Raion vs. Todd "El cyborg"

El león observó incrédulo cómo su técnica de electricidad más poderosa con mucha diferencia sobre las demás no solo no sobrecargaba los circuitos del cyborg, sino que en palabras del mismo, le había recargado. Aquello era un grave problema, pues significaba que su electro, una de sus mejores armas, quedaba totalmente descartado durante el resto de combate. Si la técnica más poderosa de la que disponía no había sido efectiva... desde luego ninguna otra basada en él lo sería.

El tipo hizo aparecer entonces una armadura metálica por encima de su piel y su brazo derecho tomó la forma de lo que parecía un arma de aspecto extraño que Raion no supo identificar a primera vista. Parecía que aquel enfrentamiento iba a ponerse serio de verdad. El león se relamió, viendo que al fin iba a tener la posibilidad de combatir de verdad. En el fragor de la batalla se encontraba en su salsa, para esos momentos era para los que había nacido.

Aprovechando la corta distancia que los separaba el cazarrecompensas adoptó su forma elemental y se desplazó a gran velocidad hasta la espalda del cyborg, convertido en una simple ráfaga de viento. Allí movió su arma con violencia en tres ocasiones, tratando de asestar sendos cortes en la espalda de Todd, en particular en la parte no protegida por la armadura metálica. Quería ver su sangre, pues nada le hacía más feliz que ver sangrar a sus enemigos. Imaginaba que aunque fuese medio robot no lo sería por completo, así que seguramente tuviese sangre en el interior de sus venas como el resto de personas.

Todo es muy extraño, o eso es lo que parece a simple vista Tu contrincante no parece inmutarse con tus movimientos. Has desaparecido frente a sus narices y sigue inerte, mirando a un punto en concreto mientras escuchas un pitido constante que procede de su interior. En el momento en el que apareces a su espalda, logras hacerle los tres cortes casi sin esfuerzo. Ves como la sangre de Todd cae por su espalda, deslizándose hasta caer al suelo.

—Datos catalogados —comenta—. Preparado para contraataque.

De su espalda surgen unos pequeños mini-cohetes que lo impulsan hacia el frente, casi al mismo tiempo que giraba sobre sí mismo y lanzaba un rayo láser a velocidad sobrehumana, apuntando a tu pecho. Tras eso, puedes ver como se deshace de una especie de funda de su mano izquierda y deja ver una mano metálica con partes azuladas.

El cyborg, sorprendentemente, ni siquiera se movió mientras el mink se posicionaba a su espalda y le atacaba. Su sangre manó, y su visión encendió los ánimos de Raion, que se deleitó ante el primer derramamiento del combate. Sintió cómo sus fuerzas aumentaban, motivado por aquel logro. Su oponente dijo unas palabras que sonaban ciertamente impersonales, casi como si fuese más máquina que hombre. El león, entonces, se concentró en él, buscando averiguar qué iba a hacer, y sintió el inminente peligro.

Sabiendo la amenaza que se avecinaba, el mink se fundió nuevamente con el aire, perdiendo la corporeidad y, por lo tanto, permitiendo que el láser pasara a su través sin tocarle. Acto seguido recuperó su cuerpo normal para ver cómo el hombre-máquina "se quitaba la piel" de su mano izquierda, si es que podía llamarse así a lo que probablemente en realidad fuese poco más que una funda, para revelar una mano hecha de un metal que desde algunas de sus partes desprendía un brillo azulado. Raion esperaba que aquello no fuese piedra del mar, el mineral que servía para anular los poderes de las frutas del diablo, pues eso le pondría en serios problemas. Como no podía saberlo a ciencia cierta, tendría que evitar a toda costa que el cyborg le tocase con esa mano.

Ansioso por volver a herir a su oponente, el león movió su mano izquierda hacia delante, creando una ráfaga de aire que avanzó a gran velocidad contra su oponente. Se lanzó tras ella, corriendo tan rápido como pudo, buscando aprovechar el daño y la distracción que causaría probablemente dicha ráfaga para, envolviendo su arma en la armadura semitransparente de su Haki, tratar de cortar su brazo izquierdo por el antebrazo, deshaciéndose así del peligro de aquella mano.

Cosas:

De nuevo, como si de un deja vu se tratase, tu contrincante se mantiene quieto ante tu ataque. Sus ojos brillan y en su interior comienza a escucharse ese extraño pitido de forma intermitente. Es extraño, pero Todd baja las armas y se queda quieto, recibiendo todo tu ataque.

Consigues cortarle el brazo de un único tajo, haciendo que su brazo izquierdo caiga sobre el suelo. Todd te mira y parece sonreír. Sus ojos parpadean, cambiando de color: negro, azul, verde, rojo, marrón, negro otra vez… Es todo muy extraño.

—Recopilación de datos completada —comenta en voz alta, mientras su cuerpo se ancla al suelo—. Autodestrucción en treinta segundos…, veintinueve, veintiocho, veintisiete…

Tus compañeros están a punto de acabar también, o eso parece. Así que quizás alejarse sería lo más conveniente.

Si miras a un lado, te percatas de que hay un cuerpo tumbado entre unos matorrales. Tiene el mismo aspecto que el de Todd, ¿qué demonios está ocurriendo en ese lugar? A saber, pero yo si fuera tú me alejaría de allí.