Dando un paseo [Privado Aizack, Ban Midou]

Un pequeño barco de contrabandista se acercaba a aquella isla. El barco era bastante grande y varios hombres hablaban entre ellos en la cubierta. Ban había usado este barco para desplazarse. Había hablado con ellos y había llegado a un acuerdo. Este se encontraba sentado en la borda mirando a la isla. Su expresión era algo apenada y estaba algo tenso. En su mirada se podía notar un pequeño vacio como si tuviera ganas de gritar y gritar. Había sido informado de que una de sus compañeras del CP había sido asesinada. No conocía a la chica, pero aún así ella no dejaba de ser su compañera. Según tenía entendido había sido alguien relacionado con el mundo de la piratería. Ser un agente del gobierno traía a veces estas cosas como consecuencias. Ban solía ser muy serio en los temas de muertes. El pensar que esa chica podría haber seguido viviendo y cumpliendo sus sueños, pero sin embargo había muerto. Su mirada cambio un poco a algo más de furia. Estaba claro lo que iba a hacer. Buscaría a la persona que asesinó a la chica y la encerraría de por vida. Su puño estaba siendo apretado en ese instante. Finalmente pudo notar como el barco llegaba a tierra firme. Sin decir nada ni despedirse salió de allí saltando a la arena haciéndose algo de daño en las piernas.

Su mirada ahora se centraba en el pueblo y en su gente. Este permanecía serio en todo momento sin cambiar la expresión de su rostro. Caminaba por aquellas calles sin ánimo de nada, pateaba las piedras que encontraba por el camino. De repente agachó la cabeza suspirando y llevándose un cigarrillo a la boca. Lo encendió con su mechero despacio y tras una calada lanzo un puñetazo al suelo haciendo uso de la habilidad de su fruta para agrietarlo un poco y después dar un inmenso grito en mitad de la calle, era mezcla de odio y de pena. Tras calmarse un poco el cigarro cayó al suelo y lo volvió a recoger metiéndolo en su boca. La gente lo miraba como si de un loco se tratase. Se había hecho algo de sangre en los nudillos pero le daba igual.

Tras unos segundos caminando pudo ver un bar. Dicho bar parecía estar atrayendo su atención de alguna manera. El agente del gobierno entró en el local tranquilamente y observó a la gente que allí había de reojo. No se fijó precisamente en nadie y se sentó en la barra dando otra calada al cigarro. Levantó su mano sin ánimo y simplemente dijo que le pusieran un vaso de licor. No solía beber pero no podía evitar pedirlo. Le había afectado bastante y eso que ni conocía a la chica. Simplemente odiaba las muertes de los inocentes. El hombre le sirvió un vaso y pegó un enorme trago bebiendo considerablemente rápido y terminándoselo para después golpear un poco el vaso con la mesa y pedir otro vaso.

Tras beberse el vaso de licor de nuevo suspiró echándolo a un lado. Al poco tiempo un chico se había puesto delante de él. Le preguntaba que pasaba, curioso pues alguien preocupándose por otra persona no solía verse. Ban no iba a contestar pues ese problema solo lo debían saber loa agentes del gobierno y nadie más. El castaño no sabía nada del chico peli verde que tenía delante. Se preparaba para decirle cualquier excusa cuando por la puerta entró un hombre armado con una pistola apuntando al camarero. Por la expresión del delincuente estaba bastante nervioso. Por las ropas no parecía un pirata, más bien un criminal atracando un pobre bar.


- Que nadie se mueva quiero que pongáis en esta bolsa todo el dinero que haya en el bar ahora mismo. No me lo pongáis difícil o más de un inocente será asesinado hoy de un balazo entre las cejas

Sus últimas palabras eran más serias de lo normal. Ban frunció el ceño al escuchar al hombre, la palabra muerte ya le tenía asqueado. Sin pensárselo se levantó de su sitio y empezó a caminar muy lentamente a por el hombre que estaba armando el jaleo. Las personas estaban asustadas y no se movían. El hombre armado nervioso por ver al castaño caminar hacia él cambio su posición de tiró pasando del camarero a Ban.

- Oye tu, los que van de héroes morirán los primeros, vuelve a tu asiento o te juro que te vuelo la cabeza.

- ¡Mordedura de serpiente!


Dijo sin venir a cuento Ban estirando su mano derecha y agarrando aquel tipo del cuello, un disparo se escuchó. Pero el castaño le dio igual el disparo, simplemente sintió un dolor en el costado. Rápidamente sin soltar al tipo lo tumbó elevándolo con una mano en la barra del bar. Sin fijarse en nadie más empezó a correr de un extremo de la barra a otro arrastrando al criminal haciéndolo barrer la barra entera y llevarse todos los vasos y platos por delante. Una vez al final del extremo lo lanzó con una sola mano contra la pared dejándolo inconsciente en el acto. Tanta fuerza era debido a su fruta del diablo. Una vez lo hizo suspiró y observo como la sangre salía de su costado, el camarero al ver esto le lanzó un trapo rápidamente el cual Ban usó para limpiar un poco de sangre y atárselo a modo de torniquete. Se había tenido que quitar la camisa para ello y ahora esta estaba sobre una de las mesas vacías. El cuerpo de Ban era fuerte y definido y había restos de sangre por este. Una vez estaba a salvo del desangre se sentó en la silla que estaba, a su alrededor estaba el camarero observándole preocupado y agradeciéndole lo que había hecho. El agente del gobierno asentía una y otra vez quitándole importancia al tema y de repente observó al chico peli verde.

- Pues respecto a lo de antes, es debido a que he perdido a una amiga hace poco, eso es todo.

De repente vi como el chico empezó otra vez a beber un poco de licor y entonces espere un rato y cada vez más que esperaba más me ponía nervioso quería saber que le pasaba a aquel chico, entonces en aquel momento que parecía que iba a reventar entro un hombre pistola en mano parecía un ciudadano más que un pirata entonces empezó a hablar de que nos mataría si no les dábamos todo el oro, en ese justo momento el chico se levanto, y le empezó a arrastrar por la barra haciendo así que se clavara todas las cuchillas aquel chico había quedado muerto, pero yo para asegurarme le mate cortando-le la cabeza y la tire lejos de la taberna no quería tener problemas con esta gente, entonces aquel chico me miro y dijo que había tenido una muerte de una amiga eso me recordó que antes de que yo llegara al CP hubo la muerte de una compañera entonces yo me dispuse a decir-Yo también he sufrido por la muerte de una compañera, por cierto soy un agente del gobierno encantado.- Dije mientras esperaba su respuesta atento

Ban escuchó que aquel chico era del CP también y había perdido una compañera. Era totalmente imposible que se tratara de la misma ya que esto solo lo sabía Ban. Nadie más aparte de este y unos pocos testigos los cuales no podían decir nada del asunto a nadie o serian encarcelados. Así que sería otra, la herida ya estaba fuera de peligro pero lo que dejó a Ban con los ojos abiertos fue lo que pasó ahora. Aquel hombre que el castaño había dejado inconsciente para más tarde llevarlo a prisión o que los ciudadanos lo encerraran, había sido decapitado por el chico. Había matado a ese hombre delante de Ban. Este pensaba que nadie salvo los piratas asesinos merecían la muerte, eran agentes del gobierno mundial. No eran asesinos que podían matar a quien les diera la gana. Esa fue la gota que hacía falta para sacar a Ban de sus casillas. Este se levantó dando un paso hacia atrás frunciendo el ceño y colocándose las gafas de sol moradas en el tabique nasal para que sus ojos se vieran perfectamente. Su mirada ahora observaba al otro agente del gobierno.


- Como has podido matar a esa persona. Ya estaba inconsciente y listo para su encarcelamiento, pero vas tú y le cortas la cabeza a sangre fría y cuando no se puede defender. Era un ciudadano que tal vez robaba por comida o por su familia y la cárcel era suficiente castigo. Pero tú le has matado a sangre fría, ¿crees que por ser un agente del gobierno tienes derecho a matar? No eres el único agente del gobierno aquí. Soy Ban Midou, agente del CP 1. No voy a permitir que gente como tu ensucie el nombre del gobierno mundial. Por hombres como tú somos odiados en muchos lugares amigo, has matado a esa persona. No voy a permitir que te vayas de rositas como si no hubieras hecho nada.

Ban enfurecido apretó los puños con ira pues odiaba las muertes que no eran necesarias y aquel chico se había cargado así de buenas a ese hombre. La gente del local observa lo que iba a parecer un combate entre dos agentes ya que Ban estaba dispuesto a atacarle y darle una lección. Muchos salían del bar para no verse en problemas y otros se quedaban asombrados. El camarero se apartó quedando detrás de la barra algo nervioso. En ese momento Ban sacó su pistola de la funda derecha con una mano y la pistola de la funda izquierda con su otra mano. Apuntó hacia el chico y tras unos segundos con la pistola de su mano derecha pegó un disparo, esta iba hacia el hombro derecho del chico tratando así de herirle. Permanecía atento observándolo y si debía usar su fruta del diablo la usaría tranquilamente así que el combate seria digno de ver. Le daba igual que el otro chico saliera mal herido o no tuviera armas.

Disparo al hombro (AIF)