Tormenta de primera calidad (Rol privado) (Drake y Minathy)

La barca se acercaba lentamente hasta aquella isla. Era un lugar que Drake debía investigar y lo haría con su nueva acompañante. Aquella chica que había estado con él en el restaurante y le había curado las heridas. El cielo estaba lleno de nubes de color negro que avisaban de que una tormenta estaba acercándose. Debían llegar a tierra firme cuanto antes, por suerte el bote ya estaba muy cerca de la playa y pronto estarían a salvo de la tormenta. Aún así debían buscar un refugio en la isla para no acabar empapados y no resfriarse o ese pensaba el chico castaño mientras que observaba a su compañera.

- Debemos llegar a algún refugio cuanto antes Mina. La tormenta está a punto de comenzar y no nos conviene mojarnos muchos ya que podríamos enfermar y no sabemos cuánto tiempo estaremos en esta isla o que hay en ella. Hasta que la tormenta no pare no nos iremos. Como el bote vuelque estamos en un apuro.

Su tono de voz era serio y no parecía estar bromeando en absoluto. Poco a poco el bote llegó a la orilla justo cuando empezó a llover con bastante fuerza y sin pleno aviso. Drake salió del bote y pisó la arena de aquella isla mientras observaba la vegetación del lugar. Su rostro ahora se había girado hacia ella y segundos después hacia el cielo frunciendo el ceño. No parecía que fuese a parar en poco tiempo, más bien todo lo contrario. Parecía que iba a llover durante días, el chico esperaba que su pensamiento no se cumpliera y no durara más de un día la maldita lluvia.

Su mirada ahora se centró en una especia de huella en la arena. A simple vista parecía la huella de un elefante lo que le pareció muy extraño. No estaban solos en la isla y parecía haber animales de gran tamaño en ella y este no sabía si serian amistosos. Era la primera vez que visitaba esa isla y no tenía ni idea de lo que podía haber en esta. Pensaba en si habría alguna cueva en el interior de la isla donde poder refugiarse con su compañera tranquilamente. No tenía mucha hambre pues había comido en el restaurante hacia poco. Lo que le hacía pensar que aquellos barcos de la marina que habían visto pasar antes de abandonar el restaurante de Baratie debían estar pasándolo bastante mal ahora. Dio unos pasos hacia dentro y después corrió hacia el bote para empezar a tirar de este. Debía dejarlo atado a un árbol con la cuerda que había dentro de dicho bote y siempre llevaba consigo. Esta vez Mina podría ayudarle. Una vez arrastró el bote con fuerza hasta un árbol cercano la miró a ella tranquilamente y le sonrió de lado.

- Mina ¿podrías atar el bote a este árbol con esta cuerda? Los nudos no se me dan muy bien y no quiero que nos quedemos sin medio de transporte jejejeje.

Dijo riendo un poco mientras se rascaba la nuca y pensaba en que debían ser rápidos en buscar el refugio pues él al menos ya estaba empapado de agua y no le apetecía resfriarse a causa de la lluvia. Pero ahora lo primero era asegurar el bote para que no se quedaran allí tirados.

Minathy miraba al cielo cuando comenzaron a  caer las primeras gotas,el mar estaba agitado y el bote abaneada amenazando con volcarse en cualquier momento. Escuchó a su compañero hablarle, advirtiendo de lo cercano de la tormenta e informándole que se quedarían en la isla hasta que amainara.

- me parece bien, si esto sigue así... no creo que vivamos mucho, hay demasiada marejada.

Agradeció al cielo cuando el boté tocó fondo y suspiró, apenas unos segundos después la lluvia comenzó a caer sobre ellos como si algún gracioso hubiera abierto un grifo sobre sus cabezas. bajó de la pequeña embarcación y lo primero que hizo fue quitarse los botines negros de suela de goma sintiendo la arena y jugando con ella entre los dedos de los pies.  Con un suspiro echó la cabeza hacía atrás sintiendo el agua en la cara, no tardó mucho en quedar empapada. No le importó, de todas formas todavía estaba mojada de antes y el agua de lluvia le encantaba.

Después de un minuto volvió su atención a su alrededor, su compañero miraba preocupado algo en la arena, observó con atención y frunció el ceño. Aquella huella no podía ser de algo común, era demasiado grande, se le pasó por la cabeza un elefante, pero ¿en serio podría haber un elefante en una playa de una pequeña isla en medio del mar? ya iba a ser casualidad, que ella supiera, los elefantes no se acercaban tanto a la playa, lo cual era aun más preocupante, puesto que les dejaba sin saber que clase de bicho gigante se iban a encontrar.
Miró a su alrededor y observó con atención. Había algunas palmeras que en aquellos momentos, amenazaban con caerse por el fuerte viento, más allá de la linea de arena de la playa, podía ver la verde vegetación, pequeños arbustos empapados con las ramas y las hojas desperdigadas, altos arboles de troncos gruesos y frondosas copas. Agudizando el oído pudo escuchar los sonidos de algunos animales huyendo a sus madrigueras. Estaba a punto de caminar hacia la espesura para investigar un poco cuando escucho la voz de Drake más cerca de la que esperaba, pidiéndole que atara el bote. Decidió aplazar sus investigaciones, su curiosidad debería esperar.

- claro, no hay problema. quedará bien sujeto, solo espero que el árbol aguante

Cogió la cuerda que le tendía y comenzó a asegurar en bote lo mejor que podía con el agua chorreandole del flequillo, cuando se aseguró de que no había forma de que el nudo se soltara, cogió las cosas de dentro y caminó hacia Drake escurriéndose el pelo como si de un paño húmedo se tratara.

-será mejor buscar refugio o nos convertiremos en sopa en pocos minutos.

De pronto, un sonido fuerte llegó de la espesura y vio por el rabillo del ojo, como los arbustos se movían. Sus manos se movieron solas, presa de la costumbre. Dejó caer las mochilas y en un movimiento rápido sacó el arco de su espalda cargándolo enseguida con una flecha y apuntando hacia el lugar, con todos los sentidos alerta.

-¿que ha sido eso?

Drake pensó que ella tenía razón. Lo primero ahora era buscar un sitio donde poder guarecerse, las gotas caían a la arena desde el pelo del chico. Sus ojos observaban todo el lugar mientras pensaba donde podían ir. Una cueva era lo que intentaría buscar. En ese momento la chica tiro la mochila y sacó su arco apuntando a unos arbustos preguntando que había sido el ruido que se había escuchado. Naturalmente el castaño también lo había oído, sus sentidos estaban muy desarrollados y en especial los del olfato y el oído. De un solo movimiento llevó la mano a su espalda y sacó su enorme guadaña negra. Observaba aquellos arbustos mientras dudaba de que pudiera ser algún animal. En una tormenta así era poco probable que fuera a la orilla. Pero si se equivocaba no dudaría en entrar en combate rápidamente. Al final el chico lobo se había equivocado totalmente. De aquellos arboles surgieron dos animales. Pero estos animales no eran nada normales, eran dos seres con cuerpo de oso pero su cabeza era la de una gallina. Eran seres mutados o algo por el estilo, este sonrió de lado mientras preparaba su guadaña dando golpes al aire como calentamiento para comenzar aquella pequeña pelea contra los seres. Ya que había dos le dejaría uno a ella pero estaría pendiente en todo momento por si debía intervenir, no iba permitir que le pasara nada a aquella chica que tanto le sonaba. La protegería hasta la mismísima muerte si era necesario. Su mirada pasó de aquellos dos monstruos a los ojos verdosos claros de ella mientras ampliaba su sonrisa de una forma rápida y la observaba con confianza. Le dirigió la palabra con un tono tranquilo y bromista pese a la peligrosa situación que tenían delante de ellos.

- Cuidado, el arco te proporcionara un tiro, es mejor que uses un arma blanca de corta distancia pero como quieras. Hay uno para cada uno, No sé que son estos seres pero no me cabe duda de que no son amistosos. Yo me ocupare del que está en el lado derecho. Ocúpate del otro pequeña

Añadió esa última palabra con algo de cariño mientras corría a por el suyo. Este extraño hibrido lanzó un zarpazo que el castaño bloqueó con su guadaña haciéndole un corte en la mano. Tras aquello aquella cosa rugió de dolor y de un placaje lanzó a Drake al suelo con fuerza, este rodó por la arena empapado ahora mientras alzaba la vista. Su guadaña había ido a parar hacia unos cuatro metros alejada de él. Rápidamente trató de agarrarla pero aquel ser se puso en medio amenazante. No le quedaba otra, empezó a fruncir el ceño y a echar el puño hacia atrás concentrando su fuerza en este. Cuando el hibrido se lanzó a por él, Drake pegó un salto hacia la bestia también y lanzó el puño contra la cabeza de gallina. Cuando dicho puño estaba rozando la cabeza una especie de onda de fuerza salió de sus nudillos golpeando al ser y como si de un fuerte golpe de viento de tratase el hibrido salió despedido. Al menos había volado seis metros hacia atrás. Drake se acercó a su guadaña recogiéndola para después caminar hasta donde el medio oso medio gallina estaba tirado inconsciente por el fuerte golpe. De un movimiento atravesó su cráneo con la guadaña y después limpio los restos de sangre con el cuerpo del hibrido. Guardó la guadaña tranquilamente y se giró para ver cómo le iba a Minathy con el que le había tocado a ella pelear mientras este luchaba con el otro

Minathy miró hacia los arbustos y sus ojos se abrieron como platos al ver a los dos extraños seres que aparecieron. ella había visto muchas cosas en su vida, pero aquello se salía de los límites de lo racional.

Los dos enormes bichos se les quedaron viendo y tuvo la sensación de que estaban tan sorprendidos como ellos, sin relajar el brazo que tensaba la cuerda, los inspeccionó con la mirada, tratando de decidir si serian o no hostiles.

Cuando Drake hablo a su lado para prevenirla y aconsejarle otro tipo de arma, los dos animalejos se movieron inquietos y supo que si había alguna posibilidad de que el encuentro pasara pacíficamente, esa se había ido por las cañerías.

vio como su compañero se lanzaba hacia uno de los dos animales y rodó los ojos cuando le encargo ocuparse del otro llamándole pequeña, no es que le molestara el sobrenombre, pero le hacía gracia que le dijera de aquella manera, ella no era precisamente bajita y él no parecía sacarle mucha edad.

salió de sus pensamientos cuando escucho el extraño sonido que el animal frente a ella hizo cuando se lanzó hacia ella con aspecto furioso.

-oh cállate bicho, estoy pensando

gruñó y disparó la flecha clavándola en un lado del cuello de la bestia que se revolvió tratando de arrancar la varilla haciendo un sonido un tanto estridente y lanzando zarpazos con sus garras de oso.

Minathy bufó cuando uno de los zarpazos la alcanzó, rasgando su camiseta y arañándole la piel del costado izquierdo. por suerte para ella, sus reflejos eran bastante buenos y pudo moverse a tiempo evitando mayores daños.

El animal se lanzó furioso hacia ella y ella gruñó al verlo venir. Sus ojos cambiaron, sustituyendo el color verde de sus ojos por un tono dorado bastante llamativo, sintió sus encías cosquillear y noto el filo de los colmillos con la lengua mientras su cuerpo hormigueaba. Para cuando alcanzo al animal, sus manos se habían transformado en zarpas y su cuerpo se había estirado y mutado. En apenas un segundo, se había transformado, dejando el lugar de una joven morena a una pantera albina bastante más grande de lo común, con el pelo de aspecto suave y brillante.

Hundió los protuberantes colmillos en el cuello del animal escuchando su grito enfurecido y se aferro fuerte con la mandíbula cuando comenzó a agitarte tratando de tirarla o alcanzarla con sus zarpas. hundió los dientes con más fuerza, sintiendo el sabor metálico de la sangre en la lengua. el animal fue perdiendo fuerza y ella aprovechó, tiró de su cabeza a un lado desgarrando el cuello y en pocos momentos el animal se desplomó moribundo.

no se alejó hasta asegurarse de que no respiraba más y entonces con un gruñido de disgusto pasó la pata sobre su hocico tratando de quitar la sangre que le humedecía la nariz, como un gatito casero tratando de lavarse, y relamió los restos que no pudo quitarse de la otra manera.

una vez limpia se giró para mirar a su compañero, viendo que no había tenido mucho problema para deshacerse del otro animal, giro la cabeza, con gesto curioso y cambió de nuevo, recuperando su forma humana.

-definitivamente esto no es lo que se dice un recibimiento hospitalario ¿no crees?

Sonrió de medio lado mientras escurría el agua de lluvia de su cabello

Sus ojos observaban como la chica peleaba con aquel ser. Estaba viendo el combate con tranquilidad cuando observó el ataque de aquella criatura a la chica, frunció el ceño gruñendo por lo bajo preparado para usar su forma de lobo. Pero en ese momento pasó algo que le dejó con la boca abierta. Sus ojos se quedaron abiertos como platos al ver como la chica se transformaba en una hermosa pantera blanca de ojos dorados que acababa con su enemigo. Después comenzó a limpiarse la sangre con calma. Encima de un felino era blanco al igual que él. Ambas especies enfrentadas como el perro y el gato, no se podía creer que aquella chica fuera una pantera. Lentamente se acercó a ella sin dar crédito a lo que veía hasta que ella volvió a su forma humana como si no hubiese pasado nada. Cuando ella le habló este asintió observando sus ojos y no le dio importancia al clima.

Se acercó hasta estar a pocos centímetros de su rostro mirando aquellos verdes ojos que tanto le sonaban. Como si de una visión fuera recordó todo enseguida, aquella vez en aquella pequeña isla del North Blue, donde un idiota acosaba a una chica. Aquel tipo rubio recibió un puñetazo de Drake en la cabeza y lo dejó inconsciente, esos días los pasó con la chica a la que quería acosar. Se enamoró de aquella dulce chica, de su mirada, de su forma de ser y de su dulzura. Pero un día tuvo que largarse de aquella isla por razones que tenia y no volvió a ver a la chica. Por fin la había encontrado y habían estado todo el tiempo al lado. Su respiración se aceleró un poco pues no sabía si la chica lo recordaba. Se había hecho muy grande y muy guapa y ya no era la cría de aquella isla. Quedó paralizado durante unos segundos mirando sus ojos como si estuviese en una especie de hechizo. Pasaron unos cuantos segundos cuando poco a poco se fue acercando a ella. Su expresión era tranquila y algo confusa, era como si se estuviese moviendo por instinto. Su frente casi estaba pegada a la de ella al igual que sus narices. El castaño cerró los ojos de forma lenta acercándose un poco más cuando de repente se separó de ella dando dos pasos hacia atrás y girándose dándose la vuelta.

- Perdona Minathy. Espero no haberte molestado.

Dijo quedando de espaldas sin decir nada mas mientras tragaba saliva. Aquello podía haber sido incomodo para la chica y no quería que ella se sintiera mal de ninguna forma ahora que la había encontrado. No sabía si ella le recordaba a él y si sentía algo por el castaño. Temía perderla de alguna forma y no quiso arriesgarse a que le diera un guantazo y le dijera algo malo. Por ese motivo se había contenido y no había tratado de besarla, tras unos segundos tomó aire y se dispuso a darse la vuelta para mirarla de nuevo.

Minathy notó el calor en las mejillas y supo que se había sonrojado. Sentía el corazón latiendo muy deprisa y casi suspiro cuando Drake se apartó dándole la espalda. Le miró con extrañeza cuando se disculpó ¿si le había molestado? lo pensó un instante y decidió que no lo sabía. No le molestaba en absoluto que se hubiera acercado, no era una huraña, de echo se consideraba una persona muy cariñosa, lo que no sabía era si estaba molesta por que se hubiera apartado de esa manera justo cuando ella creía que iba a besarla...

-no pasa nada, no me molesta

Le sonrio se puso de puntillas para dejar caer un beso rápido en su mejilla. Le sacaba una cabeza o puede que incluso algo más y eso que ella no era bajita.

-y ahora, busquemos un refugio antes de que aparezcan más bichos extraños, me gusta la lluvia pero empieza a hacer frío y no nos conviene pillar un resfriado.

Recogiendo su arco y su mochila y echándoselos al hombro comenzó a caminar descalza por la playa enterrando los dedos en la arena a cada paso como una niña y tratando de no pensar en la que había ocurrido un minuto antes.

¿Tal vez tenía algo en el ojo? O puede que le sorprendiera el que sus ojos cambiaran de color al transformarse.... pero los suyos cambiaban también, así que ¿por que iba a extrañarse? sacudió la cabeza esforzándose en no darle vueltas al asunto. Miró hacia atrás y le dedico una sonrisa.

-¿Que te parece si nos refugiamos en una de las cuevas de allí?

señaló unas cuevas algo alejadas, estaba a punto de encaminarse hacia allí cuando la lluvia comenzó a amainar hasta detenerse.

-genial... Ni que nos estuviéran tomando el pelo, en fin, si ya no llueve, tal vez deberíamos quedarnos por la playa.

Mira al cielo observando como poco a poco las nubes se disipan, dejando ver los rayos del sol. cierra los ojos y sonrie disfrutando del calor en su rostro con un hondo suspiro.

después de tanta tormenta, un poco de sol era muy agradable, sobre todo cuando estás calada hasta los huesos.

Pensándolo bien hacía una eternidad que no sentía el calor del sol en la piel de esa manera.

-creo que aprovecharé este ratito de tranquilidad para secarme al sol y tratar de coger algo de color.

buscando un lugar adecuado dejó caer la mochila y coloco el arco con cuidado dejando el carcaj con flechas al lado y comenzó a deshacerse de las armas que llevaba encima. Primero las dos katanas cortas que cargaba a ambos lados de la cintura, luego un cuchillo mediano escondido en la parte baja de la espalda y dos más pequeños amarrados con correa de cuero bajo las perneras del pantalón.

- listo, vamos, relájate un poco, hay que tomarse un respiro de vez en cuando

Le dedica una sonrisa relajada mientras se quita la camiseta y la tira a un lado, quedando con la parte de arriba de un bikyni blanco. en su ombligo, una bola plateada destellaba con los rayos del sol y asomándose por debajo del pantalón justo sobre la cadera derecha se veía un tatuaje de una rosa negra.
usando la camiseta como almohada se tumba en la arena para tomar el sol un rato y así relajarse y secarse.

Este se quedó más tranquilo al escuchar que a la chica no le había molestado. Cuando ella se acercó y le dio un beso en la mejilla su rostro tomó un tono rojizo y notó algo extraño en la zona del pecho. Se había sonrojado con aquello y ahora no sabía dónde meterse para ocultar sus nervios. La chica ahora mencionaba unas cuevas en las que podrían refugiarse de la lluvia y este asintió dispuesto a ir en primer lugar por si pasaba algo o estaban habitadas cuando de repente la lluvia paró. Como bien dijo ella aquello parecía una broma del tiempo que estaba cambiando bastante, ella se tumbó ahora tomando el sol y quitándose la camiseta. La chica tenía un cuerpazo precioso había que reconocerlo, la bolita de su ombligo le sentaba genial y después se fijó en aquel tatuaje que ella tenía de una rosa negra. Según decía era bueno relajarse a veces y este suspiró un poco pues la chica en el fondo tenía razón.

- Supongo que tienes razón

Dijo quitándose la camiseta mostrando unos pectorales enormes y bien formados. Unos brazos increíbles y musculosos y una zona abdominal perfecta y desarrollada. Sus hombres estaban igual y era un autentico monstruo. Su increíble cuerpo ahora estaba la vista y este se quedó observando a la chica mientras se sentaba a su lado observándola. Sus ojos estaban clavados en ella y no parecían querer mirar otra cosa que no fueran sus ojos, su pelo, su piel. Todo de ella le atraía y le encantaba pero sobre todo su forma de ser, por sorpresa del destino había resultado ser otra usuaria de las frutas del diablo. Una pantera blanca ni más ni menos. El castaño era realmente penoso para aquellas cosas por lo que simplemente le sonrío y le soltó de repente así de buenas sin venir a cuento.

- Minathy…Yo… Te amo.

Una vez lo dijo su rostro se puso de nuevo de color rojo sin saber qué hacer cuando de repente el mayor de los dolores llegó a su hombro derecho. Del bosque había surgido una bestia con cuerpo de tigre y cabeza de cocodrilo. Aquellas fauces se clavaron en la carne del castaño que gruñó de dolor abrazándose al animal y saltando a unos metros alejándose de la chica. El peligroso ser no soltaba el hombro del chico que rugió empezando a cambiar. Su altura creció hasta los dos metros y su piel tomó un color rojizo, humo salía de su cuerpo y sus ojos perdieron la pupila dejándolos blancos enteros. Sus músculos aumentaron saliendo estos mucho mas fornidos. El monstruoso ser agarró la boca del animal y de un puñetazo con fuerza le partió la mandíbula. El cuerpo del animal cayó al suelo muriendo al momento, después de aquello volvió a su forma normal como siempre. Todo pasó rapidísimo y se dirigió a donde la chica tumbándose una vez llegó hasta ella quedando boca arriba sangrando un poco por el hombro por no decir bastante.

- Perdona… debí de estar atento…

Minathy abrió los ojos al escucharle decir aquello y se atragantó con el mismísimo aire sintiendo como su cara se tornaba colorada como un cangrejo con insolación.

Le miró sin saber que decir. No todos los días se le declaran a una de esa forma tan... Directa y peculiar. Tacto lo que se dice tacto no tenía. Aunque debía reconocer que no le molestaba, llevaba todo el viaje sintiendo esa incomoda sensación en la boca del estomago. Esa misma que sintió hace ya años con la misma persona.

Se tomó unos segundos para analizarse a sí misma y descubrió que estaba más feliz que avergonzada. Al fin y al cabo no había podido olvidarle en todos esos años y nunca había vuelto a fijarse en otro chico desde entonces.

Estaba a punto de responderle cuando un enorme bicho con cuerpo de tigre y cabeza de cocodrilo salió de la nada saltando sobre él.

Impactada no le dio tiempo de reaccionar antes de que Drake saltara lejos con el animal enganchado a su hombro. Preocupada vio como se trasformaba en una bestia de unos dos metros y de forma bastante rápida mataba al bichejo de un solo golpe.

Se incorporó quedando sentada sobre la arena y vio como se tumbaba a su lado como si no pasara nada, disculpándose por haber estado distraído como si fuera culpa suya y sangrando bastante por el hombro.

-tsk, no te disculpes no es tu culpa, ven, deja me que eche un vistazo a eso.

Le obligó a sentarse y alargó la mano para alcanzar la mochila en la que traía algunos útiles médicos de primeros auxilios. Sacó unos finos guantes de látex y se los colocó con cuidado para no tocar la herida con las manos llenas de minúsculos granos de arena que podrían infectar la herida fácilmente.

Cogió unas gasas y las empapó con el agua de cantimplora echando el resto directamente sobre la herida para quitar la sangre que le impedía ver bien.

Limpió la piel desgarrada con las gasas sin quitar la vista de la herida

- Ya estabas tardando en reconocerme- dijo sin mirarle atendiendo a su trabajo, comprobando que la herida iba a necesitar puntos. Sacó del botiquín un bote de desinfectante y lo esparció cuidadosamente para luego sacar aguja e hilo.

-¿ o me dirás que ha sido amor espontáneo?- preguntó con una risilla- Sigues igual de despistado que siempre, yo me di cuenta ya en Baratie.

Sin dejar de atender la herida le dedico una rápida mirada burlona guiñándole un ojo antes de comenzar a coser.
No le gustaba que estuviese herido pero tener algo en lo que concentrarse le ayudo a no sonrojarse de nuevo o no tartamudear como una cría.

Drake quedó sentado la ayuda de la chica, el hombro le dolía por el mordisco de aquel extraño ser, estaban apareciendo animales muy raros, unos malditos híbridos con partes mutadas de otros seres. Este último había sido más peligroso que los primeros que aparecieron y no sentía ganas de tener que pelear con seres muy fuertes con aquella chica cerca. No permitiría que nada le pusiera la zarpa encima de ninguna manera. Ella empezó a limpiarle la sangre mientras comenzaba a curarle, el lobo pegó un pequeño quejido al notar el escozor de la herida, después de lo que le había dicho le costaba mucho volver a mirarla a los ojos, mantenía su mirada fija en la arena del suelo. No pensaba levantarla, estaba un poco avergonzado por la confesión tan repentina, pensaba que la chica estaría quizás enfadada con él o también podía estar molesta o prometida. La verdad era que no sabía dónde meterse, miraba a todas partes menos a ella, estaba realmente nervioso, por suerte no se movía mucho para que la chica no tuviera mucho trabajo para curarle la  herida. Bastante era ya que le curaba de nuevo, era la segunda vez en muy poco tiempo y el chico no quería ser una carga.
 
De repente escuchó la dulce voz de aquella chica morena con mechas rojas mientras le hablaba diciéndole que había tardado mucho en reconocerla. Los verdosos ojos del chico cambiaron a dorados mientras los abría mucho debido a la gran sorpresa que se cavaba de llevar. Ella ya sabía quién era él y se lo había estado callando, querría ponerle a prueba seguramente o algo así. Sus siguientes palabras le pusieron algo más nervioso pero de repente miró como ella le guiñaba un ojo sacándole la lengua con una sonrisa burlona.  Sentía como la aguja terminaba se coser aquella herida que se había llevado, era una situación muy incómoda para el chico debido a que no tenía ni idea de que hacer, pero al mismo tiempo muy agradable por estar con ella. Trató de hablarle pero sus palabras no salían de su boca, era como si se hubiera quedado mudo, no podía decir nada de nada y aquello le suponía un problema mucho mayor que antes. Nunca se había visto envuelto en una situación así y no tenía ni idea de cómo reaccionar o que decir, ni siquiera que hacer en aquellos momentos.
 
Pegó un pequeño suspiro mientras trataba de relajarse y logró al menos sacar una sonrisa amable aunque con un ligero color rojizo en su rostro por la declaración que había hecho hacía muy pocos segundos.  No podía aguantar mucho más aquello. –Perdona, no pretendía ser tan lento, pero soy algo olvidadizo y un poco torpe con muchas cosas. –Dijo pronunciando con algo de dificultad aquellas palabras. Esperó  a que ella terminara de coser la herida para después llevar su mano a la de ella agarrándola suavemente por la muñeca despacio y calmado. Notó su suave piel en sus dedos y a continuación acarició un poco su mano mientras ahora sonreía feliz mirándola a ella al rostro. De repente volvió a sonrojarse sin saber qué demonios hacer o decir. Ahora sí que había enmudecido totalmente. Sin pensárselo más, elevó su otra mano hasta la nuca de la chica y suavemente la pegó a él mientras cerraba los ojos acercándose a su rostro despacio y pegando sus labios a los de ella de forma dulce y cariñosa. Esperaba un puñetazo o algo así, pero al menos había tenido el valor de dar aquel paso de besar a la chica que amaba, permaneció allí pegado a ella.

Tamaño de  la herida, no había desgarrado el músculo.
En cuanto terminó de coser y retiró el hilo y la aguja, sintió como la tomaba de la muñeca con suavidad, como si temiera que fuera a romperse. Sintió sus dedos acariciando el dorso de su mano y un escalofrío le recorrió la columna de arriba a abajo.

No sabía cómo actuar, era una situación de lo más extraña, se encontraba cómoda y a gusto al lado de ese chico y sin embargo también estaba nerviosa.

Su corazón pegó un brinco cuando sintió como colocaba su enorme mano en su nuca y la pegaba a él y entonces, cuando sintió sus labios sobre los suyos, fue como una revelación. Como volver a casa después de mucho tiempo.

Se quedó quieta unos instantes, la había pillado por sorpresa, en cuanto su cerebro fue capaz de asimilar lo que realmente estaba sucediendo, cerró los ojos y correspondió el beso, dejando que su  instinto guiara sus movimientos.

No tenía demasiada experiencia besando, que diablos, no tenía experiencia con el tema chicos en general. Su vida se centraba en viajar buscando a los asesinos de su familia y cazando criminales de baja recompensa  sacarse un dinerillo mientras completaba sus estudios  medicina y adquiría la fuerza y experiencia que necesitaría para cumplir sus sueños de venganza.

No fue consciente de cuánto tiempo transcurrió besando aquellos labios tiernos y gentiles y tampoco le importó, solo dejo que su cuerpo reaccionara por sí solo y no se separó de él hasta que la necesidad de oxigeno se hizo notar.
Se separó de él suavemente y de mala gana, con la respiración agitada y le dedicó una sonrisa dulce.

 -Si esa es tu forma de disculparte por ser despistado...despístate siempre que quieras.


No pudo evitar soltar una risita nerviosa, quería sacarse los guantes en ese instante y dedicarse a pasear sus dedos por toda esa piel morena y estaba a punto de hacerlo cuando un nuevo sonido estridente en la lejanía, le recordó en donde estaban y que ya habían sufrido dos ataques en menos de media hora. De mala gana se separó del lobo y puso una mueca.

- No quiero ser aguafiestas y me encantaría quedarme toda la vida aquí haciendo mimos, pero tal vez sería mejor no tentar a la suerte, este lugar está abarrotado de bichos peligrosos y no me gustaría tener un face to face con otro monstruo de esos, creo que as llenado tu cupo de heridas por hoy.

Se levantó y con una sonrisa le tendió la mano para ayuda a levantarse

No podía creer aquello, la chica le había seguido el beso. El lobo se puso algo nervioso pero de repente sonrió contra sus labios mientras le colocaba la mano en la espalda despacio pegándola un poco más a su posición. Pasaron un par de minutos y los dos seguían unidos, pero de repente la falta de aire se metió por medio de ambos obligándolo a separarse. Una vez lo hicieron, el chico lobo la miró a los ojos con una sonrisa agradable y calmada mientras el viento mecía sus cabellos despacio. Aquello que había pasado era el comienzo que el chico lobo deseaba, al fin tenía algo, algo por lo que luchar y por lo que dedicar su vida. Quería a aquella chica y la protegería siempre, entrenaría cada día para hacerse mucho más fuerte y no permitir que le pasara nada. Era un sentimiento que siempre iría con él, cuando un lobo se consagra a una persona, es eternamente y el chico la había escogido a ella, desde hacía ya mucho tiempo. Ahora mantendría la promesa que se hizo a sí mismo y se quedaría con ella. Sus ojos estaban en un tono dorado debido a la emoción, de repente escuchó las palabras de la joven.

Le hicieron sonreír un poco y soltar una carcajada normal. Se pensaba despistar siempre si aquello significaba poder disculparse de aquella forma con ella. Después escuchó sus siguientes palabras y asintió sonriendo de lado mientras tomaba su mano y se levantaba observando a su alrededor. La lluvia ya había parado y eso era bueno, podría largarse de aquella isla. El siguiente destino ya lo había pensado el lobo, en muchos de sus entrenamientos, llegó a descubrir una isla que estaba desierta, era muy pequeña, quizás de la propiedad de algún noble. En ella había una casa pero abandonada, seguramente abandonaron la isla, pues esa casa iba a tener nuevo nombre e iba a ser “Hogar”. Se pensaba mudar allí con aquella chica a vivir y ahora pondría rumbo allí ya que la lluvia no estaba para molestarles. Antes de nada pensaba coger algo de comida para el camino para no pasar hambre pues el castaño era un glotón y pese a haber comido ya en el Baratie, seguía teniendo mucha hambre, por lo que miró a los árboles de la isla para después volver a mirar a la chica a los ojos con una sonrisa y hablarle en un tono tranquilo y calmado.

- Muy bien, creo que antes de partir debemos recoger algo de comida. De modo que el primero que consiga dos kilos y los meta en el bote gana. ¿Preparada pequeña?

Dijo a modo de reto mientras sonreía de lado mostrándole sus dientes e iluminaba sus ojos en dorado. Si la chica aceptaba aquel reto, tenía pensado ganar fuese como fuese, pues su objetivo siempre era ganar en casos de comida. Sus heridas no estaban sanadas del todo, pero confiaba en la chica y sabía que seguramente en menos de unas cuarentaiocho horas, ya habrían cicatrizado. De repente pasó su pie derecho echando arena hacia atrás pensando en pillar carrerilla para correr, su olfato ya estaba en funcionamiento tratando de olisquear algo, sin embargo se distraía con el olor de la hermosa chica. Eso era injusto, era trampa, no podía dejar de mirarla u olerla, le atraía en todos los sentidos. Negó con la cabeza tratando de centrarse para después de unos segundos hablar sin esperar la respuesta de la chica pantera y salir corriendo hacia la isla a toda velocidad mientras reía despacio.

- ¡Preparados! ¡Listos! ¡Vamos allá Mina!

Minathy sonrió cuando escucho las palabras del chico lobo.
Un reto, la había retado. No sabía la que le venía encima, ella adoraba los retos, era incapaz de negarse a uno, sacaban ese lado extremadamente competitivo que había bien al fondo de su personalidad.
Se apresuró a coger su arco y echárselo al hombro junto al carcaj lleno de flechas. Se puso en posición, preparada para salir corriendo en cuanto él terminara de contar, pero él salió disparado al llegar dos, adelantándose un segundo.

- Eh, eso es trampa.


No estaba molesta, al contrario reía divertida mientras corría en dirección al bosque. En algún momento perdió al chico de vista, pero no le inquietó, tenía muy buen olfato al fin y al cabo así que podría encontrarle fácilmente cuando cazara una presa suficientemente grande, había dicho que el primero en conseguir dos kilos de carne ganaría, teniendo en cuenta lo enormes que eran los animalejos que los habían atacado, lo más probable era que pillara lo que pillara pesaría bastante más de dos kilos.
Mientras corría sus uñas se afilaron y crecieron, convirtiéndose en garras felinas bastante grandes y filosas, y sus ojos se volvieron dorados. Olfateó el aire, en busca de algún olor apetecible y sonrió cuando encontró uno, lo suficientemente cerca.
Mirando al frente, divisó un enorme roble que le iba a venir como anillo al dedo. Corrió hacia él y sin detenerse, utilizando las garras trepó con agilidad hasta una rama a medio camino.
Se asentó, rodeando la rama con las piernas y sacó el arco de su espalda.
Era un arco de madera de caoba, con adornos plateados, de líneas suaves y ligero, lo tenía desde hace tiempo y le guardaba mucho aprecio. Cargó una flecha, tensando la cuerda, con los sentidos alerta, esperando que aquella cosa que había olido apareciera en su campo de visión.

No tardó mucho en sentirse sus pesados pasos, y a los pocos segundos, lo vio. Un bicho enorme, con el cuerpo de un oso y la cabeza y garras de un tigre.
Respiró hondo y apuntó directo al cuello del animal, esperando a que se acercara lo suficiente para asegurarse de no fallar el tiro.
Soltó la flecha con decisión y vio como volaba hasta impactar en el animal el cual rugió con fuerza al notar el dolor.
Minathy sabía que no sería suficiente con un único impacto, pero no pensaba desperdiciar otra flecha, se sentía llena de energía y de muy buen humor, de modo que se divertiría un poco.
Se puso de pie en la rama y saltó con un grito que se transformó en rugido cuando su cuerpo cambió, convirtiéndose de nuevo en una pantera blanca de buen tamaño que cayó sobre el bicho, apretando las fauces sobre su carne, clavando y desgarrando con los colmillos.

El lobo corría con una sonrisa en el rostro, olisqueaba buscando alguna presa que poder llevarse al bote de cualquier forma, de repente un olor llegó a él. Siguió el rumbo y llegó hacia una pequeña pradera dónde se hallaba un leopardo con cabeza de serpiente, el chico sonrió de lado mientras se relamía despacio. Sin pensárselo mucho, golpeó el aire con fuerza, provocando una onda de choque, esta salió despedida impactando en el cuerpo de la bestia. Esta salió volando unos siete metros, pero enseguida se levantó empezando a sisear. Drake no dejó intimidar y empezó a cambiar su aspecto, golpeó el suelo con su puño mientras ahora el tono de su pelo cambiaba.

Parecía como si ahora fuese albino, a continuación su cuerpo empezó a tomar una forma musculosa y temible, sus dientes se alargaron y sus orejas se volvieron lupinas. Tomó la forma hibrida, transformándose en un terrible lobo blanco. Ese color iba a durar poco, enseguida activó la forma de su berserker en el nivel uno, creció hasta los cuatro metros. Su pelaje era rojo oscuro como la sangre y su bestialidad aumentó, parecía que su musculatura quería salir de su cuerpo. La serpiente leopardo le echó valor y saltó hacia él con los dientes por delante. El enorme monstruo la tomó del cuello con una mano como si nada, después le arrancó la cabeza de un mordisco. La sangre caía por su boca como si de una fuente se tratara, dejó la cabeza y cogió el cuerpo caminando ahora hacia el bote.

- Ha sido demasiado fácil, esperaba un reto algo más complicado a decir verdad. La próxima vez peleare con los ojos cerrados.

Dijo mientras iba volviendo al bote con la presa, no tardó mucho en llegar, la chica aún no estaba, lo que significaba que había ganado. Sonrió y se metió en el vehículo, dejando al ser a su lado. Volvió a la forma humana y sonrió de manera tranquila, disfrutando de la leve brisa que recorría sus cabellos. Era una sensación muy agradable, se miró un momento los brazos y suspiró, su musculatura cada vez era mejor, lo que provocó una pequeña carcajada por su parte. Después llevó la mano a su cabeza esperando a la morena, en cuanto ella llegara se largarían de aquella isla y pondrían rumbo a otro lugar.

Minathy  no tardo demasiado en cargarse al bicho que tenia entre los colmillos, se alejo un paso mirando como daba el último aliento y se limpió el hocico ensangrentado con la pata.

No le gustaba tener su hocico manchado, como mujer no era demasiado presumida o exigente, pero como felina la cosa era diferente, como pantera era una gata un tanto sibarita, solía relajarse acicalando el pelaje blanco y adoraba tomar el sol en un árbol, pero ahora no tenía tiempo para eso, tenía que volver al bote.

Miró al extraño animal y ladeó la cabeza, esa cosa era enorme, ¿como demonios se suponía que debía arrastrar eso hasta la playa?

Dando un bufido de molestia incó los colmillos en el pelaje y piel del animal, y comenzó a tirar de el arrastrándolo por el camino de vuelta a la playa.

Tardo mucho más de lo que había tardado en ir. pero al menos no le molestó ningún bicho de eso extraños que poblaban la isla, alguno se había asomado entre los arbustos, pero se dedicaron a mirarla con curiosidad.

Antes de llegar a la playa olió el aroma de Drake y supo que le había ganado. lanzó un gruñido sin dejar de tirar del pellejo del bichejo.

No le gustaba para nada perder, era competitiva de la punta del rabo a la punta de los bigotes. pero ya se las cobraría, podía ser muy maliciosa si quería y provocar al lobo iba a ser muy divertido, con lo tímido que era, iba a pasar unos momentos muy divertidos.

Recuperó su forma humana cuando llegó al ras del bote y subió tirando del animal muerto hasta meterlo difícilmente en la pequeña nave.

-Que conté que hace rato que cace esta cosa, pero pesa una tonelada.

Sin más se dejo caer de culo en el bote y disfruto unos segundos de la luz del sol dándole en la cara.

-Creo que es mejor que salgamos de aquí de una vez. conozco una isla cerca donde podremos descansar como un par de días.

Miró al chico con una sonrisa y se preparó para echarse de nuevo a la mar.
tenía la impresión de que el viaje iba a ser realmente divertido.