Ryuta vs Rose {Lun 2 Feb 2015 - 19:09}

28/08/2014

Escenario: Ryuta vs Rose Leqr6Mq

Baterilla Baterilla es una isla en el South Blue. Portgas D. Rouge huyó a esta isla para ocultarse del Gobierno Mundial, para más tarde dar a luz en secreto a Portgas D. Ace. Poco más se sabe acerca de esta isla.

Turnos: 1 Ryuta - 2 Rose

Número aleatorio (1,2) : 2

Condiciones:
- Sin riesgo a morir, dado que de un golpe me pone en China, soy suicida pero no tonto.
- Exp estandar para retos.
- Sin saltos de turno.
- Sin preferencia de isla.
- Reto a KO

14/07/2013

Kurausu no Furenzu cada día era más grande, se podía ver que los objetivos que tenía Byakuro eran muy interesantes y que gracias a él podíamos ser aliados con gente de todo tipo. Hace poco un joven llamado Ryuta había conseguido entrar en la organización. Me interesaba saber de él y como era, así como conocerlo un poco más e iniciarlo bien en este tema.

Me encontraba en una posada de Baterilla, poco a poco iba haciendo visitas a este lugar aunque me doliese para ir acostumbrándome, pues huir no era la forma de arreglar las cosas y más si estas pertenecían al pasado.

Hacía un par de días había enviado una carta al hombre llamado Ryuta, en el cual le explicaba que quería verle en la plaza de Baterilla, también le había pedido que viniese con todas sus armas pues iba a ser un día entretenido. Esperaba que llegase hoy y así poder ver si estaba preparado para formar parte de esta gran organización.

Me preparé para salir recogiendo mis armas y todo lo necesario y cuando estaba lista salí de la posada cerrando la puerta lentamente mientras sonaba un "clack". Me puse en camino a la plaza haciendo algo de tiempo y paseando por calles de comercio y finalmente llegué allí. Me senté un banco de brazos cruzados y con una pierna sobre la otra. Solo quedaba esperar.

30/01/2012

Recordatorio:

Hacía poco que me había unido a una organización, el jefe de esta era el chico que había encontrado en la isla del bambú, al parecer le había caído bien, pues me había pedido entrar a esta y yo, como no tenía nada en contra a este, acepte sin mucho reparo y seguí en mis viajes, pero tras un tiempo, me había llegado otra carta de uno de sus miembros, alguien llamada Rose o así, el caso es que me invitaba a una “reunión” con todas mis armas en la isla de Baterilla, en la cual había estado recientemente, la carta no decía mucho mas excepto como reconocerla, por suerte estaba relativamente cerca de la isla, así que volví a poner rumbo a esta.

Tras unos cuantos días, había llegado a la isla, por suerte había llegado en el día que me había pedido el encuentro, el cual sería en la plaza de la isla, una zona menos tranquila que los demás, así que esperaba poder reconocer a la mujer que me había escrito la carta, y como me había dicho, había ido con las únicas armas que tenía, mis dos gujas que siempre portaba a la espalda, mientras intentaba hacerme a la idea de la mujer que estaría esperando por mí. Al dar una vuelta por la plaza, pude ver como había una mujer idéntica a las descripciones dadas por esta para reconocerla, así que me acerque sin mucha vergüenza y poniendo una mano sobre mi sombrero oscuro, y sonriendo, le pregunte.

-¿Es usted la que me ha escrito la carta... la señorita Rose?-Le dije mientras le enseñaba un papel arrugado que sacaba de un bolsillo interior de mi gabardina y sin dejar de observar su cabello pelirrojo, el cual era el primero que veía y en cierto modo me había dejado hipnotizado por la extraña belleza de este, mientras evitaba a la gente que se movía por el lugar con una extraña necesidad de velocidad, al contrario que el resto de la isla.-

14/07/2013

Miraba el cielo esperando a que apareciera el joven peliverde. Estaba despejado, seguro que sería un día interesante para los dos. Miré al frente y vi a un joven peliverde acercarse a mí. Cuadraba bastante con las descripciones que tenía de él, aunque le había visto en alguna foto cuando lo presentaron. En cuanto se acercó del todo le miré de arriba abajo y respondí a su pregunta sonriendo.-Si, yo la he escrito. Y no me llames señorita, solo Rose.- Señorita no es que fuera un término que me gustase demasiado, me hacía sentir rara aunque con la cantidad de nombres que me habían puesto me acostumbraría, pero preferiría que me llamase Rosita antes que señorita, más "informal" y bonito al menos. Me levanté del banco y me puse a su altura. Pasé mi brazo por su hombro y comencé a caminar tirando de él.

-Verás, tu y yo nos conocemos poco, pero esto va a ser una buena idea para "conocernos" mejor. Quiero ver como estás de preparado para luchar conmigo. He pedido quedar en esta plaza porque a la hora del medio día se suele quedar vacía y es un buen sitio para luchar. El caso es que necesito que luches contra mí con todo lo que tienes, en estos tiempos necesitamos protegernos los unos a los otros y no se puede rechazar la ayuda de nadie.-Me separé de él y me distancié a unos más de 10 metros. Tan solo cogí una simple katana y la estiré hacia adelante con las dos manos. -¡Tú empiezas!

30/01/2012

La chica me inspeccionó al momento en el que le hice la pregunta, supongo que para confirmar que fuera su destinatario, no sería tan extraño que se perdieran cartas en un juego lleno de mares e islas. Pero no me preocupé por eso, al oír que prefería que la llamara Rose a secas, esta se dejando ver que era casi de mi altura, una belleza que no se veía todos los días sobre todo por el color de sus cabellos, por su vestuario se tornaba atrevida, predominando los tonos negros y con accesorios como pulseras con pinchos. Cuando se levanto, se movió hasta donde yo estaba y por suerte para mí no era tan retaco como para que le costara pasar ese brazo por detrás de mi cabeza, usándolo para tirar hasta un lugar un poco menos transitado de la plaza, que se iba vaciando cada vez más.

Al parecer lo que quería esta era probarme en un combate, estos no me agradaban demasiado y la mujer tenía una cicatriz en la cara que le daba un aspecto de veterana en las batallas, a saber por lo que habría pasado, supuestamente esta era una de mis múltiples aliadas dentro de aquella extraña organización de la cual no conocía nada, excepto a su líder, quizás debería interesarme.

-¿Quieres que peleé contigo Rose? ¿Qué consigo a cambio? A parte de cansarme durante un buen rato por saciar tu sed de pelea, claro.-Le preguntaba, un poco desganado, mientras esta se alejaba y preparaba una espada en posición defensiva, a lo que solté un suspiro.-No me gusta nada esto, pero supongo que habrá que currar para entretenerte.-Soltaba mientras sacaba una de las gujas que llevaba a la espalda, moviendo esta en círculos, levantando un poco de polvo del suelo de la plaza y miraba a la mujer a los ojos, intentando ver si había otra intención a parte de el simple hecho de pelear.-

Me lance contra ella, en una embestida con la punta de mi arma rozando el suelo, dejando salir chispas de esta y mientras me llevaba la mano a la otra, haciendo una finta con la segunda, lanzándole un golpe con el mango al estar cerca de ella al cuello, pero parando segundos antes para darle con la hoja de la otra un tajo ascendente, esta no iba ni a la mitad de la fuerza a la que podía, ya que era mejor primero ver como se movía para saber donde atacar. [AID]

14/07/2013

Ante su pregunta bajé la guardia y puse una de mis katanas sobre el hombro. -Si esperas conseguir algo a cambio por cada cosa que hagas deberás ir cambiando de ideas. No todo tiene premio al final de los logros... aunque bueno, ya te irás dando cuenta tu solo.-dijo sonriendo. Sabía muy bien ese tipo de cosas, podía decir que era experiencia o porque las había vivido en los tiempo cuando aún era inocente y creía en todo lo que me decían o hacían prometer. Sobre todo prometer. Estúpidas promesas, desde hace tiempo había dejado de creer en ellas, pues todas las que me hacían nunca se llegaban a cumplir...

Volví a poner mi katana en posición, cuando vi que se dirigía hacia mí alcé mi katana para defenderme de su golpe. Esquivarlo no fue muy difícil, parecía que no lo hacía con ganas. Para defenderme no estuvo mal usar mi katana pero digamos que esta vez iba a usar algo más... diferente. Guardé la katana y saqué a Rubí y Zafiro, mis dos pistolas, no estaba acostumbrada a luchar con ellas pero ya iba siendo de familiarizarme. Apunté hacia él y de las dos armas comenzaron a salir ráfagas de balas muy seguidas en todas direcciones con una gran precisión y velocidad.

Satsuei [AI]

-Por cierto, espero que este combate no intervenga en una futura amistad.-dije enmarcando mis cejas en señal de alegría.

30/01/2012

Era extraño, pero aquella mujer parecía hablar de ese tema como si hubiera sido un tema recurrente en su vida, quizás debería preguntarle, pero el hecho de que esquivara el ataque con esa facilidad me distrajo de nuevo, era verdad que yo solo había intentado ir a medio gas, pero aquella mujer se había bastado ella sola para detener el ataque, a cada cosa que hacía me interesaba más por ella, y en cierto sentido creo que ya sabía porque Byakuro la tenía como una aliada, era alguien con recursos y también era extrañamente interesante. Tanto fue mi distracción que no me di cuenta de que había sacado dos armas nuevas, esta vez dos pistolas con las que me disparo en reiteradas ocasiones, la única manera de defenderme fue tirarme al suelo, aunque fui demasiado lento y dos de los tiros me golpearon en el brazo, más concretamente en el hombro, tras eso escuché como decía lo de la amistad. Me levanté, quejándome un poco por el brazo.

-Jajá, que graciosa, como tú no eres la que tiene unos tiros en el hombro.-Solté, viendo como los huecos de bala dejaban salir un líquido igual de carmesí que sus cabellos y dolían como si fuera un infierno en la tierra.-Puede que no todo traiga su recompensa o puede que si ¿Alguna vez te has parado a pensar lo que pasa en tu vida? Creo que todo se hace por alguna razón, al igual que por esa razón conseguirás algo a cambio, ni todo son premios ni son todo demonios. ¿En qué convertirás nuestra recién comenzada amistad, un regalo o un demonio más? ¿Serás capaz de arder igual que lo hace tu melena?-En cierta manera, me interesaba ver como respondía la mujer, y me levantaba por no parar de pelear, tenía que moverme un poco más pues la batalla había despertado mis ganas de pelea, no la dejaría ganar tan fácilmente, quería ver de lo que era capaz aquella mujer.-

Aprovechando que estaba levantándome, cogí la guja con el brazo bueno y lance un tajo a sus caderas, este iba con más fuerza que el anterior, pero además lo acompañaba de una patada baja, a la altura de sus piernas, esperando golpearla esta vez. [AIF]

14/07/2013

Aquellas palabras... las decía con demasiada seguridad. Yo tan solo había hecho un reto amistoso pero el no, el iba más lejos. Maldita sea, aquel chico ahora me haría pensar con sus comentarios ¿Acaso buscaba eso? ¿Remover es mis heridas para darle respuestas? Cerré mis ojos y suspiré. Los demonios eran parte de mi vida, no podía alejarlos de mi pues eran ellos los que me hacían compañía. Si, sonaba raro pero la soledad a veces era la mejor compañía. No tenía nada que hablar así que me puse a esquivar el ataque de Ryuta.

Cuando estaba a tan solo un par de metros de mí creé una barrera de hielo no muy gruesa, pero lo suficiente para poder frenar su golpe. Me aparté del hielo y me crucé de brazos sonriendo. No estaba mal, se le veía espíritu de lucha a ese joven. Guardé a Rubí y Zafiro y estiré mi brazo, cerré mi mano en forma de puño -del cual comenzaron a salir carámbanos de hielo- y saqué el Brothers of Pain, una de mis armas preferidas. Con el filo de fuego me dispuse a correr hacia donde estaba él y lancé los carámbanos antes. Estes no harían mucho daño tan solo causarían dolor por chocar contra la piel, pues me aseguré de que no estuviesen afilados y con el filo de fuego fui hacia sus hombros a dar un par de cortes. Esto tan solo produciría pequeñas quemaduras nada más.

Carámbanos + filo de fuego [AIF]

-No tengo tiempo a pensar en lo que pasa en mi vida, y si lo hiciese solo sería desolación lo que hay a mi alrededor. Demonios... -musité con tono irónico- No todos los demonios son malos, los hay buenos como los míos y no dependerá de mi, sino de ti. Y si... si, lo creo conveniente soy capaz de arder por cualquier cosa ¿Acaso tu no lo harías? -Estiré mi espada hacia lo lejos- Defender, proteger, mantener el honor, el orgullo ¿Gracioso verdad? Yo ardería por esas cosas, pues son las que me rodea aunque parezcan inútiles. Hay que tener un objetivo por el que arder, no ser una simple ficha del ajedrez esperando a ser movida...

30/01/2012

Parecía que hiciera lo que hiciera, aquella mujer podía pararlo, esta vez lo logro con hielo, una enorme pared que formo para detener tanto mi arma como mi patada ¿Cómo había hecho eso? ¿De dónde sacaban esos poderes? Primero Byakuro, ahora ella… ¿Dejaría de sorprenderme? Me levante del suelo y la vi allí, sonriendo como si pudiera encargarse de todo, yo sentía como las ganas de pelea corrían cada vez más rápido por mis venas, hasta el punto de que ya no sentía los agujeros que lucía en mi hombro y que seguían soltando sangre.

Empecé a esquivar de forma errática sus disparos de hielo, llegando a rozarme alguno pero de forma muy superficial, quemarían un poco al cabo de un rato pero nada más, lo que si me hizo daño fue la espada, que se clavo en mi carne, no podía sentía como ardía, dado que el filo tenía una temperatura aumentada, pero al menos serviría para cerrar las heridas de bala. Pero yo no lo sentía, nada de lo que estaba haciendo ya podía sentirlo, así que me acerque a la mujer, haciendo que la hoja de la espada me fuera cortando lentamente, pero quería mirarle a los ojos para lo que me decía.

-¿Por qué? ¿Qué es lo que te hace impulsarte hacía el futuro? ¿Los demonios del pasado o la desolación del presente?-Decía con un tono extrañamente amable y tranquilo, sin moverme del lugar, esperando que pudiera leer algo en sus ojos.-¿Desde cuándo los demonios son buenos? ¿Por cuánto existirán tus demonios?-Seguía hablando cada vez que podía, mientras ladeaba un poco la cabeza, y veía que había separado su espada de mi hombro.-¿Puedes mirarme a los ojos y decirme si eres capaz de ver a un demonio?-le pregunte mientras alzaba la mano lentamente y se la ponía debajo de la barbilla.-Porque yo no veo nada dentro de tus ojos, están vacíos y quisiera saber porque… Hablas de defensa del honor, del orgullo ¿Qué arderías por eso? ¿Defenderías tu propia desolación? ¿Realmente quemarías todo el tablero de ajedrez?-Seguía insistiendo mientras le movía la cabeza suavemente hasta que sus ojos estuvieran alineados con los míos.-Dime... ¿Por cuánto tiempo podrás arder tu sola?-Fue mi última pregunta, la única que hice mientras la miraba fijamente a los ojos y la única que de verdad me interesaba.-

Realmente me había olvidado del combate, quería respuestas de aquella incógnita que tenía delante de los ojos, quizás fuera demasiado, el hecho de que cada pregunta fuera respondidas con más preguntas, me hacía seguir insistiendo, quería saber porque esa mujer era tan enigmática, pero lo más importante, quería saber porque esas ganas de arder sola.

30/01/2012

Una pena, ninguna respuesta. Como si me hubiera dado un golpe contra un muro, me desperté. Demasiado interesado, me dije, no sabe ni resolver sus propias preguntas. Me aleje de ella, separando mi mano de su barbilla y empezando a andar en dirección contraria, dándole la espalda. Pensaba en que decirle, no parecía dispuesta a responder, y sus ojos no parecían estar vivos, puede que simplemente hubiera muerto por dentro mucho tiempo atrás.

Chasqueé la lengua, me preguntaba qué hacer y andaba dubitativo sobre este asunto, me fije en la ropa agujereada y cortada por varios lugares… me maldije un poco por dejarme llevar, pero tampoco pude hacer nada para evitarlo.
Giré la cabeza levemente y ahí seguía la mujer, mirándome como si hubiese perdido todas las ganas de batallar. Me acerqué, pensando en que hacer. Deduje que lo mejor que podía, era golpearle suavemente en uno de los hombros, para ver si se despertaba.

-¿Estás bien?-pregunté, un poco preocupado por lo que había pasado- Si caes… pierdes.-le dije, esperando que reaccionara ante el ligero golpe que le había proporcionado.

Empujon [ADD]

30/01/2012

La pelirroja caía de espaldas ante mi suave empujón, lo suficientemente fuerte como para hacerla perder el equilibrio y caer, ¿acaso era tan estúpida? Posiblemente, pues cayó de espaldas, aterrizando sentada. Absurdo, parecía mucho más fuerte unos segundos antes, parecía mucho más débil que antes, ¿qué le pasaría por la cabeza? Bah, para que molestarse en una persona que perdía sus ganas de pelear tan fácil y se dejaba derribar por la más ligera corriente, no merecía la pena, sentía ganas de gritarle y decirle que peleara por algo, que tendría algo que proteger. Pero no lo hice, entendí que no merecía pasar más tiempo allí.

Simplemente me fui alejando, mientras una brisa movía mis ropas, empezaba a sentir las heridas nuevamente, sin duda era fuerte. Pero esa fuerza le pertenecía a alguien que no la necesitaba.

-He ganado.-Dicté como última sentencia antes de partir, mientras me colocaba el sombrero nuevamente. Posiblemente estaría bien, no tenía ninguna herida superficial, aunque quien sabe cuanto tiempo más pasaría así.