Noche de libertad [Moderado 3][Ugetsu Asari]

Despiertas mareado sin saber exactamente en donde estás, tal vez se deba a la falta de agua. Lo único que recuerdas es que fuiste entregado por un cazador. Miras hacia la izquierda y ves que hay una celda vacía, miras hacia el otro y descubres que hay una persona durmiendo allí, al menos no eres el único criminal que está esperando algún milagro. Puedes seguir observando tu alrededor, y en caso de hacerlo te das cuenta que hay un hombre sentado a unos ocho metros de ti; aparentemente está dormitando.

Al levantarte te quitas la suciedad de la espalda y al hacerlo, volteas un poco la cabeza y observas que hay una pequeña cama con un minúsculo y poco notorio corte en el colchón. Puedes sentarte en ella, dormir, esperar que vengan a por ti o intentar improvisar una ganzúa para salir de allí con quizás algún material que se encuentre dentro del colchón. Por suerte, el marine que está a cargo de tu vigilancia está muy relajado. Sin embargo, te sugiero que lo hagas pronto, en cualquier minuto puede despertar y dar una vuelta para comprobar que todo está bien.

Por otra parte, la persona que está en la otra celda se despierta y se fija en ti. Se levanta y se acerca hacia las rejas. Es una mujer de no más de dieciocho años, viste los mismos harapos que tú, sus ojos, saltones y grandes, son de color azul y su cabello, sucio y corto (hasta los hombros), es de color rojizo oscuro.

–¡Hola, compañero de celda! –Te saluda casi en susurro, pero logras escucharla– ¿Por qué estás aquí?

 Por suerte, no te saludó gritando. Puedes ignorarla y seguir buscando piezas que te sirvan para salir de allí o hablarle y, tal vez, obtener algo de información sobre el lugar en donde estás. ¿Qué harás?

Spoiler:

Felicitaciones, lograste encontrar un objeto que te ayude a salir de ese fétido lugar. Ese trozo de metal, y gracias a la forma que tiene, te puede servir para abrir esa cerradura aunque... ¿Estás seguro de que sabes abrirla? Mientras caminas, recuerdas que no eres un ladrón consumado y tienes otro tipo de habilidades. Al llegar a la puerta, y sin intentarlo aún, la chica te responde con el mismo tono de voz que antes.

–¿En serio no sabes dónde estás? Este es el Cuartel de la Marina del Sur –se rasca la cabeza y de su cabello cae polvo–. No pareces ser un criminal que ha estado mucho en prisión. Para empezar, ni siquiera has ocultado lo que tienes en tus manos y tampoco pareces saber abrir una cerradura como esa. ¡Ya sé, ya sé! ¡No eres más que un novato! – Suelta una ligera risita burlesca.

Qué más da, no pierdes nada con intentar, ¿o sí? Con torpes movimientos de manos, y procurando no entrar en contacto directo con la reja, intentas forzar la cerradura una y otra vez sin el resultado deseado. Comienzas a frustrarte y a causa de tantos intentos tus manos sudan y el objeto metálico resbala, pero logras agarrarlo a tiempo evitando que caiga al suelo. ¿No sabes qué hacer? Es tiempo de descansar un poco y relajar la mente, puedes intentar conseguir más información sobre el lugar en el que estás o probar suerte con el objeto metálico, aunque el resultado parece evidente. Sin embargo, con un poco de optimismo y tranquilidad podrías ser capaz de abrir esa cerradura.

Puedes darte cuenta o no de lo que la mujer ha dicho, pero parece ser alguien que ya ha estado en prisión antes. ¿Y si le pides ayuda? Puede parecer una idea estúpida, pero si no puedes abrir la puerta, podría terminar siendo tu única opción. El tiempo corre y en cualquier minuto el marine que está durmiendo puede despertar, debes decidir rápido sobre qué hacer.

Los comentarios que haces solo le causan gracia a tu compañera de celda. A veces no es buena idea burlarte de la única persona que puede ayudarte, pero gracias a su personalidad se lo toma con humor. Decides pedirle ayuda, sin siquiera presentarte ni hablarle de nada... ¿Esperas a que acepte? ¿No pensaste en que si ella podía abrir la celda podría escapar sin tu ayuda? La mujer se apoya en las rejas y te mira atentamente, casi como si estuviera aburrida.

–Creí que eras gracioso, pero no lo eres –comenta sin mucho ánimo–. Puedo entrar y salir de aquí las veces que yo quiera, ¿por qué debería contar con tu ayuda? Puedes convencerme de ayudarte, pero ten por seguro que no será nada fácil –te entrega una sonrisa coqueta y da una media vuelta dándote la espalda.

Tu primer intento de conseguir su ayuda ha fallado, tal vez deberías hacer lo que ella dice y convencerla. También puedes ignorarla e intentar abrir la celda por tu cuenta, aún tienes el objeto metálico y tal vez la suerte ya haya vuelto a tu vida. Sin embargo, debes decidir rápido que hacer puesto que comienzas a escuchar voces en el pasillo; si bien no están muy cerca, pronto lo estarán (o eso es lo que crees). Tienes pocas opciones: intentarlo nuevamente, o convencer a la chica. ¿Qué harás?

Usar el poder de tu fruta del diablo es buena idea, puedes intentar agrietar la pared y hacer un hoyo en ella. Sin embargo, desconoces lo que hay detrás de esta y es lo suficientemente gruesa como para que no puedas escuchar nada del otro lado. Yo que tú me lo pensaría dos veces. No estás en una situación tan crítica para usar esa alternativa, aún puedes probar otros caminos como convencer a tu compañera de que te ayude, quien por cierto no hace más que reírse de tus comentarios. No es de las personas que se toman la vida muy en serio.

–Está bien, Señor Mundano –te contesta entre risas–. Llegaremos a un trato solo porque me caíste bien. Dudo que puedas salir de aquí, ni siquiera sabes qué tipo de base es esta.

La chica tiene toda la razón, poco y nada es lo que sabes acerca del edificio en el que te encuentras. Reunir información es fundamental. Mientras escuchas las palabras de la chica, e intentas abrir la cerradura, escuchas ese fabuloso sonido que provoca una llave cuando abre la cerradura. ¡Felicitaciones! Has logrado abrir tu propia celda, quizás sea un buen momento para recordar; tal vez fue una mezcla de suerte y habilidad. Sea como sea, eres libre de investigar todo el edificio si quieres, aunque no suena muy lógico... Después de todo, lo único que te importa es salir de allí, ¿no?

Si sales, podrás tomar varios caminos. Si ves hacia la izquierda, tu mirada encontrará una puerta entreabierta por donde se ve un leve destello azul, como si de una pantalla se tratase. Al frente, tienes al marine durmiendo y un poco más allá de él un enorme portón. Por otra parte, hacia tu derecha hay un enorme pasillo del que no ves fin; se ve bastante largo. Al contar con poca información, deberás escoger tu camino casi por puro instinto.

Como ya saliste de tu celda no es necesario pedirle ayuda a tu compañera, pero en caso de que decidas hacerlo ella saldrá sin ningún problema y estará junto a ti inmediatamente. Parece tener más información que tú, podría serte muy útil a la hora de escoger caminos. Si decides unirte a ella (o que ella se una a ti, como prefieras), te hablará y dará información.

–Estamos en el subterráneo, lo primero que deberíamos hacer es intentar subir sin hacer mucho ruido. Por cierto, mi nombre es Selene.

Con o sin la compañía de la chica, las voces que escuchas están más próximas, sin embargo, no puedes distinguir si vienen de la derecha o la izquierda, aunque estas casi seguro de que provienen de la puerta izquierda. ¿Qué camino tomarás? Debes pensar rápido, en cualquier minuto puedes ser descubierto.

Sales de la celda y decides tomar el camino de la izquierda.

–Desde ahora te estoy siguiendo –te dice tu compañera–. Si decides ir por un lado, yo te seguiré, aunque no me gusta mucho el camino que has tomado…

Mientras avanzas notas que las voces van desapareciendo, por un lado hiciste bien en dirigirte hacia la izquierda. Sin embargo, a medida que avanzas, mueves discretamente la puerta y ves a tres marines viendo una enorme pantalla (están viendo un programa de comedia). Inmediatamente, al notar que eres un criminal en fuga, toman sus armas; dos de ellos están armados con fusil en mano y el otro lleva una enorme katana. Estás en desventaja numérica, piensa bien lo que harás.

Si te das cuenta, uno de ellos tiene la intención de presionar la alarma (es uno de los tiradores, el de la izquierda). Si logra hacerlo, estás perdido. Debes reaccionar rápido, no hay mucho tiempo para pensar. Por otra parte, el espadachín se abalanza sobre ti maldiciéndote y llamándote “maldito criminal”, algo muy típico en los marines. ¿Qué harás?

Logras derrotar a los hombres que se pusieron en tu camino y te haces de una katana. Si la observas, te darás cuenta que no es de las mejores, pero al menos ahora no irás desarmado por la vida. Puedes caminar hacia delante y en caso de que lo hagas, llegarás hasta una puerta que está abierta; también puedes retroceder e intentar buscar otro camino. Al llegar al final de la “sala de pantallas”, te encuentras en un pasillo.

–¡WOOH! ¡Mira cuántos caminos! –Expresa Selene– ¿Qué camino tomaremos?

La chica tiene razón. Si te paras en el centro de la intersección de los pasajes, verás que el que está frente a ti (lo verás una vez salgas de la sala de pantallas) se trata de un montón de escalones que terminan en una enorme puerta. Si decides explorar, descubrirás que no escuchas nada del otro lado. A tu izquierda, el camino termina inmediatamente en una puerta metálica de color gris; detrás de esta puedes escuchar extraños sonidos, como si una máquina estuviera trabajando. A tu derecha tienes un extenso camino del que no ves fin.

Tienes tres opciones y el tiempo justo, no sabes cuánto tiempo tardarán en descubrir los cuerpos que dejaste en la sala anterior. Te recomiendo que pienses con cuidado el camino que escogerás. Bien, ¿ya has decidido?

Tu idea de proteger la puerta y ganar algo del tiempo es buena. En caso de que un desafortunado marine quiera abrir la puerta, sus pies se congelarán a menos que este posea tanta fuerza como para seguir avanzando. Por otra parte, la chica se lleva la mano al mentón y mira hacia arriba, como queriendo encontrar una respuesta. Después de unos pocos segundos reacciona y ya puedes estar seguro de que tiene una idea en mente, pero en realidad comienza a girar con los ojos cerrados y el índice apuntando hacia los distintos caminos. Después de tres vueltas, y sin saber dónde está, termina por señalar el camino del extenso y misterioso pasillo.

–¡Vamos por este! –Te dice animadamente.

Sigues teniendo las mismas posibilidades de antes, solo que has conseguido un poco más de tiempo, pero solo un poco. Puedes gastar un poco de este en inspeccionar la zona, tal vez te encuentres con una agradable sorpresa. ¿Quieres tomar el riesgo? Adelante, las cartas están sobre la mesa. ¿La escalera, la aparente sala de máquinas o el extenso pasillo? Piensa con cuidado, cada oportunidad sigue su lógica.

Recorres el extenso pasillo y después de avanzar varios metros llegas a una estancia de unos veinte metros cuadrados, una rejilla en el techo de esta, distintas mesas y sillas. Todo apunta a que es un comedor, pero comienza a agradecer de qué está vacío. Al fondo de tu derecha, casi al centro de la estancia se encuentra lo que parece ser una cocina la cual despide un agradable olor, vaya. Siéntete libre de recorrerla, aunque no te lo aconsejaría porque parece que tienes otros problemas…

La alarma del Cuartel comienza a sonar. ¿Qué sucede? Te preguntarás… Hasta ahora lo has hecho bien, pero no lo suficiente. ¿Recuerdas los cuerpos de los marines que dejaste en la sala de las pantallas? Los han descubierto, o eso parece. Además, por otro lado, los guardias han descubierto que ni tú ni tu compañera están en sus respectivas celdas. Eso vuelve las cosas bastante más complicadas y no te has preocupado mucho en cubrir tus huellas, así que es momento de que empieces a correr. Ya conoces tus errores, ahora es hora de enmendarlos.

–Yo si fuera tú, volvería a la celda –escuchas de repente desde tu espalda–. No tienes muchas opciones de salir con vida de aquí, ¿entiendes?

Si te volteas (que es lo que te recomiendo, vaya), verás a una pequeña niña de unos dieciocho años, delgada y de baja estatura (no mide más de un metro con sesenta centímetros). Su cabello plateado lo lleva corto y sobre este se posan dos enormes orejas de gato, parece menudita (casi ni tiene pecho, qué mal) aunque eso no le detiene de llevar dos enormes guantes que terminan en filosas garras. Todo indica a que es una luchadora, así que te recomiendo que no te acerques mucho a ella… Bueno, eso haría yo.

Ella no parece que es tu único problema porque están llegando más marines armados con fusiles. ¿Resumen? El pasillo está protegido por la chica gato de los enormes guantes gatunos y a tu espalda el salón está protegido por al menos seis marines. Solo tienes a tu pequeña ave para que te ayude… Ah, sí. También tienes a  tu compañera que no ha hecho más que traerte problemas, pero no te preocupes, que ella parece estar lista para luchar. Selene adopta una posición ofensiva, aparentemente no es de las que usan armas.

–Yo me encargo de estos marines –te dice–. Tú preocúpate de la mujer gato.

Tienes dos o tres opciones: pelear, huir o rendirte. ¡Bien! Ahora comienza lo emocionante de este escape, espero que no mueras. ¿Qué harás?

Chica Gato:

La chica te mira mientras hablas y a juzgar por su expresión facial parece notar la diferencia de gases que hay en la atmósfera. Ella es una chica lista y al ver tu posición defensiva se lanza hacia ti a una increíble velocidad, pero no sin antes gritar escandalosamente.

–¡Pyon! –Le escuchas gritar.

La mujer gato parece desaparecer durante unos segundos para volver a aparecer delante de ti y justo cuando se detiene, su puño derecho comienza a ascender envuelto en un violento manto de energía azul. Parece ser lo suficientemente poderoso como para romperte el cuerpo, y no solo eso: está envuelto en haki. Dudo que tu habilidad como usuario de logia te vaya a servir, así que te recomiendo esquivarlo. Te puedes asustar por su velocidad y ferocidad, pero sus guantes… parecen raros. ¿Has visto los barrotes de kairoseki? Vaya, ya tienes una pista.

En caso de que no logres esquivarlo, y esto dependerá netamente de cómo lo hagas, la chica realizará un segundo golpe pero esta vez descendente. Bien, ¿qué harás? Tienes a la chica gato en frente a ti, soltando un poderoso golpe que terminará en un segundo puñetazo descendente. Actúa rápido de lo contrario, no querrás ni pensar lo mucho que te dolerá.  

Técnica usada:

La chica no necesita esquivar tu estocada, sino que la detiene con sus guantes y presiona con tal fuerza que logra romper tu única arma (recuerda que esta es de calidad normal pues la recogiste de un marine sin mucha importancia). Sin embargo, también logras notar que su respiración es agitada y el cansancio avanza progresivamente en ella. Parece que el aumento de dióxido de carbono comienza a afectar en su organismo de mamífero, pero tardará para que caiga rendida ante el cansancio. En todo caso de momento estás logrando lo que buscas.

Como sea, mientras analizas la situación y te las das de chulito, un aura roja comienza a aparecer alrededor del cuerpo de la mujer gato. Cualquiera se daría cuenta que hay algo raro en ella… ¡Pero no es todo! La chica comienza a realizar unos extraños movimientos, como si estuviera bailando alrededor de un fuego invisible, y mientras lo hace sus músculos comienzan a aumentar de tamaño. Ahora sus ojos están envueltos en una intensa aura carmesí.

–No saldrás vivo de aquí, criminal –te dice antes de desaparecer nuevamente.

La chica desaparece ante tus ojos y aparece unos cuantos metros detrás de ti. Si consigues ver sus movimientos y te volteas, verás que esta mujer saca un látigo que no parece estar hecho de cualquier material y como si se tratase de una serpiente, lo mueve con forma de zigzag hacia ti pretendiendo atraparte. ¿Qué harás? ¡Piensa rápido! Tienes apenas unos pocos segundos para reaccionar bien, todo esto gracias a que sus músculos comienzan a cansarse.

Ultimate Cat Dance: La chica baila siguiendo la música imaginaria lo cual le dota de un 300% en todas sus características durante dos turnos, se vuelve inmune al dolor y puede moverse a 25 metros por segundo. Puede usarlo una vez por combate.