(privado Natsu Sakagami) Esta no es la típica primera cita [Pasado] {Dom 12 Mayo 2013 - 4:50}

Estaba de nuevo en Loguetown, aquella ciudad me traía muy buenos recuerdos, había pasado muchas cosas en la ciudad del principio y del fin, allí pasé muy buenos ratos con mi padre y aprendí grandes cosas, sobre la vida, sobre la historia del mundo y la época en la que vivimos, sobre negocios, en resumen, me hizo crecer como persona, le debía mucho a esa ciudad, aunque ella no pensase eso y no pidiese nada a cambio, ese era uno de los motivos por los que me encantaba aquella ciudad, además, en un día soleado y sin ninguna nube en el cielo, se podía ver desde la cordillera de mi isla y de pequeño, con mis amigos, antes de salir por primera vez de la isla, jugábamos a imaginar que había en aquella isla, fueron tiempos felices.

Aquel día no tenía ningún verdadero motivo para estar allí, me habían concedido un permiso tras haber capturado a un peligroso malhechor y al estar por las cercanías teníamos un par de días libre los cuales aproveche para visitar mi hogar y ya que estaba... esta enorme ciudad. En cuanto a mi ropa, hoy iba vestido con mi look de siempre,pantalones, botas y chaqueta sin camisa, sin embargo, esta vez el orden era inverso, la ropa era roja y dorada con bastantes decorados negros, imitando mis tatuajes.

Ese día no estaba solo, mi fiel compañero, mi perro Lux estaba conmigo, paseando a mi lado sin despegarse, mirando este a todos lados, mientras corría por mi al rededor de manera juguetona. Ante eso, se me dibujó una gran sonrisa en el rostro, mientras acariciaba el lomo de mi pastor alemán, mientras reía jugando con el, llegando en aquel momento a la plaza del patíbulo, aunque, para mi mala suerte, me tropecé con algo, o quizás alguien, cayendo al suelo, cosa que aprovechó mi perro para abalanzarse sobre mi y empezar a darme lametones por la cara.

Era un día como cualquier otro; iba vestido simplemente con unos pantalones negros, llevaba el rifle colgado de una correa a mi espalda y una pistola. Hacía demasiada calor como para ir con la camiseta de tirantes y estaba a punto de mandar a la mierda ese día. Estaba en Logue Town por una sencilla razón; para lograr obtener recompensas de muchos piratas que pasaban por allí y mi mirada ya lo decía por si sola solo venía por el dinero.

La gente paseaba muy animada, no parecía haber ningún follón de los gordos y tampoco ningún pirata. Vamos, había venido a Logue Town para nada; caminaba por la calle con mis manos en el bolsillo y mirando a ver si veía a alguien que recordase de algún cartel de se busca, pero nada, no había nadie que me sonara.

Mientras seguía caminando; un chico me agarro de la cintura y me puso una navaja cerca del cuello mientras me pedía que le diese dinero y todo lo que tuviese de valor. -Menudo idiota...- Pensé mientras de mi mano salía espinela en forma de ramas, de una grosor considerable y dureza igual; la espinela se clavo en la mano del chaval donde llevaba la navaja, obligando a soltarla y luego, de la espinela salió una estaca afilada que se clavo en su frente causando su muerte y como parecía que era un criminal no me dirían nada.

-Mira que ir a por alguien armado con un rifle...- Dije para después suspirar y irme de allí; pero como no, siempre pasaba algo y esta vez me choqué con un chaval que parecía bastante apuesto, solo me fije en que llevaba una chaqueta sin camiseta y nada más. Me levanté de golpe; pues el choque había hecho que me cayera al suelo, le tendí la mano mientras ladeaba la cabeza algo sonrojado por hasta hace nada imaginarlo haciéndome ciertas cosas.

-Perdona, fue culpa mía por ir distraído...- Dije aun sonrojado; si es que el peor defecto que tenía era ese, chico o chica apuestos que me encontrara, siempre me los imaginaba haciéndome ciertas cosas al verlos.

Mientras seguía jugando con mi perro, bueno, más bien jugaba el conmigo a darme lametazos y yo intentaba resistirme de que su rasposa lengua me llenase toda la cara de sus babas. Al mismo tiempo, pude ver, como pude, que no había sido el único que había caído, ya que pude ver de reojo como alguien más estaba en el suelo, sin embargo, en aquel momento no pude ver quien es al tener a Lux prácticamente encima de mi rostro.

Cuando por fin pude apartarme a Lux de mi cabeza, pude ver que enfrente mía había un chico de aspecto muy joven y la verdad, era bastante atractivo. Le vi tendiéndome la mano y pidiendo disculpas. Ante eso, solté una pequeña risa inocente, levantándome ayudado por el, quitándome el polvo de mi ropa y mi musculado torso.

Tranquilo, fue culpa mía, iba despistado jeje, por cierto, me llamo Teil Nathman, encantado y este es mi compañero Lux

Dije acariciando la cabeza de mi pastor alemán, mientras tenía una sonrisa dibujada en mi rostro, tendiéndole posteriormente la mano, esperando que me correspondiese al saludo, mientras, que un soplo de viento mecía mi chaqueta, dejando más mi cuerpo al descubierto, a la par que un par de tatuajes de mis costados, a la par que mi pelo se mecía al compás del viento y gracias a dios, no se me despeinó, odiaba que eso me pasase.

El chico se presentó a si mismo como Teil y al perro como Lux; se disculpó, y yo ya no sabía ni que decir, ni que hacer. Quizás le podía recompensar por algo o seguir mi camino sin rumbo fijo buscando a mas criminales que cazar. -Esto... dime, ¿quieres hacer algo?...- Dije algo sonrojado mientras respondía a su saludo y le ayudaba a levantarse; cualquiera que me hubiese visto de esa forma y si no fuera por el rifle hubiese pensado en violarme seguramente.

Todo iba normal, demasiado normal, hasta que... como no, tenía que pasar algo que me enfadó. Una explosión cerca de allí... concretamente a tres o cuatro metros; la sangre y miembros de personas que pasaban por allí chocaron contra mí ensuciándome el torso y la cara. -Es la tercera vez... que paso por un lugar y hay muertos...- Dije algo cabreado mientras buscaba con la mirada al tío que hizo eso.

Miraba de encontrarlo con la mirada, pero nada... solamente se veía a la gente correr desesperada del miedo que les causó la explosión, cosa normal teniendo en cuenta que por culpa de eso mucha gente murió de una forma horrible. Por mas que miraba la zona no encontraba nada de nada.

-Tsk... parece que huyó...- Dije algo cabreado para luego suspirar y mirar al chico del torso semidesnudo, me empezaban a entrar ganas de que me hiciese eso y lo otro, pero no era momento para pensar eso; debía encontrar al asesino, antes de que hiciera daño a mas gente o de que huyera.

Le di un apretón de manos a aquel chico joven que tenía delante mía y mientras pensaba que podía hacer por aquella ciudad, quizás podría ir de compras o a lo mejor iría a alguna taberna a pasar el rato. Sin embargo, esos planes en soledad se vieron truncados al escuchar la pregunta del menor, aunque se truncaron a mejor, ya que prefería estar en buena compañía.

oh, por mi encantado jeje

Sonreí mirándole a los ojos y que, por un momento me pareció que se había sonrojado. Enseguida, pude escuchar un enorme estruendo, como de una explosión, ante eso, cubrí mi rostro con uno de mis brazos, llevando mi chaqueta de sangre.

Vaya por dios... en fin, un marine nunca descansa

Dije quitándome la manchada chaqueta, mirando a mi perro y luego escuchando las palabras del chico, al parecer, también trabajaba con la sangre, por lo que, además de su rifle, pude deducir que trabajaría en algo bastante peligroso pero... en que, parecía demasiado joven para ser del CP y para la marina aun también era jovencito, por lo que la cosa quedaba reducida a: pirata, revolucionario o caza piratas.

Aunque ahora no era el momento de pensar, si no de actuar, entonces fui corriendo junto a mi fiel compañero Lux al hecho de los crímenes, frenando en seco a los pocos metros, volteandome hacia el chico aquel mirándole de manera apresurada, escuchando como decía que se había escapado el malechor.

¿Te quedas o te vienes? tengo que socorrer a los heridos

Entonces fui corriendo hacia allá, sacando del bolsillo un den den mushi cuya concha eran los colores de la marina, me lo habían prestado por si, precisamente ocurrían cosas como esta. Marqué el numero de la central, informando de un atentado criminal con bomba en la Plaza del patíbulo de Loguetown,

Cuando me comunicaron que unos marines con material de socorro, además de unos médicos se dirigían al lugar del incidente pude colgar y guardar. Empezando a investigar junto a mi perro a ver si había alguna pista sobre el criminal, se que sería difícil, pero puede que hubiese dejado alguna pista al dejar la bomba, ojalá fuese así, tantos muertos...tanta gente agonizando.

Aquel chico era demasiado amable y cada vez estaba mas a punto de tener una hemorragia nasal; pero ahora no era momento de tener fantasías con aquel chico, era momento de encontrar al asesino que hizo eso. Además, según lo que escuche que decía, el peliblanco de nombre Teil, era un marine. Y aparte, llamó con un den den mushi para pedir unidades médicas que se encargaran de los heridos.

Fui con él cuando me dijo si venía o me quedaba... quizás podría cobrar algo de recompensa. El chico del pelo blanco junto a su perro empezaron a investigar; yo no podía hacer mucho la verdad... después de todo, solo servía para la pelea y el combate a distancia. Pensándolo bien, esa persona que hizo estallar la bomba debía de pelear a distancia como yo, así que seguramente estaría cerca de allí para intentar atacarnos en el mejor momento.

Veía como la gente estaba corriendo asustada por aquello y como algunas personas tras verme echaban a correr como si hubiesen visto el mismísimo demonio. Suspiré mientras seguía buscando con la mirada alguien que pareciese sospechoso... hasta que encontré un chico con un rifle apuntando hacia Teil.

Cogí mi rifle al ver que seguía apuntando a Teil y estaba inmóvil, eso me daría mayores posibilidades de acierto... apunte a las manos con las que sostenía el rifle y disparé. La bala impactó en las manos del sujeto que estaba apuntando a Teil y por ello dejo caer el arma al suelo para luego empezar a huir.

-No escaparás... te enseñaré lo que es el terror...- Dije mientras creaba espinela en forma de ramas y la usaba para subir al tejado y luego empezar a perseguir al maldito que me había hecho cabrear. Quizás le torturaría un rato, o quizás mejor que no, estaba con un marine y si me veía matarlo me daría muchos problemas y eso no me convenía demasiado.

Proseguía mi investigación junto a mi compañero cánido, al cual se nos había unido un tercer acompañante, aquel chico que al parecer había decidido al final acompañarnos a investigar y socorrer a los heridos. Mientras investigaba, pude encontrar pedazos de lo que parecía ser un proyectil, aunque por lo pequeño que era no sabía si podía ser de un rifle, un trabuco una pistola o un cañón, pero lo más probable es que fuese de una bomba, ya que no se había escuchado ningún disparo y seguramente, el haber efectuado uno habría alarmado demasiado a la gente, lo que provocaría que el atentado fuese menos efectivo de lo que, desgraciadamente lo había sido.

Mientras investigaba y el olor de escombros, muerte y pólvora me rodeaba, iba encontrando algún que otro pedazo, de igual o incluso menor tamaño que el anterior, seguramente, el artífice del crimen se quería asegurar de que cuando eso explotase no quedase rastro alguno de lo que había provocado las muertes. Cabe destacar que Lux, pese a tener buen olfato, tampoco podía seguir ningún rastro en especial, cosa que era del todo comprensible ya que había una mezcla de olores demasiado fuertes incluso para el mejor rastreador.

Entonces, escuché lo que parecía un disparo, volteandome alterado y alarmado, mirando a ver que era lo que sucedía. Para mi sorpresa, lo que había pasado era que aquel chico que me había encontrado me acababa de salvar la vida, ya que al parecer, un francotirador tenía el ojo puesto ante mi y no solo el ojo si no que también iba a poner la bala.

Vi como el criminal se escapaba y como el chico, usando el poder al parecer de una akuma, subía para intentar atraparlo y yo no iba a ser menos, tenía que ir a detener al criminal, así que, toqué mi silbato para ordenar a Lux que se quedase protegiendo el lugar para que cuando viniesen los marines de ayuda pudiesen ver que fue allí la llamada y para que se asegurasen más, dejé el den den mushi con el que llamé y mi chaqueta, para mostrar que ese cánido tenía amo y era este el que había llamado.

Dispuesto a perseguirle me transformé enseguida en mi forma híbrida y tras unos firmes aleteos para mantenerme en el aire empecé a volar a toda prisa hacia el criminal y el chico que le perseguía, podía ser peligroso para este segundo si el asesino aquel tenía más aliados y le conducía hacia una trampa. Por suerte, sabía que mi vuelo era más rápido que una persona normal corriendo por obstáculos como podían ser los tejados, por lo que no me costaría nada recortar la ventaja que tenían.

Seguía a aquel hombre por los tejados, era bastante rápido para huir aquel condenado si no se estaba quieto me costaría bastante acertar un tiro en su cabeza. Al final, después de un buen rato de seguir por los tejados y llegar a acorralar en un callejón al hombre, este fue a golpearme, pero simplemente le disparé una bala que se le clavo entre ceja y ceja.

El cadáver cayó al suelo dejando una mancha de sangre en el suelo, ahora si aquel marine me veía me diría algo por actuar sin pensar. Bueno, también me quedaba la excusa de que le habían matado otra persona, aunque yo era sospechoso de todas las formas.

Suspiré mientras miraba al cadáver de aquel hombre, un tipo bastante idiota, se tendría que haber ido cuando pudo y no intentar atacar a alguien. Además, podría haberlo planeado mejor aquel ataque, si es que hoy en día, los asesinos usaban a otros como señuelos, o al menos, con los que me había cruzado usaban ese método.

Me dispuse a irme antes de que alguien me viera, pero era una trampa, aquel tipejo me llevo hasta el callejón a propósito. Cuando me giré, me di cuenta, unos hombres, todos bastante fornidos me habían rodeado, eran diez o así, todos calvos y con los ojos negros. No sabían lo que acababan de hacer, intentar atacarme tantos tíos a la vez, sería algo que se arrepentirían incluso muertos.

-Bueno... supongo que ustedes son los causantes de esa bomba... así que no pasara nada si os destrozo y hago una masacre con vuestros cuerpos.- Dije con una sonrisa y una mirada un tanto extraña, era como una mezcla de arrogancia y diversión. De mi mano salió espinela, de un grosor de no mas de 10 cm y que el largo no podría superar los dos metros; además, al final de ella habían como unas mandíbulas bien afiladas que cada una salía de una especie de rama de un grosor de no mas 10 cm igual y que fueron directas a los diez hombres atravesando su pecho y mordiendo su corazón. Los hombres cayeron a mi alrededor mientras un chorro de sangre salía de sus pechos. Ahora si que lo mejor sería irme de allí antes de que viniese Teil o las cosas se pondrían feas para mí, puesto que no quería ningún problema con la marina, al menos, no aun.

Seguía volando a la máxima velocidad que podía, viendo que cada vez me estaba acercando más al terrorista y al perseguidor, que no se trataba otro que de aquel chico que había conocido instantes antes. La verdad es que los dos eran muy ágiles y rápidos por lo que me costaba darles alcance aun pese a estar ambos en los tejados, por lo que decidí intentar esforzarme en el aleteo con todas mis fuerzas, procurando no perderles de vista.

Vi gracia a mi vista mejorada a causa de mi forma híbrida como aquellos dos llegaban hasta un callejón sin salida y me temía lo peor... que fuese todo una trampa y que el solo lo hiciese para conducir al incauto que le persiguiese a dicha trampa.

Cuando pude escuchar un disparo, me temí lo peor, que el chico había caído, por lo que me apresuré a ver que pasaba parándome en el tejado al borde de dicho callejón para ver que pasaba y si ya era demasiado tarde o no para aquel joven que recientemente había podido conocer. Mi sorpresa fue, que el muerto era el francotirador, sin embargo mis temores se vieron creados, ya que se trataba de una trampa, estaba rodeado.

Me disponía a saltar y rescatar a aquel chico de los malechores, era evidente de que el numero podía y si fuésemos dos tendríamos las de ganar. Para mi sorpresa fue que no tuve la oportunidad de intervenir ya que aquel chico hizo uso de una sorprendente habilidad seguramente fruto de una akuma no mi y exterminó a los enemigos en un instante, de una manera un tanto sangrienta para mi gusto, pero por lo menos se había hecho justicia... a su manera.

En ese momento, salté mirando a los cadáveres de mi al rededor había al rededor de once, el que había atraído a la victima y los que se encargaban del asalto, para posteriormente, mirar al chico, aun con mi forma híbrida, una mezcla entre águila y león de más de dos metros, con unas majestuosas alas doradas.

Menuda habilidad la tuya... ahora tenemos que comprobar alguna pista, puede que sean revolucionarios o una banda criminal organizada

Dije quitando un poco de importancia a los múltiples asesinatos, por lo menos, lo había hecho por la justicia y era ellos o el y la verdad es que prefería que todo hubiese seguido igual. Me volví a mi forma humana y empecé a buscar entre las ropas de los granujas, además de por sus cuerpos, intentando localizar alguna insignia que les identificase como una banda.

Estaba a punto de irme; pero entonces vi al marine que se acercaba, de seguro me había visto y me haría algo, pero para mi sorpresa no hizo nada y me ignoró mientras se acercaba a los cadáveres. Decía no se que de investigar y esas cosas, pero yo solo me fijaba en su cuerpo desnudo y en otras cosas al verlo.

Era sexi, parecía fuerte y era amable conmigo, justo el tipo de chico que me perdía; ya no podía mas, quería conquistarlo a como fuera costa. Me acerqué a él y con mi mano izquierda lo apoyé a una pared del callejón mientras que usando la espinela ataba sus manos a la pared y por si acaso hice lo mismo en sus piernas.

Pasé mi dedo índice de mi derecha por su torso mientras me sonrojaba un poco y le miraba ya jadeando antes de empezar. -Eres la clase de hombre que me gusta... perdóname, pero no podía controlarme mas...- Le dije con una voz como si ya supiera lo que hacía y con mi mano izquierda lo tomaba del mentón.

Empecé a acercar mis labios hacia los suyos, mientras mi mirada se clavaba en sus ojos y estaba claro que era lo que expresaba mi mirada con solo verla; algo que si se hacía con un chico siendo chico, algunos lo verían mal. Quizás me estaba adelantando un poco, pero es que ese torso desnudo y ese pelo blanco, mas esa cara, hacían del que tenía preso alguien a quien cualquiera querría violar.

Seguía acercando mis labios a los suyos, mi mano izquierda seguía cogiéndole del mentón, mi mirada seguía clavada en sus ojos y dejaba de acariciarle el torso con el índice de mi mano derecha para pasar a ser con toda mi mano y haciendo bajarla hasta llegar a su destino. Era la primera vez, bueno, debía ser, la décima o novena que sentía tantas ganas de hacerlo con alguien.

Proseguía investigando los cadáveres, mirando y observando detalladamente bajo sus ropajes y pude corroborar de que tanto el francotirador como los asaltantes tenían un tatuaje en común, por lo que me hizo pensar de que estaban todos en la misma banda, pero algo me decía que su líder no se encontraba entre ellos, la cosa no iba a ser tan fácil para nosotros, pero ya que estaba metido allí, me había auto comprometido y decido a resolver y desmantelar aquella banda militar, un atentado tan sangriento y cruel no quedaría impune mientras yo estuviese presente en aquella ciudad, estando o no de servicio.

Mientras investigaba uno de los cuerpos, sacando una navaja oculta que tenían, levanté la vista y me encontré de frente con aquel chico, recordando su anterior habilidad y me abarcaba la duda de si se trataba de una akuma tipo logia o tipo paramecia, aunque era una pregunta un tanto estúpida, ya que si quería saber su composición solamente tenía que preguntarle a el, sería la forma más rápida y sencilla de saberlo.

Sin embargo me sorprendió que de repente me encontré apresado de manos y piernas, viendo como el joven se acercaba a mi y acariciaba mi torso con uno de sus dedos, haciéndome soltar un leve suspiro, escuchando sus palabras, las cuales me hicieron que en mi cara se dibujase un leve sonrojo, a la par que tragaba saliva al visualizar los labios del menor acercándose a los míos, mientras tomaba con su otra mano el mentón.

Estaba confundido, sin saber como reaccionar, por una parte, la relación entre dos seres del mismo sexo no estaba muy bien vista en ningún lado y creo yo que más aún en la marina, sin embargo, no podía evitar sentirme atraído por aquel chico... la verdad es que desde hace tiempo sentía atracción tanto por hombres como por mujeres... era todo tan confuso.

Sentí como las caricias con el dedo en mi desnudo torso, pasaban a ser con toda la mano, subiendo y bajando por todo mi, sintiendo posteriormente como esta empezaba a descender hacia cierta zona de mi anatomía, al mismo tiempo, veía como se acercaba cada vez más y más, amenazando a cada segundo que el beso era ya más inminente y estaba ya prácticamente sentenciado, además de tenerme totalmente a su merced.

En ese momento, decidí actuar, mirando directamente a sus ojos, cuando ya estaba muy cerca de mi, hice uso de toda la poca movilidad que tenía al encontrarme en esa situación de estar atrapado y uní nuestros labios en un beso, adelantándome a lo que parecía que el iba a hacer en escasos segundos, por lo que único que hice fue adelantar lo que era claramente evidente.

Última edición por Natsu Sakagami el Mar 21 Mayo 2013 - 8:53, editado 1 vez

Teil se dejo hacer por mi, y antes de que pudiese besar sus labios, este me beso como pudo cosa que hizo que me sonrojara ya que eso no me lo esperaba y menos cuando lo había hecho así tan de golpe. Era la primera vez que tras hacerle algo como eso a alguien este me intentaba besar y no me lo podía creer, pero si lo quería hacer, mejor que lo hiciese en otro lugar.

Deje de acariciarle y le solté mientras le abrazaba y sentía su torso desnudo con el mío, era demasiado excitante y no lo aguantaba más. -Oye... llévame a algún lugar, a tu cuarto mismo o otro sitio, como un hotel si quieres hacer eso...- Le dije jadeando mientras me abrazaba mas fuerte, solo de imaginar lo que me haría ya me apretaban los pantalones.

Esperaba a su respuesta... pero no pude escucharla ya que vinieron unos marines así que cogí unas esposas que llevaba Teil y me las puse poniendo mis manos detrás de la espalda le guiñe el ojo a Teil para que actuara a la vez que le susurraba. -Oye si quieres vengarte por haberte hecho lo que te hecho, podrás hacerlo cuando lleguemos a tu cuarto...- Mi sonrisa era sincera y pícara a la vez.

Siempre había querido ver como vivía un marine y quizás por eso me daba curiosidad, ahora esperaba que Teil actuará mientras observaba a los marines que decían no se que de buen trabajo y que me interrogara, tras eso se fueron dejándonos a los dos solos y observé a Teil con una sonrisa satisfactoria.

Miré fijamente a Teil mientras acercaba mis labios a los suyos y acababa besándolos, quizás, la razón por la que me gustaba el bondage era porque me quería sentir atado hacia alguien que fuese especial para mí y este no me soltará nunca, me mimara y me tratará como una mascota, de hecho, mas de una vez hubiera preferido nacer como un perro.

Proseguía aquel beso con el menor de cabellos castaños y un peculiar tono rojo en sus ojos, los cuales se clavaban en los míos, no podía apartar la mirada y tampoco quería, por algún motivo, no quería que nuestros labios se separasen además, sentía como el calor invadía todo mi cuerpo, era una sensación extraña, pero me gustaba y no quería que se marchase de allí.

Noté como finalmente estaba libre de aquella prisión, moviendo las manos para recuperar el riego posiblemente perdido por ellas, sintiendo el cuerpo al desnudo ajeno apegándose al suyo, haciendo que esta aproximación fuese más intenta y cercana, asintiendo con la cabeza ante las palabras jadeantes pronunciadas por el menor.

De acuerdo... iremos a mi cuarto de la marina, no es mucho pero bueno

Comenté correspondiendo a su abrazo escuchando sus palabras a las cuales no pude evitar soltar una risa divertida acariciando su cuerpo de manera un tanto sensual, aproximando mi cuerpo más aun al del menor mientras en mis labios se dibujaba una divertida y un tanto lujuriosa sonrisa.

Por mi encantado, no creo que tardemos mucho en llegar

Comenté notando como este me quitaba las esposas y se las auto colocaba, escuchando como corría hacia allí gente, encontrándome de frente a unos marines, los cuales, al verles les hice el saludo militar y estos, al reconocer que era de los suyos, correspondieron a dicho saludo con uno igual.

He llegado a lo que parecía una trampa, uno hizo de señuelo y los otros de emboscada, al defenderme he tenido que acabar con sus vidas

Ellos ante ello asintieron y tras agradecer mis servicios pese a estar en descanso y me indicaron que podía llevar al prisionero al interrogatorio mientras ellos se marchaban, haciendo previo un saludo de despedida al cual respondí yo igual, sonriendo al volverme a quedar a solas con el chico esposado.

Correspondí a su nuevo beso haciéndolo más y más intenso y apasionado, separándome al rato, tomando mi silbato de ultrasonido y haciéndolo usar, viniendo al rato mi preciado y fiel lux, aun llevando mi camisa, la cual tomé y le quité los pelos, poniéndosela al chico por encima.

En un momento, antes de partir, me agaché, tomando el collar de mi perro, hecho de cuero marrón con una placa en forma de rombo de un color dorado precioso, con la inscripción delante de su nombre y por la parte de detrás mi nombre y mis datos para poder localizarme en caso y se lo puse en el cuello al chico.

Es una pena que sea prestado, pero ya te compraré uno personalizado

Le dije en un tono pícaro, haciéndole participe de mi juego perverso a la par que empezando a caminar hacia la central de la marina mirando a todos lados y siendo acompañado naturalmente por mi fiel perro. De vez en cuando y de manera disimuladamente acariciaba el trasero de su detenido a la par que me acercaba a su oído y le soltaba palabras lujuriosas y provocativas con objetivo bastante claro.

Cuando Teil se excusó, no podía apartar mi mirada de su cara, se veía tan sereno y tan sexi, pero sobre todo muy maduro. Luego de eso me llevo hacia el cuartel de la marina de allí, y a veces me tocaba el culo disimuladamente, me puso hasta un collar de perro. Sonreí sinceramente mientras escuchaba sus provocaciones. -No me quitaré el collar hasta que no me compres otro entonces.- Le dije sonriendo mientras le volvía a besar cuando no veía nadie.

Me encantaba todo de ese chico, además, me puso su camisa, eso hacia que me sonrojara mucho y que le volviera a mirar. -¿Falta mucho para llegar?- Le pregunté a Teil mientras seguía andando hasta que al final llegamos a su cuarto. -Bueno, está bien, pensé que sería individual... pero veo que no...- Dije mientras me tumbaba encima la cama y me sacaba la camisa de Teil como podía.

Tras un buen rato, ya estábamos satisfechos y ahora solo debía hacer otras cosas. -¿Puedo quedarme a dormir hoy?- Le pregunté a Teil mientras me apoyaba con mi torso a su espalda desnuda y con un susurro, le dije una frase aun mas provocativa y con un tono de lujuria.

-Puedes decirles a los marines que el preso se encariño contigo y que si no estás aqui mataría a muchas personas... me conoces y sabes que lo haría, así que en cierto modo sería verdad...- Dije mientras seguía apoyado en su espalda desnuda y me volvía a la cama sentándome en esta.

No me pensaba quitar el collar nunca, así no olvidaría de quien soy y no caería en la tentación de estar con otros chicos. -También me tendrás que comprar correa... jeje.- Le dije mientras seguía en la misma posición, podía tocar el cuerpo desnudo de Teil, olía demasiado bien... tanto, que no pude evitar ponerme delante y darle un apasionado beso en sus labios, hubiese deseado que ese momento durará para siempre.

Correspondía a los apasionados y furtivos besos de mi amante, notando la emoción en mi de que en cualquier momento nos podían pillar de aquella manera tan peculiar, mientras reía de una manera mezcla de picardía y diversión, tirándole hacia mi y besandole yo ahora mientras le conducía por calles poco transitadas para que se pudiesen intensificar las caricias y besos.

Proseguía guiándole hacia el cuartel de la marina, la verdad es que ya se veía cercano, tenía muchas ganas de llegar, no podía aguantar mucho, estaba ya al limite, manoseando todo el cuerpo del menor de cabellos castaños, la pasión se estaba apoderando de mi y la verdad es que todo eso me encantaba.

Tranquilo, no falta mucho

Al muy poco rato, al par de minutos para ser de una manera más exacta, llegamos a la puerta de la marina, comportándonos de una manera normal para no levantar sospechas, haciendo un saludo militar y de manera firme, guiando al menor hacia mi habitación, la cual se trataba de un humilde cuarto con litera y un escritorio para cada uno.

Por desgracia aun soy de rango bajo, pero te prometo que pronto tendré una buena habitación privada para ti

Tras un gran rato largo, ambos estábamos ya agotados, mientras me volteaba hacia el, mirándole sentado en la cama y abrazándole por la cintura dando varios besos a su espalda y torso de manera un tanto cariñosa mientras me recostaba también en la cama y le abrazaba pegándole a mi.

Por supuesto y si, es buena idea jejeje, así que mejor que te vigile con alguien que estés sumiso

Correspondí al apasionado que el me dio, riendo ante la propuesta de la correa, lo cual no me pareció tan mala idea, ya que le había regalado un collar, ¿por que no el pack completo? así sería mi mascota completamente, una mascota un tanto especial.

Claro, aunque si te compro una correa deberé sacarte a pasear

Comenté dándole un beso sensual en su cuello, subiendo estos besos por su mejilla hasta llegar a sus labios, dándole de nuevo un nuevo y apasionado beso, sin embargo este vino con algo más aparte de eso, le puse un poco de ternura, a la par que acariciaba su rostro suavemente.

Teil me encantaba, sus besos, su forma de hacerlo, su físico, su personalidad, y eso que le había conocido justamente hoy. Genial, me compraría la correa y me dejaría quedarme aquí en su cuarto, así que inmediatamente, me tumbe en la cama y con mis piernas puse al peliblanco encima mío para luego besar sus labios.

-Oye... soy cazador de recompensas, decide que hago, si sigo o me hago marine o revolucionario o pirata, o lo que sea.- Le dije confiando mis dudas a ese peliblanco, en verdad me gustaba demasiado como para no querer estar con él. Aunque había algo que me estaba tocando las narices, unos cuantos marines estaban a través de la puerta babeando por nuestros cuerpos.

Se les podía escuchar desde donde estaba, pero les ignoraba mientras miraba a Teil. -Oye, tus amiguitos no es que lo vean mal visto, es que babean por vernos o violarnos... así que bueno, sigo fingiendo que soy tu prisionero, aunque de hecho lo soy, de tu corazón.- Le dije sonrojado mientras rápidamente le daba un beso en los labios para evitar que hiciese un comentario sobre eso.

Quería sentirme mas abrazado, y mas indefenso ante Teil, pero a la vez mas seguro porque estaba con él, una cosa extraña quizás, pero daba igual mientras miraba a Teil me acordé de lo que dijo, que me compraría un collar mas personalizado. -Quiero un collar de cuero negro, o de pinchos entonces.- Le dije mientras le lamía el cuello para luego empezarlo a besar.

Pude notar como el chico de cabellos castaños se postraba en la cama, tomándome entre sus piernas y situándome encima de este, correspondiendo a su beso, mientras entrelazaba mis dedos en el pelo de este, escuchando la pregunta que este me planteaba, quedándome un rato pensativo, para ver que era lo mejor para el, pero por lo menos ya sabía su profesión y el por que había asesinado a aquellos hombres, por lo que descarté totalmente el que fuese un criminal.

Bueno... tienes que decidir eso por ti mismo, lo que te dicte el corazón, cualquier opción es buena, aunque si te conviertes en pirata o revolucionario seríamos enemigos

Comenté mientras daba suaves besos al torso del menor, acariciando todo su cuerpo con la misma suavidad, mirándole de reojo y sonriendo, a la par que escuchaba las siguientes palabras del pequeño, sorprendiéndome y enfadándome por una parte al tener unos compañeros de la marina pero por otra, sonriendo de manera tierna y notando un sonrojo en mis mejillas a causa de las palabras del menor, correspondiendo a su beso, el cual me impidió poder responder le.

Me abrazaba más aun al pequeño de ambos mientras proseguía el beso, acariciando suavemente su rostro, mientras soltaba una tenue risa al escuchar su petición sobre el collar, a lo cual asentí con la cabeza, recordando sin embargo, algo que hasta ahora había pasado por alto... aún no sabía su nombre.

Si quieres eso lo tendrás, pero deberás decirme un nombre que poner en la chapa identificadora

Comenté para ver si me decía su nombre, a la par que suspiraba por sus besos en mi cuello, calentándome mucho por eso, aunque un bostezo se apoderó de mi, la verdad es que la actividad de antes me había cansado, sin embargo, las atenciones que tenía el menor sobre mi, me podían, me empezaban a superar, cubriendo totalmente el cansancio que tenía por el día tan ajetreado como hoy.

Al cabo del rato, me recosté a su lado, abrazándole y pasando uno de mis brazos por su cuello, haciendo que se recueste en mi pecho, mientras acariciaba de manera un tanto tierna sus cabellos, mirándole con una cálida sonrisa muy típica de mi, mientras cerraba suavemente los ojos y volvía a bostezar, estirándome procurando no molestar mucho al chico.

te...te quiero

Comenté suavemente cerca de su oído, como un leve susurro, mientras me acomodaba en la cama y cerraba finalmente los ojos, abrazándome a el, suspirando con una sonrisa y relajándome totalmente, hasta que finalmente y tras unos minutos así, me dormí aún con la misma sonrisa dibujada en mis labios.

Ante mis preguntas, Teil respondió que hiciera lo que quería y que si me hacía pirata o revolucionario seríamos enemigos. -Ya, pero si me paso de la raya, se que me detendrías... de muchas formas, jeje.- Dije con una sonrisa algo pícara mientras besaba sus labios, seguía con las esposas puestas, pero no me importaba, me gustaba y ya.

-Un nombre para la placa, ¿eh?.- Le dije cuando me pidió lo del nombre para la placa del collar, me reí un poco mientras le lamía el cuello. -Tu perro se llamaba Lux, ¿cierto?- Le pregunté mientras le miraba, pensando en decirle que me llamaba Lux aun cuando fuese mentira, pero decidí no decirle.

-Ponme el nombre que quieras, mi verdadero nombre te lo daré... algún día, jeje.- Le dije con una sonrisa algo pícara para luego pasar a darle otra lamida al cuello del mayor. Este se sonrojaba ante mis palabras y apenas pudo pronunciar una frase sin tartamudear un poco.

Me sonrojé al oírle y un gran sonrojo ocupó mis mejillas mientras le miraba y escuchaba sus palabras. -¡Ba-baka! yo también te quiero...- Dije intentando que no se notara mi sonrojo, mientras escuchaba como los de afuera decían algo como "jo, ya se van a dormir, a ver si Teil nos presenta al joven".

Teil no tardó mucho en quedarse dormido y yo seguía esposado con Teil dormido encima mío, eso hacía que mis pantalones me apretasen mas de lo que ya me apretaban. Mis planes de irme tan punto se durmiera, se fueron al traste, ya que no quería despertarlo y menos aun, sabía que él tenía las llaves y como me escapara luego tendría que asumir la responsabilidad Teil.

Aunque como los marines ya sabían que eso fue una mentira para que me pudiese llevar hasta su cuarto, pues no iba a pasar nada. Me iba a quedar a dormir, pero cuando me despertase me iría, ya volvería a ver a Teil en otro momento.

FIN DEL TEMA

(privado Natsu Sakagami) Esta no es la típica primera cita [Pasado]

(privado Natsu Sakagami) Esta no es la típica primera cita [Pasado] {Dom 12 Mayo 2013 - 4:50}

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