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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Sáb 28 Mayo 2022 - 18:14}

El viaje estaba resultando ser mucho más rápido de lo que había imaginado, pues hacía solo unos pocos días estaba en el inicio del Grand Line. Los Piratas de Duke habían terminado sus asuntos en Karakuri y se preparaban para marchar a la siguiente isla, una que evocaba recuerdos lejanos en la mente de Christa, una que revivía cierta melancolía en su interior. Había estado un par de veces en Dark Dome, la isla de la eterna noche, no solo para conocer la torre que había diseñado y construido su madre, sino también para ver con sus propios ojos la ciudad en donde había comenzado todo. A día de hoy, una parte de ella deseaba que jamás hubiera existido la promesa entre su madre y el vampiro.

—Esta vez viajarás con nosotros en el barco, ya lo he hablado con el capitán y hemos hecho un espacio para ti. No es justo que debas esconderte solo porque los humanos somos criaturas cobardes —le dijo a Isara mientras le acariciaba el cuello.

Y así, el enorme galeón abandonó las costas de Karakuri para perderse en el horizonte.

Dentro de la tripulación de Duke había personajes bastante interesantes, y uno de ellos era Michigan; claro está que no era su verdadero nombre, pero digamos que su madre le quería tanto como para nombrarle Bienaventurado. Michigan era un hombre talentoso de unos treinta años que comenzaba a sufrir el ataque de la calvicie, tenía los ojos marrones y una nariz larga que burlaba las reglas de la anatomía humana. La tarea que tenía dentro del barco era asegurarse de que todos sus compañeros llegasen vivos a la siguiente isla. Como el capitán tenía prohibido tomar el timón del barco, Michigan se encargaba de conducirlo y trazar las rutas correspondientes. No importaba cuán grandes fueran las olas, siempre encontraba la manera de zafarse.

—Tenemos un problema aquí, capitán —anunció de pronto, sosteniendo un catalejo con su derecha—. No, no es que se avecine una tormenta, solo que… Bueno, no debería haber tanto hielo en esta región del mar.

En ese día nublado en donde los rayos del sol apenas atravesaban las nubes, Christa tuvo la maravillosa idea de sacar una bonita flauta traversa que le había prestado un pirata y ponerse a tocar mientras Michigan anunciaba los problemas. Las dulces notas combinadas con el sonido de las olas amenizaban el viaje y tranquilizaban los corazones inquietos de los tripulantes, quienes podían ver un gigantesco iceberg en el horizonte.

—Michigan, encárgate de que el barco no se hunda por ningún motivo —le ordenó Duke—. Ningún trozo de hielo enviará al fondo del mar a los Piratas de Duke.


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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty Re: ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Dom 29 Mayo 2022 - 11:19}

Me desperté, aturdido y con la cabeza palpitante. Anoche había sido cuanto menos desenfrenada. En algún momento le dije a Yor que bueno, por una o dos copas no pasaría nada. Bueno, el problema es que, a juzgar por mi estado, no fueron ni una ni dos. Miré a mi alrededor mientras mis ojos se acostumbraban a la oscuridad.

- Ay, mi cabeza… ¿Dónde narices estoy?

Mientras intentaba levantarme comprobé rápidamente que llevaba todo lo que tenía que llevar. Las espadas, el parche, las espadas otra vez…. Sí, estaba más o menos todo. Una vez me acomodé a la oscuridad, pude discernir donde estaba. Concretamente, en la bodega de un barco… ¿fuimos Yor y yo al barco anoche? No recuerdo habérselo ofrecido… a decir verdad, no recuerdo demasiado. En fin. Puse la cara más serena posible, y abrí la puerta para ir a cubierta, sólo para encontrarme que… este no es mi barco.  Y bueno, eso no sería un problema si estuviéramos en el puerto, simplemente me escabulliría, bajaría del barco y volvería a la playa. El problema es que estamos en el mar. Y no precisamente cerca de la playa. Estamos muy en alta mar. ¿Esta gente no comprueba sus almacenes antes de partir? Busqué rápidamente un escondrijo donde poder barajar mis opciones. Ahora me encontraba en una encrucijada. Si me desvelaba directamente, corría el riesgo de que fuera un barco de amigos del gobierno. O, al menos, de odiadores de piratas. Cosa que no me beneficiaba. En un estado normal, seguramente podría acabar con ellos. Pero no esta mañana. Además, que iba a hacer yo solo en mitad del mar. No soy Yor, que parece ser que tiene una estrella en el culo. Yo seguramente moriría de hambre en el barco y hasta aquí mi cruzada personal. Que, hablando de Yor, ¿Dónde se había metido? Ese es un problema que tendrá que solucionar el Jin del mañana. O el Jin que llegue a tierra firme.

Fui sacado de mi aturdimiento súbitamente, pues empecé a escuchar movimiento. La tripulación parecía agitada por algo. No conseguí descifrar el que. Pasado un rato, decidí que lo mejor sería salir, disculparme al capitán, rezar por que no decidiera tirarme por la borda, y ofrecerle mis servicios al menos hasta la próxima isla. Ya vería qué hacemos cuando llegásemos a puerto.


Uno ya no puede ni beber sin entrar en contra de su voluntad a una aventura ineludible. – pensé – En fin, de perdidos al río.

Salí de mi escondite, actuando con toda la normalidad que pude imprimir en mi cuerpo. Intenté integrarme con el resto de la tripulación. Si nadie me paraba, pues eso que me llevaba. Aunque, la verdad, es que no esperaba durar mucho.


~ Ficha ~


Última edición por kuzaviak el Dom 29 Mayo 2022 - 18:59, editado 1 vez (Razón : añadir la ficha)
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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty Re: ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Lun 30 Mayo 2022 - 5:42}

Michigan era un navegante experimentado que había visto toda clase de fenómenos, incluso había visto desaparecer islas enteras frente a sus ojos, pero aún era capaz de mostrarse sorprendido a causa de la madre naturaleza. Aquella región del Paraíso debía ser cálida, al menos lo suficiente para no albergar trozos de hielo flotantes que, tarde o temprano, se volverían un problema puesto que el galeón no estaba preparado para atravesar plataformas de hielo glaciar. Y el primer problema no había tardado en aparecer, aunque nadie pensó que aparecería dentro del mismo barco.

Christa fue la primera en darse cuenta de la presencia de un hombre cuyo rostro se le hacía desconocido. Si bien llevaba navegando poco más de dos semanas con los Piratas de Duke, estaba segura de recordar tanto los nombres como las caras de los hombres con los que pasaba todo el día, y el tipo del parche definitivamente no formaba parte de sus recuerdos. Frunció el ceño y llevó la mano derecha hacia el interior de la capa mágica, estando preparada para enfrentarse al desconocido. Si se había infiltrado en un barco pirata, debía ser lo suficientemente poderoso como para enfrentarse a una tripulación completa, así que había que tener más cuidado que nunca; afortunadamente, Isara también estaba en el galeón, así que el pobre hombre lo tenía un poco complicado.

—¿Quién eres y qué haces en este barco? —le preguntó la princesa sin dejar de mirar al desconocido. De momento, solo Christa se había dado cuenta de la presencia del hombre del parche, lo cual dejaba en evidencia la escasa agudeza de la tripulación de Duke.

Ante la extraña pregunta de Christa, Duke se mostró confuso y respondió:

—¿Por qué le haces esa pregunta? Él es… Hmmm… Espera… ¿Cuál es tu nombre, muchacho? ¡Espera! ¡Nunca te había visto por acá! ¿Acaso serás…? —Hubo una tensa pausa que duró unos pocos segundos que, en realidad, parecieron horas. Y pronto la situación estalló—. ¡Escuchen, chicos, por fin ha llegado el del delivery! ¡Oh, mierda, qué hambre tengo! ¿Trajiste la pizza con extra pepperoni que pedí?

¡Pero si en medio del mar no hay delivery! Definitivamente la estupidez humana no tiene límites. ¿Cómo Duke ha sido capaz de sobrevivir tanto tiempo siendo un pirata tan estúpido?, pensó la princesa con una clarísima expresión de incredulidad. Ahora, el desconocido no dejaba de estar en problemas porque de seguro que no traía una pizza con extra pepperoni, y el capitán se enfadaría mucho por una pizza que jamás había pedido, pero era imposible tratar con los idiotas. Lo último que quería Christa era un espectáculo violento en el que Duke mostrase el porqué tenía una recompensa de 30 millones de berries, así que se apresuró en ayudar al desconocido.

—Joder, apestas a alcohol —le espetó, arrugando la nariz—. Bueno, da igual. Todos estaremos en problemas si le dices al capitán que no tienes la pizza con extra pepperoni, así que debes inventar una buena excusa. Di que se la llevó un pedazo de iceberg, va a funcionar seguro.

Y mientras todos esperaban la pizza (o las consecuencias de que no hubiera), solo Michigan luchaba por no chocar con el gigantesco iceberg que había aparecido de la nada.


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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty Re: ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Mar 31 Mayo 2022 - 20:29}

Tenía que pensar rápido en una excusa. Joder, joder, joder, joder. Me pasa por borrachuzo.

-Ah sí, respecto al delivery – intenté poner la mejor voz de atención al cliente que pude – me enviaron para informarle de que no pudimos sacar el pedido, pero que el próximo que pidieran quedaban completamente invitados. Sin embargo, tropecé en el barco y cuando volví en mí ya habían salido. Mala suerte la mía. Sin embargo – dejé el tono de atención al cliente, y giré la cabeza hacia el iceberg – creo que tienen problemas más importantes que la pizza. Yo diría que ese iceberg está peligrosamente cerca.

Confié en que, según había dicho la chica justo después de espetarme el olor a alcohol, fuera lo suficientemente tonto como para no reparar en mis espadas. O en mis cicatrices. Una vez desviada la atención del Capitán de mí, hice una seña a la chavala que me había avisado de que me siguiera. Me escabullí al almacén en el que desperté, y esperé que me hubiera seguido. Mi intención era, básicamente, explicarle que era un error, y que no pretendía asaltar el barco, ni mucho menos.

- Primero que todo, muchas gracias por avisarme antes. Lo último que hubiera querido es tener que luchar con vosotros – Al menos por ahora, pensé – Ayer, o cuando fuera que zarpasteis, estuvimos de celebración mi capitán y yo e igual se nos fue un poco de las manos. ¿No le habréis visto, por casualidad? Bajito, huele ligeramente mal, guapito, cicatriz muy grande en la cara…

Me quedé en silencio un momento, mientras buscaba en mi bolsillo la cajita de cerillas que usaba para encenderme los cigarros. Le tendí la mano

– Me llamo Jin, por cierto. Considérame subordinado a ti hasta que lleguemos a la próxima isla. Dicho esto, igual deberíamos preocuparnos de esquivar ese iceberg gigante que tenemos delante. No parece que esta tripulación tenga la experiencia como para salvar este barco del impacto y, por lo que sea, no me gustaría ahogarme aquí. - me quedé pensativo un momento - Espera, espera. Este mar, en principio, es un mar de aguas cálidas. ¿Cómo narices hay un iceberg aquí?
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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty Re: ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Jue 2 Jun 2022 - 1:04}

Duke frunció el ceño y se cruzó de brazos cuando escuchó que la pizza no había llegado. Los tripulantes del barco hacían lo posible para darle ánimos y evitar un escándalo que afectaría negativamente al pobre chico que solo daba las malas noticias. Los cabellos rubios de Duke comenzaron a levitar como si no respetaran la gravedad, lo cual evidenciaba lo enfadado que estaba. Tal era su sed de sangre (o hambre, vaya a saber uno) que la madera del barco comenzó a quejarse, rechinando como una puerta sin engrasar. Tuvo que aparecer el as bajo la manga de la tripulación, un hombre que se hacía llamar Furritón, para calmar la tormenta que se avecinaba. Así, un sujeto vestido de chef atravesó la puerta del castillo del barco, sosteniendo una bandeja de plata y sobre ella una gigantesca pizza con extra queso.

—Aquí tienes la pizza, Duke, me la ha dejado una cigüeña —dijo el cocinero de la tripulación—. Y tú, jovencito, creo que nos debes una buena explicación, pero por ahora te dejaré tranquilo. Christa, encárgate de él.

Por suerte, en los Piratas de Duke había tres personas que escapaban de los estándares de idiotez de la banda: Michigan, el navegante; Furritón, el cocinero; y Hada, la hechicera. Si no fuera por ellos tres, el barco se habría hundido hacía muchísimo tiempo. Por otra parte, la princesa hizo caso a las palabras de Furritón y siguió al desconocido con la vista clavada en su espalda. Se le veía un hombre serio y difícil de leer; tenía que averiguar sus intenciones y cuidarse de no dar un paso en falso. Había una lista interminable de hombres que odiaban a su madre a pesar de que había muerto, hombres que usarían a Christa para vengarse y así calmar su dolor.

—De nada, solo espero que lo recuerdes a futuro —respondió con los brazos cruzados y la espalda apoyada en la baranda de madera—. Así que te has emborrachado y te has equivocado de barco… Ya veo, por eso apestas a alcohol. Lo siento, me gustaría ayudarte, pero no he visto a tu capitán. —La princesa recibió la mano de Jin y le dio un buen apretón—. Mi nombre es Christa von Steinhell. Si mi apellido hace ruido en tu cabeza, debes saber que no es buena idea meterse conmigo. Y no te preocupes por el barco: los Piratas de Duke no son para nada unos novatos.

De pronto, la embarcación dio un giro brusco que sacudió a todos los tripulantes, haciendo que la princesa trastabillara. Cuando alzó la mirada se encontró de frente con un gigantesco trozo de hielo. Desde el timón, Michigan advirtió a sus compañeros que se sujetaran porque el barco impactaría con el iceberg, y Christa así lo hizo. La masa de hielo destrozó una buena parte del ala oeste del navío, justo donde estaban Jin y Christa, pero, a pesar de lo feo que se veía, no parecía comprometer el funcionamiento general de la embarcación. Sin embargo, en el Paraíso las desgracias siempre iban acompañadas, y qué peor que una horda de pingüinos enfadados hasta el culo.

El caos comenzó a reinar justo cuando el primer pingüino saltó del iceberg y abordó el barco. Tenía el tamaño de un niño y llevaba una bufanda roja alrededor de su cuello. Uno de los piratas de Duke lo encontró encantador y quiso acariciarle la cabeza, pero a cambio recibió una patada que lo arrojó al mar. Tras un grito de guerra del pingüino primigenio, los otros abandonaron el iceberg y atacaron a los piratas. No eran aves ordinarias ni débiles, sino pingüinos marciales entrenados para matar de las formas más aterradoras a los humanos que tanto daño hacían al medio ambiente. Por fortuna, Christa tenía una relación magnífica con todos los animales y los pingüinos ninja-karatekas no eran la excepción. Ahora, ¿cómo se llevaría Jin con ellos?

—Ya no solo tenemos el problema de los icebergs, también nos han invadido unos pingüinos…


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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty Re: ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Sáb 4 Jun 2022 - 22:31}

- Von Steinhell… ¿debería sonarme de algo? En fin… – Me encogí de hombros – es bueno saber que la tripulación no son unos inú-

El golpe contra el iceberg me derribó al suelo, cortando en seco lo que estaba diciendo. Me levanté rápidamente, y me dirigí a ver si el iceberg había causado daños importantes al casco. Ya que me había colado en su barco, que menos que serles útiles. Sin embargo, no todo podía ser fácil. Del iceberg saltó un pingüino que, a decir verdad, lucía completamente inofensivo. Esto fue, claro, hasta que le propinó una patada voladora directamente a la cabeza a unos de los tripulantes, que le mandó volando al mar. Bueno, al menos ahora habría un hueco para mí.

Desenvainé las espadas y me puse en posición de ataque. Por desgracia, Christa se colocó a mi lado. Muy cerca, pensé. Supongo que Dios escuchó mis quejas, pues los pingüinos prácticamente ignoraron a Christa, haciendo un círculo casi perfecto alrededor de mí

- ¿En serio? ¿Qué os he hecho yo?

No iba a esperar a que empezaran a atacar así que, una vez pronuncié esas palabras, aceleré hacia uno de ellos, propinando una tajo que probablemente mataría a un par de ellos. Sin embargo, una vez se dieron cuenta de que podría ser una amenaza, se me abalanzaron prácticamente todos a la vez. Eran rápidos, eran muchos y estaban muy enfadados. Solo podía defenderme.

Con el tiempo, un hueco se abrió en su defensa que aproveché inmediatamente, propinando un corte giratorio que mató a 3 de ellos. Intentaron oponer resistencia, pero una vez rota su formación, lo único que pudieron hacer fue darme algún rasguño de cuando en cuando. Los cadáveres se fueron acumulando sin que pudieran hacer demasiado al respecto.

Acabada la pelea, me recosté en una pared del barco

-No sé que les pasa a los animales, pero todos tienden a atacarme. Mala decisión por su parte. - Me descubrí, una vez más, con una herida sangrante en el pecho. – Qué se le va a hacer.

Me encendí otro cigarro

-Bueno, habrá que ponerse a limpiar un poco.
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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty Re: ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Jue 9 Jun 2022 - 17:39}

El que Jin desconociera el apellido von Steinhell significó un duro golpe al orgullo de la princesa, aunque también significó alivio puesto que un hombre tan ignorante no debía suponer un problema real. Era probable que no dimensionase las recompensas que conseguiría en caso de entregar a la hija de la Reina Bruja, fuera a otros piratas o al mismísimo Gobierno Mundial. No es que hubiera una recompensa oficial por Christa, por el momento no suponía un peligro para nadie, sino que más bien era un premio simbólico, la última pieza a erradicar para exterminar para siempre el legado maldito de los von Steinhell. En fin, al menos podía dejar de preocuparse tanto, aunque tampoco confiaba en el pirata.

La invasión de los pingüinos karatekas era caótica, atacaban sin piedad a los piratas con la intención de arrojarlos por la borda; tal vez querían adueñarse del barco y usarlo para sus propios fines. Y los Piratas de Duke hacían lo mismo con los pingüinos: los echaban de la embarcación para que no fueran un problema. No obstante, de entre todos los hombres había uno especialmente despiadado: Jin, El Pizzero. Una expresión de horror y furia desmedida transformó el rostro de la princesa cuando le vio cortar a tres pingüinos karatekas con su espada. ¿Cómo un hombre podía ser tan cruel? Una de las aves se arrastró por el suelo hasta llegar a los pies de Christa, dejando una estela de sangre a su paso. Tenía una herida profunda en el pecho. Quiso atender a la criatura malherida, pero era demasiado tarde.

—¿Qué se le va a hacer? ¿Habrá que limpiarse un poco? —repitió las palabras del pirata—. ¿Cómo puedes ser tan insensible, estar tan tranquilo después de haber masacrado a unos pobres pingüinos? —Los ojos de la princesa estaban puestos en Jin, tenía el ceño fruncido y algunas lágrimas de furia comenzaban a asomarse—. ¡¿Por qué no solo los arrojaste por la borda?! ¡Por eso todos los animales te atacan! ¡Porque eres un maldito monstruo!

A continuación, la princesa sacó un pequeño silbato de plata con unas inscripciones rúnicas y lo llevó a sus labios para soplar con fuerza. De un momento a otro, el barco se sacudió con fuerza y a momentos el día se oscurecía como si fuera de noche; cualquiera que alzara la mirada se daría cuenta de que había algo volando sobre el galeón.

—No soy un monstruo como tú así que te daré una oportunidad: vas a saltar del barco y buscar la forma de sobrevivir, me da igual si lo consigues o no —le ordenó—. Si no lo haces, acabarás en el estómago de Isara. —La gigantesca sombra que se veía en el cielo descendió hasta ubicarse a unos pocos metros de donde estaba Christa, manteniéndose en el cielo. El enorme grifo de plumaje albino tenía la vista clavada en Jin—. Y reza para que no nos volvamos a encontrar porque jamás olvidaré tu crueldad, lo juro por mis difuntos padres.

Mientras Christa amenazaba a Jin, los Piratas de Duke se reunían para formar un círculo sin entender lo que estaba pasando. Algunos estaban heridos, pero ninguno había muerto. Otros miembros de la tripulación lanzaban cuerdas para recuperar a los que habían caído al agua. En cuanto a los pingüinos karatekas, estaban volviendo al iceberg de donde saltaron.


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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty Re: ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Jue 9 Jun 2022 - 19:16}

- ¿Insensible? Los pingüinos sabían a lo que se exponían al atacar el barco. No voy a tenerles el poco respeto como para atacarles con menos fuerza. – Me expliqué sin darle mucha importancia – Y yo diría que empezaron ellos.

Pensaba que no era tan serio, simplemente discrepábamos en cuanto a la autodefensa, pero no era para darle más importancia. Sin embargo, Christa hizo sonar un silbato de plata con fuerza, y una sombra gigante apareció en el cielo. Comprendí rápidamente que a la princesa le había molestado más el asesinato de esos pingüinos más de lo que yo había considerado al principio.

Una sombra gigante apareció en el cielo, un glifo al que Christa había llamado Isara. Sin duda es un animal digno de ver. Seguro que le caigo genial, pensé con sorna. Intenté mantener la compostura frente a un animal de tal envergadura, tarea que fue realmente difícil. Christa me había dado un ultimátum. Si entendemos por ultimátum el echarme del barco inmediatamente. Lo cual no me viene especialmente bien, teniendo en cuenta que estamos en mitad del mar y que no hay absolutamente nada en seguramente decenas de kilómetros. Espero que a Yor le esté yendo mejor, esté donde esté. Tenía que intentar negociar con Christa como fuera, no podía ser que mi vida acabara en medio del mar, a kilometros de toda civilización, sin haber llevado a cabo mi cruzada personal. Y sin que Yor supiera nada. Miré a Christa a los ojos, una mirada calmada y conciliadora.

-Entiendo tu enfado, de verdad. Sin embargo, piensa una cosa. Nadie de tu tripulación ha resultado gravemente herido, ni muerto. Todos están a salvo. – Intenté usar el tono más conciliador que pude poner, aún con toda la tensión que se respiraba en el ambiente – Y de los pingüinos, sólo hay 3 malheridos. Podría haber sido bastante peor. – No esperé a que reaccionara a eso – Y, piénsalo, las únicas dos opciones que me estas dando es o morir comido o morir ahogado. ¿Realmente quedarías moralmente superior a mí?

Intenté mantenerme firme al decir esa última frase; no sabía si sería la que me hundiría o me salvaría. En el barco se respiraba tensión. Esperé pacientemente su respuesta.
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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty Re: ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Jue 9 Jun 2022 - 20:36}

Jin debió haber mantenido la boca cerrada y hacer caso, o como mínimo haberse mostrado arrepentido por lo que había hecho, pero en vez de eso decidió avivar más el fuego dentro de la princesa. Christa odiaba a los hombres incapaces de mostrar una pizca de empatía por un animal asesinado. Su parte más racional entendía que los pingüinos karatekas habían invadido el barco, pero no hacía falta hacer uso de fuerza letal para lidiar con la situación. Bueno, en realidad ella tenía la culpa por haber pensado que un pirata sería algo más que un bárbaro.

—¡Si nadie ha muerto es porque jamás nos atacaron con intención de matar, maldito idiota! —rugió Christa, dando un paso hacia delante—. ¿Dices que podría haber sido peor cuando mataste a tres frente a mis ojos? ¿A cuántos más querías matar para sentirte a salvo de unos pingüinos que solo sabían karate? No eres más que un cobarde y encima no entiendes nada —le espetó con el ceño fruncido—. No me interesa la moral ni ser más buena que nadie, pero lo que has hecho frente a mí ha sido un grave error. Te estoy dando la posibilidad de sobrevivir allá fuera, y es mucho más de lo que tú les diste a los pingüinos; si mueres será culpa de tu debilidad.

La situación no era buena para ninguno de los dos puesto que, en realidad, la princesa no formaba parte de la tripulación y estaba montando un espectáculo en frente del capitán. ¿Y si se lo tomaba a mal? Podía pensar que estaba dando órdenes sin su autorización y eso ofendería a cualquier autoridad. Sin embargo, en ese momento Christa solo tenía cabeza para Jin y se encargaría de darle una lección aunque tuviera que llegar ella misma nadando a Dark Dome. Estaba molesta por tantas cosas que era difícil canalizar su furia a través de las palabras. La princesa había desarrollado una conexión especial con los animales tras haber pasado casi la mitad de su vida viviendo en bosques y montañas, conviviendo directamente con innumerables criaturas. A diferencia de los seres humanos, los animales no albergaban maldad dentro de ellos, por eso sabía que los pingüinos karatekas no estaban atacando con la intención de matar; habría sentido la sed de sangre en caso contrario. O eso creía.

—El chico solo se estaba defendiendo, Christa —intervino Michigan, acomodándose la gorra—. Estamos navegando en el Paraíso y para sobrevivir aquí es buena idea asumir ciertas cosas. Entiendo que los animales te importan más que los humanos, pero no debes olvidar que ante los ojos de algunas bestias no somos más que carne.

—¿Cómo iba a olvidarlo? He pasado más tiempo que ninguno de ustedes sobreviviendo en ambientes que no imaginan. Lo que ha hecho este hombre…

—Aún no he terminado de hablar —le interrumpió el navegante y volteó la mirada hacia Jin—. Cuando el capitán está siendo un idiota soy yo quien toma las decisiones. No creas que he olvidado que te colaste en nuestro barco. Puedes ser un espía o un enemigo, no lo sabemos, pero para sobrevivir aquí es buena idea asumir ciertas cosas, ¿no? —Michigan le hizo un gesto a un hombre y este comenzó a moverse—. Habría dejado que te quedases en el almacén hasta la siguiente isla, pero has hecho enfadar a nuestra protegida.

El hombre regresó con una bolsa en las manos y se la tendió a Jin.

—Es comida suficiente para una semana. También te daremos un bote, pero dependerá de tu suerte llegar vivo a la siguiente isla —dijo finalmente Michigan—. Sin rencores, chico, somos piratas después de todo, ¿no?

Christa iba a quejarse porque el vicecapitán estaba siendo muy bueno con Jin, pero recibió una mirada que le hizo entender que era mejor dejarlo hasta ahí. Sabía que iba a ser regañada después, había metido la pata por su imprudencia y tendría que lidiar con las consecuencias, pero no se arrepentía de nada: el ser humano debía aprender a vivir en armonía con la naturaleza y respetar el ciclo natural de las cosas.


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¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] Empty Re: ¿Los iceberg no nos traen recuerdos? [Evento] {Vie 10 Jun 2022 - 1:04}

Por desgracia, no había acertado con la frase. Jin no respondió más. Era capaz de reconocer que Christa tenía su parte de razón, es posible que no hubiera hecho falta asesinar a esos pingüinos. Sin embargo, tampoco creía que fuera para tanto. Al fin y al cabo, tarde o temprano les iba a llegar la muerte, qué mas da que fuera por su culpa o por la de otro pingüino o por las inclemencias del tiempo. O eso pensaba Jin, al fin y al cabo. Durante el monólogo de Christa, de cuyo único argumento Jin empezaba a cansarse, tuvo miedo de que la princesa realmente rompiera del todo y tuviera que pelear contra ella. O contra aquel bicho alado. Jin era plenamente consciente de que, si eso ocurriera, Jin no vencería. Llegados a este punto, estaba preparado para lo que fuera. Por suerte, el navegante del barco intervino y, para sorpresa de Jin, estaba a su favor. Jin pudo relajar la postura ligeramente, aunque no por mucho tiempo. El capitán se volteó hacia él, esencialmente echándolo del barco. Sin embargo, se le acercó tendiéndole un macuto con comida y le prestó un bote.

Tenía razón el navegante, Jin podría ser un espía de una banda enemiga o, Dios no lo quiera, del Gobierno. Y, al fin y al cabo, aunque fuera sin querer, se había colado en un barco pirata. Tenía suerte de que no lo hubieran tirado por la borda nada más entrar.

-Sin rencores. – respondí con un tono respetuoso, que se hacía llamar Michigan – Sin embargo, muchas gracias por el bote. No haría eso cualquier pirata. – Le tendí la mano en señal de respeto – Y, sin ánimo de ofender, espero que no nos encontremos nunca más.

Esperé durante un momento a que me diera la mano, y luego me moví hacia el bote. No dirigí la mirada hacia Christa, en parte por miedo a que eso destruyera por completo esta ífima oportunidad de escape que me habían proporcionado. Una vez subido al bote, hice una corta reverencia hacia Michigan, y caí al mar.
Pasados unos kilómetros, una vez se me acabó la euforia de que no hubieran decidido acabar conmigo en ese instante, empecé a darme cuenta lentamente de que, sin un Log Pose para orientarme, era puramente cuestión de suerte el llegar a una isla o perderme en el mar y morir deshidratado. Bueno, pensé, si Yor, que no sabía cómo manejar un bote, llego a Samia sin morir, no puedo ser yo menos. Con ese nuevo pensamiento, aún teniendo presente que ya sólo dependía de la suerte, puse rumbo hacia… delante, supongo. Fuera a donde fuese. Intenté hacer como Yor, y esconder mis miedos en una capa de optimismo idiota aplastante. Por desgracia, no conseguí hacerlo del todo y, durante todo el viaje, tuve la incipiente sensación de que todo era en vano. De que moriría en el mar deshidratado o ahogado o naufragado. Por suerte, no fue del todo así.
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