[Moderado rango D // Yiaq] Momoiro, ¿paraíso o infierno?

Te encuentras en Momoiro, la isla rosa, la cual se sitúa en el paraíso. En esta isla cualquier planta o animal es de color rosa. Aquí se encuentra el reino Kamabbaka, un reino singular, donde todo son hombres travestidos, pues su corazón es en realidad el de una dama. En ésta isla también se encuentran los secretos del Okama Kempo, unas técnicas esclusivas de los habitantes de ésta singular isla.

Los vientos han llevado tu bote hasta ésta isla, ahora mismo te encuentras en la orilla y el viento se dirige hacia la isla, por lo que resultará casi imposible salir de allí en ese momento. Miras hacia todos lados, para descubrir que efectivamente, como cuentan los rumores, todo es de color rosa. Ahora tienes que tomar una decisión, o adentrarte en la isla o esperar a que amaine el pequeño temporal para poder salir.
Si decides adentrarte en la isla, llegarás a una singular ciudad donde te encontrarás con mujeres (en apariencia) de cualquier forma que puedas imaginar. En cuanto te vean se lanzarán por ti, ya que eres un hombre sin travestirse, por lo que si quieres pasar desapercibido lo mejor será buscar un vestido de tu talla y al menos pintarte los labios, si no quieres pasar desapercibido es posible que te encuentres con alguna sorpresa inesperada.
Si, por el contrario, decides esperar cerca de la orilla, te calarás completamente, pues a lo lejos se ven unas nubes tormentosas dirigirse hacia la isla. El viento poco a poco aumenta su intensidad y algún que otro rayo se deja notar entre las nubes oscuras.

¿Qué harás joven pirata, adentrarte en la isla o esperar en la orilla?

Finalmente te adentras en la isla, llegando a la ciudad. Allí hay mujeres "hermosas" allá donde mires. Pareces asustado y te escondes en una callejuela, pero ni ahí podrás librarte de éstas bellezas, pues una se acerca a ti sin que la veas.

-Hola guapo, ¿quieres un poco de compañía? -dijo con su voz masculina, intentando afinarla y poniendo un tono sensual en ella

La mujer no encaja en ls estándares de un human corriente, sus piernas son largas y peludas, lleva unas botas de color verde claro que lle llegan hasta las rodillas. Luego viste una falda con muchos volantes, de color rosa y con remates en color lila. Todo su vientre está al aire, mostrando una delgada línea de bello que sube desde su falda e encontrarse con su pello, el cual solo está cubierto por una camiseta de tirantes de color azul cielo, que no deja nada a la imaginación. Sus brazos son pequeños en comparación con las piernas y su cabeza es enorme en comparación con su cuerpo, siendo dos veces más grande de lo que debería ser.
En su cara ves algunos pelos, signo de que no se ha afeitado correctamente, sus labios están pintados de un rojo brillante y sus ojos son de un profundo color azul. La sombra de ojos le da algo de profundidad y la máscara hace ver mucho más grande sus pestañas. Para rematarlo todo, su melena es de un hermoso color rosa chicle y le llega por los hombros, es lisa y parece desprender un olor a fresa.

La mujer lleva algo en los brazos, parece ser un bolso en el que rebusca algo de forma apresurada, sigue mirando e instantes después saca un hermoso vestido blanco con flores estampadas de todos los colores.

-Hermana, se te ha olvidado vestirte adecuadamente -comenta en tono jocoso y con el mismo matiz de sensualidad en la voz -¡déjame que te ayude!

Sin apenas haber terminado la frase, se lanza a por ti, esperando meterte el vestido por la cabeza. sonríe de forma alegre, pero no por ello deja de dar miedo. Como consiga ponerte el vestido, lo siguiente será "ayudarte" a quitarte los pantalones, para que muestres las preciosas piernas que toda mujer debería lucir.

Bien, pirata, tienes tres opciones, dejar que te vista y haga contigo lo que quiera, con ésta opción seguramente te lleve junto a otros okamas y no tendrás que preocuparte para nada por la tormenta. La segunda opción sería huir de ella, lo que pondría en aleta al resto de okamas, ya que diría que hay un apuesto hombre en la isla, y que la que lo atrapase tendría el derecho a casarse con él, siempre que la reina así lo aceptase. Y por última, golpearla para dejarla sin sentido. Con ésta opción tardarán más tiempo en descubrirte (siempre que nadie más te encuentre), pero cuando lo hiciesen las consecuencias serán más serias.
elijas cual elijas, eres libre de moverte por la ciudad, así que, ¿qué es lo que harás?

Off rol:

La pobre Narcisa (nombre del okama) recibió el impacto en la cabeza, lo que la dejó sin sentido. Calló como en las películas, llevándose una mano a la frente y con un desmayo teatral que la dejó tendida en el suelo con las piernas juntas y dobladas. Te ve en un aprieto, no sabes que hacer con el cuerpo, así que miras hacia todos lados, encontrado por casualidad un boquee en la pared, en el que decides meter a Narcisa para que nadie se entere.
La tormenta sigue más o menos igual, parece que llegará de un momento a otro, y como toda buena tormenta tropical, Momoiro se encuentra en el ojo del huracán, el cual a empezado a girar alrededor de la isla.
Las damas de la isla huyen despavoridas al darse cuenta de lo que realmente se acerca, el aire empieza a volverse cada vez más fuerte y empieza a caer una fina llovizna. Ya qu has noqueado a Narcida, eres libre de huir en dirección a la plaza, donde es probable que haya algún edificio como el ayuntamiento, el cual pueda brindarte algo de protección o puedes decidir vagar por la ciudad donde será raro encontrar un lugar donde guarecerse. Decidas lo que decidas, los ciudadanos están bastante asustados como para percatarse de la presencia de un hombre que no es okama.
si decides ir al ayuntamiento tendrás libre acceso para entrar, pero es posible que cueste más salir, pues la reina se encuentra dentro, guarecida a la espera de que terminen las reparaciones en su casa.

Le decisión es tuya, ¿qué harás?

PD: Eres libre de entablar conversación con cualquier NPC random que te inventes, con la condición de que sea okama. Debido al temporal obviará tu apariencia y siempre te recomendará guarecerte en un lugar seguro. Y t indicará seguramente el ayuntamiento. No puedes golpear a nadie, en caso de hacerlo, es posible que ésta vez no tengas suert noqueando a tu contrincante y vengan refuerzos.

Con sorpresa descubres, tras esconder a Narcisa en el boquete, que los okamas no se fijan en tu aspecto, pero sin embargo te tratan como una más. Posiblemente han asumido que debido a la lluvia se te ha corrido el maquillaje, por lo que has tenido que limpiartelo. Y tus ropas son tapadas por el frío.
Preguntas a uno que huía del inminente desastre y te indica que el sitio más seguro or el momento es el ayuntamiento, así que decides entrar. Allí dentro, Adelaida, la recepcionista, está repartiendo toallas para todas, incluso para ti. Adelaida es un hombre alto, con la cara bien afeitadas y un bonito vestido de color verde (como el de Marge Simpson) que deja al descubierto su pecho peludo y sus brazos y piernas. Lleva unas sandalias naranja que resaltan con el vestido.
No eres el único que está en el ayuntamiento, hay bastante gente, algunas charlando alegremente, mientras otras parecen totalmente aterrorizadas por el ruido de la tormenta que se está desatando fuera.
Decides echarte una cabezadita, sentado en tu silla, entre dos okamas. Una de ellas es pequeña, la de tu izquierda, lleva botas altas hasta sus rodillas, de color rojo intenso y un vestido con tiras de cuero del mismo color. A tu derecha, el okama viste una camiseta blanca con una flor estampada y unos baqueros cortos que dejan al descubierto todos sus muslos.

Caes dormido y cuando despiertas no te das cuenta de que te han maquillado y cambiado tu camiseta por una blusa rosada con lazos amarillos. La tormenta ha cesado y los okamas están saliendo, Adelaida propone ir a un bar cercano para entrar en calor y dar la bienvenida a la nueva dama del pueblo (tú).
¿Qué harás, irás con ellas al café donde aceptarás ser la nueva okama o por el contrario dirás que no a la fiesta?
En el caso de que vayas entablarás amistad con los presentes hasta que ya en el bar descubras tu atuendo al verte reflejado en un cristal. En caso de que no quieras ir, descubrirás horrorizado tu atuendo llamarás la atención de las chicas.
Si llamas la atención, Adelaida luchará contra ti y más tarde se unirá Narcisa, la cual está molesta por el trato que le diste.

Adelaida y Narcisa:

Tal y como había comentado, tras limpiarte el maquillaje con la blusa y arrojarla al suelo, has hecho enfadar a la pobre Adelaida, que solo quería tener una nueva amiga. Tras el insulto saca dos abanicos y se acerca corriendo hacia ti. Hace un salto en el aire a la vez que extiende los brazos y gira sobre si misma (haciendo la croqueta). El golpe va dirigido hacia tu cabeza. Las demás okamas se revuelven un poco ante la llegada de una nueva visitante, ¡Narcisa!

-Ese hombre, ese sensual hombre -dijo Narcisa cogiendo aire -¡me he enamorado de él!

Dicho ésto se abalanzó sobre ti, con sus labios por delante, en posición para dar un enorme beso. Su ropa estaba mojada y su maquillage corrido, pero mientras corría sacó un pañuelo con el que se limpió la cara, para instantes después maquillarse a gran velocidad. Cuando llega hasta ti está completamente maquillada de nuevo, y con su cinta de cuero extendida, para luego lanzarla en dirección a tu cuerpo, con l intención de envolverte con ella.

-¡No te escaparás de mi! -gritó soltando un gallo.

Combates moderados:

Esquivas fácilmente a Adelaida, la cual se sorprende al ver tu velocidad y no tiene tiempo de reaccionar mientras te diriges hacia Narcisa. La cual estaba preparada y mueve su cuerpo, y con ello el látigo justo a tiempo para esquivarte.

¡Yo me hago cargo, hermana! dijo Narisa dirigiendo una mirada a Adelaida.

Tras ésto, empezó a dar vueltas sobre su propio cuerpo, como una gimnasta. A la vez que hacía eso empezó a mover la cinta, para luego dar una serie de arremetidas con el arma. El látigo de cuero se movía de atrás hacia adelante, a la vez que producía un ruido silbante al cortar el aire.

-No te escaparás tan fácil! -dijo mientras intentaba darte -¡me hiciste daño!

Adelaida se retira un poco, para dejaros espacio tanto a Narcisa como a ti, mientras tanto, Narcisa continúa con su ataque, que por suerte o quizá por tu manejo y velocidad consigues bloquear exitosamente, lo que la sorprende un poco. Mientras tanto, realizas una extraña técnica en contra de ella, la cual intenta esquivar saltando en el aire, pero finalmente no lo consigue, recibiendo con ello un corte poco profundo en la pierna izquierda.
Ya que se encontraba en el aire, aprovechó el momento, estiró su cinta de cuero y movió el brazo con velocidad para enroscarlo en torno a la lámpara de araña que colgaba en el techo.

-Encima de guapo, rápido, ¡me gustas! –dijo mientras extendía su pierna sana, con la que intentaría golpearte a la altura del pecho -no serás así para todo, ¿verdad?

El combate despertaba expectación entre los espectadores, Adelaida parecía ser la más afectada por el corte en la pierna de su compañera. ¿Sería posible que supiese lo que en realidad era esa técnica?, no, seguramente no lo sabía. Pero su instinto médico le decía que esa herida podría decidir el resultado del combate y eso que no se había parado a examinarla.

-¡Narcisa, como no te cases con él, me lo pido yo! –gritaban algunas personas entre el público.

-De eso nada, será solo para mí –dijo Narcisa a pocos centímetros de tu pecho -¿verdad, amor?

”Acciones cerradas”:

Te echas hacia atrás, lo que hace que el ataque de Narcisa no te de. Debido a la fuerza que lleva, pierde el control y se cae a la vez que se queja de su pierna herida.

-¿Qué es esto? .preguntó mientras se miraba la herida un poco asustada -No, no me encuentro bien.

Adelaida se acerca corriendo a su amiga e inspecciona la herida con cuidado. No parece gustarle nada lo que ve, pues pone mala cara. Ayuda a Narcisa a levantarse y la lleva junto a otro Okama.

Ponerle la pierna en alto, con hielo y aplicarle el ungüento de color azul que está en el segundo cajón empezando por abajo y a la derecha del mueble de mi despacho -dijo con premura -¡yo me encargo de este hombre!

Los okamas se llevan a Narcisa, la cual se está poniendo muy pálida. No cunde el pánico, pues saben que Adelaida es un gran médico y que ella puede hacerse cargo de todo.

-Esa espada es muy peligrosa, no deberías usarla -comentó mientras saltaba en el aire, para dar un taconazo descendente hacia ti.

Sus tacones no son los típicos, sino, que parecen estar ehos de acero, por lo que es posible ue si te da pueda hacerte más que una mera contusión.

Para sorpresa de Adelaida, has hecho que su ataque no surta efecto alguno en ti, lo que hace que se ponga algo colocada y vuelva hacia atrás a la vez que saca los abanicos y los abre.

-No te pienses que puedes vencerme tan facilmente -comentó enfurecida mientras que la s cuchillas de sus abanicos relucían a la tenue luz -ahora te enseñaré a no meterte con el corazón de una dama.

Adelaida, muy enfadada, se acerca corriendo hacia ti, a la vez que salta y empieza girar sobre si misma como si de una peonza se tratase, con sus manos extendidas y con la intención de cortarte en alguno de sus cortes.
Lo que no sabes es que los abanicos no solo cuentan con cuchillas, sino que además contienen un pequeño depósito donde se acumula un ligero somnífero, que hará que con cada corte el herido vaya adormeciéndose poco a poco.

-Venga guapo, no pares el ataque de una dama -dijo al impactar con fuerza contra tus armas cruzadas.

Se echó para atrás a la vez que movía sus piernas de forma extraña, como si estuvieses haciendo ballet. Abrió nuevamente del todo los abanicos y levantó su pierna izquierda, llevándola hacia atrás y doblando la rodilla. Ahora tenía tres armas, los dos abanicos y nuevamente el tacón, que no dudaría en hundir en el pecho de aquel hombre, el cual había herido vilmente a Narcisa.

-Si no querías tener el corazón de una dama, ¿por qué viniste a nuestra isla? -preguntó denotando su enfado.

No esperó respuesta, sino que saltó a la pata coja hacia él, lo que parecía más bien un juego que un ataque, pero de un momento a otro se encontraba en el aire, dando vueltas sobre si misma, haciendo un mortal. Se coloca sobre tu cabeza y descarga el tacón con fuerza, tanta que podrías empezar a creer que no está actuando, sino que realmente planea matarte.
Mientras tanto mueve los abanicos hacia abajo, intentando cortar tus dos hombros y con suerte inyectarte el somnífero. finalmente cae al suelo, con el combate no sabe si te ha dado o no, lo que hace ahora es meterte una patada frontal, directa al estómago, con la intención de mandarte lejos. (Te patea con la suela, pero sin llegar a clavar el tacón)

Taconazo alto + Doble corte de abanico + Patada al estómago [AF]

Adelaida sonríeal golpearte el hombro izquierdo, pero mira algo contrariada tu sable, el cual ha parado el otro impacto. Apoya su pie en el suelo y se aleja prudentemente de ti, mientras no deja de mirarte ni un momento. Pareces indeciso, o al menos eso piensa ella, por lo que sin ningún miramiento ataca de nuevo, pero para su sorpresa tu ya estabas preparado, por lo que recibe sin a penas poder defenderse todo el impacto de tu ataque, lo que hace que en su barriga se hará un corte, no muy profundo, porque por suerte siempre lleve los abanicos pegados cuando corre.

El corte empieza a sangrar bastante y para tu sorpresa, Adelaida cae desmayada. Lo que no saben es que es una "mujer" muy impresionable en cuanto a lo que su sangre se refiere. Puede abrir el pecho de una persona y colocar sus manos en torno al corazón para seguir bombeando sangre sin apenas inmutarse, pero en cambio ver su sangre hace que se desmaye, por ínfima que sea la cantidad.

Bien, pirata, te has desecho de los dos okamas. La tormenta empieza a pasar poco a poco, pero el mar sigue embravecido, ¿qué harás, seguirás allí dentro o te arriesgarás a salir a la calle, donde el aire poco a poco va cesando y el agua empieza a dejar de caer?

Al final consigues escapar de los okamas y llegar a tu bote, o al menos eso es lo que tu crees.
La tormenta prácticamente ha pasado, ahora se te plantea la opción de adentrarte en el vasto océano, sin víveres, ni siquiera agua potable, y arriesgarte a que por suerte recoja un barco. O esperar en la isla un tiempo prudente mientras intentas conseguir algo que llevarte a la boca cuando esté en el océano.

Desde detrás de una enorme palmera te está mirando alguien, una joven de cabellos pelirrojos y hermosos ojos de color lila. Viste un simple vestido de gasa amarillenta y parece tener pechos, es posiblemente la única mujer que haya en la isla y que esté esperando el momento para escapar contigo. Por lo que lentamente se acerca a ti, sin hacer apenas ruido.

-Esto, ¿podrías sacarme de aquí? -pregunta con su dulce voz.

La mujer te miró detenidamente, fijándose en ti a la vez que se acercaba y asustándose cuando desenvainas el sable. Se sonroja durante un instante, para acto seguido mover rápidamente la mano y darte una bofetada que no te esperabas.

-¿Cómo te atreves? -grita ofendida -¿acaso me parezco a esos tipos raros?

Sus ojos parecen que están inundándose de lágrimas y se leva rápidamente los puños a la cara, para frotarse los ojos. Cae de rodillas y empieza a balbucear algo.

-Yo solo quiero salir de aquí, estos hombres me dan miedo -dice llorando, te mira a los ojos -por favor, sácame de este infierno.

La pobre muchacha parece estar pasándolo muy mal, ¿podrás cuidar de ella y sacarla del paraíso de los hombres con corazón de dama o tendrá que esperar a que otro héroe venga a rescatarla? O es una gran actriz o realmente lo está pasando así de mal, decide pirata, ¿harás algo honrado o simplemente huirás dejándola allí?