero no me lo creía.

-Oye, que haces despertándome así, ¿quieres que me dé un ataque? - Le dije chillando - Ahora me la vas a pagar.

Mientras el tío estaba sonriente le propiné un puñetazo, agarré mi espada y empecé a caminar por el bosque.

-Oye! Ven, me tienes que limpiar el barco por el susto, vas a ser mi nuevo Nakama, lo quieras o no, por cierto, me llamo Kibito - Le dije mientras me iba hacía el bosque.

Quien se habría creído que es, al menos era agradable, pero siempre será ese hipopótamo que me despertó en mi sueño. Caminé un rato, supongo que el chaval me iba a seguir.

"Esa ostia que le dí, me la tendrá que devolver, si no, no será un buen Nakama"

Llegué a donde estaba mi pequeña barcaza, pero mi comida ha desaparecido, mi rabia aumentaba y mis ganas de sangre aumentaban, o eso creía, me puse a llorar.

-¡¡Mi comida!! Donde está! - Dije chillando.

Miré a todos lados, entonces escuche lo que parecía gente acercándose en grupo, sería gente del pueblo de la isla, o a saber quién...

- Oye, ¿qué haces despertándome así? ¿Quieres que me dé un ataque? Ahora me la vas a pagar. - Fue lo único que escuché antes de recibir un puñetazo de aquel tipo. Caí al suelo frotándome y agarrándome la cara para calmar el dolor. Después oí como decía: - ¡Oye! Ven, me tienes que limpiar el barco por el susto. Vas a ser mi nuevo Nakama, lo quieras o no. Por cierto, me llamo Kibito. - Mientras se alejaba. Me levanté lo más rápido posible y rugí como el león que llevaba dentro, pero ya no estaba. Había desaparecido. Me puse a pensar en lo último que me dijo. ¿Limpiar su barco? ¡Ja! Lo llevaba claro. ¡Yo no soy la chacha de nadie! Pero eso de ser su nakama... bueno, podría estar bien. Y, además, si conocía la zona, podría ayudarme a esconderme de los marines. Sin embargo, primero tenía que ajustar cuentas con él y demostrarle quien mandaba. Pero, claro, ya se había ido y no sabía dónde estaba. Luego pensé que, tal vez, aquella barcaza con la que me topé antes podía ser suya. Si era así, se iba a llevar una sorpresita, shishishi. Así que me dirigí hasta allí. Cuando llegué lo vi ahí llorando por su comida desaparecida: - ¡¡Mi comida!! ¡¿Donde está?! - "Je, así aprenderás", pensé.
- No deberías dejar la comida por ahí, el hambre no entiende de buenos modales ni buenas personas. - Le dije para burlándome de él. - Por cierto, te debo un puñ... - Dije mientras me acercaba a él con la intención de devolverle el regalo, pero algo me paró. Escuché a gente acercarse y, temiendo que fuese la marina, le cogí del brazo y lo llevé conmigo hasta un arbusto cercano. - Shh... - Hice mientras le hacía la señal de silencio. Y, efectivamente, era la marina. "Vaya, no son muchos y parece que el jefe no está por aquí... Bueno, si acabo con éstos, luego tendré que enfrenarme a menos, shishishi. Además, llevo mucho tiempo encerrado y necesito algo de marcha. ", pensé. Miré al que, posiblemente, sería mi futuro nakama y le pregunté con una sonrisa pícara y cómplice: Oye, ¿te apetece algo de marcha?