Viajecito a Arabasta (Drako y Torao)

Mi destino era Karotea, aquel lugar donde se fabricaban los más famosos perfumes de los mares, pero... algo me decía que no todo era cosa buena. Había viajado hasta allí para investigar precisamente eso, conocía a varias personas que habían estado completamente viciadas a estos perfumes, como si de droga se tratase, y eso no lo iba a tolerar, al menos, mientras yo pudiese hacer algo para evitarlo.

Caminaba por aquel desierto, pero aquella vez no iba vestido como solía vestir, sino que llevaba una camiseta de manga corta de color marrón, dejando lucir mis potentes brazos y unos pantalones largos de color verde marrón también. Sobre la cabeza, llevaba lo típico, un turbante.

Esperaba que no me reconociesen, pero debía hacerlo por el bien del mundo, por salvar a la humanidad de algo que no está permitido, por motivos no razonables. Intentaría adentrarme en aquella ciudad, y usando mis dotes de psicólgo, intentaría sonsacarles la verdad a aquellos malhechores, era el momento.

Tras un rato caminando por el desierto, pude ver la entrada a aquella ciudad, la hora de la verdad estaba ante mí. Aunque no creía salir malparado, tenía un pequeño remordimiento en mi interior, y notaba como algo me decía que no debía entrar yo solo en aquella ciudad, aunque armándome de valor, decidí entrar.

-Es el momento, he llegado hasta aquí y ahora no me puedo echar atrás. All or nothing.- Me dije a mí mismo.

Tras esto, entré a la ciudad.

Era otro largo día en la bella ciudad de Katorea,vine a Arabasta 2 semanas antes para ayudar a la base aliada en unos operativos,ya que tuve la tarde libre fui a caminar para estirar las piernas,en el camino noté que un marine se acercaba para ahí,y no era un marine común,era un viejo amigo mío que ahora era capitán de la marina,era Drako.
Yo,para evitar que el me viera me puse un sombrero y varias cosas encima como bufandas (aunque hacia un calor sofocante) para cubrirme la cara y me fui corriendo a la base para avisar el problema.

Caminaba por uno de los caminos de aquella zona, con las armas bajo la ropa. Me tapé el rostro un poco con el turbante, intentando que se me viese lo menor posible. Iba a paso lento, mirando a mis alrededores, con la intención de encontrar a alguien a quien poder engañar para que me mostrase el camino hacia la verdad, donde poder descubrir que estaba ocurriendo ahí, descubrir el gato encerrado, lo que fuese, pero quería saberlo.

Un hombre con capucha, que llevaba un megáfono, me empujó y me metió entre una gran multitud, al parecer mi plan de pasar de desapercibido había funcionado, aunque ahora tendría que sonsacarle la información a alguno de aquellos mequetrefes. Me acerqué a uno de ellos y le dije:

-Tronco, ¿dónde vamos?, soy nuevo y no tengo ni idea de donde nos dirigimios.- Le dije intentando imitar la voz de un malote de barrio.

-Colega, no somos tontos, no me hables así.- Me dijo el hombre acelerando el paso.

Me acerqué a otro, y le formulé la misma pregunta, aunque ahora un poco más normal:

-¿Sabes dónde nos dirigimos?, pues soy nuevo y estoy algo perdido

-No, yo también lo soy, por cierto, me llamo Troy.- Me dijo con voz amable.

Continuamos caminando dirección hacia un lugar, que ni yo ni Troy conocíamos, a la espera de poder descubrir algo que me dijera más información sobre aquellos perfumes adictivos.

Verlo fue repentino para mí por lo que tuve que huir lo más que pude hacia mi base y avisar a los soldados que un capitán de la Marina iba a llegar hacia alli,estabamos en un aprieto,un terrible aprieto,asi que yo tuve que usar un disfraz para que el no me reconozca,use una barba,una peluca para que parezca un viejo y salí a la calle,el objetivo era evitar que Drako se dirija a la fábrica,pero a la vez tenía un terrible presentimiento que el pueda descubrirme y querer luchar conmigo,cosa que yo nunca queria hacer,lo mejor sería que si el me descubra salga corriendo por los techos de las casas.
Estaba buscandolo por la ciudad,y lo ví entre la cantidad de la multitud,pero tambien estaba Troy,ese idiota,que ponía drogas en los perfumes para que si la Marina descubría la droga en los perfumes van a pensar que nosotros fuimos los que pusieron esa sustancia,yo me puse en la multitud para ver que decía.

La multitud se iba agrandando a pasos agigantados, llenando rápidamente la mayor parte de la calle. Al final de esta, se podía observar con facilidad que se encontraba un gran edificio, con forma de pirámide. Aquel edificio tenía medidad agigantadas, incluso para el resto de los edificios que se encontraban a los laterales de aquella gran calle.

Suponía que en aquel lugar estaría establecida la base de la fábrica, por lo que decidí ir, aunque no con la multitud, sino que me escabulliría entre los edificios, acercándome desde otro ángulo.

Salí del pelotón, por el lado izquierdo, y me metí en un pequeño y estrecho callejón. Este, conectaba con otra calle, similar a la que me encontraba hacía unos minutos, aunque esta era un tanto más estrecha. En esta, también había una gran cantidad de gente. No podía acercarme por aquella calle, por lo que decidí acceder a una casa mediante los sistemas de ventilación. Miré a ambos lados de aquel estrecho callejón y haciendo bastante esfuerzo, conseguí quitar la tapa del conducto, y colarme dentro.

Una vez conseguí subir, un hombre me quitó el zapato, a la vez que gritaba:

-¡MALDITO MOCOSO, VUELVE AQUÍ AHORA MISMO!, ¿DÓNDE CREES QUE VAS?

Conseguí evitar aquel tío, esperaba que no diese la orden de que un ''novato'' se estaba colando en las casas para ''escaquearse del trabajo''. Continué gateando por los conductos oon la linterna de mi pecho encendida, con al intención de parar cuando viese la luz del exterior.

Estaba tan concentrado de que Troy no le dijera nada a Drako que otra vez lo perdí de vista a él,me agarró una desesperación porque la última vez que lo vi estaba cerca de la fábrica y imaginaba que el ya se dió cuenta que la base era la piramide gigante que estaba allí por lo que al cabo de unos minutos busqué en todas partes para verificar que el no haya pasado de largo por las calles,así que me fije en todos lados,hasta que ví una luz que estaba en un estrecho callejón con la tapa abierta que me hizo pensar que era él,asi que yo grité en el interior:

- ¡Heey! ¿Hay alguien aqui dentro?

Gateaba por aquel conducto, a la espera de poder encontrar un lugar por el que salir, pero no fue así, sino que un trozo de aquel conducto se rompió, haciéndome caer dentro de una casa. Las puertas estaban tapiadas de madera, algo que en cierto modo me beneficiaba, pero que por otro me perjudicaba.

Nadie podría entrar por aquella puerta, y la casa no disponía de ventanas. Solamente podía ver lo que me linterna me permitía. Me moví por toda la instancia, pero en una zona, había un agujero. Caí rodando por unas escaleras, hasta llegar a otra pequeña instancia fabricada con arenisca. Esta zona, si estaba iluminada, por antorchas colgadas de las paredes, dejando ver así unas celdas creadas mediante barrotes.

Aquello parecía una especie de calabozo. No sabía bien donde me llevaría, pero esperaba que a algún lugar cerca de la fabrica, es decir cerca de la pirámide aquella. Creé un muñeco vudú, y transformé todo mi brazo en en lo que sería paja superresistente, para después imbuirlo en haki armadura y dar un fuerte golpe en la pared que tirase el techo de las escaleras, para evitar así que algún tipejo me siguiese.

Con este acto, comencé a correr a un ritmo no muy rápido, para cansarme poco, por aquel pasillo lleno de antorchas y celdas.

Empecé a sentir un mal presentimiento porque sentía que las cosas estaban saliendo fuera de control,decidí seguirlo a escondidas a Drako y esperar que podría pasar,pero de pronto apenas estaba siguiendolo vi que rompió las paredes con su habilidad y todo se vino abajo,toda el techo se vino abajo bloqueando la entrada sin embargo yo no me di por vencido asi que decidí cortar las piedras que estaban bloqueando la entrada para seguir con el camino para seguir a Drako,costó pero finalmente pude ser capaz de cortar esas rocas que estorbaban el paso,pero Drako ya se había ido y muy lejos asi que yo fui corriendo despacio para que no oyera mis pasos y...ahi lo vi.

Llegué a una sala un poco más amplia que el pasillo por el que me encontraba corriendo. Paré en seco, y tras dar un paso para entrar, algo me cerró el paso al corredor por el cual había venido. Aquello me daba mala espina. Me encontraba completamente solo en aquella ''mazmorra'', al menos no podía morir allí... o sí.

De repente, las paredes comenzaron a moverse. Cada vez se iban acercando más y más. Fui corriendo alrededor de la habitación, con la mano siempre en el muro derecho, con la intención de encontrar alguna salida secreta o algo por el estilo, pero todo fue en vano. Me dirigía a una esquina de aquella habitación, con la intención de quedarme sentado allí, acatando mi cruel destino, pero para sorpresa mía algo ocurrió.

La arena del suelo comenzó a moverse, y bajo mis pies se creó un agujero, por el cual caí. Caía un vacio eterno, y de repente, caía a una colchoneta. Me levanté con dificultad, y tras secarme los ojos me di cuenta. Había caido sobre una pequeña piscina de agua dulce. Me puse en pie con algo de esfuerzo, y vi que el agua me llegaba por la cintura aproximadamente.

Como pude, me dirigí a unos escalones los cuales, te permitían salir de la ''piscina''. Aquello podría haber sido mucho peor con agua salada. Seguidamente, decidí continuar andando por otro pequeño pasillo próximo a la habitación en la que me encontraba.