[Tercera Ronda] Luka Rooney vs. Bleyd

Al gyojin le había sentado francamente mal que la maldita burocracia que envolvía al mundo le hubiese arrebatado la posibilidad de participar en el torneo del milenio, hasta tal punto, que acabó destrozando una gran serie de árboles de su isla, para beneficio de los carpinteros cercanos, que se frotaron las manos y salieron en cuanto el habitante del mar se marchó.

Se había enterado gracias a su fiel compañera Sar D. Ynilla, que le había llamado al Den Den Luka para contárselo. Incluso su antiguo capitán se había apuntado. Sin embargo… Su burofax contenía “errores garrafales”, y desestimaron su petición para entrar en el susodicho torneo.

La rabia inundó al habitante del mar, más aún cuando empezó a ver televisados los combates, proliferando una serie ingente de insultos al monitor cada vez que veía algo que no le gustaba.

Y entonces, llegó la llamada. “El burofax no estaba tan mal”, comentaron entre dientes. Habían sufrido una baja, y necesitaban cubrirla, así que habían pensado en el tiburón como sustituto. La verdad es que el pirata no llevaba muy bien el ser el segundo plato de nadie, pero en aquella ocasión, hizo una excepción. Contad conmigo, y dos minutos más tarde ya estaba abandonando su isla, rumbo a lo que quiera que el combate le fuera a deparar.

Pese a la rabia porque le hubieran rechazado en un primer momento, el gyojin tenía claro que su deseo por combatir contra los mejores luchadores habidos y por haber era bastante superior. Besó su anillo, parcialmente cargado, y se dirigió hacia el punto en el que le habían citado, quizá con más incógnitas que certezas, pero con una firme determinación en combatir contra todos y cada uno de los integrantes de aquél maldito torneo. Aunque, ¿quién habría muerto para que él fuera?


Había llegado al lugar mencionado, y lo primero que pensó es que se debía tratar de una puta broma. Una de muy mal gusto… No le gustaba nada lo que estaba pisando, se agachó ligeramente para recoger unos granos de arena, los observó con detenimiento y tras ello sopló, aunque algunos le fueron directos a la cara y se vió obligado a toser.

- ¡Me cago en la puta!

Algo más centrado en su inminente combate, el pirata caminó a paso lento por las inmediaciones del recinto, fijándose especialmente en una serie de dunas que había a su alrededor. Su primer oponente era Bleyd. Le había visto en la aguja, conduciendo algo parecido a una moto futurista, pero no conocía mucho más de él.

Activó su anillo, haciendo que éste fuese circulando unos pocos litros de agua alrededor de su piel. En aquel ambiente no estaba nada cómodo, pero tendría que ingeniárselas por no desfallecer. Desde luego, si todos los combates transcurrían en un ambiente tan cálido, su piel se vería resentida.

Si su oponente hacía acto de presencia, le tendería la mano y se presentaría como Luka Rooney, el famoso pirata que un día meó a un almirante de la marina.

-Terreno arenoso. Movilidad impedida, procesando sistema de movimiento. Activando muestra de respeto mutuo. Saludar, estrechar mano, analizar conversación superflua, ningún dato aprovechable encontrado.

Análisis de enemigo en proceso: Hombre pez, control acuoso, tamaño estándar, peligrosidad elevada. No enfadar, aceptar saludo, efectuar alago.-

-Gracias, soy Bleyd. Pretor de Meln. Es un placer conocerte, intentemos pasarlo bien. Por otro lado espero que ese almirante fuera un cretino-

-Estrechar mano, profesar sonrisa, soltar mano.

Comenzar canalización energética.-

Al otro lado del comunicador estaba Fluffle para mantenerme bajo control... La verdad es que había sido una escena deplorable, aunque la chica tenia un buen cuerpo.

-Desenfundar espada, empuñar cañón lineal.-

-Bueno, dale caña.

El pirata sonrió ante lo extraño de la presentación de su rival. Bleyd era un tipo… Curioso. Hizo mención a su comentario sobre el almirante, y sacó su lado cómico diciendo que esperaba que fuese un cretino.

- Pues a decir verdad no lo sé. Simplemente llegué y meé -finalizó levantando ligeramente los hombros.

Tras estrechar la mano con su llamativo rival, éste le incitó a comenzar la contienda. El tiburón era muy amigo de dar la primera hostia, por lo que asintió y observó la posición de Bleyd.

Analizó el terreno y suspiró. Lo estaba pasando realmente mal, su piel empezaba a estar algo más seca que en una ciudad normal, y el flujo de agua que salía de su espíritu de poseidón parecía no ser suficiente para lo que su cuerpo necesitaba. Además, el lugar no es que se caracterizase especialmente por su humedad, por lo que el anillo no podría admitir más cargas.

Preocupado ante la situación, el pirata ladeó el cuello y fijó su mirada en el humano. El tipo portaba una espada en la diestra y una especie de cañón en la siniestra. Lo cierto era que no dejaba de sorprender al habitante del mar a cada segundo.

- Es mi primer combate en este torneo, espero que sea lo suficiente para nuestros telespectadores. Y si no, que les follen.

Y sin más, el gyojin posicionó el puño izquierdo al frente y el derecho ligeramente separado de éste. Era su posición ofensiva favorita, y emulaba a la de un boxeador. Dió un contundente grito y tras ello un paso al frente, colocándose de manera lateral con la pierna izquierda en la delantera, fortaleciendo sus huesos y adaptando su cuerpo para el movimiento que quería lograr. Sus músculos se tensaron, notó cómo el corazón empezaba a bombearle más, y chocó sus puños, activando de nuevo el mecanismo de su anillo y haciendo que éste canalizara cada vez más agua en su cuerpo. El tiburón empezó a redistribuir ese agua por todo su cuerpo y salió directo hacia su rival.

Aún estás joven para esto, dale duro, Rooney

La distancia entre ambos era bastante corta, por lo que con un par de zancadas el gyojin se posicionó a la altura de su rival. Durante el recorrido, tanto sus brazos como sus piernas al completo comenzaron a tornar un color negruzco, y adoptaron una pose curiosa; la siniestra apuntaba al suelo mientras que la diestra iba cargada.

Una vez en la posición de su rival, el gyojin esbozó una pequeña sonrisa, y, entonces… La siniestra empezó a lanzar agua como si de una manguera se tratase, y seguidamente, su diestra intentó impactar en el hombro izquierdo de su rival.

Una vez más, Luka se había jugado gran parte de su futuro en aquella lucha. Había lanzado un total de cincuenta litros repartidos por la zona donde estaban peleando, que era el equivalente a un turno entero recibiendo agua de su anillo. ¿Y todo para qué? Para convertir el terreno en uno peor para su rival: En barro.

Ataqué frontal, evasión innecesaria, bloqueo efectivo. Detectado haki armadura, procesando su neutralización. Análisis del terreno, antiguamente arena, situación actual lodo. Sellando armadura, activando soporte vital. Procesando ajustes móviles, violando leyes físicas. -

-Cancelá ese comando, aguantare la carga.-

-Ejecutando acciones defensivas, calcular zona de impacto, activar bloqueo de armadura.-

Aguante la posición, no me importaba hundirme en el fango, podía salir de el volando, saltando, corriendo. Active el pequeño juguete, un escudo de tapiones capaz de bloquear ese impacto brutal.

-Impacto fuera de tablas, se aconseja retirarse.-

-Negativo, nos quedamos.

¡Kage buchin no jutsu!-

Un Fluffle adorable, un abuelete cascarrabias con boina y bastón junto con dos copias exactas de Bleyd se materializaron en la arena del combate.

Todos los integrantes blindados, cargaron sus puños en una tonalidad negra el haki parecía estar vivo y se movía intentando encontrarse con el de mi rival. Fluffle me animaba, el abuelo se tumbo en la arena seca y tomo el sol plácidamente,

-Ataqué en proceso.

Levante la espada y descargue los golpes uno tras otro, ocho tortazos cargados de electricidad, no era la gran cosa, pero un pinchazo desagradable siempre puteaba. Mis clones siguieron el mismo patrón desatando una lluvia de metal sobre su cuerpo.

Deje caer al suelo el espadón, mientras apuntaba con el cañón lineal, todo parecía una coreografía de tres personas, el sonido de carga duro medio segundo, entonces dispare. Los rayos de energía salieron apuntados un poco a lo loco, rodillas, estomago y cuello. Todo interpretado por el grupo de artistas.

Guarde el cañón lineal y volví a la carga, no necesitaba echar mi puño hacia atrás para cargar el golpe, me bastaba con un delicado y simple movimiento, busque los puntos necesarios, brazos y piernas. Estaba apuntando a su haki, quería devorarlo y romper su armadura, opte por un combo de golpes, uno a por su brazo izquierdo y otro a por el derecho.

Una energía azulada recubrió mis puños dispuestos para descargar una esfera de afiladas púas en cada golpe que conectara.

El impacto de su puño chocó contra una extraña masa robusta. No pudo detenerse a mirar si había causado algún daño, pero le sorprendió la dureza de su rival. Era mucho más contundente de lo que aparentaba, sinceramente. ¿De qué estaba hecho aquel hombre? Bleyd no dejaba de sorprenderle, ciertamente.

Dió una zancada hacia atrás y dejó que su rival diese el siguiente paso. Y vaya si lo hizo. De la nada salió un viejo, una cosa peluda y dos Bleyds más. Y cada cual se centró en una determinada acción.

Éramos pocos y…

Mientras el anciano se tumbaba en la cálida arena y el ser peludo se movía en lo que parecía un constante intento de animar a alguno de los tres Bleyds, éstos se fijaron como objetivo al habitante del mar. Luka suspiró. No era la primera vez que algo así le ocurría en un combate. Aún se acordaba de la ex-Arashi Katharina, la cual hacía demasiados trucos de magia. Su pulsera empezó a quemarle la muñeca, quizá fruto de la mala leche que le entraba cada vez que recordaba a la mujer. Y su ira aumentó ligeramente.

Luka se fijó en los tres seres a la par que avanzaban portando la espada. Percibió cada movimiento como si transcurriese lentamente. Y observó qué aura era el de su rival y qué otros dos eran distintos. Son clones se dijo a sí mismo adoptando una pose defensiva.

Una lluvia de ágiles estacazos llovieron alrededor de su ser, y pese a lo rápido de sus movimientos defensivos, el tiburón terminó golpeando la espada en tan solo cinco ocasiones, repelíendola y anulando dichos ataques. Cuando se impulsó hacia atrás notó cómo la sangre brotaba por el brazo derecho, la muñeca izquierda y el antebrazo izquierdo, que lucían como un bonito recuerdo del combate que estaban teniendo.

Se llevó el propio brazo izquierdo hacia la boca y se lamió las dos heridas de la zona, tanto la de la muñeca como la del antebrazo. Sonrió, y tras ello, chocó sus puños de nuevo, volviendo a activar el anillo que tanta falta le hacía. Y su sonrisa se cortó. El cañón apuntaba en su dirección, y, casi por instinto, se vió obligado a desplazarse tan rápido como pudo alrededor de su rival. Alcanzó una velocidad de 25 m/s, y fué apareciendo en distintos lugares, aunque siempre cerca de su contrincante. Éste disparó en tres ocasiones. La primera rozó la rodilla izquierda del gyojin, creándole una leve quemadura, la segunda la evadió por poco, mientras que la tercera pudo esquivarla con mayor facilidad al impulsarse de nuevo hacia un lateral. Dos movimientos más, y el pirata se fijó en cómo el humano guardaba su arma. Era su turno.

De repente, el habitante del mar apareció enfrente de su rival, se centró en su mirada y apretó los dientes. Ahora venía lo bueno. Reaccionó lo más rápido que pudo al movimiento de Bleyd, e intentó agarrar con firmeza su brazo izquierdo, que dirigía un golpe al hombro derecho el pirata. Sin embargo, la concentración en ese movimiento impidió que el pirata se pudiera defender del segundo golpe, que impactó de lleno en su hombro. Pese al haki, notó un fuerte dolor que no hizo sino cabrearle más aún.

Sus ojos comenzaron a tornarse rojizos, y empezó a mostrar aún más sus dientes. El tiburón, a la par que agarraba el brazo izquierdo de su rival con su mano derecha, intentó darle un duro rodillazo con la siniestra en el codo, con la intención de partirlo. Seguidamente, dió un fuerte tirón y le intentó propinar un rodillazo -esta vez con la diestra- a la altura de la boca del estómago. Tras ello, el gyojin intentaría aprovechar la defensa o el encorvamiento de su rival -si es que recibía el golpe- para tras ello, proceder a morder con todas sus fuerzas y usando sus afilados dientes el cuello de su rival.

Luka el mordidas volvía, y lo hacía con ganas, la verdad.

Parecía que el Maky evolucionado quería llevarme a bailar, un agarre al brazo el cual amistosamente intente corresponderle, dos bailarines tienen que estar juntos.

Recurrí a invocar mi aura y sacar unos brazos extra los necesitaría normalmente escondería los míos para que no se viera el truco, pero esta situación era diferente.

Un saltito y su rodilla colisiono con mi mano derecha, interpuesta para impedir un atroz golpe, el dial de rechazo ajustado en su palma se llevo la mayor parte del golpe. El haki de mi mano reacciono al encuentro con el suyo, consumiendo ambos en una orgía de destrucción. Intente mantener el pulso con su rodilla para privarlo de un punto de apoyo. Mi mano fantasmal se hizo una bomba de estruendo para realizar un contraataqué, la cual detone en el mismo instante que la obtuve, mi armadura tenia un filtro para los sonidos fuertes por ello no seria afectado por el sonido.

Un puñetazo directo al estómago, no tenia manos con las que poder parar, mi brazo izquierdo estaba en un tira y afloja con mi rival, recibí el golpe, el cual me doblo sobre mi mismo, la armadura se combo y abollo dejando la marca de sus nudillos, perdí la capacidad de respirar un momento mientras aguantaba las ganas de vomitar, aun a pesar de todo sus fauces repletas de afilados colmillos se lanzaron a por mi cuello, pero no le dejaría, endurecí mi cuerpo como el coloso que era y el golpe resonó en el estadio. Los dientes pugnaron por penetrar en el metal sin lograrlo.

La mano fantasmal izquierda se ocupo de utilizar una bomba de luz desatando un brillo cegador en contraataque a su mordisco. Para evitar quedar ciego durante un rato, cambie la configuración del casco para poder ver el calor.

Intente mantener la presa como primer sistema de ataque, me era útil tenerle pegado a mí.

Las manos fantasmales se ocuparon de atacar, una de ellas detono una bomba de vacío. Mi armadura se sello herméticamente mientras todo el aire era consumido en veinte metros a la redonda, la presión cambio drásticamente lo cual provocaría traumas severos.

Al pirata le sorprendió que su rival estuviese relativamente cómodo en distancias tan cortas. Al fin y al cabo, había portado tanto una espada como un arma a distancia… ¿Se defendería igual de bien en el mano a mano? Este Bleyd… Seguía sorprendiendo al ex-Arashi.

Cuando el tiburón intentó impactar con su rodilla en el codo de su rival, ésta se chocó con su muñeca, pero no solo se vió sorprendido por haber fallado, sino porque el golpe pareció repelerse. Y, aún así, el titánico impacto de hakis hizo que su sed de sangre del pirata aumentase. La pelea estaba siendo un tanto frustrante, pero el gyojin se temía que lo peor aún estaba por llegar.

Entonces, el humano hizo aparecer unos brazos extra de su cuerpo, y el gyojin hizo lo propio. Invocó cuatro brazos acuáticos, dos por extremo, que le ayudarían a continuar su complicada pelea en un ambiente tan excesivamente seco.

Pero de repente, un atronador sonido procedente del humano hizo que el habitante del mar se llevase dos brazos acuáticos a los oídos. Aquél sonido le desconcertó completamente durante un instante, y por unos momentos le costaría incluso mantener el equilibrio. Aunque afortunadamente estaba agarrado a su rival, y aquello podría ayudarle a manterse estable.

Finalmente, como respuesta a su mordisco el humano lanzó otro tipo de bomba, una de luz, la cual impactó en el habitante del mar cuando sus colmillos se daban de bruces contra la impenetrable armadura del humano, lo que hizo que el pirata se quedase temporalmente ciego. Sin embargo, tenía bien ubicado tanto a su rival como a su propio aura, así que esperaba neutralizar dicho efecto con su percepción.

Su pulsera continuó quemándole la muñeca, ansiosa por salir a jugar. Pero aún no era el momento, por lo que Luka se limitó a volver a desplazar el agua procedente del anillo alrededor de todo su cuerpo. Ya había vaciado gran parte del almacén de su espíritu de poseidón, por lo que empezaba a ver problemas para continuar húmedo en el combate. Además, su piel, pese a estar constantemente moviendo agua, estaba mucho más seca de lo que desearía. Las circunstancias del entorno, ligadas al complicado combate que estaba teniendo, resultaban en un esfuerzo extra que el pirata debía dar para continuar en pie. Quién sabe lo que podría aguantar.

Y entonces el gyojin notó cómo su rival estaba dispuesto a realizar un movimiento idéntico al que antes había hecho para lanzar uno de aquellos misteriosos explosivos. ¿Pensaba detonarlo? ¿Cuántas bombas y de cuántos tipos tendría aquél ser? Rápidamente cambió el agarre de sus brazos, siendo dos acuáticos los que sostenían a su rival, y tras ello, empezó una serie de diez golpes alternos, tanto con sus brazos reales como con los dos acuáticos restantes que intentaron golpear en diferentes lugares del humano, centrándose sobre todo los primeros en despedir la bomba que su rival quería detonar, y los siguientes en estómago, brazo derecho y brazo izquierdo. Además, el pirata procuraría un barrido con la pierna derecha tras el último golpe de puño, intentando que su rival cayera al suelo, ayudándose del barro de la zona, lo cual en teoría, debería facilitarle la maniobra.

Qué me sueltes, te ha abandonado el desodorante. Aura Wuu-Fuu-

Mi aura me envolvió y creció enormemente, siendo un coloso de quince metros de altura. La presa se abrió, ya que las pequeñas manos eran incapaces de sujetar el inmenso cuerpo que se formaba debajo de ellas. Los golpes impactaron sobre el aura hundiéndola varios centímetros, sin embargo el cuerpo principal estaba demasiado lejos y distante como para que sus golpes le alcanzaran.

Golpee el suelo con ambas manos generando un impacto atroz, el golpe brutalmente devastador, levanto un muro de polvo y arena de cuatro metros cúbicos formando un cráter de 14 metros de profundidad, su rival cegado y ensordecido como estaba, tendría muchos problemas para no caer en el profundo cráter de arena, este cráter en forma de embudo seria muy difícil de escalar por medios normales. Lo mejor de todo es que la enorme cantidad de arena que se elevo en el aire caería al cráter para enterrar a mi rival e impedirle respirar.

Apunte al cuerpo de mi rival y lance un golpe contra su cuerpo, un brutal y aplastante golpe capaz de saltarse la mitad de las defensas de mi oponente.

El tiburón golpeó con firmeza sobre el cuerpo de su rival, sin embargo, éste pareció mutar y transformarse en algo gigantesco. El gyojin maldijo por no poder ver qué estaba pasando, y notó cómo éste dejaba de agarrarle. Abrió los ojos durante un segundo y no vió más que una brutal sombra, que no hacía sino incrementar la sorpresa sobre su rival. Aquél combate estaba siendo apoteósico, y eso que parecía aún quedarle bastante. Si ninguno de los dos integrantes hacía nada por remediarlo, claro.

Su pulsera continuó ardiendo y mostrándole cuál podía ser el camino… Pero.. ¿Cómo podía tumbar a un coloso de tal envergadura? Sin duda tendría que recurrir a un plan algo más elaborado.

En ese momento, un pitido entrecortado que parecía ser un fuerte ruido llegó a sus adentros. Sus oídos aún dolidos, no podían dar una señal del cien por cien, y parecían ser un mayor estorbo en el combate. Aquél humano no lo había hecho nada mal… Había anulado parcialmente dos de los sentidos del pirata. Pero había uno que jamás podría anular: su sed de sangre.

De repente, el habitante del mar empezó a caer a algún lugar. Abrió los ojos otra vez, y pudo ver algo como una especie de cráter, pero lo observó con tan poca nitidez que pensó que podía ser cualquier otra cosa. ¿Cómo podría haber hecho alguien un cráter tan grande sobre una superficie tan dura como el barro?

De cualquier manera, el tiburón desplazó partículas de agua hacia sus pies, y tras ello, se impulsó en el aire a gran velocidad, saliendo de aquél foso creado por su rival. Durante el recorrido fue chocándose con infinitos granos de arena, algunos más contundentes que otros, y en algunas ocasiones agrupados en grandes cantidades. La mayoría de ellos salieron repelidos al chocar, pero otros tantos se quedaron pegados en su piel, algo que sin duda, no le vendría nada bien para hacer circular el agua.

Una vez “estable” en el aire, el pirata se percató de que su rival estaba moviendo una parte de su cuerpo hacia él. Una enorme parte de su cuerpo. Pese a no ser tan ágil como antes, el golpe del humano sería devastador de impactar ante su rival. Luka no podía permitirlo, así que realizó un ágil movimiento de pies para desplazarse lo más rápido que pudo a la par que trasladaba el agua alrededor de su cuerpo. Su anillo estaba bajo mínimos, y sin duda, no podría alargar mucho más que el clima no le afectase tanto.

A medida que el gyojin iba saltando de un lado a otro, el impacto de su rival se acercaba. En el último momento, el pirata se dejó caer, dando un salto cuando estaba a escasos dos metros del suelo, e impulsándose de nuevo hasta llegar a la altura de lo que parecía ser la cabeza del gigantesco Bleyd. Allí el pirata pasaría a la ofensiva.

Y, aún teniendo los seis brazos disponibles, se limitó a golpear con tanta fuerza como le quedaba la cabeza de su rival. Lo haría un total de dieciocho veces -tres por brazo-, y lo haría de manera totalmente sincronizada, brazos superiores, inferiores y reales. Los reales -aún envueltos en haki- terminaban siendo más contundentes que el resto.

Finalmente, el gyojin se alejaría unos metros hacia atrás, y por fín tocaría el suelo. Con la mano derecha agarraría un puñado de arena que, tras humedecerla ligeramente, se llevó a aquellas zonas del brazo donde tenía cortes. Aquello ayudaría en pequeña medida a retrasar el sangrado.

Voy a tener que darle con todo a este tipo para poder tumbarlo

Lo cierto era que Bleyd era un tipo singular, pero ante todo, un ocurrente luchador. Y aquello era muy a tener en cuenta para el gyojin, que medía a sus rivales por su fuerza y valentía tanto como por la cantidad de recursos en un combate. Y no había duda que su rival tenía bastantes.

Y allá fue, el gyojin salto y comenzó a meterse con la cabeza del aura, un movimiento inútil. Los golpes siendo simples impactos de fuerza fruta, hundían el aura, la cual volvía a su estado anterior sin esfuerzo alguno.

-¿que tal si intentas llegar hasta mí? Tal vez entonces consigas hacerme algo.

No sabia si me podía escucha pero me penaba un poco que el muchacho se esforzara en algo que a todas luces era perder fuerza y energía.

-Booomba-

Salte, me eleve en el cielo, incluso se podría decir que volaba por los aires, entonces apunte, no era un margen de error muy grande. Tan solo tenia que corregir mi trayectoria apuntando a mi rival mientras caía, me acerque a el cada vez más deprisa, con el puño por delante dispuesto a incrustarlo en la arena a causa del puñetazo o directamente aplastarlo con mi aura.

El pirata tuvo unos segundos de paz y tranquilidad, que como era costumbre, darían luz a una enorme tormenta que pondría todo patas arriba. Aunque a Luka le gustaban las tormentas, la que estaba a punto de llegar puede que no fuese la más grata que hubiera visto. O quizá sí, aquello estaba en manos del destino.

Pero el gyojin aún estaba en la parte tranquila, por lo que tendría que aprovechar cada segundo en ella. Abrió los ojos, y empezó a ver algo mejor, aunque no estaba completamente recuperado aún. Sus oídos, sin embargo, sí que parecían algo más recuperados. Mejor, necesitaría que cada centímetro de su cuerpo estuviese preparado para lo que se venía. El anillo, por el contrario, terminó de repartir los últimos litros que tenía almacenados alrededor de su cuerpo. El ex-Arashi estaba contando con los últimos momentos en los que su cuerpo tendría agua en su interior, algo que sin duda, era una pésima noticia.

Entre tanto, una de las antiguas tres tempestades de los Arashi se agachó ligeramente para, con su palma, acariciar la suave arena de sus piés. Y pensó algo que le hizo esbozar una sonrisa.

A decir verdad, el pirata estaba casi totalmente seguro de que su rival, viendo la distancia que les separaba, usaría de nuevo aquél infernal rifle. Se palpó la pierna recordándolo, y esperó tener algo más de fortuna en aquella ocasión. Pero… ¿Qué hacía aquél cabezota llamado Bleyd?

Aún en su modo gigantón, aquél incosciente parecía que iba a intentar un golpe frontal. No… Aquella era la mejor noticia posible para el tiburón. Se llevó la mano al bolsillo y cogió una de sus pastillas. La miró antes de introducírsela en la boca y, tras cerciorarse que era una de sus Luka Shaq, se la llevó a la boca. El habitante del mar empezó a sentir cómo sus venas se hinchaban, los músculos empezaron a reforzarse y aumentar de tamaño, y notó un pequeño picor en su pulsera.

Sí, cariño, sales ya

Observó entonces a su rival con uno de los dos ojos abierto y el otro cerrado. Estaba arriba. Muy arriba. Y se dirigía hacia él cada vez a mayor velocidad. Mantenía el puño por delante, y a juzgar por su tamaño y velocidad, el pirata debería ejecutar muy bien su siguiente movimiento o acabaría en el interior de una latilla.

Con ambas manos cogió tanta arena como pudo, y tras ello, la lanzó hacia arriba, nublando el campo de visión tanto suyo como de su rival. Justo al momento, llevó la pierna derecha un paso hacia atrás, colocó el puño diestro a la altura de la cadera y el zurdo marcando paralelo al pecho.

Cuando su rival estaba apunto de impactar, el tiburón realizó un giro de cadera e impactó con el puño diestro con toda la fuerza que pudo al aire, realizando una monstruosa onda de choque que vería aumentado tanto su tamaño como su fuerza gracias al poder que le daba su divina pulsera.
La suerte estaba echada.

Una nube de arena, inteligente pero inútil. Cambien el sistema de visión a los rayos X para poder no perder el rastro del muchacho. Por otro lado no estaba preparado para lo que se avecinaba.
Una onda de choque, inmensa no era la palabra para describirla, atravesó el aura esparciéndola a los cuatro vientos, desintegrandola al tiempo se abría paso y apenas tuve un instante para recubrirme de haki de arriba a abajo.
Recurrí al el dial de rechazo que me quedaba en la mano intentando absorber algo del golpe, mientras que con la derecha utilice uno de impacto recogido de mí zurrón, la armadura crujió y abollo, grandes piezas fueron arrancadas de mi cuerpo, destrozadas mientras se caía a pedazos sobre la arena.

Tenia que salir de allí.

Recurrí a la desaparición para colocarme en la espalda del tiburón, no tenia equipo y estaba tan solo con la ropa interior, ese movimiento instantáneo e invisible era una baza arriesgada, estaba sangrando profundamente, pero me había llevado conmigo mi botiquín de primeros auxilios, el dolor era agónico y me chute todo el contenido de un bocado. El cóctel de drogas me pasaría factura después. Me centre en cargar mi poder más allá de los límites usando pura fuerza vital, mi musculatura se incremento.

Mi pierna derecha muto creciendo a la de un colosal gigante, el dolor dejo de existir encontrándome como en una nube de placer mientras el tiempo se detenía y todo se movía a una velocidad de tortuga, el cansancio desapareció, los sangrados se detuvieron cuando mi cuerpo entro en un proceso de autorestauración que bien podría costarme más que aquel combate.

Ni me lo pensé, me posicione a una altura asequible para poder golpear con mi nueva y monstruosa pierna, usando la nube de polvo como cobertura. Los pisotones se lanzaron uno tras otro, aplastando el terreno con su inmensidad uno, dos, tres pisotones de gigante dirigidos contra mi rival, aproveche el enorme peso de mi pierna para hacer un barrido por la derecha a su cuerpo, finalmente sacrificando su defensa dirigió un tremendo puntapié con la intención de mandarlo a volar, si no podía derrotarlo, podía eliminarlo del combate, ya volvería en otro rato.

El pirata quedó temporalmente inmóvil fruto de la energía consumida en el último golpe. La corriente generada por la onda de choque disipó temporalmente la nube de arena, aunque creó una mayor al frente. Parecía que ya podía ver mejor, sin embargo, con tanta arena por el aire no sabía qué estaba pasando. El habitante del mar solo podía ver trozos de metal cayendo sobre la arena, quedando ligeramente enterrados.

Suspiró. ¿Se había acabado ya el combate? Lo cierto era que no le vendría nada mal. Observó su anillo, intentando obtener las últimas gotas de agua que le pudiera proporcionar. Pero ya estaba seco. Tan seco como aquél maldito lugar. Maldijo entre dientes. Y pensar que apenas hacía una semana estaba en un paraje completamente distinto al actual. En su isla natal, la bellísima Isla Gyojin que tantas alegrías le había dado. Y ahora, sin embargo, estaba lleno de arena, en un ambiente con más arena aún y en el que hasta en el aire se respiraba… Arena. Cuando saliese de allí esa sería su palabra prohibida, y entraría directa a la lista de palabras odiadas por Luka; Arena.

De vuelta en el combate, el gyojin escuchó algo, y al girarse, vio que su rival aún seguía en pie. Malas noticias para el pirata. No sabía cómo, pero el tipo ahora tenía una pierna enorme. ¿Cómo diablos le iba a atacar con una única pierna gigante? ¿Ahora su rival era cojo? ¿Acaso estaba jugando al despiste?

De cualquier manera, Bleyd lanzó un conjunto de tres ataques con su pierna. El tiburón tenía claro qué hacer, si conseguía desviar el golpe y desestabilizar a su rival, éste caería al suelo, y ahí tendría mucho que ganar.

Pero se olvidó de su estado físico. Cuando el primer golpe se acercaba en la dirección del habitante del mar, éste realizó un movimiento con los seis brazos, intentando desviarlo… Aunque no sirvió de gran cosa. Quizá su rival notase un golpe en el pié, pero no pudo desviarlo. El primer impacto golpeó duramente en los brazos acuáticos de Luka, que cayeron a la arena como si fuesen simples globos de agua. El segundo impacto, pese al intento de Luka por defenderse colocando los brazos al alza, golpeó con dureza su cuerpo, haciendo que este vibrase en su interior, y el tercero hizo que se enterrase parcialmente en la arena, llegándole esta hasta las rodillas.

El gyojin salió de allí tan rápido como pudo, notando un punzante dolor por todo el cuerpo. Le costaba algo más de lo normal moverse, y su cuerpo no respondía tan rápido como le gustaría. Una vez salió de la arena, se notó ostensiblemente más cansado. Su cuerpo no era el de antes, no respondía tan rápido. A los golpes sufridos, tenía que sumarle el clima tan cálido. Aquello no hacía sino incrementar su dolor interno. Cuando se disponía enfocar a su rival, no tuvo tiempo para reaccionar, y un tremendo barrido laterall le despidió unos metros, arrastrándose otros tantos sobre la cálida arena, frenando contra una de las grandes dunas de la zona.

Tosió un par de veces, y se notó ese característico sabor a sangre que tanto le gustaba. Le costaba respirar, pero se incorporó y vio cómo su rival dirigía un nuevo ataque, en este caso parecía ser un puntapié. Cogió aire y lo despidió un par de veces, adoptó de nuevo una pose ofensiva más, colocando ambos puños al frente, cubriéndose el rostro como si se tratase de un boxeador, y dando nuevamente un paso hacia atrás con la pierna derecha. No dejó de mover ambas piernas con una sintonía tan natural que parecía hasta bella. Recubrió sus puños de una película negruzca y no dejó de observar a su rival ni un instante. Haciendo acopio de todas las fuerzas que le quedaban, el tiburón aguardó al último momento para posicionar ambas manos al frente rápidamente, intentando frenar por completo el golpe de su rival. Afortunadamente, si el golpe le hacía desplazarse hacia atrás, tenía una duna que le ayudaría a frenar. Sin dejar de agarrar su pie, el ex-Arashi lo alzaría y lo sacudiría para golpearlo brutalmente contra el suelo después. Finalmente, el pirata se desplazaría hacia atrás dejando una distancia de seguridad para intentar recobrar el aliento. Sus músculos empezaban a sufrir pequeños espasmos. Necesitaba agua como el comer. Aunque a falta de agua… Tenía una táctica que le gustaría bastante a su ex-compañero Therax. Qué diablos. Therax, ¡Esta va por tí!

Arriba y abajo, me zarandeo como un monigote hasta estrellarme contra el terreno.

La fina arena amortiguo en parte el impacto, me reí como un tonto del tortazo.
La sangre mancho la arena y fue engullida por esta, mientras la herida se cerraba a causa de las drogas y mi propia regeneración. Estaba allí, tirado en la arena entre los restos de mi equipo.

Busque con la mirada, a ver si por el lugar se encontraba algo útil, nada parecía estar en buen estado o lo bastante cerca, por fortuna encontré algo bonito.
Mi lanzadora de radiales, oculta cerca mio, enterrada en la arena. Me estire para alcanzarla y retire lo mejor que pude mi inmensa pierna, entonces apunte.
Mi pulso no se quedaba quieto, aun así, dispare.
Las cuchillas de duro y afilado metal salieron desviadas, alejadas de mi rival, la primera se incrusto en la arena, en la duna que se encontraba detrás del hombre pez, la segunda un poco más allá, pero la tercera impacto en su objetivo.

La bomba de vació que se encontraba en la arena, la había perdido durante el combate sin poder llegar a utilizarla, estaba lejos de él como a unos diez, tal vez quince metros. Sin embargo la explosión llegaba mucho más que eso.
La bomba detono llevándose con ella todo el aire. Gases y atmósfera fueron engullidos, así como la presión atmosférica que se redujo a cero.

Me quede allí tirado sobre la arena, sonriendo mientras veía pequeñas mariposas danzar sobre los verdes campos...

El pirata observó a Bleyd, que parecía haber perdido la cordura tras tanto golpe mutuo. Se movió por la arena mientras reía, reptando como un lagarto en busca de una presa. Pero no iba en la dirección del ex-Arashi, sino en la de una de sus múltiples armas. El gyojin esbozó una sonrisa. ¿No había tenido bastante?

Disparó una primera vez, pero se fué bastante desviado. El segundo disparo pasó algo más cerca, pero bastante lejos como para preocuparse. Mientras que el tercero… ¡Que viene!

El tiburón se movió hacia el lateral lo más rápido que pudo, sin embargo, su agilidad no estaba en su mejor momento. La sierra atravesó unos centímetros de su hombro, produciéndole una fea herida que sin duda, le dejaría una nueva cicatriz para recordar el combate. Cayó contra la duna con la mano derecha apoyada en el hombro izquierdo. En cuestión de segundos la tenía empapada de sangre. Se lamió la herida mientras sus ojos se clavaban con ira en su rival, que nuevamente, hizo detonar algo.

Y empezó a faltarle el aire poco a poco. Se llevó la sangrienta mano al pecho y se fijó en su rival, que estaba allí tumbado, como si nada le afectase en ese mundo. Primero vino la tos, y después la sensación de asfixia. Y entonces cayó en que aquello que había detonado podía ser el fruto de su incapacidad para respirar. ¿Sería algún tipo de veneno? No notaba nada distinto en su cuerpo, pero tampoco estaba en una situación como para hacerlo.


Decidió alejarse. Alejarse lo máximo posible. Dejar atrás a Bleyd y alejarse. Pero… Un tiburón, una vez divisa a su presa no la deja sin más. No se va y ya está. Puede que se aleje para darle caza. Que juegue al despiste. Quizá simplemente esté bailando a su alrededor, saboreando cada momento de la caza. Y ese era Rooney en aquella situación.

Se alejó lo bastante como para poder respirar algo mejor. Tosió sangre un par de veces más, y se volvió a llevar la mano al hombro herido.

A veces las cosas no salen como pensamos, pero el resultado en este caso es el mismo

Se había prometido a sí mismo que honraría a su ex-compañero de batallas en aquel combate. Y qué mejor que hacerlo con sangre. La imagen de Therax curándole se le vino a la cabeza, y tras ello, posicionó la palma de la mano izquierda allí donde se encontraba su rival, tapándolo por un momento. Entre ellos habría una distancia de cuarenta metros fácilmente. Pero no importaba. Era perfecto.

El gyojin se volvió a llevar la mano derecha al hombro herido, y una vez estaba empapada en sangre, hizo un movimiento seco, desplazando cada pequeña partícula de su flujo hacia su rival. Parecían cañonazos de fina metralla. Repitió el mismo movimiento tres veces, y se dejó caer hacia atrás, apoyando el culo sobre la arena y tosiendo un par de veces más. Se lamió la herida del hombro, degustando su sabor favorito entre tos y tos.

Hacía mucho tiempo que no peleaba, y sin embargo, estaba siendo un buen combate. Uno muy digno.

Una lluvia de proyectiles golpeo mi pierna cuando la interpuse para protegerme, pequeñas heridas en comparación con el gigantesco miembro que ahora poseía, aunque su potencia quedo reducida por el haki armadura las heridas causadas sanaban a costa de mi cuerpo.

Podía sentir como la droga comenzaba a cobrar lo que le correspondía por hacerse cargo de mis heridas.

Utilice la pierna para golpear en la arena, levantando esta y creando un muro de polvo.

Posteriormente realice un movimiento instantáneo desapareciendo de la vista para aparecer delante de mi rival.

Intente una presa, así como buscar morderle el cuello, necesitaba beber su sangre y devorar su carne, esperaba que el haki me ayudara a penetrar su, seguramente dura piel, mi haki se agito con la esperanza de volver a probar su homónimo en un festival de depravación y sangre .

¡Buenas tardes! Soy Abigail y hoy seré vuestro árbitro. Como siempre, os recuerdo los apartados que se valoran en las moderaciones del torneo, así como las puntuaciones máximas que se pueden obtener.

Un pequeño toque antes de empezar: Luka, en la firma tienes tu ficha vieja en lugar de la nueva. Las he pasado canutas buscando algunas cosas pensando que era esa, asegúrate de actualizar tu firma con el enlace nuevo plisu, para facilitarles las cosas tanto al moderador como al otro usuario.

Aquí dejo el copypaste que le he hecho a Zane porque no quería escribirlo yo:

• Victoria bélica: 5 puntos para el ganador, si lo hubiera en vuestra narración.
  
• Narración y estilo: 2 puntos.
  
• Asumir daños: 2 puntos.
  
• Originalidad y entorno: 2 puntos.
  
• Pulcritud de escritura: 1 punto.
  
• Faltas (cerradas, power rol, meta rol): -1 punto por cada acción que se haga, a no ser que sea consentida y hablada por los usuarios, que en ese caso no quitará nada.
  

Sin más, vamos al lío:

Victoria bélica: 0 puntos, queda inconcluso.

Narración y estilo: No me siento especialmente cómodo juzgando este apartado, ambos mantenéis la misma línea dentro de vuestros estilos, personales e incomparables. Me gusta más uno que otro, pero tengo que juzgaros dentro de vuestros estilos, así que considero esto un empate. 0 puntos.

Asumir daños: Vale, a ver... Creo que ambos los asumís coherentemente, que luego Bleyd se cure drogándose es otra historia. Empate, 0 puntos.

Originalidad y entorno: Aunque ambos usáis de una u otra manera el entorno, considero que los usos que le ha dado Luka han sido más ingeniosos (frenar el sangrado con arena humedecida o tratar de usar el barro que había generado antes con el entorno para facilitar el intento de tumbar a Bleyd). 2 puntos para Luka.

Pulcritud de escritura: Aquí tengo que darle la ventaja a Luka, 1 punto se lleva.

Faltas: He pensado mucho si considerarlo falta o no. Creo que entiendo lo que ha pasado, y creo que ha sido una confusión por parte de Luka. Estoy hablando del último disparo de radial de Bleyd, que estaba dirigido a la bomba de vacío (o eso entiendo yo) y Luka ha interpretado que iba hacia él y que luego Bleyd ha detonado la bomba. Dado que no ha alterado el resultado de la acción de Bleyd (es más, se ha tragado parte del daño de la radial y aún así ha narrado la detonación), no considero necesario quitarle puntos. De todas formas esto es un consejo para ambos: Luka debería prestar más atención y Bleyd podría ser más claro. Un consejo, ojo, no un aviso ni advertencia, podéis hacer caso o no. Aparte de ese detalle que he aclarado no he visto acciones cerradas, metarol ni nada parecido, alguna cosilla que me ha hecho arquear la ceja pero no lo suficiente como para quitarle puntos a nadie.

El recuento se quedaría en 3 puntos para Luka Rooney y 0 para Bleyd.

Ganador: Luka Rooney.

Como siempre, recordaros que si no estáis conformes con este veredicto podéis pedir una segunda sin coste ni rencores. En ese caso avisad cuanto antes para que alguno de mis compañeros se ponga con ello.