Ficha de Dragon D. Saratoru [MUY En proceso]

El primer recuerdo que tengo es ver a mis dos padres abrazados en el sofá de nuestra casa, quizá hay alguno antes, pero no lo he conservado. Mi madre era ama de casa y mi padre pescador, tenía su propio barco y tripulación con la que se iba durante seis meses a la mar, durante los cuales nos dejaba a cargo de su hermano, mi tío. Cuando yo tenía cuatro años mi padre se fue como de costumbre, solo que esta vez iba a ser diferente y no regresaría seis meses después como siempre, su barco no volvió de su travesía. Cuando este tipo de circunstancias ocurren siempre se aconseja que te pongas en lo peor, no va a volver, pero tanto mi madre como yo teníamos esperanza, llegando a pasar tardes enteras en el puerto esperando a vislumbrar el barco en el horizonte, aunque poco a poco dejamos de esperar. Mientras tanto mi tío cada vez comenzaba a coger más confianza, llegando a usar nuestros ahorros para comprar la botella de vino más cara que encontrase por las tiendas y emborracharse hasta hartar. Como todo lo bueno, nuestros ahorros tenían un fin, por lo que cuando estos se acabaron mi tío se desentendió y mi madre se vio forzada a trabajar en una tienda de conveniencia por el día mientras me encontraba en la escuela, y por las noches limpiando el bar del pueblo, llevando una vida muy sacrificada para poder mantenernos. El año en el que cumplía siete años las cosas comenzaron a mejorar, mi madre logró ahorrar lo suficiente para poder dedicarse a un solo y nuevo trabajo, se volvió sirvienta en la casa de un noble local.

Un día lluvioso durante primavera de ese mismo año volvía a casa después de haber quedado en casa de un amigo de la escuela, recuerdo que eran cerca de las siete de la tarde. Durante el camino me preguntaba que tendría para cenar, si mi madre cocinaría la lasaña que le pedía tanto, llegando al punto de ser cansino. A escasos metros de entrar en la calle dónde se encontraba mi casa escuché una muchedumbre de gente, cosa inusual dado la zona remota en la que vivíamos. Al entrar en la calle pude ver de dónde venía el revuelo, estaban todos alrededor de mi casa. Fue en ese momento cuando un miedo intensó me invadió, sentí en mis adentros una incomodidad cómo si algo malo hubiese ocurrido, lo que para mí desgracia fue correcto. Comencé a correr los treinta metros de distancia entre la entrada de la calle y mi casa a la máxima velocidad que me permitió mi cuerpo, llegando extenuado y sin aliento. Al abrirme paso por la gente entre gritos llamando a mi madre me encontré con una sábana tapando lo que parecía ser un cuerpo, siendo mi primer impulso el de avanzar lentamente hacia ella. A simple vista el bulto bajo la sábana parecía más grande de lo que podría haber sido para el cuerpo de una mujer de mediana edad, pero la ansiedad que me había generado la situación no me dejó percatarme de esto. Una vez a la altura del cuerpo, entre gritos de la gente diciéndome que no lo haga, estiré mi mano para levantar el sudario, inundándome un hedor muy fuerte a vino, para acabar encontrándome algo completamente inesperado, mi tío se encontraba debajo con una abertura en la cabeza. Acto seguido volví a bajar la sábana para cubrir nuevamente el cadáver, levantando de nuevo mi cabeza intentando ver a mi madre por los alrededores, siendo incapaz de tranquilizarme hasta poder saber dónde se encontraba. Parece una historia muy típica, y en efecto lo es, ya resultó que había sido detenida por la marina debido a haber asesinado al hijo de puta aquel mientras, borracho, intentaba forzarla sexualmente.

Pasaron pocos meses, durante los cuales fui acogido en la casa de la mejor amiga de mi madre hasta que se llevase a cabo el juicio. En las pocas visitas que me permitieron hacerle me decía que todo iba a salir bien, que no tenía que preocuparme porque lo había hecho en defensa propia, sin embargo, tuve que preocuparme de mucho, ya que la sentenciaron a muerte por asesinato prevaliéndose de la situación ebria de la "víctima". El maldito desgraciado que nos llevó a una situación de pobreza y que intentó violar a mi madre había logrado con su muerte matarla a ella también, y por ende dejarme solo. La noche de antes de la ejecución pude pasarla con ella, no recuerdo mucho de entonces, solo que ella se encontraba tranquila y yo lloré en sus brazos hasta quedarme dormido. Al día siguiente murió con una sonrisa en su rostro, mientras que yo ya no tenía lágrimas y solo pesar.

Trauma:

[Posible diario]