Un peculiar encuentro (Pasado) [Eron - Tairen]

Era un día muy soleado con una leve brisa que provenía del este, alrededor de las doce de ese hermoso día de verano puso un pie sobre aquella extraña isla, Tairen dispuesto a llegar hasta el cuartel que se encontraba en la misma, para su desgracia o quizá fortuna este desembarco en el Grove 30 Justo del lado contrario en el que se encontraba el cuartel, zona en la cual se encontraba el famoso parque de atracciones del archipiélago, si bien tenia las indicaciones para llegar el prácticamente olvido lo que hacía en la isla pocos momentos después de entrar en la misma, desde la viscosidad del suelo hasta los enormes arboles le traían una enorme curiosidad, un hambre de exploración que solo tenía una forma de saciarla intentando mantener su mente fija en lo que venia a hacer ah este lugar comenzó a caminar por el lugar hasta que termino por tropezar con algunas del as atracciones y puestos del parque, por su mente resonaba el que no tenia tiempo que perder debía llegar al cuartel lo antes posible, pero esa voz perdió su fuerza en cuanto el pudo oler el aroma de los diferentes tipos de golosinas y comidas que vendían en la feria, uno por uno fue pasado por las puestos comprando lo que estos vendían. Los minutos se fueron volando y Tairen olvido por completo el camino que debía seguir para llegar hasta el cuartel.

Seguro es por este camino – dijo confiado al de sus palabras y se adentro en el Grove 29 la zona sin ley.

Eron se encontraba tumbado en la cubierta de aquel barco mercader con la cara tapada por un sombrero que le había dejado el capitán. Según entendió se detuvieron en aquel archipiélago debido a que la embarcación tenía un pequeño agujero y debían repararlo. Tal vez pasaron demasiado cerca de alguna isla en anteriores paradas, no sabían el motivo, pero esa era una teoría. El pirata, con ganas de algo de acción, se levantó y miró por la borda. Hacía rato uno de sus compañeros había mencionado algo de un navío de la marina, ¿qué hacen ellos ahí? ¿Alguna misión? Sea como fuere lo único que pudo observar el hombre fue un león, al menos eso dedujo que era. Ladeó ligeramente la cabeza siendo poco común encontrarse con algo así y, tras decirle avisar con un pequeño grito de "Me voy a explorar, vuelvo en unos minutos" bajó para comenzar a seguir a esa criatura. Quería saber qué haría y, mejor aún, si podía sacar tajada de algún tipo.

Terminó incluso en el parque de atracciones vigilando a aquel blanco ser desde bastante cerca, por suerte pasaba bastante desapercibido pese a su desarreglada apariencia. Ese lugar no le interesaba lo más mínimo pero ansiaba saber si él era un marine o no, ¿por qué? Porque de serlo estaría allí por una misión, ¿no? Es lo más lógico. Al espadachín no le entraba en la cabeza que alguien como él, con ese aspecto, se hallase en ese lugar únicamente por el entretenimiento que proporciona.

Pasó el tiempo y el pirata cayó en cuenta de que a lo mejor su embarcación habría zarpado sin él ante la tardanza. Optó por no darle importancia, conseguiría alguna otra forma de seguir con su travesía. Observó cómo, decidido, aquel animal que caminaba a dos patas comenzaba a moverse. Le siguió, a esas alturas ya no le importaba perder más tiempo.

Al entrar en aquel Grove el león pudo notar que había mucha menos gente parecía estar algo desierto esto siguió por algunos minutos hasta que pudo divisar lo que parecía una pequeña ciudad, Si siguen apareciendo lugares como ese debo estar en el camino correcto, pensó el gran felino y paso a paso fuer acercándose a la ciudad, ya dentro de la misma comenzó a notar que había bastante gente, muchos de ellos tipos muy corpulentos que portaban espada, mazas y demás, Tairen sin demora fue hasta uno de los locales que se encontraban en la calle principal.

En qué dirección se encuentra el cuartel de los marinos – dijo en cuento tuvo en frente a quien atendía este lugar, más de una mirada se volteo hacia el en el momento que soltó aquella frase
Aquí no es un lugar para hablar sobre los marinos – dijo el dueño en voz baja tras esto Tairen salió del lugar para proseguir su camino siendo seguido por algunos de los que bebían dentro, no le tomo mucho darse cuenta de esto último, parece que ese viejo tenía razón esta debe ser esa zona que algunos me recomendaron no entrar cuando venía en el barco, pensó el león mientras caminaba rumbo a la salida de la pequeña ciudad.

Por fin llegaron a lo que parecía una ciudad. El cambio de ambiente se notaba mucho. Pasó de ser un lugar silencioso y vacío a algo más bullicioso. De vez en cuando escuchaba a algún que otro fornido transeúnte hablar con su compañero de al lado. Charlas poco importantes y triviales que provocaban en el pirata una sensación de rechazo inevitable. Se mantuvo centrado en el león y, en el momento en el que este entró en una taberna, Eron se mantuvo en el exterior apoyado sobre la pared a la espera de su salida, analizando a todo aquel que pasaba por delante de sus ojos. No le agradaba el aspecto de muchos de los hombres de allí, algo le olía mal. Nunca había estado en Sabadoy pero sí escuchó alguna que otra historia de allí...

Finalmente salió el animal pero algo más llamó la atención del espadachín... Varios de los clientes de ese local lo estaban siguiendo, ¿por qué? Ni idea. Desenfundó su arma y apuntó hacia ellos, frunciendo el ceño. - ¿Qué hacéis? - Dijo en un tono seco, serio e incluso con un toque arisco. Eran cinco, estaba en clara desventaja, pero confiaría en sus habilidades ante un posible enfrentamiento.

- ¿A ti qué coño te importa? - Respondió el más alto de todos, quien llevaba una barba negra. Su expresión era agresiva y, de hecho, tenía cara de pocos amigos. Con su espada apartó la de Eron.

- No deberías declarar la guerra a alguien que no conoces. - Tras ello giró sobre sí mismo y usó ese mismo movimiento para cortar el torso ajeno, haciendo una herida profunda pero no demasiado grave. Observó cómo se derramaba algo de la sangre en el suelo, haciendo que sus compañeros se preparasen para atacar al desaliñado hombre. - El felino es mi objetivo... - Murmuró de forma que este no pudiese escucharlo. No le convenía que supiese que le llevaba siguiendo un buen rato o que era de su interés.

Unos momentos tras salir de la taberna Tairen detuvo su paso y movió las orejas, podía escuchar lo que parecía una discusión venir de la taberna donde había estado hace un momento. Dentro de la misma él había podido notar como un pequeño grupo se levantaba para seguirlo, tenía pensado confrontarlos fuera de aquella pequeña ciudad, pero alguien los había detenido se volteo para poder observar lo que sucedía, puedo ver como un tipo algo pequeño, de cabello largo y negro detenía a sus perseguidores, incluso noto que hacia un leve corte en el más grande de ese grupo, no estaba seguro si eran problemas entre ellos o lo estaba ayudando, pero decidió ayudarle ya que 5 contra 1 no le parecían los mejores numero para una pelea.

Al encontrarse ya junto a aquel hombre de cabello largo, tomo por la camisa a aquel hombre que seguía en la puerta de la taberna y lo arrojo hacia afuera, luego observo al pequeño Mink menor.
¿Me dejas echarte una mano? – le dijo al tipo de pelo largo sin importar la respuesta lucharía de todas maneras, ya estaba en medio del problema y no se saldría por un simple no como respuesta, se puso en posición para luchar esperando que aquellos tipos atacaran, lo que no tomo mucho tiempo ya que unos momentos después el grandote se levantó y entre insultos ordeno a su grupo matar al peculiar par.

Miró la sangre en su arma y se mantuvo serio, observando cómo el albino se acercaba y lanzaba por los aires a uno de los hombres. - Si estás a la altura... - Le respondió al animal. Observó el rostro enfurecido del humano al que había herido con anterioridad. Tomó aire y se preparó para el combate. - Espero que la muerte no sea de tu desagrado. - Comentó y, tras ello, comenzó a correr hasta posicionarse al otro lado del grupo, siendo así rodeados por Tairen y él. Eron clavó su mirada en el que ahora tenía en frente, un tipo musculoso y de cabello castaño. Al igual que su compañero llevaba una espada y, antes que dejar que el pirata le atacase, trató de hacerlo él primero. Las armas chocaron y el sonido resonó en el lugar. Así, pues, ambos comenzaron a tratar de golpear al rival pero siempre conseguían bloquear los intentos.

- ¡Morid! - Gritó uno de ellos y se interpuso en el combate de Eron, tratando de golpearle con un gran hacha. El pirata saltó hacia atrás, aprovechando la lentitud del movimiento y ese arma tan pesado quedó incrustado en el suelo. El hombre desaliñado aprovechó ese suceso para clavar su arma en el hombro ajeno y hacer un largo corte, esbozando así una leve sonrisa en su rostro. No era muy diestro con la espada, sabía las bases y tenía mucho por mejorar... Pero los movimientos impulsivos como aquel le ayudaban a mantenerse a su nivel. El hombre gritó de dolor y acto seguido gruñó como si de un animal se tratase.

- Tan simples y primitivos. - Dijo mirando directamente hacia el brazo ensangrentado. - Moriréis, a este ritmo, uno por uno. - Frunció el ceño y adoptó una posición defensiva para comenzar a bloquear los ataques del espadachín al que se estaba enfrentando anteriormente. Tal vez no sería capaz de ganarle en destreza con el arma, pero sí poseía los reflejos suficientes como para no recibir ningún ataque.

El león no pudo evitar esbozar una sonrisa ante la respuesta de aquel hombre, preparándose para lo que se venía tairen perdió de vista por un momento al sujeto que por el momento era su compañero, no demoro mucho en encontrarlo ya que pudo escuchar un choque de espadas justo detrás del grupo contra el que luchaban, parece que no pierde el tiempo pensó mientras veía venir hacia el a dos de los tipos.

Al parecer uno de los sujetos utilizaba una especie de guantes de algún metal posiblemente hierro este tenía un estilo de lucha cercano por lo que no demoro en comenzar a arrojar golpes contra el león, este último comenzó a parar los golpes de este sujeto con las palmas de sus manos hasta que luego de unos cuantos golpes se acoplo y comenzó a arrojar zarpazos de regreso contra su atacante, se podía oír como las garras del león chocaban contra el metal de esos guantes, eso se prolongó por algunos segundos hasta que el tipo que se encontraba detrás intento golpear al león con su mazo este salto a un lado justo antes del golpe, se recuperó tan rápido como pudo cargando contra el tipo del mazo el cual no logro levantar su arma antes de recibir cuatro cortes en el brazo debido al zarpazo del enorme felino, el cual mientras se preparaba para recibir el ataque del tipo con guantes pudo ver que a aquel hombre de cabello largo le iba bien, había logrado cortar el hombro de uno de estos tipos, ese mink menor es bueno, pensó el león mientras comenzó a intercambiar golpes nuevamente con el tipo de los guantes.

El humano al que se enfrentaba Eron se despistó en un momento y gracias a ello consiguió desarmarlo con un fuerte movimiento. El rival había tratado de mirar de reojo hacia el león al escuchar los golpes pero aquello únicamente condenó su vida. La katana del pirata rápidamente atravesó su pecho, sin perder ni un segundo, y terminó con su vida. Tras ello sacó su espada totalmente manchada de sangre y se dispuso a tratar de asesinar al siguiente. - Vamos, me aburrís. - Comentó con clara soberbia en sus palabras. Se creía superior a ellos, ¿y quién no? Escoria que trata de atacar por la espalda y caen como gusanos ante el arma de un don nadie.

Parecía que el fortachón del hacha había conseguido levantar su arma con ambas manos pese a la herida que le había hecho en el hombre. Se notaba que no le era fácil, pero podría suponer un problema. Se alejó de él unos cuantos pasos y observó cómo se acercaba con lentitud, con pisadas fuertes, como si tratase de hacer temblar el suelo. El gigantón trató de volver a golpear al espadachín con un ataque descendente pero el de menor tamaño, gracias a su agilidad y sus reflejos, consiguió esquivarlo sin problema alguno... Pero la dificultad ahora residía en acercarse. Sí, estaba herido y eso le daba cierta ventaja, ¿pero qué tanta conseguía?

Corrió hacia su enemigo, teniendo que tirarse al suelo y hacer una torpe voltereta por este para esquivar un nuevo ataque, y una vez cerca y de pie le hizo un corte en su torso. Sus músculos eran como rocas pero sin haki de armadura su espada podría cortarlos con cierta sencillez. Tras ese primer ataque aprovechó las quejas de dolor de su adversario para hacer otros más graves. Una vez se alcanza a alguien los siguientes movimientos, bien encadenados y con rapidez, son menos complicados.

El intercambio de golpes parecía no detenerse, hasta que el león consiguió golpear fuertemente con su palma el pecho de aquel mink menor, el león poco a poco se había estado acoplando al ritmo de aquel tipo para terminar sobrepasándolo, aquel golpe arrojo al tipo unos pasos hacia atrás lo que no sería suficiente para detenerlo, ya que unos momentos después cargaba con furia contra el león quien respondió nuevamente a sus golpes.

Demasiado centrado debía estar el joven león en aquel hombre puesto que olvidarse solo por un momento de aquel corpulento hombre que cargaba el mazo fue suficiente para recibir un fuerte golpe en la espalda el cual logro hacerlo hacer sobre una rodilla.
Con eso aprenderás gato súper desarrollado – dijo aquel hombre que portaba el mazo, por algunos segundo aquel enorme felino no movió ni un musculo, parecía una especie de estatua, claro que ellos no esperarían que este reaccionara para seguir, sin perder ni un momento el matón de guantes comenzó a propinar fuertes golpes en el rostro del felino, ya confiado llegando al 5º golpe pudo sentir como 5 garras cortaban desde su cintura hasta su pecho, era un furioso tairen que por fin había reaccionado, tras aquel veloz corte el sujeto callo hacia atrás quejándose por el dolor, Tairen lo pateo lejos tras esto se volteo y observo al que aún seguía en pie como esperando que lo atacara.

No pudo evitar desviar su mirada por un momento hacia aquel a quien estaba "ayudando". Justo en ese preciso instante fue golpeado y el pirata tragó algo de saliva. Negó con la cabeza justo antes de atravesar el cuello del necio al que se estaba enfrentando. - Tener más músculos no indica que vayas a ganar... - Indicó y sacó su fiel arma de la carne del humano. Tras ello su fría mirada se posó en el último que permanecía con vida y, aprovechando que miraba hacia Tairen, atravesó su estómago con el filo de su katana. - Menudo despiste, pf. - Pronunció en un tono ciertamente cruel el de cabellos largos mientras enfundaba su arma.

Clavó su mirada en el león y alzó ligeramente su cabeza, manteniendo aquella expresión de aburrimiento y fatiga que le había perseguido todo el combate. - ¿Por qué te seguían? O, más bien, ¿qué les llamó la atención de ti? - Fue bastante directo y pese a las varias teorías que ya poseía en mente deseaba saber la realidad tratando de aprovechar la situación. Si bien era cierto que aparentaba ser alguien bueno, ignorando que acababa de matar a sangre fría, y que se había enzarzado en esa lucha por ayudar al felino el pirata poseía sus propias ambiciones y motivos para hacer algo así. - Quiero decir... - Caminó hacia él, acortando un poco la distancia que los mantenía lejos. - ... no creo que unos matones así posen su mirada ni tampoco sus armas por un don nadie... ¿O sí? -