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Arqueó la ceja, divertido. Parecía que Nijiro poseía su pequeña parcela de ego. No muy notoria, no muy desarrollada, pero ahí estaba y había puesto los pies en ella. Al igual que tanta otra gente poseía el pensamiento -tal vez falso, tal vez cierto- de ser especial, en alguna medida. Tenía sentido en la mayoría de la gente, y en él... ¿Sí? ¿No? Conocía el Germa; sus medidas, sus métodos, mayormente por los cómics que había leído y ligeramente por vaga información que había encontrado en archivos del Gobierno Mundial. Bien podía ser un soldado más, hecho para matar todo rastro de individualismo, o una abeja reina hecha para ser adorada. No había medias tintas en el Germa, pero sí con el agente. Tal vez fuese más de lo que cualquiera que le conociese pudiera pensar. ¿Más qué? Qué más da.
- La última vez que me junté con un agente del Cipher Pol... -¿Cómo se llamaba ella? Fría y cortante, distante en una suerte de calidez... Apenas un recuerdo lejano de muy atrás en el tiempo-. Tampoco salió muy bien, la verdad. ¿Pero y las risas?
El ciclo era eterno y doloroso, sí, pero no habría querido renunciar a él por nada. Ser humano era sufrir, pero también disfrutar y reír. Había que protegerse para vivir, lógicamente, pero no protegerse de vivir. Nijiro parecía pensar de una manera similar, dado que su apreciación fue seguida de otra todavía más acertada. ¿Por qué no emborracharse? Siempre era buen momento y él no tenía motivos para no hacerlo.
- ¡Así se habla! -Levantó la mano hacia el cielo, sosteniendo en su mano el vaso tras terminarlo de un trago y alzando la otra con cuatro dedos erguidos-. Jimmy capta estas indirectas a la perfección, así que en nada habrá más cosas. Y no te voy a cobrar por tocarte un poco; la música es para compartirla. -Bien era cierto que cobraba auténticas millonadas por un concierto. También lo era que tocaba gratis en la calle cada vez que podía-. Además, ¿qué clase de caballero sería si después de invitarte tratase de aprovecharme de ti?
Al no necesitaba el dinero. Su casa -oficialmente el Cuartel General de Dressrosa- había sido sufragada por el Gobierno Mundial, que pagaba también la mayor parte de sus gastos esenciales. Desde que había atrapado a Legan Legim todavía no había podido gastar ni una décima parte del botín rescatado, y lo cierto era que de su tiempo en Dark Dome había sacado suficientes beneficios como para no necesitar trabajar nunca más. Cobrar a alguien por algo que él disfrutaba más que nadie no sería justo ni, realmente, tendría ningún sentido. Aun así...
- ¿Quieres seguir aquí o prefieres emborracharte en un sitio más tranquilo? -preguntó-. Igual no quieres que te vean pedo en mitad del cuartel a media mañana, y el día es largo.
Él no tenía ningún problema; técnicamente estaba de vacaciones y podía hacer lo que quisiera. Más después de lo de Wano, pero ell... El agente tal vez no contase con esa facilidad. Además, sus sillones eran mucho más cómodos.
- La última vez que me junté con un agente del Cipher Pol... -¿Cómo se llamaba ella? Fría y cortante, distante en una suerte de calidez... Apenas un recuerdo lejano de muy atrás en el tiempo-. Tampoco salió muy bien, la verdad. ¿Pero y las risas?
El ciclo era eterno y doloroso, sí, pero no habría querido renunciar a él por nada. Ser humano era sufrir, pero también disfrutar y reír. Había que protegerse para vivir, lógicamente, pero no protegerse de vivir. Nijiro parecía pensar de una manera similar, dado que su apreciación fue seguida de otra todavía más acertada. ¿Por qué no emborracharse? Siempre era buen momento y él no tenía motivos para no hacerlo.
- ¡Así se habla! -Levantó la mano hacia el cielo, sosteniendo en su mano el vaso tras terminarlo de un trago y alzando la otra con cuatro dedos erguidos-. Jimmy capta estas indirectas a la perfección, así que en nada habrá más cosas. Y no te voy a cobrar por tocarte un poco; la música es para compartirla. -Bien era cierto que cobraba auténticas millonadas por un concierto. También lo era que tocaba gratis en la calle cada vez que podía-. Además, ¿qué clase de caballero sería si después de invitarte tratase de aprovecharme de ti?
Al no necesitaba el dinero. Su casa -oficialmente el Cuartel General de Dressrosa- había sido sufragada por el Gobierno Mundial, que pagaba también la mayor parte de sus gastos esenciales. Desde que había atrapado a Legan Legim todavía no había podido gastar ni una décima parte del botín rescatado, y lo cierto era que de su tiempo en Dark Dome había sacado suficientes beneficios como para no necesitar trabajar nunca más. Cobrar a alguien por algo que él disfrutaba más que nadie no sería justo ni, realmente, tendría ningún sentido. Aun así...
- ¿Quieres seguir aquí o prefieres emborracharte en un sitio más tranquilo? -preguntó-. Igual no quieres que te vean pedo en mitad del cuartel a media mañana, y el día es largo.
Él no tenía ningún problema; técnicamente estaba de vacaciones y podía hacer lo que quisiera. Más después de lo de Wano, pero ell... El agente tal vez no contase con esa facilidad. Además, sus sillones eran mucho más cómodos.
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