Dark Gal Run, parte 1: Wano. | Privado {Dark, Galhard}

Dark se cruzó de brazos tras escuchar por los megáfonos el discurso. Estaba parado en una especie de feria que estaba llena de los corredores de la carrera de caballos. Con él llevaba un equino que había comprado esa misma mañana por un precio de ciento cincuenta mil berries. Era un purasangre, seguramente procedería de Arabasta. Los caballos de procedencia árabe solían ser mucho más veloces en general, pero según lo que había leído, pecaban de resistencia. Sacó un peine y comenzó a pasarlo por la melena del caballo: no entendía demasiado de animales, pero por suerte, esos eran bastante dóciles para el ser humano, incluso sin ser domador. Eso y que Dark esperaba ganar. Era una persona quizás demasiado escéptica: allá por donde existiesen mitos, él quería desvelarlos. De hecho conocer Wano era algo que siempre había querido hacer.

Conforme paseaba con la correa del caballo, se lo quedó mirando a los ojos.

—Te llamaré Golden Experience. Esa melena dorada me transmite seguridad —comentó mientras acariciaba la cabeza del equino.

Tuvo que evadir la mirada de varias personas. Mucha de la gente que pasaba por ahí le reconocía. El problema es que parecía haber varios grupos de la marine por ahí. Y lamentablemente, uno empezó a gritar su nombre asustado. El moreno chasqueó la lengua y corrió hacia el primer marine que se encontró por ahí. Un chico con una larga melena que era bastante guapo y apuesto. Frunció el ceño y elevó la mano.

—Será mejor que no digas nada —Dijo de forma amenazante—. Espero que tengas un caballo, porque vas a venir a la carrera conmigo. No puedo permitir perder esto. —Le acabó explicando mientras le colocaba una pistola en la espalda.

Lo soltó y le indicó con el dedo que viniese hacia él, apuntándole con la pistola por debajo de la chaqueta. Sacó una bolsa de berries y compró una de las monturas, la cual dejó a elección del marine.

—Necesito un compañero para ganar la carrera. Sé que suena agresivo, pero tengo un buen presentimiento contigo. —Le dijo mientras pagaba la montura.

Galhard en medio de sus itinerantes y poco convencionales viajes por los distintos cuarteles en busca de misiones fue arrastrado por un escuadrón marine hacia Wano, si bien la idea no le desagradaba pues desde pequeño había querido pisar aquella isla en busca de alguna exótica espada tardó poco en comprender que sus deseos de turismo, arqueología o cualquier tipo de diversión se verían impedidos por el estricto pelotón marine que le custodiaban, querían comprobar unos extraños movimientos que había ocurrido en el país y le arrastraron a él para que hiciese bulto y como no, se encargase de llevar peso y demás provisiones a los soldados de mayor rango.

Aquella situación lo martirizaba y no entendía que podían buscar esos aburridos en el lugar.

Gal mientras seguía al grupo de marines pudo escuchar como una voz por den den mushi anunciaba algo sobre una carrera -Quien pudiese participar- susurró el marine mientras veía los carteles de la carrera por el lugar -Los Wanokuninenses son gente curiosa, les encanta coger las tradiciones o las fiestas de otros lugares y celebrarlas a su forma, al menos sí saben divertirse.- continuó cuchicheando el marine mientras sus compañeros exclamaron el nombre de Dark.

El moreno que buscaban esos marines no tardó en agarrarle y llevárselo de forma brusca, eso molestó un poco a Galhard pero no tardó en darse cuenta del abismo de poderes que había entre los dos.

-Creo que el uso de una pistola es innecesario, es más, si me moviese y decidieses disparar ¿Eso no te pondría en mayor aprieto para pasar desapercibido? Raptar a un marine... Creo que los de ese pelotón aún se pensarán que he aprovechado para escaparme, espero que Arthur no me eche la bronca por culpa de ellos- suspiró al poco rato que sus ojos se iluminaron al escuchar una carrera.

-Seas quien seas no necesitas decir nada más, si quieres ganar una carrera estoy dentro, he de ahogar la amarga derrota de la gran ruta... Espera ¿Tú no eres ese Dark del que hablaban mis compañeros? ¿El premio de la carrera es poder golpear a otro Tenryuubito pero sin que esta vez vaya un almirante en tu busca?.- Como era usual en el pueril cadete las preguntas salían de su boca en una ráfaga.


Dark tendió una bolsa de dinero en frente de lo que parecía una exposición de obras de arte equinas, especies de todos los blues e islas podían encontrarse entre el repertorio de fantasía de aquel lugar.
-Umm... ¿Un caballo? ¿Puedo elegir el que quiera de verdad? Se supone que es una carrera pero aquí la velocidad debería ponerse en un segundo plano, me quedaré la yegua de color marrón oscuro de allí, mira esas patas... Sin duda debe tratarse de un ejemplar del West Blue, aunque tiene la masa muscular más similar a los caballos de batalla del North...- Gal señaló a una yegua algo mayor, la cual contaba con un nombre puesto ya "Ebony Devil". El vendedor río.

-Wah, hamigo, tu intender sobre cabalios ¿Ah? Ista ser buena Iuga, no ser rápida como cabalio de tu habibi pero ser resistente y cabesona, aunque carácter pior que segunda isposa mía. Yo pinsar que no poder vender Iuga nunca así que yo haser buen presio. Sien mil berries y ser toda tulia pero no ser risponsable si morderte o disobedeser, no aseptar devolusiones.- Dijo el exótico vendedor de caballos mientras se frotaba las manos mientras Gal le daba la cifra acordada.   Tu me cuidar iuga de apartir di ahora, si ganar carrera ricuerda a tu habibi Said al-Fazari, el mijor vendedor di cabalios di todos los Blues. Qui la vieja Ebony Devil te lieve a la victoria amego.-

Gal fue acompañado por Said hacia la yegua donde este último le entregó la silla de montar y un par de espuelas. Mientras se acomodaba las espuelas en las botas Said cogió con una correa a Gal y revisando que los estribos estuviesen en buena posición ayudó a este último a subirse a la yegua.

-Un placer hacer negocios contigo buen hombre, si ganamos la carrera le hablaré bien a unos conocidos que tengo en reino de Lyneel, quizás estén interesados en renovar su unidad de caballería.- Galhard salió a trote mientras Ebony Devil relinchaba con algo de pereza.

Una vez salió de allí la yegua empezó a hacerle ojitos al caballo de Dark que simplemente apartó la mirada de Ebony Devil.

-Bueno ¿Y ahora qué?- Dijo el cadete mientras miraba fascinado a su alrededor, otra carrera se abría a sus ojos, esta vez no le tocaría dar ordenes así que sería más divertida pensó.

La forma en la que hablaba el chaval era de lo más peculiar. Podía notar en su voz que realmente tenía ganas de unirse a la carrera. Quizás el que le hubiese apuntado con una pistola le había relevado un poco de la pesadez del cargo, quizás hasta para bien. Pero usó una frase que consideraba necesaria, algo que demostró que ese chico tenía un coraje por encima de la osadía. "Este muchacho sabe de planes. Tiene mi respeto. Ha utilizado el mítico estoy dentro, y eso hace que sea una persona digna de mi atención" pensó mientras le señalaba con el dedo y le dedicaba una gran sonrisa. La verdad es que entre todos los marines que había podido apuntar la pistola, se sentía agradecido de haber apuntado a ese. Al fin y al cabo no había gente que se apuntase a planes tan locos y encima no se molestasen de apuntarles. No se imaginaba disparándole a no ser que... Yo qué sé, se enfrentase a él mismo o algo así.

—Nee, ¿la carrera? Yo también estuve por ahí haciendo de las mías —exclamó mirándole de reojo—. Y lo del dragón celestial no tiene gracia. Digamos que mi recompensa viene ligada a un episodio amnésico. ¿Era vice-almirante antes, sabes? —le acabó reprochando.

Tras pasar un rato, el marine aceptó la oferta de conseguir un caballo. De hecho, el dinero no era un problema en general. Le parecía incluso demasiado baratos como para ser cierto. Tras hablar con alguien de procedencia árabe, acabó eligiendo un equino excelente para la situación. Dark le echó un vistazo por encima y levantó el pulgar para indicarle que era una buena idea. De hecho, parecían incluso haber conectado sus caballos, y si iban a tener cierta rivalidad, correrían más. Estaba saliendo todo ni que pintado así que una vez se dirigieron hacia lo que parecía ser la salida, empezó a revisar todo lo que llevaba el caballo. Tenía provisiones y utensilios varios para pasar una buena temporada por ahí. Wano era muy grande y la carrera estaba prevista que duraría un mes, por lo que lo mejor era no tener que ir cazando por ahí animales. Con conservas, una pequeña tienda de campaña y más cosas que cargó al caballo tendrían de sobra para una semana.

—¿Ahora qué? Bueno, ¿ahora a ganar la carrera, no crees? —exclamó pegándole un codazo sin usar fuerza—. No tenemos una posición muy ventajosa, pero por lo menos evitaremos que la salida sea caótica. Si te parece bien adelantaremos por un lado saliéndonos de la ruta establecida y evitaremos chocarnos con nadie. Eso cansará los caballos, claro está, pero el tiempo que ahorraremos podremos invertirlo en descansar más adelante. A veces el camino más directo es el de un atajo —le explicó mientras se colocaba en la montura y metía los pies en las espuelas—. Mi nombre es Dark E. Satou, aunque supongo que ya me conocerás. ¿Cuál es el tuyo? —Le preguntó con una sonrisa.


La sirena sonó y tal y como había predicho, todos empezaron a salir lo más rápido posible, exceptuando unos cuantos que parecían haber tomado la misma actitud que ellos. Se chocaban, intentaban hasta pegarse. Había gente muy alocada por ahí y un cúmulo muy variado: habían expertos jinetes, otros que no tenían ni idea... Sería una experiencia de lo más interesante. Él golpeó a la cuerda suavemente y tiró hacia la izquierda, yendo hacia el área donde estaba el público y obligando a Golden Experience a saltar la valla. No decían en las reglas nada que marcase lo contrario, por lo que una vez saltó, empezó a ir por el terreno rocoso forzando a su caballo que diese lo máximo posible, adelantando cien metros más adelante a todos y poniéndose como el primero. Si Galhard le había seguido y hecho caso, estaría detrás o delante de él, según lo hábil que fuese con el caballo.

—¡Vamos chaval! ¡Esto va a ser más fácil de lo que creía! —Gritó mientras seguía agitando la cuerda y golpeaba con los pies al caballo para que se diese más prisa..

—Algo escuché de un marine desaparecido, no sabes el revuelo que se generó al ver que te habías vuelto un pirata... si realmente no recordabas quien eras y ahora eso ha cambiado ¿No te interesaría enmendar tus errores y volver al lugar que perteneces? — musito —Si tu orgullo como marine aún está vivo con tus recuerdos siempre habrá forma de que se expiden tus pecados, intenta no engordarlos o ni tus mejores dones de francés podrán ayudarte a revocar tu recompensa— añadió el cadete mientras se acomodaban en la línea de meta.

—Galhard, Galhard du Alais es mi nombre— comentó al recibir el codazo —Perder la gran ruta fue un buen revés para mí, no va a repetirse esta vez... Así que da por ganada la carrera. — Galhard dio un vistazo a los otros competidores, fácil decirlo. La carrera tenía pinta de que sería todo un infierno y aquí no podría reclutar gente que le facilitase el trabajo.

La sirena sonó y los caballos empezaron a correr, el que iba a ser su compañero de aventuras decidió girar hacia la izquierda evitando la congestión de caballos y tirar por la zona rocosa cercana a los espectadores. Sin pensarlo dos veces Galhard hizo lo mismo, pues los caballos se empezaron a poner nerviosos cuando la línea se rompió.

La masa muscular de su yegua así como sus patas más grandes harían que a pesar de la lentitud que ese terreno les traería la montura del marine fuese a paso seguro, no tardando en igualar y adelantar al moreno.

—¿Decías algo? Si le hablas a mi espalda no puedo oírte con ella.— Dijo sonriendo amistosamente a Dark y reduciendo el ritmo para ir a la par con él.

—Si no escuché mal... El combate estaba justificado si era para llegar antes a la meta ¿Que te parece acabamos de excitar a los caballos?— Dijo mientras lanzó una moneda de 5 berries al suelo de la pista, esta se rompió en diez trozos antes de tocar el suelo, levantando una gran nube de tierra que descontroló más a los caballos ya nerviosos que seguían por la pista.

Como dominos varios de los competidores fueron cayendo mientras sus caballos chocaban y se tropezaban los unos con los otros.

—No nos confiemos, no será fácil y ahora somos el enemigo— sonrió de nuevo, satisfecho por su estrategia.

—Nee nee, ¡genial! —Gritó mientras agarraba las riendas del caballo con una mano y sacaba a Extorquendo Mundi con la dominante.

Cortó dos veces al aire con su máxima fuerza, levantando un vendaval que despejó el humo por su zona. Después aprovechó la falta de visión de su alrededor para activar su vista verdadera y agarrar del cuello a Golden Experience, volando brevemente por la nube de humo y llegando al lado de Galhard. No eran trampas si no podían verle, por lo cual ni siquiera se molestó en vigilar si quedaba algún testigo. Si el marine usaba sus trucos raros, como lanzar una moneda con tal potencia, él usaría su fruta del diablo. De hecho, todavía rondaba por su cabeza lo que le había comentado anteriormente. ¿Volver a la marine? Sí, quizás era una opción. Pero tenía que replanteársela mucho mejor antes de seguir. Por lo que divisó al fondo la entrada al bosque, donde solo había un único camino. Aún tenían gente por delante pero no sería demasiado complicado llegar hasta este. Se colocó al nivel de Galhard, ya que su caballo en recto era más veloz y procedió a comentar la situación.

—Veamos, no tuvimos una posición ventajosa al salir... —Exclamó mientras volvía a tomar las riendas con las dos manos—. Por una razón muy concreta: esta carrera está muy seguramente amañada. Había escuchado algún que otro rumor por ahí de lo que querían hacer. Repartirse el premio de tal forma que dividirían las ganancias hacia dentro de Wano. Porque todo el sistema económico de esta carrera se basa en los espectadores, engordando las arcas generales del evento. De hecho, hasta a lo mejor no tienen lo que prometen, por eso el premio está generalizado y no dicen con exactitud qué es.

Tras hablar con él y escucharle, decidió adelantarse brevemente en recto. No lo hacía con una intención real de dejarle atrás, ya que lo necesitaba para su plan, pero sí para una razón más concreta: ver qué tenían por delante. Su kenbonshoku le estaba gritando peligro todo el rato y no sabía exactamente de qué. Pero tenía la sensación de que, entrando en el bosque, había un peligro real. ¿Quizás estaban compinchados y tenían algo que esconder? No lo sabía. Pero lo que sí supo al momento fue lo que tenía que esquivar: un proyectil que no le dio tiempo a ver ni tampoco que pudo relacionar el silbido del aire con un sonido reconocible. Chasqueó la lengua y giró medio torso hacia atrás, buscando la mirada de Galhard. ¿Quizás él sí habría visto qué le habían lanzado o disparado?