Un día extraño [Privado Marla Deetz] [Pasado]

El sol repicaba sobre la cabeza destapada del semigigante, realmente hacía mucho sol pero sin embargo nada de calor, era un buen día... El humo de otro cigarro cubría la zona y se elevaba rápido y ligero hacia el cielo totalmente despejado. Hacía algo de viento y el cazador no había traído ropa de abrigo. Había pensado en subir para entrenar pero poco tiempo después desechó la idea al ver que, a pesar de todo, hacía bastante mal día para ello. Los pantalones que llevaba eran algo anchos, de color negro y sus botas metálicas repicaban contra las piedras cada vez que este se movía lo mas minimo, su camiseta de tirantes ondeaba ligeramente con las pequeñas ráfagas de viento que le azotaban de frente. Se echó las manos al bolso y, mirando el horizonte suspiró con fuerza.

Marla estaba tranquila por el momento, no había dicho nada aún. Una persona normal diría que era una situación algo incómoda ya que ninguno de los dos articulaba palabra alguna, ni siquiera se miraban lo más mínimo... Era costumbre de Jack pasar largas horas a solas sin articular palabra ninguna o hacer movimientos, sin embargo, alzando la vista al frente cogió un palo bien largo que tenía de frente y comenzó a examinarlo, pensando en hacer instrumentos para poder entrenar un poco, para matar el tiempo, no quería que la pobre chica se tragara el coñazo de estar en unn sitio inmóvil, desde luego Gargaroth es un soso.

-Odio estos momentos -Dijo con aspereza tras carraspear -Supongo que habrá que hacer algo -Añadió lentamente sin buscar respuesta alguna. Dicho esto, alzó su palo al frente, pero algo le detuvo, a lo lejos había una figura de alguien, no alcanzaba a distinguir su rostro pero estaba seguro de que era alguien desconocido, si para algo tenía buena memoria era para las personas....

Me aburro... Si ibamos a estar tirados sin más, bien podiamos haber ido a la playa o algo. Ya estoy cansada ya de hacer dibujitos en el suelo, llevo mucho rato y no se me da nada bien... el elefante parece un gato y mira que es dificil, jo, eso me pone triste, se me da mejor dibujarme en la cara. Intenté jugar con Smell como si fuera un perrete pero pasa de mi, son todos unos aburridos. Ojalá Smell se tirara un pedete de esos suyos y tuvieramos que ir al agua patos.

¿Qué tanto mira el Sr. Grande ese palo, no habia visto nunca un palo? Seguro que tambien se aburre y va a hacer un juguete, o una lanza o igual es el palo de hablar y solo se puede hablar si tienes el palo. Na, seguro que no. ¿Qué hagamos algo dice?

Me levanto de un salto con cara de acabar de enterarme de que he ganado un millón. - Si, por dios, ¡hagamos algo! -Digo más que emocionada. - Echemos una carrera, trepemos un árbol, desojemos margaritas, ¡lo que sea!

Me apetece un helado pero de momento no nacen en los arboles, una pena. Cojo al Sr.Gande de la mano y tiro como si pudiera moverlo o algo. -Ahora no vale cambiar de opinión, hacemos algo y punto. -Digo enfadada con tono de capricho, como si le estuviera pidiendo el helado y no quisiera comprarmelo.

Parecía que eso de moverse de allí le parecía una idea genial, como si llevase un rato esperándolo porque se aburriera... A decir verdad estaba siendo aburrido. Comenzó a caminar rápidamente hacia la figura, pero sin dirigirse directamente hacia él, sino un poco mas hacia la derecha, con la intencion de verle, su propia paranoia sin sentido pero bueno, Jack hace ese tipo de cosas...

Comenzó a hacer viento, y sus ropas comenzaron a ondear en la dirección del mismo, una extraña y repentina ráfaga de viento desde el norte. Alzó la vista mirando las montañas, le gustaban ese tipo de sitios, tranquilidad, aire puro y vegetación, quizás mucho más que el mar, no era un buen navegante, aunque algo le decía que tendría que acostumbrarse a ello. Algunos árboles se doblaban ligeramente con las embestidas de la brisa, aunque cuanto mas se acercaban a aquel extraño hombre mas amainaba el viento, lo cual desconcertaba un poco al semigigante, podría ser simple coincidencia o no, pero no paraba de intentar encontrar relacione ntre ambas cosas hasta el punto enfermizo, como siempre.

El hombre estaba ya a escasos metros cuando el viento frenó en seco, el hombre les miró con curiosidad y antes de permitirles reaccionar esbozó una sonrisa y alzó la mano derecha en señal de saludo -Debo reconcoer que me resulta extraño ver a alguien por aquí -Dijo, se trataba de un hombre de edad avanzada con un gran bigote canoso, vestía una tunica naranja oscura y unas botas de montaña, el rostro bastante arrugado y completamente calvo.