[Pasado || Privado] Un día más largo que los anteriores, ¡Oh shit!~ {Allen & Xerxes}

Aburrimiento. Ese sentimiento que usualmente me invadía como un demonio que me consumía por dentro, poco a poco. Desde una de las cuantas bases Revolucionarias esparcidas por todo el mundo, partí con un destino incierto, realmente tampoco es que me importara demasiado esas tontas pequeñeces, con total de encontrar un lugar que me quitara el aburrimiento ya sería suficiente. Pero vamos, todo lo que parece bueno también tiene sus errores. Me podrían llevar a donde sea, siempre y cuando no levantara sospechas de lo que era, para quien trabajaba y demás, claramente no podría divertirme como yo lo deseaba, no podía asesinar Marines o miembros del Gobierno Mundial así como así; -"¡Me siento como un maldito eunuco!"- llegué a pensar en su debido momento. Si bien me encontraba en un barco de viaje, repleto de gente que realmente me caía mal, por no decir que me daban ganas de tirarlos por la borda, todo aquello era arreglado por la presencia de algunas bellas féminas que me incitaban a cortejarlas por detrás, susurrándole alguna idea picara que se me cruzara por la cabeza en ese momento... Pero de resultado siempre obtenía lo mismo: «¡Jodido pervertido, sal de aquí!» gritaban ellas con mucho entusiasmo, casi a todo pulmón. A lo que yo simplemente les respondía: «Chicas, calma... hay Xerxes para todas.» y de una bofetada me giraban la cara que un poco más parecía que una locomotora me había golpeado. Efectivamente, las mujeres son una especie a temer...

Pero en fin, aquel viaje pronto terminaría conmigo arribando a la isla que había tomado como destino, Conomi. Si bien no había... ¿cómo decirlo? Elegido yo mismo mi destino porque me habían enviado hasta aquí con la intención de encontrarme con otro miembro de la Revolución, ese barco al menos me había alcanzado hasta el nuevo sitio, uno que no conocía. Ya que de por si, por culpa de aquellos esclavistas en Tequila Wolf, no había tenido la oportunidad de recorrer demasiado aquellos Mares Cardinales que rodeaban al Grand Line como si fueran una especie de escudo; -¿Hm? ... ¿Y este lugar de mierda qué es?- me pregunté a mi mismo mientras caminaba por aquel pequeño puente de madera que colocaron desde el barco hasta el puerto de madera. Con el meñique de mi mano izquierda, escarbaba apenas un poco el orificio izquierdo de mi nariz, suspirando pesadamente, aburrido. No se veía nada interesante en esta Isla, mucho menos las aldeas que estaban en sus alrededores, quizás alguna que otra chica bonita a la cual perseguir pero hasta mucho que eso, vamos... aburrimiento por doquier. -"Presiento que hoy será un día de lo más entretenido..."- pensé con sumo sarcasmo, simplemente renegando un poco con mi cabeza, para luego comenzar a caminar con las manos puestas en mi nuca, dando "zancadas" al caminar, o más bien, estirando las piernas como si estuviera marchando.

Anciano Local: -Hola, joven... parece que eres nuevo por la Isla, ¿qué te parece un recorrido?- preguntó repentinamente una voz tartamuda, posiblemente tenía alguna enfermedad que descontrolaba toda habilidad motora del cuerpo, incluyendo el habla; Lo miré de arriba a abajo para luego soltar un bufido cansino y profundo. -¿Y qué puedes enseñarme, aparte de casas viejas y ancianos decrépitos?- cuestioné en un tono sumamente ordinario, violento inclusive. El anciano obviamente suspiró algo apenado, para luego reanimarse y alzar su mirada, sacando un poco de pecho. Yo renegué lentamente con la cabeza, para luego simplemente seguir caminando. El anciano solamente suspiró encogiéndose de hombros, decidiendo dejarme ir por las buenas, no quería meterse conmigo, parecía ser que se había dado cuenta lo gilipollas que podía ponerme cuando estaba aburrido. De todas formas, colocándome la capucha de aquella gabardina que portaba conmigo casi todo el tiempo -prenda característica de todo Revolucionario que quiera pasar desapercibido en un lugar-, comencé a buscar, de una forma un tanto perezosa, caminando con letargo, a aquel miembro de la Revolución con el que tenía que encontrarme... y ahora que lo pensaba, ¿como carajos sabría si es él, si siquiera me habían dicho su apariencia o alguna palabra clave con la cual identificarnos? ... Oh shit~... Este día si que será largo, muy largo~.

-Me cago en Kami-sama...- susurré hablando conmigo mismo. Ya, realmente estaba harto de este lugar, dos malditas horas buscando al susodicho Revolucionario con el que me tenía que encontrar, y no había señal alguna de que ese sujeto siquiera existiera. Por todo lo que más me vale y me da paciencia... sigue aguantando allí, que sino directamente me suicido; Caminaba de una forma ahora un tanto más marcada, pero... como siempre, nunca perdía el tiempo cuando veía a una fémina bonita pasar por uno de mis lados, o al menos cerca de mi: -Hola señorita, ¿le interesaría colaborar con algo?- comenzaba cuestionando, obviamente ellas se detenían al tan solo mirarme, ¿sería que les atraía físicamente? Bueno, me da igual, ellas a mi si y eso es lo que vale, lo importante es que ellas, inocentes... accedían como si fueran unas niñas tontas que les das un dulce y ya van contigo a todos lados como si fueran unas perras falderas. Obviamente, luego les daba una palmada en la cola, así sin pre-meditarlo ni un solo segundo, ¿y qué recibía a cambio? Una bofetada... ya seguramente mis mejillas quedarían hinchadas de tantos golpes que había recibido hoy, entre el viaje en barco y ahora comenzaban en la aldea... Joder macho, que difíciles que son las mujeres hoy en día...

-¡Un segundo más sin encontrarlo y me voy!- exclamaba de tal forma que la gente que se estaba paseando por las calles de Conomi me quedaban mirando sumamente confundidos a la par de impresionados. Yo solamente les dedicaba una mirada seria y fría, inclusive penetrante como si dijera "¿Qué carajos miran?", y ellos seguían su paso nuevamente, con la cola entre las patas como se suele decir; ¿Estaría en el lugar correcto, estaría buscando a una persona real o solamente era una mala broma de los Revolucionarios? Cual fuera el caso, este asunto tendría que arreglarse cuanto antes o esto terminaría colmando mi paciencia por completo, obligándome a tomar medidas drásticas, por no decir que voltearía la aldea por completo haciendo uso de mis poderes solamente para encontrar a esa maldita rata escurridiza, ¿Porqué demonios me complicaban tanto el asunto de juntarme con alguien, porqué no me daban información? Joder macho, parece que lo hacen por gusto inclusive.

-"Huh? ... ¿y ese?"- me cuestioné, viendo en lontananza una figura oscura, que inclusive inspiraba cierta aura de sospecha. Me fui acercando progresivamente, despreocupado, solamente con mis manos puestas en mi nuca. Pasé frente a él unas cuatro veces, hasta que de golpe, me senté a su lado, sin decir ni una sola palabra, solamente juntando mis manos entrelazando los dedos, apoyando mi mentón contra esos puños cerrados, y los codos cerca de mis rodillas sobre mis muslos. Mi mirada estaba fijada al frente, de a ratos le miraba el trasero a alguna fémina que pasaba caminando por ahí con sus caderas meneando. Sonreía de una forma bastante confiada, para luego, sin despegar mi mirada del frente, me animé a hablar, o mejor dicho, se me ocurrió algo interesante que decir. -¿Eres tu al que estoy buscando?- preguntaba en un tono bastante... suave por así decirlo, no quería llamar demasiado la atención. Me relamía el labio inferior de forma disimulada, para luego aclarar mi garganta. -¿O acaso sabrías decime donde mierda puedo encontrar a otro jodido encapuchado con intenciones de libertad?- agregué a mis palabras, ya directamente me daba por vencido si no era él. No le podía ver bien la cara, y él seguramente a mi tampoco, pero eso era lo que menos me importaba. Solamente... cruzaría los dedos por que la suerte me sonriera hoy, y no me cagara un pájaro encima como para cerrar este día jodido con broche de oro, ya que eso... sería como la cereza de la torta.

Escuchaba sus palabras y lo único que atiné a hacer fue suspirar resignado, a la par de enfadado. ¿Había sido una mala broma que los Revolucionarios me habían mandado hasta Conomi, solamente para enterarme de que no había ningún otro Revo. aquí? ... Realmente era denigrante, pero bueno... tampoco es que me sorprendiera demasiado, era muy de esperar que me jugaran una broma tan pesada como esta. Al menos pude estirar los pies un rato y ver algunos lindos traseros, por más que siempre terminara de la misma forma y con múltiples bofetadas, pero vamos... tampoco es que me gustara golpear a las mujeres solamente porque me golpean a mi; -Venga ya ... ¿así que me voy a tener que ir con las manos vacías? ... Vaya mierda.- decía en un tono sumamente irónico, me daba totalmente igual si ese sujeto era o no era al que estaba buscando, aunque de toda la jodida gente en esta aburrida Isla, solamente nosotros dos eramos el par de palurdos usando esas gabardinas con capucha oscura, parecíamos una especie de espías o algo así, por lo que simplemente prefería sacarme la capucha y dejar ver mi rostro, al final de cuentas... era un iniciado en los Revolucionarios, mi rostro no era conocido por ningún lado, y sospechaba que por estos lares al menos no habría ningún Tenryuubito ni miembros del Gobierno Mundial que pudieran llevarme a patadas en el trasero de nuevo a Tequila Wolf, y mi vida se vería arruinada nuevamente, aunque por suerte ahora tenía una nueva arma conmigo.

-¿Y porqué pretendes que te responda, si tu no me respondes a mi?- cuestionaba para luego colocarme las manos en la nuca, soltando un bufido. -No me importa como te llames, y en cuanto a la ciudad... esto es lo que ves, en la única zona que concurre más gente es el puerto, y allí no he encontrado a quien busco, así que dudo que tu también lo hagas.- mencionaba arrugando un poco el entrecejo, cruzándome de brazos y luego levantándome de mi lugar, moviendo un poco las piernas. Me encontraba sumamente aburrido, así que lo primero que atiné a hacer fue notar que en una de aquellas casas de techo no muy alto y de un piso, se encontraban unas cajas apiladas, parecían firmes porque su apariencia entre las sombras eran de madera. Corrí de una manera bastante veloz hasta allí, y luego dando varios saltos, trepando contra las cajas, subí a uno de esos techos, elevándome lo suficiente como para tener una mejor vista de la ciudad -"A ver si por aquí puedo divisar a alguien más sospechoso que este..."- pensé, poniendo una mano en mi frente, para luego volver la mirada a ese tal "Walk". -¡Oye, ni siquiera me dijeron si es mujer! ... ¿¡Y si lo es!?- exclamaba dándome igual si aquel tipo no le gustaba llamar demasiado la atención, a mi tampoco... pero era un total desconocido para la sociedad, al menos por ahora. -"Me meteré en problemas si me tiro a una miembro de la Revolución... ¡Bah! Ni que me importara..."- llegué a pensar mientras andaba por los techos, debía encontrar a la persona indicada -por más que la tuviera frente a mi- rápido, o me terminaría yendo por donde llegué.

Miraba a un lado y al otro, y lo único que me encontraba eran con casuchas baratas de esas que hacen en un par de días con tablones de madera. Suspiré cansado, o mejor dicho aburrido de estar buscando tanto tiempo a ese chico. Solamente me senté en los tejados de aquella casa en la que ahora mismo me encontraba, sacando la nota que me habían dado uno de los Revolucionarios superiores en la base. Poniendo suma atención a su escritura -la cual era un tanto complicada de entender- pude denotar que había un Posdata, el cual más o menos me advertía que mantuviera ojo en alguien que tuviera un brazo rojo, por lo que seguramente me estarían diciendo que quien tuviera un brazo de esa tonalidad, sería el que estaba buscando. Y ahora que lo pensaba... el chico que se había presentado como Walk tenía cierta tonalidad por lo que pude notar de soslayo en esos pocos segundos que estuvimos sentados juntos.

-No... no pudo ser él, me cago en dios si fue él...- susurré. Llevé mi mano izquierda a mi frente, dándome un golpetazo no muy fuerte en esa zona de mi cabeza. Solté un bufido cansino y luego de eso pude denotar que de nuevo aquel chico pasaba por el lugar, pero esta vez iría a adentrarse a un bar, o al menos eso parecía. Arqueé una ceja al notar como caía al suelo e inclusive solté una risa socarrona mientras me cruzaba de brazos, encontrándome sentado aún en las tejas de aquella casa. Si bien había parecido que por torpe se cayó, pude ver que había sido todo lo contrario. La causa por la que se cayó al suelo fue ni más ni menos que unos Marines que se encontraban en el sitio, que empezaron a inclusive incordiarlo y violentarlo de manera sorpresiva. -"Venga ya... y pensaba que sería un día aburrido."- pensé en su momento para luego ir levantándome de mi sitio. Acomodé un poco mi ropa, tomándome mi debido tiempo, y luego transformé mis piernas en una especie de resortes hechos de madera flexible. Flexioné mis rodillas apenas un poco para quedar agachado a unos 30cm de la superficie inclinada en la que me encontraba, y luego de eso, me impulsé hacia adelante, pareciendo una especie de canguro.

-¡Yeeha!- vociferé a modo de emoción. Los Marines que allí se encontraban pronto jactaron su atención en mi, aunque el que sostenía a "Walk" no lo soltaba ni de puta broma, parecía ser que ya se habían agarrado con el pobre chico; Al "aterrizar" en el suelo, para que mis piernas no sufrieran el impacto directo de bajar del techo de una casa que se elevaba aproximadamente unos 10 metros del suelo, rodé como cualquier adepto del Parkour haría, girando sobre mi hombro izquierdo. Acto seguido caminé varios pasos hacia adelante mientras me limpiaba la ropa de aquel polvo de tierra que se había acumulado al rodar. Posterior a todo ese pequeño "acto" de aparición, los Marines se me quedaron mirando, y el principal de ellos, el cual sostenía del cuello al peliblanco, atinó a hablarme de una forma que obviamente... no tendría que haberlo hecho.

Superior Marine: -¿Qué quieres? No tienes ningún asunto pendiente aquí, así que circula, que ofuscas nuestro trabajo.- decía aquel tipo, su apariencia poco amigable me recordaba a mi, aunque obviamente ese tipo estaba totalmente cegado por el poder que la Marina quiere imponer sobre toda la gente, al igual que el GM {Gobierno Mundial}; -Vamos, no es necesaria la violencia... yo conozco a este chico, tiene...- hice una pequeña pausa, acercándome un poco al Marine mayor. -...problemas mentales... ya sabe, ¿me entiende?- cuestioné por último, aclarándome la garganta y separándome un par de pasos de aquel sujeto, no vaya a ser que me agarre del pescuezo a mi también y terminemos en una batalla campal de escalas bíblicas.

Superior Marine: -Tsk... si es cierto eso, deberé dejarlo ir y que quede como un accidente... ¡Pero que no se vuelva a repetir! ... ¿¡Entendido!?- aquella última pregunta se la escupió directamente a "Walk" en toda la jeta, seguramente ni una tormenta perfecta le habría dejado la cara tan empapada como lo había hecho ese soldado de rango elevado. Soltando al Revolucionario peliblanco, el mayor hizo una señal con la cabeza, ofuscado y bufando hacia sus subordinados para que le siguieran. Se alejaron de aquel lugar, y fue allí cuando pisando el suelo con cierta firmeza, hice que de este saliera una especie de tronco redondo y macizo que serviría para levantar al chico. -Parece ser que tienes una suerte de mierda, tío... menos mal que estaba yo y agradece por ello, sino directamente te hubieran mandado a la cárcel por subnormal.- mencioné soltando una risa burlona, haciendo desvanecer aquel pedazo de madera luego de que se levantara, fusionando aquel material con mi cuerpo de un segundo al otro... aún faltaba acostumbrarme a esos poderes que había adquirido por la Akuma no Mi, pero la práctica y el estudio me harían un experto en lo que canta un gallo; -Ya se quien eres, no se tu nombre ni me interesa, pero te diré "Walk" ya que es lo que me has dicho antes, yo soy... no, mejor no... solamente dime "Delly", ¿vale?- era una pregunta retórica, no esperaba respuesta alguna de aquel sujeto, solamente quería respuestas a mis incógnitas, como por ejemplo ¿Porqué me habían mandado con alguien dándome tan poca información, con qué excusa barata lo habían enviado a él? ... Eso estaría por verse.

Al parecer lo menos que quería aquel sujeto era agradecerme, totalmente ofendido por lo que había dicho a los Marines. -"Vaya pedazo de idiota resultó ser..."- pensé en su momento. Es que claro, mentir era una buena opción en ese momento, pero en vez de ser un poco más flexible con lo que dicen de uno .por más que fuera mentira- este viene y se ofende como una maldita princesa... ¡Oh por dios! Seguramente esto es lo que pasa cuando uno intenta ser "amable" una vez en toda su jodida vida, aunque lo que había hecho yo solamente lo hice por mis propios deseos, encontrar a ese tipo, hablar lo que teníamos que decir e irme a tomar por saco a donde fuera, pero quería irme lo más pronto posible de este jodido lugar.

-Venga, ¿entonces te ofendes como una zorra solamente porque dije algo para que salvarte el culo de esos Marines? ... debería haber dejado que te convirtieran en su esclava sexual, a ver si en una de esas aprendes a ser un poco más agradecido, tonto.- decía arqueando una ceja. Si bien no me había percatado del todo lo que aquel sujeto quería intentar, y posiblemente desconociera mis poderes o al menos de qué se trataban totalmente, pude divisar que su sombra se movía de una extraña manera -ya que las sombras de ambos apuntaban hacia el mismo lado por culpa del sol, y que se moviera su sombra así tan repentinamente como si tuviera control total sobre esta fue algo más que sospechoso-, casi como si estuviera invadiendo la privacidad de la mía. -"Hm, ¿y ahora qué quiere hacer?"- cuestioné arqueando una ceja, para luego soltar una pequeña risa, cubriendo por escasos segundos parte de mi cuerpo con una delgada capa de madera petrificada de al menos medio centímetro de espesor, solamente para prevenir... quien sabe lo que haría a continuación. Aquel golpe obviamente... no causaría el mismo efecto que lograría hacer uno directamente en mi cuerpo, aunque si me causó un extraño cosquilleo que no pude ignorar.

De todas formas, apenas noté que el tipo hablaba de nuevo -y de una forma sumamente descerebrada-, solamente solté una carcajada a modo de ironía, renegando un poco con la cabeza y suspirando pesadamente. Vamos, que directamente me causaba inclusive un poco de pena aquel chico. Parado en frente de la puerta de un bar, siendo empujado de vez en cuando por los sujetos que salían tambaleándose, borrachos de aquel local, mientras tanto yo, los volvía a empujar de nuevo hacia el interior del mismo. Me puse las manos en la nuca, simplemente ignorando el hecho de que me hubiera intentado golpear los bajos, por ahora necesitaba simplemente su información, aunque desconocía en su totalidad porqué carajos me habían mandado hasta Conomi, si no me iban a decir nada, ¿o acaso pensaban que yo podía decirle algo a él? Puf~ se nota que este día sería entretenido, largo y a la par de confuso; -Déjame decirte una cosa, chico carbón.- dije por el color de su piel. -A mi no me importa si te ofende o no, si dije eso fue para salvarte el culo de esos Marines, ¿pero sabes que ahora mismo si estás quedando como todo lo que dije, verdad? ... Debes saber mentir, improvisar ante cualquier situación... pero parece que tu no tienes esas cualidades, ¿o me equivoco?- cuestionaba mientras me cruzaba de brazos.

-Mira, como querer de ti, no quiero nada... pero me dijeron que debía juntarme con alguien con un brazo rojo en esta isla... ¿para qué? Ni puta idea, tío... no me han dicho más detalles que ese, ahora... ¿quieres dejar de ser un llorica y decirme qué quieres tu, o acaso tengo que irme a la base y denunciar que esto fue una broma?- preguntaba en un tono sumamente serio, pero igualmente siempre mantenía esa sonrisa confiada en mi rostro. Si bien aquel sujeto me había intentado hacer algo extraño en mi cuerpo o quien sabe qué cosa, no intentaría nada raro por ahora a no ser que comenzara a ponerse más hostil y tuviera que darle de a hostias para que aprenda a no ser un jodido idiota. Además, como para no ponerme a la defensiva si su piel se ponía de un color raro y tal, parecía inclusive que se hubiera metido en polvo de grafito con su cuerpo cubierto en aceite, directamente salía negro y brillante de eso, tal y como lo estaba su piel; En fin, ahora mismo él debía decirme qué era lo que quería, porque yo ya le había respondido lo mejor que pude con la poca información que me proporcionaron, ¿porqué haberme enviado a un sitio si no tenía nada que hacer? Quien sabe, estos idealistas revolucionarios siempre tienen ideas locas en sus cabezas...

-¿Azumi? ... no tengo ni puta idea de quien sea.- respondía por primera vez en mucho tiempo con una verdad. Es que vamos, tampoco tenía ganas de ir luchando con un subnormal de alta calaña como este chico "Walk". De todas formas, cuando apenas terminaban enterándome de que él tampoco tenía ninguna información para otorgarme, simplemente suspiré pesadamente, llevando mi mano izquierda a mi frente y rascando un poco el entrecejo con el dedo índice y pulgar de esa mano. Luego de eso, solté un bufido a modo de gruñido, y levanté mi mirar fijando de nuevo este sobre las orbes oculares del peliblanco. -Mira, nada personal contra ti, pero ya que no tienes ninguna información que darme, creo que será mejor que me retire, antes que termine matando a alguien, y no me importa a quien.- decía en un tono de voz bastante frío. Arrugué el entrecejo y luego de eso me di media vuelta, sacando un poco de dinero y lanzándolo por encima de mi hombro derecho, con la intención de dárselo a aquel joven de apariencia sumamente extraña. -Por las molestias, págate algo para comer, estás en los huesos.- dije de una forma irónica, soltando una pequeña risa para luego salir por la puerta del bar, tan rápido como había entrado.

Apenas pasé el umbral de aquella puerta, me coloqué la capucha de la capa negra que llevaba conmigo puesta, suspirando profundamente y renegando un poco con la cabeza. -"Vaya pedazos de hijos de perra... ya se las verán conmigo cuando llegue, cabrones."- pensé mientras sonreía de una forma muy cínica. Comenzaba a trotar por las calles de la aldea, y progresivamente iba aumentando de velocidad. En un momento volví mis piernas como una especie de resortes de madera flexibles, que me permitieron llegar a lo alto de uno de esos techos de los edificios, haciendo Parkour en toda la grandeza de esa palabra. Tenía que dirigirme pronto al puerto, antes de que se fuera el jodido barco y tuviera que inventar algo para irme de allí. -"Venga ya... ¿no hay alguna manera de llegar más rápido?"- pensé arrugando el entrecejo, intentaba todo lo que podía, pero nada más saltar los techos de las casas ya me permitía ver el puerto desde lejos, y el barco continuaba en su lugar, esperándome pacientemente inclusive, como si supieran que iba a volver más pronto de lo imaginado.

Apenas llegué al puerto, me subí al barco, y allí me esperaban un par de compañeros, mirándome con una sonrisa sumamente burlona. A cada uno de ellos le di un buen puñetazo en la cara, los cuales impactaron directamente. Ellos se seguían riendo aunque soltando de vez en cuando un quejido de dolor. Realmente me habían colmado la paciencia con esta broma, y sería la última vez que aceptaría algo así, si la orden no viene directamente por una nota escrita del líder o alguno de los superiores, o siquiera me lo decían a la cara, no haría ni puto caso a las pseudo-ordenes que podían darme estos imbéciles, haciéndome pensar que era algo serio. Vaya manada de casos perdidos, solamente se merecían una buena patada en el culo, y que aprendieran que conmigo nadie se metía de esta forma... ya haría la denuncia apenas llegara a la maldita base, sospechaba que no me harían ni puto caso, que no me tomarían en cuenta... pero bueno, no se puede hacer mucho más que eso, solamente intentaría tranquilizarme mientras el barco, poco a poco, se alejaba de la Isla Conomi, con nuevo destino, o mejor dicho, ir a la base Revolucionaria, como siempre...

OFF-ROL: Disculpa que corte el tema así, pero supongo que ya cumplimos el cometido del Rol que era lograr que nuestros personajes se conocieran, no mucho más. Espero roleemos pronto de nuevo, ¡Saludos!.