Dos mafiosos, dos piratas y un extraño sujeto, un encuentro peculiar[Privado - Ryohey, Ugetsu, Derian, Roy y Diogo]

Íbamos en el barco con mi mano derecha Roy, yo fuí todo el viaje pensativo y un poco deprimido quizás por la falta de alegría de la tripulación, creo que nos falta un bufón. Habíamos preparado algo para comer mientras viajabamos, estubieron bastantes buenos esos pescados que agarramos un poco más atrás.
A lo lejos logré divisar una isla, creo que era la isla de los carpinteros: "Water Seven".

-Ese es nuestro próximo destino Roy.

Nos debemos haber demorado unos 15 minutos desde donde estábamos hasta el puerto de Water Seven, la gente se veía muy trabajadora y habían unas enormes construcciones de barcos, sin duda era la isla de los carpinteros; en ese minuto pensé en que lo mejor sería encontrar un bufón-carpintero, aprovechando la situación.

-Si quieres puedes ir a recorrer Roy, yo creo que iré a beber algo a la taberna y después compraré unos metales. Nos juntamos en el bar después?

Me dirigí de inmediato a la taberna y me dispuse a tomar un trago, le pedí un poco de ron al barman y unos cuantos cacahuates. Al otro lado de la barra había un hombre con una bolsa llena de monedas de oro, el dueño lo había apuntado con un arma por lo que creo que había causado algún revuelo antes, nunca lo había visto. Tranquilizó al dueño y brindaron juntos.

-Salud!.-le dije mostrándole mi bebida.

Un barco bastante particular se aproximaba a la isla: era un velero de dos cubiertas del estilo de las carabelas, pero de tamaño ligeramente superior. En el palo mayor ondeaban dos banderas: la superior era roja con un escudo sobre el que había una enorme M con dos espadas cruzadas sobre esta. La inferior era totalmente negra y tenía un único símbolo: una D y una A superpuestas. Eran respectivamente el escudo de armas de la familia nobiliaria Markov y la bandera de la banda del Shichibukai Lord Derian Markov: Dark Ascension. El navío se paró en la costa, y un único hombre desembarcó acompañado por dos marineros, que tras dejarlo en tierra volvieron al barco. Este llevaba una gabardina negra larga y tres espadas: una bastarda a un lado del cinto, otra del mismo tamaño más tosca y con aspecto de cuchillo de carnicero gigante y una tercera a la espalda, un mandoble de filo negro con un mango dorado enjoyado. Llevaba un sombrero de ala ancha consigo, y tres anillos plateados con gemas negras.

No tenía un objetivo claro en la ciudad; tan sólo estaba de paso, y se aburría tras días de viaje por mar sin ninguna diversión. Le apetecía estirar las piernas y si era posible, darle un poco de trabajo a sus espadas. "Vanator está sedienta" pensó el conde, acariciando el pomo de su espada. Empleando su olfato, intentó captar algún aroma interesante. No parecía haber nadie particularmente poderoso cerca... al menos en el rango de sus finos sentidos, abrumados por los fuertes olores de Water Seven y sus mercados callejeros. Por ello, decidió activar su mantra. Había algunas presencias que destacaban, pero captó varias interesantes no demasiado lejos. Fue en esa dirección, hasta encontrar un bar. Había dos presencias especialmente fuertes, dos usuarios... y luego dos presencias menores en poder. El resto eran humanos comunes. Sin nada mejor que hacer, entró en el bar. Se acercó a una esquina alejada y se sentó allí, tapándose la cara con el sombrero para que no le reconocieran. Dejó sus tres espada a su lado, apoyadas contra la pared. Cuando se le acercó el camarero, dijo con voz fría:

- Un vaso de vuestro mejor whisky, tabernero. Y más os vale que sea el mejor de verdad, y no la bazofia que servís al resto.

El tono de voz deshumanizado y siniestro del Shichibukai hizo estremecerse al hombre. Este se limitó a asentir y alejarse a toda prisa. "Es natural que las presas reconozcan al cazador cuando lo tienen cerca. Hoy tengo sed... más les vale a estos infelices no darme excusas para comérmelos." Observó a los presentes. En la barra había un hombre que despedía un fuerte olor. Su haki le decía que era una de las dos presencias fuertes que había captado. Un hombre con pinta de payaso maquillado bebía un ron observando al hombre de la barra. Llevaba una katana al cinto, y era una de las dos presencias "menores" que había captado. Destacaba levemente por encima de las otras presencias, pero destacaba al fin y al cabo. "Un novato, supongo..." Se cruzó de brazos y observó la escena cruzando su pierna izquierda sobre la derecha. A lo mejor ocurría algo interesante. Y si no, se encargaría él mismo de que ocurriese. A lo mejor tendría ocasión de beber sangre caliente... quería presas vivas. Estaba harto de beber sangre embotellada.

El camarero volvió por su mesa y le dejó un vaso con hielo y una botella de whisky entera. Aunque procuraba mantenerse firme, Derian podía oler su miedo y ansiedad. Olía a presa. Este murmuró nerviosamente algo así como "invita la casa" y se alejó rápidamente. El conde la abrió esbozando una ligera sonrisa y se sirvió una generosa cantidad. Debido a sus nuevos poderes ya no podía emborracharse, pero seguía apreciando el sabor. Agitó el vaso en su mano tras dar un trago observando la escena. Una humareda de un gas extraño se coló por la puerta, alarmando a algunos clientes. El vampiro tan sólo lo observó con curiosidad, detectando en él la otra presencia "fuerte" de la zona. El gas tomó forma sobre una silla y se convirtió en un chico joven con apariencia de espadachín oriental.

- Esto mejora por momentos - murmuró sonriendo siniestramente.

El chico comenzó a conversar con el otro "fuerte" de la barra. Gracias a su privilegiado oído podía escuchar perfectamente su conversación, la cual le resultó de lo más estimulante. Así que el tal Ryohei quería pelear con él. Recogió sus espadas, cogió el vaso y se acercó a ellos con andares calmados. Sus fríos ojos azules destellaban en la oscuridad del local. Se aproximó a los tres. Parecía que se había topado con un reto interesante... dudaba que fuesen lo suficientemente fuertes para derrotarle individualmente, pero se le ocurría una manera de hacerlo algo más "equilibrado". Por sus palabras Ryohei parecía todo un cazador, algo que respetaba, dado que pretendía retarle por el mero hecho de que era fuerte. Más aun, se había dado cuenta de que lo era, lo que implicaba que dominaba al menos en parte el mantra.

- Saludos, caballeros... no he podido evitar escuchar vuestras palabras, señor Ryohei, y he de decir que me han complacido. Yo mismo estaba pensando en retaros. Sin embargo, me aburro y quiero un reto apropiado para mis capacidades... veo que los tres sois guerreros, así que os reto a todos a la vez. ¿Aceptáis?

Apoyó la mano sobre Vanator, examinándolos con curiosidad. Dos de ellos eran espadachines. Mejor para él, hacía tiempo que no tenía un duelo clásico, espada contra espada. Y lo echaba de menos.

Me encontraba tranquilo bebiendo mi ron y comiendo los cacahuates, cuando 2 tipos extraños ingresaron al bar, uno tenía un aspecto vampirezco, mientras que el otro entró en forma de gas y se materializó en un joven espadachín, me gustaba su estilo.
A ese "vampiro" lo había visto en algunos anuncios, era parte del Ouka Shichibukai. Es mi primer encuentro con uno de ellos, sin dudas debe ser muy fuerte para haber adquirido ese título.
Se acercó y dijo que le gustaría enfrentarse a nosotros 3, aunque no me gustaba mucho la idea de ostiarme con un Shichibukai, decidí que podía ser una especia de "entrenamiento".

-Disculpa, quieres enfrentarte a nosotros 3?

Me puse algo nervioso, ya que los 3 parecían muy fuertes pero confiaba en mis habilidades para poder dar una buena lucha.

-Cuenta conmigo.

Seguí bebiendo mi ron y ya se me habían acabado los cacahuates, tomé firmemente mi espada por si las cosas se ponías algo bruscas dentro del bar.

Off: Dado que Diogo ha desaparecido del foro, y para que el rol no pierda coherencia, lo derrotaré al principio de mi post.

Habían aceptado su propuesta. Satisfecho, aunque sin mostrarlo, Derian salió de la taberna. No hacía falta que se lo dijeran. Desde un principio esa era su intención. Salieron al exterior, y una vez en la calle, se encaró con sus oponentes. Colocó una mano sobre la empuñadura de Vanator, y los desafió con la mirada, preguntándose quién sería el primero. El tipo que tenía pinta de payaso avanzó hacia él, desenvainando su katana. Era el más débil de los tres, y ni siquiera era usuario. Lo miró con frialdad, esperando su movimiento. Este corrió hacia él y le lanzó un tajo. Pero el vampiro era demasiado veloz. Ni siquiera necesito recurrir a ningún truco ni a su forma completa. Simplemente se movió a una velocidad de vértigo y apareció a su espalda, mirando a Ryohei y al otro con cierta indiferencia.

- Bien, ¿quién será el siguiente? Podéis ir los dos a la vez si lo deseáis.

De repente un chorro de sangre saltó al aire y el otro tipo soltó la katana. Cayó al suelo, con una fea herida en el torso. Derian tenía la espada desenvainada. ¿Cuándo la había cogido? Había ocurrido todo demasiado rápido. Aprovechando sus sentidos, había esperado al momento justo, y había desenvainado al tiempo que se echaba hacia su derecha y avanzaba evitando la katana, y cortó al pirata a gran velocidad mientras pasaba por su lado. A ese nivel estaban los Shichibukais; estaba en una liga totalmente diferente a piratas del tras al cuarto como aquel. Ni siquiera había empleado ninguno de sus recursos. Sacudió la espada para salpicar la sangre contra el suelo y limpiarla, y clavó sus ojos en el otro espadachín.

- ¿Cómo os llamáis, guerrero? Desconozco vuestro nombre.

Aquel tipo pintaba bastante más interesante que el que se desangraba en el suelo, a sus espaldas. Desde luego su presencia era más poderosa. Le daría bastante más guerra que aquel principiante.