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La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] Empty La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] {Lun 13 Jun 2022 - 16:45}

Tras la última misión con su compañero Kurosawa, la cual fue un éxito rotundo tanto por la misión que tenían los demás como la que tenía personalmente Matt, por lo que eso, le llevaba a la siguiente fase, ¿Cual? Muy fácil, prueba y error... Hojo, el científico creador de Matt fue quien descubrió la fruta del diablo en ese iceberg, fue quien le ordenó digerir dicha fruta, pero hasta él sabía que las consecuencias podrían ser funestas, por lo que... ¿Que mejor isla que esta por si se descontrola la cosa? Sabía que la Fruta era una Zoan ¿Cómo? Es un científico del gobierno, a saber como puñetas consiguen ese tipo de información... La nueva misión de Matt era, cuando estuviera cubierto y escondido usar las habilidades de esa fruta y probar un tanto sus capacidades...
Hojo no era estúpido, sabía que controlaba a Matt por la programación y el bloqueo que le tenía en el cerebro humano que usaba, no sabría que pasaría si la fruta le desbloqueaba dichos parametros o si el instinto animal se fusionaba con el "humano" y maquina, lo que podría provocar un depredador animal de otro mundo, pero eso era algo que tendría que descubrir poco a poco...

-Matt, he corregido tus parámetros, pero no veo optimo realizar otra misión tan pronto... Dejarme hacer más pruebas- Pedía el pequeño científico que perseguia a todas partes al cyborg, su misión era arreglarlo, volverlo optimo por lo que no podía permitir otra misión en un territorio tan agresivo, pero eso al robot le daba igual, las prioridades de orden eran los tres jefazos, omega, compañeros asignados y Glass, el científico que era el último en el escalafón por lo que... Bueno, claramente no le hizo caso...

Con el abrigo de la noche consiguió ir a un callejón de mala muerte, de los más malos que encontró, ascendió al tejado del edificio y esperó a tener un claro objetivo, algún drogadicto, borracho o algún herido, daba igual si era buena persona, mala, un crío o un adulto, daba exactamente igual, solo se necesitaba alguien para activar sus nuevas habilidades... Hasta Matt sentía "curiosidad" para él, la fruta era un nuevo modelo de combate, quería probar cuan eficiente se habría vuelto con ese fruto del diablo, ya pensaba que antes era optimo en misiones, si encima se ha visto mejorado... Ahora mismo era una máquina perfecta de guerra... ¿Será egocentrismo o estaba metiendo la pata?


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La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] Empty Re: La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] {Lun 13 Jun 2022 - 18:33}

Había aprendido algo importante durante el tiempo que viajó con los Piratas de Duke: no todos los piratas eran unos desalmados como Jin. Le hubiera gustado pasar más tiempo con ellos, escuchar los caprichos del capitán y las eternas discusiones que tenía con Michigan, el navegante del galeón; sin embargo, la princesa recorría un sendero distinto al de la piratería y tenía sus propios obstáculos que superar. Recordaría la protección que le dieron los Piratas de Duke cuando la necesitó para recorrer el Grand Line, e iba a retribuirla cuando llegara el momento oportuno.

Como tenía pensado quedarse unos cuantos días decidió arrendar un pequeño apartamento cerca de uno de los parques emblemáticos de la ciudad, el Night Forest. Era uno de los pocos lugares que mantenía algo de vegetación, así que era el sitio indicado para alguien que amaba los bosques; además, si llegara a tener problemas, le sería sencillo escabullirse entre los árboles y huir del peligro. Por otra parte, había estado preguntando acerca del paradero de Chronos. Tenía que ser discreta y hablar la misma lengua de los criminales: la del dinero. Muchos de ellos tenían códigos de comportamiento estrictos, pero más eran los que preferían faltar a su palabra por un par de billetes. Gracias a esa escoria había descubierto que se realizaría una subasta en un club reconocido de la ciudad, y para entrar necesitaba uno de los doscientos boletos vendidos.

—A este idiota le gusta ir de subasta en subasta… —gruñó Christa—. ¿Y por qué tiene que ser tan difícil entrar?

Ahora tenía que conseguir uno de esos boletos y lo cierto era que prefería no molestar a un mafioso importante de la ciudad. Se encontraba en una disyuntiva porque recuperar a Stormrage significaba más para Christa que enfadar a la gente equivocada. Si no fuera así, jamás habría jugado al policía y al ladrón por tres islas sin siquiera tener un barco propio. La oportunidad de hacer pagar al ladrón por lo que había hecho estaba al alcance de su mano, solo debía tomar el riesgo y aceptar las consecuencias. ¿Por qué iba a echarse atrás ahora? Ese nunca había sido su estilo.

Pasearse por los barrios elegantes de Dark Dome parecía una buena idea, pero no lo haría con esa pinta de bandida que tenía. Por eso había comprado un vestido para la ocasión, una hermosa prenda de una sola pieza que realzaba su contorneada figura. El intenso color escarlata hacía juego con los aretes de rubíes que había alquilado; no era tan tonta como para gastarse un dineral en joyas de lujo. Llevaba unos guantes blancos y unos tacones incómodos pero necesarios para la misión. Esperaba que algún ricachón se fijara en ella y le contase un poco sobre los boletos. Los barrios elegantes no solo tenían restaurantes de primera categoría, también había muchos clubes con bebidas increíbles. O eso le habían dicho en uno de sus interrogatorios.

—Es momento de trabajar —se dijo a sí misma en un susurro.


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La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] Empty Re: La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] {Jue 16 Jun 2022 - 13:32}

Paciente esperó en el tejado, hasta que su primera victima apareció, un hombre de mediana edad, algo regordete, parecía estar borracho, balbuceaba cosas sin sentido -Era una mano segura...hipp... Seguro que han hecho trampas... hipp... La rubia esa me ha traido mala suerte... hipp... ¿¡Como les devuelvo tanto dinero!?- Grita mientras lanza una botella contra el suelo haciéndola añicos contra el suelo. No había nadie más en el callejón, era la mejor forma para probar sus nuevas habilidades... Matt se preparó, no sabía como usar las habilidades de la fruta pero simplemente lo "deseó" si es que se le puede llamar así. Poco a poco, el cuerpo humanoide de Matt pasó a ser algo diferente, su cuerpo no se encogió, simplemente mutó, de su espalda empezaron a brotar brazos, también lo que parecía un saco pero no era más que la parte del abdomen, en pocos segundos teníamos una araña del tamaño de un maldito perro lobo checoslobaco, o de dos, me da miedo mirar dos veces para acertar con el tamaño.
Dicha araña bajó por las paredes sin caerse, hasta posicionarse sobre su presa, cuando este se quiso dar cuenta y mirar hacia arriba, pudo ver como unos colmillos enormes cayeron en picado sobre su cabeza -¡Aahhh!- Se escuchó brevemente, luego desapareció... Matt en su nueva forma picó a su presa, la envolvió en su seda y la dejó colgando del edificio en el callejón, el hombre seguía vivo, envuelto en esa seda metálica, suave y resistente, inconsciente y a punto de ser devorado por... ¿Se lo comerá? ¿Puede Matt hacer eso? Bueno, ahora es una araña...

Dejó el saco de boxeo como señuelo, ahí en medio y se escondió en su forma animal, pero algo estaba sucediendo a la par, la mentalidad del robot se estaba viendo alterada por los instintos animales que la fruta le había otorgado, una variante que para el científico que lo creo era un gran descubrimiento a la vez que un maldito problema para seguir controlando su arma y juguete favorito. Dentro de Matt, ya no funcionaba con programación, volvía a ser lo que era antes, un ser vivo con más prioridades que las de hacer caso ciego al gobierno...

Pocos minutos después, una nueva presa apareció por el inicio del callejón, un muchacho, era joven, muy joven, con pinta de ratero, sería un pobre huerfano que se busca la vida robando y comiendo sobras de la basura... Pobrecillo, no ha vivido y ya tiene que morir...


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La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] Empty Re: La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] {Vie 17 Jun 2022 - 21:29}

¿Tenía un plan infalible con todos los pasos premeditados y las incontables situaciones posibles absolutamente predichas? Claro que no, eso solo pasa en películas. No sabía qué camino tomar, pero quedarse encerrada en el apartamento pensando en un plan no le llevaría a nada; había que moverse y conseguir información sobre la gente que poseía un billete. Como no quería enfadar a la gente equivocada tenía que hacerlo con la cabeza; sin embargo ¿cuáles eran sus opciones? Tampoco es como si conseguir el boleto equivaliese a recuperar a Stormrage. Después de entrar a la subasta sin llamar la atención iba a tener que pujar por el arma o, en el peor de los casos, robar lo que en principio fue robado. Ahora mismo no importaban las consecuencias, la princesa estaba dispuesta a aceptarlas aunque significara lidiar con un enemigo peligroso.

El ruido de la gente, las intensas luces de todos colores y los aromas provenientes de los restaurantes… Hacía tiempo que no estaba en un lugar así. Se había acostumbrado a los bosques y montañas, olvidándose de los salones lujosos y los restaurantes exclusivos, pero la educación dada por sus padres seguía estando en alguna parte de ella; al menos caminaba con la espalda recta y la mirada al frente. Odiaba tener que llevar un vestido ajustado, pero era un arma efectiva en contra de algunos hombres. Extrañaba las camisas holgadas y los pantalones que solía llevar, o como poco prefería la armadura que había heredado de su madre. En fin, más trabajo y menos quejas, ¿no?

Luego de pasearse por un rato e identificar ciertos sectores del barrio encontró a la primera víctima. Se trataba de un hombre cuarentón que iba acompañado de dos mujeres atractivas, cuyos vestidos dejaban poco para la imaginación. ¿Por qué lo había elegido si ya tenía a dos acompañantes a su lado? Bueno, porque sabía que era un hombre lujurioso y había una probabilidad de que fuera fácil de manipular. Era repugnante tener que acercarse a cerdos como ese, pero desde que se puso el vestido sabía a lo que iba, así que ahora no era el momento para echarse hacia atrás.

—¿Quién iba a imaginar que una princesa terminaría haciendo cosas como esta…? —se preguntó en voz baja y luego soltó un suspiro.

Entró al mismo restaurante que el hombre, fijándose en el escenario aún vacío. Tomó asiento junto a la ventana que daba a la calle, estando a una distancia prudente del hombre. Christa tenía un buen oído, mucho mejor que el de un ser humano ordinario, y desde allí podía escuchar a la víctima. El mesero no tardó en llegar con las papas asadas y el filete embadurnado con miel. Mientras que la princesa solo bebía agua para mantenerse lúcida, el hombre iba por la mitad de la botella de vino. Pensó que era el momento perfecto para actuar, pero sus piernas no se movieron. Al final sabía que lo iba a necesitar. Levantó con timidez la mano y pidió una copa del vino más barato que tuvieran; quería el efecto, el sabor daba igual. Apenas el mesero llegó con la bebida, Christa vació de golpe la copa y pidió otra más.

Ahora estoy preparada para lo que sea, pensó con la vista clavada en el piano del escenario.

Se levantó con un único objetivo en mente, atravesó el pasillo y su pie se encontró con el primer peldaño del escenario. Recién estando arriba llamó la atención de uno de los meseros, pero nada le detuvo a sentarse frente al piano y contemplarlo con la mirada de una enamorada. Quizás había algo más en esos expresivos ojos celestes. Sus dedos comenzaron a deslizarse por el teclado y de pronto la música tenía capturada la atención de todos. Acercó sus labios al pequeño micrófono y justo cuando empezó la primera estrofa cambió la mirada hacia el hombre. El efecto hipnótico duró hasta que Christa tuvo que dejar de tocar por la intervención de los guardias, quienes fueron abucheados por el público. Tras el espectáculo que montó debió abandonar el restaurante, quedándose cerca de la puerta con la espalda apoyada en la pared.

—Esos guardias son unos idiotas, ¿no lo crees? —escuchó de pronto.

¡Bien! La presa ha picado el anzuelo, ahora solo tengo que… ¡Espera, espera, espera!. No, Christa, no puedes hacer eso con cualquier hombre, pensó mientras se volteaba hacia el origen de la voz. ¿Y ahora qué? Creía que era la víctima que había salido para decirle lo mucho que le encantaba su canto, pero se trataba de otra persona. Era un joven que aparentaba unos treinta años, cabello marrón y ojos verdes. Vestía un traje negro bastante elegante que cualquier persona sabría que era una pieza cara. En su muñeca descansaba un reloj brillante y tenía anillos de oro y diamante en los dedos. ¿Por qué había llamado la atención del sujeto equivocado? Ahora no sabía cómo actuar y encima el vino no le dejaba pensar con claridad.

—Pf, arruinaron la diversión —gruñó la princesa, cruzándose de brazos—. ¿Cuál es el sentido de tener un piano ahí si nadie lo toca?

—Ese es el espíritu —continuó el ricachón—. Verás, tengo un evento muy importante esta noche y mi amigo que iba a tocar para los invitados se enfermó. Tengo otras opciones, pero me gustaría que fueras tú la que toque esta noche en el Notte Stellata. Te pagaré muy bien, no te quede duda de eso.

Bueno, un poco de dinero no vendría mal, además suena a un restaurante ele… Espera, ¿el Notte Stellata no es el club donde harán la subasta? ¡¿Pero qué acaba de pasar?!

—S-Sí, claro. Justo hoy no tenía nada que hacer —aceptó de inmediato, mostrándose nerviosa al estar jugueteando con sus dedos—. ¿A qué hora quieres que esté ahí?

—¿Puedes estar en el club dentro de tres horas? El evento comienza dentro de cinco, pero imagino que tendrás que practicar un poco antes de salir a tocar. Créeme que te recompensaré muy bien si me ayudas con esto. —La princesa asintió—. ¡Genial! A todo esto, soy Alexio, será un gusto trabajar contigo.

Luego de presentarse y discutir los detalles, Alexio le entregó un boleto que permitía la entrada a la subasta no como una invitada común y corriente, sino como invitada del dueño del club. ¡¿Cómo se podía tener tan buena suerte?! Jamás le había pasado algo así. Normalmente, cada vez que quería conseguir algo en particular debía esforzarse como una maldita bestia, pero ahora el boleto había llegado hasta ella como si fuera obra del destino o… ¡Un momento! ¡Sí, eso era! ¡Todo era una maldita trampa! Christa estaba acostumbrada a eventos desafortunados, así que cualquier cosa que aparentara ser producto de la buena suerte era objeto de duda. Sin embargo, era una oportunidad que tampoco podía desperdiciar y…

—¡Oye, espera! ¡Eso es mío! —gritó la princesa y comenzó a correr, viendo como un niño escapaba con el boleto que acababa de conseguir. Al final, acabó en un callejón bastante apartado del barrio elegante—. Por fin te encontré, ladronzuelo —le dijo entre jadeos.


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La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] Empty Re: La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] {Mar 21 Jun 2022 - 12:18}

Cuando Matt se iba a lanzar contra el objetivo observó que detrás de él, había una mujer, ya era una variante que no estaba calculada por lo que bajar en una nueva forma la cual Matt no controla era un riesgo innecesario, pero la situación se volvió "inestable" pensaba en cazar uno a uno a los borrachos pero de dos en dos no era la orden que tenía por lo que antes de que esos dos al final del callejón vieran un hombre envuelto en seda metálica con la cara hinchada por el veneno con pústulas supurantes, había que interceder. El robot volvió a su forma humana cogió el arma envuelta en vendas igual que estaba él, pues así se ocultaba de todo el mundo y bajó de forma un tanto brusca, rápidamente avanzó arrastrando la punta del arma. Las intenciones eran echar a los intrusos pero el haber vuelto de su forma arácnida le había dejado un rastro en la cabeza que no entendía, podría decirse que los instintos animales se interponían entre la programación que obligaba a Matt a realizar las misiones y demás, pero el problema era el cerebro humano del robot, quien tenía curiosidad de por sí en las cosas y el haber despertado esa curiosidad en el robot ahora no la iba a dar por olvidada...

El metálico se acercó al crío y a la mujer -El callejón no ser el mejor lugar para esconderse, es donde viven los rufianes, criminales y monstruos- Lo último supongo que lo diría por él o era una forma de hablar ya marcada en su programación dialéctico. -Os recomiendo que os vayáis antes de que salga uno de los tres y no haya vuelta atrás- O traducido sería, antes de que descubrierais un cadáver y os tenga que matar... Pero eso queda demasiado agresivo como carta de presentación... -Mocoso, dale lo que has robado a la señorita y no lo vuelvas hacer, la próxima quizás te topes con alguien que no se quedará tranquilo con solo gritarte...- Parece que esta vez leyó bien la situación, la modificación que tubo en la voz funcionó correctamente, solo tenía el eco metálico que daba mala espina pero disimulaba diciendo que era por hablar tras el "yelmo". Y mientras esperaba que se fueran, en la entrada al callejón apareció el científico con pintas de empollón que acompaña a Matt -¡Maaatt!- Gritó desvelando su nombre, se pudo al lado de la mujer y el crío -Oh, hola, encantado. Matt, nos vamos, tenemos cosas que hacer- Parecía que les había llegado una misión, una nueva...

Sin hablar mucho más, Matt avanzó dejando al futuro cadáver atrás y siguió al científico mirando fijamente a la mujer -Esta ciudad, no es para débiles... Vete cuanto antes- Advirtió, tanto al crío como a ella pero ahí lo dejo....


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La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] Empty Re: La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] {Mar 21 Jun 2022 - 23:47}

La princesa descansaba sobre sus rodillas, deseando que el mocoso no fuera más lejos. Lo había encerrado en un callejón oscuro en el que no parecía haber salida. Ese maldito delincuente le había robado el boleto así tan fácil… La gente de Dark Dome era aterradora; debía andar con mucho más cuidado. Como sea, era el momento de abalanzarse sobre el chico y arrebatarle lo que había robado. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, una figura apareció entre las sombras. ¿Qué hacía un maldito robot arrastrando un arma en un callejón cualquiera? El primer pensamiento de Christa fue dar dos pasos hacia atrás, pero se mantuvo firme y enfrentó el peligro cara a cara. Era difícil asustar a la princesa, de hecho, era ella quien solía infundir miedo en los demás.

—No sabía que había monstruos en la ciudad —contestó sin perder de vista al robot—, pero gracias por la advertencia.

Quería evitar problemas con un maldito androide psicópata que había aparecido de la nada a dar consejos. El niño estaba tan asustado que sin soltar una sola palabra devolvió lo que había robado. Y como si la situación no fuera lo suficientemente rara, de pronto un hombre gritó el nombre del robot mientras lo saludaba a lo lejos. ¿Cómo podía tener un nombre tan común? Matt. Christa no estaba segura de si le hacía mucha justicia, pero quién era ella para quejarse… Todo parecía ir tan bien como se podía esperar; sin embargo, Matt tuvo la fabulosa idea de sonar como uno de esos arrogantes de mierda que tanto odiaba la princesa. Está bien, aceptaba que tenía un largo camino por recorrer, pero ese desconocido estaba menospreciando todo el camino que ya había recorrido al tratarle de débil.

—El que no puedas reconocer la fuerza de los demás habla de tu propia debilidad —respondió con los ojos clavados en él. No era la mirada de una humana cualquiera, sino que parecía la de una peligrosa bestia que se preparaba para saltar sobre su presa. Christa había heredado la mirada de la Reina Bruja y no había muchos que tuvieran el valor suficiente para devolvérsela—. Ten cuidado y que la arrogancia no sea la causa de tu caída.

Dicho lo dicho, la princesa dio la media vuelta y se marchó del callejón. Debía prepararse para tocar en la subasta que se iba a realizar en las próximas horas. Había caminado solo unos diez metros cuando se le ocurrió una idea atrevida y se giró en busca del ladrón. Por suerte el mocoso seguía ahí, seguramente pensando en lo que había pasado. Christa le hizo una propuesta que era imposible de rechazar y el huérfano, luego de cuatro intentos de subir la recompensa, aceptó. Ahora, solo tenía que enfocarse en dar el mejor espectáculo musical de todo Dark Dome.

El tiempo en Dark Dome pasó rápidamente y el momento de tocar frente a un montón de personas importantes había llegado. ¿Estaba nerviosa? Por supuesto que sí. Hacía mucho que no tocaba en un escenario de ese calibre, así que era normal sentirse así, pero confiaba en que se tranquilizaría cuando sus dedos tocaran el piano. Cerraría los ojos y dejaría que su cuerpo fluyera, depositando todo su espíritu en las notas musicales.


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La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] Empty Re: La telaraña de CharMatt [Christa y Matt] {}

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