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Una nueva era [Privado][Pasado] Empty Una nueva era [Privado][Pasado] {Lun 7 Mar 2022 - 2:06}

Las pozas de agua reflejaban el tenue destello anaranjado de las farolas mientras el agua caía sobre Towerbridge. Los monumentos góticos parecían gigantes ocultos entre las sombras, observando desde lo alto a la gente de la ciudad. En sus casas, la mayoría de las personas disfrutaban de una cena en familia, pero había otros que tenían asuntos pendientes en las calles. En los suburbios se reunían tanto hombres como mujeres y para muchos el día recién comenzaba. Oh, para ellos la noche era la cuna de la prosperidad.

Un grupo de malas pintas se había reunido en un callejón nauseabundo y oscuro en donde dormía un vagabundo. Uno de ellos, un hombre con la cabeza rapada y los rasgos endurecidos por el pasar de los años, le daba instrucciones a los demás. Llevaba un cuchillo en el cinturón y vestía una camiseta ajustada que apenas contenía sus músculos. En total eran cuatro: una señorita atractiva, delgada y rubia; un rufián de aspecto cadavérico y cabellos ondulados; y, no menos importante, un cuarentón obeso y mal afeitado.

Al mismo tiempo, una chica de cabellos plateados y el rostro oculto bajo una capucha se deslizaba por los callejones convertida en una sombra. Iba con el paso acelerado y de vez en cuando se aseguraba de que nadie le estuviera siguiendo. Llevaba una capa gris con un exquisito detallado muy distinta a la de los pordioseros de los suburbios. Todo en ella era diferente: su caminar, el aroma que emanaba, su propia esencia.

Iba camino a reunirse con John Cardier, un rebelde fiel a la Reina Bruja que decía tener información importante sobre el nuevo gobierno que se había instalado en English Garden. Christa sabía que era peligroso, que ese hombre podía no ser de fiar, pero estaba dispuesta a tomar los riesgos que hicieran falta para reconstruir el legado de su madre. English Garden suponía un punto estratégico fundamental para volver a tener influencia en el mar del norte, movilizar tropas y suministrarlas para futuras campañas. Bueno, tampoco había aprendido demasiado sobre el arte de la guerra, así que tendría que delegar esa función.

Empujó con cuidado una puerta que rechinó como un caballo asustado y de pronto acaparó las miradas de los clientes de la vieja taberna. Se apresuró en buscar una esquina y allí tomó asiento, levantó la mano para llamar a la mesera y pidió una cerveza. Antes de que la entregara, la mujer de cabellos cobrizos y curvas peligrosas le advirtió:  

—Cualquier problema que tengas resuélvelo ahí fuera. Ya tenemos suficiente mierda de la que ocuparnos, ¿de acuerdo?

Christa se limitó a mirarle sin demasiada expresión en el rostro.
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Una nueva era [Privado][Pasado] Empty Re: Una nueva era [Privado][Pasado] {Vie 11 Mar 2022 - 11:27}

English garden, era la primera isla que pisaba Aigon en días y la primera del North blue, había llegado hasta mar en busca de su nueva familia y gracias a la ayuda de Nassor y los revolucionarios, estos le dejaron en la red line y gracias a que Aigon no era un pirata buscado o reconocido pudo viajar a bordo de un barco de mercancías que se dirigía hacia la gotica isla para luego buscar otra forma de llegar hasta Hallstat, el sitio de reunión que había elegido su capitán. Había estado unas horas paseando por las calles de Towerbrige, la capital de la enorme isla hasta llegar al distrito de Mudleaf, el barrio humilde y obrero de la ciudad. Los oscuros callejones servían de tiendas de contrabando y trapicheos por todo el lugar que era regado por una fina lluvia y una densa niebla.

Durante el paseo se topó de frente con una chica oculta bajo una capucha gris con detalles, una vestimenta muy diferente a la que había visto en las gentes de aquel lugar y que llamo la atención del peliazul, además andaba con el paso acelerado, parecía asustada y no dejaba de mirar hacia atrás como si alguien la persiguiera, desapareció de la vista del pirata poco después entre los grandes edificios de la ciudad.

Siguió su paseo entre las húmedas y oscuras calles de Mudleaf durante un rato hasta llegar a un bar, tenía la ropa mojada y hambre así que seria un buen sitio para descansar, secarse y reponer fuerzas para seguir buscando alguna manera de llegar hasta Hallstat. Al entrar se quitó la capa dejando ver a Nozarashi y Fushiguiri, ambas katanas colgadas en el cinto del pantalón, se acercó hasta una mesa junto a la chimenea, tendió la capa y se sentó a esperar que la camarera le atendiera. -Tienes pintas de venir buscando problemas… por tu bien espero que no sea así… - Advirtio la camarera al acercase a la barra. -Si vas a buscar problemas soluciónalos fuera ¿vale guapetón? – Dijo guiñandole un ojo, mientras Aigon le devolvía una gran sonrisa.

-No busco problemas, solo algo de comida caliente y un barco que me lleve hasta Hallstad. - Respondió el pirata mirando sonriente a la camarera. -Y una cerveza Yeaahahaha una cerveza no vendría nada mal yeaahahahaha. -El peliazul había conseguido atraer algunas miradas dentro del bar, pero ni siquiera se había dado cuenta, simplemente se quedó sentado junto al fuego esperando que llegaran la cerveza y la comida que había pedido a la camarera.
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Una nueva era [Privado][Pasado] Empty Re: Una nueva era [Privado][Pasado] {Sáb 12 Mar 2022 - 14:55}

La cerveza de Mudleaf no era ninguna maravilla y todos lo sabían. Era algo así como exprimir los calzones sudados de tu abuela, juntar todo ese líquido en un vaso y ponerlo a la venta. Sin embargo, a los pobres borrachos de los suburbios les encantaba. Bebían, bebían y seguían bebiendo como si fuera el brebaje más exquisito jamás elaborado. Por su parte, a Christa solo le importaba entorpecer su cabeza con algo de alcohol; total, tampoco era como si pudiera distinguir una cerveza buena de una mala.

Iba por la mitad de la jarra cuando vio entrar a un hombre de cabellos azules: un extranjero. Si bien era más atractivo que los jóvenes de la taberna, nada llamó la atención de la princesa, excepto cuando retiró la capa y dejó ver dos hermosas espadas. El rostro de Christa se transformó en un abrir y cerrar de ojos, expresando una agria mezcla entre rabia y confusión. ¿Cómo es que ese don nadie tenía en su poder la espada de su madre? Fushigiri, la katana icónica de Katharina, había desaparecido del mapa justo después de la batalla entre titanes.

La princesa se subió a la mesa y luego lanzó la jarra de cerveza con todas sus fuerzas, apuntando a la cabeza del extranjero. Con un poco de suerte conseguiría noquearlo y robarle la espada. Fushigiri merecía estar en la tumba de su madre, no en manos de un pordiosero cualquiera.

—¡¿Quién eres y quién te ha dado el derecho de tener esa katana?! —rugió con una mano puesta dentro de la capa.

De pronto, la música se detuvo y Christa acaparó todas las miradas. Si bien era una taberna de los suburbios, el dueño era bastante estricto respecto a quién dejaba entrar y a quién no; seguramente pensó que una mocosa de metro sesenta no daría problemas, pero se equivocaba.

—¡Oye, te dije que no buscaras problemas! —le regañó la mesera, intentando bajarle de la mesa—. ¡¿Quieres bajar de una vez?!

—¡No, no quiero! ¡Suéltame! —le contestó, luchando por mantenerse en pie—. ¡Ese bastardo tiene la espada de mi madre!

En ese momento, Christa se dio cuenta de que la había cagado. A pesar de no tener siquiera la mitad de pecho que tenía Katharina, el parecido que compartía con ella era delator. La primera en darse cuenta de que Christa era la princesa buscada por el gobierno de English Garden fue la mesera, quien comenzó a retroceder asustada. Y el resto de clientes no tardó en saber quién era esa niña. Los más listos tomaron sus cosas y abandonaron la taberna, pero los más curiosos decidieron mantenerse ahí para ver el desenlace entre el extranjero y la princesa arruinada.

—Así que tú eres la hija de esa zorra —gruñó un hombre fornido y luego escupió al suelo—. Me cago en los von Steinhell y en su puto linaje. Baja de ahí para darte una paliza, mocosa.

Christa se giró hacia el hombre con cara de pocos amigos.

—¿Qué has dicho, bastardo muerto de hambre? Tú quédate donde estás, ya me ocuparé de ti —le dijo al extranjero para luego bajar de la mesa, retirando la mano de la capa con una imponente hacha.


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Una nueva era [Privado][Pasado] Empty Re: Una nueva era [Privado][Pasado] {Mar 15 Mar 2022 - 14:17}

La mesera a penas se había retirado, cuando de repente una chica salto sobre la una de las mesas y comenzó a emprender todo tipo de improperios al peliazul, según decía, el pirata llevaba la katana de su madre, Fushiguiri había sido encontrada por Aigon y por lo que le dijo Alpha se trataba de una gran espada, según decían la espada de Katharina Von Steinhell la pirata que sumió al mendo en el caos años atrás. Pero, ¿De verdad era ella la hija de katharina? La jarra de cerveza que lanzó paso muy cerca de la cara del peliazul mientras este seguía observando a la chica forcejear con la mesera que intentaba hacer que se bajara de la mesa y finalmente se resolvieron las dudas, poco a poco los allí presentes reconocieron a la joven, algunos corrieron despavoridos, otros simplemente se quedaron a ver que ocurría y unos pocos comenzaron a insultarla.

El peliazul se llevó la mano al mango de Fushiguiri mientras observaba como la joven también se llevaba la mano al interior de la capa junto a ella un hombre desenvaino un sable y comenzó a insultar y provocar a la joven que se lanzó contra este inmediatamente sacando de su capa una imponente hacha de guerra. Aigón saltó inmediatamente hacia desenvainado ambas katanas, con Nozarashi en la mano izquierda detuvo la hoja del hombre haciendo un movimiento hacia arriba, desarmándolo y haciendo que se clavara en el techo del local mientras que sujetaba a Fushiguiri en su mano derecha deteniendo la caída del hacha de la joven. -Este no es el sitio adecuado para resolver tus problemas… - Dijo mirando con rostro serio a la joven mientras mantenía la fuerza necesaria en la espada para que el hacha no callera sobre él. -Baja tu arma, princesa y resolvamos esto sin causar daños. – Esta vez hablaba con menos seriedad, incluso esbozó una sonrisa mientras la llamaba princesa.

El otro tipo callo torpemente al suelo mientras sus manos aun templaban por el choque de las espadas. – Como diablos...- decía intentando explicarse como el peliazul había llegado tan rápido hasta ellos interponiéndose entre los dos ataques al mismo tiempo. Otra figura se acercó a la chica por detrás agarrando el hacha y haciendo que la bajara. -El joven tiene razón princesa, llamáis demasiado la atención. - Dijo la figura encapuchada mirándola directamente a los ojos. -Acompáñame mí señora , y tú también Aoikami… -Dijo volviéndose hacia el pirata.
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Una nueva era [Privado][Pasado] Empty Re: Una nueva era [Privado][Pasado] {Vie 18 Mar 2022 - 21:01}

Sintió un leve dolor en su mano derecha cuando Bóreas chocó con el acero de Fushigiri. Christa jamás imaginó que acabaría enfrentándose con el nuevo portador de una de las armas más icónicas de la Reina Bruja, de su madre. El extranjero podía pensar que había sido una buena idea intervenir en el duelo de Christa, que se veía extraordinariamente bien frente a las meseras, que un samurái podría hacer valer su código de honor. Sin embargo, detener a la princesa era un acto arriesgado que podía conllevar a la destrucción de la taberna completa.

Ningún von Steinhell era bueno recibiendo órdenes, mucho menos de saqueadores como el samurái de cabello azul. Había que tener las pelotas bien puestas como para arriesgarse a hacer algo así. Los ojos de la princesa se movieron rápidamente en busca del espadachín. Iba a responderle cuando sintió a alguien en su espalda, el mismo que tuvo el atrevimiento de coger a Bóreas por el mango para luego solicitar que le acompañaran.

—Tienes diez segundos para darme una buena razón por la que no debería matar a este ladrón. Si no me convences, tu cabeza será la primera en rodar —le advirtió con el ceño fruncido.

Antes de que el desconocido pudiera hablar, Christa arrugó la nariz al olfatear un olor que bien conocía: pólvora. En su cabeza pasaron muchísimas imágenes e ideas sobre cómo actuar, pero al final su cuerpo reaccionó por sí solo. La princesa se arrojó al suelo y se cubrió la cabeza, llamando la atención de los observadores por un breve segundo. Luego, se escuchó una violenta explosión y un mar de llamas se propagó por el interior de la taberna, devorando todo lo que estuviera a su paso.

Tres de las cuatro paredes acabaron destrozadas por culpa de la onda expansiva. El hombre que había amenazado a Christa ahora yacía con un puntiagudo trozo de madera clavado en el cuello. La mesera, la misma que había intentado bajar a la princesa de la mesa, luchaba por salir de los escombros sin grandes resultados. El dueño de la taberna se encontraba de pie con un montón de cristales atravesados en su dorso; no había vida en su mirada. Una buena parte de los clientes que se quedaron a presenciar el espectáculo murieron a causa de la explosión, y los que consiguieron sobrevivir se quejaban en el suelo.

Si no se hubiera lanzado al suelo como su instinto le dijo que lo hiciera, Christa habría terminado como el pobre diablo con la estaca clavada en el cuello. Como estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones había desarrollado un instinto de supervivencia sobrehumano. No obstante, su capacidad para sobrevivir a los intento de asesinato por parte de los detractores de su madre tampoco era un arma milagrosa que le eximía de todo daño.

Un hombre con la cabeza rapada y un cuchillo en la mano, acompañado de otros tres personajes, apareció en la taberna sonriendo de oreja a oreja.

—Lo siento, lo siento, no pensé que la explosión sería tan fuerte —mintió el mercenario, adentrándose en lo que quedaba de la taberna—. Vamos, no me miren así. ¡Todos aquí sabemos quién es la culpable! —dijo para entonces apuntar con su arma a Christa—. Es bueno volverte a ver, princesa. Has sido muy escurridiza estas últimas semanas, pero por fin estás justo donde te quería.

—Ya resolveremos lo de la espada de mi madre —le dijo al samurái—, pero ahora es momento de correr.

Y dicho lo dicho, Christa se levantó para echar a correr lo más rápido que podía lo cual, considerando el dolor que sentía, no era demasiado.


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Una nueva era [Privado][Pasado] Empty Re: Una nueva era [Privado][Pasado] {Sáb 2 Abr 2022 - 15:41}

La chica siguió mostrando el mismo carácter a pesar de que el extraño intentará detenerla, parecía como si quisiera matar a todo el que se atreviera a mirarla. Amenazó al extraño antes de saltar de la mesa y hacerse una bola, Aigon reacciono rápidamente dándole una patada a la mesa y poniendo a ambos a cubierto tras la mesa, instantes antes de la explosión. Se levanto observando como toda la taberna había quedado echa pedazos y envuelta en llamas mientras unos tipejos entraban a lo que quedaba de ella amenazando a la princesa, que salió corriendo de inmediato dejando atrás todo aquel caos. La camarera estaba tumbada en el suelo, una de los pocos que había sobrevivido a la explosión gracias a que el tipo de la capucha la había podido poner a salvo tras la barra del bar. -Corred tras ella, no llegará muy lejos estando tan magullada, esta vez no escapara…- Dijo el que parecía estar al mando mientras el resto del grupo salía corriendo tras la chica.

Aigón sostenía ambas katanas en las manos apretándolas con rabia y preparado para hacer pagar a aquellos desgraciados todo el caos que habían provocado cuando la voz del extraño le devolvió un poco la cordura. -Chico, ayúdame a sacarla de aquí. - Dijo señalando una enorme biga de madera que había caído sobre la pierna de la camarera. El peliazul acudió rápidamente hasta ellos, agarró la biga con una mano y la levantó hasta que el extraño saco a la chica de debajo para luego sacarla del local entre ambos. -Me llamo Jhon. Necesito tu pedirte un favor. - Dijo mientras apoyábamos a la camarera contra la fachada de uno de los edificios colindantes que aun se tenia en pie. -Busca a la princesa y ponla a salvo por favor, es muy importante que esos desgraciados no la capturen o estaremos perdidos. – Decía el hombre buscaba entre sus pertenecías algo con lo que poder hacerle un torniquete a la camarera.

-Yo me encargo Jhon. - Dijo súbitamente poniendo una mano sobre su hombro. -Cuida de la chica y espérame aquí. Volveré enseguida. – Terminó de hablar y sacó sus katanas, la mirada del peliazul estaba encendida como el mismísimo fuego del infierno y comenzó a andar siguiendo la dirección en la que la princesa y sus perseguidores habían salido corriendo. No era un rastro muy difícil de seguir, pues la chica había salido sangrando y los tipos hacían bastante escandalo mientras la perseguían llamando la atención de la gente que paseaba por el distrito del Mudleaf a esas horas de la noche, mientras la fina lluvia seguía cayendo formando pequeños charcos de agua en las calles.
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Una nueva era [Privado][Pasado] Empty Re: Una nueva era [Privado][Pasado] {Dom 17 Abr 2022 - 22:39}

Corría lo más rápido que podía, aguantando buenamente el dolor mientras la sangre se deslizaba por su brazo cortado. Tenía que deshacerse de los malditos mercenarios, pero no era buena trazando planes complicados para salir indemne de situaciones complejas. Una de las opciones que tenía era darse la media vuelta y enfrentarlos, cobrar venganza por haber matado a un montón de inocentes y destrozar la taberna. Sin embargo, cualquier luchador medianamente inteligente y experimentado sabe que la dificultad de un combate múltiple aumenta exponencialmente con cada luchador extra.

Las calles de los suburbios eran oscuras y estrechas, parecían una enrevesada red de callejones de los cuales solo unos pocos tenían salida. A cada lado se levantaba un imponente edificio de tres o cuatro pisos en mal estado, hecho casi por completo de madera y restos; solo unos pocos gozaban de la piedra oscura característica de los acantilados del norte. Por otro lado, las personas de los barrios peligrosos de Towerbridge preferían vivir en silencio y ajenas a los problemas de las calles; pedir ayuda solo era una pérdida de tiempo.

Christa tomó el lado izquierdo de la bifurcación, pero entonces se encontró con un callejón sin salida. Chasqueó la lengua y frunció el ceño, maldiciendo al cielo por su pésima decisión: ya no tenía otra opción que enfrentar a los mercenarios. Al voltearse, se encontró cara a cara con uno de ellos, el rufián de aspecto cadavérico y cabellos ondulados; justo detrás se hallaba la atractiva mujer. Por fortuna, como las calles eran tan estrechas era difícil que le rodeasen y flanqueasen. Todavía conservaba una importante probabilidad de salir con vida del enfrentamiento.

—Eres como un maldito grano en el culo, princesa —dijo el rufián—. Te hemos perseguido por más de dos semanas y siempre te escabulles, pero hasta aquí llega tu suerte.

En un terreno más abierto y sin tantos obstáculos habría llamado al viento para convocar a Isara, pero la imponente criatura alada no podía aterrizar en un espacio tan pequeño. Por otra parte, usar la minicannon era una alternativa osada y arriesgada puesto que provocaría un infierno inextinguible en los suburbios, y no iba a involucrar a cientos de inocentes en una batalla que no les incumbía.

—Estás cometiendo un error si crees que tú solo puedes contra mí —le dijo al bandido—. Te daré una oportunidad para que des la media vuelta y me dejes en paz.

Pero, tal y como imaginaba, el rufián se limitó a soltar una risa burlesca y entonces desenfundó dos cuchillas curvas en forma de media luna. La luz de la luna se reflejaba en el metal, haciéndolas brillar de manera hipnotizante.

—El jefe nos ha dicho que te capturemos con vida, pero no creo que vayas a necesitar esas manos tan bonitas que tienes.

El bandido, en vez de abalanzarse como un psicópata cualquiera, comenzó a caminar hacia la princesa con la guardia en alto y siempre teniendo en mente la estabilidad. Podía parecer un imbécil, pero sabía lo que hacía y acababa de dejar en evidencia que poseía experiencia en combates reales. Cuando Christa entró en su radio de alcance, el mercenario giró su dorso completo y estiró su brazo para realizar un corte de abajo hacia arriba con la intención de rebanar el pecho de la princesa. Christa reaccionó con la velocidad de un animal y se echó hacia atrás, introduciendo la mano dentro de la capa y sacando de esta una concha blanca.

El bandido atacó una vez más, apresurando su pie derecho para realizar otro corte más, esta vez de arriba hacia abajo. Christa, entendiendo sus intenciones, dio un paso hacia atrás con su pie izquierdo y dejó que el arma pasara a pocos centímetros de su rostro. La princesa alzó la mano, apuntando con la palma de esta a su enemigo, y pulsó un botón. Un instante después nació una nube tan negra como la noche que tomó la forma de una espada, atravesando el cuello del rufián.

—Idiota —gruñó.

Era improbable que un bandido cualquiera tuviera en conocimiento la existencia de los diales, artilugios fantásticos fabricados en Skypiea, una de las islas del cielo. Aprovechó la ignorancia de su oponente para asegurar el éxito y, luego de ver sus movimientos, tomarle por sorpresa.


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Una nueva era [Privado][Pasado] Empty Re: Una nueva era [Privado][Pasado] {}

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