[Pasado] El reencuentro...[Reunión de compañeros, Privado Johny]

Reí... Reí muy alto.. Reí tan alto, juraría que el barco me podía oír... Era imposible que no lo hiciera, era una risa demasiado grande... Pero efectivamente, no me oía... Era solo la sensación que me daba a mi...Se podía la risa bastante sádica en toda la isla... Había divisado a lo lejos a mi enemigo, y era un día MUY soleado, era lo normal por esas tierras... Solo se me ocurrió hacer una cosa... Estaba en la costa, y el barco de eliel a medio kilometro de mi, ¿No?.. Pues bien... Juguemos.

-Alla voy...- Exclame con una sádica sonrisa en el rostro, mas hacia tanto tiempo que la sangre no corría por mis manos, que tenía que dejarme llevar por mis más primarios instintos, si quería dar caza a alguien... Haciendo acopio de toda la energia almacenada durante estos dos días, las cuales no fueron gastadas en ningun instante, dirigí la misma a los musculos de las piernas, corriendo así con gran velocidad, para luego saltar con muchisima intencidad hacia el barco... Pero claro, no llegaría... Cierto era que había un desnivel aproximado de 300 metros desde donde yo estaba, hasta el barco de eliel... Pero aún así me falto velocidad... caería a unos 120 metros antes del barco... Dirigí toda la energia de las piernas a las palmas de las manos, y la libere con fuerza, en forma de calor... El aire que estaba bajo mis manos se calentó de mala manera, dandome el empuje suficiente para caer contra la bandera del barco de eliel... Y aún, no sabía que era de el...

-¡¡Mierda!!- Exclamé mientras comenzaba a caer, por lo que me agarre de la bandera.. Y esta, comenzo a arder por el calor de mis manos.

Pude escuchar la voz de eliel mientras aún estaba sujetando la vela del mástil mayor, Aún cuando esta ardía... Me queme con suavidad los ropajes, cuando decidí soltarme de la vela, o podría morir achicarrado por mi propia habilidad... Al caer al piso, note como mi talón se apoyo con una leve inclinación hacia la derecha, lo que hizo que una expresión momentanea de dolor, se alojara en mi rostro... ahogue todo posible alaradí con una sonrisa, mientras retiraba el píe hacia atrás, caminando a la pata coja hasta eliel, para al llegar a el, sentarme a su lado, estirando la pierna dolida.

-Buenos días! ¿Como te a ido todo este tiempo?... Vaya casualidad, pienso en degollar a alguien, y ese alguien tiene que ser conocido..- Dije para luego, liberarar una pequeña risotada, mientras mi mirar se volvía algo más dulce, aunque el tono de mi voz, dejaba ver algo de dolor.

Escuché sus palabras sobre entrenamiento y demás, y no pude evitar reír a carcajadas... ¿Entrenar? ¿En serio?.. Eso era de niñas.

-Yo... Me comí otra fruta del diablo...- Dije con una muy sádica sonrisa en el rostro, pues aún recordaba esos días en los que no podía moverme ni para comer... Los 5 días que me pase gimiendo de dolor en una cama, de un alejado barco, sin contacto con la gente... encerrado, pues temían que sufriera algún tipo de maldición... Era sencillamente, fantastico... Dos criaturas del aberno, luchando en mi interior como si no hubiera fin.... Luchando por acabar con mi vida, luchando a muerte... Notaba cortes, heridas.... Vomitaba sangre... Gracias a los rayos del sol que entraban por la ventana, no fallecí... Estos alimentaban al demonio de la energia solar, y curaba mi cuerpo externo... Un fenomeno, que no sabía como ocurría.

-Y salí vivo...- Susurre con levedad, dirigiendo una pequeña cantidad de energía a el tobillo, con intenciones de fortalecer los músculos de esa zona.

-Adelante, puedes tocar.. sin miedo.-

Escuché su comentario sobre la Akuma No Mi, por lo que una fuerte y pronunciada sonrisa se dibujo cuasi al instante en mi rostro, así como con la mano apretaba con levedad mis pantalones, pues el tobillo me estaba dando bastantes tirones, lo tenía sumamente dolorido, y eso en mi cuerpo, no era precisamente fácil.

-Fue divertido ver como intentaban matarse entre ellos, y como mi cuerpo iba se iba resintiendo, para que, cuando estuve al borde de ir al infierno con todos aquellos marines, cuando estuve a punto de que mi cuerpo fuera totalmente destruido, el demonio interno de la akuma no mi que ingerí, se cargo a la del kriptón.. Y ahora, soy un cabrón aún más fuerte..- Dije riendo con levedad, mientras acariciaba con una mano, la madera del barco, sin dejar ni un solo instante de sonreír, mas tenía claro, que no podría mostrarme debil ante nadie.. Ni siquiera ante Eliel.

-Me alegro chico... Me alegro mucho.-Comenté ante su comentario de que había formado su división de revolucionarios.

Obvié el primer comentario que me hizo Eliel, y sabía que el supondría que yo también a el, por que la verdad era que si, que me había acordado bastante de el durante estos años... Sobre todo, desde que descubrí mi última habilidad... Pero nunca se lo reconocería, era demasiado orgulloso... Me limité a sonreír, con cierto brillo en los ojos.

-Si, aún continuo con ese mamón a bordo, ahora soy yo el que se encarga del espionaje, por eso de que puedo hacerme invisible a merced, o matar a alguien sin que se de cuenta...- Una muy sádica sonrisa se dibujo en mi rostro, mientras recordaba todos aquellos asesinatos cometidos en tantas ocasiones... A tanta sangre diferente recorriendo desde mis frágiles dedos, hasta mi dura y tan apuesta cara.

-¿De que quieres hablar con el?- Pregunte, sonriendo.