Reto - Kai vs Dark

Me encontraba muy mareado, llevaba varios días despierto y mi cuerpo no respondía a plena totalidad. Había llegado hasta una isla un tanto extraña, Isla Sokoudan. Me encontraba únicamente con mi Hope's Eater y pocas más posesiones, como un pequeño saco de berries. Había pasado doce años criogenizado y tenía que encontrar una forma de volver a las islas de arriba. No sabía nada de este mundo, y mucho menos de cualquier solución referente a este. Suspiré y proseguí mi camino por la orilla, para ver si encontraba algo a lo que cazar y entregar. Si tenía suerte, esa noche cenaría, si no, debería pasar un día más de hambre. Y pensar que era rico allá arriba... Tsk. No tenía que pensar en negativo más y continuar mi marcha por aquella costa. No iba a rendirme, sin duda.

En un pequeño ring de piedra, cerca de la playa, un grupo de monjes combatían entre sí. La mayoría de los puntos donde la comunidad llevaba a cabo su día a día se concentraban en el centro de la isla, cerca del poblado y los campos de arroz. Tanto los lugares de entrenamiento como los templos de los maestros, todo se situaba por aquellos puntos. Sin embargo, había lugares como aquel por toda la isla. Algunos llevaban años en desuso, pero siempre había algún monje espabilado que los empleaba al cabo de un tiempo. Aquel día un grupo de aprendices y monjes jóvenes habían decidido ir a bañarse en la playa y entrenar en aquel ring. Entre ellos estaba Kai, un apuesto joven de dieciocho años. Era bastante más alto que la mayoría de sus compañeros, y muy musculoso. Llevaba el pelo largo y despeinado, en una maraña salvaje que le daba un aire rebelde y juvenil. Vestía con una túnica totalmente blanca, algo que sólo otros dos monjes del grupo poseían. El resto llevaban trajes cómodos de practicante de artes marciales. Mientras otros dos monjes peleaban, se fijó en un hombre joven que paseaba por la orilla. No parecía de la isla. ¿Un náufrago, tal vez? La idea de pelear contra alguien de fuera en todo caso era emocionante. Nunca se perdía la oportunidad de luchar amistosamente contra los que visitaran la isla para observar otros estilos de lucha.

- ¡Hey, forastero! - le gritó - ¡Únete a nosotros y peleemos! Si me das una buena batalla, te invito a un tazón de arroz.

Tras proseguir mi marcha por la orilla, acabé llegando hasta un chaval de túnica blanca. Le miré con cierta curiosidad y me invitó a pelear. Si peleaba, me invitaría a un tazón de arroz, cosa la cual era una suculenta idea en aquel momento. Miré hacia mi estómago mientras rugía y apreté el puño con fuerza, o más bien dicho, con la fuerza que podía. Asentí con la cabeza y me abalancé hacia él agarrando mi espada con las dos manos. Si era un luchador experimentado, a pesar de ser tan joven, sabría esquivar mi ataque. Intenté asestarle un corte horizontal con el reverso del arma tras pegar una finta hacia él y después saltar varios pasos hacia atrás. Si mi ataque le había dado, me habría ganado un buen tazón de arroz, y eso era de agradecer gracias a toda el hambre que tenía en aquel momento. Comprobé elevando la vista si le había dado o no.

Corte con el reverso sin filo horizontal {AB}

Sin más preámbulos, el extraño aceptó con un gesto y desenvainó una katana. Kai sonrió. Era el momento de probar una idea que quería poner en práctica contra espadachines. La idea era, siguiendo la máxima del Sokudan de ser el primero en golpear, lanzarse contra su rival cuando fuese a atacar y darle un doble golpe: un puñetazo en la boca del estómago seguido casi al instante de un palmada en el pecho cuando se fuese a doblar de dolor, para intentar empujarlo y cortar su movimiento. Por aquel entonces, Kai se había enfrentado a pocos espadachines y le faltaban práctica y estrategias. Comenzó a correr hacia él, fijándose en sus movimientos. "Va a intentar golpearme en la cabeza, ¿eh? No si soy más rápido." Con un grito salvaje, se abalanzó sobre el joven desatando su combo.

Sokudan Move: Wild Wave [AF]

De repente notó un fuerte golpe en la cabeza y cayó de culo en el suelo, aturdido. ¿Qué narices había pasado? Aquel tipo era rápido. Tendría que haberse andado con más cuidado... de ser una batalla real estaría muerto. "Aunque de ser una batalla real hubiera empleado mis hakis, y no me hubiese puesto a experimentar." Con un gruñido, se levantó del suelo frotándose la cabeza.

- En fin, me has pillado con la guardia baja. Lo prometido es deuda, pero quiero una revancha después - dijo, con una sonrisa.

El joven era promiscuo e impaciente, y al abalanzarse demasiado rápido se expuso al fuerte golpe en la cabeza que le había dedicado breves instantes atrás. Suspiré mientras envainaba el arma y le tendí la mano para ayudar a levantarse. No sirvió de nada ya que, él mismo se levantó tras murmurar un gruñido algo fuera de tono. "Qué chaval más entretenido. ¿Quién le estará enseñando?" me pregunté mientras lograba observarlo con buenas intenciones. Una promesa era una promesa, y yo iba a cenar aquella noche un buen tazón de arroz. Había sido muy fácil conseguirlo, y en el fondo estaba agradecido. Ya buscaría algún pirata que cazar o algo a lo que aferrarme. Esta noche podía descansar con tranquilidad. Me acerqué hacia él con pasos pesados y dirigí una mirada hacia el fondo, indicando de que guiase.